Crónica dos
—Licor—
*<*>*
Personaje (s): -Yuki- Eiri Uesugi, Shindou Shuichi.
Pareja: Eiri-Shuichi.
Categoría: No menores de 16 años.
Notas: POV (Point of view) de Yuki Eiri.
Advertencias: Lenguaje.
Soy un estúpido. Un estúpido ebrio. Y Shuichi, quien lo sabe, se encuentra delante de mí, con los ojos inundados por lágrimas saladas, la cara agachada y la mano ardiendo por la bofetada que acaba de darme. Los dos nos encontramos en medio de un círculo de luz, por lo que toda la gente puede vernos. Todos ellos saben quiénes somos.
La botella de vodka barato pende aún de mi mano derecha y la izquierda no sujeta nada porque las llaves se me han caído. Estamos a dos pasos de la entrada al edificio.
Ay, ¡He bebido tanto! ¡Apenas logro estar en pie! Suerte que mi Mercedes Benz no salió dañado al conducirlo a toda velocidad por las calles de Hokkaido.
La mayoría de las personas que nos rodean deben estarse preguntando porque rayos estamos peleando y, sobre todo, porque el vocalista de Bad Luck acaba de golpearme con todas sus fuerzas, consiguiendo reventarme la comisura derecha del labio y hacerme ver la mitad de mi árbol genealógico. Creo que debo responderles «Porque a nadie le gusta que le llamen “zo**a” en público».
Esta vez se me fue de las manos, lo siento, Shuichi. Es que no puedo contenerme cada vez que se trata de ti. No estoy justificándome… solamente…
…Vomitaré…
Creo que ya sabes cada una de las etapas por las que paso cuando me embriago, por lo que vas detrás de mí con los brazos cruzados y la cara furiosa mientras entramos en el edificio. La gente sigue murmurando a nuestras espaldas. Yo tengo suerte de alcanzar el baño del recibidor.
«¿Ahora que hice?» y su voz resuena contra las blancas paredes lo mismo que mis arcadas y toses contra el inodoro del primer cubículo.
«Shu-Shu…» Y más toses.
«No puedo creerlo. En verdad que no puedo»
Él en verdad tiene que soportar demasiadas cosas de mí, como que me guste ponerle condimentos a sus alimentos cuando sé que no le gustan, que acaparé las frazadas durante las noches de invierno y que beba del cartón de la leche. También esto, claro. No sé por qué demonios se sigue arriesgando a ser infeliz estando conmigo.
«¿Qué tienes que ver con ese nuevo tipo en la compañía?» Hubiera dado gracias al cielo de que mi voz sonara tan firme y segura como intentaba proyectarlo, pero no. La cara de Shuichi… todo un poema a la consternación al toparse de frente con mis gorgores tomados y mis hipos ridículos.
«¿Por él me llamaste de esa manera delante de decenas de personas?, ¿Eres imbécil, acaso?»
Su cara tiene tintes rojos y sus lágrimas están humedeciendo la delantera de su camisa, donde se pierden con total libertad.
Una nueva arcada me obliga a vomitar en el inodoro una vez más. Me embriagué por estúpido y ahora pago las consecuencias. Soy un maldito imbécil.
«Te a-amo…» mascullo con la lengua entre mis dientes y el pecho doliéndome por el hipo.
Sin la necesidad de que suplique más, se arrodilla a mi lado y pasa su mano por mi frente para retirar el cabello empapado en sudor que me impide ver. Mi miopía ya de por sí es molesta.
«Tal vez yo te ame más de lo que tú a mí. Y ese nuevo trabajador no tiene por qué preocuparte, señor idiota»
Antes de que pueda decirle una vez más que lo amo, las nauseas vuelven y tengo que voltear mi rostro para no ensuciar el suyo tan bonito.
El licor definitivamente no me ayuda a pensar cuando se trata de la persona que amo. Dejaré de beberlo a partir de hoy… Shuichi, te quiero.
Prue-Notes:
Reitero que los tiempos verbales entre una historia y otra no serán exactamente los mismos y que la una no tiene nada que ver con la otra.
*Si desean que escriba de una escena en particular, coméntenmela y con mucho gusto haré un drabble para ella*
¡Buenas noches!
P.D: La que tiene hipo soy yo :’(