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SI NO ERES MIO... NO SERAS DE NADIE por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, espero que les guste

Capítulo 2.- Cuando la presa caza al cazador


 


Hyoga sin pensarlo mas atravesó el salón, se acercó al grupo y sin mayor preámbulo se unió a la conversación, no los conocía realmente pero eso no era lo importante


- Oye me ayudas a sacar la otra charola? – preguntó el conejo al cazador


- Claro – Y con una sonrisa Hyoga siguió a Shun a la cocina y repitieron lo que habían hecho con la otra charola, volvieron al salón y se unieron al grupo en el que estaban antes y conversaban tranquilamente de todo un poco


- Oye no te da calor esa cosa? – preguntó luego de unos minutos el cazador a su presa


- No, yo soy muy friolento y esto me mantiene calientito, cualquier persona normal se estuviera asando la verdad


- Eso es lo que pensé


- Oye no me has dicho en que trabajas – se interesó el chef


- Ahh, soy abogado y trabajo en una firma legal en el centro


- Genial, osea que si me meto en líos puedo llamarte?


- Esperemos que no, yo soy abogado penalista


- Ohh, pero de cualquier manera siempre es bueno tener un abogado de parte de uno no?


- Eso si, oye… quisieras ir a cenar conmigo uno de estos días? – Hyoga no le dio mas vueltas al asunto, al toro por los cuernos se dijo a si mismo, o será que en este caso particular será al conejo por las orejas?


- Me estás invitando a salir? – Shun sonrió entre halagado y divertido


- Si


- Mmmm, yo creo que tus amigos te estaban metiendo al osito por los ojos, los vas a decepcionar – dijo Shun acercándose al abogado y jugando con el botón del bolsillo de su camisa


- Pues lo siento, un conejito llegó primero y se robó toda mi atención – Hyoga estaba correspondiendo al juego, le parecía todo muy sexy


- Ah si?


- Pues si, que dices… quieres salir conmigo?


- Ok. Me convenciste, mañana es mi noche libre, me pasas a buscar?


- Claro


- Bueno, pero ahora necesito tu ayuda otra vez, es la última bandeja te lo prometo


 


Hyoga sonrió y siguió a Shun a la cocina, el conejo al entrar cerró la puerta, volteó al cazador haciendo que lo mire y decidido lo besó, Hyoga abrió mucho los ojos pero aprovechó la situación y tomó de la cintura al conejo y lo estrechó contra su cuerpo recibiendo de buen agrado la lengua que se introducía en su boca, se besaron hasta que se tuvieron que separar por falta de aire y cuando lo hicieron se miraron a los ojos y sonrieron


- Te falta práctica – dijo el conejo con una sonrisa pícara


- Práctica??, en serio? – Hyoga lo miraba algo aprensivamente


- Oh pero no te preocupes, yo voy a ayudarte – Shun lo volvió a besar, este conejo travieso besaba como los dioses y lo acariciaba suavemente de una manera sumamente sensual, cuando rompieron el beso el chef buscó el cuello del abogado y lo lamía y mordisqueaba arrancando suspiros de este que se dejaba hacer y acariciaba la nuca y los cabellos del conejo, Hyoga tenía toda la mala intención de arrancar ese esponjoso traje y poder tocar su piel directamente pero las circunstancias no jugaban a su favor


- En serio no tienes calor en esa cosa? – dijo el rubio entre jadeos y besos


- Aurita un poco, por qué?


- Es que estás tan esponjoso que quiero morir – dijo el rubio sonriendo


- No puede ser, no puede ser – el peliverde se separó un poco del rubio y reía con ganas


- Ah, tu también la viste


- Por Dios, me encantó, Rada la odió y con pasión, le obligué a ver esa película y casi me boxea cuando acabó


- Bueno, ya se que tipo de películas te gustan, y déjame decirte que eso es muy sexy de tu parte


- Que me gusten los dibujitos?


- Claro, porque a mi también me gustan


Hyoga se volvió a acercar y besó a Shun muy dulce y suavemente, en eso estaban cuando la puerta de la cocina se abrió y era Rada el que entraba y vio con una sonrisa que ante su intromisión la pareja de un salto se separaba


- No era mi intención interrumpir pero necesito robarte al conejo un ratito, ya te lo devuelvo no te estreses – dijo el zombi tomando a Shun del brazo y llevándolo fuera de la cocina por el pasillo, Hyoga pudo ver que Rada algo le decía y quería darle el teléfono pero Shun solo negaba con la cabeza, el zombi le insistía hasta que molesto el conejo tomó el teléfono, aplastó un botón apagándolo y le devolvió el aparato a su compañero de departamento, se volteó y sin regresarlo a ver entró otra vez a la cocina dando un portazo, Shun caminaba de aquí para allá respirando profundamente tratando de tranquilizarse


- Estás bien? – preguntó cautamente Hyoga


- Si… solo no me hagas caso, oye quieres bailar? – Shun cambió de tema inmediatamente y sonrió al tomar la mano de Hyoga y jalarlo para el salón


- Claro – respondió el rubio con una sonrisa y juntos de la mano salieron de la cocina y se dirigieron al salón en donde bailaron un rato, tomaron unas cervezas y siguieron charlando, Hyoga aprovechó esto y lo presentó a Seiya y Shyru, cuando ya estaba entrada la noche y en verdad se hizo tarde, el rubio abogado se ofreció a llevar a Shun a casa porque su zombi amigo no estaba por ninguna parte y el conejo aceptó con una sonrisa


 


- Da la vuelta en esta esquina, es en ese edificio de allá – Shun señalaba el camino y el otro lo seguía sin problemas


- La pasé muy bien hoy, ya tengo ganas de que sea mañana para verte otra vez


- Todavía no me dejas en la casa y ya me extrañas?


- No quiero irme la verdad – dijo Hyoga parqueando el carro y acariciando el rostro del chef, Shun se acercó y lo besó suavemente


- Entonces no te vayas…


Hyoga lo miró un tanto incrédulo pero Shun le sonreía de una manera muy sensual, se acercó al rubio que pensó que iba a besarlo nuevamente pero en vez de eso giró la llave del auto apagándolo y la sacó del switch, abrió la puerta y se bajó del carro enseñándole traviesamente la llave a Hyoga y caminando de retro hasta la puerta del edificio


- Devuélveme la llave – Hyoga sonreía cuando se bajó del carro y lo empezó a seguir pero Shun entró al edificio esquivándolo


- Ahora yo no tienes opción – Shun levantó un poco el cuello del traje y dejó caer la llave dentro


- Ohh, estás frito conejo – Hyoga lo tomó entre sus brazos cuando entraron al elevador y se besaban mientras ascendían hasta el octavo piso, salieron al pasillo entre besos, caminaron con algo de dificultad por el pasillo hasta una de las puertas donde Shun se detuvo, se paró de puntillas y sacó la llave del departamento de bajo una maceta que estaba en un pedestal, abrió la puerta jalando a Hyoga dentro que sin dejarlo de besar y acariciar lo siguió hasta la habitación en donde el chef empezó a aflojar la ropa del cazador que buscaba desesperado en la espalda del conejo el sierre para sacarle el traje, cuando lo encontró lo bajó de un solo tirón, Shun se separó un poco y el mismo se quitó el traje, subió sus manos para sacarse las orejas pero Hyoga se acercó y lo detuvo


- Déjatelas puestas – dijo el rubio en un susurro cargado de pasión


- Pervertido – respondió Shun con una sonrisa


Hyoga lo besó nuevamente y se acomodaron en la cama desnudándose lentamente mientras se acariciaban, por ahí sonaron las llaves del auto que aterrizaron en el suelo junto con el bóxer de Shun, Hyoga giró en la cama acomodándose entre las piernas de Shun que lo rodearon por la cintura, el chef movía sensualmente las caderas rozando sus miembros y se arqueó en la cama cuando Hyoga con sus manos los masturbaba juntos


- Espera Hyoga… - dijo el peliverde entre jadeos


- Qué pasa?


- Tienes protección?


- No… rayos!!!


- No importa…


Shun giró en la cama recostando a Hyoga sobre su espalda, el joven que aún estaba usando las orejas de conejo se estiró hasta el primer cajón de su velador y puso en las manos de Hyoga un preservativo y un tubo de lubricante


- Conejo precavido – Hyoga sonrió y buscó sus labios


- Que te puedo decir… no hay que desaprovechar las oportunidades


- Me gustas mucho… todo tu…


- Con todo y mis orejas


- Especialmente con tus orejas


 


Shun reía cuando Hyoga lo volteó y se empezaron a besar y a acariciar con pasión otra vez, el rubio era sumamente hábil con las manos y arrancaba suspiros y gemidos de los labios del peliverde con su manera tan especial que tenía de acariciarlo y estimularlo, el abogado recorrió el cuerpo del chef bañando su suave piel de besos y caricias, fue bajando por su pecho entreteniéndose en sus pezones, besó y lamió su estómago haciéndolo reír mientras acariciaba sus piernas y su trasero, Shun enredaba sus dedos en la rubia cabellera, se arqueó en la cama y cerró fuertemente sus ojos cuando su nuevo amante tomó su miembro con la boca y lo hizo ver estrellas


- Hyoga… ohh… sigue… sigue…


Hyoga lo atendía con maestría y pasión, lo succionaba con fuerza mientras acariciaba sus testículos y tanteaba su entrada logrando que el peliverde llegara al éxtasis derramándose en su boca, Hyoga aprovechó que su compañero se encontraba extremadamente relajado en la cama por lo que levantó su pierna, abrió el tubo de lubricante y lo empezó a aplicar, Shun se movió un poco e hizo una mueca de incomodidad cuando sintió que Hyoga introducía un dedo en su intimidad


- Duele?


- No… pero por lo menos bésame cuando hagas eso quieres?


El rubio sonrió y se acercó para besar esa boca que le fascinaba, el peliverde besaba como nunca lo habían besado, jugueteaba con su lengua de una manera muy provocativa causándole un enorme placer, Shun se quejó un poco mas cuando un segundo dígito ingresó en él y mordió el hombro de Hyoga cuando un tercer dedo hizo su aparición, el rubio se tomó su tiempo en dilatarlo, cuando lo sintió listo sacó sus dedos, se colocó el preservativo y lo fue penetrando lentamente, Shun no lo pudo evitar y un par de lágrimas escaparon de sus ojos, el abogado no la tenía grande, la tenía gigante pero lo estaba tratando con suma delicadeza esperando que el estuviera listo y mientras tanto lo besaba y acariciaba urgiéndole que se relajara, cuando al fin lo hizo el rubio se empezó a mover en su interior


 


Shun gemía de dolor al inicio pero resultó que la falta de práctica en los besos que según el chef el abogado tenía la recuperaba con creces en otros aspectos, Hyoga lo embestía con fuerza y tocaba certeramente la próstata del peliverde cada vez que lo penetraba llenándolos a ambos de placer, Shun gemía con fuerza y pronunciaba el nombre de su amante que no dejaba de besarlo imponiendo un ritmo enloquecedor en especial cuando tomó con una de sus manos el endurecido miembro del conejo y lo acariciaba llevándolo al borde del éxtasis otra vez


 


Hyoga estaba fascinado con todo esto, Shun lo estrechaba con sus piernas y arañaba su espalda, el joven gemía y lo mordía en el hombro y en el cuello, toda esta experiencia le parecía sumamente sensual en especial porque su nuevo amante tenía los ojos fuertemente cerrados y se mordía los labios, lo sensual le salía por los poros pero lo que mas le excitaba era que aún tenía puestas las orejas de conejo, con todo el movimiento y el ajetreo se habían movido y salido un par de veces pero Shun se las acomodaba otra vez solo para complacerlo, eso le pareció muy dulce y sexy, al fin las embestidas eran frenéticas y ambos estaban llegando al clímax, con un hondo gemido Shun se arqueó en la cama dejando escapar su esencia entre sus vientres mientras que Hyoga lo hizo en su interior, el rubio se desplomó en el pecho del peliverde que respiraba agitadamente pero lo recibió con un corto beso y una sonrisa, luego el rubio salió delicadamente del cuerpo del menor y se fue al cuarto de baño a asearse un poco y volvió con un paquetito de toallas húmedas, se acomodó en la cama y después de besar a Shun en los labios con una de las toallitas frotó su vientre limpiando cualquier rastro que pudo haber quedado luego de su encuentro, a esto Shun sonreía y acariciaba el rostro de Hyoga que sonreía también


- Sabes… tienes muchas cobijas en tu cama – dijo Hyoga pensativamente luego de un momento en el que estaban acostados y abrazados


- Soy friolento, te acuerdas que te lo dije?


- Podemos sacar unas dos nada mas, ya me has hecho sudar lo suficiente hoy en la noche


- Solo si me abrazas para que no me de frío


- Ven más acá – Hyoga se acomodó de lado abrazando a Shun y pegándolo a su cuerpo, el chef se acurrucó en el fuerte pecho de su nuevo amante y luego de un beso se durmieron tranquilamente un ratito después


 


A la mañana siguiente Hyoga despertó con el aroma a café en su nariz, abrió los ojos y vio al joven peliverde que estaba sentado en la cama y con un dedo acariciaba el contorno de su pecho, sostenía una taza de café y sonreía


- Hey… - dijo el rubio a manera de saludo mientras se incorporaba un poco en la cama


- Espero que te guste el café negro, te dejé una parada de ropa en la sillita, puedes ducharte si gustas yo voy a hacer el desayuno – dijo el peliverde luego de un beso y de entregarle el jarro de café que el rubio tomó con una sonrisa y bebió un poco, estaba caliente


- Gracias – dijo el abogado besando otra vez al chef que le sonrió


- No te tardes – dijo el joven saliendo del cuarto


Hyoga se levantó y tomó una rápida ducha, salió cubierto solo con una toalla y en la sillita encontró un par de pantalones de calentador, una camiseta sencilla blanca, un par de medias y unos bóxers, esta parada pensó Hyoga era de Radamantys porque era muy grande para ser de Shun pero al ponérsela igual le quedaba grande, entonces no podía ser ropa del rubio compañero de departamento porque eran mas o menos de la misma talla, bueno… pensó Hyoga, lo que no fue en su año no fue en su daño, y era mejor para su salud mental no preguntar aunque estaba algo curioso, se puso sus zapatos que no combinaban para nada con su atuendo y salió de la habitación pero se quedó parado en el hall quieto sin poder evitar escuchar una discusión entre Shun y Radamantys


 


- Solo te digo que lo pienses es todo


- Tu no sabes de lo que estás hablando Rada – Shun sonaba molesto


- Es la única familia que tienes Shun, por qué eres tan cerrado? – insistía el médico


- El se murió para mi hace mucho tiempo, tu lo sabes, a veces me exasperas…


- Es que no lo entiendo, ustedes eran muy unidos


- No te pido que lo entiendas Rada, solo respétalo quieres?, estoy cansado de tener siempre la misma discusión contigo


- Pero…


- Dije basta Radamantys – algo sonó en el mesón, aparentemente Shun algo había asentado con fuerza, un sartén tal vez…


- Está bien, está bien, ya no me voy a meter mas, por favor no te enojes que vas a asustar al cazador


- Nahh, y no es cazador, es abogado


Hubo un momento de silencio pero Shun continuó hablando


- Ya sé lo que me vas a decir así que ahórratelo


- Y luego no quieres que te diga que estás loco, tienes desvaríos muy severos Shun, mira que involucrarte con un abogado


- Qué quieres que te diga… me gustó antes de saber a lo que se dedicaba


- Solo falta que sea penalista… no, no, no, no puede ser…


- Haz algo bueno con tu vida y pásame la leche quieres?


- Estás jugando con fuego…


- No que ya no te ibas a meter?


- Solo te digo


- Ya cállate y pásame la leche, eso era en serio


 


Hubo un ratito de silencio en el que solo sonaba lo que sea que estuviera haciendo Shun en la cocina por lo que Hyoga se decidió y entró a ella


- Buenos días – dijo el abogado


- Al parecer muy buenos – dijo Radamantys arqueando una ceja, Shun se dio cuenta y le dio un mantelazo lo que hizo reír a Hyoga


- Que preparas? – se interesó el rubio, lo que sea que el chef estuviera haciendo olía muy bien


- Tostadas francesas, crepes con fruta y batido de maracuyá con leche, mas te vale que no seas intolerante a la lactosa porque sino tendré que reconsiderar una segunda cita contigo


- No te preocupes, a mi nada me hace daño – contestó el rubio con una sonrisa


- Genial, tengo conejillo de indias nuevo – Shun sonrió mientras servía los platos


- Gracias por la ropa, te la traeré hoy en la noche lavada y planchada – dijo Hyoga a Radamantys


- Ohh que detalle, pero esa ropa no es mía


- Ohh – el rubio no sabía que decir


- Es mía, antes era mas gordito – dijo Shun haciéndose el chistoso


- Igual te la voy a traer, a dónde quieres ir a cenar?


- Sorpréndeme


- Vas a llevar a cenar a un chef??, buena suerte con eso – dijo Radamantys poniendo una mano en el hombro y mirándolo divertido


- Ok…


- Haz algo útil y pasa los platos quieres? – le dijo Shun a su compañero de departamento, el hizo caso y desayunaron sin mayores contratiempos, Hyoga recogió sus cosas, luego de ponerse de acuerdo con Shun sobre la hora en que lo pasaría a recoger se fue con una sonrisa en su rostro, al llegar a su casa ordenó un poco los papeles que tenía y le dio una manito de gato a su departamento, si tenía suerte llevaría a Shun en la noche para que lo conociera, el resto del día el rubio estaba de un humor maravilloso, en la noche llevó a Shun a comer carne asada en un lugar que hacían una parrilladas magníficas y luego de varias vueltas en auto por la ciudad lo llevó a su departamento, Shun se sorprendió un poco, para ser el departamento de un abogado era bastante extraño… el lugar era espacioso y totalmente abierto, la sala, el comedor y la cocina no estaban divididas por ninguna pared, en uno de los costados habían unas escaleras que llevaban directamente a la habitación que tampoco tenía paredes, solo tenía un pasamano por el cual se podía ver a la planta baja, Hyoga estuvo muy contento porque Shun pasó la noche con él en su departamento, hacía mucho tiempo que nadie iba allí, el rubio siempre estaba ocupado como para dedicarse a buscar pareja pero este travieso conejo le cayó del cielo


 


Al día siguiente la feliz pareja la pasó en la cama, solo se levantaron para desayunar, al medio día Hyoga llevó a Shun a comer en el parque con sus amigos, este era un ritual que tenían desde que dejaron el colegio, era la única forma de poder permanecer en contacto, allí Shun trató mas con Seiya y Shyru y pasaron el almuerzo entre anécdotas y risas, porque tanto el castaño como el pelinegro le contaban a Shun todas las cosas mas vergonzosas que le habían pasado al abogado en el colegio y en la Universidad, Shun reía con ganas al tratar de imaginar al rubio corriendo desnudo por los pasillos de su dormitorio en la Universidad cuando Seiya le robó la toalla para hacerlo rabiar


 


Esa noche Shun y Hyoga estaban parqueados fuera del departamento del peliverde y se besaban suavemente en el auto


- Nunca antes me habían besado así, eres magnífico Shun


- Para que veas…, oye, nos vemos mañana? – preguntó el chef entre besos


- A qué hora sales?


- A las 10:00 mas o menos


- Te paso a buscar para que no te me desvíes en el camino a casa


- Eso suena bien, hasta mañana Hyoga


- Hasta mañana mi conejito


- Me vas a decir conejo por el resto de mi vida verdad?


- Que te puedo decir?, me ganaste cuando te vi todo esponjoso con las orejas y la colita


- Eres en verdad extraño, me dices que te entró la lujuria al verme vestido de conejo?


- Es que te veías todo dulce y tierno, me dio ganas de pervertirte


- Ohhh, es por ese lado?, muy bien… - dijo Shun con una sonrisa maliciosa


- Qué?


- Nada, ya lo sabrás a su tiempo, y ya vete o sino me voy a volver a robar tus llaves


- Está bien, duerme bien


- Tu también


 


Con un último beso Shun se bajó del carro y entró al edificio, Hyoga solo sonreía y estuvo parqueado afuera hasta que vio a Shun perderse dentro, encendió el auto y sonreía mientras conducía para ir a casa, pensaba que los planetas se alinearon y ahora todo en su vida estaba genial, había conseguido en contra de todo pronóstico  el trabajo que siempre había soñado, además de la nada salió y por azares del destino había conocido a alguien muy especial que ahora lo llenaba, su situación económica estaba bastante bien, el también, sus amigos… el rubio llegó a su departamento con una canción en el corazón sintiéndose enteramente feliz, el problema es que uno no puede confiarse, nada es gratis en la vida, todo tiene su precio, nada es tan bueno para ser cierto pero eso el joven abogado lo tendría que descubrir a su tiempo de una manera muy dura.


 


Notas finales:

Cuando Hyoga le dice a Shun que está tan esponjoso que se quiere morir eso es sacado super sinicamente de Gru, Mi villano favorito, no lo pude evitar, a mi me encantan las películas de dibujitos, como tengo sobrinos pequeños me arrastran al cine a verlas ( y  yo tan dificil claro... jajaja), he visto todas las películas animadas que han salido, me encantan

Nos vemos mañana en la continuación, muchas gracias por leer y por sus comentarios, bye


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