Capítulo 5.- Ni la muerte es escape
A la mañana siguiente Seiya despertó y estaba solo en esa maldita cama, intentó levantarse pero todo le dolía, vio su reflejo en el espejo y no se pudo reconocer a sí mismo, estaba pálido, ojeroso, muy delgado, tenía marcas por todo el cuerpo, sangre seca entre sus piernas y demás rastros de la noche anterior, chupones y mordidas en su cuello y en su pecho, se miro y sintió asco de sí mismo, la puerta se abrió y era Pandora la que entraba, Seiya intentó cubrirse con las sábanas, no había tenido tratos con ella y no sabía que pasaría ahora
- Seiya… ven… vamos a bañarte, ya ordené que te trajeran algo de comer, estás algo pálido y necesitas alimentarte
- No necesito ayuda – dijo el castaño con desconfianza
- Si la necesitas, déjame ayudarte, no quiero dañarte, puedes confiar en mí
Seiya no iba a confiar ni en su propia sombra pero tenía que reconocer que si necesitaba ayuda, Pandora lo ayudó a llegar al baño, preparó la tina y lo ayudó a meterse en ella, con una esponjita talló su espalda y lavó su cabello
- Siento mucho que estés pasando por esto, he hablado con mi señor pero no me escucha, está cerrado en la idea de hacerte sufrir – dijo la chica con aparente pena pero Seiya seguía sin convencerse de que sus intenciones sean buenas
- Gracias de todas maneras – susurró el Pegaso
- Pobrecillo mío, es tan injusto…
Estuvieron unos momentos en silencio, Seiya se dejaba atender mansamente, al fin y al cabo ella lo estaba tratando con suavidad y cuidado
- Pandora… podrías hacerme un favor?– dijo el castaño luego de un ratito
- Claro cariño, lo que tú quieras
- Hay nueces aquí?
- Nueces? – Pandora se sorprendió algo con ese pedido y lo miró algo confundida
- Si, me gustan mucho las nueces y no he comido ni una desde que estoy aquí, me las conseguirías – dijo el chico en tono suplicante tomando sus manos entre las suyas
- Claro, puedes salir tu solo de la bañera?
- Creo que si
- Voy por tu desayuno y veré que puedo hacer con lo de las nueces – Pandora acarició con ternura el rostro del joven Pegaso y salió del baño, Seiya se incorporó con dificultad y salió de la bañera, se envolvió en una toalla y salió a la habitación donde al pie de la cama vio una nueva pijama de satín, no había nada mas así que se la puso y se acercó a la ventana, el paisaje del Inframundo era deprimente, hasta la luz era diferente, el joven suspiró con tristeza, como no hubiera querido sentir por última vez la luz y calidez de los rayos del sol en su piel, o el verde pasto bajo sus pies, comer el pastel de piña que Tatsumi hacía tan bien, ver acurrucado una película con Shun en el sofá de la sala, discutir una última vez con Ikky sobre lo que sea que esté dando en la tele, entrenar con Shyru y conversar con él de todo un poco, bromear con Hyoga, escuchar las incesantes palabrerías de Saori, Aioros y sus consejos, bueno… no importa… el final está cerca, pronto todo su sufrimiento acabaría…
Pandora volvió 10 minutos después con una bandeja llena de cosas para el desayuno, había jugo de naranja, tostadas con mantequilla y mermelada, huevos revueltos, tocino y un pocillo no muy grande de nueces, Seiya al ver esto sonrió con tristeza, se acercó a la mesita, Pandora solo le sonrió y se sentó para acompañarlo
- No tienes que quedarte si tienes cosas más importantes que hacer – dijo Seiya tomando la servilleta y poniéndola en sus piernas
- Mi señor me encargó que te cuidara todo el día, así que me tienes de dama de compañía – Pandora solo sonrió y se acomodó en la silla – Además tengo que vigilar que comas bien, estás muy delgado y no quiero que te vayas a enfermar
- No me voy a escapar así que tranquila
- Igual no me voy a ir, ahora come que se enfría
Seiya tomó una nuez y se la llevó a la boca, la masticó despacio y se la tragó, espero un minuto pero nada pasó así que se comió otra y otra, se comió medio pocillo hasta que de repente sintió que le faltaba el aire, que no podía respirar, su corazón latía con violencia, su rostro se iba hinchando, el joven intentó pararse pero cayó pesadamente al piso y convulsionaba, era una sensación desesperante hasta que todo se volvió negro cuando perdió la conciencia
Pandora horrorizada no sabía que hacer y llamó a gritos por auxilio, Seiya estaba inconsciente en el suelo, no respiraba y estaba todo rojo e hinchado, Radamantys apareció inmediatamente con Hécate a su lado, ella revisó rápidamente al joven y desapareció para aparecer a los pocos segundos con un frasquito de un líquido azulado, levantó un poco la cabeza del Pegaso, abrió su boca y vertió en ella el líquido, poco a poco el castaño fue recuperando su color natural y empezó a respirar con un poco menos de dificultad, su corazón recuperó lentamente el ritmo normal aunque no despertó
- Radamantys acomódalo en la cama por favor – pidió la hechicera
- Pero qué pasó? – preguntaba Pandora mientras destendía la cama para acostar en ella al caballero de Atena
- Qué hizo hoy en la mañana Pandora? – preguntó Hécate, su tono era mas bien de preocupación y curiosidad
- Nada… solo se bañó, se vistió, yo le traje el desayuno que casi ni tocó – la joven hablaba rápido, estaba asustada, no por la condición del Pegaso, sino por la reacción de Hades que pondría el grito en el cielo cuando se enterara de lo que había pasado con su mascota
- Qué desayunó? – continuó la hechicera
- Como te dije casi nada… solo comió… un poco de nueces
- Nueces?, comió nueces?, Ohhhh…
- Qué?
- Debe ser alérgico a las nueces Pandora, por eso tuvo esa reacción, hiciste bien en llamarme
- No lo sabía, cielos… no lo sabía – Pandora estaba nerviosa y asustada, palideció cuando la puerta de la habitación se abrió y Hades entró, estaba que echaba chispas por los ojos de lo furioso que estaba
- Qué paso? – preguntó fríamente el Dios
- Tu juguete intentó suicidarse, eso pasó – dijo la hechicera con la mayor naturalidad del caso
- Suicidarse??, cómo?, Pandora…
- Ella no tuvo la culpa ni lo pudo evitar, el chico comió nueces y tuvo una reacción alérgica, eso es todo – explicó la hechicera tomando al Dios del brazo intentando que se calmara un poco
- Por qué le diste nueces? – preguntó directamente a Pandora
- Porque él me las pidió, yo no lo sabía, se lo juro que no lo sabía – la joven lloraba con angustia y no sabía qué hacer
- Cuánto tiempo estará dormido – preguntó mirado a Hécate
- No está sedado, debe estar un poco aturdido nada mas pero lo puede despertar si gusta
- Déjenme solo con él
Todos salieron de la habitación dejando al inconsciente muchacho con el Dios de los muertos que fue hasta el cuarto de baño y regreso con un pañito humedecido, se sentó en la cama y lo escurrió dejando caer algunas gotas de agua fría en la cara del castaño que abrió los ojos pesadamente, sus ojos tardaron un par de minutos en enfocarse pero cuando lo hicieron y Seiya se dio cuenta de dónde estaba y con quien una tristeza le embargó el alma
- Nueces?, en serio?, tendrás que ser más creativo para suicidarte en este lugar – el Dios hablaba fríamente, ahora ya tenía con quien descargar su furia
- No… no…
- No qué?, no te resultó el plan?, piensa un poco Seiya, si te suicidas perderás toda oportunidad de escapar de aquí, llegarás otra vez y sin opción a nada, claro que me darás el inmenso gusto de condenarte a la eternidad de sufrimiento, peor de lo que estás ahora, el suicidio en esta situación en particular no es una manera de liberación, es la mejor forma de afianzar tu estadía aquí, honestamente pensé que eras más inteligente
Seiya lloraba, ya no podía mas, esta situación era insostenible y se puso a temblar cuando el mayor retiró con violencia las mantas que lo cubrían, el castaño intentó huir pero Hades cerró su fuerte mano en el cuello de Seiya impidiéndole respirar
- Aquí te quedarás, harás lo que yo diga cuando yo diga, no tienes opción de escapar, tienes que pagar…
Hades soltó su cuello y de un tirón abrió su camisa de pijama y mordió salvajemente uno de sus pezones, el joven se arqueó en la cama del dolor y gritó con desesperación cuando sintió que lo despojaba de sus pantalones, Hades no hizo caso a nada y lo sometió nuevamente, se aflojó su pantalón liberando su miembro que estaba totalmente erecto, al parecer el llanto del Pegaso lo excitaba sobremanera, enganchó sus piernas con sus brazos exponiendo su maltrecha entrada y sin preparación previa ni nada de una sola embestida lo penetró con violencia, Seiya lloraba y gritaba, su alma estaba desecha, ya nada le quedaba, ni la muerte era consuelo, nada… nada… solo tuvo que aguantar mientras el otro perversamente lo poseía, mientras lo hacía sangrar nuevamente humillándolo y destrozándolo, las embestidas eran fuertes y profundas, con rabia…, Seiya se sentía morir en especial al ver la sonrisa de satisfacción de Hades mientras lo penetraba, cuando el Dios llegó a la cumbre del placer lo hizo con un hondo gemido de satisfacción y se derramó dentro del joven que aún lloraba y se resistía, abandonó su cuerpo sin ninguna consideración, se puso de pie, se acomodó la ropa y salió de la habitación dando un portazo
Seiya lloró y lloró hasta que se quedó dormido, despertó cuando sintió que le acariciaban el cabello, el joven se revolvió en la cama pero se tranquilizó al ver al Dios del sueño que lo miraba con profunda pena
- Nueces? – preguntó Hypnos con voz baja
- No se me ocurrió nada más– respondió el joven en un susurro
- La muerte no es la solución pequeño – Hypnos acarició suavemente en cabello de Seiya y lo miraba con tristeza
- No me puedes tu dormir eternamente o algo?, no puedes hacer que entre en coma y nunca despierte?
- No puedo hacerlo
- Si puedes… solo no lo vas a hacer por él verdad?, te lastimaría si lo hicieras? – A Seiya no se le había ocurrido esto antes, tal vez el animal ese no tenía consideraciones ni con sus propios súbditos
- No solo eso… - suspiró Hypnos con resignación, Hades tenía una capacidad magnífica para la crueldad
- También le tienes miedo?
- Todos le temen… que tan lastimado estás?
- Pues… no es nada…
- No tengas vergüenza conmigo, ven… vamos tengo algo que puedo ponerte para que no te duela
- No voy a salir de aquí nunca verdad? – Seiya estaba perdiendo toda esperanza
- Esperemos que si pequeño… esperemos que si
- No puedes mandarle un sueño profético a Saori o algo así?
- Cómo crees que ella ya vino preguntando por ti en primer lugar?
- Ohhh… gracias de todas maneras, gracias por intentarlo, pero si ella ya vino por qué no pudo encontrarme?
- No subestimes el poder de Hades, además Hécate le ayuda, Saori sola no podría dar contigo, yo creo que ella sabe que tu estás aquí pero no puede arriesgar una guerra si no tiene el pleno convencimiento o pruebas concretas de que sus sospechas son ciertas
- Suena lógico, el bien común y todo eso… por qué tengo que servir a una Diosa desinteresada que es generosa y ama a la Tierra, por qué no me tocó un Dios egoísta que iría a guerra por mi?
- Lo hubieras servido de la misma manera que has servido a Atena?, créeme es una carga servir a un Dios así
- Por qué le sirves a Hades si tu también eres un Dios?
- Mi hermano y yo somos Dioses expulsados del Olimpo, de segunda categoría por ponerlo de alguna manera, solo Hades nos dio cabida y nosotros juramos lealtad y fidelidad a cambio
- Rayos… pero a ti no te gusta verdad?
- No… claro que no… pero lo tengo que hacer por mi hermano y por mi, Hades no tendría compasión con ninguno de los dos y créeme cuando te digo que no se tocaría el corazón, si quisiera hacerme daño a mi llegaría sin problemas a mi hermano
- Ese no tiene corazón
- Pues que te diré?, mejor vamos… déjame curarte
Hypnos lo atendió como era su costumbre, causándole el menor daño posible, Seiya se lo agradecía en el alma, el Dios del sueño era la única persona que tenía compasión de él, era el único rayito de luz en ese infierno, pero como dijo Hades todo esto apenas empieza, el Dios de los muertos lo mandaba a traer sin falta todas las noches a su habitación en donde lo ultrajaba, lo poseía y lo violaba de las formas mas crueles y humillantes que se le ocurrían, lo malo era que la imaginación del Dios de los muertos era bastante amplia, lo hacía suyo varias veces en la noche, casi todas las noches y no conforme con eso le hacía hacer otras cosas, últimamente le había cogido el gusto de hacerle gatear desnudo por el cuarto para que con la boca le traiga sus pantuflas, cual perro, lo amarraba a la cama, lo colgaba, le introducía objetos extraños en su cuerpo y jugueteaba con él, toda su piel tenía marcas severas de sus malos tratos y agresiones, por más que Hypnos lo trataba y lo curaba, los constantes ataques que sufría el castaño hacían imposible su recuperación
Pandora estaba sumamente molesta y preocupada, Seiya con su patético intento de suicidio le había hecho quedar mal frente a Hades, casi dos semanas habían pasado y el Dios de los muertos no daba señales de estar molesto con ella, pero su trato estaba un poco mas frío que lo usual, la joven estaba bastante inquieta por este cambio, una tarde estaba algo distraída tocando su arpa cuando Hades entró a la estancia, ella se alegró mucho al verlo, hacía tiempo que no venía a verla
- Qué pasa mi señor?, por qué ese seriedad?
- Estoy aburrido
- Seiya ya no te divierte?
- Si es divertido escucharlo gritar no te lo voy a negar, pero ahora está todo indiferente, ya nada lo sorprende…
- Quieres sorprenderlo?
- Algo así…
El semblante de Pandora de repente se iluminó y sonrió ampliamente, si su señor quería sorprender al Pegaso pues ella sabía cómo
- Mmmm… pues pídele ayuda a Hécate
- Para hacer qué exactamente?
- Hace tiempo me dijiste que siempre has querido un heredero verdad?
- Ajá
- Pues haz que Hécate use sus artes y haz que tu juguete lleve en el vientre a tu hijo, aparte de que conseguirías lo que siempre haz querido, tu mascota acabará de despedazarse si no pierde la razón primero claro está
- No puede hacerse
- Estás seguro?, tu eres un Dios después de todo y no un Dios rencarnado, ese es tu cuerpo mitológico, habla con Hécate, lo peor que te puede decir es no
Hades se quedó en silencio unos momentos considerando las opciones, luego sonrió con expresión soñadora
- Tiene su mérito, voy a pensarlo
Un par de semanas después, una de esas noches Seiya estaba acostado de lado en la cama de Hades, el mayor estaba descansando acostado a su lado, esa noche había sido una sesión muy extenuante de sexo, Seiya sangraba, por lo regular el castaño sangraba, el Dios nunca se tomaba el tiempo para prepararlo ni nada, no le importaba si lo lastimaba menos aún si el Pegaso en algo disfrutaba sus encuentros, el joven nunca lo había hecho, para él todo esto era solamente una nueva forma de tortura, más humillante que las anteriores, Seiya le estaba dando la espalda al Dios y tenía la mirada perdida, estaba recordando a sus amigos y a su Diosa, se preguntaba que estarían haciendo ahora, tal vez dormían porque era tarde en la noche, en eso estaba cuando fue sacado abruptamente de su mundo de sueños por una voz muy conocida que cada que la oía hacía lo que nadie nunca pudo hacer, lo llenaba de desprecio, resentimiento y dolor
- Cereza? – dijo el Dios de los muertos poniendo una cereza cerca de la boca del chico que no se movió ni hizo mención de querer o no la fruta
- No te estoy consultando, cómela… - Seiya abrió la boca y atrapó la cereza, la masticó y se la tragó
- Buen chico… ya vas entendiendo… me alegro – Hades se volvió a acomodar, esta noche el Dios estaba antojado de algo dulce y estaba pensando en lo que iba a mandar a traer, Hades siempre tenía hambre después del sexo y mandaba a traer cosas, por lo regular hacía que Seiya lo viera comer, después le daba los huesos y le obligaba a mordisquearlos, eso lo hacía solo para humillarlo, Hades por lo regular estaba pendiente de que su esclavo favorito comiera, no quería que se enfermara porque no tenía la paciencia de atenderlo, pero disfrutaba mucho haciéndolo sufrir
El Dios estuvo recostado algún rato disfrutando de sus cerezas y arqueó una ceja cuando de repente Seiya se levantó de la cama y corrió al baño, ahí escuchó como vomitaba, luego escuchó agua correr, cuando el castaño salió a la habitación estaba pálido y parecía mareado, el Dios no se movió y solo miró que al dar un par de pasos el joven se desplomaba y caía pesadamente al suelo
- Radamantys!!!!!!
El espectro entró al cuarto e inclinó su cabeza, Hades seguía acostado, no se había movido un milímetro para ver qué era lo que le pasaba al joven
- Llévatelo, no sé lo que le pase ahora, Hypnos lo consiente mucho
- Lo llevo con Hypnos?
- No me importa, solo sácalo de aquí
Radamantys lo envolvió en una manta y lo cargó, lo llevó por los pasillos hasta la habitación de Hypnos que lo recibió con pena, el joven se veía sumamente desmejorado, estaba pálido, ojeroso, además de muy lastimado, tenía marcas de todo tipo en su piel, Hades alternaba los castigos últimamente, había días que lo llevaba a las mazmorras y lo torturaba, otros días lo llamaba a su habitación, Hypnos sabía que Seiya prefería las mazmorras, al Dios del sueño le daba profunda pena que Hades estuviera acabando de esta manera con la esencia de Seiya, cada vez el muchacho iba perdiendo la esperanza, la fe, se estaba convirtiendo en un cuerpo sin alma, a Hypnos esto le dolía porque él había podido ver dentro del corazón del castaño y a su criterio era magnífico en toda la extensión de la palabra, por todo esto poco a poco el Dios del sueño iba perdiendo el poco respeto que le pudiera haber tenido a Hades, y se iba convenciendo a sí mismo que algo tenía que hacer por este muchacho que estaba sufriendo lo indecible y sin culpa alguna