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EL HEREDERO DEL DIABLO por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, este es el último capítulo a manera de epílogo, aquí se cuenta como le fue a Seiya de Regente del Inframundo, cómo le va con Hypnos, cómo está Ren y una que otra última sorpresita por ahí, espero que les guste en lo que acaba

Capítulo 14.- De vuelta en el Inframundo

 

La etapa de reconstrucción empezó en el Santuario y en el Inframundo, los caballeros de oro, plata y bronce trabajaban en sus respectivos templos, el de Leo hubo que reconstruirlo totalmente, ahí no quedó piedra sobre piedra, el Inframundo se reorganizó en su totalidad, lo primero que hizo Seiya como nuevo regente del Inframundo fue botar a Hécate y a Pandora, no las quería cerca en lo más mínimo ni de él ni de su hijo, no las condenó a muerte porque él estaba en contra de la violencia, la verdad con no volver a verlas le bastaba, fueron llevadas al Olimpo y estarían bajo el servicio y la vigilancia de Zeus, eso era mas que suficiente para el nuevo gobernante del Averno, Lune fue un gran apoyo al faltar los tres jueces principales al igual que Hypnos y Thanatos, todos se dedicaron a organizar las prisiones, implementaron un nuevo sistema de juzgamiento de almas de acuerdo a lo planteado por Seiya, era más rápido, efectivo, más benévolo según Thanatos pero eso permitía que las cosas fluyeran de mejor manera, Zeus cuando bajó algunos meses después a darse una vuelta comprobó que el castaño en verdad estaba haciendo un buen trabajo, con justicia y rapidez

 

Seiya vivía en los Campos Elíseos con Hypnos y Thanatos, se negaba a volver a Guidecca, decía que ni amarrado volvería a ese horrible lugar, todo le resultaba más fácil porque podía teleportarse al palacio de justicia, pero luego de que un cambio de ambiente se hizo, una redecoración y varias cosas mas el lugar era bastante habitable, de cualquier manera Seiya pasaba todo el tiempo que podía en los Campos Elíseos con su bebé que iba creciendo a ritmo normal, ahora tenía casi un año y empezaba a caminar con dificultad, intentaba formar palabras también pero en si no decía nada todavía, Seiya concedió un pase especial al Inframundo para que Saori y sus amigos lo bajen a visitar y ellos lo hacían con frecuencia, igual él y Ren subían a verlos, las relaciones del Santuario y el Inframundo estaban fantásticas, había varios roces con el Templo Marino y Poseidón pero al ver el frente unido del Santuario y el Inframundo, el Dios del mar no había intentado nada todavía, Kanon decía que no lo haría tampoco, la intervención de Zeus fue decisiva para que las cosas permanecieran tranquilas, el plan original de Hades era atacar conjuntamente el Santuario con el apoyo de los Generales Marinos, pero Zeus fue advertido no solo por Saori sino por Hilda de Polaris, esta fue la razón de que al momento de la verdad Poseidón y sus súbditos no hicieran acto de presencia cuando Hades fue al ataque

 

Una tarde a lo que Seiya volvió del Palacio de Justicia fue directo a buscar a su hijo y se lo llevó a los Campos Elíseos, el joven padre estaba sentado en el pasto jugando con Ren con unos bloques suaves de colores, el niño los lanzaba al aire o se los llevaba a la boca, su retoño que pronto cumpliría un año, en verdad era muy parecido a Hades excepto sus ojos que eran cafés como los de Seiya y su sonrisa que era muy parecida a la del castaño, el pequeñito gateó hasta su padre y le dio uno de los bloques mientras se lanzaba a sus brazos, Seiya lo recibió con una sonrisa y lo levantó en el aire, lo lanzaba (no muy alto claro está) y lo atrapaba, el pequeño niño se reía disfrutando de la tarde de juegos con su padre

- Papa

- Ah?? – Seiya lo miró extrañado pero la sonrisa no se le iba, lo había llamado con su dulce voz

- Papa… papa… tu

- Si… yo soy tu papá

- Papa – dijo el niñito señalando a la puerta por donde Hypnos salía de uno de los templos hacia el amplio jardín

- Si… él también es tu papá

El niñito se inclinó en los brazos de Seiya para que Hypnos lo cargara, el Dios del sueño lo tomó y besó su mejilla para después besar al castaño en los labios que respondió con suavidad

- Temprano – dijo Seiya con una sonrisa de alivio

- Lo bueno es que te alegras de verme – bromeó el Dios del sueño

- Te vas por mucho tiempo, yo se que el Tártaro necesita mantenimiento pero te desapareces por mucho tiempo, no estás aquí con nosotros y te extraño…

- Nahh, como tu dices ya todo está casi dispuesto y marcha perfectamente, ahora tendremos mas tiempo, para nosotros y nuestro hijo

- Me gusta como suena eso

- Encontré algo que te va a gustar

- Ah sí?

- Si… pero es sorpresa, Lune va a cuidar a Ren hoy en la noche y tu y yo saldremos

- Y a dónde vamos a ir en este lugar?

- No subestimes al Inframundo, tiene sus encantos

 

Esa noche después de que Ren dormía en su cuna, Seiya e Hypnos salían del templo en el que vivían y caminaron un largo rato por el verde pasto de los Campos Elíseos hasta un río, ahí estaba amarrado un bote no muy grande pero de apariencia fuerte, Hypnos se subió primero y tendió su mano a Seiya que la tomó y subió al bote, la noche era fresca y clara, el castaño extrañaba las estrellas y la luna pero no estaba tan mal ahora que estaba en la compañía de su amado Dios, el bote se movía solo porque Hypnos no estaba remando, los dos estaban sentados juntos y abrazados, hablaban bajito en la quietud del ambiente

- No has sabido nada de Atena?

- No desde hace una semana que subí, si algo hubiera pasado ya nos habríamos enterado no crees?

- En eso tienes razón, ya casi llegamos

- A dónde?

- Ven

El bote se afincó a la orilla y salieron a un claro que estaba lleno de flores, había una cascada al fondo y estaba lleno de árboles frutales

- Y esto? – Seiya sonrió al ver el paisaje

- Es el jardín secreto de Perséfone, lo encontré por casualidad, ella lo hizo para tener un lugar lejos de Hades en el que refugiarse cuando las cosas se tornaban muy intensas con él

- Cómo lo sabes? – se interesó el castaño

- Se lo pregunté, ella es la que me ayudó a decorar Giudecca y a atender varios asuntos aquí abajo – Hypnos se encogió de hombros

- En serio? – Seiya arqueó una ceja, nada bueno podría venir de Perséfone

- Ella no es mala, solo quería ser libre, no la juzgues duramente, tu más que nadie sabes lo que es tener a Hades tan cerca

- Ella era su esposa, yo su esclavo

- Misma diferencia

- Cielos…, no lo sabía – eso si le sorprendió, Hades era un sádico en verdad

- Bueno… te gusta?

- Si, pero yo no necesito un lugar de escape, primero vivo muy atareado, segundo no tengo de quien huir, a mi me gusta estar contigo y te extraño cuando no estás

- Que tanto me extrañas? – dijo el Dios del sueño tomando entre sus brazos a su castaño y besando sus labios suavemente

- Mucho… y tú lo sabes

- Nahh, yo necesito pruebas – Hypnos bromeó y Seiya sonrió

- Quieres hacerlo aquí?, no te parece incómodo?

- Tú fuiste el que dijo que querías que la primera vez que lo hiciéramos fuera especial

- Bueno yo estaba pensando en un vinito helado, unas velas, un camino de rosas, un streap tease, algo de eso…

- Un streap tease?

- Oye… tengo derecho a soñar lo que yo quiera no?

- Caminemos un ratito a ver si te animas

 

La pareja caminó el claro, no había un sendero definido pero si había una parte que lo atravesaba que no tenía flores y fueron por allí, la noche no era muy cálida que digamos pero su aroma era delicioso, dulce pero cítrico, al fondo había un gran árbol de manzanas, Seiya tomaba a Hypnos de la mano y lo llevaba a explorar, al fondo del claro, donde no era necesariamente visible a simple vista, escondidita estaba una especie de cabaña, Seiya sonrió y ambos entraron, ahí el castaño encontró un camino de pétalos de rosas y velas que alumbraban tenuemente las habitaciones, la luz llevaba hasta una habitación que tenía una cama bastante grande y en el velador estaba en una hielera una botella de vino con dos copas

- No olvides que yo veo tus sueños mi vida – susurró el mayor directamente en la oreja del castaño que se estremeció con la voz ronca tan sexy que Hypnos tenía

- Tramposo – respondió Seiya con una sonrisa volteándose para mirar de frente a su Dios que lo estrechó entre su brazos y entre besos lo llevó a la cama, Seiya estaba bastante nervioso, todos estos meses se había rehusado a tener intimidad con Hypnos que como santo lo había esperado, la verdad el castaño tenía miedo, la experiencia que tuvo fue extremadamente desagradable, dolorosa, humillante y degradante, Seiya estaba consciente de que así no eran las cosas, eso era violencia pura, ahora estaba en los brazos del hombre que amaba, el joven confiaba en él, sabía que no le dañaría pero igual era bastante difícil, el mayor lo sabía por eso trataba a su castaño con mucha dulzura y suavidad

 

Poco a poco fueron quitándose la ropa, disfrutando de las suaves caricias que se regalaban mutuamente, sus besos eran dulces pero profundos, Seiya estaba recostado sobre su espalda e Hypnos estaba sobre él aunque no le recargaba su peso, el Dios con su suave trato estaba consiguiendo poco a poco que el castaño se vaya relajando, el mayor acariciaba el pecho del joven y lo fue bañando de besos, se entretuvo en sus pezones y fue bajando por su vientre, Seiya no podía estar quieto y se movía en la cama, esto le parecía sumamente sensual al Dios, Seiya se arqueó en la cama cuando el mayor comenzó a acariciar su miembro por sobre su pantalón y sonrió complacido al ver que el castaño no puso impedimento alguno cuando aflojó el botón y se lo quitó, ahora lo acariciaba sobre su piel directamente, luego de un momento se llevó el endurecido miembro de su pareja a la boca, para Hypnos era la visión de lo divino el rostro de Seiya, el joven estaba sonrojado ligeramente, tenía los ojos fuertemente cerrados, su boca estaba un poco entre abierta y respiraba agitadamente, de rato en rato suaves gemidos escapaban de sus labios y con las manos estrujaba las sábanas, no tardó mucho el alcanzar la cumbre del placer y se derramó en la boca del Dios que no desperdició ni una sola gota

 

Seiya estaba cual pudín en la cama, una fina capa de sudor cubría su cuerpo, Hypnos lo fue acariciando ahora hacia el norte, hasta que llegó a sus labios y se besaban con pasión

- Quieres seguir o lo dejamos así?

- Tengo miedo – dijo Seiya sinceramente mirando a Hypnos a los ojos que acarició su rostro y le sonrió dulcemente

- Yo te amo – le susurró el Dios en la oreja al castaño

- Yo te amo a ti, pero igual tengo miedo

- Tranquilo, estás conmigo, nada malo te va a pasar, soy tuyo mi vida y quiero que seas mío, pero si no estás listo… siempre podemos esperar

- No… yo quiero hacer el amor contigo… solo… yo…

- Confías en mi?

- Tu sabes que si

- Déjate llevar entonces…

 

Hypnos se acomodó nuevamente entre las piernas de Seiya, se besaban, se acariciaban y se decían cuanto se amaban, continuaron con sus juegos de besos y caricias las que lograron vencer las barreras de Seiya encendiéndolo cual hoguera

- Hazlo… estoy listo – dijo el joven entre jadeos

- Seguro?

- Si… yo quiero…

Hypnos volteó a Seiya en la cama recostándolo sobre su estómago y fue besando su espalda, acariciando esa suave piel que aún tenía marcas de los maltratos recibidos por el Dios de los muertos, besó cada una de las cicatrices, acarició cada centímetro de esa piel que lo enloquecía hasta que llegó al firme trasero del menor, lo acariciaba, lo mordía suavemente, separó los cachetes para lamer con mayor facilidad esa estrecha entrada que se mostraba ante él, el castaño se estremeció cuando sintió la lengua del Dios en aquel lugar, luego sintió como un dedo pujaba por entrar en él, el chico se tensó pero sintió la ronca voz del Dios del sueño en su oído

- Tranquilo… relájate… lo estás haciendo muy bien

- Se siente extraño

- Pronto se sentirá muy muy bien

Hypnos con su otra mano hizo que Seiya se incorporara un poco quedando apoyado en sus rodillas y manos en la cama y gimió de dolor cuando un segundo y lubricado dedo ingresó en él haciendo movimientos circulares para dilatarlo, pero trataba de respirar profundamente y relajarse, así se le haría más fácil pero nada evitó el gemido aún más fuerte que escapó de su garganta cuando un tercer dedo hurgó en su intimidad, a este dedo le acompañaron suaves caricias en su pecho y espalda además de suaves besos en su cuello, era una mezcla de sensaciones, placenteras e incómodas, luego el Dios retiró sus dedos y posicionó su lubricado miembro en la entrada del castaño y empezó a empujar, ingresó lentamente en el cuerpo de Seiya que gemía y se quejaba pero trataba de no hacerlo, cuando al fin estuvo dentro esperó unos momentos para que su joven amante se acostumbrara a él antes de empezar a moverse, cuando lo sintió listo lo hizo, todo esto era sumamente incómodo y doloroso para Seiya, pero el joven al conseguir relajarse un poco sintió como el dolor iba cediendo y una sensación divina de placer lo iba invadiendo cuando el Dios rozaba certeramente aquel punto sensible en su interior, ahora sus gemidos ya no eran de dolor, eran de placer, en especial cuando Hypnos buscó su miembro con las manos y lo frotaba deliciosamente igualando el ritmo de las embestidas

 

Hypnos salió del cuerpo del castaño que se quejó y lo acostó sobre su espalda, levantó sus caderas y lo volvió a penetrar más profundamente, esto dolió otra vez pero el ritmo que imponía el mayor era enloquecedor, ahora buscaba sus labios y se besaban con pasión, se miraban a los ojos y se abrazaban, las embestidas eran frenéticas llevándolos al borde de la locura, terminaron casi a la vez con explosivos orgasmos entre jadeos y gemidos, Hypnos se acomodó en el pecho de Seiya que lo recibió con los brazos abiertos y se besaban con ternura y pasión, el mayor salió del cuerpo del más joven despacio para no lastimarlo y lo acomodó en su pecho cubriéndolos a ambos con las mantas, estuvieron unos momentos en silencio acariciándose suavemente sin hablar

- Te lastimé? – preguntó algo preocupado el Dios al ver el rastro de sangre en las sábanas

- No me lastimaste, me siento… bien, no pensé que fuera así – Seiya tenía los ojos cerrados, pero al decir esto los abrió y miró a su amor con una sonrisa mientras acariciaba su rostro

- En verdad fue diferente – Hypnos tomó la mano de Seiya y la besó con adoración

- Diferente? – Seiya arqueó una ceja

- Claro, nunca antes lo había hecho

- Ajá – dijo el castaño con absoluta incredulidad

- Es en serio, es diferente porque te amo, nunca he amado a nadie, esto fue… abrumador, estoy tan feliz – la sonrisa de Hypnos era tan sincera que le llegó al alma a  Seiya

- Que bueno porque yo también, te amo Hypnos

- Te amo Seiya, mi dulce Seiya

 

La pareja amaneció en la cabañita abrazados, ahora que Seiya había superado en gran medida sus traumas podrían tener una vida que en algo se asemejara a lo que siempre había querido, paz, sin guerras, con su hijo y el hombre que amaba, algunas semanas pasaron en la tranquilidad del Inframundo y todo estaba bastante bien, una mañana Ren estaba sentado en su sillita alta jugando con los cereales, no los estaba comiendo, estaba jugando con ellos, Seiya estaba un poco pálido y se sentía algo descompuesto, hacía más o menos una semana su estómago estaba dándose botes, Hypnos estaba algo preocupado por la enfermedad de su niño y habían hablado para subir a la tierra para que se pueda hacer unos exámenes, lo que le pasaba al castaño no era normal, no podía comer es nada

 

En Grecia, todos los caballeros los recibieron como siempre lo hacían, muy efusivamente, Saori quedó a cargo del pequeño Ren hasta que Seiya vaya al hospital, le tomaron muestras de sangre, le hicieron varios exámenes pero no lo encontraron nada, el gastroenterólogo le mandó a hacer una endoscopía y no se vio nada, entonces le mandaron un eco abdominal, ahí el técnico mandó a ver al médico que mandó a ver a otro y a otro, luego fue un desfile de médicos que no podían creer lo que veían, hicieron una junta médica improvisada fuera de la sala en donde la pareja se encontraba, Hypnos estaba de pie junto a Seiya que estaba recostado en una camilla y tomaba su mano, el castaño estaba asustado, que rayos tenía??, un tumor, alguna cosa consecuencia de su operación, algo que le quedó del embarazo… no no no no no, o si?

- Hypnos… - Seiya apretó la mano de su Dios y lo miró, su mirada era de angustia, Hypnos acarició su frente y le sonrió

- Tranquilo mi amor, verás que no es nada grave

- Hypnos, esa cosa que me dio a beber Hécate, tu sabes de lo que estoy hablando…  no era de efecto permanente o si?

- Supongo que no… bueno… no sé, pero eso que tiene que… Ohhhhh, Seiya… - el Dios del sueño abrió mucho los ojos cuando se dio cuenta de lo que el castaño estaba pensando, no salía de la sorpresa

- Tú crees?

- Ohhhh, un hijo…

- Querrás decir otro, cielos otro??, pero cómo rayos??

- Bueno mi amor, después de todo, yo soy un Dios, además a Ren le caería bien un compañero de juegos

Seiya se dejó caer en la camilla y suspiró, lució extremadamente preocupado por unos minutos, Hypnos solo lo miraba esperando su reacción y se tranquilizó cuando lentamente una sonrisa se le fue formando en el rostro y puso su mano en su vientre, Hypnos hizo lo mismo, entrelazaron sus dedos y el mayor se agachó para besar al joven que lo miraba con ojos brillantes

 

***

 

En la playa cercana a la Mansión Kido en Japón, una mañana de sol un niñito de mas o menos 6 años estaba sentado en la arena, estaba construyendo un castillo ayudado por su hermana que era un poco menor a él, el niño tenía el cabello negro, los ojos cafés, una nariz respingona y era algo pálido, ahora estaba intentando armar la torre y fruncía el ceño de lo concentrado que estaba, a ambos niños les encantaba jugar en el sol, su hermana tenía los cabellos cafés claros que hacían juego con sus ojos, su piel era un poco mas tostada que la de su hermano pero ambos reían mientras estaban distraídos con su construcción, a unos metros mas allá sentado en la arena estaba un joven castaño que leía tranquilamente un libro, de rato en rato alzaba la mirada para ver a sus niños que jugaban tranquilamente y reían

- Papi papi – la niñita se acercaba corriendo al castaño que puso a un lado su libro y extendió sus brazos para atraparla

- Qué pasó amor?

- Ren hizo la torre mas alta, ven a verla, ven a verla

Seiya se puso de pie y se dejó llevar de la mano de su pequeña que lo jalaba hasta el castillo de arena

- Les quedó fantástico – dijo Seiya sonando impresionado

- Es Guidecca – dijo el niño con una sonrisa parándose junto a su padre que le acarició los cabellos

- Solo te faltó hacer a cancerbero mi amor

- Si lo intenté pero se derrumbaba – dijo el niño mirando a Seiya que le sonrió

- Papi…, a qué hora viene papá? – preguntó la niña

- Tu papá dijo que venía hoy en la noche, esperemos que no se tarde

- Papá dijo que nos iba a traer una sorpresa qué creas que sea papi? – preguntó Ren

- No lo sé, tu conoces a tu papá, el se toma muy en serio lo de las sorpresas, haber háganme lugar, falta construir un foso y un cocodrilo – Seiya se sentó frente al castillo y tomó la pala para cavar el foso alrededor del castillo

- En el foso no hay cocodrilos papi – dijo Ren con una sonrisa aplastando los cachetes de Seiya con sus manitos y besándolo en la nariz

- Es que Guidecca es un castillo aburrido sin cocodrilos, el nuestro es mucho mas chévere, tiene cocodrilos, osos y ponys

- Yo quiero un pony papi – dijo la niñita colgándose del cuello de su padre

- Seika… tendremos que hablarlo con papá a ver que dice

- Si a Seika le dan un pony yo quiero un perro

- Un perro?, y cancerbero?

- Yo quiero un perro como el de tío Aioros, uno chiquito que pueda dormir conmigo en mi cuarto, si llevo a cancerbero a mi cuarto a mi me tocaría dormir en el suelo, el ocuparía toda la cama

- Hoy lo hablamos con papá, ya ayúdenme a hacer el foso

 

El castaño estaba entretenido jugando en la arena con sus niños, cuando acabaron el castillo se tomaron fotos, se metieron al agua y luego estaban acostados en el sol del medio día cual lagartijas tostándose, a los tres les encantaba estar en el sol, cada que subían a la tierra pasaban todo el tiempo afuera en la playa, en los jardines y solo entraban a la casa para dormir, Ren y Seika estaban lavando conchitas en el agua del mar, cualquiera que los viera no pensaría que ese par de niños eran sumamente especiales, Ren había heredado todos los poderes y habilidades de su padre y podía hacer otras cosas que ya eran de su gasto, Seika era digna hija del Dios del sueño, lo que se hereda no se hurta pensaba Seiya cuando algo extraño pasaba (era por lo regular cuando sus niños utilizaban sus habilidades e involuntariamente destruían algo), pero dentro de todo… sus retoños eran sanos y felices, a Ren le habían explicado que su padre biológico no era Hypnos pero que desde que estaba en el vientre de Seiya lo amó y lo amará siempre, mas que a su vida, el tema de Hades no lo tocaban mucho, solo le habían dicho a su pequeño que murió en una guerra, aún era muy pequeño como para entender toda la historia

 

- Tía Saori, Tía Saori – gritó Ren y dejó lo que tenía en las manos y corrió hacia la joven que lo recibió en sus brazos primero a él y luego a su hermana

- Los extrañaba y vine a verlos, no tienen frío?

- No, el agua está rica, no quieres meterte con nosotros? – dijo Ren apretando la mano de la Diosa

- Mejor vayan ustedes mientras yo converso con su papito

Los niños corrieron y luego de un ratito estaban chapoteando en el agua, Saori fue hasta donde Seiya estaba y se sentó junto a él

- No tienes frío?

- No… Guidecca es mucho mas frío, y ni me hagas hablar del Palacio de Justicia, el clima como que es mejor en los Campos Elíseos pero… no pasamos mucho tiempo allá

- Hypnos?

- Dijo que vendría hoy en la noche, hubo algún problema en el Tártaro, él y Lune lo están arreglando o algo, si fuera algo grave ya me habrían llamado así que tranquila

- Si tu lo dices… ellos son tan dulces – dijo Saori mirando a los niños que jugaban en el agua

- Son niños Saori, se supone que sean dulces – Seiya sonrió al comentario

- No necesariamente, pero ustedes están haciendo un muy buen trabajo con ellos

- Eso dice Hypnos, yo solo los amo, los cuido, y los protejo, son mis bebés después de todo, intento pasar el mayor tiempo posible con ellos, no me gusta mucho llevarlos al Palacio de Justicia, tengo preocupación que se vayan a traumar o que pierdan esa inocencia y esa dulzura que tienen

- No es la cantidad de tiempo Seiya, es la calidad de tiempo

- Eso es lo que me dice Hypnos, pero me gustaría pasar todo el tiempo con ellos, por eso estos días nos han caído de maravilla

- Ren es muy protector con Seika, lo habías notado?

- Claro que si, nadie puede acercarse a su hermanita, nadie puede molestarla, excepto él claro está, sabes me gusta que sea así, Hypnos tenía razón, cuando Seika venía en camino yo estaba preocupado por Ren pero la verdad crecer con un hermano no es lo mismo que ser hijo único, ellos se llevan bien, ambos son especiales, tu sabes a lo que me refiero lo que hace que todo sea mas fácil

- Me encanta verlos juntos, ellos te aman y son muy protectores contigo

- Son treposos es lo que son, yo no se que es pero no pueden sentarse en la silla de junto, no hay lugar mas cómodo que sobre mi, y no solo el uno, los dos son igualitos, pero me encanta, ellos son todo cariñositos y no sabes cuanto eso me llena, lo bueno es que son igual de treposos con Hypnos, pero a él le gusta mucho que sean así y eso me tranquiliza

Seika venía corriendo salpicando agua por todas partes y se lanzó a Seiya que la atrapó y besó por todos lados

- Papi… tengo hambre

- Ok., llama a tu hermano y vengan para secarlos y volver a la casa

La niñita fue corriendo al agua otra vez y volvió jalando a su hermano de la mano que venía haciendo pucheros, Seiya solo sonrió, los secó, los cambió y fueron caminando a casa con Saori, antes de la cena llegó Hypnos, cuando lo vieron los niños fueron corriendo a él que los cargó y los besó con dulzura, Seiya solo los veía y sonrió cuando sus niños se le lanzaron al Dios del sueño porque les había puesto en sus cuellos una fina cadena de oro con un colgante muy parecido al que Hypnos le había dado hace muchos años, los niños saltaban emocionados y comparabas las piedras que eran exactamente iguales, pero… niños son niños…

 

En la mansión estaban ese fin de semana los caballeros de bronce mas fieles además de Saga de Géminis, Aioros de Sagitario, Mu de Aries y Shaka de Virgo, todos comían tranquilamente y compartían momentos juntos, la paz había reinado por algunos años, el frente unido que presentaban el Santuario y el Inframundo era inquebrantable, cualquier enemigo lo pensaría dos veces antes de lanzar una amenaza de guerra

 

Hypnos miraba de vez en cuando a sus niños, ya habían acabado de comer y jugaban con unos muñequitos en la alfombra, Ren sin duda alguna era la viva imagen del que fuera su padre, era idéntico a él excepto sus ojos, pero lo que en verdad diferenciaba al niño del Dios de los muertos era su expresión y su mirada, Hades tenía la mirada dura y su expresión era siempre severa o cruel, Ren tenía la mirada como la de Seiya, dulce y llena de esperanza y confianza, el niño era muy travieso, tenía una sonrisa un tanto pícara muy diferente a la de Hades, a opinión de Hypnos, Ren era digno hijo del joven castaño al igual que su niña, Seika se parecía mucho a Hypnos, no era rubia como su padre pero su tono de cabello era mas claro que el de Seiya y también tenía sus ojos, el Dios del sueño estaba muy contento con y por su familia, él amaba a Seiya por sobre todo y se sentía correspondido plenamente

 

En la noche Hypnos estaba acostado esperando a su esposo algo impaciente en el cuarto de invitados que Saori les había dado cuando Seiya entró a la habitación luego de acostar a sus bebés, el castaño se acostó junto a Hypnos que se acomodó mejor para poder recibir a su esposo en sus brazos y se besaban con suavidad

- Te extrañaba – dijo Seiya besando el cuello del mayor y acariciando suavemente su pecho

- Mmmmm, si así me vas a recibir cada que no me veas un par de días me voy a ir mas seguido – bromeó el Dios colando sus manos por dentro de la camisa del menor y acariciando su suave piel

- Ni se te ocurra, no puedo dormir cuando tu no estás – le dijo Seiya muy serio

- No duerme Ren contigo cuando yo no estoy?

- Ayer los dos durmieron conmigo, el problema es que yo creo que sueñan que juegan fútbol y yo soy su pelota

- No quieres jugar un ratito conmigo mejor?, yo sé de algunos juegos que son de menor riesgo pero son mucho más divertidos y satisfactorios

- Suena bien

Hypnos recostó a Seiya sobre su espalda y se besaban con tranquilidad cuando la puerta de su habitación se abrió, la pareja se separó para ver a Seika que entró abrazada a su dragón de peluche y se acercó a la cama

- Papi no puedo dormir

- Qué pasa amorcito? – dijo Seiya tendiendo su mano a la niñita que fue hasta la cama y pegó su frente con la de Seiya

- Tengo frío – dijo en voz baja

- Quieres otra cobija? – Seiya acarició suavemente el rostro de su hijita

- No… puedo dormir aquí con ustedes?

- Claro… ven…

Seiya le hizo un espacio a su lado y la subió a la cama abrazándola

- Papi por qué están acostados sobre las cobijas?, no tienen frío?

- Ya nos íbamos a acostar bajo las cobijas, estábamos conversando un ratito primero, haber levántate un poquito… eso es – Seiya destendió la cama y los tres se acomodaron bajo las cobijas y en las almohadas

- Ren también ya viene – dijo Seika acurrucándose en el pecho de su padre

- Lo viste?

- No… pero va viene

Seiya besó la cabeza de su hija y se pegó mas a Hypnos haciendo mas espacio para su otro hijo, Seika no necesariamente era adivina pero sentía las cosas que pasaban cerca de ella fuera de su rango visual y en verdad a los pocos segundos la puerta volvió a abrirse y Ren entraba a la habitación con su perro de peluche, no dijo nada solo se subió a la cama, le pasó por encima a Seika y a Seiya que se quejaron estrepitosamente haciendo reír a Ren y a Hypnos, el menor se acostó entre sus dos padres y abrazó al Dios del sueño que besó su cabecita y se estiró para apagar la luz, el mayor se acomodó en la cama con una sonrisa, lo mas importante de su vida estaba en esa cama junto a él, su esposo y sus dos hijitos, el mayor suspiró con felicidad y un poco de resignación… ya jugaría con Seiya mañana…

 

 

Notas finales:

Cuando Seiya dice que sus niños son treposos se refiere a que siempre están trepados encima de él

Espero que les haya gustado mi historia, quiero agradecerles de corazón por haberla leído, muchas gracias por los comentarios que he recibido, me encanta leerlos y me animan a continuar, y sin mas desde acá les mando un abrazo (talla osito) deseándoles todo el éxito y felicidad en el nuevo año que se nos viene

Cuidense mucho, pásenla genial este fin de año y nos vemos el próximo en otras historias por ahí, saludos y abrazos, bye


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