Capitulo 3
“Colores”
“Es muy fácil caerse en el abismo... Pero si puedo mantenerme a tu lado... Seguro que llegaremos al Paraíso”
Yukari
Y es que supongo que es aquí donde pienso ¿Por qué jodidos traigo a tres completos desconocidos en mi auto?, ni siquiera les hablo, al menos no sé bien acerca de ellos, la única razón sea probablemente Katze. Si no fuera por ella de seguro ahora mismo estas personas estaría en el mismo lugar en el que estaban, y yo podría estar de camino a mi hogar para poder dormir como dios manda. Pero no, la pequeña se empeña en hacer su voluntad sin tomar en cuenta a los demás.
Observe por el espejo retrovisor al dobe que sonreía nervioso ante las miradas de las menores, él iba en medio, en el lado derecho Katze y en el izquierdo la pequeña rubia. Ambas tomando un brazo del rubio y jalándolo para tenerlo más cerca de ellas. Observe a mi lado a un chico que no parecía tener más de 25 años, me pregunte que relación tenía con el dobe puesto que al parecer tenían bastante confianza. De vez en cuando me daban órdenes de camino tenia que tomar para llegar al dichoso parque de diversiones. Pasaron algunos minutos antes de que llegáramos a nuestro destino, cuando lo hicimos me estacione en el primer lugar que vi, todos bajaron y cuando estaba dispuesto a subirme nuevamente al auto Katze me tomo del saco para jalarme sin ningún recato, apenas y pude cerrar la puerta y poner la alarma antes de tomar su pequeña muñeca y preguntarle el porqué de sus actos.
—Que diablos ¿Katze?—
—Oto-san me temo que por hoy me niego que a que te vayas a casa te quedaras conmigo y con Naru—
Tan solo suspire pesadamente para después pasarme la mano por los cabellos y despeinarlos ligeramente, le tome de la mano y esta soltó la de su rubio profesor. De repente Katze se detuvo y note como sacaba una caja pequeña con un listón azul de la bolsa de su sweater. Se le veía algo sonrojada cosa que me extraño.
— ¿Oye estas bien?—
Al parecer poco le importo que me preocupara su actitud porque salió corriendo a con el dobe le jalo con algo de fuerza la camisa que este traía puesta. Para después poder darle la pequeña caja que minutos antes había sacado. El rubio la tomo y se puso totalmente colorado, camine para poder ver el porqué de los sonrojos. En las manos de Naruto había un broche de plata con una adorno de un Naruto, di una sonrisa de lado y me reí a lo bajo del dobe al ver que era un broche para una mujer. Sentí un codazo en las costillas y era el dobe que me había golpeado por mi acto, tenía un puchero y aun con su sonrojo veía al otro lado.
—Es muy lindo Katze, gracias—
— ¡Ah! ¡Mamma! Lou te había comprado uno igual—
—Así que tu fuiste la idiota que compro el otro—
—Katze— Le regañe por la forma en la que llamo a la niña, la rubia por su parte saco una caja con un listón de color rojo, Naruto la abrió y era un broche igual al que Katze había comprado. No pude evitar reírme por lo bajo de nuevo del dobe puesto que este puso una cara de abatido al ver que ambas le daban un regalo para una mujer en el día de las madres. Lou le quito las cajas y saco los broches poniéndoselos en el cabello a Naruto, jalando su flequillo hacia atrás peinando cabellos, dejando al descubierto toda su frente a los lados sobresalían los mechones rebeldes, aún tenia ese sonrojo en su rostro debía de admitir que…
—Dobe pareces una chica—
— ¡No lo hago teme! ¡Soy muy masculino!—
—Pero eres pequeño— El peli rojo se unió a la plática
—Y tu cabello es largo— seguí con mi descripción.
—No esta muy largo… ¿O si?—
—Tienes ojos grandes—
— ¡No es cierto!—
—Eres delgado—
—Solo lo normal… ¡No parezco una chica!—
Iba a replicar cuando a nuestro lado pasaron unas chicas cuchicheando lo linda que era “la rubia y que tenía unos broches muy lindos”. Solté una sonrisa de lado para después mirarle victoriosamente. –Ya vez que no soy el único que lo piensa—
Este parecía deprimido, le tome de la muñeca a él y a Katze para entrar al parque –Vamos ya no tengo toda la tarde y la mocosa insiste en que venga—
—Púdrete oto-san—
— ¿Dijiste algo Katze?—
—No oto-san—
Ya una vez dentro note que aun tenia agarrado de la muñeca al dobe le solté un tanto apenado, y me fije que el pelirrojo me miraba de mala manera. –Tu gánale oto-san no te intimides—
Y Katze, bueno ella no ayudaba mucho que digamos. Resople fastidiado, la tarde sería muy larga. Estuvimos por todos lados, y subimos a varios juegos, siempre era jalado por Katze, incluso aun cuando nos subimos a una montaña rusa, me dejaron sentado con el pelirrojo, mientras que la rubia y mi hija se sentaban con el dobe siempre este en medio. Era divertido de alguna ver la forma en la que gritaba cada vez que le daba miedo algo.
Nos metimos a la casa del terror y en más de una ocasión el rubio salto a mis brazos casi llorando por los sustos que le metían.
—No me dan miedo los fantasmas, no me dan miedo… ¡Waa!—
Y un grito se oía por parte de Naruto y brincaba temblando para abrazarme. Le miraba con fastidio pero a la vez con diversión por lo inocente que era ese hombre, pero al parecer el pelirrojo no me toleraba puesto que siempre que Naruto se acercaba a mi lo alejaba jalándole de la mano, me fulminaba por unos minutos y después seguía como si nada hubiera pasado. ¿Qué se creía el maldito? Katze por su parte estaba entretenida molestando a la rubia. Se le podría llamar ¿Su primera amistad? Si no era eso era que realmente disfrutaba de fastidiarla.
Suspire un poco y salimos de aquel lugar el dobe temblaba mientras sollozaba y Katze la daba palmaditas en la espalda.
—Y eso que eras muy masculino dobe—
—Soy muy masculino teme—
— ¡Mira mamá que bonita chica!—
Y la voz de un niño que señalaba al rubio hizo que dejáramos el inicio de la discusión. El dobe simplemente dejo las cosas por la paz con decepción de si mismo mientras susurraba “no soy tan bonito” “por eso no salgo a la calle” “¿Donde esta mi orgullo de hombre?”
Llegamos a una rueda de la fortuna (Conocida también como Noria) al parecer el menos entusiasmado era el pelirrojo. Y el más entusiasmado Naruto.
—Papà ¿Aun no superas tu miedo a las alturas?—
—No—
—O ya veo—
—Pero vayan ustedes sabes que a tu mamma le gustan mucho este tipo de atracciones—
—Yo me quedo contigo que vayan ellos tres—
Ni idea cuando pero el dobe sólo espero aprobación para que nos subiéramos y ya nos estaba jalando para ir. Primero me subí yo y después el dobe, esperamos a que Katze se subiera pero para cuando volteamos ambos a buscarle el encargado nos cerro la puerta y esta estaba a cuatro metros del juego saludándonos desde su posición actual. Esta comenzó a girar.
—…—
—… O vaya, parece que nos quedamos sólo tu y yo teme—
—Si—
Que más daba tome uno de los asientos viendo por la ventana de la pequeña ventana cabina. Y el dobe hizo lo mismo que yo se sentó y dirigió su mirada al parque de atracciones, era una persona extraña, al parecer joven, probablemente la misma edad de ese muchacho o menor, pero él ya era maestro y al parecer era un tanto responsable.
—Dobe ¿Qué edad tienes?—
— ¿Mn?, tengo treinta dentro de cinco meses cumplo treinta y uno—
Eso si me sorprendió –Mientes ¿No?—
—No lo hago… Te dije que la madre de Lou murió cuando yo tenía quince años y ella tiene precisamente quince años ¿Me veo ya tan viejo?—
—No en realidad pareces un muchacho de veinte o veinticinco años—
Después de mi comentario pude oír una escandalosa sonrisa –No te burles dobe—
—Na… no lo hago, es sólo que supongo que si no fuera porque Katze es tu hija diría que también eres más joven, pero esta bien aun así te vez viejo—
—Maldito mocoso—
—Waa~ no me pegues teme—
El y su maldito sarcasmo, sonreí de medio lado.
—En realidad, es bueno que hayas venido teme hoy Katze pareció haberse divertido, eso es bueno, creo que de vez en cuando deberías de pasar tiempo con ella aunque no lo diga, y es que he notado que ambos son demasiado obstinados y orgullosos, sé que te necesita después de todo eres su padre, es normal, aunque sea muy madura aun es una niña y necesita de su familia—
—Es por ello que quería casarme, creí que sería bueno que tuviera una figura materna a su lado pero… ella se negó a aceptar a Sakura, al parecer no le agrada—
—No es eso—
— ¿Enserio?—
—Ella me ha dicho que no es que Sakura sea mala persona o que le desagrade, pero que simplemente no la ve como una madre, simplemente cree que es un buena persona, pero no la ideal, me ha dicho que es bonita y que su cabello es rosa— Naruto soltó una risa un tanto más discreta de las que solía dar –Al parecer eso le parece genial, dice que no hay mucha gente con ese color de cabello, al parecer le respeta porque es amable y que muchas veces le ha regalado dulces, pero que parece que es extraño que no quiera ir muchas veces a la casa—
—En realidad ni yo entiendo muy bien a Sakura, creí que era buen prospecto porque se parecía en algunos aspectos a mi mujer… ella…—
—Este bien, Katze me lo dijo—
—Me pregunto que no te habrá dicho ya—
—Muchas cosas, aunque sea un tanto cercana a mi sé que no todo me lo puede decir porque puede que no la entienda no tenemos muchas cosas en común, ella es decidida, ególatra hasta mandona, pero oculta sus sentimientos a la perfección me pregunto si lo heredo de ti…—
—Tal vez—
Y en medio de aquella platica pasamos los 5 minutos que duraba la atracción, fue algo interesante a pesar de que no conocía mucho a ese hombre me di cuenta de que no había manera de que él pensara en hacerle daño a mi hija, me preguntaba si por ello a mi madre le habría agradado tanto. Cuando bajamos de ahí Katze estaba más que feliz. Ya estaba empezando a obscurecer, observe el cielo nostálgico tal vez el rubio tenia razón no pasaba mucho tiempo con Katze de hecho sólo hablábamos en contadas ocasiones y no era por mi trabajo, yo era contador por lo que sólo trabajaba por las mañanas en un banco, tenia la tarde pero aun así el miedo de no poder decir muchas cosas me impedía llegar temprano, me iba por ahí con mis amigos o simplemente tomaba horas extras. Antes de irnos compraron algunos algodones y los comieron en un banca me quede parado observando a esas personas.
Al final fuimos al auto y pasamos a dejar primero al dobe y su familia le observe a el principalmente aun sonreía con ese sonrojo que tenia probablemente por el calor de la noche. Arranque y di un ultimo vistazo por el espejo para después ver a Katze que tenia los ojos cerrados con el ceño un tanto fruncido.
—Ne oto-san—
— ¿Si?—
—Fue un buen día ¿Verdad?—
—Supongo que si—
—Oto-san…—
— ¿Si?—
—No dejes que la cerecita nos gane, no dejes que se vaya—
—A veces me pregunto que pasa por esa cabeza tuya—
—Muchas cosas y entre ellas una especial—
— ¿Así y cual es?—
— Lo mucho que te amo—
Sonreí de lado sin decir otra palabra más en el camino, entendí que no era que en realidad tuviera que hablar mucho… Esa noche tenia un color bastante interesante ¿O era sólo mi impresión?...