Draco iba hecho una furia por toda la escuela. Se esas veces que sientes que podía matarte con la mirada. Y es que con justa razón. Le había llegado una carta anónima diciéndole que habían visto a Harry besarse con Alexander en un aula vacia, y eso al rubio le había dolido en el alma, ya que amaba a su moreno, pero antes que entristecerse, se había enojado, tanto que el mismo Voldemort daría un paso atrás. Pansy lo vió a lo lejos y se dispuso a acercarse, pero al ver el estado en el que venía decidió que no era buena idea y fingió que le parecía interesantísimo el tejido del tapiz. Y es que cuando el príncipe de Slyhterin se enoja, hay que tener cuidado, porque si lo fastidias estalla, y claro, acabas arrepintiéndote. Giró una esquina y los vió. Harry y Alexander platicando animadamente camino a clase de adivinación. Los alcanzó.
-¡¡HARRY!!- gritó a voz en cuello.
-Hola amorcito- dijo Harry e intentó darle un beso, pero Draco lo apartó
-¡¿Me podrías explicar porque te estabas besando con… este?!
-Draco, ¿De que hablas?- preguntó Harry desconcertado.
-¡¡De esto!!- exclamó Draco sacando aquella carta y mostrándosela al moreno quien la leyó rápidamente y se la devolvió dolido
-Draco calmate- dijo Alexander tratando de aligerar el ambiente.
-¡¡TU NO TE METAS!!- gritó Draco asustando a Alexander y de paso atrayendo miradas indiscretas.
-Esto jamás pasó- dijo calmado Harry.
-No te creo- dijo Draco.
-Pues deberías, soy tu novio y jamás te haría una bajeza asi- dijo Harry con lagrimas en los ojos.- Vamos Alex, tenemos clase.
Jaló al ojiazul del brazo y se fueron a clase dejando a Draco ahí parado. Cuando éste ya no pudo verlos, Harry rompió a llorar.
Peleas como esta sucedieron varias veces en las semanas siguientes, alguien le mandaba una carta a Draco, este se enfurecía y le iba a reclamar a Harry, que siempre lo escuchaba y le respondia con mucha calma, y después, cuando nadie miraba, rompia a llorar en los brazos de Alexander.
Un dia, una de esas peleas llegó demasiado lejos, Draco le dio una bofetada a Harry, y este, se soltó a llorar. Draco, al darse cuenta de su error, intentó disculparse, pero ya había sido demasiado.
-Harry, amor… lo siento- dijo Draco tratando de disculparse. Alexander miraba a cierta distancia, ya que haba aprendido en una de esas peleas que no era bueno meterse.
-Ya basta Draco… yo no tengo la culpa de nada, y lo sabes, y a pesar de eso, prefieres seguir creyendo las mentiras de los demás.- dijo Harry llorando notablemente y sobándose el lugar del golpe
-Harry yo… -comenzó Draco, pero Harry lo interrumpió.
-Ya me cansé… Terminamos.- dijo tajante, se quitó el anillo y se lo arrojó.- Vámonos Alex.
Harry comenzó a caminar con Alexander pese a los llamados de Draco para que regresara, dobló una esquina y dejó a Draco ahí parado a la mitad del pasillo. Draco no lo podía creer, su relación, su amor, se había ido a la mierda por sus estúpidos e injustificados celos. Harry por su parte, había vuelto a llorar en brazos de Alexander, el cual lo abrazaba y trataba de consolar sin éxito. Caminaron por los jardines del colegio, y se sentaron en el árbol al que siempre iban cuando Harry peleaba con Draco.
-Ya verás… todo se va a arreglar- decía Alexander tratando en vano de consolar a su amigo.
-No lo creo… ya fue suficiente, no quiero estar sufriendo asi- dijo Harry entre sollozos.
Alexander solo atinó a abrazar a Harry, y sin proponérselo, lo besó.
Las semanas siguientes pasaron despacio, Harry habia decidido sentarse en clases lo mas lejos de Draco, y ahora formaba equipo con Alexander. Cuando veria a Draco, tomaba a Alexander de la mano y se alejaba de ahí entre sollozos ligeros, que con el pasar de los días, se fueron haciendo mas leves hasta solo mirar a Draco con tristeza.
Después del beso con Alexander, Harry comenzó a acercarse mas a el. Alexander disfutaba la compañía del moreno a pesar de que sabia que era por despecho de lo ocurrido con el rubio. Draco aun lloraba. Se sentía culpable y deprimido por lo ocurrido, había dejado de pavonearse por el colegio, había dejado de comer lo suficiente y se le veía demacrado y triste. Había dejado de ser un mandón y sus amigos lo habían notado.
Harry había comenzado a tener una pequeña aventura amorosa con Alexander, a veces, a escondidas, se besaban y acariciaban como si de novios se tratara, y un dia, las caricias legaron demasiado lejos, los chicos no pudieron controlarse, y terminaron teniendo relaciones. Mientras estaban en el acto, Alexander escuchó claramente un gemido de Harry que sonaba a algo como “oh Draco”. Creyó haber escuchado mal, y al parecer, Harry no se había dado cuenta de su error. Comenzaron teniendo una relación puramente sexual, hasta que un dia, Alexander se armó de valor, y en un pasillo, tomó a Harry de la mano y lo atrajo hacia si.
-Harry.. se que lo que ha estado pasando estas semanas es por lo de Draco, pero quiero que sepas que para mi significa bastante…- dijo el chico, sin notar que Draco estaba parado a cierta distancia detrás de él, lejos como para no ser notado, pero lo suficientemente cerca como para escuchar con claridad.- Harry yo… ¿quieres ser mi novio?
Harry estaba por negarse, pero vió a Draco detrás de Alexander y el coraje y la tristeza hablaron por el. –Si, si quiero.- dijo abrazando al pelinegro y besándolo profundamente en los labios.