Epilogo.
-¡DRACO LUCIUS MALFOY!¡TE JURO QUE TE MATO!- el grito de Harry se escuchó por todo el edificio. Dos meses después de la boda, Harry y Draco habían decidido tener un hijo, y se les ocurrio la brillante idea de tomar una poción. No contaban con que los efectos de la poción eran prolongados… muy prolongados. Pues bien, tres años y medio después, Harry estaba dando a luz a su tercer hijo… James Sirius, quien era una curiosa mezcla entre ambos, con ojos azules, como los de Narcissa, cabello rubio medio, alborotado, y piel morena clara, Albus Severus que era uuna copia en miniatura de Harry, y ahora el nuevo bebé. Estaban en San Mungo, en una sala de partos, con un Harry esforzándose para dar a luz, una enfermera irritada, un medimago concentrado y un Draco Malfoy que no sabia si asustarse o reir.
Después de tres horas, varios arañazos en el brazo de Draco y con un bebé rubio en brazos, la familia Malfoy-Potter se encontraba nuevamente en casa.
-¿Como lo llamaremos?- preguntó Harry.
-Pues, James se parece a nosotros dos, Albus se parece a ti… Y en vista que el bebé se parece a mi, decidiré yo el nombre.- dijo Draco tajante.
-¿Pero por que?- dijo Harry haciendo puchero. – ¡Los nombres debemos decidirlos ambos!
-Harry, tu escogiste el nombre de los dos niños, el primero por tu papá y tu padrino, el otro por Dumbledore y mi padrino… ¡esta vez me toca a mi!- dijo Draco.
-¿Y como piensas llamarlo?- le preguntó el moreno.
-Scorpius Hyperion.- dijo el ojiplata con seguridad.
11 años después.
-¡James! ¡Albus! ¡Si no se dan prisa no vamos a llegar! – gritó Harry en la puerta de la mansión.- ¡Scorpius!¡Dense prisa!
-Tranquilo, es el primer año de Scorpius en Hogwarts, no los presiones.- dijo el rubio divertido.
-Es que se les va a hacer tarde, sabes que el expresso sale exactamente a las 11 y si llegamos tarde habrá que aparecernos en el colegio.- dijo Harry preocupado. Oyeron pasos en la escalera y vieron bajar a los tres pequeños. James lucía orgulloso el uniforme de Gryffindor, para pesar de Draco, Albus lucia el de Slytherin, para pesar de Harry y Scorpius… bueno, habían hecho una apuesta. Si Scorpius iba a Slytherin, Harry debía pasar una tarde de calidad con Lucius Malfoy en la Mansion Malfoy, en cambio si el niño iba a Gryffindor, Draco lo acompañaría a pasar un dia completo en el mundo muggle. Y ninguno quería que eso pasara. No querían perder. Se aparecieron en el anden y acompañaron a sus hijos al vagón. Scorpius estaba asombrado con el tamañ de la locomotora y miraba nervioso hacia todos lados. Con un pitido del tren, los tres chicos se despidieron de sus padres y subieron.
-¡JA! ¡Lo sabia!- gritó el rubio desde la sala, cuando, a la mañana siguiente, llegó una carta de Hogwarts indicando el resultado de la ceremonia de selección. Harry se asomó desde la cocina y fue a sentarse con su esposo.
Estimados Harry y Draco.
Me es un placer informarles el resultado de la selección de casa respecto a su hijo Scorpius Hyperion Malfoy Potter. El Sombrero Seleccionador evaluó con éxito a su hijo durante la ceremonia y como resultado, ahora es miembro de la casa Ravenclaw.
Atentamente: Minerva McGonnagall, directora del Colegio Hogwarts de Magia y Hechiceria.
-Bien, como nadie ganó, pero tampoco perdió, creo que no tenemos que cumplir con el castigo ¿cierto?- dijo Harry.
-Oh, claro que no. Y me alegra porque por nada del mundo pasaría un dia entero en el mundo muggle.- dijo Draco sonriente.-Bueno… Los chicos ya se fueron, la comida esta lista y tenemos todo el dia para nosotros… ¿que quieres hacer cariño?
Harry lo miró… si mirada tenia ese toque de travieso que le encantaba al rubio. Se dejó caer en el sofá sobre el Draco y comenzó a besarlo… a medida que la temperatura empezó a subir en sus cuerpos y sus erecciones se notaban cada vez mas, fueron torpemente hacia su habitacion y se dejaron caer en la cama, ya sin ropa y se entregaron por completo nuevamente.
Dos meses después.
Estaban cocinando el desayuno cuando unas nauseas horribles se apoderaron de Harry. Tuvo que tragar con fuerza para evitar vomitar. Fueron rápidamente a su habitación y llamaron a un medimago.
Media hora después, el medimago salía de la mansión con una muestra de sangre del moreno.
-Draco, tengo hambre.- dijo Harry.
-Si quieres puedo traerte un poco de tarta.- dijo Draco.
-No, se me antoja helado de durazno con cátsup.- dijo el moreno, pero en el mismo momento abrió los ojos muy grandes. Draco se había quedado igualmente atonito.
-¿Helado de durazno con cátsup?- dijo Draco nervioso.
-Draco, ¿hace cuanto que no te tomas la poción anticonceptiva?- preguntó Harry serio.
-Bueno… Este… se me terminaron los ingredientes y…- dijo nervioso el rubio.
-¡DRACO LUCIUS MALFOY!¡TE JURO QUE TE MATO!