-Fermaportus
-Muffliato
Las túnicas se encontraban ya en el suelo, y el rubio besaba el cuello de Harry mientras le desabrochaba la camisa. Harry soltaba ligeros gemidos de placer cuando el rubio mordía ligeramente mientras acariciaba su cabello.
-Draco espera- dijo Harry apartando ligeramente al rubio.
-¿Qué ocurre?- preguntó el rubio confundido- ¿No quieres …?
-No, si quiero.-lo interrumpió Harry sonrojándose- pero aquí no.- dijo para decirle al oído a Draco- Vamos a la Sala de Menesteres.
Se pusieron la ropa que habían perdido y salieron del aula para dirigirse a dicha sala. Al llegar, la puerta se materializó ante ellos y al entrar Harry quedó sorprendido.
Dentro de la sala había una habitación hermosa, iluminada con luz de velas rojas, las cuales daban un aire de intimidad al cuarto. Una preciosa alfombra blanca cubría el suelo, y la cama, al centro de la habitación, era enorme, con muchas almohadas e increíblemente comoda, cubierta por sabanas color escarlata. Las ventanas tenían cortinas rojas con detalles dorados. El suelo estaba cubierto por petalos de rosa roja, y un camino, de la entrada a la cama estaba señalado por velas blancas.
Al entrar, la puerta se cerró detrás de ellos y se insonorizó, para dar la mayor privacidad a la pareja.
-Draco… esto es… perfecto- dijo Harry asombrado por el detalle de su novio.
-Es nuestra primera vez juntos Harry, quiero que sea perfecta.- dijo el rubio abrazando y besando al moreno, quien lo besaba cada vez con mas pasión.
Nuevamente, la ropa fue desapareciendo de sus cuerpos mientras se dirigían a la mullida cama. Finalmente se recostaron en ella, Harry debajo de Draco. Este ultimo besaba el pecho de su amado, mientras sus manos recorrían con suavidad su piel, excitando cada vez mas al moreno, el cual, acariciaba la fuerte y musculosa espalda del rubio y de vez en cuando arañaba, sacándole gemidos de placer al Slytherin cuando sentía sus uñas recorrer su piel. Draco fue descendiendo poco a poco por el abdomen del moreno hasta llegar a su bóxer, el cual era la única prenda que conservaban ambos.
Con delicadeza y sensualidad se lo quitó dejando al descubierto su hombría, la cual acarició mientras de nuevo besaba a su novio en esos labios que tanto le encantaban al ojiplata. Bajó nuevamente hasta el miembro de Harry y lo lamió de la base a la punta, a la cual le dio un tierno beso antes de metérselo a la boca.
Harry disfrutaba, cada beso, cada caricia, cada pase de la lengua de su pareja sobre su piel estaban llenos de amor y pasión. Draco dejó el miembro del Gryffindor para besar nuevamente su cuello, lo cual Harry aprovechó para, con un agil movimiento, girar y quedar encima de su amado rubio. Con un rápido movimiento se deshizo del bóxer del chico, quedando ambos completamente desnudos. Harry aprovechó para encargarse del miembro del rubio, el cual exigia atención, para después nuevamente besar a su novio.
-Te amo Draco- le susurró a Draco al oído.
-Tambien te amo Harry- contestó el rubio dando vuelta y quedando nuevamente sobre el moreno y posicionándose entre sus piernas.
-Draco espera- dijo Harry
-¿Qué ocurre mi amor?- preguntó Draco. ¿quieres que me detenga?
-No… lo que pasa es que… bueno… soy virgen- confesó el moreno sonrojándose violentamente.- ten cuidado.
- Tranquilo amor, seré muy cuidadoso- dijo Draco a la vez que besaba a Harry para tranquilizarlo. Harry asintió y enredó sus piernas alrededor de la cadera del rubio para acercarlo a el. El ojiplata hizo un hechizo lubricante en la entrada del moreno y metió un dedo para prepararlo, quería que al chico le doliera lo menos posible.
Segundos después metió un segundo dedo, y después un tercero, moviéndolos en el interior del chico, haciéndolo gemir.
-Estoy listo Draco- dijo en un susurro Harry.-hazlo.
Draco hizo otro hechizo lubricante, pero ahora sobre su miembro y empezó a entrar lentamente en el moreno, deteniéndose un poco cuando veía muecas de dolor de parte del chico. Una vez que estuvo dentro esperó a que Harry se acostumbrara, y cuando estuvo listo, este le indico a Draco que se moviera con un movimiento de cadera.
El chico comenzó las embestidas lentamente viendo como al moreno le dolia, pero poco a poco la cara de dolor de Harry cambió por una de placer. De pronto, un movimiento de Draco hizo que su miembro tocara un punto en el interior de su novio que hizo que lanzara un sonoro gemido de placer
-Draco si… mas…- le decía Harry con voz excitada. Draco repitió el movimiento y Harry lanzo otro gemido. El rubio decidió atender al miembro de Harry que había quedado olvidado, estimulándolo al ritmo de las embestidas.
-Ah Draco, sigue asi- dijo Harry.
Pasados unos instantes, Harry llegó al climax, derramándose en la mano del Slytherin. Esto bastó para que Draco alcanzara el orgasmo también y terminara dentro del chico. Salió lentamente y cayó exhausto a su lado. Harry convocó un hechizo de limpieza en ambos y con otro movimiento de su varita los cubrió a ambos con las sabanas.
-Draco- gracias por hacer mi primera vez tan especial- dijo Harry acomodándose en el pecho de su novio.-y por hacer que fuera contigo.
-No me agradezcas- dijo el rubio abrazando a Harry.- Te amo mi león.
-Y yo a ti Dragón- dijo Harry.
Minutos después ambos se quedaron dormidos. Habían acabado agotados, pero felices por haberse demostrado de esa manera tan única y especial el amor que se tenían.
Los días transcurrían y Harry y Draco dejaban ver cada dia mas el amor que se tenían y que iba creciendo entre ellos. Blaise y Ron también lo demostraban, pero de forma mas privada, cuando tenían relaciones, lo cual ocurria bastante seguido.
Un dia se encontraban desayunando en el Gran Comedor. Habian pasado dos semanas desde que todos los alumnos habían regresado de sus vacaciones para iniciar las clases y justo en ese momento el comedor se encontraba lleno. De pronto, aparecieron unas luces en el muro detrás de la mesa de los profesores, las cuales comenzaron a moverse escribiendo un mensaje. Cuando terminaron de escribir, estas luces se dirigieron hacia Ron, que se encontraba tan concentrado comiendo que no se había percatado de lo sucedido. Cuando vió las luces levantó la vista y leyó el mensaje:
“Ron, Gracias por hacerme feliz estos tres meses que llevamos juntos, eres un chico genial y cada dia que te veo me convenzo mas de que eres el amor de mi vida. Te amo con todo mi corazón. Blaise Zabini”
Todo mundo soltó una expresión de ternura mientras Ron se sonrojaba y enternecía por el gesto de su novio. De pronto, las puertas del Gran Comedor se abrieron y dieron paso a Blaise Zabini, que entraba con una caja enorme de chocolates.
-Ron, Felices tres meses- dijo parándose enfrente del pelirrojo y extendiéndole la caja.- Para ti mi sexy pelirrojo, te amo.-
Ron se paró y tomó la caja con una sonrisa de oreja a oreja, la dejo sobre la mesa y se lanzó a los brazos del Slytherin, dándole un suculento beso lleno de amor y ternura.
Todos miraban enternecidos la escena de esos dos, después de todo, nadie pensaba que Blaise y Ron fueran asi de cursis.
Lo que nadie notaba era como otro Slytherin se fijaba en un Gryffindor en especial, un chico atolondrado y distraído llamado Neville Longbottom.
Dias después, en la hora de la comida, llegó corriendo un niño de primer año con un sobre para Neville, sorprendiendo a todos, ya que el chico no recibia cartas jamás, aparte de las que su abuela le enviaba semanalmente pata saber como estaba.
-¿Quién te la envía Neville?- preguntó Seamus con curiosidad.
-No lo se- dijo Neville
-¿Pues que esperas neville? Ábrela- dijo Hermione
Neville tomño la carta con las manos temblorosas y la abrió. La leyó ante la mirada curiosa de toda la casa Gryffindor. Cuando terminó de leer, estaba ligeramente sonrojado y sonreía.
-¿Qué dice Neville?- preguntó Ginny
-Yo… me voy chicos, los veo en clase, dijo mientras tomaba sus cosas y salía corriendo torpemente del Gran Comedor, ante la mirada satisfecha de cierto chico castaño, que lo miraba desde la mesa de la casa de las serpientes
-Voy a conquistarte Neville, quiero que te fijes en mi y me ames como yo te amo a ti en secreto, con la misma intensidad- pensó
-¿Me pasas el puré de papa?- preguntó Blaise.
-Claro, toma- respondió el chico. De ahora en adelante se dedicaría a lograr que el Gryffindor se enamorara de el. El ver a sus amigos felices con sus parejas lo había hecho tomar valor para decirle al león lo que sentía por el, pero lo haría poco a poco, ya habría tiempo de decírselo de frente y lo haría cuando estuviera seguro de no ser rechazado.
Harry y Draco se encontraban caminando por los pasillos de Hogwarts de camino al lago, cuando un chico se paró delante de ellos.
-Harry, Harry, te busca Dumbledore- dijo el muchacho- creo que dijo que tienes visita.
-Oh, gracias Colin- dijo Harry mientras continuaba el paseo con su novio, pero Colin lo interceptó de nuevo.
-EL director me dijo que era urgente que fueras, que de ser necesario no te dejara solo hasta que fueras a su oficina- dijo Colin.
-Esta bien, ya voy.- dijo Harry con desgana, se despidió de su novio y caminó hacia el despacho del director, apremiado por un insistente Colin, que a demás de apurarlo, iba haciéndole miles de preguntas y lo fotografiaba sin cesar.
Al llegar a la puerta del despacho, tocó la puerta y esperó. “Pase” dijo la voz del director. –Ah Harry, por fin llegas, tienes visita- dijo señalando al hombre sentado frente al escritorio. Harry esbozo una sonrisa y corrió a abrazarlo.