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El décimo círculo por PokeGirl Uchiha

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Notas del capitulo:

:B! Yay! Si pude actualizar así que seamos todos felices :D!! >.<!! Ok no... Gracias a todos los que dejan su review y a las personas nuevas que se van poniendo al día con la historia y se toman la molestia de darme su opinión de lo que llevamos hasta ahora. Creo que este capítulo hablar por sí mismo así que así sin más a leer!

Ariel solo veía como el velocímetro iba subiendo cada vez más. Los autos hacía mucho se habían convertido solo en unas simples manchas que pasaban a su lado— ¿De verdad te sientes bien? — Se atrevió a preguntar. Cuando Ethan apareció frente a su casa hace solo tres horas lo había visto bastante perturbado y sabía que no era solo por lo de los halcones—. Ethan…

— ¿Has aprendido a manejar un automóvil?

—No…

—Bueno, entonces no podemos cambiar. Así que deja que me concentre en el camino.

Ariel tragó hondo y se volvió a hundir un poco más en el asiento. Cerró los ojos intentando no mirar como todo parecía una mancha y sobretodo intentaba no ver a Ethan a los ojos porque estos se habían vuelto de un azul demasiado inquietante.  Escuchó el motor rugir con fuerza una vez más. No quiso saber si ya iban a más de ciento veinte o ciento cuarenta— Quizás debimos avisarle a Dante…

—No. Estamos bien sin él— No quería ver como se ahogaba en la preocupación por Alessandro o por Lyosha. No estaba en condiciones de fingir que todo estaba bien. Mapelli una vez más había tenido razón. Todos lo habían tenido, solo él había ciego al no percatarse que en verdad: su madre jamás lo había querido. Apretó con fuerza las manos contra el timón. Si ella no lo quería en su vida entonces no lo tendría, pero no se lo dejaría tan fácil; el ser feliz, de la felicidad de Clarissa ya pronto se iba a ocupar.

Miró el reloj que pasaban cinco minutos de las tres. No estarían en Silver Beach hasta las seis y  si no los encontraban  a tiempo  vendría lo más difícil: Esperar a conocer si los habían atrapado o no.

***

Cerca del muelle el ambiente era completamente relajado. Lucía un cielo despejado tan despejado que Alessandro supo que se avecinaba una tormenta. Una de las grandes— Aseguren bien todo lo que pueda caerse del bote— Les dijo con seriedad. Empezó a caminar a la orilla del mar cuando sintió la presencia de Lupo—. Estás siendo demasiado mi sombra últimamente, Lupo, empiezas a desesperarme.

—Tengo lo que me pediste en la Hummer. ¿Lo llevo?

Alessandro sopesó las posibilidades, en general pocas veces le pedía a Lupo ese tipo de medidas extras, pero esta vez sus instintos le dijeron que no valía la pena no ser extra precavido además si lo habían ocupado en la misión de San Peter valía la pena probar de nuevo— Sí. Llévalo. Si te preguntan los otros que es,  ya sabes que no debes responder.

—Te estás volviendo paranoico, Morello…

Alessandro le miró sobre el hombro— Si esto termina sin complicaciones podrás llamarme así toda la vida si es que lo deseas— Alargó más sus pasos viendo como Lupo se alejaba en dirección a la Hummer. Fue hasta una abarrotería local donde compró agua, principalmente, y una que otra botana,  ya que estarían en mar abierto hasta la medianoche.

Lyosha terminaba de amarrar todo con una habilidad que Lamire no conocía quien se mirándole sorprendido— ¿Aún dudas que soy bueno con las manos? — Saltó de la lancha Phamtom a la del coreano—Deja que te dé una mano con ese problema…—Le quitó las sogas, pero volvió a girar y río ante la expresión apenada de Lamire—. Hoy no puedo darte una mano con el otro tipo de problemas, bonito.

Lamire desvió la mirada queriendo evitar ruborizarse no era el momento para esas cosas—No estoy tendiendo ninguno de esos problemas…

Lyosha rió un poco—Relájate. Todo va a salir bien.

Lamire se quedó mirando a Lyosha quien vestía uno de esos atuendos de pescador, algo pasados de moda, pero él decía que era para encajar mejor en el papel. Lamire había descubierto que le gustaba Lyosha no por lo que usaba o como era en la cama, sino por cómo sentía.

Se acercó hasta él, que estaba agachado terminando de inspeccionar uno de los nudos que había hecho. Se inclinó. ¿Debería decírselo ahora? Intentaba hacerlo, pero su grado de embrutecimiento había llegado a límites insospechados tanto así que hasta se distraía al ver como la brisa marina movía los rizos de éste— Yo quería decirte algo…

—Te escucho— Dijo sin apartar la mirada del nudo que acababa de hacer. Sin embargo Lamire puso una de sus manos en las del español quien le miraba sorprendido.

— Necesito decírtelo mirándote a los ojos…

—De acuerdo—Exclamó mostrando confusión.

—Lyosha yo...

—Lyosha ese no es tu bote— Ambos voltearon y notaron a Morello  cruzado de brazos. Mirando principalmente molesto a Lamire.

—Hablamos luego ¿eh? — Mientras volvía a saltar al bote que le correspondía.

Lamire no dijo nada al respecto. Al poco tiempo tenía a Lupo a su lado. Ambos botes salieron cargados con provisiones, carnadas y cañas de pescar. Lamire no comprendió porque de súbito sintió una gran necesidad de hacer girar la Phamtom  y regresar a la orilla.

***

Ariel agradeció que no entraran a la ciudad a la misma velocidad insana a la que había conducido Ethan todo el camino. El cielo se estaba poniendo en el horizonte— El cargamento vendrá hasta la medianoche. ¿Alguna idea dónde pueda estar para mientras?

Ariel empezó a guiarle por las diversas calles, en esos momentos agradecía tener buena memoria cuando se trataba en cuestión de lugares y referencias. Ethan no emitió ningún comentario al notar las calles por las que transitaban. Se detuvieron frente a la casa en la que había vivido Alessandro— Sabes, que vengamos con un Jaguar a una zona como esta no es la mejor idea que se te haya ocurrido…

—Si Dante no quiere asesinarte después que le robamos su auto deberías casarte con él— Fue todo lo que dijo antes de bajarse e ir a tocar la puerta.

Ethan bajó justo en el momento en que notó como un grupo de personas se iban acercando a ellos. Tensó sus músculos y sopeso las posibilidades que tenía para enfrentarse a un puñado de brabucones a solo un día de haber salido del hospital—Ariel, tenemos compañía— Dijo por lo bajo.

Ariel se giró y reconoció a los tipos — ¿Han visto a Morello?

—Tú estabas con él la otra vez ¿verdad?

Ethan miró de reojo a su amigo, pero no bajó la guardia ningún segundo— Sí. ¿Lo han visto?

—Depende…

Ariel frunció el ceño— No tengo. Si quieren tendrán que pedírsela a él.

—Lo íbamos a hacer, pero venía acompañado— Uno de sus compañeros le dio un pisotón al que hablaba.

— ¿Dónde están? — Volvió a repetir Ariel empezando a perder la paciencia—. Es urgente…

—También nuestras ganas por una buena raya. Quizás deberías venir con nosotros hasta que Morello vuelva.

Ariel les miró con frialdad— Si lo hago lo único que van a recibir es una bala en la cabeza por haberme obligado a acompañarlos— Los hombres se tensaron—. Ustedes saben bien como yo que a él no le gusta perder el tiempo y si le digo que por su culpa no pude encontrarlo entonces creo que se quedarán sin las “rayas” para el resto de su vida.

Los hombres se miraron unos segundos antes de asentir— Se fueron después del mediodía en un trozo de nave. Por lo que vimos que llevaban en el maletero de seguro se dirigían al muelle a pescar.

Ariel e Ethan se miraron unos segundos antes de asentir. Ethan esperó que Ariel subiera al auto antes de subirse. El pelirrojo miró a los hombres unos segundos cuando pasó a su lado— Le diré que me ayudaron, de que reciban algo dependerá de él— Fue todo lo que dijo, pero al parecer les dejo bastante satisfechos, casi seguro que recibirían algo como recompensa.

Ethan encendió el Jaguar y aceleró buscando el muelle de Silver Beach— Debo admitir que me sorprendiste manejando a esos tipos.

Ariel sonrió a su pesar— Solo buscan coca, harán lo que sea por conseguirla y seguirla consumiendo.

Ethan asintió— Por cierto ¿cómo te va con ese tema?

Ariel miró de reojo a su amigo—Bien…—Aunque momentos como esos desearía tener un poco para no sentir que todo iba terminar muy mal— ¿Qué hay del tema tu memoria?

—Bien…

Ninguno volvió a decir nada hasta que llegaron al muelle, aparcaron el Jaguar en una zona bastante iluminada por seguridad— ¿Ves a Lupo?

—No. Tampoco a Alessandro.

Empezaron a recorrer el lugar buscando alguna pista de ellos. Ariel intentaba pensar como Alessandro. Él siempre era demasiado organizado en esas cosas. No corrían riesgos en todo caso siempre era de los que se cercioraba que tuvieran todo antes de partir. En caso que faltara algo o no tuviera suficiente, entonces lo compraría en una tienda cercana donde no hubiera cámaras de seguridad ni que fuera muy concurrida.

Ariel se alejó de Ethan buscando un lugar con esas características. Una parte de él le decía que estaban perdiendo su tiempo y que Alessandro ya no estaba allí. A lo lejos vio una pequeña abarrotería de la cual una joven estaba terminando de cerrar— ¡Disculpe!

—Lo siento, ya cerramos. ¿Era muy urgente lo que necesitaba?

—No, no estoy buscando a alguien— Le explicó—. No sé si habrá visto ahora a un hombre alto como de un metro noventa, ojos verdes, cabellos como color arena…

— ¿Es un  tipo muy guapo  que lleva una chaqueta de cuero?

Ariel la miró esperanzando— ¿Lo ha visto?

—Estuvo aquí en la tarde a eso de las tres treinta. Luego zarpó alrededor de las cuatro con el que parecía ser un chino…—Ariel no emitió ningún comentario ante la nula capacidad que aparentemente las personas tenían de no poder diferenciar a los asiáticos entre sí—. No los vi regresar, pero debieron hacerlo porque se acerca una tormenta.

—Gracias por su ayuda. Es muy amable— Se despidió intentando no levantar ninguna sospecha. Una vez  se hubo alejado la mujer lo suficiente empezó a correr hasta dónde Ethan—. Llegamos tarde…

— ¿Qué significa eso? — Preguntó sin poder sonar bastante preocupado—. Significa que ellos se han ido ya y a menos que tengamos un bote no podemos irles a avisar, aunque no serviría de nada porque no tenemos ni idea dónde están.

Ethan miró el mar que se mecía peligrosamente, a lo lejos se veían unas nubes con rayos— Ellos están allá afuera— Susurró preocupado— ¿Qué vamos a hacer ahora?

—Ven…—Dijo Ariel tomando con fuerza del brazo a Ethan, empezaron a recorrer la orilla de la playa e inclusive el muelle para que alguien les alquilase un bote, pero nadie se atrevía a hacerlo con la tormenta que se acercaba. Debieron pasar al menos treinta minutos antes que desistieran y más al notar las primeras gotas de lluvia—¿Y ahora que vamos a hacer?

—Esperar…

***

A varios kilómetros de allí la tormenta se había desatado— ¡¿En qué momento dejó esto de ser divertido?! —Gritó Lyosha al sentir como una de las olas impactaba con fuerza contra el bote—. ¡Joder, nos vamos a ahogar si esto sigue así!

La lluvia caía con fuerza y los truenos que se escuchaban no hacían que se sintiera más tranquilo. Habían estado flotando por horas hasta que la tormenta se desató con fuerza. Morello encendió el bote, no tenía otra opción aunque a estas alturas ya no tendría que temer a nada, estaba lejos de la costa sin comunicación así que sería una locura dejarlos tan expuestos.

Se acercó hasta el otro bote donde Lamire y Lupo parecían tener los mismos problemas que ellos— ¡Sígueme! — Gritó lo suficientemente fuerte para que su compañero lo escuchara. Lupo asintió y encendió la lancha.

—Lyosha, entre las cosas esta una carta náutica busca la tercera— Ordenó mientras intentaba que ninguna ola los volcara. Ahora no le parecía una medida paranoica el haber laminado las cartas. Luego de unos minutos tenía a Lyosha sosteniendo la carta náutica. Miró la brújula y giró al noreste.

— ¡¿Desde cuanto eres un experto en navegación?!

Morello sonrió de lado antes de responder: — Desde que en el trabajo me lo pidieron. Además pensé que se vería bien en mi currículum— Siguió viendo las cartas hasta que finalmente vio la sombra del montículo de arena y palmeras que había estado esperando ver desde hacía diez minutos.

— ¡¿Siempre supiste que esto estaba aquí?!

—Ya llegamos. No te quejes— Dijo mientras hacía que parte de la lancha hiciera contacto con la isla.

Se dejó caer en la arena. Las piernas no tenían la suficiente fuerza para sostenerlo en esos momentos. La lluvia caía con fuerza en su espalda. A los pocos segundos tenía a Lamire y Lupo bajar con un aspecto peor al suyo. Miró su reloj y deseó que todo esto terminara pronto, pero aún tenían que esperar.

***

Un rayo cayó cerca de dónde estaban. Ariel se estremeció. La tormenta había empezado apenas unos minutos y la idea que Alessandro estuviera en mar abierto no ayudaba a intentar tranquilizarse. Miró su hamburguesa y luego la ensalada de Ethan que apenas había sido tocada.

Su amigo tenía la mirada fija en la ventana en la que impactaba con fuerza las gotas— Van a estar bien…— No respondió. Volvía a tener esa mirada que inquietaba a Ariel—. ¿O no estás preocupado por eso?

 Ariel se estremeció ante la frialdad que transmitían esos ojos— Me preguntaste como me enteré de todo. Te dije que había ido a ver al oficial Erbil, pero no te conté porqué decidí hacerlo— Ariel tenía las manos apretando una servilleta. No le gustaba nada el tono de Ethan—. Mapelli fue a verme ahora a la casa de Dante…

— ¿Cómo te encontró?

—No lo sé. Alguien debió decírselo. Algo no está bien, Ariel, alguien anda soltando información que se supone que solo debe quedarse entre nosotros. Por un segundo creí que sabía que Lupo me estaba yendo a visitar.

Ariel tragó hondo ante la perspectiva que Mapelli lo supiera— ¿Qué le dijiste?

—Nada, depositó sus sospechas en John Erbil y yo no se lo negué.

— ¿No te preocupa lo que pueda sucederle? — Preguntó sorprendido.

—No. Nada que tenga que ver con Clarissa me importará ya— Le aseguró apretando sus puños. Ariel no supo que pensar, era la primera vez que Ethan llamaba a su madre por su nombre y el que lo hiciera con tanto resentimiento no hizo que se sintiera mejor—. Van a casarse, ella y John. Mapelli me lo dijo. No quería creerle, pero tenía que confirmarlo eso y otras cosas. Todo lo que me dijo resultó cierto…

—Ethan, no deberías prestarle demasiada importancia a lo que él dice. Solo quiere dañarte.

—Quizás, pero hasta ahora es el único que no me ha ocultado nada—Esto último lo dijo mirando a Ariel directo a los ojos.

Por un segundo Ariel deseó decirle que Lupo era su tío, pero sabía que eso no le correspondía a él— Lo siento…

No dijo nada al respecto. Miró su reflejo en el cristal — He estado pensado que quizás debería dejar de tratar de pretender ser alguien que nunca voy a conseguir. Quisiera poder olvidarme de todo lo malo así cómo olvido varias cosas conforme pasan los minutos, pero no puedo, es como si mi cerebro solo almacenara lo malo.

—Quizás deberías de dejar de pensar en lo malo y concentrarte en lo bueno. Es decir, tienes a Dante que en verdad parece amarte, a Lupo que se preocupa por ti como un padre, me tienes a mí y sabes que no hay nada que no haría por ti— Ariel sintió un alivio al notar como la mirada de Ethan empezaba a suavizarse, pero a veces sentía que los ojos de su amigo eran lo único que reflejaba la lucha del bien y el mal que se desataba en su interior—. No te enfoques solo en lo malo, si todos hiciéramos eso entonces jamás progresaríamos.

—Tienes razón, es solo que a veces estoy harto de sentirme como un estorbo.

Ariel tomó la mano de Ethan sobre la mesa y la apretó con cariño—No lo eres. Jamás lo serás. Nunca lo pongas en duda. Siempre estaré contigo. No sé si Mapelli te ha dicho algo sobre nosotros y no me lo quieras decir, pero si es así no te preocupes nada va a separarnos, Ethan. Tú y yo seremos amigos hasta el final de los tiempos.

—Necesitaba escucharlo…

—Siempre estaré a tu lado para recordártelo— Ambos dirigieron su mirada hacia el mar que se movía embravecido—. La espera me está matando y ya no tenemos mucho dinero.

—Lo sé, pero no podemos ir a ningún lugar.

Ariel asintió— ¿Crees que Dante se enfade con nosotros?

—En realidad en estos momentos solo estoy enfadado con Ethan y no es precisamente por haber tomado mi auto —Ariel alzó la mirada y sintió un vacío en el estómago al notar como Dante estaba frente a ellos.

***

Todos estaban refugiados entre las palmeras — Saben que este es el peor lugar para refugiarnos en una tormenta ¡¿verdad?! —Gritó Lyosha.

—Lo sabemos…

— ¡Genial! Solo quería asegurarme que andábamos con impulsos suicidas.

Alessandro no comentó nada. Su mano se cerró sobre su anillo. Deseó que Marcus estuviera allí. Él siempre sabía qué decir en esos momentos, hacer que todos se sintieran seguros y que confiaran en él aún cuando parecía que los conducía al borde de la muerte. Intentó pensar en qué les hubiera dicho para despejar los nervios.

Miró el reloj aún faltaba un poco más de una hora, pero si sus cálculos no le fallaban y por medida extra de seguridad ellos irían a interceptar el barco media hora antes, se quería largar de allí. Todo esto le estaba haciendo ponerse paranoico.

Miró a sus compañeros que prácticamente temblaban de frío por la humedad de la ropa. Se puso de pie e ignoró los llamados de Lyosha. Volvió a subir a la lancha en busca de su maletín. Lo tomó con cierta rudeza y fue hasta donde estaban los otros— Cámbiense— Ordenó mientras abría la maleta y dejaba a relucir cuatro trajes de buceo color negros—. Los traje en caso que las cosas se complicaran más de la cuenta, aunque no conté con que sirvieran para la lluvia— Miró a todos que no pusieron replica y empezaron a quitarse toda la ropa que se les pegaba a los cuerpos—. Vuelvo en un segundo…

— ¡¿Estás loco?! ¡¿A dónde vas?! —Dijo Lyosha preocupado—. Debemos permanecer unidos.

—Es solo un segundo. Vuelvo enseguida— Se adentró un poco más a la isla concretamente al centro de esta. Miró su último recurso—. Espero no tener que utilizarte…— susurró. Alzó la vista al cielo dónde la tormenta apenas había disminuido su intensidad, pero la había disminuido lo cual ya era un gran avance.

Volvió a dónde sus compañeros que le miraban interrogantes, veía la desconfianza en sus ojos. No dijo nada al respecto y empezó a desnudarse en medio de la lluvia. Una vez puesto su traje de buceo miró a los otros— Sé que las cosas se nos han complicado…

—No me digas— Exclamó Lupo lleno de sarcasmo.

Morello le miró molesto. La mochila y sacó el resto de cosas que había en ellas— Sé que están desconfiando de mí porque de repente no parezco confiar en ustedes, pero la verdad es que lo hago— Los miró a los ojos a los tres—. Arriesgaría mi vida por ustedes porque no son solo mis compañeros. Hay un vínculo entre nosotros aunque muchos no queramos admitirlos—Mirando significativamente a Lupo—. ¿Quieren saber la verdad? Siento que esta noche las cosas se van a poner feas. Creo que alguien va a hacer lo imposible para vernos tras las rejas, no tengo idea quién o porqué, pero es lo que presiento.

Ninguno de los halcones dijo nada. La lluvia empezaba a caer con menos fuerza— Eddie me llamó hace unos días  y me dijo que hay rumores sobre lo que vamos a hacer. ¿Por qué se los digo hasta ahora? Porque por un segundo creí que el traidor estaba entre nosotros, pero ahora viéndolos aquí sé que no es así— Alessandro estaba en cuclillas. Tenía la mirada alzada bien puesta en sus compañeros—. No diré que lo lamento, porque no soy de esas personas, en lugar de eso les daré una opción: Pueden quedarse o pueden irse de regreso a la costa y yo no los juzgare. Tampoco le diré a Mapelli que no hicieron la misión. Todos van a recibir su paga como si la hubieran completado porque para mí ya han cumplido.

— ¿Qué hay de ti? — Preguntó Lyosha temeroso.

Morello sonrió de lado—Alguien debe ir a recibir esa carga. Si van a irse este es el mejor momento. La tormenta está aminorando— Tomó una de las cartas náuticas y con su dedo índice dibujo una línea inclinada—. Aquí, al sureste. Es el camino más seguro. Las olas incluso en estas situaciones no son tan altas como en el resto del lugar. Deberían tardar menos de dos horas en llegar—Alzó la carta náutica pero nadie la tomó.

—Estás loco si crees que te vamos a dejar hacerlo solo— Dijo Lyosha—. Cuenta conmigo.

Morello miró a Lamire y sin necesidad de palabras le indicó que esta vez necesitaba dejar los sentimientos de lado y pensar en su seguridad, pero su respuesta también fue afirmativa— Tú mismo lo dijiste, Morello, tenemos un vínculo si va uno vamos todos— Todos se fijaron en Lupo.

—Ya saben que mientras se trate de tener altas posibilidades de matar a alguien cuentan conmigo.

Morello sonrió a su pesar, sin embargo escondió su sonrisa parte de felicidad y parte orgullo— Bien. Este es el plan— Dijo sacando todo lo necesario—. Este es el barco es de carga. Esta construido de acero. De la proa a la popa tiene trescientos metros de largo, de ancho tiene al menos los ciento cincuenta. Si les estoy diciendo todo esto es para que sepan a dónde nos vamos a meter. La carga estará aquí en la cubierta— Dijo señalándola—. Yo entraré aquí: en lo que comúnmente se conoce la superestructura. Tendré que hablar unas cosas con el capitán que está al tanto de lo que nos va a pasar.

—Yo iré contigo— Exclamó Lupo.

Morello pensó que prefería tener a Lyosha o Lamire cerca de él para evitar distracciones, pero sabía que llevarle la contraria a Lupo sería pérdida de tiempo además le convenía tenerlo cerca por si había que disparar a alguien allí adentro— Bien. Entonces Lamire y Lyosha se encargaran de supervisar que la carga sea puesta correctamente en las lanchas. No se preocupen por hacerlo ustedes. Los tipos están más que acostumbrados a esos trabajos. Dejaremos al menos dos metros de distancia entre el barco y las lanchas por las olas. Tendremos que saltar a la escalera de cuerda o de metal que estará  a un costado a babor. Ellos descenderán. No dejen nada con lo que puedan generarnos problemas. Si es necesario quiten todo lo innecesario en estos momentos.

Miró a Lupo unos segundos antes de asentir— Hay algo más que deben saber. Si las cosas se ponen realmente feas Lupo pondrá una bomba más o menos aquí—Dijo señalando en medio—.La  bomba que ha hecho Lupo es lo suficiente potente para volar al menos una cuarta parte del barco. No sé lo que vaya a pasar allá o qué problemas nos vayamos a enfrentar, pero en caso que no podamos salir tan fácilmente de allí lo mejor es estar siempre cerca de la proa o de la popa. Son casi siempre los últimos en hundirse cuando el barco se parte a la mitad— Ninguno dijo nada al respecto, pero Lamire pensó que en verdad esta misión si había sido planificada con cuidado—. Si surgen problemas cuando estén en los botes quiero que se olviden de la carga, me importa una mierda esa porquería, hay dos tanques de oxigeno en las lanchas como ya pudieron ver así que tomen uno y tírense al agua. Si algo pasa y llegamos a separarnos necesito que no vengan directamente aquí. Hagan como si van a la costa primero y luego giren de inmediato— La lluvia ahora en ese lugar era solo una suave llovizna—. Sigan siempre el noreste para llegar a este lugar— Miro el reloj—. Aún falta un poco más de media hora para que sea la hora acordada, pero no quiero correr riesgos así que opino que hagamos esto ya—Se puso de pie guardando todo con meticulosidad—. Vamos a demostrarle como nosotros trabajamos— dijo con una sonrisa de lado cargando su Colt.

***

Ariel estaba sentado en uno de los enormes sofás de la suite del hotel de Dante. Al final no valía la pena estar en cualquier lugar si podían estar seguros y resguardados de la tormenta. En los últimos minutos se había desatado con fuerza tanto que las palmeras de movían como si estuvieran echas de papel. Esperaba que en mar abierto por lo menos las cosas estuvieran más tranquilas. Abrazó sus rodillas y deseó que la policía desistiera de sus intentos de ir a buscar a los halcones. Tenía la esperanza que creyeran que al estar la tormenta no saldrían a arriesgarse por lo tanto la policía cancelaría la redada.

Miró su móvil dónde tenía como fondo de pantalla una foto de Alessandro y suya.  Sentía que iba volverse loco esperando. Miró la hora, de lo único que estaba seguro que el cargamento  lo recibirían a la medianoche. Aún faltaba media hora. Hundió su cabeza entre las rodillas. No comprendía como Alessandro en verdad esperaba que estuviera tranquilo. No supo en qué momento empezó a suplicar a quien quiera de las divinidades que existiera que se lo devolviera con bien.

***

Morello miró la enorme estructura de metal que se alzaba sobre su cabeza— Ya sabes que hacer, Lyosha— Susurró mientras veía que la escalera de metal caía.

—Actuar normal, en caso que se pasen de listos partear culos…

Morello fue primero, saltó hasta la escalera, se aferró con más fuerza de lo normal porque sus zapatos se deslizaban por tanta humedad. Luego de un minuto finalmente pisaba cubierta. Miró a todos los hombres que llevaban impermeables amarillos. Perfecto, pensó. Así sería más fácil distinguir al enemigo.

Uno de los marineros se acercó a estrecharle la mano—Creíamos que no podrían llegar por la tormenta— Expresó alzando la voz para que fuera un poco más audible, la lluvia que hace unos minutos había disminuido volvía a caer con fuerza.

— ¿Tormenta? ¡Esto es una llovizna para nosotros! — Exclamó justo en el momento en que Lyosha ascendía a cubierta — ¿Está todo listo? — Preguntó a pesar que tenía ante sus ojos el cargamento. El hombre hizo un gesto con la mano y Morello con una simple mirada indicó a Lyosha que fuera a inspeccionar que todo estuviera en orden.

Lupo fue el siguiente en pisar cubierta. Miraba todo con una inusitada calma, sin embargo estaba listo para reaccionar ante el más mínimo movimiento. Todos al final llevaban una especie un cinturón atado a su cintura el cual contenía sus respectivas armas  y la daga de los halcones las cuales se habían encargado de no dejar tan a la vista.

Cuando Lamire subió a cubierta, Morello le indicó al hombre que los había recibido que lo guiase hasta la cabina. Lyosha solo le dirigió una mirada significativa para indicar que todo estaba bien, por lo menos respecto a la carga. Lo último que vio Morello fue como los primeros paquetes eran empezados a ser lanzados hacia las lanchas.

El hombre caminaba delante de ellos no decía nada. Estaba inusualmente callado para tratarse de un simple marinero. Morello miró a Lupo y coincidieron en algo: Ese silencio nunca trae nada bueno. En el momento en que pusoun pie en la cabina del capitán supo que algo no iba bien y lo único que pensó fue: Ariel.

El capitán debía rondar por más de los sesenta años, a su lado estaba el que parecía el primero al mando a quien le calculaba unos cincuenta— Caballeros. Un gusto verlos. ¿No tuvieron problemas para llegar?

Morello dio un paso al frente— Si no le importa dejémonos de los formalismos y vayamos directo al grano.

El capitán le miró de arriba abajo alzando una ceja— ¿Y usted es?

—Quién está a cargo de la misión— Como ya era costumbre los ojos de los dos hombres se posaron en Lupo como pidiendo una explicación que no vendría jamás boca del halcón—. Entonces, caballeros, creo que mi jefe estipulo la forma de pago. Nosotros simplemente le llevamos el cargamento y ustedes recibirán su paga cuando él compruebe que todo está en orden. El depósito se hará en la cuenta que han acordado en el banco de Liechtenstein dentro de los próximos ocho días hábiles.

— ¿Solamente? ¿No van a revisarla, ni nada?

—Ya deje a uno de mis hombres encargándose de eso, aunque considero que es una medida innecesaria— Les miró fijamente y juró que podía oler su miedo—. Después de todo sería realmente muy estúpido querer jugárnosla a nosotros. ¿Verdad? —Preguntó mientras ponía sus manos alrededor de su cinturón y con disimulo palpaba su daga con la mano izquierda.

—Por supuesto…

Alessandro sonrió de lado— Entonces creo que no hay mayor cosa que hablar. Mi jefe fue lo único que me encargó que les comunicara para dejar los asuntos claro— Extendió su mano y estrechó la de ambos. Las de estos sudaban copiosamente, aún cuando su mano estaba húmeda por la lluvia pudo sentirlo—. Hasta pronto…

Le indicó a Lupo que debían salir de allí lo más pronto posible pero el susurro del primero al mando le hizo detenerse, apenas unas palabras que sonaron en principio inteligibles para su oído luego tomaron forma y supo que era ruso; y no solo eso. Aquello era una trampa. Tomó su cuchillo y giró sobre sus talones solo para arrojarlo y hacer que se clavara directo en la garganta del hombre más joven.

Lo siguiente que sintió fue dos balas zumbarle cerca del oído, un segundo después la tripulación tampoco tenía capitán. Volvió a ver a Lupo que aún tenía su arma en alto— ¿Problemas?

—La policía está en el barco y otra parte viene en camino. Hay que largarnos de aquí ya mismo...

Aún con la tormenta se escucharon los pasos de la tripulación corriendo hacia dónde ellos se encontraban. Ambos halcones cargaron sus armas y se pusieron a ambos extremos de la puerta— ¿Plan?

Alessandro solo pudo pensar en la promesa que le hizo a Ariel en hacer lo que fuerza necesario para regresar con bien— Mátalos a todos y luego vuela este maldito barco— La puerta se abrió en ese momento y la ráfaga de disparos comenzó.

***

Ethan miró la hora. Lupo y los demás deberían estar en esos momentos subiendo al barco. Las doce de la medianoche. Ver a Ariel tensó y a Dante en la misma situación no ayudaba mucho. Intentó distraerse un poco con la televisión. Tomó el control remoto y empezó a pasar los canales esperando que encontrar algo que le diera un poco de paz.

— ¡Regresa al anterior! — La voz de Ariel lo sobresaltó, pero hizo lo que le pidió.

“En exclusiva les traemos la cobertura de la operación antinarcóticos efectuado por los comandos de la policía de Silver Beach en este preciso momento.”

 Dante se puso de pie, Ariel se abalanzó contra la pantalla que mostraba una vista aérea del océano embravecido por las olas, la lluvia también caía con fuerza en ese lugar, pero lo más importante de notar era que a lo lejos se veía una enorme estructura de metal.

“Agentes encubiertos han interceptado al “Invencible” y se han mezclado con la tripulación dispuestos a proceder con la captura de un grupo de narcotraficantes perteneciente a la  peligrosa organización de “Los Halcones”. La policía se ha valido también de dos helicópteros y cuatro patrullas marítimas para proceder con la captura de estos peligrosos criminales.”

—Alessandro…

***

Lyosha miró hacia abajo dónde empezaban a subir los tripulantes que habían acomodado todo el cargamento en ambas lanchas. Miró a Lamire que estaba pendiente de cualquier movimiento anormal— Creo que ya podemos relajarnos. Todo ha salido bien— dijo Lyosha con una pequeña sonrisa.

—Aún no...

La lluvia seguía cayendo con fuerza. En el momento en que un rayo rasgó el cielo nocturno se escucharon múltiples disparos  provenientes del interior del barco— Mierda, hay problemas allá adentro…

 

Lamire alzó la mirada al cielo justo para ver como una sucesión de bengalas explotaban e iluminaban todo— Tenemos cosas más importantes por las que preocuparnos— Exclamó mientras tomaba del brazo a Lyosha y señalaba dos helicópteros que se acercaban—. Es una emboscada…

—No te separes de mí— Fue lo único que logró decir Lyosha antes de apuñarla directo en el pecho al primero de los hombres que subía a bordo, el segundo solo salió volando sobre la cabeza de Lamire—. Hay que ir a buscar a los otros…

En ese momento tenían los helicópteros sobre sus cabezas y cayeron las primeras cuerdas sobre la cubierta— Creo que hay que esperar que ellos salgan— Fue todo lo que dijo Lamire antes que de disparar al primero que amenazaba con caerles encima.

Lyosha miró en su entorno y notó la pila de cajas metálicas que se alzaban a unos metros de ellos— ¡Cúbreme! — El español corrió directo a la pila de cajas. Al llegar a la cúspide miró como uno de los policías empezaba a descender, disparó directo al pecho pero no ejerció nada—. Maricas con chalecos antibalas— murmuró furioso antes de de disparar directo a la cabeza haciendo que el hombre cayera a cubierta.

Lyosha se lanzó a la cuerda por la cual el hombre pretendía descender y se meció cortando las otras cuerdas más próximas, en esos momentos ni siquiera era consciente si le estaban disparando, solo sentía la adrenalina fluirle. Cayó nuevamente en la punta de la pirámide  de cajas. Se sobresaltó al sentir como un cuerpo se desplomaba  a la par suyo. Al bajar la mirada vio a Lamire solo sonreírle y hacerle un gesto indicándole que estaba allí protegiéndolo en todo momento.

Al interior del barco las cosas no mejoraban mucho. Lupo en un hábil movimiento  había apuñalo a un hombre en el estómago al mismo tiempo que lo usaba de escudo humano para evitar que las balas le hieran, pero ya se había ganado una profunda herida en su frente que sangraba copiosamente, pero era superficial— ¡Este barco está repleto de policías! — Gritó furioso.

Morello miraba el lugar poco estratégico  en que estaban solo tenían para resguardarse la cabina del capitán que estaba ahora a cinco metros lejos de ellos— Hay que volver…

— ¡¿Estás loco?! — Volvió a disparar y fue cuando notó que se había quedado sin municiones—. ¡Mierda, hay que regresar! — Morello fue el encargado de protegerlos antes de alcanzar la cabina. Cerraron con llave la puerta y miraron a su alrededor— Estamos atrapados.

—No. Aún no— Alzó la vista y notó una escotilla de emergencia sobre sus cabezas—. Allí— Miró  a su alrededor—. Ayúdame a mover el escritorio— Ambos lo movieron con rapidez.

— ¿Por qué no vienen a intentar tumbar la puerta?

—Será porque es una enorme estructura de acero y las posibilidades de tirarla son casi nulas, eso sin contar que nos quieren con vida, así que mientras estemos aquí ellos creen que no podemos escapar. ¿No se te ha ocurrido eso?

Lupo no sabía cómo Morello tenía tiempo para emitir ese tipo de comentarios en momentos como esos— Toma, por si hay alguien esperándonos arriba— Dijo pasándole la Colt.

— ¿Qué hay de ti?

—Tengo tu regalo— Exclamó enseñándole el arma que le había obsequiado para su cumpleaños.

—Que la disfrutes…

Morello se subió al escritorio y se dispuso a empujar la escotilla, miró a Lupo que estaba cerca de él dispuesto a dispararle a cualquiera—Y Lupo— Se miraron a los ojos unos segundos—. Quiero que vayas a la lancha. Hay que salir de aquí espera a Lamire máximo diez minutos.

—No creerás que voy a dejarte toda la diversión…

—Es una orden, Lupo. Tú tienes la llave de la lancha— Le tendió la otra—. Enciende el mío de una vez. Iré a avisarles.

— ¿Qué hay de la sorpresita?

—Aguarda con la bomba…

***

La cámara no mostraba mucho, lo único que lograron captar bien fue uno de los rizos de Lyosha cuando se lanzó directo a la cuerda del helicóptero justo dónde estaba el camarógrafo junto con la policía. En esos momentos la cubierta se estaba convirtiendo en un baño de sangre cortesía de los halcones y el helicóptero seguía dando vueltas alrededor del barco.

— ¿Dónde está Alessandro? — Preguntó al borde las lágrimas, solo veía a  los que creía que eran Lyosha y a Lamire en la cubierta.

—Debe estar con Lupo…

— ¡Allí! En el punto más alto del barco— Se apresuró a señalar Dante la pantalla donde se veían dos siluetas salir de lo que parecía una escotilla. La cámara no estuvo lo suficiente quieta para asegurar que eran ellos, pero pocos tenían la altura de Morello.

—Está vivo…— ¿Pero por cuánto tiempo? Pensó irremediablemente Ariel que se sentía el ser más inútil del universo al ver como Alessandro se debatía en la vida y la muerte.

***

La lluvia azotó con fuerza en su cara, allí dónde estaban el viento se sentía con más fuerza. Se inclinó para tenderle la mano y ayudarle a Lupo a subir. Al notar el panorama del lugar supo que si salían vivos iban  a tener que darles un aumento a todos. Los helicópteros sobrevolaban el barco, demasiados confiados que los atraparían.

Morello miró debajo de dónde se encontraba, a unos tres o cuatro metros— Allí abajo. Con esas cajas ponla. Danos un margen de quince minutos— Fue todo lo que dijo antes de lanzarse directo a estas. No había notado que eran de madera y terminó rompiendo una dónde su pie se clavó unas astillas en la pierna. Una bala pasó zumbándole el oído izquierdo, él disparó y la suya  no fue un desperdicio.

Sacó con dificultad su pie de la caja y empezó a correr alrededor de la cubierta intentando protegerse y ahorrar la mayor cantidad de balas. Cuando giró notó a Lupo colocando la bomba unos metros más lejos de dónde le había indicado, supuso que había algo más interesante allí para que lo pusiera en esa ubicación.

Miró a dónde estaban Lyosha y Lamire teniendo más problemas de los que podían manejar. Miró sus municiones. Ya casi se le terminaban y si no se conseguía una nueva arma estaría en problemas. Apenas y salió sintió como herían su hombro, pero no con cualquier cosa, un hacha de emergencia se había clavado en la caja próxima a él. Empezó a sangrar copiosamente. Alessandro miró como un hombre se abalanzaba contra él, ambos cayeron sobre las cajas que estaban llenas de granos básicos. Ahogó un quejido cuando el hombre puso presión en su herida—Policía, ríndanse, están rodeados.

—Ha visto lo que podemos hacer y ¿Aún así cree que vamos a rendirnos? —Dijo entre dientes. El hombre presionó con más fuerza su hombro y puso presionó sobre su abdomen y la mano libre en su cuello haciendo que el aire empezara a faltar.

— ¡Entréguense! No tienen escapatoria.

Alessandro sintió que todo le empezaba a dar vueltas, con su mano empezó a palpar cualquier cosa que lo ayudara, logró alcanzar el filo de la daga. Haciendo uso de todas sus fuerzas estiró el brazo para poder tomarlo— Nosotros siempre tenemos una escapatoria—Aseguró haciendo aplomo de sus últimas fuerzas para clavarle el cuchillo en la garganta, pero si eso no hubiera sido suficiente su cara fue salpicada con sangre del sujeto que recibió un impacto de bala en la cabeza. El cuerpo cayó desplomado hacia atrás.

—Te  dije que no te quedaras con toda la diversión tú solo—Fue todo lo que dijo Lupo con una sonrisa de lado—. Por cierto me encontré con una modesta cantidad de petróleo así que puse la bomba allí. Tenemos solo trece minutos antes que esta cosa vuele.

Morello se puso de pie aún sintiendo la mano del tipo en su cuello. El primer helicóptero se estaba preparando para aterrizar sobre la cubierta dispuesto a arrestarlos— Corre al bote— Fue lo único que dijo.

Lyosha y Lamire estaban espalda con espalda, no dejando ningún punto débil—Algo no está bien aquí…

— ¡¿Te parece?!

—No nos están atacando con todo, es como si esperan que nos rindamos…

—Pues eso no va a ocurrir…

— ¿Ya ha salido Morello? — Justo en ese momento lograron vislumbrarlo. Lyosha se encargó de herir a un policía que se disponía a disparar a Alessandro.

Alessandro llegó a ellos justo a tiempo— Vámonos, Lupo puso la bomba tenemos doce minutos…

Ellos asintieron y empezaron a avanzar hacia las lanchas donde Lupo encontró que tenían más de un problema. La policía también se había armado de lanchas para apresarlos dos estaban cerca de las suyas.

Morello, quien se había adelantado a Lyosha y Lamire, llegó al  lado de Lupo— Mierda…

—No podemos escapar…

Alessandro miró a su alrededor— Solo hay una salida— Lupo lo quitó en ese momento de dónde estaba ya que empezaron a disparar. Ambos se miraron a los ojos; habían pasado por demasiadas situaciones como esas y siempre habían salido invictos de todas. Sin embargo había situaciones como esas dónde parecía que en verdad no había mayores alternativas—. Los distraeré…

—No puedes, Morello…

—Sí. Si puedo. Los distraeré, rodearé el barco con la lancha. Ya vistes esas lanchas ni siquiera tienen como protegerse son de las super cat los dejan completamente vulnerables. Tú puedes dispararles perfectamente desde aquí…

—Necesito un arma con mayor alcance…

Morello miró a su alrededor— Consíguela. Los policías tienen unas de largo alcance. Puedes encargarte con los  hombres de un bote no con los de dos. Yo distraeré a uno. Llévate a Lamire y a Lyosha, vayan a la isla sino llego en veinte minutos en medio de la isla hay un helicóptero listo para ser utilizado.

— ¿Qué?

Morello sonrió de lado con superioridad una que se daba el lujo de expresar por un trabajo bien hecho— ¿Crees que solo tendría un solo plan de respaldo? Cuando todo sale mal siempre es bueno tener un as bajo la manga. Allí hay un mapa hacia donde te tienes que dirigir. Si todo sale bien Dante los estará esperando allí.

—Aguarda... ¿Dante sabía de todo esto?

—Le he llamado esta tarde de un público cuando estábamos en la playa. No te preocupes él irá por ustedes a estas alturas ya debe saber que algo no va bien. Así que apégate al plan pase lo que pase.

—De acuerdo…                                                               

—Dame la llave—No muy seguro, Lupo, se la dio. Se miraron unos segundos en un silencio demasiado incómodo que Morello decidió romper— ¿Me vas a extrañar, Lupo? — Preguntó con una sonrisa de lado. El halcón no respondió nada, pero Alessandro sintió un vacío en sus tripas—. Estaré bien. La Phantom es rápida. No hay mucho tiempo, consigue el arma—Se puso en cuclillas preparándose para dirigirse al borde—. Y Lupo, si algo no sale bien, dile a Ariel que…

—No le diré ninguna mierda a ese enclenque. Así que más te vale salir con vida.

Morello solo sonrió de lado—De acuerdo, entonces nos veremos luego, se nota que no puedo contar contigo en las cosas importantes de la vida— Eso fue lo último que dijo antes de correr hasta el borde del barco y arrojarse al mar. El agua estaba fría, sintió como si se hubiera metido en un mar de agujas que se incrustaban dolorosas en su cuerpo. Sus músculos se tensaron. Cuando salió a la superficie un helicóptero lo cegó con su luz. Cerró los ojos antes de volver a hundirse y nadar hasta la Phamtom que las olas habían alejado un par de metros más, pero aún podía llegar hasta ella.

Lupo corrió hasta uno de los cuerpos sin vida y tomó el arma que yacía bajo de él. Vio a Lamire con Lyosha corriendo hasta él— Alguien vaya al otro lado de la cubierta y espere a que Morello pase, puede tener problemas y necesita  refuerzos.

—Yo voy— Se apresuró a decir Lyosha quien ya había arrebatado las armas de largo alcance a alguien. Corrió hacia el otro lado.

—Lamire, toma una. No tenemos mucho tiempo— Calculaba que les quedaban con suerte unos ocho minutos— Corrió hasta la cubierta dónde alcanzó ver como Morello había alcanzado la Phamtom. Una de las super cat ya se aproximaba a la lancha de los halcones.

Cuando Morello llegó a la lancha sentía que había pasado horas en el mar, encendió la lancha justo en el momento en que empezaron a dispararle, por suerte la carga le protegía bien. Sin embargo los vidrios de enfrente no corrieron la misma suerte. Aceleró. Tal como supuso una de las lanchas comenzó a perseguirle, pero aunque había distancia entre ellos sentía que en cualquier momento podía recibir una bala.

Al ver como la Phamtom empezaba a rodear el barco, Lupo no dudó en disparar, después lo hizo Lamire. Nadie parecía fijarse demasiado en cómo estaban masacrando a los tipos de la super cat. Lamire giró justo a tiempo de ver como del sector de carga del barco salía más policías, al parecer solo estaban reajustando el plan de ataque. Lupo terminó de batir al último de los policías— Andando.

—Falta Lyosha— Exclamó preocupado—. Voy por él.

Lupo lo detuvo—No. Tenemos que seguir el plan, esas fueros las órdenes de Morello. Además este lugar va explotar en cualquier momento.

—Con más razón. Voy por él. No voy a dejarlo aquí. Ve a la lancha te alcanzamos, solo acércate lo suficiente.

—De acuerdo. Ve por él…

Lamire salió corriendo buscando al español, sin embargo una red cayó justo sobre su cabeza en el momento que se había alejado una cuarta parte del borde de la cubierta. Tres policías no tardaron en acercarse a él con sus armas en alto, sin embargo cayeron batidos en cuestión de segundos. Lamire alzó la mirada solo para notar como Lyosha corría hasta él, sacó la daga para romper la red— Idiota, has dejado que te capture como si fueras un bagre— Le regañó—. No bajes la guardia—  Lamire se estaba quitando los restos de red cuando notó que un  helicóptero sobrevolaba a tres metros sobre ellos. Solo fue una fracción de segundos en la que visualizó a Lyosha tendiéndole la mano para ayudarle a ponerse de pie con una pequeña sonrisa y a sus espaldas uno de los policía especial apuntándole a sus espaldas.

Lamire no pensó. Solo sintió. Sintió que si herían a Lyosha sería como si lo asesinaran a él, por eso cuando lo empujó y las dos balas se incrustaron en su cuerpo no sintió dolor, porque había salvado a Lyosha. Desde ese momento sintió que salió de su propio cuerpo y veía todo desde afuera.  A Lyosha gritar, resguardarlos a ambos detrás de uno de las cajas de metal—Lupo te espera…

Las manos de Lyosha temblaban, por primera vez temblaban sin control al sentir a alguien herido entre sus manos— Lamire, Lamire…—Ejercía presión sobre la herida, sus manos se llenaban con la sangre del coreano.

—Corre, esto va a explotar…

—No. Los dos, vamos los dos— Susurraba desesperado—. Resiste.

Lamire apenas vislumbró el borde de la cubierta, aún faltaban unos tres o cuatro metros para llegar— Lyosha…

—Idiota, n-no tenías, no tenías que hacerlo— La lluvia caía sobre sus rostros, pero Lamire podría haber asegurado que Lyosha estaba llorando—. ¡Espera a que lleguemos a tierra para que te dé tu merecido por haber hecho algo tan estúpido! Ahora date prisa…

—Lyosha, sé que no es un buen momento— Sus manos se fueron a las mejillas del español las cuales quedaron cubiertas de sangre, su sangre, y le besó fugazmente —. Pero Di Ferrer me dijo que lo hiciera, me dijo que te dijera te amaba porque a lo mejor tenía una remota posibilidad contigo, también me dijo que te demostrara que era capaz de hacer cualquier cosa por ti. ¿Es esto suficiente Lyosha? ¿Es suficiente para que veas que en verdad te amo? Porque te amo y  espero que me perdones por ser un cobarde y haberte hecho creer solo quería sexo, pero en realidad lo que buscaba por medio de este era tu amor…

Lamire no esperó contestación. Se puso de pie arrastrando a Lyosha consigo. Corrieron, pero en ese momento sintió como herían su pierna. Y fue cuando supo que no iba a lograrlo. Empujó a Lyosha con todas las fuerzas que le quedaban.

El español que corría a toda velocidad solo sintió la fuerza extra que le fue impresa, pero supo que algo no iba bien cuando sintió que su mano se soltaba de la Lamire, tropezó justo con el borde y giró su rostro solo para ver que el coreano le sonreía, había quedado tendido en el suelo, el cuerpo de Lyosha cayó en el vacío como un halcón al cual habían herido, solo sintió un vacío en su estómago y en su corazón.

Su cuerpo chocó con fuerza contra la Phamthom y solo alcanzó a sujetarse de una de las cuerdas sueltas en el momento en que aceleró, su mundo se quedó en blanco por unos segundos.  Lupo ni siquiera volteó a ver quién era quien había caído, podría estar llevando a un policía con él en esos momentos y no lo hubiera notado.

Cuando Lyosha fue consciente que lo que lo sujetaba no era la mano de Lamire ya estaban a varios metros lejos del barco— ¡Para! — Gritó Lyosha desesperado— ¡Lupo, para! — En esos momentos solo vio como la mitad del barco explotaba. La onda expansiva hizo que las olas casi volcaran la lancha, el barco ardía, pero no solo eso, la explosión había alcanzado a los dos helicópteros y ambos explotaron. El cielo negro se tiñó de rojo, de fuego, parecía como si lloviera fuego. La Phathom siguió alejándose, Lyosha miraba todo de rodillas, temblando, con las lágrimas imposibilitando apreciar todo—No…—Susurró—Lupo, Lupo da la vuelta— susurraba mientras sentía que volvía a estar  en un infierno — ¡LAMIRE! — Gritó con todas sus fuerzas rompiendo la inquietante calma que quedó en medio del mar. 

Notas finales:

...

*Música de suspenso*

Ok! Así está la cosa. Tengo parcial el lunes el último D: En todo caso haré lo posible por actualizar el Lunes, sino he actualizado 9 pm hora de El Salvador es que ya no he podido hacerlo y será hasta el otro jueves, así sin más me despido! :B! Un beso a todos feliz fin de semana (?)


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