Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El décimo círculo por PokeGirl Uchiha

[Reviews - 1052]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos! Me he atrasado con con responder los reviews para variar -.- pero los contestaré no se preocupen! 

Gracias a todos los que leyeron y han comentado con sinceridad el especial de IDA! No sé si haya sido lo que esperaban, pero en cuanto a calidad de escritura espero que haya sido de su agrado, para quienes no lo han leído aquí está el link.

http://amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=68726&textsize=0&chapter=2

Hoy no ando muy inspirada para dejar notas así que solo diré que este cap va dedicado aun gatito muy especial que ayer estuvo cumpliendo años: ¡Happy Birthday Carlo Magno-no el gato de Ethan vale aclarar-! :) Espero que te guste el capítulo, va con mucho cariño para ti mujer :)! 

Aquel día había sido el último de su vida escolar. Jamás estuvo tan feliz que esa etapa terminara. Ahora que finalmente había dejado su vida de estudiante atrás, sabía que no la iba a extrañar. Su vida en el instituto había sido una mierda. Todo gracias a Demian, aún cuando se fue de allí no pudo encajar porque todos temían que este regresara solo a darles una paliza por no haber respetado sus órdenes.

Entró a su casa cuando pasaban de las ocho. Quería darse un largo baño antes de cenar. Abrió la puerta de la habitación y tragó hondo al notar la enorme figura de su padre en medio esta— ¿Qué…?—La pregunta quedó en el aire al notar lo que tenía en la mano: Su carta de aceptación a la universidad—. Eso es mío— Dijo intentando permanecer calmado.

— ¿Puedo saber en qué demonios piensas, Jensen?

¿Cómo demonios había encontrado esa carta? La había dejado bien escondida, era imposible que la encontrase de pura casualidad—Quiero seguir estudiando. No ser un inútil como mi hermano que apenas terminó la escuela.

Para su sorpresa su padre sonrió— Tienes razón. Tú serás el líder y necesitas tener un poco más de posición— Por un momento creyó que  le estaba tomando el pelo—. Los halcones tienen que empezar a ser un poco más innovadores. Tienen que prepararse un poco más si quieren mantenerse dentro de la competencia. No todos. Solo un grupo selecto. La élite. Me gusta como piensas, Jensen, siempre en el futuro. ¿Lo ves? Es lo que le falta a tu hermano: Visión.

Jensen no decía nada. Había algo que no le gustaba en todo eso. Su padre era de los que jamás le había concedido algo de buenas a primeras. Allí había algo oculto. Sin embargo no pudo evitar pronunciar la pregunta que le carcomía el interior— ¿Entonces, está bien que vaya?

— ¡Claro! Ve, pero…—Apretó sus puños con anticipación. Siempre había un “pero”—. ¿Es enserio, Jensen? ¿Esto es lo que quieres estudiar? Una mente tan brillante como la tuya no debería desperdiciarse en una carrera tan burda como esa.

—Es lo que deseo estudiar, padre, y sé que podría aplicarla a más de un aspecto de tu trabajo.

— ¿Mi trabajo? —Preguntó con una sonrisa de lado—. Dirás nuestro trabajo, hijo, ambos estamos juntos en esto.

—Tienes a Demian. Él quiere tu puesto mucho más que yo—Él ni siquiera lo quería.

—Sí, pero sabes que yo nunca les doy nada así como así. No quiero mal criarlos.

Intentó controlarse porque si explotaba entonces él llevaba todas las de perder— ¿Entonces que hay con mi deseo de estudiar?

—Lo tendrás. Claro, no soy tan ruin como me imaginas— Jensen solo pudo fruncir el ceño bastante molesto—. Sin embargo, yo elegiré la carrera más acorde a las necesidades de los halcones.

—No…

— ¿Qué dijiste?

Intentó no mostrarse temeroso—Dije que no, padre. Si no es lo que yo deseo entonces no iré.

— ¿No? Te olvidas quien es el que controla tu vida aquí ¿verdad? Tú solo eres un instrumento más. Ni siquiera debería estar llamándote Jensen. Tú eres Lupo. Solo eso. No necesitas nada más.

—Eso es lo que tú crees. Yo necesito más que eso. Ser Lupo no me basta. No es suficiente.

—No necesitas nada más. Serás, Lupo. Tu destino está decidido no intentes cambiarlo. ¿O quieres que tu amiguito page?

La garganta se le secó—Yo no tengo amigos. No tengo a nadie.

— ¿A sí? Qué me dices de Misha. No creas que no me he percatado que jamás te quejas de él, cuando tú siempre tienes alguna queja del resto de las personas que nos rodean. Y siempre que vienes de una misión con él no vienes quejándote como cuando te toca con alguien más o a ti solo.

¿Tan evidente era? —Misha es un buen subordinado.

Su padre sonrió de lado— ¿Quién es el subordinado de quién, Lupo?

—Él es mi subordinado.

—Entonces no creo que te importe lo que le pueda pasarle si te vas así como si nada—Creyó que bromeaba, sin embargo esos ojos le indicaron que no bromeaba cuando decía que podía y le haría daño a Misha de ser necesario—. Tú decides— Sacó un boleto de avión y puso su carta de aceptación sobre este. Al otro lado puso un folleto de una universidad en Nueva York—. Bien, decide. No debería ser difícil si el tipo no te importa.

—Él no tiene nada que ver en esto. ¿Estás dispuesto a sacrificar a uno de tus mejores subordinados?

—No me importa lo que le pase. Además encontrarle reemplazo no sería tan difícil, después de todo su familia tiene una deuda con la nuestra desde hace años.

— ¿Qué?

—Sí. ¿A poco creíste que el tipo entró a trabajar con nosotros así como así? No. Lo hizo porque su padre ya no podía pagar la deuda. Así que ahora le toca a él. Cuando muera le seguirá su hermano y así hasta que alguien la pague por completo. Pero claro, a ti no te importa nada de eso. Así que ven y toma el boleto para irte a tu amada universidad en Inglaterra— Su padre se lo tendió, sin embargo Lupo no se movió. Miró los papeles; esos que simbolizaban sus sueños. Su oportunidad de salir de allí, de ese infierno.

Vio la sonrisa autosuficiente de su progenitor. Lo había planeado todo. Podía irse, pero no podía dejar a Misha. No lo haría. Ahora comprendía por qué siempre que le decía que debería buscar una manera de dejar esa vida él solo se encogía de hombros y decía que eso era lo que le tocaba hacer y no podía ponerse muy quisquilloso.

— ¿Y bien? ¿Qué elijes?

Dio un manotazo a la carta y el boleto que su padre le extendía y con rabia tomó el folleto de la otra universidad. No quiso mirar su sonrisa de satisfacción, con la mirada baja salió corriendo de allí. En las gradas vio a Demian que no iba a perder oportunidad de fastidiarlo— ¡Quítate o te juro que te mato! — Bramó con fuerza, con tanta rabia que incluso quiso pegarle a su hermano al momento en que se quitó. Salió corriendo de allí aún teniendo ese folleto en manos. Ya nada tenía sentido.

***

Tres días habían pasado desde que los halcones irrumpido al hospital en busca de Lamire; tres días desde que Lyosha no dormía y apenas comía por insistencia de Dante o Alessandro. No había querido separarse de Lamire quien no daba señales de querer despertar. Tanta espera y tanto silencio estaban volviendo loco al español, sin embargo apenas se movía de ese lugar, si lo hacía solo era para ir a chequear el estado de Ethan quien había sufrido una fuerte recaída después de la misión.

Al principio todos habían estado bastante tensos ante la idea que Clarissa los pudiera delatar, pero todas las dudas se vieron disipadas cuando en las declaraciones de la policía indicaron que no había pistas hasta el momento de los posibles implicados o cómo habían logrado burlar el sistema de seguridad del hospital, además de las tres docenas de policías que estaban en el lugar en ese momento.

Así que ahora estaban más perdidos que antes, si eso era posible. El único indicio que tenían era que uno de los halcones era un hombre coreano entre los veinticinco y treinta años, pero inclusive con esa información no ayudaba mucho a la investigación. Alessandro se había encargado de informarse aún más y uno de sus antiguos contactos de la ciudad logró infiltrarse en el departamento de policía de Silver Beach y descubrió que por un momento habían sospechado de Ariel, pero que Clarissa se había encargado de disipar esas dudas.

Morello no sabía que tanto había pasado en el encuentro de Ethan con su madre, además ni Dante ni Ariel querían hablar de eso, pero sabía que debió haber sido algo demasiado fuerte para que una mujer como Clarissa Lenz temiera abrir la boca. Lupo tampoco sabía nada por más había insistido saber.

Hasta ahora las cosas iban mejor de lo que había planeado, solo tenían un retrato de Lamire bastante malo, debido a que los policías apenas habían podido dar datos que realmente aportaran algo, además Lamire estaba bastante irreconocible el día que lo recataron, ahora que la hinchazón estaba bajando estaba volviendo a ser el coreano que todos conocían.

Los pasos apresurados de Ariel por la casa lo sacaron de sus pensamientos. Lo vio pasar por la habitación directo a la cocina. Sin embargo Alessandro no quiso moverse. Volvió a abrir el móvil con el mensaje de Mapelli, al parecer no se había tomado nada bien que hubieran ido a rescatar a Lamire. No le importaba. Era lo correcto, y pocas veces tenía la oportunidad de hacer lo correcto en ese mundo.

Sabía que pronto tendrían que hablar, pero por el momento su equipo había suspendido hasta tiempo indeterminado. Todos sabían que era demasiado peligroso que volvieran a sus actividades, así que calculaba que por lo menos un mes tendrían que estar fuera de actividad. No le importaba tomarse unas vacaciones, podría hacer cosas que generalmente no hacía. Dormir hasta tarde, ayudar a Ariel con su tarea o a estudiar para sus exámenes finales que cada vez estaban más cerca, podría sentirse parte de una familia, a lo mejor hasta se animaba a echarle una mano a Emily con los gemelos. Quién sabe. Solo quería poder disfrutar de la compañía de Ariel el mayor tiempo posible. A los pocos segundos escuchó como su ricura corría hasta el cuarto que ése y Dante compartían.

Ariel, en poco tiempo se había acostumbrado a saber dónde estaba todo allí. Era como si siempre estuvo destinado para vivir en ese lugar. Abrió la puerta sin tocar— Toma…—dijo intentando no hacer el mayor ruido posible mientras le pasaba la medicina a Dante quien ayudaba a Ethan a incorporarse un poco para darle la medicina—. ¿No ha bajado la temperatura?

Ethan estaba tendiendo en la cama ardiendo en fiebre. Respiraba con dificultad y tenía las mejillas enrojecidas por la temperatura— Estoy bien. No se preocupen— sin embargo no dejaba de temblar a causa de la fiebre.

Lupo tampoco se había separado de Ethan desde que empezó con los síntomas—No, no lo estás— Lo interrumpió antes que dijera algo más—. Así que por una vez, Ethan, deja de preocuparte por los demás y dinos realmente como te sientes.

—En verdad estoy…

— ¡No mientas! — Lo cortó Lupo alzando la voz—. ¡Nunca debí dejar que hicieras esa locura! Estabas débil, acababas de salir del hospital. No tendrías que haber hecho eso en ese estado, en realidad nunca debiste haberlo hecho— Alessandro entró a la habitación en esos momentos debido a que los gritos de Lupo resonaban en toda la casa—. No era tu trabajo y siempre terminas involucrándote.  ¡No quiero que vuelvas a hacerlo! ¡No quiero que termines así de nuevo por nuestra culpa! ¡¿Me has escuchado?!

—Sé que fue una locura, pero estoy en etapa en que no me caracterizo por hacer las cosas más coherentes.

— ¡Eso no fue una locura! ¡Eso fue un suicidio! — Bramó Lupo—. Locura es para ustedes que tengan sexo sin protección, que regresen borrachos de una fiesta o que sobrepasen el límite de velocidad. ¡Esas son locuras, Ethan! ¡Así que deja de hacer estupideces por lo que más quieras!

Para sorpresa de todos Ethan sonrió— ¿Sabes? Siempre deseé un padre que se pusiera así de histérico cuando hiciera cosas estúpidas o suicidas, ahora lo tengo—El enojo de Lupo pareció disiparse de golpe—. Gracias por ser mi padre de mentiras, Lupo, prometo que seré buen hijo de mentiras y haré caso— Se acomodó entre las sábanas y cerró los ojos sin decir nada más. Al poco tiempo estaba profundamente dormido.

Lupo miraba a Ethan como si lo hubiera abofeteado. Ariel no dijo nada, pero se notaba que el halcón no estaba preparado mentalmente para tales palabras. Una parte de él quiso decirle que lo mejor era decirle a Ethan que si bien no podían ser padre e hijo, al menos podían ser una familia de verdad, pero al recordar las crueles palabras que le había dicho con anterioridad prefirió callar.

Alessandro le indicó a Ariel que salieran. El pelirrojo le siguió y caminaron hasta que la que había sido su habitación los últimos días. Era el cuarto principal. Cuando Ariel entró, la ventana estaba abierta, la brisa de la tarde se empezaba a sentir. De vez en cuando entraba una hoja proveniente del patio— ¿Cómo está?

Tardó unos segundos en darse cuenta que hablaban de Ethan— La fiebre ha bajado un poco, pero no nos confiamos. ¿Y Lamire?

—Igual. Aún no despierta y Lyosha se está desesperando. Teme que entre más tarde en hacerlo haya mayores secuelas, por su estado.

Intentó no pensar en su padre— ¿Y si nunca despierta?

—Lo hará. Lamire es fuerte.

Ariel pensó que quizás su padre no lo fuera. Alessandro pareció leer sus pensamientos y lo atrajo a él— Ven aquí. Civella también despertará. No te preocupes, ricura.

Ariel apoyó su cabeza en el pecho de su novio—A veces pierdo la esperanza.

—No lo hagas. Ya verás que despertará cuando tenga que hacerlo— Se quedaron en esa posición por largo rato. Alessandro dirigió la mirada hasta la casa del árbol que aún esperaba para ser reconstruida. A lo mejor en eso podía ocupar su tiempo libre. No había querido que los hombres que había enviado Eddie la repararan porque sabría que no comprenderían el valor sentimental que tenía para él; era casi como un lugar sagrado.

—Los días pasan…—susurró Ariel.

Alessandro comprendió todas esas implicaciones. Si bien Dante le había pedido a Tessa que se encargara de contratar a alguien que fuera a ayudarle a Emily con los gemelos estos días sabía que Ariel extrañaba a su madre y a sus hermanos— ¿Quieres regresar?

Sus mirada se cruzaron—No quiero dejar a Ethan y a Lamire en estos momentos. No sería lo correcto.

—Estoy seguro que comprenderían. Lamire tiene a Lyosha y ése tiene a Lupo y a Dante que se ocupen de ellos. Además ya has perdido demasiadas clases. ¿Es que no quieres graduarte?

Ariel pensó que si de él dependiera no lo haría. Hacía mucho hubiera dejado la escuela y se hubiera encargado solo de trabajar para mantener su familia y pagar la deuda de Mapelli, pero esa promesa que le había hecho a su padre le impedía mandar todo a la basura—Me da igual— susurró—. Solo quiero salir ya de este infierno.

—Lo harás. No te preocupes. Ahora concéntrate en todo lo bueno que tienes.

Ariel estrechó a Alessandro un poco más entre sus brazos—Tengo todo lo bueno que siempre deseé entre mis brazos en estos momentos. Te amo.

Alessandro le besó con suavidad, de a poco se había ido acostumbrando a esos “Te amo” que ahora creía que no podía vivir sin ellos—Ricura…—susurró contra los labios de Ariel justo en el momento en que llamaban a la puerta principal.

Ariel le miró preocupado, nadie había ido a tocar la puerta los últimos días. Alessandro le indicó que aguardara allí y se apresuró a ir hasta uno de los cajones donde sacó un arma. Volvieron a llamar a la puerta. Cuando Alessandro salió de la habitación Lyosha y Lupo estaban en el pasillo con sus armas en alto. Morello les indicó que aguardasen. Se suponía que nadie sabía que estaban allí. Quizás estaban siendo paranoicos y eran solo los vecinos o algunas mocosas vendiendo galletas.

Alessandro se puso contra la puerta— ¿Quién es? — Preguntó aún con el arma en alto.

—Soy yo, Eddie, no vayas a volarme la cabeza— Todos halcones respiraron aliviados y Alessandro abrió la puerta—. Joder, menos mal que avisé que era yo—exclamó al ver que todos tenían un arma en las manos.

Alessandro le dejó pasar no sin antes ver que no hubiera nadie más cerca— ¿Nadie más te ha seguido?

—No. No me trates como un principiante— Alessandro cerró la puerta y  le invitó a pasar a la sala. Le indicó a Lupo y a Lyosha que volvieran a sus cosas.

—Lo siento. Creí que era más seguro venir a darte las noticias personalmente.

Alessandro asintió mientras sacaba del mini bar un poco de Whisky y le servía un trago a Eddie— ¿Es sobre la misión que te di? — Cuando asintió, alzó la mirada para ver que nadie estuviera cerca escuchando— ¿Qué pasó? ¿Algo salió mal?

Al ver a Eddie sonreír se sintió más tranquilo— Al contrario. Todo ha salido a la perfección. No dudes que saldrá algo en el noticiero de la noche.

Alessandro sonrió de lado. Todo estaba saliendo como lo había planeado— ¿Algo que puedas adelantarme?

—Es seguro que le quitaran la libertad condicional. No tendrá derecho a fianza. Joder, Morello, con esto la has condenado a que muera en la cárcel.

Sabía que tendría que sentir cierta culpabilidad, pero solo pudo sentir satisfacción—Es lo que se merece.

—No me meteré en esos asuntos. Son solo tuyos, solo quería hacerte saber que todo salió tal como querías. Los de tu barrio también han ayudado mucho con las declaraciones en su contra— Era lo menos que Morello esperaba después de la cantidad de cocaína que les había otorgado—. También tu chica ha ayudado.

Alessandro sonrió de lado—No es mi chica.

—Porque no quisieres. Sabes que puedes tener a quien quieras y no dudaría en aceptar las condiciones que tú quisieras.

—Sí, lo sé— Claro que lo sabía. Sin embargo ya había tenido suficiente de eso—. Eso no es lo que necesito en estos momentos. Dile a la linda que gracias por su ayuda y cómprale algo bonito  de mi parte cuando salga de la cárcel como agradecimiento—Dijo mientras sacaba un billete y lo ponía en la mesa—. ¿Algo más que debería saber, Eddie?

—Pues no has dejado de causar revuelo. La gente se anda con cuidado con los comentarios, pero todos en tu barrio saben que has sido tú el que entró al hospital. Sigues siendo el orgullo de ese lugar. Eres una celebridad de los bajos mundos, puede que incluso más que Mapelli.

A Morello no le gustó como sonó eso. Sabía que si algo cuidaba Mapelli era su reputación y no iba a permitir que nadie dudase del poder que él tenía— No lo sé. No estoy interesado en eso—dijo como si nada—. Entonces supongo que con esto las investigaciones se concentrarán en otra cosa. ¿Han descubierto la coca que estaba en la casa?

—Sí. Esta misma mañana. Supongo que por ahora lo único que debes hacer es preocuparte porque tu compañero se recupere. ¿Está bien?

—Lo estará. ¿Algo más?

—No. Solo un consejo: Deberías de sacarlo de esta ciudad en estos días que la policía estará ocupada, después puede que sea un poco más complicado. Les tienen muchas ganas de ponerles las manos encima. Los han dejado como unos completos incompetentes ante ojos de todo el país. Y su cabeza ahora vale el triple.

Al parecer Mapelli los haría trabajar hasta que el valor de su cabeza fuera incalculable—Nos la arreglaremos, como siempre lo hemos hecho. No te preocupes, Eddie. Gracias por venir.

—Solo hago mi trabajo, Morello—Miró la casa—. Quedó bien ¿verdad?

Finalmente Morello sonrió con sinceridad— No pudo quedar mejor. Puede ser que este sea uno de tus mejores trabajos.

Eddie terminó el Whisky y se levantó. Morello lo guió hasta la puerta. Sin embargo cuando llegaron al umbral de esta Eddie se giró y le miró con seriedad—Hay una última cosa—Susurró en voz baja—. La llamada que alertó a la policía provino de tu ciudad, Morello, el enemigo está más cerca de ti de lo que creíamos. Ten cuidado.

Alessandro intentó no mostrar su sorpresa, pero no sabía que tan bien lo había hecho— De acuerdo. Mantenme informado si hay alguna novedad— Eddie salió de allí sin decir nada más. Alessandro cerró la puerta y se apoyó contra esta. Sus suposiciones no estaban del todo equivocadas, pero la pregunta del millón. ¿Quién era?

Tenía varios sospechosos rondándole en la cabeza desde hacía días, pero una parte de él no había querido ahondar en sus cavilaciones porque estaba seguro que era alguien con el que convivía a diario y no quería descubrir que les estaba traicionando.

Alzó la mirada y encontró a Ariel mirándole preocupado— ¿No has superado la etapa de escuchar conversaciones ajenas? — Su voz sonó demasiado brusca.

Ariel intentó no perder el control porque sino las cosas iban a terminar feas— Lo siento. Solo me preocupo por ti.

Alessandro le miró desconfiado— ¿Es eso o vas a venirme con tus celos una vez más? — Ariel abrió la boca, pero no salió ninguna palabra de esta—. De seguro vienes ahora a preguntarme quién es la tipa. Si me he acostado con ella o quién sabe qué más….

—Alessandro…

— ¡No estoy de humor para calmar tus celos, Ariel, estoy intentando resolver algo importante! — Su voz retumbó con fuerza en todas las casa. Tanto que Lupo, Dante y Lyosha  salieron una vez más al pasillo.

Lupo frunció el ceño mirando despectivamente a Ariel— ¿Podrían dejar de hacer tanto escándalo? Van a despertar a Ethan.

Ariel agachó la mirada apenado—No quería pelear. Lo siento. Solo me preocupaba por ti y sé que mis celos te molestan, pero créeme cuando te digo que intento controlarlos para no estropear lo nuestro.

Alessandro le vio irse hasta la habitación y se maldijo por lo bajo por haber sido tan idiota. Sin embargo por una vez tendría que dejar a Ariel de lado, le indicó a Lupo que salieran al patio.

Dante volvió con Ethan al cual esperó encontrar dormido, pero estaba despierto. Cerró la puerta y fue hasta el lado de su paciente quien le abrió espacio en la cama— Insisto que vas a enfermarte si sigues estando tan cerca de mí.

Dante le abrazó —No me importa estar enfermo mientras pueda estar cerca de ti.

Ethan sonrió a su pesar, pensó que después de esa faceta que Dante había visto de él no dudaría en alejarse, pero no había sido así y se sentía demasiado aliviado. Además creía que lo que sea que tuvieran en esos momentos marchaba sobre ruedas. Sintió alivio cuando Dante le cambió el paño que tenía en su cabeza por uno húmedo— La temperatura está bajando— dijo aliviado mientras sentía la mano de Dante en sus mejillas.

—Pronto estarás bien. Deberías descansar.

—Prefiero aprovechar el tiempo que tenemos a solas— Le susurró contra los labios. Con Lupo tan cerca no podía besarle sin sentirse un tanto incómodo. Sus bocas se encontraron con cierta ansia, ambos ahogaron un suspiro de alivio al sentir sus labios y lenguas acariciarse.

— ¿Ahora estamos jugando al doctor? —Le susurró Dante.

—Sí—dijo lamiendo los labios del otro—. ¿Le importaría revisarme doctor Di Ferrer?

Dante puso su mano detrás de la nuca de Ethan para atraerlo más. Ethan puso su mano en el pecho de Dante el cual empezó a acariciar con lentitud mientras sentía que la mano del rubio iba bajando por su espalda provocándole agradables escalofríos. El paño húmedo hacía mucho se le había caído. No importaba. Se sentía mucho mejor al besar a Dante que al estar en cama sin hacer nada. Sus manos se fueron debajo la camisa del rubio quien solo reprimió un gruñido de satisfacción.

Ethan gimió al sentir como las manos del otro se metían debajo de su pijama y tocaban sus nalgas sin ningún pudor. Echó su cabeza hacia atrás invitando a Dante a que probara su cuello, una que no tardó en ser tomada. Ethan gimió con suavidad al sentir como succionaba su piel sin ningún recato— Más…—pidió sintiendo como empezaba a excitarse. La boca de Dante delineó su cuello, las manos levantaron su camisa y se estremeció al sentir como pasaba la lengua por sus pezones. Ethan cerró sus ojos con fuerza y se dejó hundir en ese torrente de emociones

Su mano fue bajando de a poco hasta que sintió el sexo duro de Dante sobresalir entre los pantalones, gimió al sentirlo palpitar con fuerza ante su toque. Empezó a frotar su mano contra este aún sobre la ropa—Joder, lindura, tócame más— susurró ronco.

Ethan se apegó más a él. No comprendía por qué su cuerpo perdía el control tan fácilmente últimamente.  Dante se separó un poco de él para desabrochar su pantalón en una clara invitación a que hiciera el toque más profundo. Ethan no sabía si lo hacía bien o mal, pero quería creer que al menos podría satisfacerle un poco, su mano aún vacilante se posó sobre el pene caliente de Dante, quien le miraba directo a los ojos cosa que ponía algo nervioso a Ethan. ¿Y si no lo estaba haciendo bien? ¿Y si no le daba el placer que él le hacía sentir?

En medio de esos pensamientos no notó en qué momento dejó de tocar a Dante quien le miraba preocupado— Quizás deberías descansar—fue todo lo que dijo haciendo sentir francamente mal a Ethan, sintió como si hubiera sido rechazado por no ser lo suficientemente bueno. Sin embargo no tuvo el valor de decirle que lo único que quería era seguir adelante.

—Sí, quizás sea lo mejor— No emitió ningún comentario cuando besó su frente y volvió a ponerle el paño húmedo. Cerró sus ojos con fuerza al notar como volvía a acomodarse el pantalón.

— ¿Quieres que me…?

—Sí. Quiero estar solo—No tenía idea si iba a preguntarle si quería que se quedara, pero en esos momentos quería estar solo. Escuchó la puerta de la habitación abrirse y cerrarse—. Perfecto, Ethan, sigue alejando a todos de ti…—susurró molesto tanto por lo que acababa de hacer y principalmente por el problema que tenía ahora entre sus piernas.

***

No tenía idea de cuando había sido la última vez que no había dormido de esa manera. En realidad si lo recordaba. Fue para el examen para aprobar su residencia. Sin embargo en ese entonces apenas y tenía oportunidad de pensar, ahora tenía demasiado tiempo para hacerlo. Cerró sus ojos intentando no pensar en nada, pero era demasiado difícil no hacerlo.

En sus manos seguía repasando una y otra  vez la historia clínica de Lamire. Cada hora; minuto y segundo que tardaba en despertar le preocupaba de sobremanera por los daños que podría repercutir en su sistema. Esa operación solo había sido para salvarle la vida, pero la verdad es que no era la única a la que tendría que someterse.

Abrió una vez más los ojos intentando no llorar. En su mente no dejaba de regañarse. ¡Era un hombre! Y más importante era un halcón. Los halcones no lloraba cuando las cosas se pusieran mal, incluso en esos momentos en que Lamire corría riesgos de tener daños irreversibles en su cerebro sino despertaba pronto.

Intentó controlarse, pero se sentía solo. Extrañaba a Lamire, poder hablar con él de cualquier tontería. Su mano tomó con cuidado la del coreano—Bonito, despierta ya, te lo suplico— susurró mientras acariciaba el rostro lastimado de la persona que le había confesado sus sentimientos.

No era el exterior el que le preocupaba a Lyosha que no quedase igual, sino el interior. Habían tenido que extraerle parte del hígado y corría el riesgo que ambos riñones fallaran. Además que una de las balas había perforado un pulmón. Seguía viendo las páginas y eran tantas cosas que ponían en peligro la vida de Lamire que le hacía preguntarse si no hubiera sido mejor que hubiera muerto en esa explosión para así ahorrarle tanto sufrimiento.

Además iba a necesitar más de una operación para asegurarse que quedara bien. No sabía cómo, pero no iba a dejar que Lamire muriera. Tenía que haber una manera de conseguirlo.

***

Ariel estaba terminando de servir la cena cuando Lupo y Alessandro entraron otra vez a la casa. Los últimos días había puesto en práctica todo lo que Hamid le había estado enseñando en la cocina, cosa que agradecía profundamente.

Tomó una de las dos bandejas y llevó la primera hasta la habitación donde estaba Lyosha— Hola, ¿seguro que no quieres hacerle compañía al resto? — Preguntó con timidez— Te echan de menos.

El español tomó la bandeja sin muchas ganas—Y yo a ellos, pero Lamire me necesita.

Ariel miró donde estaba el coreano— ¿No crees que te estás exigiendo mucho? No fue tu culpa, Lyosha…

—Si fuera Morello quien estuviera en lugar de Lamire ¿Tú te atreverías a dejarlo solo?

Ariel comprendió su punto— Lo siento. Es solo que nos preocupamos por ti.

—Y yo por ustedes. Gracias por la comida. Has mejorado muchísimo con ella— La principal muestra era que Morello ya no llegaba pidiéndole pastillas para aliviar el dolor a causa del dolor de estómago que la comida de Ariel le causaba.

—Más tarde vengo por la bandeja.

Ariel salió de la habitación y volvió a la cocina. En la mesa ya estaban sentados Dante, Alessandro y Lupo. De repente perdió el ánimo de estar allí así que tomó su cena y la de Ethan y fue directo hasta la habitación del azabache.  La habitación estaba en penumbras cuando entró en ella— ¿Ethan?

—Estoy despierto. Puedes encender la luz si quieres— Así lo hizo. Vio como su amigo fruncía el ceño y se cubría con las sábanas.

—Te traje la cena.

—No tengo apetito.

—De acuerdo. ¿Te importa si ceno aquí contigo?

Ethan se quitó las sábanas de la cara, pero tardó varios minutos en acostumbrarse a la luz— Claro, un poco de compañía me vendría bien. ¿Te has peleado con Alessandro?

—Preferiría no hablar de eso— Miró analíticamente a Ethan y notó una pequeña marca en su cuello— ¿Pasó algo con Dante? Es extraño que no esté aquí contigo.

—Preferiría no hablar de eso…

A su pesar ambos sonrieron y Ariel se inclinó un poco hasta su amigo— La fiebre ha bajado. Eso es bueno.

—Sí. Estoy harto que Lyosha me inyecte. Aunque después de esta recaída adiós a mi oportunidad de volver pronto a la escuela. Lupo es demasiado paranoico.

—Se preocupa por ti.

—Sí, y es extraño que un adulto se preocupe de esa manera por mí.

— ¿Te molesta?

—No. Es solo que no me acostumbro. Hasta antes de Lupo lo más cercano de una figura paternal que tenía era tu padre— Ariel el miró sorprendido—. Tú no lo sabías, pero siempre lográbamos encontrar un tiempo para hablar mientras ayudabas a tu madre con los platos o cosas así. Siempre fue muy bueno conmigo.

—Él te quería mucho. Te consideraba parte de la familia.

—Siempre me hizo sentir querido. Y siempre estaré agradecido con él por eso. Es un buen padre. Eres muy afortunado de tenerlo.

—Lo sé.

Ethan miró la bandeja con la comida— ¿Tú la has hecho?

—Sí. No vas a dejar que mi esfuerzo se vaya a la basura ¿verdad?

Negó y tomó una de las rebanadas del pan tostado. La cena entre ellos transcurrió con normalidad, amena, sonreían mucho. Ambos se sentían aliviados de tenerse uno al otro cuando las cosas no iban como planeaban en sus vidas. Ariel fue a dejar la bandeja a la cocina y sin más volvió hasta donde Ethan.

Se tendieron ambos en la cama y Ariel se metió bajo las sábanas de Ethan— Vaya, extrañaba tener tiempo para nosotros solos— admitió el pelirrojo.

Ethan le abrazó—Sí. Han pasado tantas cosas que en verdad no hemos tenido tiempo para nosotros. ¿De verdad me extrañabas?

Ariel sonrió—Claro que sí, bobo. ¿Cómo no voy a hacerlo?

Ethan le miró con malicia— Ya sabes, tienes a Morello. Las cosas entre ustedes parecen que van muy bien la mayor parte del tiempo y lo tienes para hacer tus cosas pervertidas. No me sorprendería que no tuvieras tiempo para extrañarme.

Ariel rió— El que haga esas cosas con él no significa que no te extrañe. Además tú no estás en mejor posición que yo. Ahora tienes a Dante para hacer tus cosas pervertidas—Al notar que Ethan no le seguía el juego le miró extrañado—. Ustedes hacen cosas pervertidas ¿verdad?

Ethan se encogió de hombros—No, bueno sí, pero no ha pasado nada  de lo que te imaginas entre nosotros…—La mirada de Ariel no ayudaba mucho a que no se sintiera peor.

—Pe-pero ¿Por qué? Creía que él te gustaba…

—Y me gusta. Oye, podemos cambiar el tema. Me siento como las chicas del instituto con esta conversación.

Ariel negó— ¿Es que aún no estás listo? — Ethan abrió la boca—Porque no debes de tener miedo. Es decir, duele al principio, pero si tienen lubricante y esas cosas puede que te duela menos que a mí la primera vez y…

— ¡Ariel no es eso! — Dijo avergonzado—. Es que creo que no soy bueno en la cama.

Ariel le miró extrañado— No te creo. Es decir mírate. Debes estar que ardes en esas situaciones. Yo creo que lo haces bien.

—Bueno, pues las veces que he intentado hacerlo, Dante me detiene o me bloqueo pensando que no lo hago bien.

Ariel se rascó la cabeza a manera de confusión— Pero si eres buenísimo besando, en teoría deberías ser igual de buenísimo para el resto de cosas.

Ethan tenía más mejillas enrojecidas y no era por la temperatura alta—En teoría. No sé. Me bloqueo pensando que quizás no lo hago bien y que me va a comparar con alguien más. ¿Nunca te pasó a ti?

Ariel tuvo que sincerarse—Sí, pero al final te olvidas de eso. No sé, es extraño. No deberías darle tanta importancia a esas cosas. Lo mío con Alessandro fue más problemático. Yo me di cuenta que me había enamorado de él cuando lo hicimos la primera vez—admitió avergonzado—. Y no sé que estuvo cruzando por su cabeza en esos momentos, pero la verdad a pesar de todo no me arrepiento de haberlo hecho con él— Ethan sonrió un poco—. Tú no deberías preocuparte por esas cosas, es decir, tú quieres estar con él y él quiere estar contigo. No sé las cosas son más fáciles cuando ambos tienen claros sus sentimientos.

—Eso creo…

Ariel sonrió un poco más—No lo creas. Las cosas así son. A lo mejor Dante está esperando a que estés bien para intentar ese tipo de acercamientos. Además luego de la primera vez quedas prácticamente noqueado, debe estar esperando que tengas todas tus energías.

—Gracias por los consejos, sexólogo— Dijo con una sonrisa.

Ariel se sonrojó un poco— De nada. Ya, no te preocupes. Cualquiera quisiera tenerte en su cama y no solo para dormir.

Ethan miró con malicia a Ariel— ¿Incluido tú? —Ariel se ruborizó hasta límites insospechados—. ¿Tomo eso como un sí? — Le encantaba molestarlo de esa manera.

—Eso creo…

Ethan río a su pesar y empezó a hacerles cosquillas a Ariel—Oh vamos, admítelo me quisieras tener en tu cama.

Ariel se retorcía de la risa—Ya, basta—Sin embargo Ethan no le daba tregua— ¡Vale, vale lo admito! —Dijo entre risas. Ambos se miraron con una sonrisa.

— ¿Enserio?

Las mejillas de Ariel enrojecieron aún más al notar que Ethan estaba sobre él y tenía bien sujeta sus manos sobre su cabeza para evitar que impidiera hacerle cosquillas. Ariel empezaba a creer que debían de dejar de hacerse cosquillas porque siempre terminaban en una situación parecida—Sí…—susurró Ariel a su pesar—. Lo haría contigo— su voz sonó demasiado ronca. La manera tan intensa que le miraba Ethan le hizo contener el aliento—. Di-digo, pero ahora yo tengo a Alessandro y tú tienes a Dante, así que sería extraño…

— ¿En verdad lo sería, Ariel? — Susurró  con una sonrisa que jamás había visto.

Ariel tragó hondo. Su corazón empezó a palpitar con fuerza. Sentía el aliento de Ethan rosarle, se estremeció. Sus ojos viajaron a los labios de su amigo y mordió el suyo.  Se estaba volviendo loco ante la cercanía, pero no quería que Ethan se separara, en realidad deseaba que se acercara un poco más. Cerró sus ojos ansioso porque su amigo le besara, pero Ethan se rió. Ariel abrió los ojos confundido— No mentías ¿eh?

Ariel se ruborizó avergonzado. Ethan se separó y se sentó en la cama— Tienes razón. Sería demasiado raro. ¿Verdad? — Al ver que Ariel no se movía se preocupó—. Oye, Ariel yo solo estaba bromeando no creas que…—sin embargo no se esperó que Ariel lo tomara de la camisa del pijama y lo atrajera hacia él.

Sus bocas se encontraron ansiosas. Ethan se estremeció ante el contacto, pero su cuerpo no dudó en responderle. Volvió a ponerse encima de su amigo el cual se removía ansioso. Sus labios se degustaban y se mordían ansiosos o desesperados por otros. Se separaron unos segundos respirando agitados.

Se miraron, se rieron sin razón aparente—Joder, Ari, ¿qué estamos haciendo?

— Besarnos apasionadamente ¿No es obvio? — Preguntó Ariel antes de atraerlo y besarle esta vez con más calma.

Sus bocas se acariciaron con suavidad, sus manos rozaban el cuerpo de otro con lentitud, sin prisas, como si lo hubieran hecho toda la vida. Los suspiros morían en boca del otro. No supieron cuanto tiempo estuvieron besándose de esa manera, hasta que el aire se les acabó. Se separaron más tranquilos, sonriéndose uno al otro como quien acababa de cometer una travesura.

Ethan se incorporó sobre su codo para mirar a Ariel— ¿Es raro que terminemos así?

—No lo sé, pero me gusta…

Ethan reprimió una risa y se inclinó para besarle una vez más—Eso se nota, pero ya sabes no quiero hacerte sentir incómodo.

Ariel se mordió el labio con picardía—No lo haces. Ya sabes, eres mi amigo súper especial. Así que está bien que hagamos estas cosas, supongo— Ambos sonrieron—. No deberías temer en que no lo harás bien con Dante. Yo sé que sí y luego no podrá soltarte, se casarán y adoptarán un puñado de hijos con nacionalidades exóticas.

Ethan río ante las ocurrencias de su amigo—Bueno, tú no tienes que adoptar a nadie. Ya tienes a Chris y Naomi— Miró con una sonrisa a su amigo—. No sé que haya pasado para que estén momentáneamente peleados, pero sé que lo solucionarán. Siempre lo han hecho. Han pasado por demasiado como para que cualquier tontería venga a separarlos en este momento.

— ¿Tú crees?

Su amigo acarició sus cabellos—No lo dudo. Jamás he conocido a dos personas que están más destinadas a estar juntos. No dudo que Alessandro intentará en hacer las paces, porque tú eres demasiado orgulloso por momentos— le dijo con una sonrisa.

Ariel frunció el ceño un poco—No soy orgulloso…

—Sí, sí lo eres. No dejes que tu orgullo vaya a arruinar lo que tienen solo por no saber comprenderlo en el momento ¿eh?

Ariel se relajó—De acuerdo. Tú promete que serás más seguro de ti mismo— Ethan asintió—. Además ya viene el cumpleaños de Dante a lo mejor deberías darle un sexy regalo de cumpleaños.

Ethan le dio un almohadazo a Ariel—Te has convertido en un completo pervertido, Ariel Miderhive. Solo hablas de sexo.

—No es cierto, Ethan Lenz, también lo practico.

El aludido solo río un poco—Te extrañaba, Ari…

—Yo también, Ethan.

***

Alessandro tenía la mirada fija en el televisor aún a sabiendas que Lupo y Dante le miraban pidiendo explicaciones. La nota informativa duró más de cinco minutos, cosa atípica en los noticieros de hoy en día, pero sabía que por el calibre de la noticia era normal que se tardaran un poco más. Luego de unos minutos apagó la televisión. No necesitaba ver cómo un perro había rescatado a un niño de un río. Tenía la información que ocupaba.

Se quedó en silencio con una sonrisa a causa del trabajo bien hecho. Sabía que todo iba a funcionar a la perfección—No nos habías dicho de eso— comentó Dante.

— ¿Tengo que darte cuenta de todos mis actos? — Preguntó mirándole con seriedad. No sabía porqué de repente se le ocurrió desconfiar hasta de su mejor amigo, aunque sentía que lo estaba traicionando al pensar así de él. Es decir, Dante conocía su historia mejor que nadie, jamás se atrevería a traicionarlo y menos con Mapelli.

—Lo siento. Es solo que me ha sorprendido la noticia.

Alessandro suspiró, a quién engañaba no podía tratar tan mal a Dante— Fue un encargo que le pedí a Eddie. Supongo que por el momento no tendremos que preocuparnos que la poli esté detrás de nuestra pista.

Lupo asintió. Estaba satisfecho con el trabajo de Morello. Muy bien pensado en el momento más crítico. No lo diría en voz alta, pero tenía más madera de líder que él—Ahora solo hay que preocuparnos que Lamire despierte…

***

La habitación estaba en penumbras, solo la lámpara de la mesa de noche iluminaba pobremente la habitación. A lo lejos le veía una suave brisa que se colaba por la ventana entreabierta.

Lyosha cabeceaba de vez en cuando, estaba exhausto. Sin embargo se repetía que tenía que seguir despierto. Lamire podría mejorar o empeorar de golpe. Así que tenía que estar preparado. Se levantó unos segundos intentando estirar las piernas que estaban entumecidas. Hacía unas horas le había quitado la mascarilla de oxígeno y hasta el momento estaba bien sin ella. Quería creer que eso era una buena señal en lugar de una mala.

Empezó a pasear por la habitación. Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no notó que estaba siendo observado. Sin embargo cuando iba a sentarse se paró en seco. Lyosha miró a la cama. Sus piernas fallaron unos segundos—La-lamire…—Estaba despierto—. Lamire, Lamire— susurraba temblando. Se acercó hasta él, le miraba directo a los ojos. Lyosha tocó su mejilla—. Lamire…

— ¿Quién es Lamire?

***

Alessandro no esperó encontrarse a Ariel en la habitación cuando entró a ella. Estaba sentado en la orilla de la cama, cuando lo vio entrar le indicó que cerrara la puerta. Alessandro obedeció no sabiendo que esperar. Ariel le indicó que se acercara.

Alessandro se sentó al lado de él y se sorprendió al ver como el pelirrojo se acostaba en sus piernas y cerraba sus ojos— Ariel yo…

—Lo siento— Susurró—. No quise escuchar. Bueno, sí quise hacerlo, pero es porque me preocupa en lo que te metes. No quiero perderte, eso es todo— Se acomodó para mirar el rostro de Alessandro—. En verdad lo siento, Alessandro. No solo por lo de ahora, sino por la otra noche que empecé a atacarte con mis celos justo cuando lo único que necesitabas era apoyo.

Alessandro se inclinó a él y le besó con cariño— ¿Quién eres y que has hecho con mi ricura celosa? — Susurró—. No importa, Ariel. No debí haberte tratado de esa manera. Estaba demasiado estresado por lo que Eddie me había dicho y me he desquitado contigo. No es justo para ti.

— Ambos nos equivocamos al actuar. Lo siento.

—Yo también, ricura, no quiero que mis errores te hagan creer que no eres importante para mí.

Ariel sonrió a su pesar— ¿Y lo soy?

—Claro que sí, idiota, eso no se pregunta—dijo antes de tomarlo con su brazo sano y llevárselo al medio de la cama—. Eres lo más importante para mí. No quiero que te queden dudas.

Ariel no cabía en felicidad por haber escuchado esas palabras— Gracias por decírmelo. No sabes lo feliz que me has hecho— Acarició el rostro de Alessandro. Los últimos días no se había rasurado y el vello facial que le empezaba a crecer lo hacía verse aún más sexy y varonil, si eso era posible— ¿Está todo bien con Eddie?

Alessandro se puso serio— Ariel, he hecho algo de lo que me enorgullezco. Sé que no debería, pero no puedo evitarlo— El menor le miraba sin comprender bien a qué se refería—. Sé que si no te lo dijera tampoco te darías cuenta, pero siento que es la mínima confianza que debería tenerte.

—Me estás asustando…

Alessandro miró a Ariel mientras su mano acariciaba el rostro— ¿Recuerdas quien es Eva?

Ariel iba a usar el término tía, pero prefirió cambiarlo—La hermana de tu madre. Dijiste que estaba en la cárcel e iba salir pronto…

Alessandro asintió— Te dije que iba a hacer todo lo posible para evitar que lo hiciera ¿recuerdas? — Lo vio asentir temeroso—. Ya lo he hecho…

— ¿Qué hiciste?

—Con ayuda de un contacto de Eddie que tiene en la cárcel y con una conocida que está allí logramos que todo lo que usé para la misión terminara en la celda de Eva. Las cartas náuticas. Las imágenes del barco que abordamos. El celular que usé para hacer las llamadas respecto a la misión.  Todo lo que pudiera inculpar a Eva que estaba ayudado a los halcones desde adentro, sin arriesgarnos que lleguen a nosotros.

Ariel le miró incrédulo— ¿Qué van a hacerle?

—Ya no podrá salir. Iban a liberarla en unos meses, pero ahora creo que se quedará allí de por vida— comentó como si nada, incluso al ver la cara horrorizada de Ariel—. También hice que encontraran en la casa donde vivía anteriormente parte de la droga que recogimos. Esa casa sigue a nombre de Eva, así que no podrá evitar que la inculpen. Además los tipos que viste la vez pasada se prestaron para que dieran declaraciones falsas para que terminaran de inculpar a Eva.

—Pero ella no hizo nada…

La mirada de Alessandro perdió toda chispa de vida— Era ella o nosotros. Así que tomé mi decisión.

—Pero ¿y si dice la verdad? Y dice que eres tú el que está con el tema de las drogas.

—No dirá nada. Jamás. Sabe que si quiere vivir un poco más no debe abrir la boca. Moriría antes que abriera la boca y aún cuando lo hiciera sabe al salir de la prisión la matarían.  Así que va aceptar la culpa. Sabe lo que le conviene.

—Pero es tu familia…

—Ella no es nada mío— Dijo entre dientes—. Entiéndelo. No es nada mío y jamás lo será. Si no fuera útil hace mucho que hubiera ordenado que la mataran— Ariel tembló al escucharle hablar así. Alessandro lo notó y solo le hizo sentir culpable—. Lo siento, no he querido asustarte. Sé que no debería decirte estas cosas porque la idea de familia que tú tienes es muy diferente a la mía. Es solo que pensé que debería decírtelo, pero creo que me he equivocado…

Ariel miró a la persona que tenía delante de él. No pudo evitarlo y le besó— Gracias por decírmelo. Significa mucho para mí— La mirada de Alessandro lucía triste, vacía—. Tú mismo lo has dicho. No tenías que decírmelo. Aprecio mucho la confianza que me has tenido. Tienes razón tenemos opiniones diferentes acerca de la familia, pero aunque no me parezca lo que has hecho no puedo juzgarte porque sé como ha sido ella contigo. Y sí, se lo merece, pero no quiero pensar en eso. Solo quiero creer que hiciste eso para que no te atraparan y no tuviera que vivir sin ti…

Alessandro lo apegó a él— ¿Y si te digo que lo he hecho por eso? —Le preguntó mientras el dorso de su mano acariciaba la mejilla de Ariel—Qué me dirías si te digo que lo hecho porque no estoy dispuesto a separarme de ti. Que no me importa si tengo que ir contra todos mis principios, contra todo lo que he luchado por no ser con tal de tener un día más a tu lado. No me importa ir a la cárcel, lo que me importaría es no poder tenerte de la manera en que te tengo en estos momentos— Ariel contuvo el aliento al escucharle hablar de esa manera— ¿He hecho mal, Ariel? — El menor negó—. Todo lo que hago últimamente es por ti, porque no soportaría tener que separarme de ti.

—Yo tampoco lo soportaría—En su cabeza no cabía la idea de una vida sin Alessandro—. Bésame — Pidió en un susurro—. Ayúdame a pensar que no hago mal por estar agradecido por la decisión que has tomado— Sin embargo no dejaba de reprocharse por sentirse feliz ante la desdicha de otra persona— Alessandro le besó con rudeza, con pasión, desesperación— No pares…—No quería pensar que se estaba perdiendo parte de su bondad por alegrarse de esa manera—. Te amo, eso está bien ¿verdad? — Aún cuando destruyeran la vida de otras personas para poder  estar juntos.

***

Lyosha le miró sin poder creer lo que había dicho. Durante años le habían preparado para saber qué tenía que hacer, no debía perder la calma, tenía que brindarle confianza al paciente, hacerlo sentir seguro, sin embargo no pudo— T-tú eres Lamire— Susurró desesperado—. Dios, tú lo eres, tú… ¿No lo recuerdas?

Sintió la mano sana elevarse hasta posarse en su mejilla, Lyosha estaba al borde de las lágrimas—Solo bromeaba. Claro que recuerdo quién soy, Lyosha—El español le miró anonadado—. Solo era una broma…

—Eres un idiota, eres un idiota. ¡¿Cómo se te ocurre bromear con algo como eso?! — Alzó la voz, pero esta se quebró. Empezó a llorar sin importarle parecer débil—. Maldita sea, Lamire, ¿sabes lo mal que lo he pasado? ¡¿Tienes la mínima idea?! Y luego me vienes con esas mierdas. ¡¿Qué les pasa a ustedes a los asiáticos?! Tienen un pésimo sentido del humor. ¡Te odio! ¡Te odio! ¡No vuelvas a asustarme así nunca más! —Estaba arrodillado al borde de la cama y sentía la mano del coreano sobre su cabeza—. No lo hagas, no juegues así conmigo. Joder, quiero molerte a golpes.

—No lo hagas, me duele todo—susurró con dificultad— ¿Tú estás bien?

Alzó la mirada con brusquedad— ¡No hagas preguntas estúpidas! ¡Eres tú el que casi muere y se te ocurre preguntar por mí!

—Entonces dime que debo preguntarte.

El español se quitó las lágrimas con brusquedad, con frustración—Pregúntame si te amo…

Lamire le miró sorprendido— Lyosha— Ahora recordaba bien todo lo que había pasado en el barco, todo, las balas, su sangre, Lyosha, su declaración. Lamire no esperó vivir para tener que escuchar una respuesta—. Yo no te dije lo que sentía para que te sintieras obligado en corresponderme.

—Deja de hablar innecesariamente. Necesitas descansar, así que solo pregúntamelo.

— ¿Me amas?

—Sí…

—No lo dices por lástima ¿verdad?

—Personas como nosotros no podemos dar lástima a los demás. Así que créeme cuando te digo que te amo. Es solo que estaba aterrado ante la idea como para admitírmelo a mí mismo— Lamire tomó su mano intentando transmitir todo lo que sentía—. Deja de hacer eso. Eres tú el que necesita las atenciones en estos momentos. No yo.

—Pero tú siempre las has necesitado…

Lyosha escondió la mirada para evitar darle la razón a Lamire—Gracias, bonito, por amarme.

—Espero que sea suficiente para hacerte feliz.

—Tú siempre me has hecho feliz, es solo que estaba ciego y no me daba cuenta de eso. No volveré a perderte.

Lamire sonrió al escucharlo hablar de esa manera si no fuera porque su cuerpo dolía a horrores hubiera creído que estaba muerto y ese era su cielo—Siempre me tendrás…

Lyosha sonrió aún con lágrimas en los ojos—No creas que seré de esas parejas cursis. Las cosas no van a cambiar demasiado entre nosotros. No diré apodos cursis, seguiré diciéndote Lamire o bonito—Intentaba no seguir llorando, pero no podía creer que en verdad estuviera vivo—. Tampoco voy a esperarte siempre con una cena a no ser que sea yo quien sea cubierto de helado o con sushi o lo que sea que les guste en corea. Mucho menos voy a prometerte amor eterno porque ya no somos unos niños y sabemos que el mundo no es un lugar para hacer realidad nuestros cuentos de hadas ¿has entendido?

—Sí…

—Lo que sí puedo prometerte es que voy a estar a tu lado cuando me necesites. Intentaré ser lo más comprensivo que pueda. Recoger la ropa sucia de mi apartamento y lavar los platos al menos tres veces a la semana. No ir a tantas fiestas porque sé que te lo pasas mal. No más sexo con extraños. También puedo hacer el esfuerzo de ver anime contigo aunque no comprenda ni una palabra que dicen.

—Puedo buscarlos con subtítulos…

Lyosha a su pesar sonrió—Eso estaría bien. Entonces ¿Qué dices? Quieres que tú y yo…ya sabes… ¿O ya no tenemos edad para esas cosas? Es decir, yo casi tengo treinta y mejor de ti no digo nada.

— ¿Me llamas viejo?

—Maduro—Le corrigió—. ¿Entonces qué dices?

—Me gustaría mucho…

—A mí también.

—Te amo, Lyosha. Siempre soñé con el momento de podértelo decir sin temor a ser rechazado.

El español alzó la mirada techo de la habitación, pero Lamire pudo apreciar el sonrojo en sus mejillas—Yo también te amo, bonito. Solo no me pidas decirlo tan a menudo que es extraño. Es extraño, pero no por eso me siento menos feliz. ¿Ahora podemos concentrarnos en ti? ¿Te duele algo?

— ¿Podrías preguntarme qué es lo que no me duele?

El español sonrió—No te preocupes. Te pondré un calmante. Vas a ponerte bien pronto. No quiero ser presumido, pero conmigo las personas sanan casi por magia.

—Lo sé…

Se miraron unos segundos sin poder creer aún todo lo que acababan de decirse. No era la forma en que hubieran planeado en un primer momento, pero al final lo que contaba eran las palabras y  los sentimientos fueran correspondidos.

—No tardará en hacer efecto— Susurró mientras se inclinaba hasta el rostro de Lamire—. Los demás están preocupados por ti, bonito. ¿Quieres que los llame?

—No, aguarda hasta mañana— Pidió tomando su mano—.Quiero que este momento sea solo de nosotros dos…

Notas finales:

Actualizaré hasta el otro lunes debido a que ando haciendo trabajos finales, y de paso la otra semana empiezo los segundos parciales x.x así que nos veremos el otro lunes! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).