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El décimo círculo por PokeGirl Uchiha

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Notas del capitulo:

Hola a todos! Bueno en primer lugar creo estas notas iniciales serán de disculpas principalmente: 1. Lo siento lo original del título no ando cabeza en estos momentos porque ahora mi catedrático prácticamente mandó a la basura toda una tarde del trabajo final vv' así que tengo que volver a buscar  todo y...moriré. 

2. Por no tener aún la respuestas a sus reviews, pero apenas puedo con mi existencia.

Y ya me disculpé mucho así que les hago saber que quizás tenga algún errorcillo de dedo este cap que si lo tienen no duden decirmelo para corregirlo a futuro. 

Este cap va para Nockturn y para Carlo Magno que me dieron una sorpresa que me dejó sin palabras: ¡Una pág en facebook de IDA Y EDC! :D

Así que para los que tengan face y quieran seguirlo para poder ver los avances de los caps con facilidad, tomando en cuenta que en twitter pongo no solo del cap y más con la euro ando escribiendo más tweets de lo usual, así no buscan los adelantos entre tanta basura que escribo XD así que aquí les dejo!

https://www.facebook.com/pages/-Infierno-De-%C3%81ngeles-El-D%C3%A9cimo-Circulo-/285393404891395

 

Ya sin más: ¡Cap 35! 

Veía al mesero pasar de un lado a otro por más de un minuto hasta que recordó que ellos eran los que habían ordenado el helado. No era que tuviera hambre. No hacía mucho tiempo que había comido uno, pero de repente sintió la necesidad de tener algo en la boca para no tener la obligación de hablar de inmediato.

Miró a la persona que tenía enfrente. Seguía siendo hermosa. Muy guapa. Guapísima. Tenía que admitirlo. La veía  constantemente y no podía creer que en verdad hubiera tenido gemelos. Seguía teniendo esa figura que recordaba que había sido la envidia del resto de sus compañeras de clase. Aunque ahora que la miraba más de cerca no era igual a la chica que  recordaba, se le veía más mujer, pero no por ello menos atractiva.

El mesero puso una copa más pequeña de helado para él y una de un tamaño más considerable para Hayley. Al parecer el ron con pasas seguía siendo su helado favorito— ¿Vas a quedarte mirándome toda la tarde? — Preguntó la chica así sin más.

Ethan agachó la mirada apenado. Al parecer unas cosas nunca cambiaban. Él siempre tan tímido. Ella siempre tan decidida en lo que quería, no importando lo que tuviera que hacer para conseguir sus metas. Sintió cierta incomodidad al recordar que él solo había sido uno de esos instrumentos, para llegar a uno de sus muchos objetivos— ¿Te molesta si lo hago? — Preguntó mirándole alzando solo los ojos.

La chica sonrió un poco— Estoy acostumbrada a tus silencios. Es solo que creía que después de tanto tiempo sin vernos al menos creía que romperías un poco la tradición— Se llevó la cuchara a la boca e Ethan pensó por un segundo que intentaba seducirlo como tiempo atrás, pero rápidamente desechó la idea.

Ethan se sentía un poco cohibido. Al final no había podido decirle que tenía otras cosas que hacer e incluso estaban allí comiendo un helado que él pagaría de su dinero— Nunca he sido bueno iniciando una conversación...

—No has cambiado en nada, Ethan Lenz— Le regañó cariñosamente—. No puedo creerlo. Los dos aquí. Tan lejos de donde nos conocimos. ¡Es casi irreal!

—Lo sé. No sé, supongo que si es irreal y un poco raro…

— ¿Raro?

Se encogió de hombros— Nunca esperé volverte a ver…

La chica tenía la cuchara en su boca y la lamía despreocupadamente analizando las palabras del azabache— ¿Entonces no querías volver a verme?

—Yo no he dicho eso. Es solo que no sé…

La chica volvió a tomar un poco más de lado mientras le dirigía una mirada penetrante a Ethan— Vale, lo entiendo. Supongo que no me merezco que te alegres de verme después de lo que te hice.

Ethan tenía su mirada clavada en el helado. Era extraño. Estar allí hablando con tu ex. Sin embargo no sentía resentimiento ni nada— Estoy feliz de verte— Admitió—. Tampoco estoy molesto por lo que pasó. No comprendí tus razones, pero supongo que si eres feliz valió la pena—Terminó de pronunciar mirándole a los ojos.

Hayley sonrió a su pesar— Tú en verdad no cambias nada. Sigues siendo el niño bien que recordaba.

—Tú tampoco has cambiado mucho…

—Claro, ignorando la parte que tuve gemelos— Comentó sin mayor importancia mientras seguía comiendo.

—Por cierto ¿cómo están?

La chica le miró unos segundos incómoda, pero luego decidió que no tenía razones para callar— No lo sé. No los veo desde hace tiempo— Al notar la cara de incredulidad de Ethan frunció un poco el ceño. Odiaba cuando él se preocupaba de esa manera—. Fue un drama. Ya sabes supongo que no era una buena madre, me quitaron la custodia de los gemelos y pues me separé y ahora estoy aquí.

Ethan le miró algo apenado por haber tocado un tema tan delicado— Lo siento yo no…

—Ethan— Lo cortó la chica—. Está bien. Son cosas que pasan. No estoy dolida. Sigo con mi vida. Además nunca quise ser madre. El tipo me hizo un favor en lugar de un perjuicio— Admitió sin tapujos—. Y creo que les hice un favor a los gemelos en desaparecer. Hubiera sido una madre terrible. No tengo paciencia para esas cosas ni el instinto maternal para ocuparme de esas cosas. Los he salvado de una vida tormentosa.

El chico no supo bien qué responder a eso. Una parte de él no podía comprender cómo podía estar tan tranquila, pero la otra le agradecía en silencio a la chica por haberse quitado del camino. Era obvio que los gemelos sentirían un vacío, pero quizás a la larga sería mejor. Él mismo ahora se arrepentía por haber deseado más de una vez el poder conocer a su padre.  

Ethan tenía la mirada perdida hasta que la joven lo sacó de sus pensamientos— Lo siento. Solo pensaba.

— ¿En qué? ¿En que soy una terrible persona por no actuar como la sociedad piensa que debería?

Negó con la cabeza. Miró a la chica. Incluso pudo ver cierto resentimiento con el mundo en su mirar— Yo no te juzgo— Él era el menos indicado para hacerlo—. Cometiste algunos errores en el pasado. Nada que no puedas enmendar en el presente. Todos tenemos derecho a equivocarnos una vez.

La chica puso la cuchara en la mesa. Apoyó su barbilla en una de sus manos mientras la otra la dejó sobre la mesa— Lo sé, pero yo soy experta equivocándome siempre.

Él deslizó su mano sobre la mesa y apretó la de ella cariñosamente, infundiéndole valor— Oye, no te sientas mal si te equivocas. Creo que es mejor hacerlo ahora jóvenes que cuando seamos viejos y no tengamos la fuerza de enmendar nuestros errores.

La chica sonrió con cierta tristeza— No cambias, Ethan Lenz. ¿Cómo puedes seguir siendo tan bueno? — Sin embargo al notar la mirada volverse sombría le miró más preocupada— ¿Tú estás bien?

—Eso creo. Solo pensaba en los errores que yo también he cometido.

— ¿Tú? ¡Eres demasiado perfecto como para cometerlos!

Ethan sonrió a su pesar— No soy perfecto. Tengo más defectos de los que llegaste a descubrir.

La chica le miró con intensidad— Tú aceptaste los míos muy bien. Si hubiera sido un poco más inteligente me hubiera quedado a tu lado y hubiera aprendido a aceptar también los tuyos.

Ethan desvió la mirada unos segundos al notar como la chica le miraba— Por algo las cosas no se dieron de esa manera.

Hayley bajó la mirada a su pesar y apartó su mano de la Ethan— Eso creo. Supongo que fue parte de mi aprendizaje de la frase tan cliché de “No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.”

—Tampoco te has perdido de mucho…

La chica se mordió el labio unos segundos— Eso lo dices tú que no ves lo sexy que te has puesto— Ethan bajó su mirada  apenado hasta su helado que empezaba a derretirse—. ¿Estás saliendo con alguien?

El chico alzó la mirada algo nervioso— ¿Eh? ¿Por qué lo dices?

—No lo sé. Simple curiosidad— Respondió ella retomando la tarea de comer el helado—. Supongo que quería cambiar un poco el tema tan fatalista que habíamos tomado. Entonces por tu reacción debo comprender que si sales con alguien.

Ethan se pasó una mano detrás de la nunca— No. Es complicado. No sé…

Para su sorpresa la chica río— Vale, no tienes que contarme si es demasiado complicado. Aunque no sabía que te habías vuelto un rompe corazones promiscuo.

Ethan sonrió un poco a su pesar— No soy promiscuo— Aunque lo último fue más un intento de convencerse a sí mismo—. No sé…estoy confundido…

La chica asintió mientras jugueteaba con su cabello— Vale, no tienes que contarme nada. No es como si me lo debieras.

Ethan asintió agradecido— ¿Qué hay de ti?

Hayley soltó una pequeña carcajada que Ethan no comprendió— ¡Yo y mis ideas! Dejamos un tema complejo para otro peor— Al ver que el chico se proponía a cambiar de tema lo frenó—. Pues supongo que sí estoy con alguien. No sé es complicado también y no es porque esté confundida.

— ¿Entonces?

—Anduvimos un tiempo. Luego cortamos, pero no sé. El sexo se nos daba bien a él y a mí. Nos acostumbramos a nuestra dinámica en la cama así que en teoría supongo que vendríamos a hacer amigos con beneficios.

Ethan la miró unos segundos algo inseguro antes de cuestionar: — ¿No te sientes un poco culpable por hacer esas cosas con él? ¿No te da miedo que vuelvas a enamorarte de él?

—No. No hay porqué sentirse culpable. No sé. Ambos estamos de acuerdo. Nos deseamos. Y bueno, del tema de estar enamorado o no pues es más complicado— Hizo una pausa para terminar de tomar su helado—. Sin embargo no veo lo malo a dejarse llevar de vez en cuando por los impulsos. A veces cuando piensas demasiado en algo te privas de la oportunidad de saber la verdad. Yo al estar en este plan de amigos con derecho no me privo de la libertad de saber si siento algo más por él o solo me la estoy pasando bien— Ethan se quedó en silencio unos segundos— ¿Te molesta que hable de esa manera?

— ¿Eh? No, no es eso. Solo pensaba…

— ¿En tu situación?

—Sí. Y no sé supongo que aunque suene loco hay algo de coherencia en lo que dices. Si reprimimos siempre nuestros sentimientos y no los dejamos florecer entonces nunca sabremos de qué nos estamos perdiendo.

La chica sonrió  a su pesar— La manera en que lo dices suena más poética.

—Pero la idea es tuya.

—Cierto. Te cobraré los derechos de autor.

Sonrieron. En esos momentos Ethan no pensaba qué hubiera pasado si no se hubiese mudado o terminado con Hayley. Simplemente pensaba en  todo lo que había pasado últimamente y cómo quería tener todo siempre bajo control. Los sentimientos no se pueden controlar, recapacitó, porque si lo haces te estás reprimiendo a ti mismo como persona y a tu verdadera esencia.

—Claro, deja que gane un poco de dinero primero para pagarte.

—Con el helado basta. No tenías que hacerlo.

Se encogió de hombros— Lo sé. No sé porqué lo hice, la verdad, pero me alegro haber hablado contigo. No sé. Fue un raro agradable.

—Qué bueno que lo pienses de esa manera— Sonrió la chica—. Fue bueno haber chocado contigo.

—Lamento eso de nuevo. Y más por haber dejado muy a la vista tus cosas personales…

La chica le miró francamente divertida— No te preocupes. Además deberías irte acostumbrando. Todas tus novias mínimo buscaran usar algo así de atrevido para provocarte.

No puedo evitar reír, pero no por el comentario de Hayley sino ante la idea que Dante usara algo como lo que la chica llevaba en sus bolsas. Una parte pensó que debería corregirla, pero no le vio el mayor sentido en revelarle su sexualidad a alguien que quizás no volvería a ver. La conversación se vio interrumpida cuando su móvil empezó a sonar. El número no estaba registrado en su agenda, pero decidió contestar excusándose unos segundos con su ex para contestar— ¿Sí? ¿Buenas tardes?

— ¿Siempre contestas tan respetuoso a los desconocidos? — La voz de Ariel sonó desde el otro lado— Al parecer me he olvidado el móvil en el Jaguar o en el apartamento. ¿Puedes venir por mí? ¿O quieres que vaya?

—No, no te preocupes. Yo iré. ¿Dónde estás? — Ethan anotó la dirección en una servilleta— Perfecto. Estaré allí pronto.

—Gracias.

— ¿Está todo bien?

—Sí, no te preocupes. Ven pronto. Te quiero.

—Yo también te quiero, Ari— Al notar la mirada suspicaz de la chica se sonrojó un poco—.No me tardaré mucho— Agregó antes de colgar.

— ¿Tu confusión?

Ethan se sonrojó un poco al escuchar como llamaba a Ariel. Nunca había pensado así de él, pero después de cómo se estaba comportando no sabía  si aceptar o negar ese apelativo que le imponían a su mejor amigo— No creo— se limitó a decir.

—Con solo que lo dudes ya me estás dando la razón a mí— Comentó sin más— ¿Tienes que irte ya?

Se sintió un poco culpable, pero no quería hacer esperar a Ariel. Sin mencionar que el camino de regreso era largo y no quería abusar de la confianza que Dante le brindaba con el auto— Sí, tengo un poco de prisa. ¿Tienes que ir a algún lado?

—De hecho me dirijo a la dirección que has anotado— Comentó mientras veía la servilleta con asombro.

Ethan sonrió—Bueno, entonces mejor. Te doy un aventón— Canceló los helados y se pusieron de pie. No dudó en ayudarle a Hayley a cargar las bolsas.

—Eres de esos caballeritos que ya no hay hoy en día— Comentó con una sonrisa mientras caminaba al lado de Ethan siempre muy segura de sí misma con ese ondular de caderas que Ethan no pudo evitar recordar, siempre tan provocativo. Notó cómo varios hombres miraban a quien iba a su lado y luego a él con cierta envidia. Sonrió para sus adentros. Si supieran. Pensó inevitablemente.

Llegaron hasta donde tenía parqueado el Jaguar y notó como la chica se quedaba con la boca abierta— ¿Desde cuándo tu madre tiene uno de estos?

Sintió un pinchazo de tristeza al escuchar mencionar a Clarissa, pero no pudo culparla, claro que ella no sabía— Oh, no es de ella. Me lo han prestado por hoy…

— ¿Tu otra confusión?

Ethan sonrió a su pesar mientras le abría la puerta del copiloto— ¿Es que tiene que haber dos personas? —Cuestionó mientras cerraba la puerta y rodeaba el convertible.

—Si hay confusión de sentimientos es casi seguro que se debe a que alguien más entró en tu vida y ya no sabes que sientes por la otra persona— Comentó con tranquilidad mientras se ponía sus gafas de sol y se arreglaba su largo cabello castaño—. Si quieres mi opinión y  no has estado con ellas, deberías ver que tal son en la cama ambas y luego decides. Y después de ello aún no te decides quédate con la que te presta este bebé.

Ethan no quiso pensar que le diría si en vez del Jaguar hubiera ido a San Peter con el Bentley.

***

Tenía esos ojos que ahora lucían grises demasiado cerca. Siempre se preguntó porqué sacaba la lengua cada vez que intentaba hacer algo con sumo cuidado. Frunció un poco el ceño al sentir un ardor— Lo siento ¿Te duele mucho?

—Te dije que podía encargarme yo mismo— Al ponerse contra luz los ojos de Dante volvieron al azul que conocía. Siempre se preguntó si era la luz o algo más lo que los hacía cambiar.

—Has tenido más de tres horas para hacerlo y aún así  no lo has hecho. ¿Cómo quieres que confíe en ti? — Comentó con tranquilidad mientras seguía curándole el labio.

—Me limpié un poco la herida, además no es la gran cosa.

Dante ocultó a su sonrisa— Se nota que no te has visto en el espejo. Tienes el labio partido y de paso inflamado la comisura del labio, no dudes que en unas horas más se te pondrá morado.

—Genial, lo que necesitaba— Frunció el ceño realmente molesto.

Dante le miró con curiosidad— ¿Me dirás ahora qué pasó para que terminaras así? — Alessandro no comentó nada—. Fue Lupo ¿verdad? — Tomó su silencio como una afirmativa— Creía que los días donde Lupo te molía a golpes habían terminado.

El halcón no pudo evitar sonreír con cierta nostalgia— Sí. Yo también creía que habían terminado, pero ya vez como nos seguimos equivocando.

Dante terminó de curarle. Guardó todo en el pequeño botiquín antes de sentarse en el mullido sofá— ¿Qué pasó?

—La he cagado completamente con Lupo…

—No es como si fuera la primera vez que lo hicieras— Comentó su amigo encogiéndose de hombros.

Alessandro se hundió en el sofá— Esta vez fue peor. Mil veces peor. Le dije cosas que sé que lo lastimaron.

— ¿A Lupo? — Preguntó Dante bastante incrédulo, para él al halcón solo se le podía herir con balas no con palabras.

—Sí. Aunque no lo creas. Ha sido la peor embarrada de la historia lo que hice con él— Comentó sintiéndose abrumado. No manejaba bien los sentimientos y menos los complejos como la culpabilidad. Alessandro no era de los que se arrepentían por sus acciones, pero empezaba a desear no haber abierto la boca.

—Pero no entiendo. ¿Qué pasó?

—Discutimos. Discutimos por Ariel y como es típico con él llegamos al tema de Misha y de allí todo se complicó aún más. No creo que quiera volver a verme.

Dante sonrió a su pesar— Nunca pensé que llegaría el día en que te preocuparas porque un  amigo  no quisiera volver a verte.

Alessandro le miró con seriedad— No es la primera vez que me pasa. También me ha pasado contigo…

— ¿De verdad?

—Sí.

— ¿Pero cómo? ¿Cuándo?

—No voy a sostener esta plática contigo.

Dante se encogió de hombros. Discutir de sentimientos con Alessandro siempre sería un caso perdido, sin embargo se alegraba que se preocupara por perder su amistad— No temas. Siempre seremos amigos…— Una almohada impactó en su rostro.

Alessandro tenía su cabeza apoyada en el respaldo del sofá—Déjate de cursilerías— Sin embargo sonrió un poco. Era bueno saber que podía contar con él.

—Sobre lo de Lupo no te preocupes. Él sabe que eres un idiota y que dices cosas sin querer muchas veces. No intentes hablar con él ahora que está molesto. No solucionarás nada.

—Lo sé. Es solo que no sé que voy a decirle cuando lo vea.

—Dile que lo sientes— Alessandro incorporó su cabeza unos segundos para mirar a Dante como si se hubiera vuelto loco—. Lo siento. Olvidaba que no eres de los que pide perdón. Si me lo preguntas creo que no te vendría mal aprender a hacerlo con tus amigos y no solo con las personas que amas.

—Cállate, Dante, no ayudas…

—Me gusta atormentarte un poco— respondió con tranquilidad mientras apoyaba sus pies en la pequeña mesita de la sala. Miró el reloj. Marcaban las cinco—. Ethan y Ariel se están tardando…

Alessandro dirigió su vista al reloj de la pared— Deben venir en el autobús o dependiendo donde hayan ido será que vienen en el metro…

—No. Ethan tiene el Jaguar. No deberían tardar tanto.

— ¿Le prestaste el Jaguar? En verdad estás enamorado de ése.

Dante sonrió avergonzado a su pesar. ¿Para qué negar lo evidente? — ¿Y Ariel te dijo a dónde iban a ir?

—No.

Dante le miró incrédulo— ¿No se lo preguntaste?

—No. ¿Por qué debería? Es libre de ir a dónde quiera incluso aunque me enferme que ande con ése.

—Vaya, creí que eras de esos novios controladores.

Alessandro se quedó mirando el techo del apartamento— Él no me ha dado ningún motivo para desconfiar. Así que confío en él y sus sentimientos. No sé, supongo que eso es lo que hacen las parejas normales.

—Eres feliz con él. ¿Verdad?

— ¿Siempre tenemos que terminar hablando de sentimientos? Dante, pareces una chica.

—Oye, me preocupo por ti y tu felicidad.

Ladeó un poco el rostro para mirarle. Ambos habían cambiado tanto en los últimos años, pero de alguna manera su esencia seguía allí— Soy feliz— Admitió luego de unos minutos de silencio—. Tan feliz que a veces temo que todo termine— Después que Misha murió jamás creyó que volvería a ser feliz, pero con Ariel había experimentado una nueva clase de felicidad. Diferente ha la que sintió con Misha, pero no por ello menos reconfortante y esperanzadora.

—No lo hará. Ariel te ama.

—Lo sé. A veces creo que su amor es lo único que me mantiene en pie.

—Ahora eres tú el que está siendo cursi.

—Jamás.

Se quedaron en silencio cada quien dueño de sus pensamientos hasta que el sonido del móvil los sacó de sus respectivos ensimismamientos. Era el móvil de Alessandro. Miró extrañado que era de la casa de Ariel— ¿Aló?

— ¿Aló? ¿Alessandro?

—Sí. Hola, señora— Dante le miraba extrañado.

—Disculpa ¿está Ariel contigo no contesta su móvil?

—No. No está aquí. ¿Pasó algo? ¿Está bien? ¿Los gemelos?

—Oh, si no te preocupes. Es solo que la empleada quiere irse ya, pero hoy le tocaba su pago y…

—No se preocupe llegaré en cinco minutos.

—Oh, no, no es necesario, Alessandro. Probaré de nuevo llamarle a ver si contesta.

—Ariel iba a salir con Ethan— Casi sintió que vomitó el nombre del chico—. Olvidé por completo que pasó por aquí para dejarme el dinero ya que le quedaba de paso— Sintió la mirada de Dante, así que desvió la mirada—. No se preocupe. Estaré allí enseguida— Durante toda la conversación a lo lejos escuchaba el llanto de Chris. En poco tiempo había aprendido a diferenciarlo del de su hermana—. ¿Seguro que todo está bien con los gemelos?

—Oh, si no te preocupes. Últimamente está bastante irritable. Le cuesta dormirse, es todo.

—Está bien. Estaré allí en cinco.

—No necesitas venir demasiado rápido en tu motocicleta. Sé que ella podrá esperar unos minutos más.

—De acuerdo. Estaré en diez.

—Así me gusta.

Colgaron y Alessandro sonrió a su pesar— ¿Así que Ariel te dejó el dinero y se te olvidó? — Preguntó Dante con una sonrisa burlona—. Te estás encariñando no solo con él, sino con toda su familia.

—Son buenas personas.

—Conoces a muchas buenas personas y no te encariñas de esa manera. ¿Tanto te cuesta admitir lo que sientes?

—Soy yo. No puedes culparme por algo que está en mi naturaleza. Así como no puedes culparme por ser tan jodidamente guapo y varonil.

Dante se puso de pie—Sí, sí, será mejor que nos demos prisas antes que te conviertas en el nuevo narciso.

Alessandro tomó las llaves de la Chopper, entonces reparó en lo que estaba en la mesa del comedor. Dante le miró con curiosidad—No pensarás llevártelo ¿verdad?

El otro simplemente se encogió de hombros y fue a tomarlo— Emily dice que Chris no puede dormir bien últimamente. Veamos si esto ayuda.

Dante se cruzó de brazos y río divertido— ¿Así que serás el  tío Alessandro que consiente a sus sobrinos? — Alessandro solo le miró sombríamente— Vale, vale solo bromeaba. No hay que ponerse así. Sé que no te gustan los vínculos y esas cosas. Solo me parece surrealista verte así. No sé. ¿Tan normal?

—No creo que dure demasiado.

— ¿Por qué lo dices?

Alessandro no cambió esa expresión sombría— Aún no es el momento que lo sepas— Apretó con fuerza las llaves de la Chopper y caminó hasta la puerta seguido por Dante.

— ¿Oye es seguro que salgas?

Alessandro se encogió de hombros— Estoy harto de este encierro. Además dudo que Ariel regrese pronto, así que mejor voy a darle una mano a Emily.

—En verdad sabes cómo ganarte a los suegros. Emily parece que te ama.

Sonrió de lado— Claro que me ama ¿Quién en su sano juicio no lo haría?

—Andando, Míster simpatía— Exclamó poniendo sus manos en los hombros del halcón—. A ver qué excusas le das a la suegrita por tu labio inflamado.

—Le diré que Ariel me mordió con demasiada fuerza en algún momento de pasión desenfrenada.

—No te atreverías…

— ¿Apuestas? — Preguntó ladeando un poco el rostro para mirar al otro y de paso asegurarse que cerró bien el apartamento.

—No, no. Te creo capaz de todo. Así que mejor piensa algo que no delate su vida sexual porque creo que la pobre mujer piensa que solo se toman de la mano, salen por allí y se dan muchos besos.

—Yo también creo que tiene esa concepción de mi relación con Ariel—Admitió con una sonrisa de lado—. Entre menos sepa de esos detalles mejor para mí.

***

Lamire escuchó todo a su alrededor. Las aves cantaban a lo lejos. Se preguntó cuánto había dormido. Lyosha le había pedido que descansar un poco más, prometiéndole que cuando despertara le contaría todo. Bastante reacio había accedido a descansar un poco más. Sentía su cuerpo doler a horrores. Su pierna dolía principalmente. No sabía si eso era algo bueno o malo. Se preguntaba cuánto tiempo más tendría que estar en ese estado. No era que le molestaran las atenciones de su novio simplemente era el hecho que creía que estaba siendo más una carga que un alivio para él.

Abrió los ojos con lentitud. Tardó en acoplarse a la luz de la habitación. Estaba atardeciendo y ciertos rincones empezaban a quedarse en penumbras. La suave luz del sol se colaba por la ventana directo hasta su cama. Movió su brazo sano para frotarse los ojos. Al mirar hacia la derecha se encontró con Lyosha sentado en la silla donde lo había dejado. Se preguntó si todo ese tiempo habría estado allí.

Iba a hablar cuando la manera en que lo miraba Lyosha le hizo desistir de su plan original. Ninguno dijo algo de inmediato. Lyosha le miraba de una manera que nunca había visto.  Sus ojos miel lucían oscuros. Apretaba sus ropas intentando controlar sus manos que se removían nerviosas.

—Nací en Barcelona— Empezó sin poder evitar sonar tenso al respecto—. Mi padre es médico. Mi madre solía ser una ejecutiva de ventas bastante exitosa. Éramos nosotros tres y mis dos hermanos. Ellos eran menores que yo. Nos llevamos por tres y cinco años— Miró unos segundos a Lamire, que lucía sorprendido de saber que no era hijo único, antes de bajar la mirada.

>>> Al principio en mi familia iba todo bien. Mi padre fue nombrado director del hospital donde trabajaba. Mi madre siguió en su trabajo el cual le dejaba buenos ingresos, poco a poco en cuestiones económicas la familia mejoró a tal punto que mi padre y mi madre  fundaron un laboratorio farmacéutico. Ellos dejaron de pasar tiempo nosotros como era normal cuando eres alguien importante. Yo tenía por ese entonces doce y comprendía mejor las cosas que mis dos hermanos.

>>>Poco a poco empecé a sentir la presión no solo de ser el único apoyo de mis hermanos, sino también de mi padre quien me presionaba para que siempre fuera el mejor en todo. Notas perfectas. Amigos perfectos. Desde pequeño me había interesado por las artes marciales que fue lo único que logré hacer por mi propia voluntad, era lo único que me servía para relajarme. Sentía que no tendía control de mi vida, a pesar que mi madre siempre intervenía cuando mi padre se ponía bastante irritable. Nunca fui alguien estúpido ¿sabes? En realidad me iba muy bien en la escuela. Aunque eso se debía a que en vacaciones mi padre me obligaba a tomar más clases con un profesor particular por lo que cuando llegaba al nuevo curso sabía la mayoría de cosas e incluso muchas eran avanzadas para mi edad así que me salté unos cuantos años y a nadie le sorprendió que me graduara cuando recién cumplí los quince. Decían que era un genio. Yo nunca me lo creí. Solo obedecía órdenes y esas eran ser el mejor en todo. La verdad en muchas materias sentía que me iba de la patada, pero creo que los profesores al ver que le echaba ganas me hacían el favor de pasarme una que otra materia.

>>>Así que tenía quince cuando me gradué y por primera vez podía elegir qué quería ser. Para sorpresa mía terminé estudiando medicina. Odiaba a mi padre, pero amaba la labor que desempeñaba: salvar vidas. Ayudar a otros. Quería ser un buen médico así que por primera vez me apliqué de lleno a lo que quería. Las materias eran difíciles, pero siempre encontraba a alguien que se ofrecía a ayudarme. Quizás era porque les daba cierta lástima que fuera tan pequeño o simplemente les gustaba. No sé. En esos tiempos no pensaba mucho en esas cosas, aunque más de alguno se me insinuaba.

Lyosha apoyó sus pies en el asiento de la silla y abrazó sus piernas. Apoyó su rostro en las rodillas y se quedó mirando a Lamire largo rato en silencio— Creía que ahora que había salido de la escuela podría ser más libre para elegir por mí mismo, pero al elegir medicina no pensé que el control de mi padre sería mayor. Decía que tenía que mantener el nombre de la familia en alto y que no podía ser un médico cualquiera. Odiaba sus órdenes. Incluso llegó un momento que odié la carrera que había elegido. Llegué a sentirme enfermo de intentar ser lo que mi padre quería y de no poder oponer mayor resistencia. De a poco empecé a hacer todo lo contrario solo para fastidiarle, pero no era como si en verdad tuviera una libertad para elegir. Decía que tenía que comportarme con seriedad, y sabes cómo odio recibir órdenes, así que empecé a hacer todo lo contrario a lo que me pedía, fui bromista, poco serio. Salía a emborracharme por allí de vez en cuando. No había fin de semana que no asistiera a una fiesta. Poco a poco empecé a interesarme en el sexo, pero no de la forma que se considera normal, lejos de preocuparme me divertía la idea de ir en contra a lo que mi padre consideraba normal, así que no me importaba meterme con cualquier hombre.

>>>Sin embargo él no desistía de querer tener todo bajo control, incluso nuestras vidas, me llegaba a enfermar la manera cómo se comportaba con mi madre, mis hermanos, conmigo. A veces maltrataba a mi madre por algún error que cometía en cuanto al manejo del laboratorio aún cuando este había logrado ser de los mejores a nivel internacional. En mis hermanos también ejercía presión y aunque muchas veces me llevaba la peor parte por defenderlos, no podía evitarlo. Eran mis hermanos, no había nada que no hubiera hecho por ellos. Ellos me querían, me admiraban. Decían que querían ser como yo cuando fuera grande porque era bueno con ellos no como nuestro padre.

>>> Mi padre odiaba que los defendiera, me decía que jamás serían nada en la vida si seguían así. Especialmente odiaba como defendía a Eduardo que era el más pequeño. Mi padre siempre pensó que era débil; así que cuando cumplió doce lo obligó a ir a una escuela militar en el extranjero aún cuando todos nos opusimos a la idea.

Lamire miraba preocupado a Lyosha quien su semblante se volvía a cada segundo más frágil—Él murió al mes de haber entrado. Nos dijeron que se había ahogado en una de las pruebas de resistencia. Así de simple. Que lo sentían, pero no habían podido hacer nada— Las lágrimas se acumularon en los ojos de Lyosha—. Esa fue la primera vez que odié a mi padre a tal punto de quererlo asesinar ¡Él lo había mandado allí! Eduardo murió y yo no pude hacer nada para impedirlo. Tampoco podíamos demandar a esos imbéciles porque mi padre firmó un documento donde los dejaba libre culpa en caso que él falleciera. ¡¿Qué clase de padre hace eso?! Eduardo me escribía todos los días pidiéndome ayuda. Me decía que lo sacara de allí. Que odiaba esa vida. ¿Sabes que le respondía? Que fuera fuerte, que tenía que aguantar solo un poco más y que yo pensaría en algo. Nunca se me ocurrió nada. Nunca pude ayudarlo…

Lamire deseó tanto poder moverse en esos momentos. Poder reconfortarlo como se merecía. Sin embargo no podía y se odió por no ser capaz de hacerlo. Lyosha estaba frente a él con sus ojos llenos de lágrimas y él no podía hacer nada.

—Lyosha yo…

—Desde ese momento lo odié aún más. Todos lo hicimos. Mi hermano e incluso mi madre quién me repetía que fue un accidente. Aunque estaba seguro que ella sabía que mi padre tuvo la culpa, pero no era capaz de admitirlo en voz alta. Los siguientes años se enfocaron cada quien en ignorarse mutuamente a hablar cuando solo fuera necesario. Ahora solo quedábamos Luís y yo para aguantar esas peleas. Luís se volvió más taciturno, siempre estuvo muy apegado con Eduardo. Poco a poco se empezó a alejar de todos. Por mi parte no sabía cómo manejar todo ese odio, el desconsuelo de haber perdido a mi hermano menor y sin darme cuenta fui enfrascándome en mis estudios y en las prácticas. Cuando cumplí veintiuno me gradué del grado académico. Las cosas en mi familia estaban tan mal que no podía manejarlo. Así que no dudé en seguir con la especialización.

>> Para ese entonces yo desconocía a mi hermano. Vivíamos en la misma casa, pero apenas coincidíamos. La única vez que logré verlo por más de una  hora fue cuando entró internado por sobredosis. Me pidió que no le dijera nada a mis padres. Que no volvería a hacer y le creí. Intenté ayudarlo, pero ya era demasiado tarde, lo había perdido. Algo se había roto entre nosotros. Se volvió más problemático. Más violento. Yo estaba simplemente abrumado por tantos errores que había cometido. Me había refugiado en mi propio mundo que no noté como otros necesitaban de mí.

>> En esa época también notaba diferente a mi madre. No me di cuenta que ella tenía un amante. Mi padre si lo hizo. Se volvió loco. Amenazó con matarla. Mi hermano estaba en la casa cuando se supo todo. Yo estaba en el hospital, ya era un hábito para mí. Al final mi hermano terminó defendiéndola. Hirió a mi padre que intentó apuñalarlos a ambos diciendo que estaban en todos estaban en su contra después que él los había llevado tan lejos. En ese breve lapso en que mi padre estaba demasiado abrumado por el ataque de Luis,  él y mi madre subieron al coche intentando escapar…

>>Sin embargo mi padre no dejó que se salieran con la suya los persiguió en su respectivo coche intentando hacerlos volver. No sé qué pasó. Es probable que nunca lo sepa con exactitud. Lo único de lo que estoy seguro era que ese día estaba sin mucho que hacer en el hospital y de repente estaba intentando salvarle la vida a mi hermano. Habían tenido un accidente, uno que había provocado mi padre. Pude sentir su corazón entre mis manos, Lamire, hasta el último latido. Me contó lo que pasó solo a mí. No dejé que nadie interviniera. Sabía que iba a morir y sin embargo no quería. Mis manos quedaron llenas de su sangre, no podía dejar de temblar, se suponía que era un buen médico y tendría que haber al menos intentando algo, pero no pude hacer nada para salvarlo. Mi madre también falleció a causa de ese accidente. De repente me vi sin las personas que alguna vez dieron sentido a mi vida y solo con la persona que más odiaba en el universo. La persona que se encargó de matar a cada uno de los que había amado.

>> Él quedó gravemente herido. Tenía buenos abogados y buenos contactos que se encargaron que nadie supiera lo que había pasado. Yo solo huí de allí. Quise alejarme de él. De todo lo que implicaba mi pasado. Solo me faltaba un año para graduarme de la especialización así que hice un papeleo rápido y dejé España prometiéndome no volver allí mientras mi padre viviera. Llegué a Silver Beach. Al principio todo fue sobre ruedas, conseguí un buen trabajo, continué con mis estudios, pero nunca esperé que mi padre no me dejara seguir con mi vida. Empecé a recibir cartas suyas, demasiadas. Me decía que era un mal hijo por haberlo abandonado, que mi madre nunca hubiera esperado eso, que debería ser más agradecido porque todo lo que era yo ahora era gracias a él. Logré sacar la especialidad no sin ciertas dificultades, pero después me fue imposible encontrar trabajo en los hospitales. Al principio me pareció extraño, hasta que mi padre me mandó una carta dándome dos opciones o volvía a España o no encontraría trabajo en ningún lugar.

>>>Él tenía muchos contactos gracias al laboratorio y a su cargo de director, pero nunca pensé que hasta tal magnitud. Al final no encontré ningún trabajo hasta que conocí a alguien que me dijo que tenía que trabajo perfecto para mí, donde podía usar lo que había aprendido de artes marciales y al mismo tiempo lo que sabía de medicina y así terminé aquí. No tengo mayores motivos para hacer lo que hago a diferencia de Ariel o inclusive Morello, solo estoy aquí porque odio a mi padre y la idea de verlo me enferma y porque en esos momentos no pude pensar en algo más solo porque no estaba acostumbrado a decidir por mí mismo. Y sé que es tonto, pero llegó un punto en que me adentré tanto a esta vida que siento que no hay vuelta atrás. Así que ya sabes bien quién soy. Un cobarde que en lugar de enfrentarse a los problemas huyó de ellos. Una persona que no estuvo allí para proteger a quienes quería y por eso estos están muertos…

—Lyosha, no es tu culpa…

—Sí lo es. Todo lo que pasó. Ahora sabes por qué me pongo así cada vez que recibo una carta de mi padre. Me recuerda que fui un inútil, que no sirvo para nada. E intento seguir con mi vida, porque Luis me pidió que lo hiciera. Me hizo prometerle que no dejaría que mi padre controlara mi vida, que seguiría adelante y que siempre tendría una sonrisa en mi rostro porque yo estaría vivo para ver lo que el mundo me podía ofrecer…

Lyosha no lo soportó más se derrumbó. Odiaba el pasado. El saber que no podía hacer nada para remediarlo—Lyosha…—No se atrevía a mirarlo a los ojos—. Lyosha, mírame por favor…—No lo hacía, las lágrimas caían por su rostro—. Bonito, mírame te lo suplico. No me hagas esto ahora no cuando no puedo moverme— El español alzó la mirada avergonzado. Lamire estaba allí indicándole que fuera a su lado. Aún vacilante se acostó a su lado—. No es tu culpa. No sabías que las cosas iban a terminar así…

—Pero yo debí estar allí para protegerlos a todos…

—No fue tu culpa. No pienses que lo fue. Piensa en la promesa que le hiciste a tu hermano. Él no estaría feliz que te culpes de esta manera.

— ¿Tú no me culpas? — Preguntó alzando un poco la mirada.

—Jamás. Tú también debes de dejar de preocuparte por esas cosas.

Lyosha  apoyó su cabeza en el pecho de Lamire dejando que las lágrimas cayeran silenciosas— Cuando creí que estabas muerto sentí que mi mundo se venía abajo. No creo que pueda soportar la idea que alguien más que me importa muera y yo no pueda evitarlo.

— ¿A eso le tienes tanto miedo?

— ¿Estás insinuando que soy débil? — Preguntó molesto intentando levantarse, pero el brazo sano de Lamire se lo impidió.

—No. Estoy insinuando que no voy a dejarte solo. Nunca. No voy a morir para que te sientas culpable y te eches la culpa que no pudiste evitarlo. Esperaré a que tú estés listo para morir y así me sincronizaré contigo para que podamos morir juntos.

Lyosha sonrió a su pesar, intentó limpiarse la nariz y las lágrimas— ¿Sacaste esa línea de una de tus novelas coreanas?

—No. Lamento si sueno como una de ellas.

—Mientras no terminemos mal como la mayoría de ellas, está bien.

—No. Nosotros tendremos un final feliz.

—Me conformo una vida feliz. El final no me interesa. Estoy feliz con lo que tenemos ahora. No quiero que termine.

—Yo tampoco, Lyosha. Y no fue tu culpa. Nunca podría serlo. Gracias por contarme tu pasado.

— ¿No piensas que soy un cobarde?

—Jamás. Mi bonito jamás será un cobarde.

—Gracias…

—No me lo agradezcas. Es lo que siento.

—Y bonito…

— ¿Sí?

—Solo yo puedo llamarte así. Búscate tu propio apodo cariñoso para decírmelo.

—De acuerdo…

***

Ethan se detuvo frente a Tabú con Hayley guiándolo tardó menos tiempo del que pensó—Y aquí estamos…

—Sí. ¿Vas a entrar por la persona que te confunde?

—Eso creo. Se le ha olvidado el móvil en algún lugar.

—Ethan…—La chica puso su mano sobre la de él— Fue lindo verte hoy.

Él sonrió —Fue raro, pero también estoy feliz de haberte encontrado. Me alegra ver que sigues adelante con tu vida. Eso es algo digno de admirar.

—No soy digna de admirar.

—Ni yo…

Ambos sonrieron a su pesar— ¿Puedo verte en otra ocasión?

Le sorprendió esa pregunta, pero asintió. Intercambiaron números telefónicos— ¿Entramos?

—Seguro. Ahora sí tengo la certeza que nos volveremos a ver— Bajaron del Jaguar e Ethan se encargó de cargar todas las bolsas de la chica y entraron al lugar por la puerta de empleados— Oye y no me has dicho a todo esto quien es tu chica que te genera tanta confusión.

— ¡Firedoll ya llegó tu amigo follable!

Ethan miró el lugar que estaba vacío a excepción de Will y Ariel, el último estaba a espaldas, pero cuando se giró palideció al verlo con Hayley.

—Hayley ¿Dónde estabas? Tuve que cubrirte con Bruno. Preguntó por ti.

—Fui de compras y me encontré con Ethan…

Will miró al azabache unos segundos sorprendido— ¿Aguarda, él es tú Ethan? — Miró a Hayley quien se sonrojó un poco y luego miró a Ariel quien lucía bastante preocupado de la situación—. Pero creía que era el Ethan de firedoll…

Ariel sintió que la situación se estaba volviendo bastante complicada por su parte Hayley miró sorprendida a Ethan— No me dijiste que era un él y no un ella…

— Lo siento cariño, llegaste tarde ya te lo ganó firedoll— Soltó Will divertido de la situación— ¿A poco querías llevártelo a la cama como tus otros clientes?

—William este no es tu asunto— La chica le lanzó una mirada venenosa.

Ariel tragó hondo al notar a dónde se dirigía toda esta conversación—Ethan, yo creo que mejor nos vamos…

— ¿Qué está pasando? ¿Y todos se conocen?

—Al parecer todos nos conocemos ahora— Comentó Will.

—William cierra la boca— Soltó la chica— ¿Por qué no mejor vas a ver a qué hombre te follas en el baño? Ya que tanto te gusta hacerlo.

— ¿Aún te molesta que me gusten los hombres y las mujeres?

— ¡Esto no es acerca de nosotros!

Will sonrió divertido—Cierto no hay un nosotros. Así que no debería importarte lo que haga.

—Bueno a ti tampoco debería importarte lo que yo hago.

— ¿Qué? No me importa que quieras follarte a Ethan, pero él no está interesado en hacerlo ¿O lo estás? — Preguntó dirigiéndose al azabache— Porque no me importa, pero creía que querías con firedoll.

—Oigan. Esto es demasiado raro para mí. Así que mejor dejo estas cosas aquí— Se apresuró a decir mientras ponía las bolsas en una de las bancas— Ari ¿Nos vamos?

—Sí. Creo que es lo mejor…

Hayley miró preocupada a Ethan— Aguarda déjame explicarte. No le hagas caso a este imbécil  que no sabe como joderme más la vida.

Will miró molesto a la chica odiaba cuando se comportaba de esa manera con él. Le había salvado el trabajo y así le pagaba insultándolo— ¿Así tratas a tu amigo con derechos? No necesitas ponerte así de odiosa ¿sabes?

— ¡Pues ve a ver a quién te follas! Siempre tienes que estar presente en los peores momentos para salir con tus comentarios que son totalmente fuera de lugar solo porque crees que eres gracioso.

—Oye al menos no le he dicho nada sobre que te acuestas con otros hombres por dinero…Y ups…ya lo dije.

Hayley miró horrorizada a Will quién le sonrió de lado indicándole ese round lo había ganado él. La chica miró a Ethan quien le miraba sorprendido— Ethan yo…yo…

— ¿Vas a negárselo? —Agregó Will para agregarle más leña al fuego— Porque sabes que firedoll lo sabe—Quizás demasiada.

Ethan miró a Ariel quien lucía pálido— Ariel, mejor vámonos.

El chico giró, pero Hayley se aferró a su camisa de la parte de atrás— Ethan, no te vayas así. Por favor. Déjame explicártelo.

El chico giró y enfrentó a la chica que alguna vez creyó haber amado. No iba a mentir que se sentía un poco decepcionado porque en más de una ocasión se había figurado una vida con ella y descubrir que ahora hiciera eso no sabía bien cómo tomárselo— No necesitas explicarme nada. No somos nada.

—Ethan yo…

—Tranquila. No sé por qué lo haces. No te negaré que me siento un poco decepcionado, porque tú te mereces más que esto.

—Todos creemos que nos merecemos más de lo que tenemos, pero la vida se encarga de demostrarnos lo contrario—Contesto con amargura.

Ethan sonrió con cierta tristeza— Supongo que hay cierta verdad en esas palabras, pero eso no significa que debas conformarte con tan poco. Alguna vez tuviste el mundo a tus pies. Incluso a mí. Sé que encontrarás la manera de volver a tener el mundo a tus pies. Solo estás un poco perdida ahora, pero encontrarás el camino—Acarició la mejilla de la chica que le miraba sorprendida—. Cuídate Hayley. Ya nos veremos por allí…

Alzó la mirada para ver a Will que no sabía qué pensar de él, pero también comprendía que hubiera reaccionado de esa manera porque Hayley también fue bastante despectiva con respecto a su sexualidad— Supongo que nosotros también nos veremos por allí. Gracias por traer a Ariel hasta acá.

—Ethan… ¿Podríamos hablar en privado? Solo será un segundo.

Miró a Ariel quien seguía sin saber bien qué decir ante toda la situación— ¿Te importa esperar?

—Eh, no, no. Ve— Dijo con una sonrisa creyendo que se trataría de Hayley.

Los dos chicos salieron a la calle dejando a Ariel a solas con Hayley quien por primera vez lo vio de mala manera. Se quedaron por más de un minuto en silencio hasta que la chica soltó: — ¿Qué finges al estar con Ethan?

— ¿Disculpa?

—Por lo que dice Will creía que tenías novio.

—Oye él es solo mi amigo y a ti no debo de darte ninguna explicación.

—Si llegas a lastimar a Ethan…

— ¿Así como tú lo hiciste? — Preguntó el chico molesto por la actitud de su compañera— No sé qué pretendes al venir a decirme estas cosas. Mejor concéntrate en buscar hacer algo mejor de tu vida— Así sin más salió hacia la calle donde Ethan hablaba con Will con seriedad, ambos voltearon a verlo—. Lo siento, no quería interrumpir…

—No te preocupes, firedoll Ariel, ya habíamos terminado. Entonces nos vemos el lunes para el ensayo.

—Sí. Hasta el lunes. Cuídate.

El chico se despidió de ambos para luego entrar a Tabú. Ethan arrancó y en poco tiempo estaban en plena carretera. Ninguno de los dos había dicho nada.

—Ethan yo…

— ¿Vas a disculparte por no decirme nada de Hayley?

—Lo siento…

—No estoy molesto porque se trata de ella. Te dije que la había dejado en el pasado. Simplemente me molesta que me ocultes cosas.

—Lo siento…

Quitó la vista unos segundos de la carretera— ¿Sabes qué? Esta vez tienes suerte. Te perdonaré solo porque últimamente he perdido a mucha gente de mi vida y no me apetece pelearme con mi amigo súper especial.

Ariel sonrió a su pesar y apoyó su cabeza en el hombro de Ethan. Este quitó esa mano del volante y pasó su brazo alrededor de los hombros del pelirrojo— No quise ocultártelo, es solo que no sabía cómo decírtelo o como reaccionarías.

—Pudiste haberme dicho ¡Hey vi a tu ex! Y así de simple. No era necesario que me relataras la parte incómoda. Y menos que Will es su amigo con derechos. Todo me pareció demasiado extraño.

—Lo siento…

—Ya te he perdonado, Ariel. No necesitas disculparte tanto, solo no me ocultes más cosas.

Pensó en cómo le ocultaba la verdad de Lupo, pero no sabía qué hacer respecto a eso— Te quiero…

—Lo sé. No vale pelear por una chica que ya no significa nada para mí. Tú significas mucho más ahora.

***

Cuando Ariel llegó a su casa eran pasadas las nueve. Al final habían parado en el camino con Ethan por algo de comer. Al abrir la puerta todo parecía en silencio. No había nadie en la cocina, pero se quedó estático al ver que en la sala se encontraba Alessandro con Chris en brazos. Ambos estaban dormidos. También notó  el violín que Dante le había regalado por su cumpleaños.

El chirrido de las gradas lo alertó y notó como su madre bajaba por las escaleras quien le sonrió y le indicó que no hicieran ruido. Ariel la siguió hasta la cocina— ¿Qué hace aquí?

—Echarme una mano con los gemelos. Vino y hasta se encargó de la cena. Prepara una comida italiana exquisita. Le dije que yo podía prepararla, pero insistió que aún debía reposar un poco más— Decía Emily con una sonrisa en sus labios—. Luego me ayudó con Chris  y Naomi, empezó a tocar el violín para ellos. ¿No es lindo cómo se preocupa por tus hermanos? Naomi fue la primera en dormirse, con Chris tuvo que tocar al menos media  hora más hasta que logró que se relajara por completo, después dormirlo fue fácil aunque el pobre terminó durmiéndose también. Tu hermana está ya arriba en su cuna. Venía por Chris cuando tú llegaste— Al ver que su hijo no decía nada se extrañó—. ¿Estás bien, hijo?

—Sí—Se apresuró a mentir—Solo un poco cansado.

— ¿La pasaste bien con tu amigo Ethan?

Ariel se sintió culpable ante esa pregunta—Sí. Muy bien…

— ¿Ya cenaste?

—Sí. No te preocupes. Mejor ve a descansar. Yo me encargo de llevar a Chris a su cuna, quién sabe cuánto tiempo dormirá esta vez sin despertarnos.

Emily le dio las buenas noches a su hijo y subió las escaleras. Ariel volvió a la sala donde tuvo que volverse a enfrentar con esa imagen que le resultó como una bofetada en el rostro. Alessandro tenía su mejilla apoyada contra la de su hermano menor. Ambos dormían profundamente. Se acercó con cuidado intentando no despertar a ninguno de los dos, pero fue en vano.

Alessandro abrió sus ojos confundido y presionó el cuerpo del bebé como si intentara protegerlo, pero al notar que era Ariel le dedicó esa sonrisa que solo tenía para él y dejó que se llevara Chris hasta la cuna. Subió las escaleras con su hermano en brazos. Cuando lo deposito en la cuna no supo si tendría fuerzas para regresar allá abajo. Sin embargo tuvo que hacerlo.

Alessandro estaba terminando de guardar el violín en su estuche, alzó la vista al ver al pelirrojo allí—Hola, ricura, lamento haberme quedado dormido.

—Está bien…

— ¿Cómo estuvo todo?

Ariel le miró sorprendido— ¿En verdad quieres hablar de lo que hice con Ethan?

Alessandro sonrió a su pesar al verse acorralado—No. La verdad no. Solo quiero saber si la pasaste bien.

—Sí…

—Me alegro—  Hizo una breve pausa—. Ariel, yo no quise haber actuado de la manera en que lo hice ayer. Es solo que quería pasar un poco más de tiempo contigo.

El pelirrojo creyó que no podría seguir teniendo esa conversación por mucho tiempo— Lo sé. No necesitas disculparte. Yo tampoco reaccioné de la mejor manera.

Alessandro se acercó y lo estrechó en sus brazos— Pero estabas en tu derecho. Sé que no hemos podido pasar mucho tiempo juntos últimamente, pero con todo lo que ha pasado las cosas se complicaron más de lo que deberían, pero no quiero que pienses que no me importas. Lamento si te he dejado abandonado estos días, pero no estaba seguro de cómo actuar después de lo que pasó en Silver Beach. También sé que las pocas veces que hemos podido vernos siempre está alguien allí en el apartamento y no nos deja estar como queremos, pero te prometo que la próxima saco a patadas a quien esté. Lamento que tengas que soportar esto— Ariel desvió la mirada. No podía seguir viendo esos ojos sin sentir que lo estaba apuñalando—. ¿Sabes? estuve pensando mucho ahora…

— ¿Tú piensas? — Preguntó solo para intentar cambiar el tema de conversación.

Alessandro le miró algo ceñudo, pero luego sonrió estrechándolo con más fuerza— Pretenderé que no escuché eso, porque sino ya estuvieras debajo de mi medio desnudo pidiendo perdón y no es el lugar más apropiado para esas cosas—Ariel intentó mantener esa sonrisa que poco a poco le era más difícil de mantener—. Enserio, quiero hablar de algo contigo. Hoy estuve pensando en todo lo que hemos pasado…

— ¿A dónde quieres llegar?

— ¿Crees que voy a terminar contigo?

—No lo sé. No me gusta tu tono…

Alessandro besó su frente, dejándole desarmado—No quiero terminar contigo. Nunca querré hacerlo. Es solo que pensé en todo, ahora que no estoy intentando matar a todos o organizando misiones suicidad tengo más tiempo para pensar, y llegué a la conclusión que no soy perfecto en estas cosas, para ser sincero creo es la primera vez algo que no tengo idea si estoy haciéndolo bien o mal, pero estoy tratando de dar lo mejor.

—Lo sé…—Susurró.

—Pero sé que no es suficiente, así que si un día de estos quieres hacer un balance de nuestra relación y pedirme que cambie algunas cosas no dudes en decírmelo.

Ariel lo estrechó con más fuerza— No. No necesitas cambiar nada…

—Te quiero, Ariel— Susurró a su oído—. Lo sabes ¿verdad? Sé que no suelo decírtelo muy a menudo, pero en verdad es lo que siento—Ariel buscó sus labios antes de sentir que las lágrimas se le escapaban.

Se separaron con lentitud y fue cuando notó lo inflamado del labio de Alessandro— ¿Qué te pasó?

—No es nada…

—Alessandro…

El halcón miró derrotado a Ariel. Era una reacción ya natural en su persona, el pretender que todo iba sobre ruedas; sin embargo, se repetía constantemente que tenía que cambiar esa actitud suya porque solo preocupaba más a Ariel— Tuvimos una pequeña discusión con Lupo.

— ¿Con Lupo? Pero eso no es discutir, mira como te dejó.

—Me lo merecía. No te enfades con él.

—Pero no entiendo, tú nunca peleas con Lupo, ¿qué fue lo que pasó? — Ariel deseó no haberlo preguntado. Vio en la mirada del otro la respuesta— ¿Fue por mí?

Alessandro notó el tono culpable en su voz— Lupo tiene que aprender de una vez por todas que ahora estás en mi vida le guste o no. No te preocupes tanto, ricura.

—Lo siento…

Alessandro le miró extrañado, pero sonrió a su pesar—Ya te dije que no es fue tu culpa…

Ariel quiso decirle que no era eso por lo que le pedía perdón y que sí había sido culpa, pero simplemente no pudo. 

Notas finales:

¡Espero que haya sido de su agrado! Ya saben que cualquier comentario o crítica siempre es bienvenido! Gracias por los 750 reviews hasta ahora. ¡Estamos a 6 de tener la misma cantidad que los de infierno de ángeles en sus 50 capítulos! O: Gracias de verdad jamás pensé que llegaría a tales cifras. 

Sus reviews son una motivación y a la vez un impedimento para que me suicide con la universidad porque me recuerdan que debo terminar esta historia antes de hacerlo ~

Besos~ Intentaré en lo posible de actualizar el próximo lunes, prometo organizar aún más mi tiempo, pero esto del trabajo me tiró todo al traste -.- así que en teoría si actualizo siempre el lunes, pero cualquier cambio de planes en mi twitter y en el grupo de facebook! Feliz semana y disfruten de las semifinales de la Euro que son mi único rato libre! XD


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