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El décimo círculo por PokeGirl Uchiha

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Notas del capitulo:

¡Hola! ¿Qué creyeron que no iba a actualizar? Sí, yo también llegué a creerlo. Bueno aquí la primera entrega de todo lo que va de IDA y EDC a la madrugada. 

Ya mucho palabrerío innecesario. ¡Ha leer!

***

Las nubes  se arremolinaba amenazante bajo su cabeza, pero Ethan no prestaba ninguna atención al cielo sobre su cabeza. Simplemente tenía la mirada posaba en Tabú. Eran las cinco de la mañana. La disco acababa de cerrar y aún así entró.

En el lugar aún sonaba una decadente música, para intentar animar los ánimos de aquellos meseros que habían trabajado hasta tarde, pero todos lucían extremadamente exhaustos— ¿Ethan? — La voz de Hayley le llegó a la distancia. La chica estaba limpiando unas mesas de la zona Vip.

El chico pasó de largo sin siquiera mirarla. Iba a acercarse a dónde Ariel le había comentado una vez que estaba el despacho de Mapelli cuando uno de sus hombres se interpuso— El lugar ya está cerrado niño. ¿Quién te dejó entrar?

—Muévete.

El hombre le miró molesto ante su osadía— No me hagas llamar a los de seguridad.

—No me hagas romperte el brazo— Siseó amenazante—. Vine a ver a Mapelli y no me iré de aquí hasta haber hablado con él.

El hombre cambió su expresión por una más molesta— Escúchame bien mocoso, te largas por las buenas o yo mismo te voy a sacar sin ninguna consideración.

Los pocos meseros que quedaban miraban preocupados la situación, Hayley se abrió paso entre la multitud— ¡Ethan! ¿Qué pasa? ¿Qué haces aquí?  Ariel no está aquí.

—Esto no es asunto tuyo, Hayley— Espetó el chico con dureza.

La chica le miró sorprendida, se estremeció al notar la frialdad en la mirada de Ethan.

— ¿Conoces a este chico? — Preguntó Damon, el guardaespaldas de Mapelli.

Hayley retrocedió un poco incómoda. Meterse con esos tipos nunca era buena idea— Yo…

—Ella no tiene nada que ver acá. ¿Vas a dejarme pasar o tendré que quitarte por las malas?

Damon en un rápido movimiento sacó su arma, pero Ethan fue más rápido y lanzó una patada haciendo que ésta saliera despedida de su mano. Hayley retrocedió aún más cuando el arma cayó a escasos centímetros de ella.

Ethan no se inmutó cuando Damon se abalanzó sobre él. Antes que llegara lo tomó de las solapas de la camisa y lo estrelló contra la pared más cercana y dobló dolorosamente el brazo del guardaespaldas contra la espalda de éste— Te dije que iba a tener que quitarte por las malas—Le dijo apretando aún más el brazo—. Te mueves un centímetro más y te lo rompo.

— ¡Ethan! ¡Ethan, suéltalo! — Exclamó Hayley aterrada al verlo actuar de esa manera— ¡Vas a romperle el brazo!

— ¡Tú no te metas, Hayley! — Gritó Ethan al notar como la chica se quería acercar.

Dos figuras salieron del despacho de Mapelli en ese momento, el primero otro guardaespaldas, el segundo era su padre. Ethan apretó aún con más fuerza el brazo de Damon lográndole sacar un quejido de dolor.

—Tú y yo vamos a hablar ahora sobre Ariel— Le dijo furioso el azabache mientras soltaba a Damon y se dirigía a Mapelli.

El otro guardaespaldas se apresuró a cerrarle el paso— Está bien— Comentó Mapelli sin inmutarse—. Déjanos a solas con él.

—Pero jefe…

Mapelli frunció el ceño— He dicho que nos dejes a solas con él— Repitió con seriedad—. Vamos a mi despacho— Le dijo a Ethan mientras volvía sobre sus pasos. Una vez se sentó en la silla e Ethan había cerrado la puerta comentó con suma tranquilidad— ¿A qué debo el honor de tu visita?

Ethan le miró iracundo— Has roto nuestra promesa— Siseó—. Prometiste que no tocarías a Ariel mientras fuéramos amigos— Apenas el pelirrojo salió de su apartamento tardó poco en reparar todo lo que significaban esas palabras.

Mapelli sonrió de lado— ¿Ya te fue con el chisme, firedoll? Tardó más de lo que había pensado.

Ethan tiró la silla que tenía próxima a él contra una de las paredes de los laterales, el ruido fue atronador y al siguiente segundo la puerta se abrió y uno de los guardaespaldas entró sosteniendo su arma en alto— Dije que nos dejaras a solas— Comentó Mapelli sin inmutarse y con un simple gesto la puerta se quedó a solas.

—No lo niegas…

—No. Tu amiguito es excelente con su boca.

Ethan se abalanzó contra Mapelli pasando encima del escritorio de éste— ¡Voy a matarte! — Gritó furioso, pero su puño se frenó al sentir algo frío en su abdomen. Al bajar la mirada notó un arma apuntándole.

—Ethan, no me obligues a matarte— Comentó sin inmutarse el líder de los halcones—. Esta no es manera de hablar con tu padre.

— ¡Tú no eres mi padre! — Odiaba escucharlo no importaba de quién se tratase.

Mapelli rió mientras presionaba más el arma contra Ethan obligándolo a alejarse de él— ¿Aún lo dudas? Con lo mucho que nos parecemos. Eres mi copia, Ethan.

—Eso no es cierto…

—Entrando de esa manera, escapando a romperle el brazo a uno de mis hombres para hablar conmigo, eso es algo que yo haría— Ethan quedó desarmado ante esas aseveraciones—.  Ahora porque no tomas asiento y hablamos como la gente decente y veras que no he roto nuestro trato.

—Debería matarte en este mismo momento…

Mapelli sonrió mientras volvía a guardar su arma— Pero no lo harás, Ethan. No te conviene. Ahora siéntate…

El azabache vaciló antes de tomar asiento en la silla que no había destrozado para lanzarla contra la pared— Dijiste que no tocarías a Ariel…

—Mientras fueran amigos— Comentó con seriedad—. Según las malas lenguas ustedes ya no  lo son.

Ethan alzó una ceja— ¿Quién te dijo eso? Claro que somos amigos…

—Ahora vas a decirme que no sientes nada más allá que amistad por el pequeño firedoll.

 Ethan abrió la boca para refutarlo, pero no pudo— Nuestro acuerdo decía amistad, pero desde que ustedes dos se acostaron…

— ¿Qué? — Exclamó Ethan aterrado al escucharlo decir eso.

Mapelli sonrió más confiado mientras se ponía de pie— ¿Creías que no  sabía esos  detalles? — Ethan le miró preocupado— En verdad, Ethan, me siento ofendido por ingenuidad. ¿Me ves como el tipo de persona que deja las cosas al azar? —Preguntó apoyándose en el escritorio frente a él— Te enamoraste de mi propiedad. Soy yo quién debería matarte.

—Ariel no es tuyo…

—Pero puede ser tuyo— Ethan guardó silencio al escucharlo hablar de esa manera—. ¿No es eso por lo que estás aquí?

—No…

Mapelli río— ¿Estás seguro? —Ethan no respondió— Sé lo que quieres, Ethan. Incluso antes que tú mismo lo sepas porque ambos nos parecemos demasiado— Dijo mientras se inclinaba a él quedando a la altura de sus ojos—. ¿Te ha rechazado?

—No podemos estar juntos. Él ama a alguien más y debo respetar su decisión…

—Pero se ha acostado contigo. Eso significa que algo de atractivo debes tener para él. Los Miderhive siempre les gusta jugar con los demás. No deberías extrañarte. ¿Lo quieres para ti?

Ethan evitó mirar a Mapelli a los ojos porque sentía que si lo hacía iba a decir cosas que ni él mismo sabía que sentía— Ariel no me ama…

— ¿Y eso importa?

Ethan usó toda su fuerza para devolverle la mirada— Sí, si importa. No soy como tú. No fuerzo a las personas a permanecer a mi lado.

—Y por eso ahora estás completamente solo.

Aquellos ojos azules reflejaron el dolor que le causaron esas palabras. Tenía razón. Estaba solo. Se había encargado de lastimar a todos los que se preocupaban por él—No quiero a Ariel si él no me quiere…

—Siempre puedes eliminar aquello que te impide tenerlo.

“Lo amaré mientras viva…” Ethan se quedó mirando a Mapelli absorto en sus pensamientos. Alessandro era lo único que les impedía estar juntos. Sí él no estaba entonces ellos podrían estar juntos.

—Sabes que tengo razón, Ethan.

La voz de Mapelli le sacó de sus cavilaciones— No…— Reaccionó horrorizado al darse cuenta que en verdad lo estaba considerando—Deja de jugar con mi mente— Exclamó levantándose de golpe haciendo que la silla cayera hacia atrás—. Tú lo que quieres es que me convierta en algo que no soy…

— ¿No lo eres, Ethan? ¿Estás seguro?

—Estoy seguro— Exclamó vacilante—. Tú y yo no podemos ser iguales…

—Pero lo somos. No deberías resistirte tanto, de todas formas a final del año te unirás a mí.

Ethan le miró molesto—No hay trato. Has roto nuestro acuerdo.

—Nuestro acuerdo era que serían amigos. Desde que se acostaron y tú te enamoraste de él,  dejaron de serlo. Así que estoy en mi derecho de aprovecharme de firedoll.

—Eso no es justo…

—Se llaman vacíos legales, querido Ethan, deberías saber más de ellos al haber vivido bajo el techo de una abogada.

Ethan le miró furioso— Si llego a saber que te le has vuelto a poner una mano encima a Ariel juro que voy a matarte.

Mapelli sonrió— No lo harás.

—No me provoques porque no sabes de lo que soy capaz.

Mapelli le miró con una sonrisa de lado— No lo harás, Ethan, porque me necesitas. Además tampoco lo harás porque si lo hicieras tú quedarías a cargo de todo esto y no creo que te agrade mucho la idea ¿verdad?

—No te necesito…

—Cuando todos te den la espalda lo harás…

—Eso no va a pasar nunca.

— ¿Seguro? No veo que te queden muchos amigos. Has roto con Dante y dudo que el tipo te quiera ver siquiera en pintura después de lo que le has hecho— Ethan palideció al escuchar aquello, pero Mapelli continuó—. Debería reclamarte ya como parte de mis hombres, pero claro, Ariel aún debe decirte claro y conciso que no quiere volverte a ver. Además aún tienes a tu amiguito Shiheflit porque aún son amigos ¿verdad?

—Por supuesto— Exclamó sonando más seguro que lo que en realidad se sentía respecto a Samuel.

—De acuerdo, entonces nuestra apuesta sigue en pie.

— ¿Por qué debería de fiarme de ti? Ya rompiste tu promesa una vez. ¿Qué me garantiza que no vas a volverlo a hacer? Además se viene tu fiesta. Ariel estará presente y…

— ¿Quieres confirmar con tus propios ojos que no abusaré de tu amiguito? — Ethan asintió— Pues entonces ven y compruébalo por ti mismo. No tengo problemas a lo mejor hasta descubres que tu Ariel no vale la pena.

—Él siempre valdrá toda la pena del mundo…

—Es un Miderhive. Ellos no valen nada. Nacieron para ser esclavos nuestros— Ethan iba a refutarlo—. Te haré llegar tu invitación. Hasta entonces nuestra conversación ha finalizado, Ethan.

***

Ariel se sentía nervioso por estar tanto tiempo lejos de Chris. No estaba listo para volver a su rutina sabiendo que su hermano aún estaría un poco más en el hospital. La música sonaba demasiado lejana. Su mente aún estaba con Chris. Había pasado una semana desde el incidente con Ethan y él no se atrevía aún a verle a los ojos.

El no haber estado asistiendo a clases le ayudaba a no verlo, también el hecho que éste tampoco había vuelto a asomarse por el hospital. Will al día siguiente no había tardado en percatarse que algo malo había pasado, pero no insistió sobre el tema.

Los últimos días sólo dejaba el hospital para ir a trabajar al restaurante, sabía que Dante podría esperarle. Estaba consciente de eso, pero no quería seguir abusando de su confianza, no cuando gentilmente le había devuelto su trabajo. Uno al que había renunciado infantilmente.

La música paró, pero él no se percató de eso hasta que chocó con fuerza contra Will, que por acto reflejo evitó que terminara en el suelo. Aquellos ojos negros le miraron sorprendido. Ariel aún estaba aferrado a la camisa de éste, y aunque era mucho más alto que él en esos momentos lucía todo lo contrario— ¿Estás bien? —Ariel asintió aún sin saber bien que había pasado— Eh, tomaremos un descanso de quince minutos, chicos— Anunció Will quien en poco tiempo todos lo habían sabido reconocer como el segundo al mando— ¿Seguro que quieres seguir con el ensayo?

Se sintió avergonzado ante tal pregunta. Era la primera vez desde que Chris había sido ingresado de urgencias que había programado un ensayo, el largo camino a San Peter era lo que lo había mantenido reticente a programar un ensayo, pero con la fecha de la fiesta cada vez más cerca sabía que no le quedaban demasiadas opciones—Sí. Lo siento, estaba pensando en Chris.

—Tranquilo, estará bien. Tu madre se quedó con él— Comentó con una sonrisa—. Por cierto, ¿Ha seguido viendo a ese tipo? —Preguntó cambiando su semblante por una más cauteloso— El tal Lupo…

Ariel le miró extrañado— ¿Por qué lo preguntas?

—No, por nada. Curiosidad. El tipo se ve un poquito amargadito— Comentó como si nada, pero la verdad no se había atrevido a decirle nada a Ariel de lo que había visto en el hospital. Se había convencido que aquello no significaba nada y que darle demasiada importancia sería darle más preocupaciones que no iban al caso a su amigo.

—Un poquito es decir poquito— Comentó con una sonrisa—. A todo esto no te he preguntado cómo vas con lo de tu beca.

Los ojos de Will se iluminaron— Excelente— Dijo mientras se sentaba en el suelo del escenario y le indicaba a Ariel que lo acompañara. Se limpió un poco el sudor que bajaba por su frente—. Estamos viendo los papeles, la estadía. Hay muchos pupilajes cerca de la universidad e inclusive te puedes quedar adentro del campus. Es genial. Mi maestro me ha dado unos folletos para que los examine detenidamente con mis padres, en todos aparecen tipos y tipas buenísimos.

Ariel río— Entonces te quedarás donde estén los más guapos— Concluyó.

—Por supuesto. Así tienes que ver para cuando vayas a visitarme— Le explicó mientras daba un sorbo a su botella con agua para luego pasársela a Ariel—. ¡Oh! Lo olvidaba. Para esas alturas probablemente no tendrás ojos para nadie.

El pelirrojo sonrió avergonzado mientras daba un sorbo a su bebida. Al final todo había sido gracias a Will, así que había terminado decirle que todo se había arreglado gracias a él y que desde que sabía que Alessandro estaría pronto a su lado, todo era más llevadero.

Sabía que podía llamarle en cualquier momento, pero sentía que aún no era lo suficientemente fuerte. Además lo de Ethan lo había dejado bastante afectado. No quería tener que hablar de eso con Alessandro porque sabía bien el temperamento de la persona que amaba.

—Voy al baño, ya regreso. ¿Vas a querer que te de un aventón hasta la estación del metro cuando terminemos?

—Sí, si no es mucha molestia.

— ¡Por supuesto que no! — Comentó Will animado.  Mientras se ponía de pie y se dirigía a los baños que usaban los empleados. Se dirigió a uno de los mingitorios y empezó a silbar una cancioncilla pegajosa que había escuchado esa tarde en su auto. La puerta se abrió de golpe sobresaltando a Will— ¡Mierda! ¡Hayley! ¡¿Qué demonios haces en el baño de hombres?!

La chica no se inmutó— Aléjate de firedoll. Es peligroso…

— ¿Eh? — Preguntó extrañado— ¿Y ahora que mosca te picó? — Preguntó confundido mientras terminaba de orinar.

—Will, es enserio. No había tenido oportunidad de advertirte porque ahora sólo te la pasas con él. La otra noche vino Ethan a hablar con el jefe.

El chico le miró extrañado mientras se lavaba las manos— ¿Ethan? ¿El jefe conoce a Ethan?

—No lo sé, pero era claro que tenía algo que ver con firedoll. Will, esa gente es peligrosa. No deberías juntarte tanto con ellos. Todos ellos, el tal Morello, Lyosha, Ariel, Ethan. Todos. En especial el jefe. Te lo estoy diciendo con tiempo.

William le miró extrañado— Ariel es inofensivo…

La chica le miró molesta— Puede que así lo sea, pero la gente con la que se junta a todas leguas no lo es. Te lo estoy diciendo porque me preocupo por ti.

— ¿Desde cuándo? — Preguntó mientras se secaba las manos en su pantalón.

—Tú siempre fuiste mi único apoyo cuando nadie creía en mí. Las cosas no han funcionado bien entre nosotros, pero en verdad te quiero.

Will sonrió y fue hasta ella— Yo también te quiero, Hayley—Le aseguró besando los labios de la chica—. No tienes que preocuparte tanto. No sé que vino a hacer Ethan a hablar con el jefe, pero por los demás no tendrías que preocuparte.

La chica le miró preocupada— Vas a terminar metido en un lío serio si te juntas con ellos. Esa gente es peligrosa. No sé que querrán cada uno de ellos, pero no van a dudar en hacer todo lo que sea necesario para lograr sus objetivos.

Will acarició las mejillas de la chica bajando por su cuello— Oye, la gente siempre hace lo que sea por conseguir lo que quiere. Incluso tú y yo, pero eso no significa que todos hagamos las cosas mal ¿verdad?

Hayley dudó— No lo sé. Me he equivocado muchas veces por intentar conseguir las cosas que quiero…

—Y yo también, pero aprendemos de nuestros errores ¿verdad? — Preguntó mientras apartaba un mechón de cabello que caía por la frente de la chica—. Sé que crees que sólo tomas decisiones equivocadas, pero me gusta mucho de ti que aún así sigues adelante. No tienes miedo a equivocarte por intentar conseguir lo que quieres.

—En estos momentos te quiero a ti— Comentó la chica con una sonrisa seductora—. ¿Qué tanto tengo que equivocarme para conseguirte el tiempo suficiente para que me hagas tener un orgasmo?

Will río al escucharla hablar de esa manera, por eso le gustaba Hayley, era de esas chicas que no temían sonar demasiado directas a la hora de querer conseguir algo— No lo sé, depende que tan hábil andes con tus manos y boca.

—Entonces no tendré que equivocarme mucho— Le aseguró con una sonrisa mientras le besaba deseosa. Will la tomó de la cintura y la puso sobre uno de los lavabos. Subió un poco más la falda de la chica y notó como no llevaba ropa interior puesta. Río un poco— ¿Veías a advertirme o que te follara?

—Un poco de ambos.

Antes que Will pudiera decir algo la puerta se abrió. Era uno de los meseros del local— ¿Otra vez follando sobre los lavabos?

Ambos rieron— Es más cómodo.

— ¿Y siempre tienen que usar el baño de hombres?

—Las chicas se horrorizan más— Comentó Hayley—. Bueno, ya has lo tuyo que nosotros no nos detendremos por ti.

—Me sorprenderían que lo hicieran…

***

La camioneta se detuvo con dificultad frente al PS. Lyosha miró a Lupo y Morello que aún tenían restos de vidrio sobre sus cabellos. Las ventanas laterales y el parabrisas de atrás habían sido rotos a causa de las balas.

Suspiró cansado. Esto no era nada fácil sin su bonito. Bajaron la droga que al final habían logrado recuperar de manos de una de los grupos que últimamente les estaban dando demasiados problemas en la ciudad.

Miró las manchas de sangre en la ropa de Morello a simple vista era sangre de alguien más, pero tendría que asegurarse. Lupo también parecía intacto, pero nunca se sabía. Eran dos tipos que no les gustaba decir cuando estaban heridos. A diferencia de Lamire.

Lamire. Se preguntaba que estaría haciendo en esos momentos. El no poder siquiera mandarle un e-mail o llamarle le hacía sentir que la espera era cada vez más sofocante. Se sentía demasiado solo. Una vez revisaron que todo estuviera en orden y se aseguró que tanto Lupo como Morello no tuvieran ningún daño se despidió de ellos sin mucho ánimo.

A pesar que ambos se habían ofrecido a llevarlo a casa, puesto que la Hummer no podía salir en ese estado, el español prefirió caminar para luego abordar el autobús en un lugar más seguro.

No andaba de ánimos para socializar, se sentía decaído como si le hubieran quitado su energía desde hacía una semana. No podía creer que apenas hubieran transcurrido siete días, la idea de estar lejos de él por meses lo hacía sentirse desesperado. Sabía bien los dichos sobre una relación a distancia: “Amor de lejos, amor de pendejos”; “Amor de lejos felices los cuatros” y otra larga listas de dichos.

El español apoyó su rostro en el frío cristal mientras veía la ciudad pasar ante sus ojos. Sabía que había miles de relaciones a distancia en el mundo y que la mayoría no terminaban bien aún cuando ellas podían comunicarse con su pareja. ¿Entonces ellos estaban destinados a fracasar aún más rápido?

Nunca lo admitiría en voz alta, pero las palabras de Lamire antes de partir le habían lastimado. Cerró sus ojos y se vio una vez más en la habitación del hospital.

—Todo saldrá bien—Le aseguró Lyosha—. Pronto volveremos a estar juntos.

Lamire le sonrió con timidez— ¿Estás seguro que es lo que quieres? — Preguntó ante la sorpresa del español— Seguir juntos a la distancia.

—Lamire, ya hablamos de esto— Dijo un poco irritado—. Claro que quiero seguir con esto. ¿Tú no?

El coreano se incorporó un poco y asintió— Sólo digo que si sientes que no puedes con tanta abstinencia y quieres echarte un polvo, no te juzgaré— Le explicó con una pequeña sonrisa—. Y tampoco va a cambiar nada de lo que siento por ti, así que si eso sucede no te sientas culpable…

El movimiento del bus al entrar en un bache hizo que Lyosha se golpeara contra el vidrio del autobús sacándole de su ensimismamiento. Gruñó no solo por el golpe, sino al recordar esas palabras. ¿Acaso no creía que podía serle fiel? ¿Acaso lo creía tan débil de espíritu?

No negaba que por momentos deseaba echarse un buen polvo, pero el recuerdo de Lamire le impedía hacerlo. No tanto por el hecho que se sentiría culpable, sino porque con pocas personas había podido compenetrar tan bien como su bonito y sabía que pocos lo harían sentir la mitad de bien a la hora del acto.

Bajó del autobús y emprendió el trayecto que le faltaba hacia su apartamento. Cuando terminó de subir las escaleras hasta su piso se sorprendió al ver que esperaban por él, pero no era cualquier persona. Lyosha intentó sonreír relajado, pero allí estaba una de las pocas personas que alguna vez lo habían hecho sentir bien— Hola, Dante…

Éste estaba ocupado revisando algo en su celular, cuando alzó la vista éste sonrió al ver al español—Hola, Lyo. Disculpa que viniera sin avisar.

—No te preocupes. ¿Quieres pasar un rato?

Al parecer el destino quería ponerle la prueba de fuego, pero en esos momentos Lyosha se sentía un poco turbado con la visita de Dante y la falta de Lamire le estaba pasando factura más rápido de lo que había imaginado. Era verdad que pudo pasar unas largas semanas sin sexo, pero al menos había tenido al coreano a su alcance y eso hacía todo más llevadero. Ahora Lamire no estaba cerca.

Dante guardó su celular en su grueso abrigo y sonrió un poco— ¿Estás seguro? Te noto un poco shockeado con mi presencia. No quiero incomodarte.

El español se sonrojó un poco avergonzado por haber sido tan obvio— Está bien. Sólo me sorprendiste. Nunca pensé que estarías aquí…

El rubio pasó su mano por su nunca e intentó alisar un poco sus cabellos de paso— Estuve hablando con Morello hace poco por el celular, dice que está preocupado por ti y no sé, yo  también me preocupé, y quería asegurarme que estuvieras bien.

Lyosha sonrió al escucharle hablar de esa manera. Se puso a su lado y abrió la puerta del apartamento— Sigues preocupándote mucho por los demás— Comentó mientras le hacía un gesto con su cabeza para que entrara—. Anda, pasa.

Dante entró después de Lyosha y cerró tras él la puerta. Se sentó en uno de los sillones y tomó la cerveza le tendía. No comentó nada al ver que el español se sentaba en el sillón más alejado— Lyosha, si quieres que me vaya…

El otro se escapó a ahogar con la cerveza a la cual estaba dando un largo sorbo— ¿Eh? No, no te vayas— Dijo apenado—. Lo siento, no es que no quiera que estés aquí. Es sólo que…

— ¿Tienes miedo que nos enrollemos o algo así? — Preguntó el otro con tranquilidad.

— ¡No! Por supuesto que no— Exclamó avergonzado—. Además tú estás con Ethan y lo amas. Sé que no harías nada de eso.

El rubio sonrió con cierta tristeza— Ethan terminó conmigo. Creía que Morello te lo había dicho…

—No, no me lo había dicho— Comentó apenado por haber vuelto a abrir esa herida reciente—. Lo siento, creía que todo iba bien entre ustedes.

—Sí. Yo también…

Lyosha se levantó de su asiento y fue a sentarse cerca de su amigo— ¿Estás bien?

Se encogió de hombros— No lo sé. Intento no pensar mucho en eso. Los últimos días me las he pasado trabajando como loco, lo cual le hace bien los restaurantes y los negocios de mis padres.

—Pero no te hace bien a ti—Le dijo con seriedad—. Tienes que dejar de escudarte en tu trabajo. Al final no te hace bien.

— ¿Entonces qué sugieres?

Lyosha se lo meditó unos segundos— No lo sé, quizás salir. Conocer a alguien.

—No creo que sea buena idea, Lyosha…— Apreciaba el apoyo que quería darle, pero no se sentía listo para olvidar a Ethan. No se atrevía a dejarlo ir.

— ¿Por qué no? No digo que salgas y te enamores de la primera persona que se te atraviese. Conoce a alguien, a lo mejor  haces un nuevo amigo— Dante no parecía nada convencido con la idea—. O quizás deberías probar enamorarte de una tipa. Ellas siempre buscan una relación y no sólo sexo. No lo sé. ¿Son más seguras las chicas?

Dante río a su pesar— No hay género seguro para las cosas del corazón.

Lyosha chasqueó la lengua— Entonces arriésgate. No sé que habrá pasado contigo e Ethan y tampoco pretendo que me cuentes ahora, pero no es justo que te quedes aquí lamentándote por una relación fallida.

Dante suspiró— No es sólo una relación fallida, Lyosha, es el punto culminante de las relaciones fallidas.  Estoy harto de que todo siempre termine mal— Guardó silencio y miró aquellos ojos miel que no sabían bien como aconsejarle—. Lo siento. Fue un error venir. Se supone que estaba aquí para hacerte sentir mejor, pero mira que terminé haciendo todo lo contrario.

—Tú también tienes tus problemas. No tiene nada de malo intentar buscar ayuda con ellos— Le aseguró el español con una sonrisa—. Anda, levántate. Vamos a salir.

— ¿Salir? ¿A dónde?

—No lo sé, pero no pretendo quedarme en este lugar ambos ahogándonos en nuestras penas. Es peligroso.

Dante leyó en la mirada de Lyosha lo que significaba, si ambos seguían allí ahogándose en su miseria iban a terminar acostándose y eso no les haría ningún bien a la larga— De acuerdo. Andando.

— ¡Así me gusta!

***

Ariel dudó al estar frente a su escuela. Podía irse. Podría evitar mirar a Ethan a los ojos, pero sabía que no podía rehuirle por siempre. Quería ser más fuerte, entonces tenía que enfrentar todos sus problemas de frente.

Respiró hondo y se acomodó su mochila antes de entrar. El día había amanecido soleado y radiante, esperaba que fuera una buena señal. Cuando entró a su aula nadie se esperaba verlo allí. Todos se apresuraron a preguntarle cómo estaba su hermano. Entre la multitud notó a Ethan quién no se atrevía mirarle a los ojos.

Ariel se sintió culpable por haberlo estado evitando toda la semana, al parecer él tampoco se lo había pasado nada bien. En esos momentos entró el profesor y mandó a todos a sentarse. Aún con cierta reserva se acercó a Ethan quién le miró extrañado que estuviera  allí— ¿Te importa que me siente a tu lado? — Tanta fue la sorpresa de momento que Ethan sólo indicarle que tomara asiento a señas.

Durante las clases todo transcurrió con normalidad, pero lo que en verdad temía era quedarse a solas con él. Ese momento llegó más pronto de lo que se esperó. Apenas tocó para salir al receso Ethan se apresuró a hablar antes que alguien más se le adelantara— ¿Podemos hablar? — Preguntó ansioso— Por favor…

Todos en el salón salieron sin molestarle a darle importancia que ellos dos hablarían. Ariel asintió aún no muy seguro— ¿Vamos a fuera? — Propuso.

Salieron del salón y se sintió un poco culpable por querer estar a la vista de alguien por temor a que Ethan volviera a actuar de aquella manera. Llegaron a la pista de atletismo de la escuela y empezaron a caminar por ella. Durante los primeros minutos nadie dijo nada.

—Ariel…— Intentó tomar su brazo, pero cuando estuvo punto de hacerlo se frenó en seco. Ariel le miró con cierta culpa, pero no dijo nada ni tampoco buscó algún contacto físico con él—. Yo lo siento tanto. No sé que me pasó. Te juro que nunca quise lastimarte.

Una suave brisa revolvió los cabellos azabaches de Ethan haciéndole ver más vulnerable, arrepentido, sus ojos azules suplicaban por perdón— Yo tampoco quise lastimarte nunca.

—Pero lo mío fue diferente, casi hago algo horrible. Algo que no tendría perdón— Dijo agobiado. Fue a sentarse en el graderío que  estaba frente a ellos.

Poca gente había allí en esos momentos. Ariel metió sus manos en sus bolsillos y fue a sentarse a su lado— Tú siempre me has perdonado todo el daño que te he hecho, Ethan. No sería buen amigo si no hiciera lo mismo contigo— Sintió la mirada del otro sobre él, pero éste no le correspondió la mirada—. No te negaré que tuve miedo de lo que podías hacer.

—Ari, te juro que no sé qué pasó…

—Una vez te dije que no dejaría que la oscuridad que hay en ti tome el control—Le recordó mirándole con seriedad. Una que le hacía ver más maduro ante los ojos del azabache—. No pienso romper mi promesa. No te voy a dar la espalda cuando más me necesitas, pero necesito que entiendas que te quiero, te quiero y solamente eso.

Ethan sintió un vacío en su corazón. La conversación con Mapelli llegó a su mente con más rapidez de la que había esperado. Intentó ignorarla— ¿Has vuelto con Alessandro? — Preguntó sin poder evitar sonido dolido.

—No. No estoy en condiciones de amar a alguien en estos momentos. No es justo dejarle toda la carga a Alessandro— Le explicó con tranquilidad—. No puedo estar con nadie justo ahora. Me tomaré las cosas con calma…

— ¿Entonces no estarás con él pronto?

—No lo creo. Además no quiero lastimarte a ti y sé que lo haría si estuviera con Alessandro en estos momentos. Quiero hacer las cosas bien con todos.

—Ya lo estás haciendo…

El pelirrojo sonrió mientras se ponía de pie y le tendía la mano a Ethan— Entonces espero no equivocarme pronto.

***

Las siguientes semanas Ariel apenas pudo detenerse a pensar en Alessandro. Los exámenes finales estaban a la vuelta de las esquina. Tenía que esforzarse aún más si quería graduarse con unas notas más o menos decentes. Su perfecto promedio había caído estrepitosamente, pero los profesores siempre seguían poniéndolo de ejemplo de perseverancia, responsabilidad y disciplina.

Muchos de sus compañeros ya estaban aplicando para las diversas universidades del país. Algo que ahora Ariel no podía darse el lujo de pensar. Aquel día sus primeros compañeros habían llegado anunciando que habían sido aceptados en las universidades de San Peter o inclusive en el extranjero.

No podía negar que se sentía un poco triste ante la perspectiva de no poder seguir estudiando, pero una parte de él se sentía aliviado de no tener que seguirlo haciendo porque así podría buscar otro trabajo de medio tiempo para poder darle todo lo que su familia necesitaba.

Christopher había salido hacía pocos días del hospital y jamás se sintió tan feliz que sus llantos lo despertaran a medianoche. Naomi también parecía más animada que su hermano haya regresado a la casa. En cuanto a su madre; Ariel no sabía bien cómo se sentía, puesto que desde la conversación en el hospital donde él decidió el destino de su padre apenas y hablaban como era debido.

Ariel no quería volver a esos días donde ambos eran lo más cercano a unos perfectos desconocidos, pero el poco tiempo libre que le quedaba se la pasaba intentando recuperar un poco de sus energías.

Ese día en particular había pedido la tarde libre a Dante para poder dormir como era debido. Ahora se apresuraba a buscar el traje que Ethan le había prestado. Ese día era finalmente la fiesta de Mapelli. Decir que estaba nervioso era decir poco. Volvería a ver a Alessandro después de casi un mes. Vería a Mapelli también. Tendría que bailar para una banda de tipos peligrosos y con toda seguridad sería exhibido como el “trofeo” de su jefe.

Luego de luchar con el nudo de la corbata se miró en el espejo intentado ver si estaba bien. La risa de su hermana lo hizo sonreír también. Giró hacia ella y la cargó unos segundos— ¿Crees que me veo bien?

La bebé sonrió mientras intentaba tomar uno de los mechones de cabello del pelirrojo, aunque ahora le era más difícil puesto que había vuelto a contárselos. Había ido por su cuenta donde Luke para que se lo cortara. Volvió a poner su hermana en su alfombra para jugar, no sin antes darle un beso en la frente— Te portas bien que no estaré en casa para darle una mano a mamá.

Había optado por mentirle a su madre al decirle que se quedaría con Ethan. No tenía idea a qué horas terminaría la gran fiesta y después no sabría qué pasaría, en todo caso sabría que a Will no le importaría recibirlo en su apartamento por una noche.

Si bien las cosas con Ethan habían mejorado, aún ambos no se sentían del todo cómodos uno con el otro después de lo sucedido, aunque no lo expresaran abiertamente. Aún tenían que limar bastantes asperezas pero el tiempo se encargaría de eso.

— ¡Mamá, ya me voy! — Anunció mientras tomaba su saco y se dirigía hasta la entrada de la casa.

Su madre salió a despedirlo. Luego de una rápida despedida salió a la calle. Iba a la mitad de la cuadra cuando notó que una camioneta lo seguía. Ariel se alarmó y apresuró el paso. Iba a cruzar cuando ésta se puso frente de él. El corazón de Ariel empezó a bombear con rapidez. Antes que pudiera  decir algo el vidrio de la ventana se bajó, apenas notó unos rizos que conocía bien se relajó— Perdón. No quise asustarte.

— ¡Joder! No vuelvas a hacer eso. ¡Me has dado el susto de la noche!

El español bajó de la camioneta. Iba muy elegante con su propio traje también —Mapelli me mandó por ti. Me dio toda tu dirección y tuve que fingir que no sabía nada. Morello no pudo venir por ti.

Ariel intentó no lucir muy desanimado— ¿Por qué no?

Lyosha pareció meditárselo —No lo sabes ¿verdad?

— ¿Le pasó algo? — Preguntó alarmado.

Lyosha se apresuró a tranquilizarlo— No, no está bien. Es sólo que él es el invitado de honor así que se supone que debe estar para cuando nosotros lleguemos.

— ¿El invitado de honor?

Lyosha le tendió la invitación que había recibido por parte de Mapelli— Es una especie de homenaje o no lo sé— Dijo desconfiado. La verdad no le pintaba nada bien una fiesta en honor a Morello. Mapelli debía estar planeando algo.

—Es broma ¿verdad? — Preguntó Ariel sorprendido— ¿Por qué nadie me lo dijo? —Tenía miedo de las implicaciones que conllevaba que Alessandro fuera el invitado de honor.

—Creí que lo sabías. Sube. No podemos llegar tarde sino el jefe va asesinarme— De por sí creía que tenía ganas de asesinar a todos los del grupo, pero eso no debía decírselo a Ariel. No quería preocuparlo tanto.

Para Ariel el camino hasta Tabú resultó ser de lo más relajante. El ir con Lyosha allí en esa camioneta BMW, la cual no le había dicho por qué la usaba y no la Hummer, era justo lo que necesitaba antes de volver a estar en tensión.

Ambos se pusieron al día con sus vidas, hicieron bromas, comentaban un poco de la nueva música que estaba saliendo. Lyosha le hizo un poco de broma sobre su show diciéndole que había traído un par de calzoncillos extra por si se corría al escuchar su voz orgásmica.

Al llegar a Tabú eran las ocho de la noche. La primera parte de su show sería a las nueve y la segunda sería a la medianoche como estaba acostumbrado. Ariel se sorprendió de notar la cantidad de gente que aguardaba entrar a Tabú.

—Aquí nos quedamos…

Ariel tragó hondo — ¿Aquí? ¿No podemos entrar por la parte de atrás? — No le causaba ni pizca de gracia tener todas las miradas frente a él.

—Lo siento, mini Morellito, son órdenes del jefe. Quédate cerca de mí— Dijo mientras el español bajaba de la camioneta y se apresuraba para irle abrir a Ariel quién tragó hondo al notar todas las miradas en él y los diversos grados de disimulo al mirarle—. El que se atreva a meterte mano me dices y se la rompo en ese instante— Le susurró Lyosha mientras se abría paso en la multitud. Cosa que no le resultaba demasiado difícil, aún cuando este era bastante más bajito que Ariel éste con su carácter y presencia parecía ganar varios centímetros.

Su último ensayo había sido tres días antes de la fiesta por lo que no había podido apreciar todos los cambios que habían hecho. Tabú estaba irreconocible. Lo que antes era un grupo de mesas VIP en esos momentos era una larga mesa en elegantemente puesta con una vajilla de porcelana y con enormes adornos florales.

Habían dejado la pista de baile intacta, pero la segunda planta ahora alojaba mesas redondas en menor cantidad también perfectamente puestas. El lugar de afuera parecía bastante lleno, pero adentro se notaba a leguas que era una fiesta muy exclusiva.

Decenas de hombres con sus trajes acompañados de despampanantes mujeres con curvas pronunciadas, pero no tanto como sus escotes que dejaban poco a la imaginación. Todos los hombres con aspecto fiero, muchos de ellos se le quedaban viendo con auténtico interés.

— ¿Todos estos trabajan para Mapelli? — Preguntó Ariel sorprendido al notar la gran cantidad de invitados.

—No todos, aquí no debe de estar ni siquiera la mitad. Los de menor rango no reciben una invitación para este tipo de fiestas— Le explicaba Lyosha mientras seguía abriéndose paso a la multitud—. Y muchos de los que están acá son socios de Mapelli que son menos o igual de peligrosos que él. Así que ten cuidado con quien hablas — Ariel asintió sintiéndose más nervioso—. Estaré lo más cerca que pueda en todo momento. Mapelli me ha asignado como tu guardaespaldas, pero no prometo que pueda protegerte de todos. ¿Aún recuerdas lo que aprendiste en tu entrenamiento?

—Sí…

Ariel no tuvo oportunidad de agregar algo más porque justo en ese momento entraron a la zona VIP y Mapelli ya estaba esperando por él. No lo había visto desde la vez que tuvo que rebajarse para conseguir el dinero para la operación de Chris.

El tenerlo frente a él con esos grises devorándolo con su simple mirada le hizo querer salir huyendo— Firedoll— Dijo saboreando cada una de esas palabras—. Muy apropiada tu vestimenta— Mapelli por su lado vestía un Armani color negro bastante elegante. Ariel no pudo evitar notar lo mucho que se parecía a Ethan cuando vestían de esa manera— Sígueme— No se molestó en siquiera agradecer a Lyosha.

El español le dedicó una mirada de ánimo al pelirrojo quién sonrió con cierto disimulo. Él no sabía lo aterrado que estaba al estar cerca de Mapelli. Cuando éste puso una mano en su cintura y lo atrajo a él se sobresaltó haciendo que su corazón empezara a latir como loco— ¿Qué pasa, firedoll? —Le susurró al oído haciendo palidecer a Ariel— ¿Tienes miedo de lo que te haga?

—No…

—Agradece que estamos rodeados de personas, pero quién sabe después de esta fiesta puede que te lleve a terminar lo que empezamos— Susurró mientras sus labios rozaban con el cuello de Ariel quién intentó separarse, pero Mapelli hundió con fuerza sus dedos en la cintura del pelirrojo—. Ten cuidado con lo que haces esta noche. No vaya a ser que tu hermanito regrese a urgencia acompañado con el resto de tu familia— Ariel intentó no mostrar el terror que aquellas palabras le causaron. Mapelli volvió a erguirse y a saludar a todos.

No presentaba a Ariel, ni las personas a las que saludaba presentaban a las mujeres que los acompañaban. Eran simple trofeos, a lo sumo alguno observaba a Ariel apenas unos segundos antes de volver sus ojos al jefe. En el caso de las mujeres era diferente, miraban con escrutinio al pelirrojo y notaba la envidia que sentían por él, por estar acompañando a Mapelli un hombre poderoso y ante los ojos de ellas bastante apuesto. Sabía que esas mujeres darían todo por ser ellas quienes estuvieran al lado de su jefe, pero Ariel daría lo que fuera por no estar allí.

También estaba pendiente de la hora. Cambiarse y buscar todo lo que necesitaba para su show le llevaría al menos diez minutos. Estaba a punto de escaparse cuando notó a alguien conocido— Lupo— Comentó Mapelli con tranquilidad mientras se acercaban al halcón quién sostenía una copa de champagne.

—Mapelli…

Era la primera vez que tenía a los dos hermanos frente a frente. A su pesar tuvo que admitir que Lupo de alguna manera, aún con su cara de eterna amargura y odio contra el mundo, era más apuesto que Mapelli.

—Tu pequeña puta pelirroja, supongo— Comentó como si nada mirando a Ariel.

Mapelli sonrió de lado— Sí, firedoll o Ariel Miderhive como prefieras— Comentó con malicia mientras le brillaban los ojos—. Sabes, firedoll, tú y Lupo de seguro tienen mucho que hablar. Lupo tiene bonitas anécdotas que estoy seguro que te encantaría escuchar— El halcón le miró amenazante—. Después de todo él en su juventud también tenía su propia puta pelirroja, como él la llama.

—Una palabra más Mapelli y no me importará matarte frente a todos.

Mapelli le miró con superioridad— No hiciste las cosas debidas en el tipo apropiado, querido Lupo. Ahora no te queda más remedio que sentarte a ver el fruto de cada uno de tus errores— Comentó con tranquilidad—. Deberías quedarte cerca, será una noche muy entretenida que puede tener más de una sorpresita que te interese— El halcón se alejó de allí furioso. Ariel siguió a Lupo con la mirada. ¿Qué había querido decir Mapelli con eso? — Ve a prepararte— Dijo mientras soltaba el agarrare que había ejercido en su cintura todo este tiempo— Ya sabes. Espero un buen espectáculo de principio a fin.

Ariel asintió antes de alejarse de allí. Apenas llegó al vestuario se sintió un poco más tranquilo. No comprendía cómo había logrado soportar tanto tiempo al lado de Mapelli. Will se abrió paso en la multitud, sólo llevaba sus pantalones a medio cerrar— ¿Estás bien? — Preguntó preocupado— Ariel asintió intentando no preocupar más a su amigo— Te ves muy guapo, me dan ganas de meterte mano.

—Ya, ya ve a cambiarte y trata de relajarte que se notará la erección y no quiero que mi pareja esté excitado mientras yo me muero del miedo en el escenario.

—Lo harás bien. Siempre dejas a todos deslumbrados.

Ariel le miró preocupado— Lo sé, pero esta vez es diferente generalmente sólo bailo para un puñado de gays y está bien. Esta vez  más de la mitad de tipos de allá afuera son heteros.

Will se puso a espaldas del pelirrojo y masajeó sus hombros intentando tranquilizarlo— No por mucho tiempo. Apenas pongas un pie en escenario todos van a volverse gays — Al notar que nadie los miraba le susurró al oído— ¿Y tu pedazo de hombre, el semental motorizado, ya llegó?

Ariel ahogó una risa nerviosa al escuchar cómo le llamaba—No, aún no ha venido.

—Seguro llega en lo que nos estamos alistando. Sólo preocúpate lucir grandioso para él.

***

Lyosha no se despegaba de la barra libre. Varios de sus compañeros lo saludaban con respeto. Claro que lo respetaban ¡Había sobrevivido a una misión suicida! Pero si había alguien que en verdad era la auténtica leyenda viviente allí, esa era la persona que iba entrando en esos momentos.

Prácticamente el lugar se paralizó cuando Alessandro puso un pie en el lugar. Los murmullos no tardaron en ser más poderosos que la música. Lyosha miró de reojo a Mapelli quién lucía bastante irritado ante el repentino robo de atención.

Para sorpresa de Lyosha, Morello vestía de traje. Al parecer no quería arriesgarse a exponerse más esa velada. Ambos cruzaron mirada a los pocos minutos y el mensaje fue claro: Lograr salir vivos de esa noche. El español se acercó a Alessandro con un Whisky que no dudó en tendérselo —Bonito traje.

— ¿Te gusta?  — Preguntó como si nada— Se lo robé a Dante para variar. Me queda mucho mejor que a él— Lyosha sonrió más relajado, al menos aún en esas situaciones su líder no perdía el sentido del humor— ¿Y él está bien?

—Sí, pero se preocupó cuando no apareciste. Se está preparando en estos momentos— Comentó lo más bajo posible haciendo parecer que hablaban de cualquier trivialidad.

La conversación tuvo que ser cambiada por cualquier banalidad al acercarse Mapelli— Morello.

—Jefe— Comentó como si nada—. Buen Whisky.

Mapelli asintió con seriedad— Tu asiento te aguarda, a mi lado como el invitado de honor. Claro está— Dijo mientras le indicaba la mesa. Miró a Lyosha quién permanecía al lado de Morello—. Supongo que también habrá un lugar para Lyosha. Después de todos ustedes se han vuelto una especie de celebridad entre los halcones.

***

Debajo del escenario Ariel intentaba controlar el temblor de sus manos— ¿Ya llegó? — Preguntó nervioso.

—Sí. Todos hablan de él— Le dijo Will quién estaba a su lado—. Tranquilo— La voz de Mapelli dando la bienvenida a todos sus invitados fue la señal que estaba a puntos de entrar—. Iré a mi puesto. Tranquilo estaré a tu lado en todo momento. Si quieres caerte tendrás mala suerte porque estaré allí para evitar que lo hagas.

Ariel se quedó más tranquilo al escuchar esas palabras. Vio como Will corría para ir a su posición. Ariel cerró sus ojos mientras sintió que la plataforma se empezaba a mover con lentitud y Mapelli dejaba de hablar después de haberlo anunciado.

Se puso en posición y volvió a ajustar su micrófono.

***

El local quedó completamente a oscuras cuando empezó a sonar la introducción de la canción. Alessandro miró con atención al escenario, cada presentación de su ricura era una delicia. El no haberlo visto en tanto tiempo sólo haría que todo fuera mejor.

Las luces de neon azul apuntaron directo al centro del escenario del cual salió Ariel vistiendo lo que era unas botas de combate, un pantalón de militar y una camiseta sin mangas del mismo diseño.

“Move your body” de Beyonce empezó a sonar. Ariel sonrió confiado cuando el ritmo la canción cambió a un ritmo más movido. Todos los bailarines comenzaron a chasquear sus dedos mientras otros aplaudían.

Hombres y mujeres se apresuraron a agruparse a los costados de Ariel mientras  éste movía su cuerpo al ritmo de la música meneando sus caderas sin dejar de dirigir a cada uno de los bailarines que tenía a los costados, los cuales iban vestidos de militares.

Empezaron a hacer un pequeño trote en el lugar donde estaban mientras Ariel bajó confiado las gradas del escenario para quedar justo al frente en el momento en que empezó el coro. La voz de Ariel logró ponerle la piel de gallina mientras éste fingía quitarse un poco del sudor que sabía que pronto aparecía.

La música cesó un segundo mientras éste hacía su nota alta haciendo que los bailarines atrás de él se detuvieran en una pose. Al siguiente segundo todos movían sus caderas mientras alzaba sus brazos sobre sus cabezas, para luego intercalarlas a sus costados.

Al minuto cuarenta Will se puso al lado de Ariel justo en el momento en que la música cambio a un ritmo que Alessandro no distinguió si era salsa o algún otro género para bailar en parejas.

Ariel tomó la mano de Will quién le dio una vuelta rápida haciendo que quedaran prácticamente rozando todo su cuerpo mientras movían sus pies iguales y al mismo ritmo para luego darle un giro que hizo que quedara justo a su lado. Al siguiente cambio de ritmo dando pequeños saltos se movieron primero a la izquierda y luego a la derecha. Alessandro sonrió a su pesar al notar como Ariel parecía olvidarse de por qué hacía eso y parecía realmente disfrutarlo.  Moviéndose sensualmente con un pie adelante moviendo sus caderas, antes del siguiente cambio de música que hacía que todos se formaran en una sola línea haciendo que pasaran sus brazos al hombro del otro para luego bajar todos al mismo tiempo de lado a lado como si fueran una especie de péndulo.

Y  luego volver a separarse dejando que todos se movieran en un semi círculo alrededor de Ariel quién en ningún momento dejó de sonreír mientras estaba allá arriba. Mientras daba pequeños saltos con sus manos en alto, primero a la izquierda y luego a la derecha. Sonriendo seductoramente en todo momento.

Todos formaron una larga fila mientras todos movían sus cuerpos al ritmo de la música. Poco a poco todos se fueron alejando dejando una formación en “V” con Ariel en el vértice justo en el momento en que la música terminó con Ariel alzando su puño a manera de victoria.

El lugar no tardó en llenarse de aplausos unos ocultando mejor que otros lo impresionado que estaban del pelirrojo. Al parecer no todos habían tenido la oportunidad de ver a Ariel en acción.

***

Apenas puso un pie de vuela en los vestidores, todos aplaudieron, tanto los chicos como las chicas que habían estado en la coreografía, en poco tiempo habían logrado ser una especie de familia bailarina.

Will se apresuró a ir a su lado y abrazarlo— ¡Estuviste increíble! Claro, eso no era de extrañarte— Dijo plantándole un beso en la mejilla justo en el momento en que Hayley entraba al vestido y miró molesta a Ariel.

—El jefe dice que te duches y te cambies antes de volver allí— Exclamó molesta—. Todos los demás cámbiense rápido y vayan a atender mesas.

Ariel  miró avergonzado a Hayley. No había querido molestarla, pero al parecer había cierta rivalidad entre ellos que no podía desaparecer nunca— Ignórala. ¿Viste como tu hombre no te quitaba la mirada de encima? — Ariel asintió, pero también Mapelli no le había quitado la mirada ni un solo segundo— Estaba muy guapo.

Aquel comentario le hizo sonrojarse un poco. Estaba guapísimo con su traje, pero aquella barba de tres días lo hacía verse aún más exquisito— Joder, eso es poco.

Will río— Entonces ve a seducirlo…

Ariel le miró como si se hubiera vuelto loco— ¿Con Mapelli rondando? No, no puedo. Por más que quiera estar con él…

Will alzó las cejas picaronamente— Así que sí quieres estar con él.

— ¡Claro que sí! Pero aún no es el momento, aunque en el momento en que lo vi sólo me dieron ganas que él…—No terminó la frase al notar que estaba dejando que sus bajos instintos se apoderaran de él.

— ¿Por qué no le pides una follada y luego le dices que necesitas aún más tiempo?

—No, no puedo hacerlo. No sería justo para él.

—Pero te mueres de ganas de hacerlo.

—Sí, pero eso no cambia nada…

Will sonrió un poco exasperado— Bueno, allá tú si no te pones las pilas alguien va a querer que tu novio el semental se lo folle— Exclamó para cambiarse lo más rápido que pudo para luego salir a atender mesas.

Apenas salió se encontró con su jefe— ¿Dónde está firedoll?

—Apenas va a entrar a ducharse— Mintió—. Estaba asegurándose que todo estuviera listo para el próximo acto. Supongo que aún se demorará un poco más.

Mapelli frunció el ceño y  se alejó de allí. Will sonrió de lado mientras buscaba con la mirada a alguien que conocía muy bien. Al poco tiempo lo encontró cerca de la barra— Hola ricitos sexys…

Lyosha se sobresaltó al ver a Will tan cerca de él— William…

Will río— No te preocupes, no te estoy buscando para follar. En realidad pensaba que tú podrías ayudarme a que otros sean los que follen…

***

Ariel se inclinó sobre uno de los lavabos y humedeció su rostro. Estaba exhausto, pero aún faltaba la segunda parte del espectáculo. La que lo tenía más nervioso. Se quedó viendo como el agua corría cuando de repente algo le tapó la vista.

Si no hubiera sido por la mano en su cintura y la calidez de aquel cuerpo hubiera gritado. Él conocía ese toque. Esa posesividad. Su cuerpo tembló al sentir como el otro se apegaba más a él. Alessandro, pensó.

 —Shh…

Ariel asintió mientras le permitía ponerle aquello en sus ojos sin  dejar de sentir un cosquilleo en su estómago ¿Qué estaba planeando? Una vez en su lugar, llevó su mano hasta lo que le impedía ver y comprendió que era la cortaba que Alessandro usaba. En esos momentos no pensaba que estaban en un baño público, que cualquiera podría entrar en cualquier momento y los vería de esa manera.

No pensaba. Su piel se erizó al sentir las manos de Alessandro pasearse por sus brazos para luego pasarlos alrededor de su cintura y apegarlo por completo a él. Suspiró al sentir sus manos rozar su pecho aún sobre la ropa.

Echó su cabeza hacia atrás, apoyándola en el hombro del halcón. Éste aprovechó de rozar su nariz, sus labios por el cuello del otro sacándole un suave suspiro. Ariel deseaba poder verse reflejado en el espejo en esos momentos. Sabía que su expresión debía ser de anhelo. Su boca estaba entreabierta y empezaba a sentirse acalorado ante esas manos recorriendo con lentitud su pecho.

—Shh…

Fue todo lo que dijo antes que las manos de Alessandro se fuera hasta su pantalón y con un suave gesto lo abrió. Ariel se sobresaltó. ¿Allí? No, no podían. Iba a hablar, pero una de las manos de Alessandro se fue a rostro y lo obligó a girar el rostro hacia donde sabía que estaba su rostro.

Cuando aquellos labios lamieron los suyos no pudo poner más resistencia. Sacó su lengua para rozarla con la de Alessandro, sus piernas temblaron al sentir sus lenguas rozar después de lo que le había parecido una eternidad.

Ariel dejó que Alessandro pautara el ritmo de aquel beso. Lo que en un principio había sido un juguetón roce  se había vuelto en un beso desesperado, hambriento. El pecho de Ariel subía y bajaba con rapidez y ahogó un jadeo al sentir la mano del halcón colándose por debajo de su ropa. Sus labios quedaron a centímetros uno del otro. Ariel tuvo que morder su labio para no jadear en el momento en que aquella mano tomó su sexo caliente. Sentía su vientre arder. Aunque Alessandro no pudiera verlo cerró sus ojos con fuerza al sentir como empezaba a masturbarle.

Sus mejillas enrojecieron. Su mano buscó con torpeza aferrarse al cuello de Alessandro. Sentía el corazón del otro palpitar con fuerza justo detrás de él. Entonces Alessandro empezó a retroceder. Ariel se dejó guiar a lo que en esos momentos no sabía que era a una de las duchas.

Aún a espaldas de Alessandro éste bajó sus pantalones dejándolos caer hasta sus rodillas. Ariel respiraba agitado, su corazón martillaba con fuerza contra su pecho, el aire del lugar se le hizo pesado, su cuerpo estaba demasiado caliente. Mordió con más fuerza al sentir como volvía a masturbarle, dejó escapar un  jadeó bastante audible al sentir como apretaba con fuerza su glande.

Alessandro se apegó a él dejándole sentir la dureza de su erección— Shh…— Ariel asintió con timidez. La música de Tabú le llegaba a lo lejos. Sabía que no debían hacer eso allí. Ahora, cuando tenían tanto en riesgo, pero habían arriesgado todo tantas veces, se habían expuesto a demasiados peligros con anterioridad que eso parecía un juego de niños en comparación a todo lo que habían pasado.

Ariel pegó sus nalgas al sexo de Alessandro, el cual podía sentirlo debajo de la ropa, empezó a frotarse contra él desesperado. Quería decirle que lo necesitaba tanto en esos momentos. Se moría por sentirlo, por tener ese sexo de reconciliación que se merecían desde hacía semanas.

Ariel lo escuchó gruñir por lo bajo, justo en su oído. Alessandro separó sus caderas unos segundos. Las manos también abandonaron su erección la cual estaba rebosante de líquido pre seminal. Sus sentidos estaban agudizados, estaban jugando con fuego, siempre lo habían hecho, pero la idea que alguien entrara en esos momentos y los descubriera en esa posición: Él vendado por los ojos y sumiso; Alessandro ansioso y dominante, le hacía temblar de excitación y de miedo.

¿Cómo es que nadie había entrado? La pregunta quedó en el olvido cuando sintió la erección de Alessandro rozar sus nalgas. Quiso darse la vuelta, para besarle, se moría por tener aquel sexo en su boca una vez, quería hacerle una felación en esos momentos. Intentó moverse, pero Alessandro lo pegó con más fuerza a una de las paredes de la ducha provocando un ruido seco.

Ariel se estremeció al sentir aquella pared helada de metal que lo separaba de la siguiente ducha. Ariel gimoteó en un vano intento porque lo dejara cumplir su deseo, pero el halcón ya le había dejado claro que esa noche él tenía todo el control. Las manos del Alessandro empezaron a desabotonar la camisa del pelirrojo, pero no se la quitó por completo. Sólo descubrió uno de sus hombros el cual empezó a besar con vehemencia, para luego irse hasta su nuca,  sus cabellos se pegaban a ésta a causa del sudor, pero a Alessandro parecía no importarle nada de ello, aquellas manos recorrían su pecho, para luego bajar a su sexo, después un poco más abajo hasta sus testículos.

Las manos de Ariel se fueron hasta la venda improvisada que tenía en sus ojos, quería verlo, necesitaba ver aquella expresión de deseo, de dominación, pero una de las manos de Alessandro se lo impidió y gruñó claramente molesto ante su intento de quitarse la venda. Sintió su cuerpo apegarse más, dejándolo aún más acorralado contra la fría pared y aquel cuerpo excitado.

Ariel suspiró al sentir como Alessandro tanteaba su entrada con un dedo, cuando finalmente lo sintió dentro, una sonrisa llena de placer se dibujó en su rostro. Echó su cabeza nuevamente hacia atrás y la apoyó contra el hombro de Alessandro quién sin dejar de prepararle besó su cuello ahora que tenía más acceso a él. Un agradable escalofrío lo invadió al sentir aquella barba rala rozar con su piel.

El segundo dedo no tardó en entrar en su ano y un tercero apenas  lo preparó. Sabía que no tenían mucho tiempo, que ese no era el modo ni el lugar adecuado, pero ellos nunca habían seguido las reglas del juego. Se habían enamorado uno del otro contra todo pronóstico, estaban acostumbrados a hacer todo lo indebido.

Ariel gimoteó suavecito al sentir como Alessandro empezaba a penetrarle con lentitud. El pelirrojo tenía las manos apoyadas contra la pared, al sentir como lo penetraba las hizo puño con fuerza, disfrutando de esa sensación, su cuerpo temblaba ante ese placer que sólo Alessandro era capaz de otorgarle a plenitud.

Gimió con fuerza al sentir como toda aquella hombría llegaba hasta lo más profundo de su ser— Shh…— Ariel gimoteó molesto. Quería decirle que nadie los escucharía con la música a tope de Tabú, además no había nadie en ese lugar y si en caso entrase alguna persona intentaría guardar silencio.

 Alessandro sonrió contra su piel y la mordió con malicia. Entonces comprendió que todo aquello no era tanto por el temor de ser descubierto, era parte de aquel juego que había ideado el halcón— Shhh…— le susurró al oído sensualmente antes de empezar a penetrarle con fuerza.

Pocas veces imponía ese ritmo tan desesperado desde el principio, Ariel quiso gemir alto cuando le penetró con tal fuerza, que lo hizo temblar por completo. Sus piernas amenazaron con dejarle caer, Alessandro le tomó de la cintura. Besó su cuello, esta noche no podría marcarlo como suyo, sería demasiado peligroso, pero el sentir esos labios sobre su piel, una vez más, hacía sentir vivo Ariel.

Alessandro llevó su mano a la boca del pelirrojo quién irremediablemente dejaba escapar de vez en cuando un gemido que resonaba con fuerza en el vestidor. Aquellos sonidos que lo volvían loco no podían ser escuchados por nadie que no fuera él. Gruño al sentir como el pelirrojo mordía su dedo índice, para luego lamerlo con deseo.

Ariel no soportaría mucho ese ritmo torturante, dominante. Había anhelado tanto poder estar una vez más con Alessandro de esa manera, había extrañado ser tocado de ser esa manera, ahora que estaba allí siendo sodomizado por él finalmente se sentía completo.

Alessandro era pasión, deseo, lujuria. Sentía que podía arder ante su tacto, sus besos incesantes en su cuello, en su hombro desnudo. Una de las manos del halcón se fue hasta una de las manos hechas puño del pelirrojo, la cual extendió y a los pocos segundos los dedos de Alessandro se entrelazaron con los suyos. Aún ese momento de excitación, Ariel sonrió sólo como alguien enamorado podría hacerlo.

Era verdad, Alessandro era pasión, deseo, lujuria. No había que ser un genio para descubrir algo que irradiaba con por cada poro de su ser. Sin embargo, Alessandro podía ser más que eso: podía ser entrega, afecto, protección y ahora Ariel ya no tenía ninguna duda: también podía ser amor.

—Ricura…

Su voz ronca susurrada al oído con tanto sentimiento lo hizo flaquear. Ariel gimió lo más bajo que pudo justo en el momento que el orgasmo lo alcanzó, arrastrando a Alessandro con él. El halcón gimió a su vez, roncamente contra su piel.

Su mano libre se apresuró a tomarlo de la cintura, evitando que las piernas del pelirrojo lo dejaran caer. Ambos se quedaron escuchando sus respiraciones jadeantes durante un minuto, mientras intentaban recuperar un poco del aire que el otro le había robado. Alessandro salió con lentitud de él provocándole un gemido de disgusto al pelirrojo.

— Shh…

El halcón se apresuró a limpiarse para poder ponerse sus pantalones que por fortuna no terminaron manchados. No dejó que Ariel se quitara aún la corbata de sus ojos, se apresuró a limpiarle, a limpiar su vientre y la pared donde yacían los restos de semen de éste. Limpió también un poco del semen que escurría por las piernas de su ricura, y no pudo evitar dar una mordida juguetona a una de las nalgas del pelirrojo que dio un respingo acompañado de un  pequeño gemido de placer.

Alessandro sonrió de lado mientras le subía los pantalones, al parecer alguien aún quería más. Él también. Siempre querría más de su ricura. Finalmente luego de asegurarse que no había alguna señal de su pequeña aventura lo giró hacia él y le besó suavemente.

Finalmente le quitó la corbata de sus ojos y sonrió al notar aquellos ojos rebosantes de amor  dirigidos sólo a él. Volvió a besarle como su ricura se merecía, para luego unir sus frentes y sonreír— Shhh... —le susurró mientras se ponía su corbata al cuello y le guiñaba un ojo antes de salir de allí.

Al llegar a la puerta de la entrada del vestidor dio tres golpes antes que William le abriera y le sonriera con complicidad— ¿Y Lyosha?

—Afuera vigilando al jefe de cerca.

— ¿Tuviste problemas manteniéndolos a todos afuera?

—Para nada. Simplemente dije que la estrella necesitaba privacidad y nadie se atrevió a contradecirme— Comentó con tranquilidad—. Date prisa antes que noten tu ausencia, invitado de honor.

Apenas lo perdió de vista Will entró al vestidor. Ariel aún tenía sus mejillas ardiendo y tenía escrito por cada poro de su ser “Recién follado”.

—Joder, Will, recuérdame tener cuidado con lo que te cuento— Comentó con voz ronca mientras se apoyaba contra uno de los lockers y sonreía encantado.

— ¿Mejor?

—Joder, era exactamente lo que necesitaba…

—Una buena follada es lo que todo el mundo necesita siempre, pero no todos se arriesgan a buscarla. Anda, quita esa cara tan orgásmica que me da envidia.

Ariel sonrió un poco antes de plantarle un beso en la mejilla— Gracias por ser un amigo tan increíble.

—Recuérdame hacer cosas geniales por ti más a menudo para obtener ese tipo de agradecimientos— Comentó animado—. Anda, quita esa cara. Te hice tiempo con el jefe, así que de seguro va a empezar a preguntar por ti. Además la cena ya va a empezar a servirse.

***

Cuando Alessandro se reunió con Lyosha ambos se limitaron a sonreír con complicidad— Alguien se ve de un excelente humor.

—Tú y ese chico, Will, están completamente locos— Dijo mientras chocaban sus copas.

—Ambos se debían una reconciliación como se debía—Comentó el español con tranquilidad—. Mapelli ni siquiera tuvo tiempo para notar tu ausencia. Está preocupado haciendo negocios con unos tipos de carga marítima. Al parecer anda buscando transportes más seguros para trasladar la droga.

—Más seguro para él. Muchos más problemas para nosotros. Eso es seguro— Comentó con seriedad—. A todo esto ¿Dónde está Lupo?

***

—Y entonces el tipo me terminó haciendo unas simples mechas en lugar de los reflejos que le había pedido ¡¿Puedes creerlo?!

Lupo se preguntaba cómo terminaba en ese tipo de situaciones. Se había obligado a saludar a uno de sus antiguos conocidos y había hecho un comentario casual a aquella mujer y ahora no había quién la callara. Su conocido parecía feliz de deshacerse de ella por un rato. Ahora entendía el por qué.

—Eres muy simpático. ¿Tienes esposa?

—No…

— ¿No quieres una? — El halcón le miró intentando saber si estaba de broma o no— Generalmente me gusta ser la amante, pero supongo que contigo puedo hacer la excepción.

Lupo estaba a punto de responderle que durante toda su vida no había tenido la menor necesidad de tener una esposa o una amante y que si tuviera que escoger entre ella y quedarse sin follar durante toda su vida estaría desde ya planificando todas la actividades que lo mantendrían ocupado por el resto de sus días, lo único que le impidió hacerlo fue la persona que iba entrando en esos momentos a Tabú.

—Ethan…

— ¿Disculpa?

—Tengo que irme— Dijo sin mirar a aquella mujer de despampanante escote. Atravesó la multitud. Ethan apenas había terminado de entrar cuando Lupo lo atrajo con fuerza y se escondieron detrás de un pilar— ¡¿Qué demonios estás haciendo aquí?!

Ethan le miró sorprendido quiso moverse, pero si lo hacía temía que terminara besando a Lupo por el espacio tan reducido— Mapelli me envió la invitación…

—Tú no puedes estar aquí. Te largas en este mismo instante— Lupo no podía más con sus nervios. ¿Ethan allí? ¿Qué tal si alguien sabía quién era? Aún quedaban miles de momias del tiempo de su padre. Si Ethan llegaba a escuchar que Demian y él eran hermanos se iba a enterar que ellos eran familia y Lupo no iba  a soportar ver la cara de odio de Ethan dirigido a su persona.

—No. Estoy aquí para comprobar algo…

—Sí, sí, el enclenque pelirrojo a estas alturas ya se debe haber encontrado la forma que Morello lo folle. Listo ya lo descubriste ahora lárgate.

Ethan le miró dolido— No voy a irme. Después de todo yo pertenezco acá…

Lupo le miró sorprendido—No. Tú no perteneces a este mundo. No puedo creer que seas tan estúpido de siquiera pensarlo.

—Pues te recuerdo que sólo soy un niñito estúpido que tiene como padre al jefe de los halcones.

Lupo le tapó la boca— No se te ocurra decir eso frente a alguien en este lugar— Estaba tenso. Esto no podía pasarle justo allí. Entonces recordó las palabras de Demian. Él sabía que iba a venir. Sabía que Ethan estaría allí. No, pero él no podía saber que ellos dos se conocían. No había manera. Siempre había sido demasiado cuidadoso—. ¿Tienes idea de lo que podría pasarte si alguien se entera que Mapelli tiene un hijo?

—¡Uy! Lo siento no sabía que este lugar estaba ocupado…

Lupo se giró y se encontró con una pareja que buscaba un lugar bastante oscuro para poder meterse mano. La chica sonrió divertida al notar la posición de los dos. El hombre sólo los miró sorprendido antes de irse de allí.

Lupo suspiró. Genial. Sólo eso le faltaba— Ethan, tienes que irte de aquí, sino lo haces entonces de verdad no tendrás oportunidad tener una vida normal— No descubría cómo lograr convencerlo—. Necesito que te vayas ahora mismo. Es peligroso. No quiero que salgas lastimado— Aún recordaba lo que pasó en la última fiesta salvaje a la que acudió el menor—. Si quieres toma el Audi, pero vete— dijo dándole las llaves de su auto—. Vete…

Ethan notó la preocupación en su rostro. Lupo jamás lució tan nervioso. Asintió mientras tomaba las llaves del vehículo. Notó como el otro bajaba los hombros en signo de relajación— Me iré— Dijo cuando quitó la mano de su boca.

Lupo fue el primero en salir. Miraba nervioso a todos lados evitando que Mapelli los viera juntos, sino sabría que sería el fin. Una vez se cercioró que no había nadie conocido de peligro cerca,  le indicó a Ethan que saliera quién apenas puso un pie fuera logró ver Ariel quién sujetaba un trago y reía animadamente con Will. Ethan sintió los celos empezar a bullir, pero el detonante fue cuando notó que entre la multitud logró hacer mirada con Alessandro apenas unos segundos, pero eso fue suficiente para dejarle claro que algo había pasado entre ellos dos. La risa maliciosa, la mirada llena de complicidad.

Ethan había visto más que suficiente apretó la llave con fuerza del Audi y salió de allí sin siquiera decirle adiós a Lupo. Al halcón aquello no le importó. Había logrado que Ethan se fuera de allí, ambos estaban a salvo ahora.

***

Will caminaba entre las mesas sirviendo un poco de champagne a los invitados, por momentos lograba darse un pequeño descanso para hablar con Ariel— La otra semana tendré la reunión para ver cuando finalmente podré viajar a Italia— Comentó animado—. ¡Será increíble!

Ariel también se sentía animado con esas noticias— ¿Y ya le dijiste a Hayley que te irás a Italia?

— ¿Qué te irás a Italia? — Ariel cerró sus ojos con fuerza y apretó los dientes al escuchar la voz de la chica a sus espaldas. Los abrió arrepentido y sólo pudo pronunciar una muda súplica de perdón— ¡¿Te vas a ir a Italia?! — Chilló furiosa. Amenazando con tirar toda la bandeja de copas y bocadillos— ¡¿Acaso no planeabas decírmelo?!

—Claro que sí, pero aún no era el momento…

— ¡Entonces cuando sería el momento? ¡¿Cuándo estuvieras en un avión montándotela con la aeromoza?!

La gente empezaba a observarlos— Oye, las aeromozas no se enrollan con cualquiera, es un mito de las películas gringas.

— ¡Ese no es el punto, William! — Gritó— ¡Desde que éste maldito maricón entró en tu vida has cambiado!

— ¡Hayley! —Alzó la voz furioso Will— ¡Sabes bien qué Ariel no tiene la culpa de nada!

La chica le miró furiosa— ¿A no? ¿Le has dicho a tu amiguito que te han descontado ya la mitad de la paga de esta quincena por estar a su lado consolándolo en el hospital?

Ariel buscó la mirada de Will, pero éste la evitó— Es mi vida, Ariel no me obliga a nada. No te permito que le hables así.

— ¿Estás diciendo que lo prefieres a él antes que a mí?

Will le miró sorprendido, pero sabía que  iba enserio: Ella lo estaba obligando a elegir a uno de los dos— Sí, estoy diciendo que lo prefiero antes a él…

La chica le miró indignada— Te vas a arrepentir toda tu vida de este momento, Will. Vas a terminar lamentando esto. Te lo juro— La chica miró furiosa a Ariel—. Espero que éste feliz ahora. No te basta con que Ethan esté arriesgado su pellejo enfrentando al jefe por ti— Ariel le miró incrédulo—. Ahora vas a decir que no lo sabías. Primero Ethan, ahora Will ¿Es que quieres que todos terminen muertos por tu culpa? — El pelirrojo le miró lleno de culpabilidad.

—No…

— ¡¿Entonces por qué no nos haces un favor a todo y desapareces de nuestras vidas?!

— ¡Hayley! — Gritó Will —La única que tiene que desaparecer  de aquí en estos momentos eres tú.

La chica le miró furiosa antes de largarse de allí. Lyosha se abrió entre la multitud— ¿Ariel? ¿Ariel, estás bien?

Will aún miraba por dónde se había ido Hayley.

— Will…

El chico miró a Ariel quién lucía sumamente culpable—Hey, hey no le des importancia. Ya sabes cómo son las mujeres cuando están ardidas— Comentó con una pequeña sonrisa—. No quiero que te sientas culpable. Soy yo quién toma mis decisiones así como tú haces las tuyas ¿de acuerdo? — Ariel no muy seguro asintió— Ahora ve y diviértete. Come por mí algo bueno, pero no mucho sino vas a vomitar para el gran número— Le indicó a Lyosha con la mirada que no lo dejara solo.

—Ignórala, Ariel…

—No quiero que todos terminen muertos por mi culpa…

El español sonrió— Nadie lo hará. No te preocupes…

— ¿De verdad?

—De verdad. Ahora quita esa cara que Mapelli viene para acá….

Aquello no hizo sentir mejor a Ariel que a los pocos minutos se vio obligado a sentarse al lado izquierdo de Mapelli durante la cena y justo frente a Alessandro que de vez en cuando ejercía contacto visual con él de manera causal. Se suponía que debían aparentar, pero las palabras de Hayley le habían dejado muy afectado. Tampoco quería escuchar como Alessandro había logrado salir vivo de la misión de Silver Beach. No quería escuchar nada que tuviera que ver con muerte, droga o armas.

—Así que Mapelli, ¿dónde conseguiste al chico?

Ariel intentó no inmutarse al notar que finalmente hablaban de él. Era normal que lo hicieran, pero odiaba que lo hicieran sentir como si fuera una cosa— En un lugar mucho mejor de dónde consigues a tus chicas, eso es seguro.

Miró de reojo a la mujer que acompañaba al que había hecho el comentario quién lucía furiosa, pero intentaba mantener su buen porte, pero era obvio que se sentía dolida por la observación. Ariel se preguntaba por qué se ofendía más por esa apostilla antes que sentirse ofendida al ser tratada como un objeto.

—Un show bastante interesante el que vimos, firedoll.

Ariel miró a Mapelli antes de atreverse a responder algo— Muchas gracias, es muy amable— Comentó intentando sonar lo más educado posible. Sabía que no era lo normal que los “trofeos” hablaran, pero al parecer esa gente le encontraba bastante fascinante.

—Sí. A todos nos pareció algo muy novedoso. La mayoría de acompañantes se limitan a ser apuestos y sonreír.

—Algunos tenemos cerebros— Soltó con impulsividad.

Lyosha fue el primero en reír ante su comentario, aquello ayudó a que la tensión de su comentario se disipara. Mapelli pareció no estar molesto ante esa observación— Tiene carácter el chico— Puntualizó otro de los presentes en la mesa—. No debe ser fácil tenerlo a raya ¿Eh Mapelli?

—Es parte del encanto de firedoll— Comentó mientras le tomaba del mentón y Ariel intentó no lucir tenso cuando éste se aproximó a él. ¿Iba a besarlo? ¿Allí? Intentó no mirar a Alessandro—. Es más divertido ver como sede poco a poco ante mí— Justo cuando sus labios iban a rozarse se separó de él. De no haber estado frente a toda esa gente, hubiera suspirado aliviado.

En ese momento Will se acercó para servir un poco más de champagne. Hayley se puso al lado de Alessandro y le sonrió de una manera que le hizo hervir la sangre— No dude en avisarme si necesita algo más, lo que sea— Comentó la chica antes de alejarse de allí moviendo sus caderas de una manera muy insinuante.

Ariel hubiera quebrado su copa de la rabia de no haber sido por un disimulado codazo de Will indicándole que se tranquilizara.

—Veo que Morello ya encontró ligue para esta noche…

El halcón sonrió de lado— Eso creo— Comentó con indiferencia.

—Ohh, vamos la chica se te ofreció en bandeja de plata.

—Eso hace aburrido las cosas— Comentó con tranquilidad—. Me gustan los retos. Si se prestan demasiado fácil entonces no vale la pena— Dijo mientras se llevaba la copa a los labios y miró apenas unos segundos a Ariel antes de agregar: —. El que no sedan tan fácil a la primera vez hace más estimulante el sexo, es como una lucha ganada.

Todos asintieron al comentario— Sabes mucho de luchas ganadas ¿eh?

—Por supuesto— Aseguró mientras recorría con la mirada a todos los presentes. Reconoció al lado de Ariel a Gaspard con quién ya había tenido una pequeña plática la vez que fue a hablar de la misión de Silver Beach.

—En una ocasión le comenté a Mapelli que tenía suerte de tener a Morello de su lado— Comentó mientras miraba el plato de entrada que le servían en esos momentos—. Creo que todos coincidimos que si Mapelli está dónde está no es por la cantidad de hombres a su servicio sino por la calidad. Morello es irremplazable.

—Todos  los subordinados son reemplazables— Comentó Alessandro adelantándose a Mapelli.

— ¡Patrañas! ¿Quién se atrevería a decir semejante idiotez hablando de ti?

Alessandro sonrió de lado— Sí, quién se atrevería…

Gaspard rió— Ya Mapelli quita esa cara. No creo que nadie más aparte de mi persona se atrevería a ofrecerle a Morello que trabajara para alguno de nosotros frente a ti— Se dirigió a Morello: — ¿En verdad eres feliz trabajando para Mapelli?

En la mesa se hizo un gran silencio a pesar que aún sonaba una música más tranquila en el lugar. Todos aguardaban la respuesta de Alessandro— Se ven cosas interesantes en este medio— Dijo justo en el momento en que Hayley rozaba con él “accidentalmente” y le dedicaba una sonrisa para luego irse.

—Ya vemos que tipo de cosas—Señaló uno.

—Anda, Morello, aprovecha quejarte de tu jefe. ¿No te paga lo suficiente? Sabes que puedo ofrecerte el doble si trabajas para mí— Comentó Gaspard echándole más leña al fuego.

— ¿Y dejar a mis compañeros? —Preguntó Morello.

— ¡Oh claro! Tus compañeros. Un esplendido trabajo lo de Silver Beach, caballeros. Una verdadera obra de arte— Comentó mientras alzaba la copa en dirección de Lupo y Lyosha— Pues si tanto los extrañarías puedes llevártelos contigo no tengo problemas de tener hombres eficientes a mi servicio. Mientras más problemas le causemos al viejo de Mapelli mejor.

—Una propuesta interesante...

—No la deseches, Morello. No la deseches. Mira que doy mejores prestaciones y doy buenos bonos.

Mapelli sonrió de lado al escuchar eso— ¿Mejores que una moto nueva? — Incluso Morello le miró extrañado ante ese comentario— Como siempre, Gaspard termina haciendo que revele mis planes mucho antes de lo que tenía calculado, pero creo que debo de hacer mí movida justo antes del plato fuerte sino me quedaré sin subordinados.

El jefe de los halcones se puso de pie y la música cesó en ese momento— Como ya todos saben esta fiesta es ya una especie de tradición en nuestra humilde organización. Este año debido a los acontecimientos que todos ya saben, pues decidimos que sería para uno de los halcones en especial— Ariel no comprendía qué estaba haciendo Mapelli. Se suponía que ambos se odiaban—. Esa persona está aquí a mi lado ahora, Morello, el más leal y de los más valiosos hombres de esta organización— El pelirrojo se sintió mejor al notar que tampoco Lyosha sabía bien a dónde iba a terminar todo— Esta fiesta no es lo único que he organizado para el invitado de honor. Firedoll, aquí presente también ha organizado un espectáculo en distinción de Morello, el cual veremos pronto— Comentó señalando a Ariel quién intentó no sentirse más nervioso—. Y finalmente un reconocimiento, porque Mapelli es generoso con aquellos quienes tienen su favor y son leales— Así sin más hizo que Alessandro se pusiera de pie—. Creo que encontraras a tu gusto tu nuevo transporte— Comentó mientras le entregaba unas llaves.

Alessandro las miró sin mostrar la confusión que estaba sintiendo en su interior, pero el llavero de la Harley Davidson que colgaba sobre su mano le dejaba claro que no era una broma. Mapelli alzó su copa — Por Morello— Todos la alzaron y brindaron en su nombre.

Alessandro sólo entonces comprendió todo. Aquella no era una fiesta para eliminarlo. Era una fiesta para dejarle claro ante toda la competencia de Mapelli que él “lo controlaba” y dejar claro que su relación era “buena”.

Mapelli no era tonto. Sabía que nadie se atrevería a hacer algo demasiado temerario sabiendo que tenía su lealtad con el jefe de los halcones. Esta fiesta no era para eliminarlo a él, al considerarlo como enemigo; era una fiesta para eliminar toda esperanza de derrocarle de parte de sus enemigos.

— ¡Éste Mapelli no nos da siquiera una oportunidad de querer conspirar contra él! — Comentó Gaspard medio en broma, medio enserio.

Alessandro entonces estuvo seguro de una cosa: Mapelli no planeaba eliminarlo. Al menos no aún…

El resto de la cena transcurrió con tranquilidad, pero apenas la música pop volvió a sonar con fuerza, más de alguno de los socios querían ver la nueva motocicleta de Morello. Alessandro aún con sus reservas fue hasta el frente de la discoteca donde le aguardaba su nueva y flamante motocicleta.

Una Harley Davidson Softail Slim— Fui por ella esta tarde y no había nada raro en ella así que puedes subirte sin temor a explotar— Le susurró Lupo con discreción.

— ¿Sabías de esto?

—No pensé que sería para ti.

Alessandro se tomó unos minutos para maravillarse con esa preciosura de motocicleta color negro. Pasó una mano con cuidado por el timón. La idea que fuera un regalo de Mapelli le producía repulsión, pero por otro lado el saber que tuvo que hacer eso en contra de su voluntad sólo para cuidarse las espaldas, le permitía disfrutarla más de lo que debería permitirse.

Subió y su mirada se encontró con la de Ariel entre la pequeña multitud congregada— ¿No te falta una acompañante? — La voz de Hayley resonó entre la multitud. Notó la mirada de Ariel llena de odio hacia la chica. En esos momentos hubiera dado lo que fuera por haber podido tener a su ricura detrás de él y no a la chica que subía por una seña suya sólo para cuidar las apariencias frente a su jefe.

Cuando aceleró y la gente río encantada, Ariel sintió la rabia apoderarse de él. Miró la hora y Mapelli lo notó— Ya casi es hora que vayas a prepararte— Tuvo que hacer aplomo de toda su voluntad cuando vio a Alessandro volver a frenar frente a él y ayudándolo  a bajar a Hayley. Una vez entraron, Mapelli indicó que fuera a cambiarse.

Ariel caminó hasta los vestidores, apenas entró empezó a tirar todo furioso aprovechando que estaba a solas, pero al poco tiempo entró Will— ¡Hey! ¡Hey! Tranquilo, fiera.

— ¡Voy a matarla! — Chilló furioso. Antes que Will pudiera intentar tranquilizarlo la chica entró en el vestuario— ¡Tú! —Bramó furioso— ¡No quiero volverte a ver cerca de Morello!

La chica pasó de la sorpresa a una sonrisa de lado— ¿Celoso?

—No voy a volvértelo a repetir. Él es mío…

Hayley río— ¿Tuyo? ¿Estás de broma?

—No, no lo estoy. Ni creas que vas a venir a quitarme lo que es mío por derecho.

— ¿Y tú si puedes quedarte con lo que a mí me pertenece? — Preguntó la chica— Además no veo tu nombre escrito en Morello, de hecho tú ni siquiera deberías estar viendo a nadie. Tú eres propiedad del jefe.

—Nunca…

— ¿Seguro? Porque según lo que comentan por allí eres la putita de él.

Ariel le miró furioso— Tú no sabes nada…

— ¿A no? ¿No saliste con dinero de su despacho? La gente aquí no se modera la lengua y si vas a acostarte con el jefe por dinero al menos deberías buscar otro lugar para hacerlo.

—Claro, por eso tú te vas a hoteles a ver si con eso te sientes mejor— Comentó venenosamente—. Tú no sabes nada de mí, Hayley. En vez de estarle prestando atención a la vida de otros deberías intentar superarte, en vez de ir por allí dándote aires de superioridad cuando lo único que quieres es que todos te tengan el mínimo de compasión por la vida que sólo tú arruinaste.

Los ojos de la chica chispearon de rabia, antes que pudiera ponerle una mano encima Will ya los había separado— Tú, ve a trabajar— Dijo el chico con seriedad—. Y tú ve a cambiarte.

Ariel entró a uno de los des vestidores al igual que Will. Hayley miró furiosa a dónde había estado Ariel. Esta sí no se la iba a dejar pasar. Abrió el casillero de firedoll y notó su botella con agua. La chica sonrió de lado antes de apresurarse a tomarla e ir a remover el ladrillo suelto de la pared.

***

Faltaban diez minutos para las doce. Todo el vestuario era un caos. Muchos habían perdido parte de su atuendo, pocos eran los que estaban listos. Ariel se empezó a sentir nervioso— Tranquilo firedoll. Con esta canción vas a hacer que todos terminen corriéndose en sus pantalones.

— ¿Tú crees?

—Por supuesto. Incluso me dan ganas de hacerlo con sólo ver como vas vestido— Comentó Will con una sonrisa picarona.

Aquellos pantalones negros con tirantes dejaban ver el perfecto culo de Ariel en todo su esplendor y gloria, también llevaba una camiseta blanca sin mangas, más los guantes sin dedos de color negro eran la perfecta combinación del conjunto del pelirrojo.

El resto llevaban camisas manga larga  color blanco con chalecos, corbata y pantalones negros dejando resaltar de una manera más sutil al pelirrojo. Will dio un sorbo a su botella con agua y Ariel uno más grande a la suya. Casi se tomó la mitad de la botella— Tranquilo, campeón, deja un poco para después del espectáculo.

Ariel río un poco nervioso. Estaba tan preocupado porque todo saliera bien que no notó el sabor diferente del agua.

***

Alessandro tomó asiento justo enfrente del escenario una vez más. La mesa había sido completamente despejada de platos y nuevamente sólo quedaban intercalados los pequeños arreglos florales. Esta vez Lyosha estaba a su lado lo que hacía un poco más llevadera la velada— ¿Sabes qué va a bailar Ariel?

—No…

—Bueno, creo que nada puede ser peor que S&M — Le dijo a manera de ánimo el español con una pequeña sonrisa. Alessandro no estaba tan seguro de que tan cierto fuera esa afirmación. Mapelli se sentó justo al lado que quedaba libre junto a él.

Cuando el reloj marcó las doce el local volvió a quedar a oscuras, todos empezaron a silbar animados.

La música con un ritmo bastante incitante a bailar comenzó. El suelo estaba cubierto de una especie de capa de polvo blanco. “Me against de music” De Britney Spears estaba en los parlantes.  Ariel salió sentado en una silla de metal con sus piernas abiertas a los lados con una sonrisa seductora. Los bailarines a su lado acariciaban el cuerpo de su pareja más próxima.

Will se acercó a tenderle la mano la cual Ariel tomó con completa seguridad mientras junto con su compañero avanzaban al centro del escenario. Cuando terminó la introducción y empezó la canción en verdad Will pasó sus manos acariciando los costados mientras Ariel se movía primero a la izquierda y el chico al lado contrario. Haciendo una pequeña pausa en la cual Ariel acariciaba el rostro de Will a sus espaldas o el chico afianzaba el agarre de la cintura del otro.

La química mientras bailaban era innegable y si no hubiera sido porque hacía unas horas atrás  había ayudado a Alessandro que estuviera con Ariel, éste estaría pensando seriamente mantenerlo lejos del pelirrojo.

Ariel empezó a sentirse extraño justo en el momento en que Will deslizaba su mano por su cuerpo de esa manera, sentía su corazón latirle con rapidez. Apenas tuvo tiempo para pensar, ya que al segundo treinta y seis empezaron con la serie de pasos rápidos haciendo que el efecto de la capa blanca que había en esos momentos se levantara con cada uno de sus pasos.

El efecto duró hasta el primer coro en el cual el piso brilló con diferentes colores acordes con las escaleras. Se dividieron en dos grupos formando dos pequeños triángulos haciendo una pequeña competencia de baile. Durante todo ese momento el micrófono de Ariel estaba apagado. No lo ocupaba para esa canción. No en esos momentos.

Cuando terminó el primer coro Ariel y Will giraron de manera que quedaron a espaldas y extendieron sus brazos hacia atrás para atraerse uno al otro y quedar e con sus espaldas rozándose. Para esos momentos Ariel sabía que algo no iba bien con él. Se estaba excitando con el simple roce de la mano de Will, pero al mismo tiempo se sentía extraño, eufórico. Giraron gusto para quedar pecho con pecho— Will, me siento extraño— Susurró un poco aterrado, pero esa sensación empezó a desaparecer.

Sus sentidos se agudizaron, se sentía a tope. Sus caderas con las de Will chocaron rozando sus cuerpos sudorosos. Justo antes que el coro comenzara otra vez y se separaran por sólo por unos segundos.

Al llegar a los dos minutos trece, Ariel estaba en la punta del triángulo formado por el resto de los bailarines y  abrió sus piernas, Will se deslizó debajo de él quedando en el suelo de rodillas frente  Ariel mientras hacía un movimiento circular  con sus caderas que Ariel repitió de pie. Will hizo una flexión antes de ponerse de pie en el mismo movimiento de la segunda flexión con suma facilidad. Se puso al lado de Ariel justo para tomarlo de los tirantes y atraerlo a hacia él— ¿Seguro? — Fue lo único que logró leer y Ariel asintió con una sonrisa. Aquella era su noche.

Tomó a Ariel la muñeca e hizo un giro haciendo que quedara justo enfrente de él con su otra mano sacó una cadena plateada que había tenido guardada en su bolsillo desde el inicio y la puso contra el cuello de Ariel justo en el  minuto dos veintinueve; momento en el que la música hizo una especie de explosión indicándole el cambio completamente abrupto de música.

El escenario quedó a oscuras con excepción bajo el foco que ambos estaban. Del suelo empezó a surgir humo justo en el momento en que empezaba “I’m Slave 4 you” Ariel tomó la cadena con seguridad mientras empezaba a mover sus caderas rozándose contra Will.  Se giró justo en el momento en que empezó a cantar, desde ese momento en verdad era firedoll.

Will se alejó antes dejando a Ariel  en el centro, pero no comprendió qué pasó justo en el momento se alejó y en lugar de quedarse en el escenario bajó de él un pequeño salto y caminó directo a la mesa de invitados VIP. Cuando llegó a ella era  el segundo veinte.

Will tragó hondo al notar cómo Ariel se subía con toda seguridad en la mesa justo en el momento en que la música no siguió con el orden normal de la canción sino que pasó directamente al coro.

Ariel no sabía qué demonios le había llevado a hacer aquello, pero cuando menos lo esperó estaba en la mesa, miró a directo a Alessandro con una sonrisa mientras se quitaba la cadena que tenía alrededor del cuello y la pasaba alrededor del cuello de éste y lo atrajo a él mientras se inclinaba un poco hacia él —I’m slave for you— Le cantó sensualmente mientras acariciaba los cabellos de éste dejándole completamente anonadado.

Ariel se giró hacia Mapelli y sonrió soltando la cadena que quedó colgando del cuello de Alessandro. Miró a Mapelli que estaba inclinado sobre la mesa, pero Ariel puso su pierna justo en el hombro de éste  haciéndolo que reposara toda su espalda en el respaldo de la silla y le sonrió de lado antes de moverse sólo como él sabía.

Justo en esos momentos no le importó la manera en que lo miraba aquel hombre, lo tomó con fuerza de la corbata haciendo que sus labios rozaran y sonrió divertido al notar como intentó besarlo y se alejó justo a tiempo. Caminó por encima de la mesa haciendo que todas las miradas no pudieran apartarse de él.

Sonrió al ver a Lupo en ella y se puso de cuclillas quedando con sus rostros demasiado cerca y sólo le dio un pellizco en la mejilla antes de terminar su recorrido en el cual sonrió a Lyosha guiñándole un ojo.

Al minuto treinta y nueve estaba de vuelta en el escenario y la música volvió a cambiar a Me Againts de Music en la que la canción iba en el minuto dos treinta y nueve; el micrófono del pelirrojo fue apagado nuevamente justo en el momento en que  Will pasó sus manos  por el cuerpo de Ariel  haciéndole girar por completo para quedar juntos antes de separarse con las manos unidas y en un rápido movimiento hizo que Ariel pasara bajo sus piernas y del mismo impulso se pusiera de pie para hacer el último coro. Todos se fueron uniendo en un rectángulo en el que al final todos terminaron con estilo libre para luego terminar con una pose. En donde Ariel estaba al frente de todos.

Los aplausos no se hicieron de esperar, esta vez más eufóricos que la primera vez. La plataforma empezó a bajar y justo cuando quedó fuera la vista de todos, los mismos bailarines empezaron a aplaudir.

Will tomó a Ariel de la cintura y lo alzó dando vueltas— Tú quieres que me muera de un infarto por esas tus actuaciones— Dijo divertido apenas lo puso en el suelo no se esperó que Ariel le besara con deseo. El chico tardó unos segundos en reaccionar antes de separarlo de él— ¿Qué demonios? — Ariel no parecía él, estaba agitado, ansioso, incluso asustado por lo que acababa de hacer—. Ok, no diré que no acabo tuve un orgasmo con ese beso, pero ¿qué demonios?

Ariel le miró aterrado, aquello había sido un impulso de la nada uno que ni siquiera se le había pasado jamás por la mente—N-no, no sé…

Will lo condujo con rapidez hasta los vestuarios ignorando las miradas de todos. Ariel estaba sudando demasiado incluso para haber bailado de esa manera— ¿Qué sientes?

—No sé, no sé hace frío— Dijo empezando a sentirse nervioso—. Tengo sed…

Will se apresuró a buscar la botella con agua del pelirrojo quién bebió con avidez— ¿Mejor?

Ariel se tardó unos minutos en responder que no— Will, tengo miedo. Busca a Lyosha, te lo suplico…

Will asintió antes de salir corriendo de allí— ¡Déjenlo respirar! — Pero apenas había logrado salir del lugar cuando notó a español caminando hacia él.

— ¡¿Qué demonios le diste a Ariel?! — Bramó furioso tomándole de la camisa.

— ¡Oye, cálmate! ¿De qué hablas?

Lyosha lo llevó de vuelta a la parte trasera del lugar— Ariel sólo actúa de esa manera cuando ha consumido drogas…

—Ariel no lo hace— Dijo sorprendido.

Lyosha notó como en verdad el chico no sabía de qué hablaba— Entonces alguien lo ha drogado— Dijo preocupado mientras soltaba a Will y entraba a buscar a Ariel.

El español deseó nunca tenerlo que ver en esa situación de nuevo— Ariel— Dijo preocupado acercándose a él.

—Lyosha ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? — Decía aterrado.

— ¿Has vuelto a tomar drogas?

Ariel negó con brusquedad— N-no…no…

Todos los bailarines no se habían ido de allí. La puerta se abrió con brusquedad nuevamente y entró Will sosteniendo con fuerza del brazo a Hayley y la obligó a entrar al lugar— Ahora mismo le dices a Lyosha lo que le echaste al agua de Ariel.

El pelirrojo miró sorprendido a la chica quién por primera vez lucía aterrada del comportamiento de Will y ante la amenaza de Lyosha— N-no sé había un poco de todo, éxtasis, coca,  no lo sé con precisión sólo tomé un poco de todo a ver si algo hacía efecto…

Lyosha le pasó el saco al pelirrojo— Vamos te voy a llevar a urgencias— Era claro que Ariel estaba experimentando una sobredosis y eso podía ser letal.

Iba a cruzar el lugar cuando Mapelli apareció— ¿Qué está pasando aquí?

Lyosha no tenía tiempo para estar fingiendo nada— ¿Por qué no le preguntas a tu empleada que le gusta ponerle drogas a las bebidas de otros? — Dijo mientras le indicaba a Ariel que siguieran— Lo voy a llevar a urgencias.

Mapelli apenas y se fijó en Ariel antes de asentir. Salieron por la puerta trasera del lugar y no se esperó encontrarse a Lupo allí— Morello manda a preguntar qué demonios le pasa a éste. Quería venir, pero lo amenacé con matarlo si se atrevía a hacer algo tan estúpido.

—Llevaré a Ariel a urgencias que me llame a mi celular y que no se le ocurra irse hasta que termine la fiesta, Mapelli podría sospechar. Yo cuidaré de él.

Ariel apenas era consciente de lo que pasaba a su alrededor su pecho dolía a horrores. Cerró sus ojos deseando que esa horrible sensación terminara en ese instante.

***

El reloj marcaba las siete cuando Will terminó de limpiar y de recoger todas las mesas del local. Había logrado hablar con Ariel una hora antes, Alessandro se había visto obligado a irse hasta las cuatro de la mañana acompañado del tipo amargado. El jefe aún estaba en el lugar.

Will no había querido volver a hablar con Hayley después de lo que había hecho. No comprendía por qué era de esa manera. Suspiró agotado. Mientras recogía su mochila y finalmente con la intención de ir directo a la cama. Quería ir a ver a Ariel, pero el cansancio podía más en esos momentos.

Pasó justo al lado del despacho cuando: — No sé quién te crees, pero te estás pasando de lista. Sabes bien que elimino a quienes atentan contra mis intereses.

—Pues tu precioso firedoll está atentando contra los míos.

—No me provoques. No vaya a hacer que me den ganas de eliminarte a ti también.

Will se tensó al escuchar aquello. Hayley— No lo harás porque si no, no tendrás a nadie que siga pasándote información de firedoll. Will jamás accederá a ayudarte, está obsesionado con Ariel. Si no fuera por mí, jamás te hubieras enterado lo de Morello y Ariel.

—Te recuerdo que eso ya lo sabía…

—Es verdad— Concedió la chica— Pero no sabías nada que Ethan y Ariel estuvieron juntos o que Morello y Ariel habían terminado e incluso parecías interesado ante la noticia que Ethan había terminado con su novio el ricachón. Will es demasiado bueno para vender a sus amigos, pero es demasiado ingenuo al creer que todos son buenos y sacarle la información de su boca  sin que se diera cuenta fue pan comido.

—Él no tiene las mismas motivaciones que tú ¿eh?

—Exactamente. Y creo que empiezo a entender tu plan. Planeas asesinar a Morello ¿verdad?

—Si así fuera por qué debería contártelo a ti…

Will retrocedió asustado justo en el momento en chocó contra la pared haciendo que el  adorno de metal que colgaba de ésta, con la enorme figura de un halcón cayera estrepitosamente. Escuchó ambas sillas moverse y su expresión fue de total pánico. Salió corriendo hacia la parte de atrás  del local, chocando con la pared del estrecho callejón.

Salió corriendo la calle principal y se metió a una secundaria. Corrió con todas sus fuerzas, lejos del lugar sintiendo que el corazón no le daba para más, cuando creyó que nadie lo seguía se apresuró a tomar un atajo hasta el metro por una pequeña calle entre dos edificios, no podía regresar a su apartamento.

Marcó el número de Ariel mientras veía hacia atrás constantemente— ¿Aló? Will ya te dije que estoy mejor. La dosis no fue tan grande como habíamos creído.

—A-Ariel…Ariel te juro que yo no lo sabía— Sus ojos  estaban llenos de lágrimas de frustración por haber sido tan imbécil. Cómo no se había dado cuenta que Hayley sólo lo utilizaba —. Te juro que jamás quise hacerte te daño, yo no lo sabía...Yo no sabía que le pasaba información tuya… Ariel estás en peligro, Alessandro está en peligro…

— ¿Will? ¿Qué pasa?

—Ariel, perdóname, te lo suplico…

Esas fueron las últimas palabras que Will pronunció, sólo sintió un dolor agudo justo antes que todo se volviera negro. No alcanzó a percibir el sonido de la bala saliendo del arma o el de ésta perforando su carne. Tampoco sintió dolor cuando se desplomó en el suelo, ni escuchó los gritos de Ariel al otro lado del teléfono.

En el callejón sólo resonaron los pasos que se dirigieron hasta el cuerpo sin vida de Will. Una mano enguantada tomó el móvil y colgó— Te dije que ibas a arrepentirte del momento en que elegiste a Ariel y no a mí, Will…

Notas finales:

¡Uff! Quedó larguísimo ¿No? Espero que hayan podido llegar hasta acá. 

Ahora todos dirán ¿qué mosca le picó a Julie para hacerlo tan largo? Ps...digamos que lo hice tan largo porque no podré actualizar hasta noviembre...

...No, no es broma. :| Lamentablemente la U ha atentado contra todo mi tiempo libre, de hecho me esperan 3 semanas intensísimas. La cuarta aún no estoy del todo segura, pero el punto es que aún no puedo decir con certeza si será el primero o el segundo lunes de noviembre que podré actualizar. Pondré la fecha en twitter y en el grupo facebook cuando tenga la mínima idea y el mínimo de tiempo libre.

Bueno...ahora ya lo saben...

Ahora todos amablemente dirijanse a el cuadrito de review para dejarme sus impresiones de éste capítulo que me tenía nerviosa de escribir :) Apreciaría mucho su opinión, además los reviews son un buen método de desestrés jajaja

 Un beso a todos! Volveré lo prometo! A no ser que muera a manos de la extorsión como delito de parte especial o alguna figura maquiavélica de procesal, pero intentaré que no me venzan! 


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