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Amores Ocultos por Kanna_Chan

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Por otra parte, en aquel edificio en medio de la ciudad; un rubio había estado varias noches llorando lleno de tristeza y soledad mientras un pelirrojo estaba sentado en el sillón de su sala mirándolo  con algo de pena e intentando pensar una manera para que aquel amigo al que él consideraba casi un hermano no estuviese sufriendo tanto.

 

-       Por favor, Naru. Deja de llorar así, que solo me preocupas –

-       ¿Cómo quieres que no llore, Gaara? ¡Sasuke no ha venido desde hace tres meses! –

-       Lo sé, y me sorprende bastante. ¿Acaso no venia casi todos los días? ¿Qué crees que le habrá pasado? –

-       No lo sé, Gaa; pero créeme cuando te digo que creo que no lo podre ver en mucho tiempo. Siento como si estuviera intentado decirme adiós… ¡No quiero esto, Gaara! ¡Lo odio! Odio sentirme tan solo sin él, ¿acaso puedo ser tan débil? Sé que es mi culpa que él pelee con Sakura y que su hijo lo odie si se entera, entonces ¿por qué me enfrasco con que nos sigamos viendo cuando se que le puedo arruinar de esa forma su vida? –

-       No es tu culpa, Naruto. Es solo que lo amas tanto que no puedes estar sin él. Es normal. – el mayor se le acerco y le acaricio con dulzura la cara – Yo también tengo a alguien a quien amo y por esa persona haría todo, al igual que por ti. – le dio un beso en la frente – te quiero Naru –

-       Yo también te quiero Gaa – sonrió y lo abrazo con fuerza, llorando en su pecho –

 

EL pelirrojo era un gran amigo del rubio y lo quería bastante, así que no podía soportar que sufriera tanto por aquel azabache al cual le había cogido también algo de cariño por el tiempo que había estado con su amigo; al principio no puede negar que le tenía fastidio por que no veía a nadie lo suficientemente bueno para su lindo hermanito pero por cariño al ojiazul había aceptado su relación y hasta se sorprendió por el tiempo que tenían juntos a pesar de que le molestaba que el Uchiha estuviese casado y que no pudieran vivir como una pareja normal.

 

Después de estar algunas horas en el departamento del Uzumaki, el ojiverde subió a su auto y comenzó  a conducir hacia la gran casa  donde sabía que vivía el causante de las lágrimas del blondo y su familia. El no quería causar problemas entre los dos, lo que él buscaba era la razón de porque el azabache dejo de ir a la casa de su pareja y porque ni siquiera dejo un aviso o algo.

 

-       Solo espero que no te hayas olvidado de él, Sasuke. Si no me dices una buena razón, créeme que hare lo que sea para que el deje de sufrir sin importarme lo que tenga que hacer. –

 

Mientras el pelirrojo estaba conduciendo a la casa de los Uchihas, su teléfono comenzó a vibrar; al ver el número solo respondió mientras miraba la pista  determinado a llegar lo más pronto posible a su destino.

 

-       ¿Gaa-chan? ¿Qué paso? Acabo de llamar  a Naru y me dice que ya saliste de su casa pero no me llamaste ¿ocurre algo? –

-       Voy a ver a Sasuke. Naru está llorando por él. –

-       ¿Naru está llorando? ¡Yo también voy! ¡¿Quién se cree ese para hacer llorar a mi Naru-chan?! –

-       Sai, por favor. No quiero que armes escándalo… ¿Aló?... ¡Mierda! – cerró su teléfono al notar que el otro había colgado y acelero esperando llegar antes que empezaran los problemas –

 

Satoru miraba preocupado a través de la ventana hacia su hermoso jardín el cual en ese momento brillaba ligeramente por la lluvia que caía suave pero persistente; su padre estaba sentado en uno de los sillones de la sala cambiando de canales sin ver nada realmente y haciendo como si escuchara aquella aburrida conversación que le comentaba la peli rosa acerca de sus amigas y algo que habían escuchado acerca de otra señora.

 

Las tres personas que habían estado en esa habitación voltearon algo sorprendidos cuando escucharon la puerta de la entrada sonar, ellos sabían que era muy extraño recibir visitas a esas horas de la noche pero en ese momento el mayor estaba algo agradecido por quien sea que arruinara ese incomodo y de alguna manera desesperante escenario que había reinado por muchas horas y hasta días en su, de alguna manera, hogar.

 

Cuando Sasuke abrió la puerta se quedo mirando sin saber que decir a la persona que se encontraba al otro lado de la puerta, él casi inmediatamente había notado esa mirada furiosa y decidida que tenia la otra persona y supo que lo mejor era hablarle de manera tranquila para que no iniciaran una pelea que asustara a su hijo.

 

-       ¿Se te ofrece algo, Gaara? –

-       Explicaciones, Sasuke. Y si no las tengo créeme que te romperé algo más que solo los huesos. –

-       Tan agresivo como siempre, ¿no? Supongo que quieres saber por qué deje de ver a Naruto y si no te digo algo que te guste vas a cumplir lo dicho. –

-       Me dices agresivo, pero lo que da más miedo es tu capacidad analítica –

-       Pasa, que te debes estar congelando – el azabache se hizo a un lado dejando que el pelirrojo ingresase a la casa, saludando cordialmente a las personas de su interior y por señal de la ojiverde, sentándose en uno de los sillones del lugar –

-       Sakura, ¿nos podrías dejar solos? –

-       Entendido. Hasta luego, Sr Sabaku –

 

Ya estando los dos adultos en la sala más el menor que estaba viendo a los dos mayores en el sillón, el padre de este le pide retirarse a lo que el menor insiste en quedarse ya que saben que van a hablar del rubio y si eso tiene que ver con su padre y ese señor, también tiene que ver con él. El pelirrojo extrañado por aquella situación solo prefiere ignorarla y decirle a lo que había venido al mayor de los azabaches.

 

-       ¿Por qué no has ido a verlo? ¿Sabes cuánto dolor le causas al ignorarlo de esa manera? ¿Sabes cuantos te odiaremos si le causas algún daño? Tú sabes perfectamente que él no cree que tenga muchos amigos pero él tiene la habilidad de ganarse a la gente con ese corazón y perseverancia suya –

-       Lo sé, y lo sé muy bien. ¿Cómo crees que me consiguió cuando nadie más lo había hecho? –

-       Sí, todo el mundo pensaba que tenías un corazón hecho de piedra. –

-       ¿de piedra? ¿mi papá? ¿Por qué decían eso? – interrumpió el niño acercándose y mirando fijamente al otro mayor –

-       ¿Satoru, no? Naruto me hablo de ti. – observo como el niño fruncía el entrecejo al oír el nombre del rubio así que solo respondió a su pregunta. – a tu padre se le llamaba así por que no se conmovía por nadie, no le importaba nada ni  nadie y nunca demostraba sentir algo por alguien, bueno… solo con una excepción. –

-       El Sr. Uzumaki –

-       Correcto. El fue la única persona que logro que tu padre le hablara y hasta se podían considerar amigos cuando tu padre había evitado a todo el colegio desde que ingreso. En verdad, era algo sorprendente para todos; y por eso la mayoría de chicas que pensaron que tu padre era alguien imposible, empezaron a odiar a Naruto; muy al pesar de que él era tan bueno y amable con ellas a pesar de todo. –

-       Si, en verdad eran muy crueles con él; pero a Naruto nunca le importo. Siempre seguía con su sonrisa a pesar de que todo el mundo le tratara mal. –

-       ¿pero por qué? Si todos le trataban mal ¿no sería lo más lógico tratarles de la misma manera? –

-       Supongo, pero él prefería tratar bien a las personas; así fue como me pude hacer amigo de él y ahora es lo que más aprecio. No sé qué haría si no hubiera aparecido Naruto en mi vida; en verdad lo aprecio mucho. –

-       ¿usted ama al señor Naruto, no? –

-       Pues sí. Lo amo bastante. –

-       Hasta te le confesaste en la secundaria, ¿no, Gaara? –

-       No seas presumido porque te escogió a ti, Sasuke –

-       Aunque al principio escogió a Sakura. –

-       Y luego a Neji para que después tú se lo robaras –

-       ¿Neji aun me odia? –

-       No. El ya está casado y con hijos –

 

El menor no entendía mucho de esa conversación. Solo podía observar como los mayores reían y comenzaban a hablar sobre el pasado, pero en sí, un pasado que parecía estar muy involucrado con aquel joven rubio que él deseaba detestar con todas sus fuerzas. Miro al pelirrojo y decidió preguntarle algo con la esperanza que eso iniciara una pelea entre los dos mayores y de esa manera alejar mas al rubio de su padre.

 

-       Señor Sabaku no. ¿Usted no dijo que ama al señor Naruto? ¿entonces por qué quiere saber la razón de que mi padre no lo visite? ¿no debería aprovechar la situación para quedarse con él? –

-       Se nota que es tu hijo, Sasuke. Tan calculador como tú, aunque no se comparan con las habilidades de Shikamaru de poder trazar planes para conseguir sus objetivos. – miro al niño y le sonrió – pues es porque a pesar que lo amo, para mí lo primero es su felicidad y sé que solo la tendrá con tu padre ya que lo ama. Y la otra razón, es porque a pesar que lo ame, ya no es como antes. Ahora solo lo amo como puedo amar a mi familia. Ya no es lo mismo. –

-       Por eso pudimos entablar una buena amistad –

-       Y aunque tengas razón en que te considero un amigo, sabes que si lastimas a Naru; botare todos estos años de amistad y te destruiré. –

-       Lo entiendo, Gaara. Yo haría lo mismo en tu posición. –+

-       Ahora al asunto. Explícame tus razones, sabes que yo tengo más paciencia que los demás. –

 

El Uchiha miró con fijación el suelo en un intento vano de poder encontrar las palabras que necesitaba, pero sabía que aunque encontrara las palabras adecuadas esas no serian lo suficientemente convincentes para que Gaara no lo odiara por haberle hecho eso al rubio. Sasuke también sabía que en estos momentos el pelirrojo se contenía con bastante esfuerzo de darle una golpiza por lo que de seguro estaba sufriendo el rubio. El azabache apretó con fuerza sus puños, que se encontraban sobre sus rodillas, en una manera de sacar aquel rostro lagrimoso del rubio de su mente; él hace varios años le había prometido al Uzumaki nunca dejarlo solo, nunca más, pero ahora estaba rompiendo aquella promesa; esa promesa que juro mantendría con él hasta que murieran. En la mente del Uchiha se proyectaba aquel recuerdo de sus años de universidad.

 

Sasuke recordaba aquella calurosa mañana que Naruto se le había acercado corriendo para lanzarse a sus brazos y darle un profundo y apasionado beso que tumbo a ambos jóvenes en el verde césped, provocando que ambos soltaran una risa viva y fresca llena de alegría y felicidad. Sasuke esbozo una ligera sonrisa cuando recordó la sonora y estridente risa del Uzumaki y su ligera y fallida risa que trataba de disimular con leves insultos al sonriente ojiazul que le contestaba sus insultos con una gran sonrisa y unas cuantas carcajadas. Aquel día que había empezado como cualquier otro, era un antecedente a una de sus más grandes equivocaciones; y Sasuke sabía que había sido su culpa, y claro que lo había sido ya que se debió dar cuenta de que algo se avecinaba cuando ese día, al dejar a Naruto en su casa, este le pregunto si el azabache se quería quedar en su casa para estar un rato juntos. ¿Por qué se negó? ¿Por qué lo dejo ahí solo?  El Uchiha solo fue consciente de su error al día siguiente. Cuando Sasuke había ido a la universidad después de lo sucedido, se encontró con él un sonriente  Kiba que venía acompañado del los demás que formaban el grupo de amigos del rubio, el azabache solo se había figado en el castaño ya que fue quien se acerco gritando su nombre a viva voz, el moreno al preguntarlo cual era el motivo de aquel grito se intrigó por la respuesta de este ya que le había preguntado por la noche anterior con el rubio. Cuando es Uchiha le había preguntado la razón de su curiosidad se sorprendió mas por la respuesta que este le dio.

 

¿Es que acaso no era ayer el cumpleaños de Naruto?

 

Cuando Sasuke cayó en cuenta de lo que había pasado, sudo frío. Se había quedado helado mirando al castaño como si en cualquier momento este fuera a reír y decirle que todo había sido una broma, pero aquello no sucedió. Apenas al aceptar la información y entender que se había olvidado del cumpleaños del su pequeño niño; intentó voltearse para ir corriendo a buscarlo y pedirle perdón; mas las manos de varios chicos lo retuvieron y a una velocidad que no pudo identificar fue bruscamente estrellado contra una pared para encontrarse con varias miradas llenas de odio y rencor. Al moreno no le podía importar menos en esos momentos aquellos chicos, él solo quería salir rápido de ahí para poder encontrarse con el rubio y de alguna manera lograr que este le perdonara por lo de ayer. La voz fría y dura del Hyuuga le hizo salir de su intento de escape para verlo a los ojos y fijarse en aquellos iris perlas llenos de ira; sabia que merecía todos esos gritos e insultos pero un Uchiha no se permitía recibir eso reclamos así que contesto a cada una de sus palabras recibiendo un fuerte golpe de parte del Sabaku que también empezaba a despotricar en su contra junto a otros azabaches de nombres Sai y Shikamaru que lo miraban con odio. Después de varias horas Sasuke fue soltado tras recibir algunos golpes y varios insultos; este sabía que no podía negar varias de las cosas que le habían sacado en cara pero que de todas maneras intento defenderse de aquellas palabras; el moreno miró su reloj para darse cuenta que podía alcanzar a Naruto en su última clase pero recordando que después de soltarlo el Nara le comento que quizás el rubio no hubiera ido a la universidad, se encamino lo más rápido que pudo hacia la casa de este notando al  llegar que no había ni un solo sonido en aquel pequeño piso en el cual vivía, ingreso a sabiendas que el ojiazul siempre dejaba su puerta abierta y eso normalmente le enojaría si no fuera por que en ese momento era de gran ayuda; se acerco hasta su habitación llegando a escuchar unos ligeros sollozos que le rompían el corazón. Abrió la puerta y se acerco hasta la cama para poder ver un bulto que temblaba ligeramente, lo abrazo notando el sobresalto y en este y rogó, rogó como un Uchiha nunca se hubiera permitido hacer, rogó por el perdón que tanto deseaba escuchar y que luego de sentir la desesperación del silencio que le provocaba al no escuchar nada de la boca de su querido niño, al fin salieron en un suave murmullo.

 

Sasuke recordaba perfectamente que esa misma noche, después de hacerle entender al cuerpo del otro cuanto lo amaba, le había prometido que nunca más lo dejaría solo y que pasase lo que pasase su corazón lo amaría para siempre.

 

-       Yo… rompí mi promesa ¿no? –

-       Si que lo hiciste… rompiste la promesa que le hiciste y rompiste la promesa que nos hiciste a Sai, Neji, Shikamaru, Kiba, Shino y a mí.

-       En verdad lo siento. En verdad no quise hacerlo. –

-       No me importa si fue o no tú intención, Sasuke. Yo solo quiero saber el porqué y el cuánto va a durar. –

 

El moreno iba a responder la pregunta del otro cuando el menor tomo la palabra y respondió a lo que el mayor iba a decir y lo que tanto el Sabaku quería saber. El Sabaku lo miraba algo inentendido por el repentino comentario del chico, ¿a qué se debía aquellas palabras? El ojiverde le miro algo dudoso y esbozando una minúscula sonrisa le miro y le pregunto el porqué de sus palabras.

 

-       Ya dije; es mi culpa. –

-       Si, pero ¿Por qué es tu culpa? –

-       Yo le forcé. Yo le hice escoger a mi papá entre el rubio y yo. –

-       Pero ¿Por qué hiciste eso, Satoru? –

-       Por qué no quiero que mi papa no s abandone por un simple amante –

-       Satoru, es que no solo estas lastimando a Naruto sino también a tu padre –

-       ¡¿Crees que no lo sé?! –

 

El menor había respondido con un fuerte grito y con los ojos llenos de ira provocando que se humedecieran ligeramente mientras taladraba al pelirrojo con la mirada. En ese mismo momento la puerta fue tocada de manera brusca y repetitiva. Los azabaches notaron la mueca disgustada de su acompañante así que el menor fue rápido hacia la puerta para abrirla antes de que la rompieran; pero cuando estaba a punto de decirle algo al hombre por su manera de tocarla un fuerte y potente grito lleno de furia resonó sobre sus palabras.

 

-       ¡¿Dónde mierda estas, Uchiha?! –

-       Sai, cálmate. –

-       ¡¿Cómo quieres que me calme, Gaara?! ¡Naruto está sufriendo por culpa de este bastardo! –

-       ¡No le digas bastardo a mi padre! –

-       ¡Tú cállate niño! –

-       ¡No le grites a mi hijo, Sai! –

-       ¡Basta ambos! ¡Sai, no le grites al niño! ¡Sasuke, comprende la rabia de Sai! –

 

Los tres azabaches miraron en silencio al pelirrojo que los miraba seriamente y que les dedicaba una mueca de disgusto mientras les apuntaba los sillones ordenándoles que se sentaran para poder conversas acerca de la situación más delicadamente. Cuando ya estuvieron los cuatro sentados, el recién llegado pregunto la razón del porque el niño estaba ahí pero al saber el motivo no pudo más que estar asombrado y algo fastidiado que la razón del porque su mejor amigo estuviera sufriendo fuera por el capricho de un pequeño niño a con su padre.

 

-       Es que en verdad no puedo creerlo ¿Cómo no lo golpeaste antes, Gaara? –

-       Es que a diferencia de ti, Sai. Yo puedo mantener la compostura. –

 

Sasuke había estado escuchando los gritos de Sai desde que llegó. El solo se mantenía callado ya que en verdad le dolían las palabras que el otro azabache le decía, él había tenido en cuenta de que iba a lastimar al rubio pero no había pensado que le iba a causar tanto, pero tanto, dolor. Se mordió con fuerza los labios al escuchar que el ojiazul había estado llorando todos los días y que no aceptaba mas visita que la del Sabaku.

 

-       Neji y yo fuimos a visitarlo pero nos dijo que estaba bien desde el intercomunicador y no acepto abrirnos la puerta aunque tratamos horas de convencerlo. –

-       En verdad está muy mal, Sasuke –

-       Lo sé, chicos, pero no puedo hacer nada –

-       ¡Mierda, Sasuke! ¿Es que acaso no entiendes? ¡El único que puede sacarlo de esa fosa en la que tú mismo lo metiste, eres tú! –

-       ¡Ya cállense! ¡¿Es que no ven que si ellos se juntan van a destruir a mi familia?! –

-       Escúchame bien, niño –

-       ¡Sai! ¡No le hables así! ¡Es un niño! –

-       ¡No, Gaara! Quizás sea un niño, pero aun así, este mocoso debe comprender lo que ha hecho. No solo has destruido el corazón de Naruto sino también el de tu padre ¿es que acaso no lo comprendes? Aunque alejes a Sasuke de Naruto ¡tu padre nunca va a amar a tu madre!  Tú solo estas matando a ellos dos, y si un día tu padre queda en el mismo estado deplorable en el que hoy se encuentra Naruto, pues, ¡Será todo por tu culpa mocoso! – Sai lo miraba duro y a cada palabra su voz se volvía mas fría y penetrante – todo será por tu culpa –

 

Sai iba a agregar algo mas pero un fuerte y sonoro golpe le volteo el rostro y lo hizo ver con sorpresa al azabache que lo miraba lleno de ira y el cual lanzaba un fuerte grito para que se fuera de su casa; el azabache solo sonrió con algo de prepotencia y le encaro con un rostro furioso. Ambos morenos nunca se habían llevado bien pero estaban en buenos términos solo por que tenían en común al sonriente rubio, pero ahora que estaban discutiendo justamente por él ¿Qué los hacia abstenerse del odio mutuo que se tenían?

 

Pues nada.

 

-       ¡Mierda! ¡Sai, ya cálmate! ¡Tú también, Sasuke! –

 

Ambos parecían sordos a los gritos furiosos que les daba el pelirrojo que pronosticaba más que solo gritos en aquel conflicto entre esos dos.

 

“Si solo estuvieras aquí, Naruto.  Tú eres el único que puede detener a estos dos cuando se ponen así. “


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