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Centre Européen pour la Remuement Nue (CERN) por nezalxuchitl

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Notas del fanfic:

Este relato va de un metalerito ardiente que se en-lujuria de un físico cuántico despistado. Puede verse como una historia de romance desesperanzado, o como la aventura de una persona normal (bueno, no se que tan normales somos los metaleros xd!) en el mundo de los fisicos teoricos (planeo estudiar fisica y creanme, NO somos normales) Asi que es como guarro+guarro=guarro al cuadrado ;)

Se tocaran, por supuesto, temas cientificos, pero como esto es un relato yaoi sin pretenciones, se intentará que dichos temas sean tocados de manera amena, vamos, como al estilo de un libro de divulgacion cientifica, sin que esto signifique que este sea un "fanfic de divulgacion cientifica."

Bueno, le paro a mis chorradas, no quiero hartaros o espantaros antes de que le deis una oportunidad al fanfic. Asi que si has llegado hasta aqui, come on!

 Como dice el letrero de Imaginaerum,

Dare to enter!!!

Notas del capitulo:

Imaginarium, a dream emporium, caress the tales and they will read you real.


Imaginarium, un emporio de sueños, acaricia las historias y ellas te convertiran en real al leerte. - Nightwish, Storytime, fragmento.

1° Nunca hubo un plano arquitéctonico.

 

      Buscaba el edificio más feo de las afueras de Ginebra. Lo tenía en la pantalla de su móvil vía los mapas del google, y supuestamente ahora  recorría en tres dimensiones el camino mostrado en la superficie bidimensional. Pero tenia sus dudas de que la realidad fuera fiel reproducción de lo que la tecnología le mostraba: el primoroso paisaje suizo se extendía por millas y millas, monótono, idéntico; prados y vacas. Vacas y prados, y de vez en cuando, salpicando el paisaje con las notas verdes y rojas de su atuendo, tíos con tirantes y sombreritos guarros cantando tirolés. La-laralá-laralá-jijuuy!

Tan surrealista que no le sorprendería ver salir a la niña aquella del anime, con sus cabras, su abuelo y toda la parafernalia.

Finalmente divisó los feos ladrillos rojos. Parecían un vestigio de la revolución industrial, pero eran más recientes. Mugrosos y deteriorados, como si mucha popó de paloma les hubiera caído encima. Pero en otros tiempos, porque ahora de palomas no había nada: un amplio estacionamiento había sido la causa de que deforestaran sus buenas yardas en torno al edificio de la revolución industrial.

Aparcó su moto entre un auto de lujo y un auto decrépito. Una cantidad excesiva de carteles con flechas señalizaban la ruta de entrada a la parte del CERN (Centre Européen pour la Recherche Nucléaire) abierta al público, el museo, por así decirlo. El detector de metales de la entrada chilló como loco en cuanto lo atravesó.

El guardia de seguridad nerd se mostró más mortificado que Juha, quien ya estaba acostumbrado a escenitas con los detectores de metales. Acostumbrado, pero no resignado. Con muy mal gesto Juha hizo un gesto con las manos para evitar que el otro lo tocara para detenerlo y se despojó de las cinco cadenitas que adornaban su cadera. Las dejó caer con estrépito en la bandeja lo mismo que sus dos anillos de flores y el de calavera. Se quedó pensando un momento si traía mas fierro encima pero no. El piercing que a veces se ponía en el ombliguito era falso, de quita y pon.

Volvió a pasar por el detector, fulminó con sus ojazos grises al alfeñique en traje de guardia mientras se ceñía sus cinco cadenitas. Menudo tipo: de mucha utilidad iba a ser con esos bracitos como patas de pollo si había problemas de verdad. Si, por ejemplo, su hermano con todos sus piercings quisiera ir de visita estando medio borracho. ¡Jajaja!

La idea lo alegró, y sin dirigir ni una mirada mas al ente que no la merecía se llegó al kiosko donde vendían recuerdos y daban información. O al menos eso decía el cartel, porque el nerd que estaba ahí estaba absorto en su computadora.

-Cofcof… - toser educadamente no le serviría en ese lugar - ¡Cofcof!

-Si tiene tisis sería preferible que intercambiara su visita para otro día.

-No tengo tisis, pero no sé dónde encontrar al director Stanek.

-¡Ah, el viejo Roy! – despegó los ojos de la pantalla para sonreír – Anda por ahí. – señaló vagamente las entrañas del instituto o las montañas helvéticas.

-¿Por ahí? – muy a su pesar enarcó una ceja, en el tic nervioso que le afectaba cuando lo sacaban de sus casillas.

-See, por ahí. – regresó a su pantalla.

Conteniendo el impulso de darle de cadenazos volvió a toser.

-Disculpe, pero no entiendo donde es por ahí.

El nerd se le quedo viendo como si le dijera que no entendía la teoría de la gravedad de Newton.

-¿Podría darme indicaciones para llegar a la oficina del director Stanek?

Esta vez el nerd lo vio como si fuera un dibujito de Newton recibiendo el manzanazo en la cabeza. Luego se rió. Tomó un microfonito y apretó un botón:

- ¡Eh, Roy, te buscan en la entrada de visitantes! – gritó por la megafonía.

Juha estaba estupefacto.  Avergonzado. Estupefacto de nuevo cuando la megafonía le contestó:

-¿Quién rayos me busca Jan? ¡Estoy muy ocupado con los magnetos del acelerador lineal 5!

-¡No sé, un inglés que no para de toser!

Juha le arrebató el micrófono.

-¡Soy el asesor de la editorial, Juha Nevainen!

-¡¿Y porque entra por la entrada de visitantes?! – resonó la contrariada voz.

-¡Porque no conozco otra!

–Voy en un rato.

Sin siquiera solicitarle de vuelta el micrófono el nerd regresó a lo suyo. Ni siquiera un espere por favor, nada. El tío metido en su facebook… espera… eso no era el facebook…

Juha estaba inclinado sobre el mostrador, tratando de husmear disimuladamente, pero estaba lejos y no alcanzaba a ver bien…

No sintió llegar al otro.

-Sube.

Cuando Juha se volvió, restellando su coleta roja, vio al tipo subido en un carrito de nerd: una especie de patín del diablo de dos plazas a pie, motor y volante.

-¡Sube! – repitió con impaciencia. Solo entonces se dio cuenta de que llevaba unos enormes lentes de plástico.

Juha subió y el carrito arrancó a toda velocidad. Para no caer se abrazó a la cintura del tipo, considerablemente más estrecha de lo que la sudadera amorfa que llevaba hacia lucir. Usaba jeans y el pelo también largo, en una coleta. Como era más bajito el pelo plateado le azotaba el rostro. ¡Puaj! Se le metió en la boca. Escupió y la mantuvo bien apretada, con la cabeza lo mas ladeada que podía, observando pasillos interminables e idénticos, en obra blanca y con todos los cables de fuera.

El brusco frenazo en un cubil oscuro y atiborrado de aparatos lo hizo darle un llegón al tipo. Menos mal que no estoy duro, pensó. El día en que un nerd me la ponga dura estaré acabado. Le dio tanto asco pensarlo que se traslució en su rostro.

-¿Te mareaste? – le preguntó burlón.

-No.

-Pues no tienes muy buen equilibrio: te aferrabas a mí como una lapa.

-Nunca me había subido a uno de esos.

-See… son exclusivos del CERN.

¿Por qué no me extraña?, ironizó Juha para sus adentros. Luego exteriorizó:

-¿Dónde estamos?

-En mi oficina. La tuya mientras estemos escribiendo el libro. Pero la silla giratoria es mía. – le puso las manos encima mientras lo retaba con la mirada a que intentara quitársela.

Juha asintió despacito un par de veces. El semblante del director de departamento se relajó.

-Tú puedes sentarte en ésa – señaló una retacada caja de archivo – mientras lees ésa otra – señaló la gemela de al lado – y luego sentarte en ésa – no movió el dedo – mientras lees ésa otra. – señaló la primera. – Entramos a trabajar a las ocho, entra por la entrada del elevador, el baño esta cerca del elevador y si quieres café ten mucho cuidado de no tirarlo sobre las cosas. – señaló los aparatos de científico loco - ¿Vale?

Juha asintió y el tipo arrancó el carrito.

-¡Espera!

Echó el carrito de reversa.

-¿Qué?

¿¡Como que qué!?, gritó Juha en su mente.

-¿Cómo vamos a trabajar?

-Yo tengo trabajo que hacer. – señaló abajo – Tú tienes trabajo que hacer – señaló las cajas – cuando hayas leído y entendido eso podré venir a dictarte lo que tienes que escribir; tú lo traducirás al lenguaje común  y voilá! Nos fostiaremos a ese engreído de Hawking.

-Esta no es la manera en que yo trabajo. Tenemos que dialogar, interactuar…

Stanek torció la boca y miró su reloj.

-Puedo interactuar contigo a la hora del almuerzo. El resto del tiempo tengo que hacer mi trabajo que consiste en venir aquí a entender cosas que antes no entendía. ¿Vale? – Juha quiso hablar pero no lo dejo- Tú tu trabajo y yo el mío: a ti te contratamos para que el libro quede bien escrito y puedan entenderlo hasta las modelos de pestañas. El contenido del libro está a mi cargo. ¿Entendido?

Los ojos azules de Stanek se clavaron en Juha, esperó tres segundos, y, como no agregó nada (hacer mohines era no agregar nada), se fue a 180 km/hr en su patín del diablo para niños grandes.

Juha se quedó haciendo mohines en compañía de kilos y kilos de denso contenido científico. Aquel tipo era duro de roer. Poseía autoridad, como su abuela… y más o menos la misma edad, se burló Juha para recobrar la calma.

Hojeó el contenido de las cajas: reportes de experimentos, conclusiones, terminología científica hasta en los adverbios y más ecuaciones que un libro de álgebra. Álgebra: su profesor de lingüística solía decir que era cosa de travestidos: números travestidos de letras porque no había nada mejor que ser una letra.

 

***

Recordaba la junta como si hubiera sido hace una semana, porque había sido hacía una semana. Había un decimotercer punto en la orden del día, en vez de los doce habituales. Le dio mala espina, no porque fuera supersticioso, sino porque la última vez que habían tenido algo extraordinario que discutir en la sesión directiva había sido el cómo convencer a la población de que el rumor de que ellos, el CERN, acabarían al mundo con un agujero negro creado in vitro era falso.

¡Pamplinas! Si cuando lo echaron a andar se descompuso por la excesiva potencia; e incluso ahora, con potencia mejorada que ya no se descomponía, su potencia era pedorrona comparada con la potencia necesaria para crear un agujero negro: se había cansado de decirlo en aquel entonces y se cansaba de decirlo ahora a la tía que estaba empeñada en crear nanoagujeritos negros que se autodestruirían en nanosegundos.  Además, discurría Stanek contrariado, ellos no eran astrofísicos sino físicos de partículas: estaban en la otra rama de la física, en las antípodas de la física. Si Hawking y sus esbirros querían hacer un agujerito negro que se hicieran su propio acelerador.

Regresando a la junta de la semana pasada y al punto de la mala suerte éste se refería a la necesidad de divulgar los logros del CERN para que la sociedad se enterase de los increíbles adelantos científicos que ahí se realizaban y que no costaban un euro, pero bueno, como opinó el director del departamento de finanzas, mejor no adentrarnos en cifras y concentrarse en la ciencia por la ciencia.

-Y en los futuros frutos de nuestras investigaciones. – apuntó el director de informática - ¡No volverán a robarnos el crédito por inventar algo tan grande como la WWW!

-¡No! – clamaron a una voz los nerds.

-¡Si el bosón de Higgs nos permite desarrollar un auto que viaje como ningún otro no se lo diremos a nadie hasta tener la patente! – se exaltó el director  de aplicaciones, que flipaba con los autos.

-Umh, bueno, pero tampoco tan así – contribuyó Stanek – o tendremos a los escritores de ciencia ficción bombardeándonos como neutrinos.

Los colegas le rieron la gracia en masa. Todos tenían fe en él: si alguien era capaz de inventar un nuevo chiste científico, ese era el viejo Roy.

-Escribamos un libro. – propuso entusiasta Jansen.

-Apoyo la moción.

-Y yo.

-Y yo.

-Hawking no es el único que puede hacer bestsellers de divulgación científica.

-Por supuesto que no: se cree muy guay porque tiene una silla de ruedas que habla.

Stanek tranquilizó al director de aplicaciones.

-Si queremos que nuestro libro este bien hecho, tendremos que recurrir a un especialista.

Los nerds se le quedaron viendo.

-¿No lo escribirás tú?

Stanek sabía escribir hasta cartas de amor. Su nivel energético descendió al verlo negar con la cabeza.

-No, yo no soy escritor: sólo soy un físico. – murmullos y miradas ansiosas recorrieron la mesa - ¡Hey! Un libro de divulgación científica debe de llevar la ciencia a los profanos, ¿no? Necesitamos  poner al alcanze de los legos la sabiduría. Que lo entienda cualquiera, vamos. Cualquier cosa que alguno de nosotros escribiera no la entendería cualquiera porque nosotros no somos cualquiera. Estamos tan deformados por nuestra profesión que cuando alguien se cae decimos “Plank!”

Los colegas volvieron a reírle la gracia a coro.

-Estoy seguro de que allá afuera – señaló detrás de él las montañas helvéticas por una ventana – hay gente que no sabe lo que es un hadron. – murmullos y miradas escépticas recorrieron la mesa - ¡Estoy seguro! – recalcó – Necesitamos la perspectiva de alguien que no sepa lo que es un hadron para poder explicárselo de manera tan sencilla que lo entienda.

-¿Entonces necesitamos un traductor?

-Algo así. – respondió ladeando la cabeza.

Miradas y murmullos se extendieron por algunos segundos.

-Pero también has dicho que necesitamos un escritor para que nuestro libro sea un best-seller. – dijo Jansen.

-Yo propongo – dijo el director de finanzas – que se trate de una sola persona. Que el escritor, el profano y el traductor sean una misma persona para así economizar.

-Apoyo la moción.

-Y yo.

-Y yo.

-Aceptado por unanimidad de votos. – declaró Jansen. - ¿A quién contratamos?

-¿A la autora de Harry Potter?

-¿Será divulgación científica para niños?

-No, eso lo acaba de hacer Hawking y no quiero que diga que somos unos copiones.

-Que sea para adolescentes y adultos, con todo y que no usamos ecuaciones tan desvergonzadas como las suyas.

-Es un indecente.

-Un inmoral.

-El punto es a quién. – focalizó Stanek. El también detestaba a Hawking como buen partidario de Higgs, pero detestaba más la omnipresencia de éste en sus vidas.

Silencio.

-El nieto de mi prima la finlandesa escribe las letras de su banda de metal, habla cinco idiomas y estoy casi seguro de que no sabe qué es una supercuerda. – el director de mantenimiento recordaba que en la ultima reunión familiar, al salir el tema a colación, el muchacho había preguntado si la supercuerda pertenecía a una superguitarra.

-Últimamente está muy bien visto que se apoye a los jóvenes talentos. Además, cobran menos. – el de finanzas tenia alma de contador y genes de hebreo.

-¿Hablas en serio Goldstein? – preguntó no muy convencido Stanek.

-¡Claro! Sabe cinco idiomas al precio de uno. ¡Qué mejor intérprete quieres!

-Está licenciado en interpretación por la Sibelius. –afirmó su tío abuelo.

La asamblea asintió con cara de entendidos: estaban amaestrados a hacerlo cuando alguien mencionaba una universidad o institución desconocida.

-Propongo al nieto de su prima la finlandesa. – el de aplicaciones señaló al sueco Llillmans.

-Apoyo la moción.

-Y yo.

-Y yo.

-Siete a favor, tres en contra. – contabilizó Jansen – Aceptado el nieto de la prima finlandesa de Lillmans por el setenta por ciento de la votación. Con esto damos por terminada la sesión del mes. – se paró apoyándose de la mesa, sonriente – ¡Venga Roy! Quita esa mala cara, tal vez sea carne fresca lo que nos hace falta por aquí.

 

Eso había sido hacia una semana y ahora la carne fresca devoraba textos en su cubil. Tenía pinta de chica, ¡por Dirac! Con aquellas pestañotas hasta parecía anunciante de rímel. Bueno, eso era bueno: si era capaz de entenderlo cualquiera con tres neuronas funcionando sería.

 

Continuara…

Notas finales:

Gracias por leer! Intentare actualizar cada quince dias, o mi querida Julxen usará el latigo... (umm, asi me dan ganas de NO actualizar) No sera un relato demasiado largo.

Les dejo el link a un video de una banda de gothic metal en cuyo vocalista me inspire para crear a mi personaje Juha :P

link: http://www.youtube.com/watch?v=MtFUYQi0PSY

Cualquier duda, comentario o cosa que se relacione al relato, no dejen de escribirme, tratare de contestar a la brevedad posible.

Kiitos!

Pd: si no han protestado contra la ley SOPA, es hora de hacerlo!!!


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