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LOS SANTOS DE BRONCE (by Shun4Ever y Crystalwall) por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, este capítulo trae muchas sorpresas, esperamos que les guste

Capitulo escrito por Shun4Ever

Capitulo 7: El acústico de la perdición

 

A la mañana siguiente, habían quedado en casa de Shiryu nuevamente para ensayar pues las fechas de la gira se acercaban y esto era cada vez más necesario. Con cara de sueño y un poco tarde, se presentó en casa de su amigo. Como siempre, un mayordomo le abrió la puerta y le acompaño hasta la sala en donde practicaban.

- Ya era hora! – Fue el saludo que recibió de su hermano – Ya casi no se te ve el pelo.

- Debe ser muy buena la chica para que te abstengas de esa manera – Seiya le miraba con picardía.

- No perdamos el tiempo, que todos tenemos algo mejor que hacer – Esa fue la respuesta del joven cantante, a lo que Hyoga le miro intrigado, ¿Por qué había palidecido al nombrar a la chica? A todo caso, debía haberse enrojecido.

- Vamos pues - Aunque no le encajó la reacción del peli verde, decidió que ya era hora de comenzar con los ensayos.

 

Los chicos estuvieron ensayando toda la mañana y tenían intención de hacerlo durante todo el día, pero a medio día Shura se presento en casa de Shiryu con cara de haber perdido algo. Shura se relajo un poco al ver ahí presente al cantante del grupo, pero no podía esconder el enfado que llevaba con el muchacho por haber desaparecido sin que él supiera nada.

- ¿A dónde demonios te habías metido? – Shura no podía acallar su enfado.

- ¿Perdón? – Shun no podía creer que su representante se entrometiera así en su vida.

- ¿Quién te has creído para desaparecer así? – Lo soltó sin pensar que el resto de los chicos estaban presentes y sin darse cuenta que ni el muchacho sabía sus verdaderas intenciones.

- De nuevo… ¿perdón? – La voz de Shun se elevo por la indignación, ¿Quién era él para decirle lo que podía o no hacer?

- No es momento para hacer tonterías – Que bien esquivo el error que había cometido – El comienzo de la gira está cerca y no es momento para que huyas sin decir nada.

- ¿A que has venido? – Le cortó tajante, no quería tener que soportar una actitud de reproche, que ni su hermano mayor le había hecho.

- Mañana a medio día, tenemos un acústico en un pequeño local del centro.

- ¿Mañana? – Shiryu pregunto un poco incrédulo. – Pero en tan poco tiempo no podemos preparara el repertorio.

- ¿Cuánto durará? – Seiya también se veía preocupado.

- Cerca de unas dos horas.

- ¿Dos horas? – Ikki más que enfadado estaba indignado - ¿Pretendes que mañana tengamos un concierto durante dos horas y nos lo dices hoy?

- Apenas si hemos ensayado para la gira, ¿Cómo vamos a estar preparados para un concierto mañana? –Hyoga también dejó ver su molestia.

- ¡He dicho que daréis el concierto mañana y se acabó! – Shura estaba convencido de que así podría castigar a su pequeño y demostrarle que con él no se juega. – Será a las 12 en un local llamado “la doceava casa” – Miro a Shun directamente pero con odio en su mirada – Tú ya sabes donde está. – Dio medio vuelta y salió de la habitación – ¡No faltéis!

 

Shura salió de la casa del percusionista sin darles tiempo a los muchachos de negarse o pedir explicaciones sobre la pronta decisión de su representante. Shun se quedo pensando en el lugar escogido, ¿Por qué había elegido el bar de Afrodita? ¿Cuándo? Si su novio lo hubiera sabido, la noche anterior o incluso en la mañana al despertarse, se lo habría dicho. Algo no le cuadraba al joven cantante, pero debía olvidarse de eso por un momento, pues debía prepararse para el concierto que tendrían al día siguiente. El resto de la tarde fue agotadora para los muchachos, hasta que a la hora de la cena, hicieron acto de presencia el asesor de imagen y un cocinero amigo suyo.

- Este es Aldebarán – Presentó al hombre que cargaba unas cajas grandes, al tiempo que las dejaba en una mesa de la sala – Os ha traído algo para que cojáis fuerzas. – Suspiró y negó un momento con la cabeza, como mostrándose en desacuerdo con el concierto acordado  – Os espera un día serio mañana.

 

Aldebarán iba repartiendo las bandejas en la misma mesa, al tiempo que los muchachos se acercaban a degustar los alimentos deliciosos preparados por aquel imponente hombre, que más que cocinero parecía un guarda de seguridad.Shun se quedó apartado del grupo y Afrodita se le acercó.

- Me llamó echo una furia nada más marcharte esta mañana – Se excusó nada más acercarse a Shun – Te llamé pero no lo cogías.

- Lo pongo en silencio cuando vengo aquí – Miró un tanto agotado a su pareja – Cada vez me cuesta más soportarle. Me hecho en cara el haber “desaparecido” esta semana, ¿puedes creerlo?

- Tranquilo – Colocó su mano sobre el hombro del muchacho, aunque lo que más deseaba en esos momentos era devorar esa boca que le estaba llamando a gritos.  – Vamos a tomar algo y nos vamos a descansar, ¿si? Hacerle tanto caso, no te va a hacer ningún bien, solo déjalo correr…

 

Resignado hizo caso a su hombre y se acercó junto a los demás muchachos a devorar la comida de Aldebarán. Ya la había probado en repetidas ocasiones y siempre le parecía deliciosa. Como nadie del grupo sabía lo suyo, Afrodita le pidió al cocinero que hiciera como si nunca hubiera visto al cantante, por lo que, como le había preparado su plato favorito al muchacho, tuvo que ingeniárselas para dárselo.

- Esto te irá bien para la voz – Le entregó un plato con una pequeña porción de “Solomillo al foie con rocío de limón” que el muchacho aceptó de muy buena gana.

- Muchas gracias – Si no hubieran estado sus amigos presentes, le hubiera propinado un abrazo al “grandullón”, como cariñosamente le llamaba, pero al estar ellos allí presentes, se limitó a sonreírle abiertamente.

 

Afrodita aprovechó el momento para comentarles como iban a ir vestidos para el acústico del día siguiente y que estarían preparados en la parte trasera del bar. No les quiso comentar que él era el dueño del bar o que se acaba de enterar ese mismo día del tema del concierto, para no tener que meter leña al fuego, pero sin duda la actitud de ese representante le dejo un poco pensativo y preocupado. Si se había puesto tan enfadado solo porque Shun tenía pareja, no quería pensar que podría hacer cuando se enterara que la “pareja” del cantante era el mismo exnovio de su pareja Aioria.

 

La noche llegó y los muchachos se dirigieron a sus respectivas casas para descansar, Shun se disculpo con Afrodita, pues no podía desaparecer esa noche también. Cuando llegó al apartamento que compartía con su hermano, recibió un mensaje al móvil de Afrodita deseándole las buenas noches, cosa que hizo sonreír al muchacho.

- Creo que ya va siendo hora que me la presentes ¿no crees? – Ikki hizo una mueca graciosa al ver la cara sorprendida de su hermano pequeño.

- Nissan – se enrojeció sobre manera, pues aunque quisiera, no podría presentarle a la persona que le hacía feliz. – Aún no.

- Bueno… - Ikki se encogió de hombros – pero si te hace feliz – se acercó a su hermano para mirarle bien a los ojos – y es evidente que sí, yo estoy contento.

- Gracias nissan.

- Eh? Eres mi otouto o no?  - Se alejó un poco de su hermano – No es necesario que me des las gracias por sentirme feliz por ti, que ya era hora!

 

Sin decirse mucho más, se dirigieron a sus respectivas habitaciones para poder descansar pues sin duda, el día siguiente iba a ser de lo más “interesante”.  A las 9 de la mañana se presentaron en el local, siendo guiados por Shun, que como bien había indicado Shura, ya conocía el camino. En la puerta del mismo, pudieron comprobar, había seguridad controlando, mediante lista, quien podía y quien no entrar. Los chicos pasaron sin problemas y se encontraron a dos muchachos que estaban acomodando como locos el local. Shun buscó con la mirada al dueño y como si lo hubiera presentido, salió del pequeño almacén tras la barra. El resto de muchachos quedaron impresionados de ver a Afrodita salir de aquel lugar, más este se adelanto a sus pensamientos.

- Por aquí. – Levantó la barra para dejarlos pasar – Ahí dentro es donde os cambiareis. Shura se ha encargado de traer los instrumentos y está en camino.

 

Los chicos pasaron dentro del almacén, que de pequeño no tenía nada. Era más grande de lo que aparentaba y podía no solo almacenar todo lo necesario para el bar, sino que dividiendo la estancia, cabía perfectamente un cuarto para dormir. Había una pequeña puerta en una de las paredes laterales, que llevaba a un cuarto de aseo, de uso para los empleados del local. Afrodita no hacía más que ver la reacción de Shun, como buscando la aprobación con su mirada. Abrió un pequeño armario y sacó de allí la ropa que vestirían los chicos y sin objeción alguna, se comenzaron a cambiar allí mismo. Afrodita se encargaba de acomodar las prendas de los muchachos, para que nada estuviera fuera de lugar o que no se viera más de lo debido e inconscientemente, o quizá Shun si lo buscaba, dedicó más tiempo al cantante, que parecía no saber vestirse en condiciones.

 

Shura llegó al poco con los instrumentos y los muchachos se colocaron en el escenario improvisado para comenzar con las pruebas de sonido. Los amplificadores y los micrófonos, salvo el de Shun, fueron quitados, pues por lo pequeño del lugar, no los iban a necesitar.  El momento llegó y el local se lleno en silencio, observando como los integrantes del famoso grupo se colocaban en su lugar para comenzar con el espectáculo.

- Suerte chicos

 

Fue lo único que le dijo el representante en toda la mañana, dejándolos ahí plantados, en mitad del escenario para salir donde Afrodita, mientras los pobres empleados atenuaba las luces y atendían las peticiones del innumerable número de clientes. El concierto pasó tranquilo y fue una buena prueba para el grupo, pues tras los nervios de primera hora, se convencieron que podrían realizar la gira sin problema alguno. Cuando pasaron las dos horas, la gente comenzó a marcharse y los muchachos se encontraban dentro del almacén, cambiándose nuevamente. Cuando salieron, se sentaron en la barra para tomar unas cervezas, que el más joven de los empleados les estaba ofreciendo.

- Agradecimiento del dueño

 

Los muchachos se miraron entre sí y tras encogerse de hombros, brindaron y comenzaron a degustar aquella fresca y apetecible bebida. Shun buscó con la mirada a Afrodita y brindo con él en la lejanía, mientras este le regalaba una de sus mejores sonrisas. Gesto que no pasó desapercibido por el representante del grupo, que no le había quitado ojo al chico. ¿A caso había sido tan ciego? Ahora sabía cual era el motivo de la ausencia de “su” Shun, ¡Afrodita! ¡Ese desgraciado! Pero él se encargaría de quitarlo de en medio, debía comenzar por buscar a otro asesor y quitárselo de en medio cuanto antes, pues así tendría vía libre al cantante durante la cercana gira. Trago a trago, todos los clientes desaparecieron del local, quedando solo los trabajadores del mismo y los chicos del grupo, junto a Shura. Los guardias que habían estado toda la noche en la puerta, entraron al local y comenzaron a hablar mirando directamente a Afrodita.

- Unos agentes desean entrar.

- ¿Unos agentes?

- Sí, dicen que es importante y que deben entrar. Que si te niegas a dejarles pasar, podrían acusarte de cómplice de un crimen que están investigando.

 

Afrodita sorprendido por las palabras de sus guardas, les insistió para que los dejaran entrar, sin más contemplaciones. Eso le faltaba a él! Ser cómplice en un crimen!. Camus y Milo entraron delante, mientras DM les seguía de cerca, quitándose las gafas de sol.  Los dos jóvenes agentes rodearon a los chicos a esperas de las órdenes de su jefe, que no se hicieron esperar.

- Si no fuera por lo que me trae aquí, les felicitaría por su “interpretación”.

- ¿Y que les trae a mi local? – Afrodita pregunto ya, un tanto intrigado. Poco le importó que los muchachos del grupo le miraran impresionados.

 

DM hizo un gesto con la cabeza y Milo se posicionó tras Shun sujetando una de sus manos por la espalda al tiempo que sacaba sus esposas.

- ¿Qué? – Shun iba a preguntar más, pero DM le interrumpió.

- KotaraShun, quedas detenido por el asesinato de Karin Solo.

- ¿Qué?

 

Shun no entendía nada de lo que estaba pasando, ¿le estaban deteniendo por matar a Karin? ¿Habían matado a Karin? ¿Cómo? ¿Cuándo? Pero si la iba a visitar en breve en Okinawa y hasta le iba a presentar a su familia… DM suspiró y se acercó a Shun para mostrarle la placa, al tiempo que Milo acababa de colocarle las esposas. Camus le sujetó del brazo y comenzó a recitar la frase que tantas veces había dicho.

-“Usted tiene derecho a permanecer en silencio. Cualquier cosa que diga podrá ser usada en su contra ante un tribunal. Tiene derecho a consultar a un abogado y/o a tener a uno presente cuando sea interrogado por la policía. Si no puede contratar a un abogado, le será designado uno para representarlo…”

 

Shun sobrecogido por toda la información que le estaban dando en ese momento, se quedó callado tratando de entender la situación.  Milo había apretado bien las esposas en las muñecas del muchacho y Camus comenzó a llevárselo tirando del brazo derecho.

-¿Pero que demonios está pasando? – Ikki no se iba a quedar ahí parado viendo como se llevaban a su hermano.

- Le aconsejo, señor Kotara, que modele su lenguaje y su postura, porque su hermano se va a venir con nosotros por presunto homicidio involuntario – Se acercó un poco más a Ikki y le arregló el cuello de la camisa tranquilamente – Le aconsejo que busque un buen abogado para su pequeño hermano, pues va a estar una temporadita en la cárcel.

 

Se alejó de allí sin dar más explicaciones y dejando a los chicos en completo silencio.Shura no se lo podía creer, ¡su pequeño iba a estar en la cárcel! Debía hacer algo de inmediato, pero sin levantar sospechas, aunque tras pensarlo mejor, creyó que esa sería una muy buena opción. Desde allí no podría tener contacto con nadie que no fuera su representante o su abogado. Ya pensaría un modo de sacarlo de allí, cuando se hubiera desecho del indeseable de Afrodita y cuando ya no tuviera a nadie el cantante, entonces y solo entonces sería suyo, como siempre había sido.

 

Tras tomar los datos oportunos y quitarle todo lo que llevaba encima, a excepción de la ropa, entraron con él en la prisión y lo llevaron a una celda.

- Estarás aquí, en prisión, una temporada.  Me temo que agotaste el derecho a la llamada, por todas las pistas que dejaste al cometer el crimen.

 

El agente le quitó las esposas y salió de la celda, dejando a Shun junto a su compañero de celda. El cantante seguía sin hablar, como en shock, aún incrédulo por todo lo que estaba sucediendo.  Volteo sus pasos y se encontró con una cama vacía en la pared izquierda, por lo que se sentó en ella, apoyándose en la pared y escondiendo la cabeza en sus piernas, que eran fuertemente abrazadas, debido a la circunstancias.

- Asesinato, eh? Se nota que eres novato pues dejaste huellas por toda la habitación.

 

Tras escuchar aquello salió de su ensimismamiento, divisando en el otro extremo de la celda, un muchacho de pelo largo lila, mirándolo tranquilamente.

- Yo no he matado a nadie.

- A mi no me cuentes lo sucedido, guárdatelo para cuando tengas la vista con el juez. Es un hueso duro de roer.

 

Shun miraba a aquel joven, que parecía sereno y angelical. ¿Qué hacia alguien como él en aquel lugar? Como averiguando lo que pensaba, el pelilia se incorporó en la cama y se sentó quedando frente a Shun.

- Mi padre abusaba de mí constantemente y yo se lo permitía por miedo a que nos separan a mi hermano pequeño y a mi, pero cuando vi que llevaba las mismas intenciones con Kiki, no lo pude evitar y enloquecí – Se apoyó contra la pared – Cogí un cuchillo de la cocina y le apuñale hasta matarlo. No recuerdo haberlo hecho o si lo hice, cuantas veces fueron, pero al parecer acabó con veinte puñaladas en el cuerpo, de las cuales una fue certera en el corazón.

- ¿Y tu hermano? – Solo se le ocurrió preguntar por el hermano menor

- En un correccional. – Pauso un instante - Por lo visto me “acompaño” en el crimen y como es menor de edad, lo dejaron allí encerrado.

 

Otro silencio reinó en la celda, a la cual llegaban sonidos o conversaciones procedentes del resto de las celdas.

- ¡KotaraShun! ¿Eres tú, no? – La cara del pelilila parecía haberse iluminado. – Te he visto un par de veces en los periódicos que nos dejan a la hora de la comida. Se levantó y extendió la mano frente a Shun – Me llamo Mu.

Shun alzó su mano y la estrecho con el que era su compañero de celda.

- Aunque habría estado mejor en otras circunstancias – Que gracioso resultaba el chico al decir tal comentario, pues el nerviosismo de Shun, en vez de disminuir aumentó hasta hacer temblar la mano que tenía ahora estrechada – Encantado de conocerte.

 

Notas finales:

Eperamos que les haya gustadopero... ahora qué pasará con Shun?, será que se queda ahí? (bueno, Mu no es tan mal compañero de celda pero... ), nos vemos mañana en la continuación


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