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LOS SANTOS DE BRONCE (by Shun4Ever y Crystalwall) por crystalwall

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Notas del capitulo:

Estamos casi al final, esperamos que les guste este capítulo

Capítulo escrito por Shun4Ever

Capitulo 19: Un paso más hacia una vida normal

 

Unos días después, Shun se reunió por primera vez con los chicos en casa de Shiryu para tocar y por primera vez desde lo ocurrido, se sentía emocionado por volver a ponerse frente a un micrófono, aunque ni siquiera sabía si le saldría la voz. Los muchachos se reunieron a la hora indicada y se encontraron a Shun sentado junto a su guitarra, como solía hacer. Shiryu que había sido el primero en verlo así, no hacía más que sonreír ante aquella imagen tan familiar, pero extrañada.

 

Poco a poco se fueron acercando al chico que parecía ausente mientras tocaba la guitarra.

- Escuchad esto

 

Shun les miro un breve instante para bajar la vista nuevamente a su guitarra y comenzar a tocar los acordes para “Al borde”. Los muchachos solo miraban y escuchaban a Shun y como se dejaba llevar por la música como hacía tiempo. Cuando acabó la pieza todos se quedaron estáticos y sin palabras, sin duda había vuelto a ser el mismo, aunque con un tinte diferente.

- Wow – Shiryu fue el único que pudo hablar. – No tengo palabras.

- Sí, si – Seiya se quejo como siempre hacía – Pero para una balada sobramos Shiryu y yo…

 

Los muchachos rieron por las frescas ocurrencias de Seiya pero fueron interrumpidos por Aioria, que entró junto a su hermano Aioros. Shun aún no sabía como tomarse las visitas del hermano de su nuevo representante, por lo que espero, un poco nervioso, a ver que era lo que se les ofrecía. Aioria no pudo ocultar la sonrisa al ver a Shun sentado sujetando su guitarra entre las piernas.

- Hola muchachos. Dita me dijo que estaríais aquí.  – El escuchar que nombraban a su pareja, el cantante no pudo más que ruborizarse.

- Yo he venido solo en modo visita – Se apresuró a decir Aioros al notar un poco incómodo a Shun  – Quería ver como estabais.

- Perfectamente – Dijo Ikki – Estábamos escuchando una nueva canción que ha compuesto mi otouto. – Realmente estaba emocionado por este hecho. ¿Y quien no después de todo lo que el chico había pasado?

- Traíamos una noticia. – Aioria miró a su hermano con una sonrisa de oreja a oreja y prosiguió sin esperar comentario alguno – Nos vamos a Naha! *

 

Los chicos solo miraron asombrados a su representante, que no paraba de mirar a unos y otros esperando una respuesta positiva.

- ¿a Naha? – Seiya aun no sabía si creer o no en las palabras de Aioria.

- Si. Compramos los billetes para dentro de un par de semanas, pero no podía esperar a daros la noticia.

- ¿En serio? ¿A Naha? – Hyoga comenzaba a creérselo, pues esbozó una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿Con las chicas? – Pregunto Shiryu y se corrigió en seguida – mejor dicho ¿Con las parejas?

- Jajaja. Sí chicos. Las parejas están incluidas. – Aclaró ahora el abogado “rotwailer”.

- Pero…  - Shun aun no lo tenía claro y se mostró un tanto sombrío – La semana entrante es era la vista,  ¿no?

- Ese es uno de los motivos de que esté aquí – Movió brevemente la cabeza – pero no el más importante. La vista ha sido pospuesta. Por lo visto, a Shura lo engancharon por banda dentro de la prisión cuando se enteraron de todo lo que había hecho y estará en enfermería una temporada. Al parecer no gustanmucho los asesinos y mucho menos los... – Calló antes de decir lo que inconscientemente iba a soltar.

- Violadores – Shun medio sonrió al decir esto. No por lo ocurrido, sino por su propia estancia en la cárcel. Eso era algo que Mu ya le había advertido.

 

Ninguno quiso decir nada más sobre aquello, por lo que Ikki volvió a un tema más alegre, con tal de que su otouto no volviera a cerrarse en sí mismo.

- Entonces… ¿Cuándo partimos?

- En una semana. Los billetes los tengo yo, pero si lo preferís os los puedo dar a vosotros y os auto gestionáis. Vosotros mandáis.

- ¿Vamos en avión?

- Si Seiya, vamos en avión y… - Aioria se adelanto a la siguiente pregunta que haría el chico, pues ya lo conocía bien - sí Seiya vamos en un privado.

- Yuhuu!! A Miho le va a encantar! Tenía muchas ganas de subir a uno y ahora voy a quedar como un rey! – Seiya estaba como en su mundo, pero los demás le dejaron estar pues se le veía feliz.

 

Los muchachos, unos más contentos por la noticia que otros, se pusieron a tocar sus viejas canciones, aunque Shun solo los miraba desde una de las banquetas. Nadie tenía ánimos de decirle nada, pues era la primera vez que mostraba real interés nuevamente en la música. Ya todo volvería a su normalidad, aunque aun parecía faltar un poco. Tocaron varias canciones y a modo de despedida, comenzaron a tocar la primera canción que se escucho en la radio. Shun se dejo llevar por esa agradable sensación y acabo cantando sin micrófono alguno. Los muchachos cesaron la música e hicieron un “a cappella” para después estallar en risas al recordar las primeras sesiones fotográficas que se habían hecho juntos o la primera entrevista televisiva que les hicieron.  La tarde pasó y los muchachos regresaron a sus respectivas casas para descansar, pues el día les había resultado agotador después de tanto tiempo sin hacer aquello.

 

Mientras iban de camino al apartamento, Shun se paró de repente al llegar a una bifurcación e Ikki hizo lo mismo al ver que su hermano se detenía de golpe.

- Nissan…

- ¿Ocurre algo otouto? – Ikki estaba un poco preocupado por la reacción de su hermano.

- No – Shun le mostró una leve sonrisa – Me gustaría ir a ver a Dita.

- ¿Quieres que te acompañe?

 

Shun había emprendido su vida, pero aún no tenía fuerzas para caminar de noche a solas. La oscuridad de las calles le recordaba demasiado a lo vivido por culpa de Shura y le resultaba costoso, aunque en ese momento estaba decidido a cambiar eso.

- No. – Miró a los ojos a su hermano y le sonrío – No es necesario. – Sacó el móvil del bolsillo – Ahora lo llevo a todas partes.

- Sé que suena estúpido e infantil pero… ¿Me llamarás cuando llegues?

- Claro nissan – Abrazo a Ikki y le dio un beso en la mejilla a modo de agradecimiento. – Además son solo un par de calles.

- Bien. Ten cuidado otouto.

 

Shun le sonrío nuevamente y emprendió su camino hacia casa del que fuera su asesor de imagen. Los primeros momentos le resultaron abrumadores y difíciles, pero con los pasos se iba sintiendo más tranquilo. Sin duda, necesitaba dar ese paso para volver a sentirse nuevamente él.  En unos minutos, un tanto eternos para el cantante, llegó a su destino, subió las escaleras hasta la casa de su pareja y tocó al timbre. Afrodita abrió la puerta sin saber a quien debía encontrar, pues no esperaba a nadie y ya no era hora de visita. Se llevó una sorpresa al ver a su pequeño “conejito” frente a la puerta con cara de animalito abandonado.

- Shun!  - Le atrajo del brazo hasta entrarlo en la casa – No te quedes ahí, pasa. ¿Ikki? – Preguntó al ver que no se encontraba fuera esperando.

- He venido solo – Lo dijo con una expresión peculiar, como si de un niño pequeño se tratara haciendo su primer viaje solo, cosa que hizo reír enternecidamente a Afrodita.

- Mi amor – Lo abrazó sin poder parar de reír ante la situación – No sabes cuanto me alegra que hayas podido hacerlo. – Se apartó del abrazo y le sujeto de los hombros – Es un gran paso para seguir con tu vida.

- Hay algo que quería decirte, pero… me he olvidado la guitarra.

- ¿Guitarra? – Afrodita le soltó extrañado

- Sí. Esta mañana… - se quitó la chaqueta y se sentó en el sofá siendo seguido de cerca por su pareja – estaba pensando en ti y… - se acarició la nuca con una de las manos – la canción en la que estaba enganchado… salió sola. Yo…- atrajo a Afrodita hacia él y se quedó apoyado en su pecho mientras lo sujetaba por la cintura – te quiero.

 

Afrodita no dijo nada pues aun estaba sorprendido del abrazo de Shun, porque aun le costaba tener cualquier tipo de roce con él. Solo se arrodilló para poder mirar a Shun a los ojos y con miedo acercó sus dos manos a la cara del chico, que acepto el contacto. Dita se fue acercando poco a poco y Shun le devolvió el gesto, fundiéndose en un beso apasionado y lleno de amor, aunque tierno y delicado. El beso fue largo y solo se rompió por la necesidad de respirar un poco de aire, aunque sus frentes quedaron apoyadas la una sobre la otra.

- Te amo Dita. No podía esperar a decírtelo. – Shun no apartaba la mirada de los ojos de su amante - Te necesito. Te has convertido en aire para mí y eres lo que me da vida. Yo…

 

Dita no tenía palabras para contestar a lo que estaba oyendo, por lo que hizo acopio del dicho “un gesto vale más que mil palabras” y le propinó un nuevo beso, que Shun volvió a corresponder con total entrega. En eso estaban, cuando el teléfono de Shun comenzó a vibrar.

- Mierda! Mi Nissan!

- ¿Qué ocurre?

- Le dije que le llamaría al llegar – más colorado no podía estar el muchacho - para que se quedara tranquilo.

- Contesta pues.

 

Shun hizo caso al consejo de su pareja. Tan entregado estaba a las muestras de cariño de Afrodita que le sorprendió de sobremanera la llamada de su hermano.

- Nissan! Acabo de llegar! – Debía mentir para que no se enfadara. – Te iba a llamar ahora!

- Ya! Ya! Bueno, me conformo con saber que has llegado bien.  ¿He de pasar mañana a recogerte?

- No. Tranquilo. De ser necesario me llevará Dita.

- Ok. Que paséis buenas noches. – Ikki contestó de manera pícara pero no dio opción a Shun a contestar, pues colgó tras decir esas palabras.

 

Afrodita se acercó sensualmente al chico y le atrajo hacia su cuerpo delicada pero pasionalmente.

- ¿Por donde íbamos?  - Se acercó nuevamente a la boca del menor – Ah! Sí! Ya recuerdo!

 

Shun volvió a dejarse hacer pero fue el primero en iniciar el juego de lenguas. En verdad necesitaba sentir a Afrodita dentro de su ser, pues este le completaba. Necesitaba desesperadamente sentirse amado y correspondido para poder olvidar los resquicios que aun le quedaban de tanto sufrimiento. El beso intensifico el sabor del mismo, haciéndolo necesario para ambos. Tras un tiempo Shun se despojó de la boca de su pareja para comenzar a bajar por su cuello, quería ver ese cuerpo que hacía tiempo no veía, necesitaba tocarlo, besarlo y sobretodo mimarlo. Al ver las atenciones que Shun le estaba brindado, Afrodita se separó del chico y tras sujetarlo de la mano, lo llevo hasta la habitación, que tantas veces había sido testigo de su pasión desenfrenada. Shun se sentó en la cama y Afrodita se posicionó encima de sus piernas.

- Quiero que me lo hagas tú. – Dijo mientras le daba pequeños besos en el cuello – Necesito sentirte Shun.

 

Como respuesta Shun buscó los labios de su amante y se volvieron a enredar con sus lenguas, en un juego que estaba alzando la temperatura de sus bien formados cuerpos. Shun entre besos, fue quitando la parte superior del cuerpo de Afrodita, dejando al desnudo su fuerte y cicatrizado pecho. Le tendió sobre la cama para comenzar con sus caricias, que se hicieron insistentes y tiernas en donde había sido clavado el cuchillo, marcado ahora con una arruga en la piel. Subió un poco para probar y degustar esos tiernos y endurecidos pezones que tanto le gustaban, haciendo que Dita se retorciera brevemente bajo su cuerpo. Shun se separó y buscó los labios del asesor que le recibieron con verdadera adoración. Afrodita no sabía hasta donde podía llegar con Shun, pues era la primera vez que tenían un intento de llegar más lejos que un par de besos y eso le tenía un tanto preocupado. Como si supiera de su preocupación, Shun sujetó la mano derecha de Afrodita y la llevó hasta su endurecido miembro.

- No tengas miedo. – Le decía mientras besaba sus bien formados pectorales – De esta noche no pasa que te haga mío.

 

Afrodita solo rio ante el comentario y comenzó a acariciar el miembro erecto de su adorado conejito. Shun comenzó a bajar hasta llegar al pantalón, en donde se separó un momento para desatar el cordón y tiró de él, llevándose la ropa interior detrás. Una vez Afrodita estuvo desnudo por completo, Shun volvió a retomar el reguero de besos y caricias que le llevarían hasta la entrepierna ya endurecida de su pareja. Cuando Shun llegó a su destino, comenzó a besar los alrededores, haciendo sufrir un poco a su amante, que gemía mientras suplicaba.

- Shun…. Hazlo…

Una sonrisa pícara apareció en la cara del cantante al tiempo que se llevaba la punta a la boca para degustarla y saborearla. Por un momento recordó el sabor de Shura y tuvo que parar.

- Lo siento.

- Perdóname a mí. – Se incorporó al ver la cara palidecida de su pareja – No debí obligarte a esto.

- He sido yo el que lo ha comenzado – Se repuso y volvió a colocarse sobre la entrepierna de Afrodita – y yo lo voy a acabar.

 

Y remprendió la degustación de su pareja. Ese olor le provocaba y esos gemidos al pasar el miembro por sus labios, le estaban provocando de una manera que ya casi no recordaba. Tan metido estaba en su labor, que no se apartó cuando notó que su pareja comenzaba a dejar escapar su semilla en su boca. Como un buen chico no desperdició ni una sola gota, para después bajar hasta llegar a la cavidad de Afrodita. Allí se entretuvo otro ratito mientras la preparaba para invadirla con su más que preparado pene.  Afrodita rompió el contacto bruscamente y volteó a Shun en la cama, haciendo que fuera él el que quedara de espaldas. Como pudo y entre besos, despojó al cantante de sus ropas, para deshacer en mimos a su pequeño conejito. Como le gustaba el notarlo tan sumiso y caliente. Se había imaginado tantas veces la forma en que se volvería a entregar a él, que no podía creer que hubiera sido idea del propio Shun. Fue dejando marcas y saliva a cada paso que daba por la blanca piel de su “chiquillo” mirando de vez en cuando la cara del mismo, por si hacía algo que no le era de su agrado. Shun se estaba entregando a él, como lo hizo la primera vez, con un poco de miedo, pero con real gana y entrega total. Que afortunado se sentía por tener aquella criatura en su vida, que le había devuelto la esperanza, ya perdida, en el amor. Bajo por su pecho y desnudó por completo al chico, para después ubicarse entre sus piernas y comenzar a jugar con ese endurecido miembro que amenazaba con dejar escapar la semilla del cantante. Shun gemía y cerraba los ojos ante aquella sensación placentera. Durante un instante se quería quedar así por siempre, pero reaccionó a tiempo de voltear a su amante y colocarse sobre sus piernas. Se posicionó mejor sobre el trasero del asesor y tras darle unos besos en el cuello y espalda, colocó su endurecido miembro en la entrada del mismo.

- Trataré de ir despacio – Dijo mientras introducía lentamente la punta de su miembro en la cavidad de su pareja – aunque no te aseguro cuanto tiempo aguantaré.

 

Afrodita gemía mientras Shun introducía más profundamente su miembro en el interior de este, para quedarse ahí brevemente.

- Muévete Shun.

 

Y como si de un genio se tratara le concedió el deseo a Afrodita, embistiéndole dura pero tiernamente.  A cada gemido del asesor, le acompañaba una nueva embestida del cantante y un beso tierno sobre su espalda o cuello. Las embestidas se hacían más frenéticas y placenteras, parecían querer fundirse en un solo ser con todo su ímpetu y casi lo consiguieron, pues tras unas nuevas caricias de Shun al miembro de Afrodita y unas pocas embestidas más, ambos llegaron al clímax en el mismo instante. Shun salió con cuidado de su pareja y ambos se dejaron caer sobre la cama. Afrodita se colocó de espaldas y Shun se recostó sobre el pecho del mayor.

- Gracias por dejarme sentirte. – Afrodita lo atrajo más hacia su pecho y le regaló un beso en la frente – No sabes cuan feliz me has hecho.

- Pues aun no has escuchado la canción que te he escrito.

- Oh! Pues si es tan buena, como esta sesión, ya quiero oírla.

 

Ambos rieron un breve momento, para después taparse con las mantas de la cama y tratar de descansar. Shun se durmió con una sonrisa de oreja a oreja y Afrodita no podía dejar de observar esa expresión en la cara de Shun, que tanto tiempo hacía no veía. Un rato después y mientras acariciaba a su pequeño, se quedó dormido, atrapándolo sobre su pecho.

 

Notas finales:

* Naha es la capital de Okinawa. Se dice que sus playas sin paradisiacas y tranquilas sin perder el encanto japonés.

Muchas gracias por leer y por comentar, nos vemos mañana en el final de la historia


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