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No es una épica historia de amor por Eza-chan

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Notas del capitulo:

Naruto no es mío. n//nU

En este capítulo alguien muere, muajajaja. 

-Oye Naruto qué tal si vamos a buscar a unas chicas y pasamos un buen rato- propuso Kiba alegre.

-Hmn-  obtuvo por respuesta.

-bueno entonces… qué tal si vamos al territorio de los leones y matamos a unos cuantos-

-Hmn- de nuevo lo mismo.

-Muy bien, ¿Qué rayos te pasa?-

-¿Qué me pasa de qué o qué?- contesto mirando a Kiba por primera vez en todo el rato.

-Haz estado muy raro últimamente, como… decaído-

-No- negó Naruto con seriedad.

-Claro que sí, digo no es como que hayas cazado mal, tu papá está orgulloso de ti, los sabios no te han regañado últimamente, y no es como que alguna vez eso te haya importado, a la única respuesta que puedo llegar es a que una chica te rechazó-

-¿De qué hablas Kiba?- bufó molesto. Nadie lo había rechazado sólo estaba pensando en Sasuke, ¡No es como que le importe ese bastardo!, pero no lo había visto en una semana.

-Chicos, Naruto fue rechazado por una sexy mujer- escucho decir al castaño.

-¿En serio?- preguntó Chouji que se encontraba junto con Shino, Sai y Shikamaru un poco más alejados.

-Esto es increíble- hablo Sai. –Si a ti te rechazan, a que puede aspirar Kiba con su olor a perro- terminó con una sonrisa.

-¡Cállate bastardo!-

-Le dijiste que eras el futuro líder de la tribu Uzumaki- continuó ignorando al dueño de Akamaru.

-Oh, sí, eso podría haberte funcionado- hablo el de mayor peso mientras se llevaba un pedazo de carne a la boca.

-¿Qué?- cuestionó Naruto irritándose poco a poco.

-Que problemático- dijo Shikamaru hablando por primera vez mientras observaba las nubes.

-Le hubieras regalado flores, a mí me funciono con Ino-

-No mejor le hubieras regalado un cachorro de zorro, le habrías provocado ternura y…- Kiba fue interrumpido.

-¡Nadie me rechazo, con un demonio!- explotó el rubio, alejándose de sus amigos.

-Se enojo- expuso Sai lo obvio.

-Alguien debe ir a hablar con él- dijo Shino por primera vez.

-Yo opino que sea Shikamaru- propuso Kiba.

-¿Por qué yo?- se quejo.

-A ti parece escucharte- interrumpió Chouji su comer para decir aquello. Shikamaru observo a los cuatro hombres junto a él con una cara de aburrimiento total.

-Además, tú ya estas casado con la linda hermana del líder de la tribu Sabaku, Temari. Tienes más experiencia en esto-

-Chouji también está casado- trató de librarse con ese argumento. Todas las miradas se posaron en él, sin que nadie dijera una palabra más. -bien- se resignó y comenzó a buscar al rubio. Fue fácil encontrarlo. –Naruto- lo llamó, pero no obtuvo respuesta. -¿Estás bien?-

-Sí- un murmullo llegó a sus oídos. –Los chicos están preocupados por ti, has estado raro-

-Estoy bien- sabía que no obtendría una respuesta sencillamente por preguntar. Naruto era muy cerrado cuando de hablar de las cosas que realmente le preocupaban se trataba. –Oye Shikamaru- vaya Naruto quería seguir hablando, ¡Qué sorpresa!

-¿Sí?-

-¿Cómo sabes cuando alguien te gusta?- Extraño, muy extraño.

-Todo el mundo tiene sensaciones diferentes cuando le gusta alguien, Naruto-

-Ya veo- el rubio parecía estar reflexionando.

-Pero- continuó. –El hecho de que estés aquí preocupado preguntando algo como esto ya dice que esa persona es importante para ti- el ojiazul lo observo pensativo.

-Yo no estaba hablando de nadie en especial- contestó molesto.

-Vamos Naruto, eso ni las piedras lo creerían-

-¡A MI NO ME GUSTA ESE BASTARDO!- Así que era un chico, ¿sería un doncel? –D-digo- Naruto titubeo. – ¡Déjame en paz Shikamaru!- lo vio alejarse muy molesto.

A Naruto sí le gustaba alguien, aunque era curioso, recordaba cuando el rubio tuvo su enamoramiento hacia Sakura, lo andaba gritando a los cuatro vientos y ahora parecía gustarle ese tipo y lo negaba. Cuando las personas actuaban así, los sentimientos eran mucho más fuertes; al menos eso creía él.

Que problemático se iba a poner todo.

1

No había sonidos, ni colores. Trato de sentir algo y ni siquiera pudo asegurar que sus extremidades se encontraran aún en su sitio o que su cuerpo aún le perteneciera. Comenzó a desesperarse. Trato de gritar, pelear, patalear… pero no obtuvo ninguna reacción, fue entonces que escuchó ese grito desgarrador.

Esa voz…

-¡Sasuke!- Gritó. Frente a él, un par de ojos azules iguales a los suyos lo observaban curiosos. Por acto reflejo pateo al hombre en el estomago haciendo que este se doblara de dolor. - ¡Waaaa lo siento papá!- Trató de ayudarlo. –Pero es tu culpa por aparecer de repente-

-Sólo quería saber que te pasaba, estabas muy inquieto- aclaró el rubio mayor, logrando al fin ponerse derecho.

-Sólo era una pesadilla- ambos guardaron silencio durante corto tiempo.

-Haz estado extraño últimamente-  Naruto se puso algo nervioso.

-No es verdad- negó patéticamente mientras salía de la tienda con su padre detrás.

-¿Tendrá que ver con que siempre vas al lago?- su hijo rió escandalosamente. –Será que hay una chica linda esperándote- el menor se detuvo, supo que sus músculos se habían tensionado.

“Así que era eso” pensó Minato.

Naruto se acerco al lugar en el que las personas de la tribu se encontraban, alrededor de una gran fogata asando carne. Observo a Kakashi que estaba a punto de llevarse un buen pedazo a la boca y se lo arrebato sin remordimiento.

-Oye esa es mi carne- el rubio le dio una buena mordida al tiempo que se sentaba entre él e Iruka. – ¡Naruto!- sintió la mirada molesta de Kakashi.

-Ya déjalo Kakashi, ese pedazo ya no tiene salvación- puso su atención en Iruka, le sonrió traviesamente, el hombre suspiró resignado y luego le regresó una sonrisa cálida.

¡Cómo quería a ese moreno!

No podía entender cómo era que había terminado enamorándose del pervertido de Kakashi, pero lo que sí entendía era que no había nadie que amara más a Iruka que el peligris.

-¡Hermanito Naruto!- sintió como unas pequeñas manos le abrazaban por el cuello.

-¡Kenta!- contesto alegre, la mini-versión de Kakashi lo veía divertido.

Hizo a un lado el hueso ya sin carne que había estado comiendo y se recostó en el pasto  llevándose consigo al pequeño, alzo sus brazos al cielo sosteniéndolo en sus manos, este acostumbrado a aquella acción, estiro sus bracitos como si volara, ninguno dejaba de reír.

 

-Ya, basta de juegos, Kenta tienes que comer- escucho la voz de Iruka.

-Pero mamá- coloco al niño en el suelo con cuidado.

-Haz caso Kenta- ese era Kakashi quien había interrumpido la tarea de alimentarse.

-Sí, papá- dijo el chiquillo desanimado. – ¿Podemos jugar más tarde hermanito Naruto?-

-Por supuesto, ttebayo- con renovadas fuerzas, el pequeño de 4 años, se acercó a su mamá y tomo la comida que este le ofrecía.

-Entonces Naruto…- esa era la voz de su rubio padre.

-¿Ah?-  ¿Su padre siempre había estado ahí?

-¿Tienes encuentros con una linda chica?- Naruto soltó una risa sarcástica.

-Lo único que hay ahí, es un bastardo sin corazón- concluyo para comenzar a alejarse.

-¿A dónde vas hijo?-

-Al… lago- y empezó a correr hasta desaparecer de su campo de visión.

Minato se pregunto si realmente Naruto tendría esos gustos, puso su atención en Iruka y Kakashi; el peligris acariciaba el apenas abultado vientre de su pareja. Ambos se veían muy felices y no pudo evitar recordar lo mortificado que estaba Kakashi cuando descubrió que quizás sentía algo más que simpatía por el moreno.

Sonrió divertido.

-¡Minato!, al fin te encuentro-  su mujer se veía feliz de verlo. –Yoshino hizo esto para mí- el líder se concentro en las pieles que llevaba Kushina, la ojiverde esperaba un cumplido por su nuevo atuendo–Eres hermosa- le dijo mientras acariciaba su mejilla. La pelirroja se sonrojo en exceso.

Si Naruto era feliz, que más daba si quería pasar el resto de su vida junto a un hombre.

 

=3

 

Observo el desierto lago. Sasuke no estaba ahí, ya era un mes desde la última vez que lo había visto, pensó en buscarlo, pero nunca supo a que tribu pertenecía. Suspiro derrotado y presiono la lanza que llevaba en su mano derecha. Sólo una vez se había dejado llevar por la angustia que lo embargaba cada vez que pensaba en el pelinegro, lo que hizo en ese momento fue investigar sobre las tribus cercanas.

Descubrió que la única tribu que había cerca era la tribu Uchiha, al principio se dijo a sí mismo que era ridículo creer que Sasuke era un Uchiha pero al mismo tiempo que este desapareció, la tribu dejo de atacarlos.

Le propuso a su padre hacer una expedición a los territorios Uchiha, disfrazando su preocupación por Sasuke, diciendo que así lograrían saber qué demonios pasaba por la cabeza del extraño líder de nombre Fugaku.

Pero no encontraron nada, en el lugar donde juraban se asentaban los Uchiha, ya no había tribu.

Naruto se adentro en las aguas del lago y trato de pescar con su lanza, sin éxito alguno. Lanzó el arma lejos de su persona, estaba completamente irritado.

Se zambulló y observo como ningún maldito pez estaba si quiera cerca de él.

¿Sabes por qué nunca podrás pescar nada?

Podía recrear la voz de Sasuke tan claramente.

-¡NO SOY UN ESTUPIDO TTEBAYO!- gritó a la nada. Volteo a todos lados esperando que alguien le contestara algo como “Claro que lo eres”, pero no obtuvo nada. -¿Dónde estás?- susurro.

 

:O  Hace un mes  :O

 

Esa mañana todo era diferente, el sol brillaba y calentaba, pero para él todo era oscuro y frio, su cuerpo le dolía, se sentía usado, aunque agradecía que ese ser repugnante no hubiera terminado lo que empezó. Sabía que tarde o temprano pasaría, había quedado perfectamente claro que su padre lo había cambiado por la vida de su madre.

Al fin le había encontrado utilidad.

-¿Ya despertaste, Sasuke-kun?-  era esa maldita serpiente. Lo miro sin ningún sentimiento, se puso de pie y se coloco la ropa. Sintió como le colocaba una mano en el hombro, ese tipo le repugnaba. –Vendrás conmigo, así que es mejor que te despidas de tu familia-

Sasuke llego a la tienda de su madre. La mujer intentaba levantarse desesperada, su hermano la detenía sin hacer contacto visual con nadie.

-¡SASUKE!- Exclamaba la mujer con su voz completamente desgarrada. – ¡NO, SASUKE!- el muchacho concentro su atención en el pedazo de piel que ahora cubría uno de los ojos de su progenitora.

Tenía tantos deseos de abrazarla, pero no lo haría… estaba sucio, no quería ensuciarla a ella también.

-Está bien, madre- esas palabras hicieron que la pelinegra dejara de forcejear con su hijo mayor. –Si tú estás viva, no me importa lo que tenga que hacer- ante esto la ojinegra comenzó a llorar sin poder decir ni una palabra más mientras negaba con la cabeza rápidamente.

Salió de la tienda y se encontró con su padre, el hombre lo miraba con unos ojos sin vida.

-Me alegra que encontraras algo que sí pudiera hacer- el mayor no se inmutó, pero cuando Sasuke se alejó, se dejo caer de rodillas, sin fuerzas.

-¡Sasuke!- escucho que su hermano lo llamaba, tanto él como Orochimaru detuvieron su andar. La serpiente tenía una expresión seria. –Yo te salvaré… Iré por ti- esto último lo dijo observando al mayor, el cual sonrió perversamente.

-No necesito que nadie me salve- contesto sin sentimiento alguno y comenzó a alejarse junta a Orochimaru.

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-¿Ya lo saben no?- hablo Suigetsu.

-Sí…- contesto Karin con la vista fija en la nada.

-Orochimaru trajo a un nuevo prospecto de madre- continuo el peli-morado. -Esto no me agrada- puso su atención en Juugo que acariciaba a un indefenso conejito.

-esta vez es un doncel- la voz de la pelirroja se escucho de nueva cuenta.

-Siempre es lo mismo, Orochimaru trae a alguien, se decepciona, manda a alguno de nosotros a matar a esa persona y después nos da de azotes como si tuviéramos la culpa de algo- Karin suspiro.

-Lo mataré- exclamo.

-¡Estás loca!, al menos espera a que…-

-No, de todas formas Orochimaru-sama se va a cansar de él, mejor ahorrarle tiempo, ese tipejo no merece estar con Orochimaru-sama- Suigetsu la miraba sin ninguna expresión, Juugo se veía acongojado. Simplemente se alejo de ellos.

U_u

Karin no podía entenderlo, que era lo que Orochimaru había visto en ese Uchiha para convertirlo en su mujer, ella era 100… no 200, no, no 500 veces mejor que ese tipo además ella si era mujer.

Sin embargo ella no había sido la elegida. Odiaba a ese tipo… lo mataría.

Esa noche entro con lentitud a la tienda donde descansaba el ojinegro alzó la mano que sostenía esa piedra afilada lo más que pudo, estaba a punto de arremeter contra el cuerpo del otro cuando sintió como algo era presionado contra su cuello. Supo que unas gotas de sangre salían de una herida recién hecha.

Esa aura amenazante era como la de Orochimaru… no, era aún más amenazante, se sonrojó.

-Largo- escucho la voz del otro.

-Tú… ¿Cómo es que…?- No lo entendía, ¿Cómo se había movido tan rápido?, estaba segura de que el chico estaba ahí recostado y ahora lo tenía a sus espaldas.

-Dije largo- trato de mirar al chico detrás de ella, pudiendo hacer contacto visual unos segundos.

Esa mirada fría, era como si le estuvieran clavando miles de lanzas en todo el cuerpo. Su sonrojo aumento.

 Se alejó del Uchiha con rapidez y salió de la tienda. Una vez que se sintió a salvo, presiono su mano izquierda contra su pecho. Su corazón nunca había latido tan rápido, ni siquiera en presencia de Orochimaru.

-¿Ya terminaste?- ese era Suigetsu. Se sereno y lo vio con frialdad. –Eso fue bastante rápido, realmente era un inútil ¿eh?- el hombre rió socarronamente. Fue entonces que el orgullo de Karin despertó, se sintió avergonzada.

-No lo hice- dijo molesta por parecer débil.

-¿Cómo que no?- preguntó incrédulo. –Si tú nunca fallas-

-Él es diferente a todas las otras personas que Orochimaru-sama ha traído antes-

-¿Ah?-

-Tú sabes cómo eran los otros, lloraban y suplicaban que los liberáramos, pero él… no peleamos, pero pude sentirlo, es realmente fuerte. Simplemente me amenazó…- llevo su mano a la herida en su cuello. –Y me dijo que me fuera… además, tiene un aura… asesina- Suigetsu duro unos segundos sin expresión en el rostro procesando lo escuchado, luego sonrió con diversión.

-Que interesante-

n//n

-Así que tú eres la mujer de Orochimaru, ¿eh?- un sujeto de cabello blanco azulado le hablaba con confianza, simplemente le dedico una mirada y regresó a la bonita vista que se le presentaba desde lo alto de esa montaña dónde vivía Orochimaru.

Suigetsu sonrió sádicamente.

-Te mataré- dijo para correr con su arma hasta Sasuke. Este al entender las intenciones del otro se puso de pie y corrió hasta Suigetsu, con un ágil movimiento le quito el instrumento con el que quería atacarlo y lo acorralo contra un árbol amenazándolo con una roca afilada. –Eres muy hábil- dijo mientras reía.

Sasuke se alejó y se sentó en el mismo lugar dónde estaba antes de ser interrumpido.

-No lo entiendo- sintió como ese extraño hombrecillo se sentaba a su lado, lo miro de reojo. –Si eres tan fuerte, ¿Qué haces aquí en contra de tu voluntad?, podrías escapar fácilmente.

-Yo no estoy aquí en contra de mi voluntad- hablo por primera vez.

-¿No?- preguntó sorprendido. Según lo que sabía, Sasuke si tenía familia a diferencia de él, la bruja, el monstruo y el pegostle de Orochimaru.

El ojinegro no contesto después de eso.

Su cuerpo a cambio de la vida de su madre era un pequeñísimo precio que pagaría con gusto.

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Tenía dos pajarillos en su cabeza, tres en el hombro izquierdo y cuatro en el derecho, a pesar de lo apretados que se encontraban, no peleaban por espacio. Siempre le alegraba agradarle tanto a los animales, nunca alguno lo había atacado y nunca había matado a ninguno, aunque no podía decir lo mismo de los humanos, no entendía por qué sus compañeros habían intentado matar a Sasuke, el pobre sujeto ya debería sufrir suficiente con el hecho de haber sido alejado de su familia y para colmo tenía que luchar por su vida.

Aunque tanto Karin como Suigetsu se habían calmado, ese chico le preocupaba.

Lo había decidido, la próxima vez que lo viera le pediría que fueran amigos. Comenzó a caminar de regreso a donde se asentaban, pero se detuvo al ver a lo lejos a la persona en la que había estado pensando.

El pelinegro se encontraba recostado mirando el cielo, una lágrima salió de su ojo derecho, pero fue quitada con rapidez y agresividad y entonces Juugo pudo asegurar que nunca había visto a alguien tan lleno de soledad. Algo en su interior le gritó que protegiera a ese chico, que no se apartara nunca, él acepto.

=(

Orochimaru estaba bastante complacido, Sasuke era la pareja perfecta para él, era fuerte (y cada día era más gracias al entrenamiento que le estaba dando), atractivo (con cada día que pasaba este crecía), tenía un talento para… ¡hacer cualquier cosa!, en definitiva podría ser el progenitor de sus hijos. Tendría descendientes bastante sobresalientes.

Sabía que haber hecho ese trato con Fugaku hacía tantos años, (que le proporcionaran alimento y protección a cambio de que él fuera el doctor exclusivo de los Uchiha), le traería algo beneficioso a futuro y ahí estaba su beneficio, inconsciente en su tienda.

Hacían tres meses que había salvado a Mikoto, dejo que el pelinegro se despidiera de su familia y se lo llevo con él a donde residía con sus más devotos seguidores, Kabuto, Karin, Suigetsu y Juugo.

A pesar de ya ser meses aún no había hecho “todo” con Sasuke, el chico aún no estaba listo, aunque tenía numerosos talentos aún le faltaba algo para ser perfecto… “Sangre fría”. Cuando el pelinegro matara a alguien sería la más perfecta y maravillosa creación de los Dioses.

Sonrió con satisfacción.

Recordaba esa vez en que Sasuke se había separado de Juugo y Suigetsu cuando habían ido a recoger frutos. Casi mata a esos dos, seguramente el Uchiha utilizaría esa oportunidad para huir, pero sin que lo esperara el ojinegro llegó unas horas después con mucha fruta en una canasta.

En ese momento entendió que Sasuke ya era completamente suyo.

-_-

Caminaba con lentitud por el bosque, no había un destino o a alguien a quién estuviera buscando, simplemente se dedicaba poner un pie frente al otro.

Estamos al revés.

De nuevo esa voz. Odiaba a su mente por recrear al rubio tan perfectamente, su entusiasta e “irritante” voz, su “horrible” sonrisa, sus “feos” cabellos rubios, sus “anormales” ojos azules, su “gordo” cuerpo.

Cada maldito día recordaba aquellas veces que le había sonreído, cuando lo había mirado, cuando lo había tocado… ¡YA!, debía superarlo, seguramente el rubio ya ni siquiera lo recordaba, ¿Por qué perdía su tiempo?

Además nunca lo volvería a ver otra vez. Los Dioses lo habían golpeado con su destino en plena cara, estaría ahí por siempre, y no se estaba quejando.

Él no era una víctima, no lloriquearía, ni sentiría lastima por él mismo. No suplicaría por piedad o libertad, sabía cuál era su lugar y su papel en este mundo: “Ser la paga por la vida de su madre”; se sentía feliz de ser útil.

Una extraña vibración en el suelo lo saco de sus pensamientos, posteriormente unos ruidos le provocaron curiosidad.

 -¡Cuidado!- esa era la voz de Juugo, estaba seguro. Puso más atención y un gritó de Karin llego a sus oídos.

-¡Bruja!-

Sus pies comenzaron a moverse en la dirección en la que se producía aquel alboroto.

O_O

 

Un cocodrilo de 5 metros intentaba matarlos, estaban completamente exhaustos, llevaban 4 horas con lo mismo y simplemente cada vez que atacaban a la bestia, esta no cedía, simplemente los atacaba con más energía. No sabían que ese era territorio de cocodrilos, de haberlo sabido nunca habrían pasado por ahí.

Karin estaba inconsciente junto a un árbol, Juugo a duras penas y se sostenía en frente del cocodrilo y Suigetsu se encontraba hincado manteniéndose en esa posición con ayuda de una lanza. El cocodrilo abrió su enorme hocico amenazantemente, era su fin, serían devorados.

Y entonces Sasuke apareció poniéndose muy cerca del cocodrilo.

Juugo que era el que se encontraba más despierto de los tres observo como los normalmente negros ojos de Sasuke se encontraban rojos.

Ninguno supo que era lo que realmente había pasado, sólo sabían que el animal se había alejado con rapidez hundiéndose en el pantano del lugar.

Sasuke los había salvado, ¿Por qué?... Ni el mismo lo sabía.

=/

-¿Por qué nos salvaste?- le preguntó Suigetsu ese mismo día con sus heridas vendadas.

-No recuerdo haberlos ayudado- contesto luego de un largo silencio. El oji-morado abrió la boca para continuar hablando pero fue interrumpido. –Ese cocodrilo era molesto y quería probar mi sharingan, es todo- el peli-azul le dedico una sombría mirada que respondió hábilmente.

=/

-Mira, un doncel, el líder estará complacido-

-Pero podríamos usarlo nosotros primero- dijo el otro hombre con una sonrisa lasciva.

Qué le pasaba al mundo que sólo lo veía como algo para intercambiar y dar placer.

Ahora sí se había molestado, justo cuando iba a hacer el primer movimiento y dejar inconscientes a esos tipos, Suigetsu apareció de la nada matándolos a una velocidad impresionante.

Sasuke no lo demostró, pero estaba realmente impactado.

-Ahora ya no te debo nada- dijo con actitud genial. El Uchiha no contesto. –Al menos di algo- pidió luego de un tiempo de incomodo silencio.

-Yo alejé a un cocodrilo de 5 metros, esto no es ni la cuarta parte de lo que yo hice- siguió su camino dignamente.

-Maldición, nunca puedo ganarle-

XD

Sasuke toco con suavidad la marca que Orochimaru le había hecho la primera vez que lo uso para darse placer, esa marca lo catalogaba como propiedad del hombre serpiente, era la tradición; marcar a un doncel cuando este fuera tuyo.

Orochimaru siempre lo mordía ahí, una y otra vez, sin parar durante toda la noche.

-Sasuke-kun- sintió como le pasaban un brazo por la cintura y una mano comenzaba a acariciarlo a la altura de su vientre.

-Creo que ya estás listo-

¿Listo?

-Para tener a mis hijos- no pudo mantener su cara de indiferencia por unos momentos, pero la recupero con velocidad. –Pronto Sasuke-kun- un beso fue colocado en su sien derecha y luego supo que se encontraba solo en esa tienda.

No entendió desde cuando había comenzado, sólo estaba seguro de que debía detener sus lágrimas rápido.

Ñ

-Hijo, despierta- Naruto abrió sus ojos lentamente respondiendo al dulce llamado de su madre.

-¿Qué pasa mamá?- preguntó adormilado.

-Naruto, estas llorando- comento su madre mientras lo abrazaba.

-¿Eh?- toco su rostro sintiéndolo húmedo.

-¿Paso algo malo?, Naruto, tú no lloras por cosas sin importancia, ¿Qué está pasando?-  la mujer se encontraba muy preocupada.

-No lo sé- fue lo único que pudo contestar mientras se aferraba al cuerpo de su madre. No sabía de dónde venía ese sentimiento de desesperación, impotencia y tristeza.

U_U

-Sasuke, tenías que haber visto la cara de Karin cuando ese animal muerto exploto y la lleno de sus porquerías, es que su cara fue tan…- la palabrería de Suigetsu se detuvo de golpe. Le observo curioso. El peli-azul mostraba seriedad e irritación en sus facciones.

Últimamente lo veía así cada día siguiente a las noches en que el mayor lo usaba, pero nunca había hecho lo siguiente.

Suigetsu alzó a Sasuke con facilidad y lo estrello contra un árbol presionándole el cuello.

-No lo entiendo, no lo entiendo, no lo entiendo- repetía cada vez más molesto. -¿Por qué se lo permites?, ¿Por qué vives así?, Tú eres muy fuerte, si quisieras podrías matarlo tú…- Sasuke le dio un puñetazo en la cara lanzándolo al suelo.

-Vuelves a hacer algo como esto y te mato- amenazó. Sintió la sorpresa y miedo del otro, pero no se arrepintió.

La verdad era que Suigetsu era el que menos le desagradaba de las personas que lo rodeaban, entre la loca acosadora de Karin, el tipo amante de los animales, el admirador de Orochimaru y este último, era fácil entender la razón. Pero esa parte de él lo irritaba demasiado, ¿Qué se creía?, ¿Qué él disfrutaba esto?

-Kabuto me dijo por qué Sasuke está aquí- se quedaron en silencio esperando que hablara la única mujer del grupo. –Fue intercambiado por su padre-

-¿Intercambiado?- cuestiono el peli-naranja.

-Orochimaru salvó a la madre de Sasuke a cambio de que él fuera suyo-

Yo no estoy aquí en contra de mi voluntad.

Suigetsu no pudo evitar tratar de comprender el por qué de que Sasuke dijera eso.

“Crees que tú mismo lo decidiste”

Karin y Juugo observaron confundidos al oji-morado. ¿Por qué demonios se reía tan escandalosamente?

-¿De qué te ríes idiota?- pregunto la pelirroja molesta.

-Es que Sasuke- otra tanda de carcajadas lo interrumpió, luego se detuvo y no había rastro de la actitud anterior. –Es un imbécil-

O_o

Aunque a Orochimaru le parecía extraño, no decía nada al ver lo unidos que se habían vuelto Karin, Juugo y Suigetsu a su Sasuke.

Lo protegían de todo, le llevaban comida, agua y a él lo miraban feo luego de sus sesiones de “placer”, claro que después él los castigaba mandando a Kabuto a que les diera golpes en la espalda con una vara.

Todo eso era muy extraño, al principio a ninguno parecía agradarle Sasuke… bueno, a Juugo sí, un “Sí” demasiado seguro para su gusto.

Debería matarlo.

No, lo necesitaba. El hombre era bastante fuerte.

El que más le preocupaba era Suigetsu, ese tipillo… Juugo parecía no agradarle mucho a Sasuke y Karin ni siquiera tenía oportunidad, pero el peli-azul al parecer era del agrado de Sasuke y ese era un problema.

A él sí debía matarlo, era una necesidad.

=8

De repente se había visto arrastrado hasta un lago un tanto alejado de dónde vivían con Orochimaru. El lugar era agradable, pero no tanto como el lago dónde conoció a… ¡Maldición! ya estaba pensando en eso de nuevo. Frunció el ceño.

-¿Que sucede, Sasuke-kun?, ¿No te agrada el lugar?- el pelinegro regresó a su cara habitual y negó la cabeza.

-No, está bien- Suigetsu les dio un empujón en su carrera hacia el lago lanzándose a sus aguas escandalosamente.

-¡Fíjate estúpido!- Grito la chica. Juugo se encontraba acariciando a un cachorro de zorro. El simplemente se sentó a orillas del lago introduciendo sus pies en este. –Hoy se cumplen 15 años desde que Orochimaru-sama decidió hacerse cargo de mí- dijo Karin cuando el atardecer ya estaba presente.

Sabía por boca del mismo Orochimaru que él había encontrado a Kabuto, Karin, Suigetsu y Juugo, en diferentes lugares, todos eran unos niños en ese tiempo. Sus tribus habían sido atacadas, siendo ellos los únicos sobrevivientes.

-No voy a estar aquí por siempre- eso lo regreso a la realidad. Suigetsu sonrió. –Algún día me iré, encontraré a una hermosa mujer de pechos grandes, me casaré y tendré muchos hijos-

-¿Quién querría tener a tus horribles hijos?- hablo Karin molesta.

-Cállate, tú te vas a quedar sola para siempre, porque eres fea y nadie te va a querer jamás-

-A diferencia de ti fenómeno, yo estoy agradecida con Orochimaru-sama, jamás me voy a alejar de su lado… no me importa si no tengo esposo o hijos nunca- Suigetsu le dedico una intensa mirada.

-¿Y tú qué Juugo?, ¿Qué harás?- el peli-naranja parecía estar meditando.

-Realmente no había pensado en eso, no había algo que realmente quisiera hacer… pero…-

“ya decidí que me quedaría con Sasuke” pensó el más alto.

-Si Sasuke se va de aquí, yo también lo haré- dijo finalmente. Ese tipo comenzaba a darle un poco de miedo al Uchiha.

-¿Sasuke?- todos observaron al recién nombrado. – ¿Tú que harás?- preguntó el que había iniciado el tema.

¿Cómo que qué haría?, cumpliría con su destino… tener a los hijos de Orochimaru. Trago en seco. No quería eso, pero… la canasta que habían traído y que ahora contenía varios peces proclamo toda su atención.

Incluso la hice para ti…

Lo siento… fue mi culpa.

¡Bastardo!

¿Estás bien?

Yo soy Naruto.

¡Mierda!, ¡cómo odiaba a su cerebro!... ¿¡Y qué demonios hacia pensando en ese tipo justo cuando le preguntaban qué haría!?

-¡Hey!, Sasuke- lo llamaba Suigetsu con insistencia. Por toda respuesta se puso de pie y se adentro en el bosque.

-Idiota, no debiste preguntarle nada-

-Pues te vi muy interesada en escuchar su respuesta-

-¡Voy a matarte!- y comenzaron a pelear. Jalaban el cabello del contrario, arañándose y ahorcándose, aunque nunca haciéndose daño realmente. Un poco alejado Juugo comenzaba a ser rodeado de todo tipo de animales.

Sasuke estaba muy molesto consigo mismo, tenía que superarlo, nunca volvería a ver a Naruto. Se quedaría ahí hasta el fin de sus días ESE ERA SU DESTINO, pero más importante, el ojiazul NO-LE-GUSTABA, era simplemente ridículo, qué estaba esperando su mente al recordarle al rubio tan insistentemente.  Entre Naruto y él nunca hubo nada y nunca habría nada. Seguramente para estos momentos el rubio ya estaría casado… tal vez cuando lo conoció ya estaba casado… Dioses, no sabía nada del otro, ¿Por qué su recuerdo venía a atormentarlo?

¡¡¡MALDICIÓN, NO LE GUSTABA!!!

Un aura asesina lo abrumó al momento que sentía un zarpazo hiriendo su espalda.

-¡Sasuke!- escucho el llamado preocupado de Juugo.

-Sasuke-kun- Karin lo ayudaba a ponerse de pie mientras más allá Suigetsu mataba al tigre con una lanza.

=0

Orochimaru golpeaba brutalmente a Suigetsu. Ese incidente era la oportunidad perfecta para deshacerse de él.

-Fue mi culpa, fue mi idea ir al lago-

Eso había marcado su destino.

-No sólo fue culpa de Suigetsu- trato Karin.

El hombre de largo cabello detuvo sus acciones

-¿Quieres tomar su lugar?- la mujer guardo silencio desviando la mirada.

El hombre serpiente fijo su mirada en Sasuke. Tomo la lanza que Kabuto le ofrecía y se la extendió a este.

-Mátalo Sasuke-kun, él ya no nos es útil- Sasuke tomo la lanza y puso su atención en el sangrante Suigetsu. –Mátalo- escucho de nueva cuenta. El chico en el suelo le dedico una sonrisa divertida como si realmente no estuviera a punto de ser asesinado.

-No- Orochimaru lo miró desconcertado. –No- repitió.

El hombre de un color de piel enfermizo lo tomo del cabello jalándolo para que se acercara a Suigetsu.

-Mátalo- ordeno.  Sasuke hizo contacto visual con el oji-morado de nuevo.

No voy a estar aquí por siempre, algún día me iré, encontraré a una hermosa mujer de pechos grandes, me casaré y tendré muchos hijos.

Sasuke presiono la lanza entre sus manos con todas sus fuerzas y arremetió contra el cuerpo de Orochimaru, el cual no se lo esperaba. Ni siquiera tuvo oportunidad de moverse, sólo sintió como aquella arma se incrustaba en su cuerpo.

Con su pierna, Sasuke empujo al mayor para sacarle la lanza, haciendo que cayera al suelo patéticamente.

-¡Orochimaru-sama!-  se escucho el grito de Kabuto, pero este no pudo hacer nada pues Juugo lo había paralizado.

El Uchiha alzó sus brazos con la lanza llena de sangre entre sus manos, observo al hombre que lo había estado usando durante un año, lo veía con consternación como si no pudiera creer lo que estaba a punto de pasar. Y terminó por encajarle la lanza en la frente.

x/X

-¿Qué harás ahora Sasuke?- le había preguntado Juugo.

-¿Regresaras a tu tribu?- esa había sido Karin. No, no podía regresar a su tribu. – ¿Sasuke?- insistió la pelirroja al no obtener una respuesta.

-Podríamos crear nuestra propia tribu- escucho la voz de Suigetsu, le dedico una rápida mirada, notando sus heridas ya tratadas.

-¿Nosotros?- cuestiono Juugo.

-¿Quién querría hacer una tribu contigo?- exclamo la única mujer, molesta.

-¿Quién te incluyó a ti, bruja?- le contesto molesto. Una nueva discusión entre esos dos había comenzado.

-Tal vez…- se detuvieron al escuchar la voz del pelinegro. –Podríamos…-

 

=)

-Amm… Naruto-

-Sí, papá-

-No es que a mí me importe realmente, pero ya sabes que es una tradición de la tribu que cuando un nuevo líder sube al cargo este tiene que estar casado-

-Lo sé, papá- Minato asintió suavemente. –No entiendo a qué quieres llegar- Sabía que no sería tan fácil. Suspiró –Naruto los sabios están preocupados, ya no eres tan joven y…-

-Pero si tengo 20-

-Lo sé, pero yo comencé a ser el líder a los 18 y Jiraiya comenzó a los 17… tú emm… te estás pasando-

-Quieres decir que tengo que casarme a fuerzas-

-No, Naruto, no… claro que no- eso último lo dijo en un susurro. –Yo no me case con Kushina para ser el líder, ni siquiera planee serlo, yo sólo quería estar con tu mamá, tú lo sabes- Naruto asintió sonriendo. –Sólo queremos que seas feliz- hizo una pausa para pensar. –Tal vez Sakura sería una buena esposa del líder, ella siempre te gusto- su rubio hijo no respondió, se aventuró a decir lo que le había estado rondando la cabeza durante un tiempo. –Tal vez… ese chico que ibas a ver al lago…- como siempre que lo mencionaba, el cuerpo del menor se tensó.

-Eso fue hace dos años papá-  guardo silencio. – ¡Además él no me gusta!- exclamó alterado.

Pero qué cosas insinuaba su padre, Sasuke no le gustaba, es decir, no podía… no es que lo conociera muy bien como para que le gustara. Pero aún así, no había día en que no extrañara esas pocas conversaciones que tuvo con el pelinegro.

 Minato suspiró derrotado. Presiono sus manos contra los hombros de su hijo.

-Ansió el día en que encuentres a esa persona que los Dioses destinaron para ti, porque te darás cuenta de que no hay nada más perfecto que estar con esa persona- le sonrió como sólo un padre sabe hacerlo. –Y si ese chico es esa persona- Naruto estaba a punto de negarlo todo de nuevo, pero el mayor no se lo permitió. –Ten por seguro que los Dioses les permitirán encontrarse otra vez- y se alejó dejando a su primogénito para que procesara todo lo que le dijo.

Naruto se dejo caer en el pasto.

-bastardo…- susurró deseando que Sasuke pudiera escucharlo.

=)

 

-Estúpido- susurro el ojinegro de la nada.

-Sasuke-kun- le llamó Karin. –Qué tal si creamos una tribu sólo tú y yo- ahí estaba la pelirroja con sus acosos otra vez.

-No te me acerques tanto- es lo que le decía siempre. Comenzó a caminar para alejarse de sus tres compañeros de tribu.

-Ya deja en paz a Sasuke, él no te ama, además, sí recuerdas que él es un doncel, ¿verdad?... aunque el sintiera algo por ti, lo cual es imposible, va en contra de la naturaleza- ese era Suigetsu molestando a Karin.

-Cállate, imbécil-

“Sasuke-kun, nuestro amor podrá contra todo”

El de cabello blanco azulado bufo molesto.

-Cómo si alguien quisiera estar con alguien tan fea como tú- por respuesta recibió un puñetazo en la cara que lo dejo en el suelo.

-Te dije que te callarlas estúpido-

Juugo solo los ignoraba mientras acariciaba a un pequeño pajarito que se había posado en su hombro.

=P

 

-Creo que me aleje demasiado- susurró Sasuke sin poder reconocer el lugar dónde se encontraba. Escucho como unos arbustos se movían, se puso a la defensiva inmediatamente y se sintió realmente estúpido al ver salir ante él a un niño de unos 6 años de cabello blanco, piel clara y ojos llorosos.

El pequeño al verlo comenzó a llorar desconsoladamente.

-¡¡Mamá, papá!!- gritó asustado. Sasuke no tenía idea de que hacer, ¿Debería acercarse?

-Eh…- Estando a punto de comenzar a hablar un nuevo sonido llegó a sus oídos, se preguntó si serían Suigetsu, Karin y Juugo, aún así se puso a la defensiva colocándose junto al peliblanco.

Cinco hombres que nunca había visto hicieron acto de presencia.

-Pero miren que nos encontramos, un doncel y su hijo- Sasuke miro de reojo al mocoso que se había aferrado a su pierna asustado.

Esos hombres planeaban hacerles cosas no muy sanas eso era obvio. Pero no permitiría que tocaran al pequeño.

No pudo evitar recordar las noches con Orochimaru.

En definitiva nadie tocaría ese niño.

555

-No puede ser- Iruka se movía de un lado a otro.

-Iruka tranquilízate- trataba Naruto sin éxito.

-¿Y si alguien lo secuestró?, ¿o un tigre lo atacó?, no, un rinoceronte, ¡Un cocodrilo!, ¡Ah!- escuchó al moreno quejarse mientras presionaba su vientre de 8 meses.

-¡Waa, Iruka!- lo hizo que se sentará recargándolo en el trono de un árbol. Él no sabía nada de partos, que podía hacer él si el castaño daba a luz ahí. Justo cuando estaba a punto de hiperventilarse observo como el otro acariciaba su vientre suavemente ya más tranquilo.

-¿Cómo le voy a decir a Kakashi que perdí a nuestro Kenta?- Naruto se acerco a intentar cargarlo. -¿Qué haces?-

-Te llevo de regreso a la tribu, ttebayo-

-¿¡Qué!? ¡No!- el castaño se alejo de él e intento ponerse de pie sin lograrlo. El ojiazul suspiró ayudándolo a realizar tal acción.

-Iruka tú deberías estar descansando-

-¿Cómo voy a estar descansando cuando mi hijo está perdido?- ambos se miraron sin dar señales de rendirse ante el otro.

Naruto se rasco la cabeza con desesperación.

-bien, pero tómatelo con calma, ¿Sí?, ¿Cómo le voy a explicar a Kakashi si te pasa algo malo?, además Kenta está bien, seguramente sólo se alejo de más, ya verás como ahorita lo encontramos, ttebayo- concluyó sonriendo dándole la seguridad perdida al mayor.

-Al fin los encontré- la voz de Kakashi le regresó la angustia al castaño.

-Kakashi- la voz de Iruka tembló.

- Kushina no me dejo cargar a mi princesa, sólo me dijo que me fuera a buscarlos al bosque – se acercó a su esposo y le dio un corto beso en los labios al tiempo que acariciaba su vientre. – ¿Dónde está Kenta?-

-Pues K-Kenta- tartamudeo Naruto al ver que Iruka no contestaba.

-Kenta…- Animo el peliblanco.

-¡No sabemos dónde está!- Gritó el castaño alterado.

-¿Qué?- Kakashi estaba confundido.

-Estábamos jugando a las escondidas y... eh…- el moreno rompió en llanto. Naruto se sorprendió de que el embarazo no le jugara una mal pasada a Iruka desde antes, después de eso se sintió muy culpable, él había invitado a Kenta a jugar al bosque y ahora no sabía ni dónde estaba, pero claro que lo encontraría.

-Tranquilo Iruka, Kenta seguramente está bien- decía el peliblanco mientras lo abrazaba.

-¡Aaahh!- un grito de dolor los altero a los tres.

-¿Qué fue eso?-

-Vino de allá- y Naruto comenzó a correr en esa dirección, no tenía idea del por qué, pero el único nombre en su cabeza era…

¡Sasuke!

O.O

Cuando uno de los tipo se abalanzo contra ellos, fue fácil dejarlo noqueado en el pasto. Los otros cuatro los atacaron al mismo tiempo, como si eso realmente les fuera a ser útil contra él. Se alejó un poco del niño y comenzó a acabar con los tipos hábilmente.

Lo que no esperaba era que el primero que había caído ahora estaba a punto de atravesar al chiquillo con una lanza. Se movió sin pensarlo tomando al niño en brazos, apartándose del tipo.

El ardor en su costado izquierdo le hizo saber que la lanza había alcanzado a rozarlo.

Comenzó a temblar sin poder detenerse. El pequeño que sollozaba se aferro a él con fuerzas, Sasuke sólo pudo dejarse caer de rodillas patéticamente, su cuerpo había dejado de responderle.

-Veneno de serpiente- escucho la voz del hombre que lo observaba con prepotencia. -¿Dónde quedo tu fuerza, cariño?-

Uno de los tipos que había golpeado anteriormente le arrebato al peliblanco.

-¡No, no!- suplico el niño. El pelinegro intento ir por él, pero lo que consiguió fue terminar con la cara en el suelo. Escucho dos carcajadas diferentes, los otros hombres seguían inconscientes. Sintió como era volteado para quedar con la espalda contra el pasto. El sujeto que antes tenía la lanza se coloco encima mientras soltaba una risa que a Sasuke le pareció bastante siniestra.

-Vamos a disfrutar contigo un rato, pero no te preocupes, morirás después de eso-

-¡No!- el niño se soltó del agarre que lo detenía y mordió al hombre sobre él.

-Maldito mocoso- fue capaz de ver como el chiquillo caía de cara al piso luego de ser empujado bruscamente. No supo ni como pero fue capaz de levantar sus manos, una termino jalando el cabello contrario y la otra intentaba hacerle daño en los ojos.

-¡Detente maldición!- sintió como una mano se colocaba en su pierna izquierda, moviéndola de una forma imposible para sus huesos.

-¡Aaahh!- ese tipo le había roto la pierna, el dolor inundo todo su cuerpo. Sus manos cayeron a sus costados, su respiración se había vuelto forzada. Las pieles que usaba estaban comenzando a serle arrebatadas.

El no era una víctima, no lloriquearía ni se enojaría con los Dioses por su cruel destino, pero en ese momento, no pudo evitar preguntarse ¿Por qué precisamente él tenía que estar ahí?

Ya sin esperar nada, el hombre fue quitado de dónde se encontraba y estrellado contra un árbol mientras un rubio lo golpeaba con ira.

¿Rubio?

-¡Maldito!-

Esa voz.

 Su cerebro era un maldito, ¿Por qué justo cuando se estaba muriendo le mostraba una alucinación de…?

-Naruto- susurró.

Aunque realmente ya no importaba, si se estaba muriendo, disfrutaría de esto.

El ojiazul hizo contacto visual con él, soltando al tipo con la cara desfigurada.

-¡Sasuke!, ¡Sasuke!- no dejaba de llamarlo mientras lo aferraba contra su pecho, un gemido de dolor escapo de sus labios. ¿Cuándo había llegado su alucinación a su lado? –Lo siento, Sasuke-Los ojos azules lo recorrieron por completo -¡Esos malditos!- podía sentir la ira emanar del rubio.

Busco al pequeño peliblanco con la vista topándose con una escena bastante enternecedora. Un hombre igual al niño lo sostenía con uno de sus brazos mientras con el otro acercaba a un castaño, tanto el niño como el moreno sollozaban.

Una familia.

El niño había podido regresar con su familia. Al menos había hecho eso bien.

Un sopor extremo lo invadió, no podía mantener los ojos abiertos, se dejo llevar sin luchar.

-Sasuke… ¡Sasuke!... ¡bastardo!- unos segundos antes de no saber nada de sí, pensó en la posibilidad de que ese Naruto fuera el real.

Se sintió feliz.

 

Notas finales:

-_- este capítulo tenía que estar desde el domingo pasado, pero me puso a hacer el capítulo de otro fic e hice la tercera parte de este, tuve una semana ocupada y por fin ayer tuve tiempo, pero se me termino el día y al fin hoy logré terminarlo.

Espero y les haya gustado =D 


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