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La vida siempre nos sorprende.
Cuando creemos que algo no puede salirnos mejor, siempre puede mejorar… y también se aplica en el sentido inverso.
Cuando nos sentimos deprimidos por alguna caída confiamos en que no podríamos estar más abajo… y luego llega algo que termina de enterrarnos en el suelo.
¿Es justo que tantas desgracias se vuelquen sobre una sola persona?
¿Quién puede decidirlo?
Al final cada uno se las arregla como puede para superar las dificultades que se le presentan
Al final siempre estamos solos frente al mundo
No importa cuantos amigos griten a los cuatro vientos que jamás te dejarán solo
No importa cuántos amantes clamen y lloren por ti…
En el preciso instante en que enfrentas a tus peores demonios, estás solo
Porque aquello te corresponde solo a ti
Son tus miedos, son tus alegrías, son tus penas, son tus desgracias.
Incluso aunque puedas compartirlas físicamente con alguien…
Tu mente sigue apartada, tus sentimientos siguen perteneciéndote
Tu alma no puede dividirse…
Son momentos críticos, decisivos en los que la presencia de los demás se vuelve innecesaria y paradójicamente, vital.
Puede que en ese instante no sean de mucha ayuda, pero lo serán antes y después.
Porque de los demás aprendes, con el resto convives.
Las personas aparecen y desaparecen de tu vida.
Te dejan recuerdos, te dejan momentos cargados de alegrías y tristezas.
Te dejan parte de ellos, parte que atesorarás dependiendo de qué mella hicieron en ti.
Pero todos dejan algo.
No siempre es bueno, no siempre es dulce…
Me pregunto cómo podemos llegar a ser tan egoístas para expulsar a gente de nuestra vida.
Gente que no necesariamente nos hacía daño.
Personas que pudieron seguir a nuestro lado por mucho tiempo más.
Personas que nos apreciaban.
Es egoísmo y a la vez autoprotección, es tristeza y a la vez tranquilidad.
Los seres humanos nos hacemos daño los unos a los otros y no podemos evitarlo.
Por eso en momentos importantes abandonamos a personas que esperaban nuestra compañía.
No digo que todos seamos iguales, no digo tampoco que suceda siempre… pero ocurre
Pues por esa razón también nos enamoramos…
Buscamos en el otro lo que nos complementa, lo que nos hace sentirnos completos, en casa, queridos… amados.
Creo que uno de los peores juegos de la vida es que el amor dependa de dos personas.
Al hacerlo se vuelve algo tan cruel, tan inestable… tan efímero.
Ojalá durase por siempre…
Ojalá pudiésemos conservarlo y no sufrir daño alguno en el proceso
Ojalá no llegásemos al extremo de dañar a la persona que queremos en nombre del amor que sentimos.
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--------------------------------------------------Angel--------------------------------------------------------
-Mi hermano no aparece-
Observé a mi hija sintiéndome perdido
¿Dónde estaba Matthew?
Entrelacé mis manos deseando que Sebastian apareciera por la puerta, con un gesto cansado pero junto a nuestro hijo
Dios…
-Mamá…-
Hice acopio de todas mis fuerzas para darle una sonrisa tranquilizadora a Samantha, pero su expresión de rabia no varió
-¿No sabes dónde podría estar?- cuestioné consciente de que los mellizos se contaban todo
Pero ella negó, causando que mi corazón se apretara aún más
-Ya busqué en todas las partes que frecuenta, y ni Evan ni Benjamín saben dónde está-
Frustrado me dejé caer en el sofá, consciente de que estaba temblando
¿Cómo podía haber desaparecido?
¡Se suponía que regresaría del instituto como cada día!
Sabía que debía esperar, pero mi instinto me decía que mi hijo estaba en problemas…
¿Dónde buscarlo?
¿A quién pedirle ayuda?
Lo primero que habíamos hecho cuando descubrimos que no respondía el teléfono y nadie sabía dónde estaba fue llamar a la policía… Sebastian se había marchado con ellos después de que Erick saliera desesperado por la puerta
Cubrí mi rostro con mis manos, deseando tener a mi madre cerca, pero tampoco quería preocuparla… no todavía
-Ven aquí Sam…- la llamé suavemente
Ella se acercó a mí lentamente, casi estudiándome
Señalé el espacio junto a mí y ella se sentó en silencio
-¿Realmente no sabes dónde podría estar?- susurré negándome a llorar
Debía mantenerme fuerte, ¡Realmente debía hacerlo!
Pero la desesperación me consumía…
Ya habían pasado dos días y no teníamos noticia alguna de él…
Mi hijo…
-Te juro que busqué, pero no estaba en ninguna parte, es como si al salir del instituto se hubiese evaporado…- respondió con voz quebrada
Sin replicar la abracé, deseando poder infundirle alguna seguridad, pero consciente de que no era posible
Ella era demasiado inteligente como para dejarse engañar por palabras vacías
-Sé que aparecerá- murmuré a pesar de todo
Tenía que convencerme de ello
De pronto el llanto de un bebé se dejó oír por el comunicador que tenía en la mesita de centro
-Iré a ver a tus hermanos-
Besé la frente de mi hija y me puse de pie, caminando directo al cuarto de los gemelos
La habitación estaba levemente iluminada por una pequeña lámpara ubicada sobre una mesita oscura
Ya eran más de las diez de la noche y era normal que por la ventana apenas ingresara luz nocturna
Ray lloraba desesperadamente, removiéndose en su cuna como si de pronto se hubiese percatado de que había perdido algo
Alcé a mi hijo con cuidado intentando tranquilizarlo, pero en el fondo mi corazón me decía que el comprendía…
De alguna forma Raymond sabía que algo andaba mal
-Ya, ya bebé… todo estará bien- susurré meciéndole suavemente
Sus ojos verdes, idénticos a los de Sebastian me observaron con atención
Sonreí enternecido, aquellos dos pequeños regalos me habían dado energías para seguir adelante
-No te preocupes, tu querido hermano volverá- aseguré acariciando lentamente su mejilla
Mi bebé atrapó mi dedo con su mano izquierda y comenzó a dormirse
Estuve varios minutos más meciéndole, hasta que comprobé que había vuelto a dormirse. Con cuidado, le devolví a la cuna y lo tapé con la pequeña frazada azul que Kevin le había regalado
Observé a mi hijo sintiéndome aún más triste
Mientras los gemelos estaban aquí, tan protegidos, en algún lugar estaba Matt… quizás pasando por qué sufrimiento
“Es bastante negativo pensar de esa forma”
Suspiré profundamente y me dirigí hacia el ventanal, me extrañó que hubiese tanta oscuridad afuera, apenas se distinguía a unos cuantos metros de la casa
Me quedé parado observando lo que alcanzaba a ver del jardín cuando de la nada, entre los arbustos un par de ojos verdes aparecieron…
Un par de ojos verdes que me provocaron escalofríos
Retrocedí automáticamente y corrí la cortina observando mis manos temblando
-Estoy imaginando cosas- me aseguré en voz alta
Sacudí mi cabeza repitiéndome una y otra vez que aquello había sido una ilusión… estaba demasiado estresado por la desaparición de mi hijo… no había dormido la noche pasada y esta no parecía ser diferente
Salí del cuarto cerrando la puerta con delicadeza y decidí bajar a la cocina en busca de un café
Al pasar por el salón me encontré con Samantha durmiendo en el sofá, fruncí el ceño y volví a subir las escaleras en busca de una frazada para abrigarla
Cuando me aseguré de que no pasaría frío entré a la cocina y puse a calentar agua
Observé con lejanía como el interruptor del hervidor bajaba y preparé mi café mecánicamente
¿Dónde estás Matthew?
-Angel-
Me giré bruscamente y casi dejé caer el tazón con café por el susto
-¡Dios Sebastian!- exclamé llevando mi mano libre a mi pecho
Mi corazón latía con fuerza
-Lo siento- se disculpó con un tono neutro
Suspiré, sabía que realmente no lo sentía
-¿Supiste algo?- interrogué dejando de lado el café y acercándome a mi marido
El rubio se me quedó mirando fijamente por demasiado tiempo
-¿Qué pasa?-
Pero él no respondió, solo siguió observándome, como una estatua de mármol
-¡Sebastian!- reclamé con ansiedad
-Creo… creo que alguien secuestró a Matt- confesó consiguiendo que mis piernas se doblaran
¿Qué cosa?
¿Quién podría haber secuestrado a nuestro hijo?
-¿Sabes quién pudo..?-
-No, no lo sé-
Fruncí el ceño al notar que no me miró al responderme, ¿Estaba ocultándome algo?
-Sebastian…- comencé deseando que sus ojos se posaran en mí
-Estamos haciendo todo lo posible- aseguró manteniendo su mirada lejos
Avancé sin vacilaciones y sujeté su rostro con mis manos
-¿Estás ocultándome algo?-
El rubio volvió su mirada más fría y me sentí retroceder en el tiempo
Durante todo nuestro matrimonio había conseguido una confianza que me permitía tratarle como a un igual, sin dudas, sin reservas…
Después de todo es la persona que amo…
Pero a veces recordaba cómo era todo antes de que todo se… calmara
Y de pronto él me miraba con la misma frialdad que en esos tiempos
Consiguiendo inquietarme mucho más
-Ya te lo dije, estamos haciendo todo lo posible-
Sonreí intentando restarle algo de importancia al asunto
-Está bien, te creo, sé que estás igual de preocupado que yo-
Él sostuvo mis manos y se inclinó para besarme
Le devolví el beso apreciando la preocupación y el cariño en el gesto
-No vamos a perder a nuestro hijo, haría todo porque esté a salvo, todo-
Por alguna razón no me sentí tan bien como debería con sus palabras, una parte de mí se tranquilizó un poco, sí, pero otra igual de importante sintió miedo
¿Qué tipo de cosas implicaría ese “Todo”?
-¿Y Erick?-
-Está… muy preocupado-
Alcé ambas cejas, ¿Qué significaba aquello?
Estamos hablando de su hermano menor y por qué no reconocerlo, su hermano favorito… ¡Por supuesto que estaría preocupado!
-Sebastian…- volví a llamarle increíblemente consciente de que había algo que se me estaba escapando de las manos
-Volverá pronto, ¿No quieres prepararme un café?-
Lo miré extrañado pero asentí y me tomé mi tiempo para cumplir con su petición
Por su parte, mi marido se sentó frente a la barra desayunadora con una expresión carente de cualquier emoción
“No te cierres… no vuelvas a cerrarte, por favor” supliqué mentalmente mientras depositaba el tazón frente a él
-Gracias-
Un gesto vacío… maldición
Bebí de mi café sintiéndome más y más perdido
¿Qué debería hacer?
-¿Y la policía?- cuestioné observándole beber
-Unos inútiles totales, como siempre-
¿Eh?
Fruncí el ceño al entender lo que sus palabras estaban dejando entrever
-¿Entonces como sabes que Matthew fue secuestrado?-
Mi marido se me quedó mirando, tal vez consciente de que él solo se había delatado
-Angel…-
-No soy estúpido Sebastian, hay algo que no cuadra y tú me lo estás escondiendo- reiteré deseando que confiara en mí
-Ya te lo dije, estamos haciendo todo lo posible-
-¿Quiénes?-
Sus ojos verdes se enfriaron un poco, pero él suspiró
-Le pedí ayuda a Bastian y a Kevin-
Inconscientemente mis dedos se aferraron al mesón, deseando haber escuchado mal
-¿Cómo dices?-
-Dije que le pedí ayuda a Bastian y a Kevin, sabes que son buenos en esto-
No, no, no…
Mi hijo no puede estar relacionado con esta basura
-¿En esto Sebastian? ¿A qué te refieres con ESTO?- levanté un poco mi voz comenzando a sentirme más y más nervioso
-Es obvio que Matthew no se fue por su propia voluntad, alguien lo secuestró, sabes que Bastian y Kevin son buenos rastreando…-
Alejé el tazón con mi café sintiéndome asqueado, recuerdos… horribles recuerdos aflorando en mi cabeza
-¿Sabes quién tiene a nuestro hijo?-
No estaba bromeando, lo miré fijamente, intentando demostrarle que si él me mentía, yo lo descubriría
Dieciocho años conociéndole no podrían haber pasado en vano
-Sí-
Cerré mis ojos con fuerza
Así que eso era lo que me había estado ocultando
-¿Me dirás quién es?-
-No-
No había duda alguna en su tono, lo cual me deprimió
¿Por qué no podía decírmelo?
-Soy su padre también, ¿Por qué no puedes decírmelo?-
-Angel, ¿Cuántas son las posibilidades de que puedas hacer algo para ayudar?-
Me eché hacia atrás producto del dolor, sus palabras tan honestas eran demasiado dolorosas
-¿Y qué se supone que haga Sebastian? ¿Qué te espere con el almuerzo hecho mientras mi hijo está perdido?- espeté herido
El rubio bajó su mirada
-¿Crees que no tengo nada que hacer en este asunto? ¡ES MI HIJO TAMBIEN!- exclamé poniéndome de pie
-¿Y qué cambiará si te lo digo? No van a soltarlo por eso-
-¿Y cómo harás para salvarlo?-
-…-
Mordí mi labio con demasiada fuerza, tanta que conseguí sacarme sangre
Sabía la respuesta a mi pregunta, él era capaz de matar por salvar a nuestro hijo, pero incluso aquello lo encontraba horrible
¿Quién había secuestrado a Matt y por qué Sebastian no quería decirme su nombre?
-Sebastian, no hay un mejor momento que este para confiar en mí, sé que no podría ser de gran ayuda, pero no hay forma en la que no seas capaz de entender mi preocupación… por favor, dime todo lo que sepas- supliqué sintiéndome angustiado
Pero mi marido se mantuvo en silencio, mirando fijamente el tazón con café que yo mismo había preparado
Apreté mis puños deseando poder sacudirlo hasta que me dijese la verdad, pero en lugar de eso me quedé de pie, esperando que por algún milagro del destino él se dignara a hablar
Los milagros no existen…
-Bien-
¿Qué más podía hacer?
Salí de la cocina consciente de que mi marido no había querido confiar en mí sobre algo tan importante como la desaparición de nuestro hijo
Tomé mi abrigo y redacté una breve nota para mi hija, no quería preocuparle cuando despertara
-Angel…-
Ignoré el llamado de Sebastian y salí a la calle, el frío de la noche me recibió recordándome que mi hijo estaba encerrado en alguna parte…
Recordé la oscuridad de la habitación en la que Varick y el padre de Sebastian me habían encerrado y me estremecí
¿Estaría Matt pasando por algo parecido?
-¡Angel!-
Apresuré mis pasos escuchando claramente los de mi pareja siguiéndome
Más de diez años de matrimonio y esta era toda la confianza que podía depositar en mi Sebastian…
¿Era justo?
¿Merecía saber esto en un momento tan cruel?
-¡Maldición Angel detente!-
No le hice caso y seguí caminando hasta que llegué al parque al que siempre acudíamos con los niños cuando eran más pequeños
-¡ANGEL!-
-¿QUE?- grité deteniéndome frente a la pequeña laguna artificial y girándome con brusquedad hacia él
No era irresponsable, sabía que no podía ir demasiado lejos a estas horas de la noche, sobre todo con dos gemelos de meses a mi cargo, pero necesitaba espacio…
-¡No puedes salir de la casa de esta forma!-
-¿Y por qué no? ¿Acaso hay ALGO MAS que no me has contado?- espeté con rabia
El rubio volvió a enmudecer y de haber podido golpearle lo habría hecho
-¿Te das cuenta que llevamos más de diez años casados y aún no eres capaz de confiar en mí?- susurré sintiendo mis ojos humedecerse
-No es eso Angel…-
-Si lo es, lo sabes, siempre es lo mismo, cuando todo marcha normal pareciera que somos la familia perfecta, pero cuando algo grave ocurre siempre me toca cargar con el peso de tu desconfianza, incluso cuando nuestro hijo es secuestrado por quien sabe qué clase de persona tú eres incapaz de confiarme lo que sabes-
¿Se atrevería a defenderse?
Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, consciente de que las cosas no iban bien
¿El amor era suficiente para seguir cegándome?
No, por supuesto que no
No lo había sido cuando tenía a los mellizos en mi vientre, no lo sería ahora
Pero las circunstancias habían cambiado bastante
Ya no sería capaz de encerrarme en un departamento por el bien de mis hijos…
Ya no podría callar esperando que por alguna gracia divina él se dignara a contarme qué diablos estaba pasando…
-No puedo contarte nada aquí- replicó observando a nuestro alrededor
Me crucé de brazos
-¿Y por qué no?-
-Yo puedo responderte eso, Ángel-
Una desagradable sensación recorrió mi columna al escuchar aquella voz
Sebastian dirigió su mirada hacia un lugar detrás de mí y tuve la repentina necesidad de correr lejos
Me giré lentamente, anhelando estar en una pesadilla, no había escuchado aquella voz en diecisiete años…
No era posible
Pero la figura de Varick estaba a escasos metros de mí
Sonriendo, con un gesto que se asemejaba más a una mueca maligna que a alguna muestra de felicidad
-¿Varick?- murmuré sintiéndome perdido
Varick no podía estar mirándome con satisfacción…
Él no podía estar hablándome…
Él estaba muerto…
Sebastian lo había dicho…
Observé rápidamente a mi esposo, esperando ver alguna señal de que todo esto se tratase de una broma de PESIMO gusto, pero él observaba a su primo con seriedad
-No, tú no puedes estar aquí- sentencié retrocediendo un paso
El de cabello oscuro amplió su sonrisa
-¿No? ¿Por qué no? Que yo recuerde puedo ir a donde yo quiera…-
Tuve que hacer grandes esfuerzos para mantenerme de pie
Mi cerebro funcionaba a mil intentando encontrarle algo lógico a todo este asunto, pero solo podía pensar que Sebastian me había mentido…
Me había estado mintiendo todos estos años…
Y ahora mi hijo había sido secuestrado…
-Angel, vámonos-
¿Se atrevía a darme una orden?
-Tú ni siquiera te atrevas a hablarme- siseé entrecerrando los ojos
Mi pecho dolía, dolía tanto que se me dificultaba respirar, pero había un asunto más importante que descubrir un engaño tan grande
-¿Sabes dónde está mi hijo?- le pregunté a Varick con rudeza
El asesino asintió
-¿Tú lo secuestraste?-
Negó con la cabeza, sabía que creerle sería muy arriesgado, pero entre él y Sebastian, acababa de descubrir que incluso un asesino como él me había mentido menos que mi marido
-¿Puedes ayudarme a rescatarlo?-
Varick se giró hacia su primo
-Depende de Sebastian-
Suspiré profundamente
-Angel, vamos a casa-
-No, no iré contigo a ninguna parte hasta que esté seguro que tendré a mi hijo de regreso conmigo- aseguré dejándole claro que no podría convencerme de lo contrario
El médico alzo su mirada al cielo
-Bien, Varick, quiero que te reunas con Bastian y con Kevin, ellos saben de esto, entenderán que serás de ayuda, creo que sabes que debes hacer-
El de cabello oscuro asintió sonriendo y se acercó a mí
-¿Sorprendido Angelito? Creo que si hubiésemos hecho una apuesta sobre esto, yo habría ganado… es una lástima que no lo hayamos pactado… nos vemos-
Se alejó rápidamente, dejándome sin palabras
Por supuesto que él me había advertido sobre Sebastian…
Todos lo habían hecho alguna vez y cada una de esas malditas veces yo le había defendido…
Por supuesto, la consecuencia siempre, SIEMPRE era la misma… yo me enteraba después de todos que mi pareja me había estado mintiendo
-Angel…-
-No quiero que los gemelos se despierten y yo no esté cerca- comenté comenzando el retorno a casa
Por supuesto él me siguió, en silencio y guardando una distancia prudente de mí
Tuve que enterrar mis manos hasta lo más profundo de mis bolsillos para no golpearlo
Quería correr, quería gritar, quería llorar…
Pero no podía, no podía por el simple hecho de sentirme DEMASIADO mal
Era esa clase de dolor que te ahoga y te impide hacer cualquier otra cosa, incluso pensar…
No puedes desahogarte, no puedes respirar bien, ni siquiera moverte…
Solo sentir tu pecho fuertemente oprimido y tus ojos ardiendo
Decidí subir al despacho, consciente de que las paredes de aquella habitación habían sido insonorizadas
Cuando Sebastian cerró la puerta tras de sí, no me atreví a girarme
Me quedé de pie, junto al escritorio observando por la ventana el paisaje nocturno
-¿No vas a preguntar nada?-
Me giré levemente y le sonreí a Sebastian
-¿De qué serviría?-
Pude notar confusión en su mirada, pero no me molesté en explicar nada
-He pasado tantos años a tu lado que me gustaría decir que te conozco, tal vez no completamente, por lo menos en parte… pero no puedo hacer aquello… no puedo decir siquiera que confías en mí, porque siempre hay algo que me escondes…-
-Angel…-
-Cada vez… cada vez que me has reclamado por no ser honesto contigo se ha tratado de algo insignificante, algo sin importancia, pero no me molestaba porque entendía que te preocupabas por mí…- continué ignorando su llamado
-Por amor te he seguido en todo Sebastian, por amor ignoré a cada persona que me habló de los peligros que implicaba relacionarme contigo… por amor te entregué todo lo que tenía, incluso aquello que no debería haberte dado, lo hice porque te amo como a nadie… pero no es suficiente…- añadí sintiendo mi voz quebrándose
Noté su intento por acercarse a mí y extendí mi brazo automáticamente
-¡Nunca es suficiente! ¡Te di mi amor! ¡Te di mi confianza! ¡Te di mi maldito corazón! ¡Mis pensamientos! ¡Incluso llegué a entregarte el poder de decidir por mí cuando era necesario! ¡Pero no es suficiente! ¡JAMAS HA SIDO SUFICIENTE!- grité notando el temblor en mis manos
-¡Te amo! Siempre he querido protegerte a ti y a nuestros hijos de todo…- respondió avanzando un paso hacia mí
-¿Y QUE? ¿CREES QUE ESTA ES LA FORMA CORRECTA? ¿TE DAS CUENTA DEL PELIGRO EN EL QUE HAS INVOLUCRADO A NUESTRA FAMILIA AL DEJAR VIVO A VARICK?-
-¿No que estabas en contra de asesinar personas?-
¿Y se supone que lo dejó vivo por mí?
-¡SI PERO VARICK NI SIQUIERA PUEDE CONTAR COMO TAL! ¡ES UN ASESINO! ¡LLEVA TODA SU VIDA ASESINANDO PERSONAS Y TE RECUERDO QUE SE LLEVO A ERICK Y A LOS MELLIZOS!-
-¡OLVIDAS QUE YO TAMBIEN SOY COMO EL!-
Retrocedí asustado
Hacía mucho tiempo que no veía sus ojos oscureciéndose, incluso había llegado a olvidar que alguna vez le había visto en ese estado
No sabía si Sebastian estaba herido, triste o furioso, pero no iba a dejar que esto continuara así…
-No, tú eres mucho peor- aseguré consciente del dolor que podría causarle
-No estás siendo justo-
-No, estoy siendo honesto, incluso Varick lo es, pero tú no. Tú crees que tienes el derecho de manejar la vida de los demás según tus criterios pero la verdad es que no eres infalible, nuestro hijo fue secuestrado por alguien y ni siquiera eres capaz de decirme su nombre, incluso reconociendo que lo sabes. Has pasado todos estos años mintiéndome, sin sentir culpa alguna, creando una vida falsa a mí alrededor, a nuestro alrededor, fingiendo que todo ha cambiado, dando por hecho que todo seguiría igual, apuesto que ni siquiera hubieses considerado decirme la verdad si Varick no hubiese aparecido hoy frente a mí…-
-Angel, sabes que lo hice por el bien la familia-
-No Sebastian, lo hiciste porque eres un cobarde- aclaré con sinceridad
El rubio me miró dolido, pero con ese horrible color oscuro en su mirada
-¿Yo soy un cobarde?- cuestionó en un susurro
-¿YO SOY UN COBARDE? ¡ME DIJISTE QUE NO PODRIAS SOPORTAR VIVIR CON UN ASESINO ASI QUE DEJE VIVO A LA UNICA PERSONA QUE PODRIA GARANTIZAR LA FELICIDAD DE NUESTRA FAMILIA! ¡HE HECHO TODO LO QUE HE PODIDO POR DARTE UN HOGAR NORMAL! ¡HAS SIDO FELIZ DURANTE TODO ESTE TIEMPO GRACIAS A ESTO!- estalló con evidente furia en su tono de voz
-¡PERO SOLO HAN SIDO MENTIRAS!- espeté
Sus ojos me observaron con tal enfado que terminé retrocediendo otro paso
-¿No te das cuenta que esto es horrible? Maldición Sebastian he vuelto a confiar en ti cada vez que me has mentido, pero sigues haciéndolo… ¡Sigues haciéndolo y ni siquiera sientes culpa!, ¿Cómo puedes seguir viviendo en paz?-
-Es bastante hipócrita de tu parte que me reclames por esto Ángel, ¿Crees que de haber asesinado a Varick hubiésemos vivido en paz?, Si no fuera por él habría tenido que seguir defendiendo nuestras espaldas todo el tiempo, hay cientos de personas allá afuera que hubiesen dado nuestro peso en oro por nuestras cabezas, ¿Hubiese sido mejor esa vida para ti?-
-¡No puedo creer que seas tan cínico para intentar hacerme sentir mal por tus mentiras! ¿No podrías simplemente decirme que le dejaste vivo y que él se encargaría de lo que fuese que tanto peligro nos traía?-
-Honestamente, ¿Habrías tenido una vida tranquila sabiendo que él seguía vivo?-
Bien, él tenía razón, el solo nombrar a su primo me ponía los pelos de punta y por muy cruel que pudiese sonar para algunos, saber que estaba muerto me daba mucha, mucha tranquilidad
-¿Y por qué tú si puedes seguir tan feliz y tranquilo?-
-Porque yo sé que es lo único que permite que seamos felices-
-Evidentemente no lo somos, nuestro hijo fue secuestrado- siseé deseando arrojar todo lo que estaba sobre el escritorio
-No espero que lo entiendas ahora, pero es lo mejor que pude hacer para proteger a nuestra familia-
-¿Y YO QUE SOY? ¿TU PERRO? ¡SOY TU MARIDO Y MERECÍA SABER LA VERDAD!-
-No creí necesario que cargaras con aquello-
Bufé y pasé mi mano derecha por mi cabello
¡Sebastian es tan desesperante!
-¿Todavía no lo entiendes? ¡Estar casados implica mucho más que criar niños! ¡Es amar al otro y CONFIAR en él! Algo que evidentemente tú desconoces- solté con amargura
-…-
Nos quedamos en silencio por varios minutos… minutos que se me hicieron horas
Pensaba que con el transcurso del tiempo me calmaría, pero era inútil siquiera intentarlo
No podía ni mirarlo a la cara de la rabia que sentía
Era frustración mezclada con engaño y tristeza
¿Realmente después de todos estos años él seguía siendo igual?
¿Tendría que soportar esto por el resto de mi vida?
Ser engañado una y otra vez, todo por “mi bien”
No…
No podría seguir haciéndolo…
¡Ni siquiera podía mirar a mi esposo!
-Ya no quiero seguir así- acepté dejándome caer al suelo
Sebastian se acercó y se arrodilló frente a mí
-Sabes que te amo, jamás haría algo para hacerte daño-
-¿No? Pues siempre lo consigues…-
Ni siquiera intenté alejarme cuando sus manos acariciaron mi rostro
-Angel…-
-Tú no eres capaz de confiar en mí Sebastian… y yo no puedo estar con alguien así-
Mi corazón dolía horriblemente, apenas me permitía hablar
Pero ya no podíamos seguir así…
¿Felicidad?
¿A qué felicidad podía aspirar temiendo siempre que él estuviese ocultándome algo?
-En cuanto Matthew esté a salvo me iré- anuncié sin atreverme a mirarle
-No puedes hacer eso-
¿Por qué no?
Alcé mi mirada y me volví a encontrar con esos ojos que no se parecían al verde que amaba
-Claro que puedo, no voy a seguir con una persona en la cual ya no confío-
-¿No me amas?-
-¡Esto va más allá del amor que te tengo! ¿No puedes entenderlo? ¡Cada vez que me ocultas algo me haces daño!-
-¡Pero fue por el bien de nuestra familia!-
-¡Yo no soy Erick Sebastian! ¡Tampoco soy ninguno de los mellizos ni de los gemelos! ¡Si me pediste matrimonio fue porque querías casarte conmigo y aceptar todo lo que implica!-
La desesperación crecía en mi interior, solo quería llorar en paz y el tenerle cerca aturdía mis sentidos
-¿Serviría de algo que te pidiera perdón?-
Sonreí amargamente
-No, porque no serías sincero, tú no crees haber actuado mal y yo no voy a obligarte a dedicarme palabras vacías en las que tampoco podría creer. Ya me prometiste que esto cambiaría y resultaron ser mentiras, mientras no pueda confiar en ti no voy a seguir en este matrimonio-
¿De dónde salían mis palabras?
¿Quién era el infeliz que las pronunciaba?
Mi corazón sangraba en mi pecho y mi respiración era tan dificultosa que me asombraba seguir ingresando oxígeno a mis pulmones
Pero incluso a pesar del dolor sabía que no podía mentirle
Estaba siendo honesto con él, algo que no me había sido retribuido a pesar de todos mis esfuerzos…
-¿Estás seguro de tu decisión?-
No, por supuesto que no…
Quiero regresar atrás, quiero seguir creyendo que Varick está muerto
Quiero que Matt esté con nosotros, a salvo…
Quiero que tu mirada siga siendo la misma…
Pero nuevamente la maldita farsa en la que vivía se desmoronó
Y ahora vuelven a quedar restos… restos que no sé si podré levantar…
-No, pero no puedo mentirte y decir que seré capaz de perdonarte ahora… por favor, trae a salvo a nuestro hijo-
Me puse de pie con esfuerzo, consciente de su mirada sobre mi figura
-Si te marchas ahora no estoy seguro de poder recuperarte-
Agradecido de que no pudiese verme dejé caer mis lágrimas y avancé hasta la puerta
-No me marcharé ahora, ya te lo dije, en cuanto Matthew esté a salvo me iré… y me llevaré a nuestros hijos Sebastian- añadí rogando por no delatar mi llanto
Al cerrar la puerta tras de mí resbalé contra la madera y llevé mis manos a mi rostro
¿Cómo habíamos llegado a esto?
¿Con qué clase de persona me había casado?
-¿Por qué no puedes confiar en mí?- susurré con rabia
La maldita sonrisa de Varick en mi mente, con un odioso “Te lo dije” escrito en su cara
Golpeé con fuerza el suelo ahogándome en la impotencia de saber que estaba perdiendo a la persona que amaba
-¿Mamá?-
A mi derecha Samantha me miraba con tristeza
Me incorporé violentamente e intenté borrar todo rastro de mis lágrimas
-Samantha yo…-
-Sé lo que pasó… lo que sea que hayas decidido lo respetaré- aseguró tomando mi mano
Alcé mi cabeza para no seguir llorando
-Primero debemos concentrarnos en tu hermano, luego ya veremos- susurré apretando su mano con fuerza
Era una mentira, lo sabía, pero no iba a inquietar a mi hija con un asunto tan delicado como este…
No cuando podía evitarnos, de momento, la tristeza de una separación
-------------------------------------------------End Angel-------------------------------------------------
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--------------------------------------------------Evan------------------------------------------------
Esto era inaceptable, mi mejor amigo había terminado de destruir su habitacion en menos de una hora y ahora estaba tendido sobre su cama mirando fijamente el techo, como si se tratase de lo más divertido del mundo
Maldito Felipe…
Maldito seas estúpido sin corazón…
¿Cómo pudiste?
Mordí mi labio inferior y aparté algunos libros para llegar hasta Benjamín
-Honey, no puedes quedarte aquí como muerto- sentencié sentándome a su lado
-¿Por qué no? Tengo derecho a hacer lo que se me venga en gana- respondió con voz carente de cualquier emoción
Fruncí el ceño, consciente que aquello no era bueno
Prefería mil veces al Benjamín que maldecía y que incluso planeaba una venganza en lugar del que tenía en frente
Uno que no mostraba expresión en el rostro y que incluso me recordaba al perfecto ser que tenía a todos en la palma de su mano
-For God! ¿Piensas quedarte aquí por el resto de tu vida? ¡Pensé que habías dicho amarle!-
-¿Y de qué me sirvió? Se marchó de todos modos-
-¿Y no piensas ir a buscarle para golpearlo por haberte abandonado?-
Noté un estremecimiento en su cuerpo al escuchar la palabra “abandono” pero lo ignoré
-Ya me arrastré una vez por un hombre-
-No, no lo hiciste- espeté consiguiendo que finalmente se incorporase
Había desconcierto en su rostro
Thanks to God!
-¿Cómo que no?-
-Please honey, lo que tú hiciste con Aaron fue mentirle y manipularlo, pero jamás te rebajaste a suplicarle nada, ¿No recuerdas que fue él quien se confesó y toda esa mierda?-
-¡Pero con Felipe ha sido diferente!- exclamó
Ladeé mi cabeza y llevé una mano a mi barbilla
-¿Te refieres al sexo?-
Inmediatamente se sonrojó y aquello me hizo sonreír
-Evan…-
-Ok, ese no es el punto, BUT, reconoce que por Felipe has hecho cosas que jamás habrías hecho por Aaron, el punto es, que si él te ama y tú a él, es estúpido que te quedes mirando el aburrido techo de tu habitación porque al muy maldito se le ocurrió huir, ve y pídele una explicación hasta que te la dé-
Pensé que mis palabras conseguirían entusiasmarle, pero en lugar de eso volvió a su posición inicial
-No quiero buscarle- confesó con voz suave
-Why?-
-En cuanto le vea le voy a perdonar y lo único que quiero es hacerle sufrir por ser tan insensible-
Lancé una carcajada, mi amigo me había engañado, no, él no estaba tranquilo…
Estaba hirviendo interiormente, hirviendo de rabia
-Well… en cualquier caso sé que podrás conservar tu enojo perfectamente, pero primero deberíamos encontrarle, ¿No te parece?-
-¿Piensas ayudarme?-
-No lo hago por Felipe claramente, es un cobarde de los grandes, pero merece un castigo y si no le buscamos no lo recibirá- aclaré mirando mi manicure
El de ojos negros volvió a incorporarse, pero esta vez se levantó y comenzó a pasear por la habitación
-Como pocas veces, creo que tienes toda la razón, Felipe tiene que entender que no soy alguien a quien puede abandonar cuando se le ocurra, así que necesitaré tu ayuda, en cuanto encontremos a Matthew eso sí-
Eso era bastante cuerdo
-Esa zorra va a pagar muy caro en cuanto nuestro primo esté a salvo- siseé entrecerrando los ojos
Benjamín se me quedó mirando fijamente
-¿Y Varick?-
Observé a mí alrededor buscando cualquier señal de estar siendo espiados, pero la casa de mi mejor amigo parecía un lugar seguro
-Varick manipuló a Claire para que secuestrara a Matt- confesé mandando al demonio la amenaza del mayor
En cualquier caso, Benjamín también estaba involucrado en todo esto
-¿Qué?-
El de cabello oscuro me miró en shock
-Y aunque suene muy estúpido de mi parte, no creo que quiera hacerle daño a Matt- acepté después de haberlo meditado mucho
Mi amigo frunció el ceño
-¿De qué hablas? ¡Ababas de decirme que la manipuló! ¡Eso quiere decir que ella está actuando con su maldita protección!-
-Puede ser, pero si él realmente hubiese querido hacernos daño, lo hubiese hecho hace mucho, recuerda que nosotros fuimos quienes nos acercamos a él y en especial, recuerda que nosotros le presentamos a Matthew-
-¡Pero eso no tiene sentido!-
Suspiré profundamente
-Varick jamás ha sido alguien que se deje guiar por el sentido común, creo… realmente espero que las verdades salgan a la luz sin destruir a nuestras familias… además, para bien o para mal Matt siente cierto… aprecio por Varick-
-Perfectamente puede tratarse de un plan de él para manipular a Matt-
-Tal vez, pero Varick odia a Sebastian, realmente lo odia y al parecer Sebastian le mintió a Tío ángel sobre la organización de asesinos, se supone que Varick murió hace diecisiete años…-
Esperé un par de minutos para que él procesara toda la información, no era fácil, pero era necesario que supiera y estuviese alerta
-¿Tío Sebastian lo dejó vivo? ¿Y por qué?-
Hasta para mí era difícil imaginar que alguien como el padre de Matthew fuese más peligroso que Varick, pero ya había aprendido que las apariencias engañan… demasiado
-Creo que para que guiara la organización, así podría llevar una vida tranquila y normal…-
-Pero Matthew odia a los asesinos-
-Sí, los odia y no creo que se alegre cuando se entere que su padre y su hermano lo son-
Benjamin me había contado todo lo que le narró Erick y más que la historia, ambos coincidimos que la tranquilidad, la maldita calma con la que lo había dicho era lo más perturbador de todo
¿Realmente creía que era algo normal?
-Se siente como si la historia se repitiera con los hijos- comentó Benjamín con cierto pesar
Negué suavemente
-Creo que Matthew no será tan benevolente como Angel… él no va a seguir en una relación con alguien que le arrebata la vida a otros-
Ambos nos miramos incómodos tras nuestras palabras, conscientes que tal vez nosotros mismos la mayoría del tiempo evitamos pensar en que las personas que amamos también son… asesinos
-No es un buen día- comenté cambiando drásticamente el tema
Mi mejor amigo me miró agradecido
Y yo preferí seguir evadiendo el tema… porque últimamente era lo mejor que podía hacer
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-¿No estarás aburrido?-
Jadeé bruscamente al sentir el agua helada contra mi cuerpo
-¿Aburrido?- repetí en un susurro
Mi cuerpo dolía tanto que hubiese dado mi alma por poder arrojarme contra el suelo
Pero seguía encadenado en la misma posición hace…
Dios… ¿Cuánto tiempo llevo aquí?
-Ya sabes, temo no ser digna de tener a uno de los herederos del gran Sebastian en mí… estancia-
Fruncí el ceño y alcé mi rostro con esfuerzo
-Ni mi padre ni mi familia te han hecho daño alguno- aclaré consciente de mi sinceridad
Pero ella se acercó a mí en un instante y golpeó mi mejilla volteando mi rostro
Aturdido por el golpe, jadee en busca de aire
-¿QUÉ SABES TU DEL PASADO? ¡Eres igual que ese monstruo al que llamas madre! ¡Viven engañados por quienes aman!-
¿Engañados?
¿De qué hablaba?
-…-
Sin embargo no pude responder nada
La oscuridad del lugar me horrorizaba, y aparte de aquello, el dolor de los golpes y el hambre me estaban matando
-Pero yo no, yo siempre he sido consciente de las mentiras en esta maldita familia, todos son unos hipócritas, solo velando por sus propios intereses… ¿Crees que tu padre realmente cambió?-
-¿Cambió?- repetí como estúpido
Habían cientos de frases dichas por ella que me tenían angustiado, pero ninguna era lo suficientemente esclarecedora como para llegar a convencerme de algo
-Perdóname, había olvidado que incluso en eso te han mentido- se rio
Aparté mi mirada, molesto por el gesto de superioridad en su rostro
-¿Qué? ¿Herí tu pequeño orgullo?, lamento mucho esto… no, espera, realmente no lo lamento, de hecho soy inmensamente feliz de hacerte ver que tu padre, tu adorado, amado padre, ha sido y será siempre un asesino-
Un extraño pitido cubrió mis oídos y siguió repitiendo sus palabras casi como un disco rayado
“Ha sido y será siempre un asesino”
“Ha sido y será siempre un asesino”
“Ha sido y será siempre un asesino”
-No es cierto- repliqué dejando que el poco oxígeno que había en mis pulmones saliera
-¿No?, por favor, ¿Acaso podría mentir en algo como eso?, todos los herederos en la familia son entrenados desde su infancia para ser los líderes asesinos… tú padre no fue la excepción, desde temprana edad se ha dedicado a matar personas, no importa su cargo, su sexo… o su edad-
Me estremecí violentamente, intentando alejar cualquier pensamiento que sirviera de respaldo a sus estúpidas palabras…
Pero mi propio corazón me traicionaba…
-Ángel jamás habría aceptado…- comencé en un intento desesperado por rebatir sus palabras
Pero ella comenzó a carcajearse
-Ángel lo sabía, por supuesto que sí, pero está enamorado, así como tú dices estarlo de tu hermanito…-
“¿Dices estarlo?”
Busqué en lo más profundo de mi alma el amor que siento por mi hermano y algo me hizo sentir pánico…
No estaba seguro de qué tan fuerte era… ¿Lo suficiente para correr a sus brazos en caso de…?
-¡Cállate!- grité con esfuerzo, sintiendo mi garganta reseca
-¿Por qué debería? ¿Acaso Varick no te ha hecho comprenderlo? Todo a tu alrededor es una farsa, tu padre es un asesino, tu asquerosa madre solo se he doblegado ante él, y tú has de pagar por los errores de mi hermanito-
De pronto alzó algo y un espantoso sonido retumbó en la habitación en el momento en que aquello se enterró en mi espalda
-¡AAAAAAAAAAAAA!- grité intentando soltarme de las cadenas
¡Tenía un maldito látigo!
Las puntas del arma volvieron a azotarme un par de veces antes de que comenzara a perder la consciencia
-¡Qué bonito!, pienso mandarle esto a tus padres, ¿Cómo crees que se lo tomen?-
Papá…
¿Realmente…?
Deseé tener las fuerzas suficientes como para responderle, pero la inconsciencia me arrastraba
“Quiero volver a casa”
.
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-Hijo…-
Sentía mi cuerpo horriblemente pesado, todo era muy confuso y apenas podía identificar aquella voz…
Me sonaba tan conocida…
-Hijo… por favor, despierta-
¿Estaba llorando?
Se oía tan triste…
Mamá.
-Por favor…-
Una luz brillante me despertó, estaba en un lugar muy iluminado, pero veía todo borroso
-¡Matthew!-
Parpadeé buscando una mayor nitidez, el tiempo se me hizo eterno pero finalmente pude ver el rostro de Angel… demacrado
-¿Mamá?- le llamé sin creerme que luciera tan angustiado
-¡Hijo!- exclamó abrazándome y comenzando a sollozar
Me sentí mal por darle aquella preocupación, pero último que recordaba era el rostro de esa mujer… y los golpes
Me estremecí consciente de que tardaría en procesar lo que había pasado conmigo
-Llamaré al médico- comentó otra voz
Me giré bruscamente, encontrándome con los ojos verdes de mi padre
Automáticamente bajé la mirada y recordé las palabras de esa mujer
Mamá comenzó a hacerme muchas preguntas, pero ninguna relacionada con el secuestro, todas eran… parte del típico cuestionamiento que hace una madre para saber si su hijo se encuentra bien
Aquello me hizo sonreír levemente, después de vivir un infierno encontrarme sumergido dentro de sus cuidados no me molestaba en lo absoluto
-¿Tienes sed?-
Asentí mirándole cuidadosamente
Estaba, notablemente más delgado, la ropa le quedaba grande y a pesar de su edad, mamá no tenía arrugas visibles, sin embargo algo en su rostro había cambiado desde la última vez que le había visto…
Y por muy extraño que sonara, algo en mi interior me dijo que no todo tenía que ver conmigo…
¿Pero qué podría ser?
Bebí del vaso de agua que me tendió con avidez, mis labios agradecieron el vital líquido y me di el lujo de respirar profundamente
-¿Qué pasó?- pregunté cuando me terminé el agua que había en el vaso
Los ojos violetas de mi madre me observaron con tristeza
-Lo siento mucho, si hubiese podido evitarlo…- comenzó escondiendo su rostro entre sus manos y llorando nuevamente
Me alarmó su reacción, ¿Acaso se culpaba?
-¿De qué hablas? ¡Tú no tienes la culpa!-
Él negó bruscamente y alzó el rostro intentando detener su llanto
-Supongo que esa mujer debió hablarte del pasado de tu padre-
Volví a estremecerme y supongo que terminé por procesar aquellas palabras que me negase a entender en un comienzo
-Yo…-
No sabía que decir
¡Acaba de sopesar la posibilidad!
¿Qué debía decir al respecto?
¿Apoyarle?
¿Odiarle?
¡Dios, sigue siendo mi padre
… y a la vez un maldito asesino
-Si me hubiese llevado a ustedes tres hace dieciséis años esto no habría ocurrido- sentenció con el rostro empapado de lágrimas pero con una voz muy firme
La puerta de la habitación se abrió y un médico entró acompañando a papá
-¿De qué hablas?-
Tenía miedo de conocer la respuesta pero no podía evitar preguntar
Busqué la mirada de mi padre, intentando apartar mis temores, pero él solo miraba a mamá, como esperando escuchar la sentencia de algo
-Tu padre y yo vamos a divorciarnos Matthew, tu hermana, los gemelos y tú se vendrán a vivir conmigo-
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.
Tengo miedo de muchas cosas
Dicen que el temer es natural, pues hace que te mantengas alerta a los peligros…
Pero mis temores involucran casi en su totalidad a mi hermano.
Temo que le ocurra algo malo, temo que alguna misión salga mal y él no pueda escapar.
Temo que nuestra relación se acabe definitivamente.
Temo no poder volver a besarle y tener que conformarme a vivir dentro de una hermandad que jamás podrá ser normal.
Temo que algún día se enamore de alguien más y yo pase a ser un recuerdo.
Temo despertar y no encontrarle cerca de mí, nunca más.
Temo que me odie.
Pero temo aún más que me olvide.
Temo por su secreto, porque no quiero que nadie lo descubra y lo convierta en su maldito blanco.
Temo por nuestro secreto, pues sé que nuestros padres nos separarían de saber qué clase de relación fraternal hemos estado llevando hasta el momento.
Pero por sobre todas las cosas, temo que el amor que siente por mí sea la razón de su abandono.
Temo que me quiera tanto que llegue al punto de anteponer todo por mi seguridad.
Temo convertirme en la causa de su fin… y por consiguiente, de mi propio fin.
Evan