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Escondiendo al Amor por Yui Yui Uchiha

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Notas del capitulo:

Antes de continuar con el fic, me gustaría aclarar algo, no estoy precisamente siguiendo el patron de la verdadera historia de one piece, es decir, todos sabemos que a su reencuentro ellos bajan a las profunidades del mar... pues, ya se han de haber dado cuenta de que en mi fic no es asi... tras su reencuentro ellos han ido por otras lares... jajaja espero no incomode, pero prefiero decirlo, para que no quepa duda... :)

Disculpen mi mala ortografia, no pude revisarla totalmente. Y bueno dejo de hablar, para dejarles la conti! Besos!

Capitulo II

 

La brisa del mar y una suave ventisca hicieron que los rubios cabellos y los rizos de Usopp bailaran al unisonó.

-¡Je!-

¿Je? ¿Qué diablos significaba ese “Je”?, penso el rubio y sintió como su cuerpo se estremecía ante la mirada del tirador y pudo notar una ligera sonrisa burlona, sobra decirlo, dibujada en su rostro.

-¿Qué significa ese “Je”? No pudo evitar preguntar

-Pues un “Je” natural, una risa…- Contesto de inmediato el de cabello rizado.

-¿Que te estás imaginando?-

-¿Yo?- Pregunto haciéndose el desinteresado –No he visto nada…- Respondió para alejarse de ahí.

-oe, oe… ¿q-que quisiste decir con eso?- Sanji le siguió, mientras Usopp continuaba caminando.

A zoro no parecía importarle del todo, se encogió de hombros.

-No me gusta el semblante de tu rostro…- Dijo Sanji nervioso, observando como Usopp, miraba de reojo a Zoro y luego a él.

-Ya te he dicho Sanji… no vi nada…- Y se dispuso a ayudar a la pelirroja con el manejo del barco, para poder desembarcar.

-T-tu y yo… debemos hablar…- Sanji intento seguirle, pero la mano del espacian le sujeto del hombro.

-Déjale-

El rubio se giro y le miro molesto.

-¿Estas loco cabeza de alga?- Pregunto el rubio –¡Quien sabe que cosas se le están cruzando por la mente!-

-¿Y?- Zoro se encogió de hombros nuevamente, terminando de amarrarse bien su cinta y las katanas.

-Pues que…- En ese momento recordó lo recién vivido con Zoro y no pudo reprimir un ligero sonrojo en sus mejillas –No quiero que piense algo que no paso-

-¿Te refieres a que piense que estábamos teniendo sexo? Porque esa no es una idea equivocada- Dijo el espadachín, rascándose la cabeza –Estábamos a punto de cog…- La mano del rubio le cayó de golpe.

-Que poco tacto tienes y ¡cállate joder! ¿Quieres que todos se enteren? Además, no paso ¿deacuerdo?-

-Solo porque Nami nos interrumpió- y en ese momento los dos recordaron a la pelirroja.

-Estas muerto marimo- Dijo Sanji quien se alejo de ahí, dejando al peliverde mas que pálido.

 

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-Eres un verdadero inútil- Todos estaban en la cocina, apenas comenzaba a amanecer, Luffy tenía el rostro recargado en la mesa y pese a los gritos de la navegante, roncaba ligeramente; Chopper cabeceaba, Robin bebía café tranquilamente, siendo acompañada por Brook quien se deleitaba con una taza de té caliente, Franky se situaba de pie, recargado en la pared con los brazos cruzados y miraba como la pelirroja reprendía histérica al espadachín,  Sanji trataba de evitar mirar a Usopp, quien no podía evitar mirar a Zoro y Sanji respectivamente, ante esto el rubio tembló, sabía perfectamente que el chico estaba justo pensando en ellos y su encuentro en los camarotes. Podía sentir su mirada.

-¡Estuvimos a punto de estrellarnos! ¡Y todo por tu culpa!- Le señalo la chica –¿Donde diablos estabas?-

Zoro suspiro con cansancio y miro al rubio, este le miro rogando porque no dijera una tontería.

-Fui al baño- Fue lo primero y único que se le vino a la mente.

-Si claro…- Dijo Usopp en voz alta, la verdad es que lo había pensado, no había sido su intención echarles de cabeza. Trago duro cuando sintió el aura asesina que envolvía al rubio –¡Di…di…digo, que claro, claro! ¡Es una necesidad básica! Cuando uno tiene ganas no debe aguantarse…- movió la cabeza de manera enérgica de arriba abajo y se cruzo de brazos –¿N-no es así Chopper?-

El reno, quien parecía más dormido que despierto logro escucharle y se desesperezo –¡Si! es verdad, contener las ganas de ir al baño es algo que debemos evitar, puesto que los residuos que se depositan en la orina suelen ser sustancias ácidas y amoniacos que el cuerpo no necesita y que por lo tanto debemos eliminar cuanto antes- Dijo profesionalmente el pequeño doctor.

Ahí había algo que no le cuadraba a la pelirroja, pero solo dejo escapar un ligero bufido. –Tras estos dos años, no has cambiado nada…- Murmuro, para después dejarse caer en la silla y mirar a sus compañeros. No pudo evitar mirar a Luffy quien continuaba durmiendo. –Es raro verle así y aquí…- Admitió -pensé que en cuanto tocáramos tierra, bajaría de manera escandalosa perdiéndose por la ciudad- Todos asintieron y le miraron.

-¡Ohh! Luffy-san! ¿Estará enfermo…?- Pregunto inocente el esqueleto.

-¿Qué? ¡Un doctor! ¡Un doctor!- Comenzó a gritar y correr como loco el renito.

-es normal verle así…- dijo Zoro interrumpiendo el momento de histeria del doctor y todos a excepción de Robin se giraron a mirarle. –No olviden lo que paso… con… Ace…- El joven capitán se removió ligeramente, mientras murmuraba el nombre de su “hermano” entre sus sueños. –Está en proceso de luto aun… no es fácil olvidar, no es fácil reponerse  a una perdida tan importante…-

-Es verdad…- admitió la pelirroja, mientras tenía un impulso y estiraba la mano para acariciar los azabaches cabellos de Luffy. –Luffy aparenta normalidad ante nosotros, pero… es notoria su tristeza… sus ojos… no brillan tanto como antes…-

Y Ahí estaban todos los tripulantes del sunny, preocupados por su joven capitán.

 

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-¿comodoro?- Un joven marino, se acerco a donde un hombre de imponente figura, estaba sentado frente a su escritorio con dos puros en los labios.

-¿Mmm…?- Levanto la vista y vio a su subordinado. –¿Que ocurre?-

-Tiene una llamada por el den den mushi- El joven le dejo el aparato frente a él e inmediatamente después salió de ahí.

Suspiro pesadamente y atendió a la llamada.

-¿Diga?- Su rostro de estar en total concentración paso por diferentes fases mientras atendía la llamada, primero de atención, después de sorpresa –pero que… diablos… ¿él no estaba…?- y al final de furia. – ¡Que bajeza!- dijo poniéndose de pie y golpeando con el puño cerrado su escritorio. –¡Me niego!- Pero tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para no colgar, maldecir o ignorar esa llamada, la orden había sido clara.

“Smoker, recibirá a un nuevo subordinado” le habían dicho “será clave para la detección de los sombrero de paja, no tiene opción a negarse, la decisión ha sido tomada por los Gorōsei”.

Tras terminar aquella llamada, se sentó nuevamente en su silla, bufo molesto. –Esto es tan humillante, eso es simplemente de cobardes… tener que depender de… “esa” persona- estaba tan irritado, tan decepcionado, finalmente que se había enterado de que los sombrero de paja, habían vuelto a reunirse, no había podido sentirse sumamente satisfecho, ahora si… iría tras de Luffy, pero tras esta llamada, sus planes se habían venido abajo y sus creencias y valores, chocaban totalmente con lo que le habían pedido hacer.

 

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Los 9 tripulantes del sombrero de paja, habían desembarcado, no era necesario cuidar el barco, aquella isla se veía tan tranquila, bueno, así lo comento la pelirroja.

Iban juntos caminando por las calles, notaron que la gente les miraba con curiosidad, pero no se sintieron incómodos, nadie les miraba con temor o molestia.

-Bueno, a pesar de no parecer una isla peligrosa, iremos en pareja- Hablo la pelirroja.

-Brook te encargo a Luffy- El esqueleto carraspeo la garganta y señalo hacia donde se veía una nueve de polvo que se levantaba tras el joven capitán –Luffy-san, ya se ha ido…- A Nami le apareció una vena en la frente, era bastante bueno para ser verdad, ya se había tardado el azabache en hacer de las suyas.

-Bueno, bueno  Brook tu iras con chopper, Zoro con Usopp, Franky con Sanji y yo…-

-¡¡¡Nami-swan!!!- Grito Sanji revoloteando a su alrededor, arrastrando a su lado sus bolsas de sangre que chopper le había colocado –yo quiero ir contigo!-

Usopp no pudo disimular el observar el semblante del espadachín, pero este se notaba normal.

-¿No… te molesta?- No pudo evitar preguntar al ver la reacción del rubio frente a Nami y Robin.

-¿mmm?- Miro de reojo a Usopp –¿molestarme el que?-

-B-bueno…- Sintió que pisaba terreno peligroso frente al peliverde, pero continuo hablando. –Que Sanji… ya sabes… - carraspeo la garganta y prosiguió –coquetee con las chicas…-

-¿Ah?- Zoro miro a Usopp con cierta incomodidad –¿Que tratas de decir?-

Usopp tembló de arriba abajo ante esa mirada –N-nada, nada…- Movió la mano con bastante energía tratando de quitarle importancia a esa “observación” –Oh! ¡Mira… es un ave! ¡No, un avión! No es…- Y mientras decía eso y aparentaba ver el cielo, Usopp se alejo lo mas que pudo del peliverde, logrando con esto que Zoro le mirara con una gota de sudor en la nuca, pero inmediatamente después giro el rostro y observo a Sanji.

¿Le molestaba verle danzando como un vil imbécil alrededor de la pelirroja y la morena? La respuesta era: No.  ¿La razón? Conocía bastante bien a Nami y Robin para saber que ellas jamás le corresponderían. Pero, y si se le ocurría danzar alrededor de otras mujeres que no eran precisamente sus compañeras ¿También actuaría con diferencia? Y si, ¿no solo lo hacía con mujeres si no… con hombres? Ahora ya sabía que él no le era indiferente, y él era hombre. Bufo molesto, empezaba a pensar en cosas absurdas, por lo que camino alejándose de ahí y tratando de darle alcance a Usopp.

-¿Donde demonios se metió?- Zoro miro a su alrededor, a los lejos podía observar a sus compañeros, pero no veía a Usopp por ningún lado.

Escondido en unos arbustos estaba el joven tirador, quien miraba asustado al peliverde –gh… me está buscando, si, si… sin lugar a dudas quiere hacerme pagar por lo que acabo de decirle!- Chillaba el moreno, temblando de arriba abajo, pero vio aliviado que Franky y Sanji se acercaban hacia el peliverde, de ese modo el lograría llegar como si nada, tantear terreno para ver que tanto seguía molesto el espadachín y en dado caso de recibir una mirada amenazadora, excusarse y alegar  “las-islas-que-aparentan-tranquilidad-me-provocan-la-enfermedad-del-desconfiado” acto después, marcharía al sunny, ofreciéndose para cuidarle.

-¡Oh lo siento!- Se disculpo el cocinero tras chocar apropósito con el peliverde –Te he confundido con un árbol- Le pico, como acostumbra –si no estuvieras parado como idiota en medio de la nada…-

-Tsk…- Zoro le miro, había logrado su cometido. –¿Y tú vas tan listo y te estampas en los arboles? Hasta donde ha llegado tu estupides…- Murmuro el peliverde, los dos se miraron con intensidad.

-¿Que has dicho cabeza de brócoli?-

-Lo que has escuchado cejas afeminadas…- Y ahí estaban los dos, ignorando a todo el mundo, iniciando una de sus tan acostumbradas riñas.

-Ignorémosles… es lo mejor…- Usopp ya se había dejado ver y ahora estaba al lado de Franky, mejor salvación no se le pudo haber presentado –Venga Franky… vayamos juntos-

-¡Okay!- Respondió de inmediato y sin miramientos el ciborg. –Estos dos pueden durar horas en su pelea y así no podríamos darnos el tiempo de conocer bien esta ciudad…- Usopp y el peliazul se alejaron con paso lento del espadachín y del cocinero.

Cuando un pie de Sanji volvió a chocar contra el acero de una de las espadas del espachin, se quedaron mirando a los ojos.

-¿Ya se han ido?- Pregunto Sanji casi en un susurro. Zoro sonrió de medio lado.

-Lo han hecho…- Respondió el peliverde.

Sanji descanso su pierna y busco de entre su saco, sacando un cigarro y llevándolo a la boca, prendiéndolo al instante.

-¿Regresamos al sunny?- Pregunto el rubio, tratando de que no sonara tan ansioso.

-Pensé que querías conocer la ciudad-

-¿Que de diferente puede tener esta… a las otras?- Dejo escapar lentamente el humo que había inhalado. Zoro no espero más, asintió con la cabeza y camino dos pasos, cuando sintió que una mano le sujeto del brazo.

-No es por ahí… imbécil…-

 

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Advertencia: Lemon

 

Cerró los ojos con fuerza, mientras sus manos estaban recargadas en el frio y transparente vidrio, no podía evitar ligeros temblores que le provocaban las toscas pero a la vez cálidas manos del espadachín, que acariciaban con lentitud su pecho y su estomago por debajo de su camisa.  A la vez que recibía suaves y cortos besos en su cuello.

-Estas muy tenso…- Le dijo el espadachín en el oído, haciendo que el otro se estremeciera.

-Y-ya… quisieras…- Murmuro el rubio, pero el peliverde tenía razón, se sentía tan nervioso que temía que las fuerzas le fallaran, agradecía estar hincado sobre los sillones que Franky había colocado para apreciar el acuario.

-¿Te… relajo?- Zoro sonrió mientras introdujo su lengua en su oído.

-C-cállate…- Oírlo solo le encrespaba mas los bellos de todo el cuerpo. Zoro mantuvo su sonrisa en el rostro, pero dejo de molestarle, sabía que para Sanji aquel momento no era fácil, algo le decía, aun sin escucharlo de los labios del propio cocinero, que él jamás había estado con un hombre, tal vez con mujeres si… pero con un varón nunca.

Una de sus manos se aventuro a deslizarse por debajo de su pantalón e interiores, tocando aquel miembro que ya estaba más que despierto.

-Ugh…- Sanji tuvo que morderse los labios, para no dejar escapar un gemido.

-Vamos… Sanji, no te reprimas- Zoro nuevamente le dijo sensualmente en el oído. –Quiero oírte, quiero escucharte-El rubio ya no dijo nada más, pero al sentir que el moreno masajeaba su miembro de arriba abajo y que en ocasiones tocaba su punta con el dedo gordo, no pudo evitar escapar suaves gemidos. El peliverde se dio por bien servido. Minutos más tarde, pauso su tarea, saco la mano de la ropa del rubio, haciendo que este se sintiera ansioso por mas, dejándolo entre ver cuando dejo escapar un suave bufido. Pero el peliverde no le hizo esperar tanto, con su diestra comenzó a tratar de desabrochar el cinturón y el pantalón del rubio.

El rubio comprendió que seguiría y su corazón comenzó a bombear sangre más rápido. Sin embargo, tras esperar por más de un minuto se cabreo.

-Haber, déjame a mi…- Dijo exasperado el cocinero, ya que el peliverde, no había logrado desabrocharle el pantalón. Zoro dejo que lo hiciera; finalmente el rubio deslizo su propio pantalón y sus interiores sobre sus muslos.

Zoro se quedo mirando unos segundos, deleitándose la pupila, no solo observaba su trasero, si no también observaba su espalda, que a pesar de portar el saco y la camisa, se le notaba tan sexy desfajado y con el pantalón  a medias.  Subió su mano derecha a los labios del rubio, no hubo necesidad de hablar, el rubio sabía porque quería que chupara sus dedos. Embadurno tres dedos del peliverde con bastante saliva, inmediatamente después el espadachín guio nuevamente esa mano hacia su trasero, separo sus nalgas y tras acariciar alrededor la entrada del rubio, finalmente introdujo su dedo corazón. Logro que Sanji se tensara y que dejara escapar un gemido más fuerte.

Podía notar la incomodidad que sentía el rubio en ese momento, pero no por ello dejo su tarea, al contrario, cuando noto que el cocinero se había acostumbrado a su primer dedo, metió el segundo y para apaciguar la incomodidad, guio su otra mano hacia el miembro del rubio, acariciándole de arriba abajo, obteniendo como resultado que el cocinero comenzara a relajarse un poco.

El tercer dedo hizo su aparición, esta vez no pudo disimular el dolor. –¡Agh…!- Dejo escapar un quejido, sin embargo, el espadachín continuo masajeando su miembro y haciéndole relajar nuevamente. Cuando ya estuvo listo, saco sus dedos y con esa misma mano, se bajo la bragueta y saco su palpitante y duro miembro que estaba deseoso de adentrarse en el cocinero. Lo guio hasta la entrada y apenas y rozo con su punta dicho lugar, cuando sintió estremecer al rubio bajo el.

-Seré… cuidadoso…- Trato de darle palabras de ánimo al rubio, quizás para que no se arrepintiera.

-Si no lo eres… te daré la golpiza de tu vida, apenas… hayamos terminado…- Amenazo el rubio, Zoro respiro aliviado, el cocinero le había dado a entender que esto ya no tenía marcha atrás.

Y efectivamente lo había hecho con sumo cuidado, conforme entraba, se detenía y esperaba a que el rubio fuera el que moviera las caderas, indicándole con ello que podía continuar adentrándose más.

Hasta que un empujón mas y logro clavarse hasta el fondo, no había sido tan agradable para Sanji quien temblaba bajo el, sabía que le había dolido, pero… ambos sabían que eso era inevitable.

Poco a poco los movimientos pasaron de lento a rápidos, y los gemidos de Sanji que en un principio estaban mezclados con breves quejidos, comenzaron a cambiar de tono, eran ya de puro éxtasis.

Zoro sujetaba sus caderas, mientras arremetía contra el cada vez más fuerte. “Es… tan estrecho… a este paso… no… aguantare…” Pensaba el peliverde, cerrando los ojos con fuerza y apretando los dientes.

“Nunca pensé… que… se sentiría… tan… jodidamente… bien…”Pensaba el rubio, al sentir las embestidas del espadachín.

-Sanji… no…te muevas así…- Pidió el peliverde, y es que el rubio había comenzado a mover sus caderas haciendo que chocaran en la pelvis del peliverde y eso hacía que justamente el espadachín sintiera que pronto alcanzaría el clímax.

Aquello no era algo que Sanji hubiese planeado, su cuerpo actuaba a voluntad propia y es que quería sentir más rápido y más profundo el pedazo de carne del espadachín que profanaba su interior.

Cuando Zoro sintió que pronto llegaría, bajo su derecha al miembro del rubio y le masajeo, no se iba a permitir acabar primero que el rubio.

Se estaba volviendo completamente loco, Sanji no solo sentía placer en su interior, sino que aparte la mano del espadachín masturbaba su miembro y eso era ¡exquisito! Aparte de ser algo nuevo, de lo cual no estaba acostumbrado,  su orgasmo… fue inevitable.

Zoro escucho como el rubio dejaba escapar un gemido más fuerte y largo, a su vez que echaba la cabeza hacia atrás, su cuerpo había comenzado a tener ligeros espasmos y su interior palpitaba con fuerza, apretando a su vez su miembro. Sanji había llegado al orgasmo y lo comprobó también, cuando sintió ese líquido espeso y caliente entre sus dedos. Minutos más tarde y tras sentir el al parecer “inmenso” orgasmo que había tenido su acompañante, no logro retrasar más, también su fin, por lo que tras dar una última arremetida, dejo escapar su semen en el interior del rubio, sujeto con fuerza su cadera, echo la cabeza hacia atrás, cerró los ojos con fuerza y dejo escapar un gran gemido ronco.

Dejo que su cuerpo cayera sobre la espalda del rubio, ambos intentaban recuperar el aliento, pero casi les daba un infarto, cuando escucharon ruido en el interior del barco. Se separaron lo más rápido que pudieron y trataron de acomodar sus ropas, quien quiera que estuviese en el barco, no debía verles, aunque… era una tarea sumamente difícil aparentar… Sanji tenia el cabello despeinado, sus mejillas estaban rojas completamente, su respiración estaba acelerada y…

-¡Demonios!- Se quejo al ver que al subir sus pantalones, no había tomado la precaución de limpiarse y ahora se le notaba algo blanco de entre las piernas y no precisamente era tiza o cal.

Zoro no estaba en mejor situación, estaba bañado en sudor, sus mejillas estaban sonrojadas al igual que las del rubio y su miembro aun... ¡estaba erguido!. Sanji no pudo evitar mirarle con sorpresa al darse cuenta.

-¿No te basto?- Pregunto sin poder evitarlo.

-Que quieres, así es como me pones…- Admitió el peliverde, el rubio sonrió ligeramente, el espadachín le había halagado a su manera.

Pero nuevamente el ruido les puso en la alerta y más aun, cuando escucharon pisadas, cerca… demasiado cerca a la sala del acuario…

CONTINUARA!

 

 

Notas finales:

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