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Pastor de Bestias por Jaelinna

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Notas del capitulo:

La sangre domina... La sangre llama... La sangre en el elemento que representa la Vida...

 

 

Llegó con el cuerpo del otro chico sobre su espalda, cansado, mas veía como el otro joven estaba sumamente herido.

Al llegar al pueblo vio pasar a uno de sus amigos de la infancia, Primo segundo de su hermano, casi un familiar en un pueblo tan pequeño en que no había nadie que no compartiera un poco de sangre con otra persona cercana.

-¡Dita!, ¡Dita!-el muchacho aquel pasaba con un tumulto de leña en sus brazos cuando sintió el llamado.

Giró su rostro y al ver a su familiar lejano con el herido dejó caer la leña para ir en su ayuda, sin poder evitar ocultar su asombro de ver a alguien tan lastimado, y que pese a ello seguía con vida.

Entre ambos, trasladaron su cuerpo lastimado hasta la casa del joven pastor, ahí, lo dejaron en la habitación de este, la única ubicada en el primer piso del hogar. Lo fueron despojando de sus ropas para notar la gravedad de sus heridas.

-Oye Mu… ¿Dónde lo encontraste?

-Estaba lastimado y pidiendo ayuda en el bosque Nevado-comentó el otro, mientras buscaba algo para limpiar sus heridas que poco a poco dejaban de sangrar aunque seguían abiertas-la nieve estaba impregnada en sangre, no se cuanto perdió Dita...

-¡En el Bosque Nevado!, ¡Sabes que si tu abuelo se entera que estabas ahí que te va a matar!

-¿y qué querías que hiciera?, además, estaba buscando a Kanon, y cuando escuche el pedido de ayuda pensé que era él, ¿acaso me tengo que quedar sin hacer nada cuando veo a alguien mal herido?-El otro iba a protestar cuando escucharon un quejido, el herido comenzó a abrir sus ojos, Mu, preocupado, se acercó hasta el-Hola, extraño… estarás bien…

El joven miró a las dos personas, y con una de sus manos, buscó la del joven pastor.

-Lobos… -cerró fuerte sus ojos, mientras apretaba la mano del otro- Aléjate de los lobos… te seguirán por tu aroma.

-Acá no hay lobos, cálmate…. Necesito saber tu nombre.

-Mu no lo presiones, déjalo que descanse-comentó el otro, poniendo su mano sobre las del joven herido y su primo lejano, notando que el recién llegado, tomaba fuerte de la mano del pastor.

-Si los hay, y están demasiado cerca…-trato de sentarse, aunque los otros dos se lo impidieron, se sentó en la cama, no le importo que estuviera semí desnudo, dado que sus prendas, completamente ensangrentadas y rotas habían sido despojadas de su cuerpo-Demasiado cerca….-se tomó otro tiempo para respirar..-Me llamo Camus.

-Acá estarás bien Camus- comentó Mu, que no soltó la mano del otro, ahora, se había sentado en la orilla de la cama y acariciaba el cabello del otro-escúchame, necesitas descansar, estas mal herido, hay que curar esas heridas, así que por favor, necesitas descansar.

Él cerró sus ojos unos segundos… respiró de manera lenta mientras los otros dos no dejaban de mirarlo… 

-Gracias…-fue lo único que dijo, volviéndose a recostar en la cama con ayuda de Mu y Dita.

 

/…/

 

Golpeó por decima vez el árbol.

Debió haber muerto… igual que los otros que habían intentado acercarse a su pueblo, debió haber muerto en ese bosque, donde la nieve había ocultado un sinfín de cuerpos como esos, para el final de los diez años que duraba el Invierno decano ya habrían sido consumidos por la fusión de la tierra y la nieve, perdiéndose entre el lodo para nunca más regresar.

Pero el maldito había sobrevivido

Había sentido su olor un par de noches cercanas, se había puesto en alerta y había patrullado la zona, pero no espero que el atacara en el día y menos que acabara con tantas ovejas.

Esa aldea era el lugar predilecto para estas especies cuando comenzaba el Invierno Decano, diez años sin que la luz del sol tocara las tierras, solo la niebla y el frio, las pesadas nubes del cielo que impedían que el sol se viera, diez años en que no florecía nada… diez años en que ellos aparecían al menos unas tres veces al año.

Y el había acabado con todos y cada uno de ellos.

Pero este dio combate, este no se rindió… y ahora estaba en casa de Mu fingiendo ser normal, ser una víctima de los lobos…

Otro golpe al árbol que rizo la base de su tronco…

Y estaba con él…

Esperaría a que sus heridas sanaran, a que Mu pensara que estaba mejor y entonces lo mataría…

No lo quería cerca del pastor…

Ni sus dientes, ni su sed surgir a la vista del cuello de Mu…

Antes, le arrancaría la cabeza como lo venia haciendo desde que estaba en ese lugar.

 

/…./

 

-Tú lo conocías, ¿Verdad Mu?-preguntó el otro, mirando a su primo mientras bebía un café al lado de la chimenea en la sala-el tipo que está en tu cuarto… ¿lo conoces verdad?.

-Te he dicho por enésima vez que no lo conozco

-Eso no me quedó muy claro cuando te hablaba… ¿De dónde es Mu?

-Te dije que no lo sé… y no estoy mintiendo ¡Vamos Dita! este pueblo es pequeño, si yo lo conociera, ¿no crees que tu también?,

-Bien, en eso puede que tengas razón, pero aun así me preocupa todo esto-miró serio a su primo, para después sentarse a su lado en el piso, frente a la fogata que desprendía la chimenea- primero la muerte de tus ovejas, después lo del bosque nevado y ahora él… ¿Qué está pasando Mu?

-¿Crees que los lobos hayan regresado?

-Me daría terror de pensar que volvieron… hace mucho que no estaban por acá

-Si… yo desde que uno me ataco cuando era niño... les tengo miedo-confesó el pastor, aferrándose a sus pies flexionados, apoyando su mentón sobre sus rodillas sin dejar de ver el fuego que se consumía- ver uno seria quizás estar a un paso de mi muerte, me dan miedo como respiran, como se paran… detesto los lobos.

-Es bueno saberlo-los dos chicos sentados en el piso miraron hacia atrás descubriendo que Kanon, el hijo del herrero- ...que les temes a los lobos.

-¿Nos estabas escuchando?

-Eso no es lo importante ahora Mu, ¿Y quién no Kanon?-comentó afrodita sumándose a la conversación-¡dioses! pensar que sus dientes pueden destruir tu piel es… escalofriante.

-Hay criaturas que pueden hacer cosas peores con sus dientes…-dijo el herrero ahora acercándose a aquel pasillo que daba a la habitación del pastor-iré a ver a tu enfermo, Mu, tu deberías ir a ver a tu abuelo, te ha estado buscando desde que le dijiste a mi padre frente a él que me irías a buscar, no ha dejado de preguntar por ti.

-¿Y tu entonces dónde estabas Kanon?-preguntó el pastor

-Resolviendo un pequeño problemita… estaré con tu enfermo- y sin más se encamino hasta aquella habitación.

Abrió la puerta y vio al otro completamente recostado en la cama, cubierto con unas sabanas y pieles, algunas vendas cubrían su cuerpo, en su ojo derecho llevaba un parche… se sonrió y se felicitó.

Cerró la puerta tras él mientras miraba al joven sobre la cama de Mu, parecía dormir tranquilo, parecía estar cansado, incluso parecía ser una persona perdida y que había sufrido.

-No sabía que ustedes dormían en camas-Comentó pateando el mueble, haciendo que la madera sonara y chillara.

-Y yo que ustedes fueran así de bestias-comentó el joven, abriendo su ojo izquierdo, negro como la noche, sin preocuparse de que su cuerpo descansaba sin ropa alguna- Apestas a perro mojado

-¿Sabes?, estas en medio de un pueblo en que a los tuyos los condenan a morir quemados, atravesados por estacas o embalsamados con ajo, así que yo siendo tu, cerraría la boca, y tomaría mi mugrosa existencia, si es que ustedes la tienen, claro, y me largaría.

-Lo dice el que tiene de vida lo que yo de la mía…-esa media sonrisa apareció de la nada…-Si yo he de caer, tu no tendrás un destino diferente…. Sabes que nosotros, no viviremos nunca entre ellos, no finjas que eres humano, por que eres peor que yo….

-Lo sé-contestó el otro, acercándose al otro y de un solo movimiento tomó su cuello  y con la misma velocidad con que lo tomó lo apoyó contra el muro, ahorcándolo- … Sé a que has venido acá, el tiempo se te acaba ¿cierto?, pero no podrás, antes, te arrancaré la cabeza del cuerpo…   ocho ovejas no son suficiente ¿verdad?, de seguro deben de saber asquerosas

-No más asquerosa que… la sangre de los tuyos…-comentó Camus tratando de reunir fuerzas para zafárselo de encima, pero no podía, sentía que comenzaba a perderlas…, sin embargo, sus palabras solo habían despertado aun m{as la ira de Kanon que inyectó más fuerza en el agarre…

-¡¡Kanon!!-la voz de Mu hizo que por efecto seguido, las manos del herrero se soltaran del cuello del otro, dejándolo caer de golpe al piso… Mu lo había descubierto.

 

Notas finales:

Nuevamente muchas gracias por leer hasta aca, a Karin y a Antares 10 les dedico este cap, ¡¡¡MILLONES DE GRACIAS CHICAS!!!! jajajaj en serio, me dio gusto leerlas.


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