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Como un herbívoro por nyanko1827

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Notas del capitulo:

Disclaimer: KHR! pertenece a Akira Amano-sensei.

Advertencias:Mal intento de poner humor, como en casi todos mis fics donde he añadido ese género -.-'' Pido disculpas por el posible OoC de Kyoya, Tsuna y cualquiera que no parezca él mismo.

Como un herbívoro.

Capítulo II: Viejos recuerdos y Despedidas inesperadas.


 "—Te gusta mi hermanito, ¿verdad?—Esa voz teñida de angustia…

El reconocía esa voz. La voz de quien lo había confundido todo como un grandísimo idiota. La misma voz que hizo que Tsuna y él acabaran siendo más que amigos pero menos que amantes.

¿Me contestas o no?

Dino Cavallone, no imagines cosas.

El hombre de cabellos dorados le miró sin entender.

¿Cómo que no imagine cosas? Pero Alaude, si se nota que mi hermanito te vuelve loco —le decía con un intento a voz cantarina.

Alaude rodó los ojos y volteo para así poder ignorarle, a él y a sus tonterías.

Venga~ Contéstame, ¿te gusta mi hermanito?

Y ahí volvía la misma estúpida pregunta. La misma pregunta que como no respondió, él dio por hecho que era una afirmativa. Afirmativa que luego le dijo a su hermanito y ahí empezó toda la confusión.

¿¡Eehh!?—Tsuna miraba a su hermano mayor confuso—. ¿Le gusto a Alaude-san?

Dino con una sonrisa de oreja a oreja le contestó—: Sí, hermanito. Me lo ha dicho… bueno, no me lo ha dicho pero como no me ha contestado he supuesto que le daba vergüenza el decir que sí.

Tsuna miraba a su hermano aún confuso, empezaba a no entender nada.

Pero si el otro día me dijo…

¡Oh! ¿Ya se te ha confesado? ¿Y por qué no me habías dicho nada~? Tú hermano mayor ha de saber con quien tienes relaciones —le dijo con falsa alegría.

P-Pero, e-espera un momento…

Bueno, yo he de irme que tengo cosas que hacer~ Nos vemos hermanito —y dicho eso se fue de la casa que su hermano pequeño había comprado hace poco, dejando a Tsuna con la palabra en la boca.

¡Se puede saber que le has contado a mi hermano!—Preguntaba un furioso castaño.

¿Qué le he contado?

¡¿Cómo que qué le has contado?! ¡Eso te estoy preguntando yo, Alaude-san! ¡Se piensa que te gusto!

Los ojos de Alaude se abrieron en sorpresa y miró a Tsuna con confusión.

Como lo oyes, se piensa que te me has confesado y que estamos saliendo juntos. Se puede saber qué le has contado —volvía a preguntarle mientras se cruzaba de brazos y fruncía el ceño.

Nada, me hizo una pregunta y no la contesté.

Tsuna abrió la boca en shock y estirándose de sus mechones castaños empezó a despotricar.

¡¿Y ahora, qué?! ¡Tú y yo no tenemos nada y él solito se ha montado esta película! ¡Que para colmo de males no le has desmentido!—Le señaló con dedo acusador—. ¡Se puede saber el por qué no se lo has desmentido! ¡Esto ya empieza a parecerse a uno de esos dramas que a mi madre y a las chicas les gusta ver!

Alaude estaba callado escuchando las acusaciones de Tsuna, lo mejor era dejarle acabar y luego intentar explicarse.

Esto podría haber acabado como una de esas películas románticas, donde los dos protagonistas acaban juntos pero noooo, tú —Tsuna volvió a señalarle con dedo acusador—, debías de montar una película romántica, de libro, telenovela… ¡de lo que sea! En un dramón donde los dos protagonistas acaban separados por la idiotez de estos dos.

Alaude carraspeo intentando hacerse oír y así intentar explicarse, cosa que pareció funcionar, Tsuna se calló y le dejó explicarse.

No iba a decirle la verdad —se defendió haciendo que a Tsuna se le crisparan los nervios—. Déjame acabar. No iba a decirle la verdad y acabar como un idiota que no es correspondido.

¡Eso no es cierto él…!—Tsuna detuvo su sentencia al recordar que le había prometido su hermano no inmiscuirse.

¿Él, qué?

Que él…—Tsuna se quedó sin palabras, sin saber que decirle hasta que una gran verdad le cruzó por la mente—. ¡Que tanto él como tú sois idiotas! ¡Y sois un par de cabeza duras que no escucháis consejos ni aunque vuestra vida dependa de ellos! ¡Ale, ya lo he dicho!—Sentenció dándose la vuelta y yéndose del apartamento de Alaude.

«Par de grandísimos idiotas», se quejó mentalmente mientras cerraba la puerta con un sonoro portazo."

Alaude se tapó con la colcha mientras miraba el pacifico rostro de Tsuna dormido.

"—¿Gue? ¿Amifos gon dewesho a wose?—Le preguntó Tsuna masticando un bocado de Ootoro.

Tsuna, o comes o hablas. Las dos cosas a la vez no.

Tsuna terminó de tragarse el Ootoro y volvió a preguntarle—: ¿Qué? ¿Amigos con derecho a roce?

Alaude asintió con la cabeza.

P-P-Pero eso a qué viene ahora. ¿Por qué quieres que lo seamos?

Tú hermano —le respondió como si diciendo eso todo fuera a aclararlo todo.

¿Mi hermano? ¿Qué ha hecho Dino?

Quiere que quedemos las dos parejas —le comunicó.

El castaño se comió una porción de sushi antes de preguntarle—: ¿Las dos parejas? ¿Y desde cuándo tú y yo somos pareja?—Le preguntó extrañado cuando una palabra clave fuera procesada por su cabeza—. Espera… ¿las dos parejas? ¿Cómo que las dos parejas?

Alaude asintió con la cabeza y le contestó—: Dino está prometido.

La boca de Tsuna empezó a abrirse como la de un pez y el sushi que tenía como destino 'la boca de Tsuna' cayó al suelo del parque en el que se encontraban.

¡¿PROMETIDO?!—Gritó a los cuatro vientos asustando a media población que se encontraba por el parque—. ¡¿Cómo que prometido?! ¡¿Desde cuándo lo está?! ¡Y yo por qué no lo sabía!

Alaude tuvo que taparse los oídos para no quedarse sordo ante los gritos que daba Tsuna.

¡Pero más importante aún!—Tsuna dejó su bento a un lado –para que el resto del sushi no le cayera– y calmándose le preguntó—: ¿Qué vas hacer tú?

Ya te lo he dicho.

Tsuna se quedó pensativo sin entender a que se refería.

Seamos amigos con derecho a roce.

No —la respuesta fue inmediata—. Ya sé que intentas y déjame decirte, es la cosa más estúpida que harás y mira que has hecho cosas estúpidas, pero de esta vas a arrepentirte.

Pues deja que me arrepienta. Deja que me equivoque. Tú lo has dicho, es algo estúpido pero si con eso puedo hacer que sea Dino quien ponga fin a 'nuestra relación' valdrá la pena.

Tsuna le miró con seriedad y suspiró.

Vas a arrepentirte, principalmente, porque mi hermano es un cabeza hueca y de pocas cosas se entera. Y para terminar, yo no pienso ser el pasivo de la relación. Así que, tú mismo —y dicho esto Tsuna continuó comiendo el sushi preparado por su madre.

Alaude se levantó y se fue dejando al castaño comer tranquilamente."

La mano de Alaude rozó la mejilla de Tsuna mientras seguía observándole dormir. Con un suspiro se levantó y se sentó en la cama, apoyando los codos en las rodillas y escondiendo la cabeza entre sus manos.

"—Está bien, yo seré el pasivo —anunció Alaude apagando la consola y mirando directamente a los ojos de Tsuna.

Dios, pensé que diciéndote eso se te iría la tontería —refunfuñó Tsuna dejando a un lado el mando de la consola—. Entonces no te importa ser el pasivo —le dijo cruzándose de brazos.

Alaude negó con la cabeza.

Se te ha metido la idea entre ceja y ceja, ¿verdad? No hay nada que vaya a quitártela, a borrártela, a lo que sea… puedo mirar a ver si tienes un botón donde ponga reset y darle a ver si así se te quita esa idea tan tonta de…

Tsunayoshi —Tsuna se calló de golpe, Alaude sólo le llamaba por el nombre completo cuando la cosa era seria y/o empezaba a cansarse de su comportamiento—, hablo en serio.

Tsuna bufó molesto y se cruzó de brazos.

Pero no digas que no te avisé… ¡espera!—Tsuna le puso una mano delante al ver que el de cabellos rubio-platinados se estaba acercando demasiado—. Pongamos una condición.

Cuál —le preguntó exasperado por las complicaciones que estaba poniendo para algo tan sencillo.

No vamos a entrometernos en la vida del otro —Alaude le miró sin entender—. Resumiendo: si nos enamoramos y/o nos interesa otra persona, no vamos a entorpecer el camino del otro. Somos libres de relacionarnos con quien queramos, eso forma parte de ser amigos con derecho a roce. Si no te ves capaz de acatar esta condición, no hay trato —sentenció Tsuna.

Alaude se quedó unos segundos pensativo antes de responderle—: Está bien —y acto seguido se lanzó a los labios del castaño."

Alaude se levantó de la cama y salió de la habitación dirigiéndose al baño, necesitaba una ducha y aclarar las ideas.

"—Sabes Alaude —el mencionado abrió los ojos dándole a entender que le escuchaba—. Me haces pensar que has roto el acuerdo —le comentó mirándole a los ojos."

«¿Lo he roto?», se preguntó mientras el agua caliente de la ducha empezaba a recorrer cada parte de su cuerpo. «Fui yo quien propuso esto para que Dino se sintiera celoso o sintiera algo, pero…».

"—Vaya, no sabía que Tsu-kun estaba con Alaude-san —comentó la prometida de Dino.

Y yo no sabía que tú estuviese con mi hermano, ¿por qué no me lo dijiste, Koyko-chan?

La nombrada se rió entre dientes y miró a la pareja delante de ella mientras se aferraba más al brazo de Dino.

En ningún momento me lo preguntaste —le respondió con una dulce sonrisa.

Tsuna le devolvió la sonrisa y se dirigió a su hermano—: Dino, ¿no dijiste que los hermanos se lo cuentan todo? ¿Por qué no…?

Tú tampoco me dijiste que estabas con Alaude —le cortó antes de que pudiese continuar su pregunta.

Pero yo…—la respuesta de Tsuna fue cortada nuevamente, pero esta vez por el brazo de Alaude que lo atrajo hacia si.

Tsuna empezó a mirar entre los tres, sus dos amigos y su hermano, y con exasperación y zafándose del agarre de Alaude murmuró—: Dios los crea y ellos se juntan, panda de idiotas.

¿Tsuna/hermanito/Tsu-kun?—Los tres le miraron extrañado.

¡Nada!—Les respondió levantando los brazos hacia el cielo pero sin mirarles—. Que yo como un idiota sigo planes absurdos —les explicó sin que esos tres entendieran nada."

Alaude salió de la ducha portando sólo una toalla que le tapaba su intimidad y otra en la cabeza tapándole su expresión.

"—¿Y? Ya llevamos dos años en esta situación y el día de la boda está más cerca. Alaude que mi hermano se casa en un mes y tú no vas hacer nada —le decía Tsuna después de uno de sus encuentros nocturnos y no-tan-nocturnos.

Que haga lo que quiera, yo no voy a confesarme. Sabes que no es mi estilo.

Tsuna se estrió de sus mechones con frustración y le dijo—: O te espabilas o Kyoko-chan te lo quita para siempre.

Mañana iremos a casa de mis padres —le comentó cambiando de tema.

¡No cambies de tema que esto es importante!

Y lo que acabo de decir también lo es.

Está bien, está bien. ¿Sabes qué? Haz lo que quieras, ya no insistiré más. Sólo te queda rezar para que yo no encuentre a alguien con quien quiera mantener una relación estable."

El mayor de los Hibari entró de nuevo en la habitación que compartía con Tsuna, se fue directo al closet para abrirlo y sacar unas piezas de ropa y poder empezar a vestirse.

—Se te caerá el pelo de tanta preocupación —murmuró una voz adormilada.

—¿Te he despertado, Tsuna?

El castaño emergió de entre las sabanas y negó con la cabeza.

—Ya estaba empezando a despertarme. ¿Y tú que haces a estas horas? Ven a la cama para continuar durmiendo —se quejó antes de volver a echarse y taparse con la colcha hasta la cabeza.

—Tienes razón, he roto el acuerdo. Me he inmiscuido en tu vida privada —le dijo Alaude antes de que Tsuna volviese a dormirse.

Esa declaración hizo que Tsuna se levantara ipso facto y quedase sentado en la cama mirándole fijamente.

—Con mi hermano puedes hacer lo que quieras.

—¿No vas a ponerte estilo 'hermano sobre protector'? ¿De los de 'toca a mi hermanito y mueres'?—Le preguntó Tsuna.

Alaude negó con la cabeza.

—Sabes que ese no es mi estilo, es más el de tú hermano. Kyoya ya es lo suficientemente mayor como para saber que quiere y desea.

Tsuna miró a Alaude pensativo, evaluando lo dicho por él y ver si había alguna especie de trampa.

—¿Qué quieres?—Le preguntó al no encontrar nada sospechoso.

—Nada.

—Ya nada… en serio, ¿qué quieres?

Alaude suspiró, ya cambiado de ropa, y se volteó para encarar al castaño.

—Si digo nada, es nada —le volvió a repetir cruzándose de brazos—. No soy ese tutor tuyo que siempre quiere algo a cambio.

Tsuna también se cruzó de brazos y miró a Alaude igual de serio.

—Está bien, pero como no me quedo tranquilo haremos esto —Alaude ya sufría, no entendía la obsesión que tenía su amigo con poner condiciones a todo—, iremos a Italia e irrumpiremos en la boda de mi hermano, ¿qué me dices?

Y ahí se terminó todo, la puerta de la habitación se abrió de sopetón y mostró a una alterada y excitada Ann Hibari mirando a los dos ocupantes de la habitación con estrellitas en los ojos.

—¡¿Vais a irrumpir en una boda~?! ¡Dejad que me apunte!—Exclamó emocionada por la acción.

Detrás de Ann aparecieron Kyoya y Kyoushin, quienes miraban a la mujer con vergüenza por hacer tales actos.

—Madre, ¿se está escucha…?

Pero la pregunta de Alaude fue cortada por un eufórico Tsuna que se lanzó a los brazos de Ann.

—Yo estoy con usted, Ann-san. Vayamos y fastidiemos la boda de mi hermano —tanto Ann como Tsuna se agarraron de las manos y se miraron con complicidad.

—Ni se os ocurra —les advirtió Alaude.

—¿Por qué Alaude? Eres tan terco, deja de ser un calzonazos y venga a recuperar lo que debería pertenecerte desde hace mucho —le animó Tsuna.

—Sí hijo, no sé de que va todo esto, pero debes hacerle caso a Tsunayoshi-kun —le animó su madre.

—Pues si no sabe de que hablamos no se entrometa.

Kyoushin y Kyoya veían como Ann y Tsuna intentaban animar a Alaude para irrumpir en una boda mientras este se negaba a cada explicación que daban para hacerlo.

—Basta, los tres —ordenó Kyoushin—. Alaude tiene razón, querida. Si no sabes de qué hablan no debemos inmiscuirnos.

—Pero cariño, que me hace ilusión ayudar a Tsunayoshi-kun. Déjame hacerlo —le pedía la mujer con ojitos de cordero.

Mientras Ann intentaba convencer a su marido, Kyoya observaba la conversación de Tsuna y su hermano, los dos parecían estar discutiendo algo serio y de lo que al parecer él podría aprovecharse.

—Vamos Alaude, todo esto ha sido una estúpida confusión. Si mi hermano se va a casar con Kyoko-chan porque ha tenido una mala experiencia en el amor… bueno, más bien, porque se confundió de a quien querías y…

—Un momento. ¿Qué quieres decir?

Tsuna le miró extrañado empezando a repasar lo que acababa de decir y al darse cuenta se puso sus manos en la boca en señal de que no diría nada más.

—Tsunayoshi, habla.

Tsuna negó con la cabeza y los dos mayores decidieron hacer caso a la conversación de la pareja junto a Kyoya.

—Tsunayoshi…—Alaude le dijo con tono de advertencia.

Tsuna volvió a negarse.

—Ahora.

Con un gemido de derrota Tsuna quitó sus manos y empezó a hablar—: Le prometí a mi hermano no inmiscuirme, Alaude…

—Me da igual. Habla.

—Todo ha sido una absurda equivocación. Y cada vez que he intentado abrir la boca para decirlo, o mi hermano me ha acallado con una mirada o tú me has acallado con algún gesto.

—¿Qué quieres decir?—Le preguntó Ann interesada en el asunto.

—Quiero decir… ¡que los dos sois correspondidos! Mi hermano le daba cosa el ser rechazado y tú no eres de los que se confiesan, por eso te preguntó si yo te gustaba —Tsuna se detuvo y cogió una gran bocanada de aire—, para ver si tenía oportunidad y así decírtelo. Pero vas tú y te callas sin negárselo. ¡Idiota! ¡Los dos sois idiotas!

Ann se tapó la boca con sus manos y su rostro reflejaba sorpresa ante la revelación, mientras su marido e hijo menor miraban expectantes a la ahora-no-tan-pareja.

—¡Mi Alaude quiere a otro hombre!—Exclamó Ann—. Pero entonces, ¿y tú, Tsunayoshi-kun?

—Amigos con derecho a roce —le aclaró Tsuna—. El listo de Alaude pensó que de esta forma mi hermano podría sentir algo, cosa que ya sentía, y separarnos. ¿Es o no es un plan estúpido?

—¡Ow~! Mi Alaude es como Kyoushin —dijo enternecida la mujer—. Hace las mismas tonterías que cuando mi marido era joven~ Menos mal que Kyoya no las hace, del mismo modo que yo, mi niño es más directo~

Kyoushin volteó el rostro avergonzado por las palabras de su mujer y Kyoya simplemente sopesó el significado de lo descubierto.

—¡Está decidió!—Exclamó Ann—. ¡Querido, nos vamos a Italia junto a Alaude para detener esa boda!

—No podemos dejar a Kyoya solo —le recordó Kyoushin.

—¡Ningún problema! Tsunayoshi-kun se quedará con Kyoya —les comunicó.

La habitación quedó en silencio mientras la mujer iba enumerando las cosas que deberían llevarse a Italia.

—A-Ann-san —Tsuna le llamó la atención.

—¿Dime?

—S-Sólo vine para unas semanas de vacaciones, he de volver a clases.

Ann soltó una exclamación de sorpresa y movió la mano restándole importancia al asunto mientras le decía—: La escuela puede recuperarse, Tsunayoshi-kun. Pero mi pequeño hijo no puede quedarse solo en casa. Ya sabes, podría entrar un ladrón que fuera secuestrador de niños y para colmo también violador e intentara hacerle alguna cosa a mi chiquitín —Ann dejó escapar de sus ojos unas cuantas lágrimas—. ¿Dejarías a mí niño en frente de tanto peligro?

«Por el que debemos preocuparnos es por el ladrón-secuestrador-de-niños-también-violador y no por Kyoya», pensaron Tsuna, Alaude y Kyoushin.

—Bueno, visto de esa manera…—Tsuna suspiró—…supongo que no me queda elección.

—¡Perfecto! Como todo está solucionado, empecemos a empacar~

Ann salió de la habitación arrastrando a su marido e hijo mayor, quien intentaba decirle a su madre que sus cosas estaban en esa habitación, pero ella ni caso.

Kyoya sonrió con superioridad.

—No tienes escapatoria, herbívoro.

Tsuna gimió y se volvió a echar en la cama tapándose los ojos con sus brazos.

—Si te dije que lo consultaras con la almohada era para que no sucediera lo mismo que con Alaude.

Kyoya se acercó a la cama y subió en ella, sentándose a horcajadas de Tsuna.

—Lo he consultado, herbívoro, y sigo queriendo que lo seamos.

Tsuna apartó su brazos al sentir el peso extra encima suyo y con el ceño fruncido le dijo—: Pues yo no. La próxima persona que deba tocarme de esa forma quiero que sea mi pareja. Por eso será mejor que te lo quites de la cabeza.

Kyoya chasqueó la lengua en molestia y apoyó sus manos a cada lado de la cabeza de Tsuna.

—Entonces, seamos pareja.

—Antes que nada, se razonable. Tienes 16 y yo 22, nos llevamos seis años de diferencia y…

Kyoya le calló posando sus labios contra los de Tsuna en un casto beso.

—Cállate —le ordenó una vez se había separado.

Tsuna se lamió sus labios mientras miraba a los ojos de Kyoya y con una sonrisa le dijo—: Como ya has visto, no soy el pasivo. Y contigo no será distinto.

Y con gran rapidez, Tsuna cambió las posiciones quedando él encima de Kyoya sonriéndole antes de atacar directamente la boca del menor mientras sus manos se encargaban de levantar la camiseta del pijama, tocando y pellizcando la piel de Hibari que, gracias al beso, ahogaba sus gemidos tornándolos menos audibles.

—¡Kyoya, Tsunayoshi-kun~! Vengo a recoger la ropa de Alaude…—Ann entró en el peor momento—…¡Oh! ¿Lo siento?—Dijo con una sonrisa extendiéndose por su rostro.

Kyoya apartó de un golpe a Tsuna y levantándose de la cama se fue de esa habitación hacia la suya.

—Ann-san… ha hecho que el ambiente se fuera…—se quejó Tsuna acomodándose en la cama.

Ann se sentó con Tsuna y aún sonriendo le dijo—: No te preocupes, el tiempo que estemos en Italia tú podrás jugar tanto como quieras con mi hijo.

Tsuna miró a la mujer y devolviéndole la sonrisa le comentó—: Ann-san se llevará bien con mi madre, y se llevará aún mejor si de verdad hace que esa boda acabe por no celebrarse.

Ann se rió entre dientes.

—Tsunayoshi-kun, ¿estás insinuando que a tú madre no le gusta la prometida de tú hermano?

Tsuna negó con la cabeza—. No es que no le guste, al contrario. Kyoko-chan y mamá son muy buenas amigas, pero mamá siempre apoya a sus hijos en las decisiones que toman y esta boda no tiene su apoyo.

Ann tarareó contenta—: ¿Cómo es tú hermano?

—Hum… ¿qué gracia tiene que se lo diga? ¿No será más divertido que usted vea y juzgue si es lo que quiere para Alaude?

Ann dejó escapar una carcajada seguida de—: Cierto, cierto. Si me dices como es no tendrá gracia~ Pero estoy segura que es perfecto para Alaude~ —Ann se levantó de la cama y se dirigió a la puerta—. Cuida bien de Kyoya~

Ann salió de la habitación saltando y tarareando una canción.

—¿Su propósito era que Kyoya y yo no hiciésemos nada?—Se preguntó observando el closet con la ropa de Alaude aún guardada—. Aunque… también es posible que su propósito fuera ver que hacíamos —suspiró.

Y todo se había vuelto confuso. Kyoya ya tenía asumido que sus padres se irían junto a su hermano mayor hacia Italia. Que tendría la casa entera para él y Tsuna. Que podría, por fin, tener su primera experiencia con el castaño. Pero no. Todos sus planes se habían ido a nada por culpa de su padre.

Al parecer no quería ir a Italia. Según su padre, esa era la vida de Alaude y el mismo Alaude debía de solucionarlo solo, que ya no era un niño como para que mamá y papá le ayudasen. Y en cierta forma su hermano estaba de acuerdo, quien no lo estaba era su madre.

Su madre se había empeñado en querer ir ella misma y vigilar que su hermano mayor cumpliera con lo pactado. Arruinar la boda del hermano de Tsuna.

Y por eso mismo se encontraban en el aeropuerto.

—Kyoushin, ¿de verdad que no quieres venir? Me hubiese gustado dejar a Tsunayoshi-kun con Kyoya —suspiró agarrando la maleta de mano.

—Tú tampoco deberías ir, Ann. Esto es cosa de Alaude, no nuestra.

—Aburrido~ Eso es lo que eres —se quejó cruzándose de brazos—. Pues entonces nada, que se le va hacer.

En otra parte del aeropuerto se encontraban los dos Hibari junto a Sawada, los dos mayores despidiéndose del menor.

—Pórtate bien Kyoya —le dijo Tsuna dándole palmaditas en la cabeza.

La respuesta del menor de los Hibari fue voltear la cabeza e ignorar el estúpido comentario de Tsuna.

—Veo que sois de pocas palabras —suspiró Tsuna—. Alguno de los dos podría haber sacado la personalidad de Ann-san, sería más fácil hablar con vosotros.

—¡Tsunayoshi-kun, Alaude! ¡Nuestro vuelo va a salir!—Ann les hacía señas con las manos para que se acercaran.

—Ya es hora de irnos… ¡oh! Ya sé —Tsuna rebuscó en uno de sus bolsillos un bolígrafo y en la maleta de mano un trozo de papel y cuando lo encontró se puso a escribir bajo la atenta mirada de Kyoya y Alaude.

—¿Qué haces Tsuna?

—Ahora lo verás~ —cuando acabó de escribir le dio el trozo de papel a Kyoya—. Mi número de teléfono y correo. Así podremos estar en contacto estos meses que no nos veremos, también he escrito el de Alaude por si tú madre o padre, o incluso tú, queréis hablar con él.

Kyoya miró el trozo de papel y asintió guardándolo en el bolsillo de su chaqueta.

Decepcionado porque el menor de los Hibari no dijo o hizo nada más, Tsuna decidió tomar la iniciativa, se acercó y le besó la mejilla sorprendiendo a Kyoya por el acto.

—Nos vemos… ¡cuando vuelva a Japón~!—Se despidió intentando alcanzar a Alaude que ya había empezado a ir hacia donde estaba Ann.

Kyoya se tocó la mejilla y se sonrojó ligeramente.

«Estúpido herbívoro, va contra las reglas las muestras de afecto en público», pensó cruzándose de brazos y yéndose del aeropuerto hacia su casa. «Cuando vuelva le haré cambiar de opinión sobre lo de yo ser el pasivo», sonrió cínicamente.

Notas finales:

¡Moi, Moi! No os asustéis por el final, esto es 2718 de principio a fin~ Sólo que, Kyoya no sería Kyoya si no quisiera tener el control de las cosas, ¿no?

Como veis he sido puntual, dije hoy y lo he subido hoy~

Y el próximo capítulo será el final del fic, quería hacerlo sólo de dos capítulos pero bueno, haré un epílogo e intentaré escribir lemon o al menos algo de lime.

El segundo capítulo de Cafetería Midori lo subiré mañana, así que quien lo esté leyendo que no desespere~

Nos leemos.


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