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Desliz por harukatenou

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Notas del capitulo:

Hola a todo/As ne ne estamos tratando de actualizar lo mas rapido y soltando nuestras manos para escribir y concretar capitulos, este capitulo es particularmente fuerte, a nivel emocional y en una escena en particular...

 

Desliz
Capitulo 24 “Quiebre”

 

-Por que Nix sea presidenta de la Academia- Todas las del equipo de Hockey vitoreaban a Nix.

 

-¡Sí, simplemente fabuloso!- Expreso por lo bajo mientras los cigarros se consumían lentamente en las manos de la chica de fuego.

 

La fiesta apenas empezaba para el equipo de hockey mientras las presiones estaban quebrando a Fénix.

-Una Jarra más de Cerveza- Pidió Marcia, una de las del equipo en la barra.

 

-¡Por qué Nix se presidenta de la Academia!- la Chica de Fuego levanto su vaso a medio consumir y miro a la chica con desdén.

 

-¡¡Presidenta!!- Exclamo la chica sorprendida.

 

- No te preocupes, al ritmo al que van las cosas será muy pronto lo que proclaman- Agrego la chica fuego, a la chica del equipo mientras se levantaba, retirándose del lugar.

 

La camioneta negra de la Presidenta retumbaba el lugar, un ronroneo que Nix conocía a la perfección.

 

Nix Salió del bar nada más para ver como la camioneta se alejaba.

 

-¿Cómo estarás después de esto, mi chica fuego?- susurro Nix mirando la calle con tristeza,  Regresando a la fiesta del equipo de Hockey.

 

El departamento de Fénix estaba ya desde hace tiempo abandonado, Fénix casi no iba y cuando iba era para un cambio rápido de ropa. La puerta de este se abrió, Fénix entro directo a la cocina y tomo un par más de los narcóticos que le había proporcionado la chica en el bar.

 

- ¿Tres (3) cajas, Que piensas suicidarte después de una humillación de este calibre, ante tu prometida? – Recordaba la Chica de fuego mientras se encontraba con el primer paquete vació.

 

Suicidarse era el remedio que había encontrado antes en el pasado, y ahora parecía una solución viable ante la humillación, ante los malos recuerdos de su prometida. Fénix sabía que tenía que enfrentar los hechos, de que por más que esta quisiera, siempre iba a estar enamorada de Nix, pero no podía arriesgar su carrera como Vicepresidenta, Hécate aun siendo su homóloga estaba de igual manera subiendo de puesto, y la autoridad de la presidencia debe de ser absoluta.

 

Aún los días de la presidencia de Fénix Ortigosa no se acaban, tenía que entender eso y usarlo a su favor.

 

Estaba en el suelo, llorando la humillación mientras se daba cuenta de todo lo que tenía que arreglar. Reparar su corazón, arreglar el rumbo de su carrera y de Nix, romper el yugo de autoridad que Hécate había producido en ella, tantas cosas en su cabeza, una parte de ella le gritaba que no podía volver a hundirse, no ahora. Mientras que otra parte de ella, solo quería dejarse caer, hundirse y mandar todo al diablo.

 

Después de ingerir aquella sustancia, se recostó en posición fetal, ahogándose en sus propias lágrimas, quería ser fuerte, pero en ese momento sus ganas se desvanecían a la par que aquella sustancia recorría su organismo haciendo estragos.

 

-o-

        Nix no pudo disfrutar más la noche después de ver el estado en el que Fénix se marchaba. Habían pasado tres (3) horas desde el incidente y a pesar de su esfuerzo por disimular, todas se habían dado cuenta de la tensión entre las chicas y de cómo había afectado el ánimo de la joven piel canela.

 

        Disculpándose para ir al baño, sintió el piso tambalearse bajo sus pies, definitivamente había sido mala idea aceptar aquellos chutes de tequila de parte de Lisa hacia un rato. Dejando que el agua fría del lavamanos refrescara su rostro y avivara un poco su mente, se miró a sí misma en aquel espejo algo sucio y de mal aspecto del bar.

 

        -¿Qué estás haciendo Nix? Esta no eres tú, tú no eres una cobarde, una sumisa… Es solo una persona, no puedes seguir permitiendo que tu vida se destruya…-. Susurro con tristeza, conteniendo las inmensas ganas de llorar.

 

         -Sé que no soy quien para meterme en tu vida, pero me tomare la libertad de opinar, si después de eso quieres mandarme al diablo lo entenderé…- Expuso Marcia recostada en la puerta del baño mirando a Nix de forma acusadora- Mira todo el equipo sabe que tú y Fénix se traen algo, mas allá de su hermandad y amistad, su complicidad da a entender claramente otra cosa. A mí no me importa si son o no son amantes, si te soy sincera serian una pareja estupenda, pero también estoy clara como las demás, de que sus cargos en el consejo estudiantil se verán drásticamente afectados por una relación –hizo una pausa al ver como Nix mostraba molestia en su rostro- Si, ódiame por ser sincera, pero a mí me importas, y a todas las demás también. Chris es tu verdugo, desconozco las razones por las que estas con ella, quizás los rumores que están formándose en el campus, acerca de su manipulación o chantaje sean ciertos, pero sea cual sea el caso… Escúchate a ti misma, esa no eres tú, tú eres una mujer valiente, decidida, razonable y sobre todo leal, correcta y sincera. Si necesitas tiempo, pídelo, si necesitas ayuda, mira a tu alrededor, pero no sigas quebrándote sola y siendo arrastrada por Chris y por la misma Fénix, quien en su desesperación se aferra a ti y te lanza al mismo abismo, donde a este paso las dos se van a hundir y serán irónicamente sus actuales parejas quienes le podrán el pie y las arrojaran sin piedad alguna….- Sin darle tiempo a la chica de protestar, la abrazo protector.

 

Nix no pudo contener sus lágrimas, dejándose abrazar por aquella chica con quien en un pasado tuvo una amistad, se quebró. Cada una de sus palabras eran ciertas, cada frase estaba cargada de una amarga y cruda realidad que la sobrepasaban, ella tenía razón, no estaba sola, aun cuando su orgullo pisoteado, quería erguirse y hacerla seguir, no se sentía segura. Quizás Marcia tenía razón, necesitaba pedir ayuda, necesitaba dejar de cargar el peso del mundo sobre sus hombros y aceptar como en ese momento, el hombro de alguien mas de confianza que pudiese ayudarla a salir de ese abismo, solo ayudándose a sí misma, podría ser capaz de ayudar realmente a Fénix.

 

-Vamos con las demás –Susurro a la chica besando su frente cuando la sintió más calmada-
Creo que ya está bien de celebraciones grupales, te llevare a tu apartamento, entre todas sutilmente te protegeremos de Chris, por favor medita bien que harás, Claudia fue quien nos puso al tanto de las cosas, puedes confiar en ella y en nosotras también.-  Ayudando a la chica a limpiarse el rostro, la ayudo a caminar fuera del baño hacia la mesa de sus compañeras de equipo.

 

-Gracias.- Fue lo único que pudo pronunciar Nix, apoyándose en Marcia, estaba muy mareada, había bebido más de la cuenta.

 

Una mirada de complicidad entre Marcia y Lisa fue suficiente para que la chica entendiera que había hablado con Nix.

 

-Chicas ya son casi las 4:00 am. Será mejor que nos vayamos, mañana es sábado, pero el entrenador convoco una reunión a las 10:00 am…-. Pidió Lisa con cortesía.

-Nix te llevo...-. Se levantó Chris para acercarse a la chica.

-No te preocupes Chris, sé que eres su pareja y te corresponde cuidarla, pero Nix y yo tenemos una conversación privada, la llevare a casa y después que hablemos me iré, no tienes de que preocuparte…- Explico la joven de la misma altura de Chris.

-Por favor Chris, no te enojes y respeta un poco mi espacio…-.  Intervino Nix antes de que Chris protestara y armara un escándalo, estaba tan pasada de tragos como Nix.

-¿No quieres que te lleve a ti Chris?-. Propuso Ángela, era una de las defensas del equipo, la que menos había tomado del grupo.

-No hace falta, puedo manejar...-. Respondió con soberbia, dándose media vuelta.

-Chris estas muy tomada, por favor se racional, no quiero que te pase nada…-. Tomándola del brazo Nix la detuvo haciendo que la chica se tambaleara.

-No necesito que seas mi niñera Nix…- Espeto con rabia, liberándose del agarre pero se tambaleo tanto que si Ángela no la sostiene se cae al piso.

-En serio Chris dame las llaves de la camioneta, te llevo a tu casa y después tomo un taxi a mi apartamento…-. Insistió la joven con amabilidad.

-Estoy diciendo que yo…- Exclamo enojada, pero Nix la hizo callar de una cachetada.

-Soy tu mujer, y como tal te exijo que dejes de armar berrinches estúpidos, estas ebria Chris Hernanz y te conozco lo suficiente para saber qué vas a conducir a alta velocidad y en ese estado no tienes tus sentidos focalizados, así que dale las malditas llaves a Ángela y deja de comportarte como una niña..-. Le grito Nix alterada, ante la cara de sorpresa del grupo.

 

Chris la miro herida y enfadada, sacándose del bolsillo las llaves, se las dio a Ángela, antes de caminar hasta el estacionamiento sin decir nada.

 

-A eso llamo tener carácter...-. Susurro Lisa impactada.

-Ya vámonos, que esto se sale de control...-. Propuso Marcia, ante la afirmativa del grupo, cancelaron la cuenta y se marcharon.

 

El grupo abandono el bar, se distribuyeron en los autos de cada una, Marcia subió con Nix al cámaro de la portera, la chica era de una familia adinerada de la ciudad. Siguiendo las indicaciones de Nix, llegaron al apartamento de la más baja, invitándola a pasar, le ofreció una cerveza antes de que se sentaran en la sala, mirando por el ventanal principal la noche y las nubes lluviosas que empezaban a formarse de repente.

-¿Le has contado a alguien de tu familia lo que está pasando con Chris?-. Corto el silencio Marcia, dando un trago a su cerveza.

-Mi hermano sabe una parte de la historia, pero me dio una última oportunidad de arreglar las cosas por mí misma, o convencería  a mis padres de enviarme a un internado...-. Explico suspirando, sentía que la borrachera se le había pasado del shock de todo lo que había pasado.

-¿Y Fénix? ¿Tiene ella idea de las cosas?-. Interrogo seguidamente.

-No, Fénix es demasiado impulsiva, lo primero que haría sería matar a Chris o molerla a golpes… Y cualquiera de las dos situaciones, seria desastrosa...-. Respondió sin dar muchos detalles.

-Mi hermana es abogada como Alexander, creo que han compartido ciertos casos juntos. Si necesitas apoyo legal no dudes en decirme y lo conversamos con ella, será bajo total discreción…-. Ofreció aquella mirada azul a su compañera.

-Cuando el enemigo es la familia Hernanz, creo que hasta mi hermano seria humillado, meditare las cosas y buscare una solución sensata, muchas gracias por todo Marcia, eres una gran chica. Conversare con Claudia el Lunes, y mañana discutiremos con el entrenador como manejar el incidente de la Polideportiva, solo espero que Chris no cometa una imprudencia, es muy vengativa…-. Expreso con pausa Nix.

-También puedes hablar con mi padre…- Propuso antes de ponerse en pie- el confía en ti y en tu sensatez, aun cuando Bladimir quizás las desacredite por lo que ocurrió hoy, te escuchara sin juzgar y sopesara tu postura… -argumento con pausa- Va empezar a llover, será mejor que me marche, te avisare cuando este en la mansión, cuídate mucho..- Besando la mejilla de la chica se marchaba.

 

Marcia era la hija del director de la universidad, con la cabeza llena de información, Nix camino a su habitación, desvistiéndose con cuidado para no lastimarse la espalda, se metía bajo las sabanas solo en ropa interior, para intentar dormir y descansar un poco. Aquella semana había sido un completo infierno, solo esperaba poder pensar con lucidez y solucionar del mejor modo todo lo que tenía encima.

 

-o-

Pasados treinta (30) minutos, Ángela traspasaba el portón de aquella mansión, estacionando la camioneta en el garaje, apagaba el vehículo. Durante el recorrido Chris se mantuvo perdida en el paisaje, sin decir nada, más que para desactivar la alarma de seguridad al llegar a la mansión.

-Sé que Nix se excedió al golpearte, no le aplaudo el gesto. Pero creo que era preferible eso, a que pudiese pasarte algo en la carretera...-. Expreso quitándose el cinturón para bajarse de la camioneta.

-Gracias.-. Expreso Chris ante la sorpresa de la joven frente a ella –Mande a preparar una habitación de huéspedes, sé que vives fuera la ciudad, es muy tarde y será complicado que tomes un taxi, la mucama te espera en la sala, te llevara a la habitación en la segunda planta, me iré a dormir, te veré mañana...-. Sin agregar más, se dio media vuelta entrando a la mansión.

 

Ángela se quedó sin palabras, reaccionando minutos después, entro a la mansión, donde la mucama le saludo con cortesía, indicándole que la siguiera por la escalinata y posteriormente el largo pasillo de la planta superior de aquella casa. A mitad de camino una enorme puerta de madera caoba, tallada al estilo barroco, se abrió de repente, la chica pudo notar por el rabillo del ojo, lo que parecía una sala de ¿Tortura? Abriendo los ojos con sorpresa, un chico de mirada penetrante le sonreía.

 

-¿Y tú eres?- Interrogo con burla a la joven delante de él.

-Ángela Sotomayor…- Balbuceo seguidamente- Soy defensa del equipo, traje a tu hermana ebria y me invito a pasar la noche aquí...-. Explico recobrando la postura.

-Vaya que mi hermanita esta irreconocible últimamente, no sabía que fuese tan servicial… -Expreso con sarcasmo- Yo tu dormiría con el seguro de la puerta, no vaya ser que su amabilidad se esfume y quiera convertirte en su muñeca del día –mirando descaradamente a Ángela la recorría con la mirada- No puedo negar que ese cuerpo atlético que tienes, sin ropa debe ser majestuoso, disfruta la noche Angelito...-. Sin agregar más, se marchaba tambaleándose por aquel pasillo.

 

Ángela sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo, pudo notar en lo dilatado de aquellas pupilas que aquel joven de cabellera rojiza, estaba fuertemente drogado, escuchando lo que le pareció un sollozo del otro lado de aquella puerta, trago saliva con dificultad.

 

-Señorita por favor, acompáñeme…-. Pidió con cortesía, sacando a la joven de su ensimismamiento,  indicándole el camino con nerviosismo.

 

Ángela asintió, obedeciendo, entraba a la habitación de huéspedes cruzando a la izquierda al final del pasillo, mirando a su alrededor lo exquisita y lujosa alcoba, se sorprendía. En la cama había un pijama blanco evidentemente nuevo, ya que aún estaba en su empaque, una enorme cama Queen, una jarra de agua, dos sodas, una hielera, del lado izquierdo la puerta abierta del baño, donde se podía ver vapor emanar del interior.

 

-El baño está listo, el jacuzzi con un baño de burbujas tibio, le permitirán relajarse antes de dormir. Coloque su ropa en ese cesto a la izquierda y mañana temprano la tendrá lavada y lista. Si necesita algo más, por favor marque el 12 en la extensión telefónica y le atendremos, buenas noches…-. Retirándose casi enseguida, cerraba la puerta tras de ella.

-No sé si fue buena idea haberme quedado en este sitio…-. Susurro, quitándose la ropa para darse una ducha, tecleando un mensaje a Marcia explicándole lo sucedido, se colocó el pijama después de ducharse, se sentía bastante cansada.

 

Ten mucho cuidado por favor, la familia Hernanz no es de fiar, pasare por ti mañana a las 9:00 am para irnos a la academia, no dudes en llamarme si pasa algo…” Fue el mensaje de texto que leyó la chica, antes de cerrar aquella puerta y meterse a la cama para quedar profundamente dormida, estaba agotada del partido y de todas las emociones que pudo percibir y vivir en el bar.

 

-o-

Mientras el poderoso narcótico se desvanecía de Fénix, un dolor de cabeza descomunal la invadía, removiéndose incomoda, intentaba incorporarse, pero su cuerpo no hacia lo que ella le pedía.

 

-Cuando duermes te ves hermosa mi corazón- Sonó una voz familiar en el cuarto.

-¿Pero qué…?- Hécate le tapaba la boca a Fénix -…Shhh, silencio mi chica de fuego, te haré mía de una vez por todas, para que olvides a la desgraciada de Nix-. Espeto de forma sombría.

 

La chica de fuego trato de soltarse del agarre de Hécate, sorprendiéndose al encontrar que el narcótico la había debilitado y sus fuerzas le fallaban, y sentir lo suave del colchón ¿En qué momento llego a la cama?

 

-Debo de agradecer a la farmacéutica Hernanz al haber fabricado este medicamento, es maravilloso y el efecto que tiene en ti es de lo más espectacular -. Agrego sonriendo ante el estado de Fénix, la chica era torpe, sin fuerzas, estaba aún bajo el efecto de aquella droga.

 

-Suéltame, ya bastante humillación me hiciste pasar- Dijo como Pudo Fénix a Hécate, temiendo lo peor.

 

-Y que harás cuando te suelte…- agrego Hécate con una sonrisa -… contarle a Vladimir lo que he hecho a mi propio beneficio, después de lo de hoy, tu carrera como presidenta está acabada…- Hécate caminaba en círculos alrededor de Fénix – Ya me imagino los titulares, “Presidenta Fénix Ortigosa destituida por cogerse a La Vicepresidenta”- Rio con malicia su prometida mientras las lágrimas fluían de la chica fuego.

 

-Basta, dime que ganas tú al humillarme de este modo, se suponía que me amabas.- expreso Fénix visiblemente paralizada y desesperada.

 

-Yo te gano a ti y nada más, tu eres mi premio- Dijo la chica al sentarse en las piernas de la presidenta. –Tú eres la culpable de no ejercer tu autoridad, tu eres la culpable de que todo esto se haya salido de control, y más que nada tu eres la culpable de que yo tenga mi venganza hacía Nix y te gane como premio- explico Hécate besando con fuerza a la mayor.

 

-Eres más desgraciada de lo que imagine- pronuncio en los labios de Hécate, negándose a corresponder a aquel beso.

 

-Y más maldita de lo que piensas- susurro mientras esposaba a Fénix a la cama subiendo las manos por sobre la cabeza de esta.

 

-¿Pero Qué…?- La chica de Fuego de nuevo trataba de soltarse de ese agarre.

 

Hécate amarraba a la cama a Fénix, recorriéndola con deseo, abriéndole las piernas y dejándola inmóvil.

 

-Ahora vamos a hacer algo divertido, yo te hago mía mientras te drogo con cada queja que me des o te resistas de alguna manera- Dijo la vicepresidenta de Bellas artes en maliciosa sonrisa.

-Suéltame, estoy segura que podemos hablar de esto y arreglarlo de cierta manera. – la voz de Fénix, empezaba a quebrarse.

-Ahora quieres que lo hablemos, pero cuando tuviste la oportunidad de hablarlo conmigo, decidiste dejarme fuera, pensando que esto se iba a arreglar solo- exclamo Hécate visiblemente furiosa y herida –No te daré ese gusto Ortigosa-. Espeto con odio.

 

Mientras la chica de Fuego luchaba con sus amarres descubriéndose cada vez más cansada, cada vez más débil por el narcótico, Hécate estaba triturando las pastillas del mismo.

 

-Y dime cariño, alguna vez te has drogado con estas inhalándolas en vez de tomarlas, el efecto es de lo más poderoso- indico mientras obligaba a Fénix a inhalar el polvo. – Te dije que cualquier queja o resistencia te iba a obligar a drogarte.- amenazo mirando a la chica a los ojos.

 

-¿Por qué haces esto?- exclamo la Chica de Fuego retirándose el polvo que le ofrecía la mujer.

 

Hécate visiblemente furiosa golpeo a la mujer de fuego directamente en la ceja, fuerte y violento, abriéndole esta.

 

-Te gusta así ¿no?, o que crees que nunca note las cicatrices nuevas que traías cada vez que te cogías a Nix, sé que te gusta cortarte para encenderte. – grito Hécate golpeando de nuevo a Fénix.

 

Mientras la sangre fluía de la ceja de la presidenta, Hécate obligaba a la mayor a inhalar el polvo de los narcóticos.

       

-Te lo dije cariño, Más te vale hacerme mi lugar en tu corazón, porque te lo afirmo eres mía y de nadie más – susurro Hécate encima de Fénix, antes de bajarse de la cama sonriendo, mientras Fénix aun trataba de liberarse.

 

Fénix miraba con recelo a la más joven, nunca la habían tratado así, mucho menos maltratarla, siempre en su vida la habían tratado con respeto y hasta con temor a que esta pudiese tomar acción negativa.

 

Hécate se movía por el cuarto como si este fuese su casa, revolviendo papeles acumulados, las cosas de fénix, las cajas de narcóticos.

 

-Por fin la encontré – Dijo la joven con satisfacción. – Esto era lo que necesitaba- continuo dirigiéndose a Fénix.

 

Fénix comenzó a llorar evocando los recuerdos que este objeto le traía.

 

-Pero pensé que este juguete te gustaba – le mostró a fénix la pequeña navaja que esta misma había usado con Nix hace ya varios meses.

 

-¿Cómo te atreves?, que acaso no te basta verme destrozada, sino que tienes que verme en pedazos y arrastrándome para que me perdones. – expreso Fénix entre las lágrimas.

 

-Esto ya no es de perdonar, mi hermosa Chica de Fuego, esto ya es venganza – respondió Hécate mientras pasaba la navaja por sobre la ropa, presionando y rompiendo la playera negra de Fénix.

 

-Maldita – expreso entre dientes Fénix sintiendo el dolor y el ardor que la navaja le provocaba.

 

Hécate, disfrutaba de la escena, Fénix indefensa, drogada y amarrada, mientras que ella rompía las prendas una por una dejando a la mayor desnuda y ensangrentada por los cortes, algunos profundos, algunos leves, mostrando el cuerpo atlético de la mayor.

 

-Quién iba a pensar que la presidenta pudiese ser dominada de esta manera, con una simple navaja. – Dijo de nuevo cortando cerca del pecho de la mujer, escribiendo su nombre en cortes profundos.

 

Los gemidos involuntarios de Fénix la traicionaban, definitivamente los cortes múltiples la estaban prendiendo y muy independientemente de que estuviera amarrada a la cama y siendo sometida, se sentía excitada.

 

Traicionada por su propia obsesión.

 

-Déjame en paz, suéltame, si no quieres tener consecuencias – Decía fénix en su propia desesperación, dándose cuenta de que sus gemidos la contradecían.

 

-Pero Cariño, pareces disfrutarlo, tus gemidos indican lo contrario- agrego la más joven desnudándose, mientras hacía cortes a diestra y siniestra por todo el cuerpo de la Presidenta.

 

El cuerpo de la presidenta estaba cubierto de cortes, algunos muy profundos, el nombre de Hécate estaba totalmente marcado en el pecho del lado del corazón de la mujer con cortes muy profundos, hechos con odio y obsesión.

 

Hécate recorría el cuerpo de la presidenta con lujuria sus manos se llenaban de sangre y polvo, sabía que Fénix podría resistir el ser dominada, pero los cortes la excitaban, cada que tenía oportunidad la mujer marcaba aún más en el pecho de la mujer su nombre.

 

-Eres una maldita – repitió Fénix entre gemidos de excitación mostrándose aún más dominada.

 

-Ahora lo sabes, mi amor – exclamo la mujer clavando la navaja en la pierna derecha de la Fénix, y abriéndole las piernas con violencia. Mostrando la excitación de la mujer y el dolor que esto le provocaba.

 

-¡¡¡Estas totalmente, loca!!! – exclamo Fénix al sentir la navaja clavada en la pierna, la hoja estaba dividida entre su piel y el colchón.

 

Mientras el dolor de la navaja invadía a Fénix, Hécate sonría maliciosamente, deslizando sus dedos los Humedecía en los fluidos de Fénix, posteriormente recorría los labios íntimos de su sometida lubricando torpemente su mano.

 

 - Ahora es donde eres mía completamente – Penetrando a la mujer sin ningún cuidado, deslizando un puño completo forzaba a Fénix, haciendo gritar de dolor a la presidenta, cuando esta luchaba con el agarre de la cama, sucumbiendo al dolor de la navaja y a la penetración violenta de Hécate.

 

Las penetraciones eran violentas y sin ningún cuidado, el dolor había entumecido los oídos de Fénix, y cada vez se sentía morir por la forma en que Hécate la penetraba, la lastimaba, tenía la ceja a la mitad, el cuerpo ardiendo en cortes y la pierna derecha perforada y no tenía la menor idea de cuánto le costaría recuperarse de esa herida, además de que estaba marcada por el odio con el nombre de Hécate.

 

Pasados unas horas de que Hécate se aburriera de la mujer después de hacerla suya varias veces, cubriéndola en golpes y cortes, Fénix cayo desmayada tras haber soportado horas de tortura.

 

Cuando Hécate se dio cuenta del desmayo de la mujer se dio a la tarea de limpiar a la mayor.

 

-Quiero que recuerdes esta noche, que será la última vez que te amé como hoy – Susurro Hécate al oído de la mujer.

 

Tomo el cuerpo inconsciente de la mujer y la llevo a la ducha, lavando debidamente cada herida, cada golpe y desinfectando la navaja mientras la sacaba de la pierna de la mujer.

 

Una vez lavado el cuerpo de fénix y el de ella, se dio a la tarea de coserle las heridas más profundas incluyendo la de la pierna, arrepintiéndose de lo ocurrido.

 

Tomo el debido tratamiento a todas y cada una de las heridas, suturando estas y poniendo crema para cicatrizar.

 

Pasadas unas horas, Fénix despertaba.

 

El miedo la invadió y el dolor la paralizo, mientras miraba como Hécate seguía con ella fumando un cigarrillo.

 

-¿Qué sigues haciendo en mi casa? – expreso Fénix visiblemente asustada.

 

-¿Así es como me agradeces que me haya encargado de tus heridas? – respondió Hécate dirigiendo la mirada a la mujer en la cama.

 

-Muchas Gracias – Dijo la mujer en sarcasmo – Ahora retírate de mi casa, que tengo muchas cosas que hacer – balbuceo Fénix sin mirar a la mujer.

 

-Está bien me iré. Pero esto fue solo el principio- susurro Hécate acercándose a la mujer forzando un beso.

 

El agarre del beso asusto a Fénix y no pudo más que resistirse al mismo.

 

-Vete – suplico finalmente Fénix, totalmente quebrada y aturdida por lo que estaba pasando.

-Te amo – expreso Hécate en la puerta.

-Y solo para que lo consideres, recuerda lo que paso hoy y a quien perteneces Fénix, o no respondo de lo que pueda hacerle a la desgraciada que tienes por mejor amiga…-. Agrego antes de marcharse.

 

Fénix se quedó paralizada con las vendas puestas y un dolor en la pierna insoportable. Como pudo, Fénix alcanzo unos analgésicos, drogándose fuertemente, y quedándose dormida tal y como Hécate la había dejado.

 

 

Notas finales:

Mas de uno/a quedara sorprendido del giro de los acontecimientos y de la transformacion de Hecate, gran parte de el lo escribio HarukaVolkova (Autora en conjunto del fic), y hasta a mi dejo impactada esa sed de venganza y ese amargo sabor del abuso....

¿Mas complicaciones? Ahora que las dos estan en etapa de quiebre, veamos que o quien las ayuda a salir....

Espero sus comentarios...

Saludos!!!!


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