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Desliz por harukatenou

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Notas del capitulo:

Hola a tod@s, inmensamente agradecida por sus comentarios y lecturas.....

Este capitulo es un recuerdo lejano, un lemon fuerte -advertidos- que los hara entender la profunda conexion que hubo entre dos personajes, y del porque el dolor, la obsesion y la rabia...

Espero que lo disfruten y alli nos leemos....

PD: Despues de este capitulo, el fic seguira su curso regular... No se alteren jejeje

 

Desliz

Especial de Navidad

 

        Hacia un frio que hacia titiritar a cualquiera, sumado a los nervios que la chica sentía por aquella cita, la hacían sentirse más intranquila, llevaban unos meses saliendo, compenetrándose y congeniando, estaba muy enamorada de aquella mirada miel avellana, de aquel cuerpo, de aquellos gestos, de aquella mujer que la atendía y la cuidaba con vehemencia y caballerosidad.

        -Este clima es horriblemente frio…-. Susurro subiendo al metro, para tomar rumbo al restaurante donde se habían citado aquella tarde.

        Pasadas las 6:00 p.m., compartían una comida de lo más agradable, entre risas y bromas se coqueteaban, se rozaban y se conectaban, cada una anhelaba poderosamente a la otra.

        -Fénix…- la llamo con convicción entrelazando su mano con ternura, mirándola con intensidad a los ojos- ven, vayamos a mi apartamento y que nuestros sentidos tomen el control…-. Expreso Hécate en un arrebato de sinceridad.

        La más alta sonrió embobada, asintiendo con la cabeza la ayudo a colocarse el abrigo y salieron tomadas de la mano, el ambiente navideño, las personas en la calle, caminaban abrazadas por la avenida hermosamente decorada con guirnaldas, adornos y luces por doquier.

        El modesto sitio estaba cálidamente decorado, con acabados madera y algunas luces, la pequeña sala comedor, una única habitación y el pasillo que daba al baño. Fénix analizo el espacio sintiéndose cómoda, era la primera vez que iba a aquel lugar, dejando el abrigo colgado junto al de Hécate, camino con ella a la mesa de la cocina y acepto aquella copa de vino, por alguna razón estaba nerviosa, no es que fuese la primera vez que estaban juntas, ya habían cedido hacia un mes a sus deseos y habían proclamado una a la otra de forma salvaje en el salón de arte de la facultad, donde Hécate había tenido que quedarse hasta tarde, clasificando y organizando ciertas obras de arte.

        -Te deseo… -susurro Fénix acercándose a la más pequeña para inducir un apasionado beso- y no es un simple calentón, de verdad quiero poseerte, hacerte mía en toda la extensión de la palabra…- expreso sincera, acariciando despacio aquel cuerpo bajo sus manos.

        -Yo también…- gimió quedamente la joven en sus brazos- tengo un regalo –se sonrojo de golpe- bueno es algo que podemos disfrutar ambas y que me gustaría experimentar contigo…-. Agrego seguidamente antes de profundizar aquel beso llevándolo a francés, dejando a Fénix sin aliento y encendiéndola aún más.

        Entre besos llegaron a la cama, el sutil olor del incienso y las velas aromáticas las hizo sonreírse mutuamente, mientras Hécate desvestía despacio a Fénix, la más alta depositaba besos en el cuello, los hombros y los omoplatos de la chica.

        -Cierra los ojos…- susurro de manera sensual al oído de la joven Ortigosa.

        Fénix obedeció sin rechistar y se sentó en la cama, atenta a cómo podía oír la cremallera del vestido de Hécate deslizarse, sintió un escalofrió recorrerle la piel, cuando la joven se sentó sobre sus piernas y tomo sus manos para guiarla a recorrer su cuerpo.

        Sintió aquel cuerpo tibio bajo sus manos, el encaje que adornaba las diminutas prendas que no podía ver, pero podía sentir, la tela por sobre el brasier que caía hasta el borde de aquellas bragas diminutas, la piel expuesta de aquellas firmes nalgas que apretó con posesión. Era un juego de seducción, estaba siendo completamente seducida por la mujer que tanto le atraía y por quien estaba empezando a sentir con intensidad.

        -Quiero que esta noche me hagas el amor –pidió Hécate lamiendo despacio y sensual la oreja de la chica de fuego- quiero que esta noche me penetres con fuerza, con pasión, que me hagas tuya de forma salvaje, que te entregues a mí y sellemos de una vez por todas, el inicio de un camino juntas….- expreso besándola despacio en los labios.

        -Sera como tú quieras, como desees y si, a partir de hoy eres solamente mía Hécate Van Garrick…-. Acoto Fénix abriendo los ojos, para levantarse y sostenerla de las caderas, besarla con desesperación y admirar aquel conjunto de ropa íntima, rojo con negro estilo baby doll, que la terminaron de hacer perder la poca decencia que tenía y lanzar a su amante a la cama.

        Con marcado deseo recorrió aquel cuerpo, besando aquellos labios hasta morderlo con suavidad, siguió su recorrido al cuello de la chica mordisqueando y chupando, erizando cada cm de piel que rozaban sus labios, besando la separación de aquellos pechos, devoro primero el seno izquierdo, lamiéndolo y succionándolo con algo de brusquedad, pero como le encantaba a Hécate aquella sutil mezcla de placer y dolor, arqueo su espalda cuando Fénix mordió su pezón derecho, no fue muy fuerte ni con intensión de hacerle daño, pero la hicieron recorrerle un escalofrió de placer inmenso.

        Sonriendo con lujuria deslizo sus manos por aquella tanga visiblemente húmeda, la deslizo con calma, para explorar los labios íntimos bastante empapados de la chica, recorrió la obertura intima sintiéndose más que excitada a cada gemido de placer que arrancaba de aquellos labios, presiono el botón del placer, para mover su dedo en círculos rápidamente y con fuerza, quería hacerla acabar sin penetrarla, quería hacerla enloquecer de placer antes de colarse en su interior para poseerla.

        -¡Ahh Dios!-. Exclamo extasiada Hécate, al llegar en un violento orgasmo, su cuerpo se convulsiono de placer y un escalofrió la recorrió entera, contrayendo su intimidad en varios espasmos, perdió el aire de sus pulmones y respiro agitada.

        -Me encanta oírte gemir…-. Susurro con posesión Fénix, besando aquellos labios, para deslizarse con dos dedos dentro de la chica sin aviso y de forma violenta.

        Arqueando su espalda de sorpresa y placer, Hécate gimió más fuerte y se aferró a aquella ancha espalda para mover sus caderas al ritmo marcado y violento con la que era penetrada. Fénix podía sentir aun la estrechez de la chica, pero era precisamente eso lo que más la excitaba, estaba a punto de llegar también, del placer de sentir a su ahora novia gemir descontrolada y seguirle el ritmo frenético de penetración con sus caderas.

        -N-No aguanto más…-. Expreso con dificultad Hécate, clavando sus uñas en la espalda de Fénix y gritando de placer al ser nuevamente embargada por el orgasmo.

        Fénix gimió de forma aguda, al ella misma llegar al orgasmo guiada por la excitación y el sutil dolor de aquellas uñas desgarrando la piel de su espalda, respiro agitada, pegando su frente a la de Hécate disfruto aquel éxtasis mutuo.

        -Eres increíble…-. Susurro con adoración Hécate, acariciándole la mejilla- ahora falta la mejor parte-. Sonrió con perversión, besando de nuevo a Fénix y esta vez colocándola bajo su cuerpo con rapidez.

        -Oye que…-. Expreso la más alta desconcertada, pero gratamente complacida de sentir aquella iniciativa.

        -Cierra de nuevo los ojos y no vayas a abrirlos, confía en mí…-. Pidió la chica, antes de abandonar la cama y dejar a Fénix acostada boca arriba sumamente intrigada y la expectativa.

        Sintió que algo era colocado sobre la cama, segundos más tardes las manos de Hécate acariciarle las piernas, besarle los muslos y recorrerle la intimidad con calma, degustándola, lamiendo con vehemencia su clítoris hasta hacerla aferrar sus manos a la cabeza de su amante para profundizar la caricia.

        -Más rápido…-. Pidió Fénix en un susurro, apretando más la boca de Hécate contra su entrepierna para que acatara su orden.

        La chica sonrió orgullosa, cumpliendo la petición, para hacerla llegar pocos minutos más tarde, limpiándose los labios con la lengua, separo los labios íntimos de Fénix, para comenzar a penetrarla despacio con aquel objeto en sus manos.

        -E-Espera… Que estas…-. Se contrajo sorprendida y adolorida de aquella invasión repentina.

        -Shhh relájate y confía en mí…-. Expreso Hécate besándola despacio, mientras continuaba entrando en ella con delicadeza y calma, podía sentir como estaba forzándola un poco y eso aún más la excitaba.

        Ajusto aquel arnés a las caderas de Fénix, cuando la había penetrado hasta el tope con el otro extremo, subiéndose a las caderas de la chica, la sostuvo por la mejilla.

        -Mírame…- ordeno seguidamente a Fénix- vamos a disfrutar del dolor y el placer juntas, este es mi regalo de navidad para ti, para mí para ambas, sé que solo has estado con mujeres y yo también, siento tu estrechez ante este arnés así como tu empezaras a sentir la mía, penétrame, tómame, hazme tu mujer y seamos una sola…-. Confeso mirándola a los ojos y colocando la punta del otro extremo en su entrada intima.

        Fénix sintió su corazón acelerarse con violencia, entendió perfectamente aquellas palabras, se sintió profundamente amada y compartiendo con Hécate una íntima entrega, una complicidad, un placer y el deseo de poseerse mutuamente. Sosteniendo a la chica por las caderas, la guio despacio sobre aquel juguete sexual, penetrándola con calma, muy suave, sabía perfectamente que si bien ambas no eran vírgenes, estaban penetrándose con algo de dimensiones mayores y era doloroso.

        -D-Duele…-. Se quejó Hécate al tener toda la extensión de aquel juguete dentro de ella y sentir su pelvis pegada a la de Fénix.

        -Vayamos despacio corazón…-. Susurro con calma, para empezar a mover sus caderas despacio, una corriente eléctrica recorrió su cuerpo erizándola por completo, cada arremetida en Hécate, la hacían sentirse igualmente penetrada, con la misma intensidad, de la misma manera.

        Era como si fuesen una sola, como si cada parte de ellas compartiera el sublime goce del dolor, que poco a poco se convertía en placer al acoplarse sus intimidades a aquel objeto que compartían. Hécate empezó a seguir el subí y baja de las caderas de Fénix, su piel se erizaba con cada movimiento, la respiración le pesaba, apoyándose sobre los hombros de la mujer, empezó a disfrutar del recorrido del arnés al abrirse paso dentro suyo.

        -E-Es sublime…- expreso entrecortado- dios duele, pero me encanta…- incrusto sus uñas en los hombros de Fénix, perdida en el placer y en el momento.

        -Hécate…- susurro con esfuerzo- se mía y recuerda esta noche por siempre…-. Expreso con posesión Fénix, aumentando el ritmo de las embestidas, sintiendo como algo se desgarraba en  su interior, pero la regocijaba al mismo tiempo una sensación indescriptible de placer al sentir dolor.

        Entre gemidos de placer y dolor, en movimientos cada vez más frenéticos de ambas caderas, al compás, en un mismo ritmo, convirtiéndose en una sola, gritaron al unísono el nombre de cada una, al ser atravesadas por un violento y exquisito orgasmo juntas.

        Despues del arrebato de placer, se abrazaron para mimarse con ternura, sonriendo cómplices, besándose con dulzura.

        -También tengo algo para ti…-. Susurro Fénix, sacando del bolsillo de su pantalón una cajita cuadrada, en ella había una cadena de oro, adornada con un dije era una paleta de pintura diminuta, atravesada por unas notas musicales.

        -Fénix es hermoso…-expreso con lágrimas en los ojos- yo no pude comprarte nada más, ya sabes que aún no…- se disculpó agobiada, el dinero no era su fuerte, apenas había conseguido un trabajo de medio tiempo para ayudarse con los gastos.

        -Hey no te sientas mal, entregarte totalmente a mí y tomarme de la misma manera, ha sido el mejor regalo que jamás me dieran, no te preocupes por lo material, ya podrás algún día recompensarme, este dije representa tu amor a la música y al arte, así como también representa mi compromiso para amarte…-. Explico sonriendo, para besarla y colocarle la cadena.

        -Son las primeras navidades que compartimos y las mejores de mi vida…-. Susurro Hécate, acariciando los brazos de Fénix.

        -Las primeras, pero no las ultimas…-. Susurro también, antes de quedarse dormida.

        Hécate sonrió ante aquellas palabras, acurrucándose en aquellos brazos, se dejó llevar por el sueño y el cansancio. Convencida totalmente de que Fénix, era la mujer de su vida.

α

        Llorando amargamente Hécate arrugaba los boletos de avión en sus manos, el calendario marcaba el final de octubre, recordando aquella fecha que tanto disfrutaba en el pasado, su aniversario con Fénix. Había adquirido con mucho esfuerzo y trabajo aquel paquete de viaje, para pasar un fin de semana romántico con la mujer que amaba, pero ya nada de eso ocurriría, no volvería a estar con ella, no volverían a compartir una navidad como aquella que recordaba antes con frenesí y ahora le atravesaba el dolor de solo recordar cuando se entregaron verdaderamente en cuerpo y alma.

        -Maldita seas Nix Fuentes…- sollozo ahogada en lágrimas- Todo esto es tu culpa, si no hubieses aparecido, Fenix y yo seriamos la pareja perfecta, con una vida perfecta y ahora no tengo nada… Salvo este enorme dolor y las manos vacías…- expreso con pesar la chica, sosteniendo en su mano el dije de oro que adornaba aun su pecho, si aquella cadena que Fénix le había dado en su primera navidad y el día en que habían formalizado su relación.

        Dicen que el destino puede ser a veces cruel, para Hécate la vida solo se hacía cargo de hacerle daño y quitarle lo que más quería, después de tanto camino recorrido con Fénix, de tantas alegrías, lagrimas, discusiones y reconciliaciones, de construir una relación de confiar ciegamente la una en la otra o eso creía, todo había sido una mentira, quizás una ilusión, no era posible que Fénix nunca le hubiese pertenecido, que Nix siempre la hubiese poseído, aun sin estar juntas.

        -Vas a pagar cada lágrima… Vas  a lamentar haberme cambiado por esa zorra…-. Limpiándose las lágrimas con rabia, lanzo a la basura los boletos para salir del apartamento rumbo a la facultad.

 

               

       

 

 

       

Notas finales:

Muchos se han preguntado y pensado que la relacion de Fenix con Hecate, era una farsa y no estaban compenetradas, en este capitulo le damos un vistazo al pasado y a como en un inicio todo era color de rosa para ellas...

Que paso entre ellas? Poco a poco iremos dando Flash al como murio un amor y como surgio otro....

Lamentablemente mientras unos ganan, otros tienen que perder...

Esperamos sus comentarios!

Feliz Navidad


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