Silentium
Silencio
Jueves 22 de julio de 2012
Se despertó temprano, al removerse en la cama sintió unos brazos que lo rodeaban. Se incorporó en la cama con cuidado y observó a su compañero y, ahora, novio. No había una expresión clara en su rostro, era simplemente neutra, como la mayor parte del tiempo. Intentó ponerse de pie lo menos ruidosamente posible, pero cuando consiguió caminar hasta el ropero sin hacer ningún ruido, el celular de Sai que se encontraba sobre la mesita de luz comenzó a vibrar, despertando al dormido.
El dueño del aparato electrónico estiró la mano y lo tomó para apagar el molesto ruido. Se giró y notó el cuerpo de Sasuke. Estaba arreglado solo con los bóxers, pero comenzaba a vestirse, poniéndose un jean claro y una remera blanca. Sai lo observó hasta que su compañero hubo terminado y se acercó a la cama.
- ¿Bajamos a desayunar? –Preguntó Sasuke sentándose en el borde de la cama. Sai negó levemente con la cabeza, incorporándose y destapando su cuerpo semi desnudo.
-Debo irme. –Y sonriendo depositó un suave beso en los labios de su novio para luego comenzar a ponerse la ropa. Una vez listos, ambos jóvenes bajaron las escaleras sin hacer ruido a la planta baja, entraron a la cocina y Sasuke puso agua para hacer café. Luego caminaron a la sala y se sorprendieron al encontrar, dormido en el sofá, a Itachi. Con la ropa desprolija y una botella junto con un vaso en el suelo. - ¿Borracho? –Cuestionó Sai, al pasar por el costado del sofá sin detenerse a contemplar demasiado, siguió a la puerta seguido por su amigo.
-Tal vez. –Contestó sin ánimos, aunque le resultaba extraño ver a su hermano en ese estado. ¿Desde cuando tomaba? Se despidió y cerró la puerta, para caminar un par de pasos hasta donde se encontraba su hermano y se quedó parado viéndolo sin tener algún pensamiento en concreto. Se notaba que estaba profundamente dormido, y al inclinarse un poco, pudo sentir el olor a alcohol brotando de cada inhalación del mayor. Definitivamente, la noche pasada había bebido demasiado.
Primero cruzó la sala dispuesto a dejarlo y hacer de cuenta que no lo había visto, pero no podía dejarlo ahí, una sensación magnética lo hizo retroceder. Volvió sobre sus pasos hasta estar justo enfrente de su dormido hermano mayor. Se agachó curvando la espalda y acercando su rostro al del otro. Su aroma era fuerte. En un impulso del cual se aprovechó inconscientemente, juntó ambas frentes y la punta de ambas narices se rozaban suavemente.
Sasuke suspiró con serenidad, cerrando los ojos y estirando sus manos hacia los cabellos desparramados de su hermano. Quería tocarlo, quería acariciarlos y no se privó de ello. Sus dedos se deslizaron por la fineza y longitud del cabello negro. Sin moverse demasiado y con lentitud, comenzó a arrodillarse, permaneciendo con su frente pegada a la de Itachi. Y ahí estaba, tentando a la suerte y a su corazón, traicionando su espíritu y a la persona querida… pero lamentablemente para el, un clavo no saca a otro clavo y su alma sabia que no estaría completo hasta no aceptar que era su hermano la persona que lo esclavizaba de pies a cabeza. Su negación de tantos años comenzaba a flaquear, y por más que recordaba cada promesa y juramento de no volver a acercarse a su hermano, de no volver a pensarlo como alguien del cual aferrarse emocionalmente, e intentaba ser fiel y digno, sin lastimar y lastimarse al tener presente que Sai ya era su novio, simplemente no podía dejar de mirar el rostro masculino de Itachi y pensar que era un hermoso hombre.…
Y lo deseaba…
-Sasuke, si no te alejas… no podré evitar besarte. –Susurró adormilado el mayor, manteniendo los ojos cerrados. Su cuerpo no se había movido ni en centímetro excepto por su rostro, que se acercó aun mas al de su hermano pequeño. Ambos alientos se mezclaban y Sasuke se mantenía congelado en el lugar. Las palabras que había escuchado salir de los labios cercanos de Itachi no parecían reales, silbaban como en un sueño. Se iba a alejar, no comprendía a lo que se refería su hermano, así que pensó que seria mejor irse y dejarlo dormir ahí al final.
Se paró con cuidado de no hacer ruido y se quedó viendo el cuerpo sobre el sofá. Quería darle un beso en la frente e impulsado por ese deseo, se agachó para dejar aquel beso afectivo, pero no logró alcanzar su objetivo. Antes de que pudiera seguir o detenerse y retroceder, los brazos de Itachi lo rodearon y lo hicieron caer sobre su cuerpo. Los cuerpos chocaron y el contacto se convirtió de un pensamiento a la verdad. Los brazos de Itachi no lo soltaban, al contrario, cada vez lo aferraban con más ímpetu.
Cuando la primera impresión de sorpresa se desvaneció y comprendió en la posición que se encontraba, intentó levantarse, pero al no poder por las cadenas que eran las extremidades de Itachi, se quedó quieto en el lugar, consiguiendo sentir los latidos acelerados, como los de él mismo, de su hermano debajo de él. Al levantar la mirada y chocar con la de un despierto Itachi, se ruborizó levemente sin poder ocultarlo por completo y antes de que pudiera decir algo, una de las manos del mayor lo atrajo hacia su rostro por la barbilla y ambos labios se encontraron.
Sus labios se juntaron y se reconocieron perfectamente. Aquel era el dueño de su primer beso.
Sasuke lo aceptó, le gustaba aquel contacto, le gustaba aquella posesión que Itachi demostraba, le gustaba estar así y quería seguir así, pero debía detenerse, debía hacerse a un lado y retroceder… lo que estaba pasando nunca debería de haber pasado.
Y en ese entonces recordó aquel pequeño desliz que habían tenido por culpa de él, cuando aturdido y desorientado besó a su hermano mayor en ese mismo sofá. Nunca pudo comprender porque lo había hecho, solo recordaba estar sentado y luego besando y abrazando a Itachi con desesperación. El acuerdo nunca dicho había sido el de que nunca había pasado nada, pero en una situación así era imposible esconderlo, sí había pasado, y ahora estaba sucediendo de nuevo.
Nuevamente… nuevamente… esos labios y ese beso…
No era la primera vez, ni la segunda… aquella textura húmeda y suave era muy conocida por sus labios. Esa no era la segunda vez… ya había sentido antes los besos de su hermano. ¿Antes de perder la memoria tal vez? Pero… ¿en que circunstancias? ¿Se habían besado como hermanos siendo niños? En su mente afloraban recuerdos e imágenes, pero era incapaz de atraerlas al plano consiente y definir que eran. Pero estaban ahí, en especial aquellos recuerdos que se activaron con el beso que aun mantenían sus labios.
Y el tiempo se congeló para ambos, los minutos se convirtieron en segundos y los segundos en fracciones infinitas de tiempo. Dos hermanos besándose como si de parejas se tratara, era algo inaudito. Pero delicioso. La mezcla de alientos y alcohol se removía entre ellos y los embriagaba a la vez. El mundo, los pensamientos y las ideas por un momento no existieron y todo es podría ir al diablo que ellos no se enterarían. Solo por ese momento… y tal vez unos momentos más adelante.
Las miradas se cruzaron con ardor y se conectaron con sorprendente normalidad, pero una vez que los labios se separaron, las palabras no brotaron. No eran necesarios, porque ningún sabia que decir o que debería decirse en esa situación tan compleja. Solo se miraban y se memorizaban.
Las manos de Itachi resbalaron por el cuerpo de su hermano, tocando con torpeza y acariciando con violencia. El rostro del mayor se perdió entre los pliegues de la ropa aromatizada de Sasuke y su piel suave del cuello. Quería sentirlo, olerlo, poseerlo…
Sus manos se movieron con mayor frenesí y sus caderas se activaron automáticamente ante el roce inocente que había comenzado entre ambos. El calor comenzaba a trasladarse hacia un lugar en particular y el deseo despejaba su mente y la nublaba aun más. Empujaba hacia arriba, acariciaba hacia abajo y respiraba hondamente. Si tan solo se pudiera unir a Sasuke y nunca más separarse, seria capaz incluso de matar.
Abruptamente Itachi se detuvo y quedó inmóvil. ¿Que era todo aquello que se agolpaba en su mente? Imágenes de desesperación, infelicidad y locura.
Lagrimas pesadas resbalaron por las mejillas de Itachi, que permanecía sin reaccionar. Sasuke se apartó quedando sentado sobre las caderas del mayor y comenzó a llamarlo con suavidad, pero al no recibir respuesta, sus manos se posaron en los hombros del que se encontraba abajo y comenzó a moverlo.
-¡Hermano! ¿Qué sucede? –Preguntó el menor, sintiendo que a su alrededor todo era irreal, tan fantásticamente ilusorio… ¿aquella situación podía ser probable de suceder en su mundo? Se acercó un poco mas al rostro perdido de Itachi y lo acarició, -Hermano, -Sus brazos rodearon el cuello del ausente y lo apretaron con afecto. –por favor, reacciona. –Ya estaba bastante preocupado, no sabía que le estaba sucediendo a Itachi, pero no podía hacer nada. Besó una de las mejillas mojadas y luego los labios de su hermano.
Itachi volvió en sí, sintiendo su corazón oprimido por la oleada de recuerdos en su mente. Y en ese tiempo de colapso y debilidad, había tomado una decisión… terriblemente dolorosa pero justa.
Profundizó el beso y correspondió el abraso. Antes de ejecutar su decisión haría un acto de egoísmo total y cumpliría su deseo más lujurioso. Las consecuencias serian una carga más, pero ya no podía soportarlo, debía amar a Sasuke integro. Y con susurros, caricias y movimientos sutiles comenzó a desnudarlo y contemplar la belleza infinita que era aquel cuerpo joven.
Sasuke se dejaba hacer con sumisión, pero con un temblor de terror y nerviosismo en el cuerpo acompañado de deseo. Estaba casi completamente desnudo, y cada caricia que se acercaba a su entrepierna le resultaba perturbadora de alguna manera. Le estaba sucediendo lo mismo que con Sai, pero en menor medida. No era tan frustrante como antes, ahora las manos de Itachi lo tocaban y el no las rechazaba, pero aun así, había una sensación removiéndose en su estomago que lo descomponía. Quería hacer el amor con Itachi, y lo haría.
Ambos al descubierto, sus miembros rozándose y haciendo que corrientes eléctricas viajaran por todo el cuerpo de los dos, llenándolos de excitación. Por fin Sasuke se había liberado, y podía permitir que alguien lo tocara tan íntimamente como lo era ahora. Itachi agarró ambos miembros entre sus manos y comenzó a masturbarlas al unísono. Sus gemidos se mezclaron y se volvieron un solo sonido.
La necesidad de poseerlo era demasiado. Una de sus manos se escabulló hasta alcanzar aquel pequeño lugar entre las nalgas de Sasuke. No dudo ni un segundo en introducir su dedo allí.
-Mnhh…no, espera… -Comenzaba a incomodarse, la sensación no era desagradable, pero había algo relacionado a ese tipo de intromisión que lo aturdía. Aun así, lo quería, siempre lo quiso. Hacer el amor. Quería hacerlo. Dejó de resistirse y permitió que el dedo se hundiera mas profundo, acompañado de un segundo y curioso dedo. – ¡Ahhh! –Era su primera vez, pero sentía familiaridad con esa sensación. Le gustaba, pero lo aterraba.
-Voy muy rápido, lo siento, pero no puedo aguantar más… te deseo tanto… -La vos de Itachi ronca por el placer le indicó a Sasuke que debía estar preparado para lo que vendría, su hermano estaba al limite del control. Sus manos se movieron, sus cuerpos se acomodaron y la penetrante sensación de ser poseído y atravesado por el duro miembro de Itachi lo hizo apretar con fuerza los dientes y cerrar los ojos con pequeñas lágrimas ardientes. Era un dolor fuerte, pero extrañamente soportable y placentero.
Desde abajo, el mayor contemplaba la esbelta y excitante figura del más joven. Sus músculos tensados, sus ojos ocultos, su respiración agitada. Era exquisitamente delicioso el mirarlo.
Las embestidas aumentaron y con el tiempo Sasuke se acostumbró al gran pene que dilataba su entrada. Perdido en el placer y le emoción, el menor montaba a Itachi, y este, disfrutaba del desenvolvimiento de su hermano. Subía y bajaba, empujaba y sacaba. Ambos coordinaban a la perfección los movimientos y los gemidos inundaron la sala cuando estuvieron cerca del orgasmo. Con frenesí, con deseo y con una última y profunda penetración, los dos llegaron al límite y tocaron el cielo, dejando que sus mentes se nublaran y que sus sentidos se perdieran. Itachi terminó en el interior del menor, disfrutando de las calidas paredes que lo rodeaban, y de los espasmos que oprimían cariñosamente su miembro. Por otro lado, Sasuke manchó el vientre de ambos sin molestarse en limpiar antes de dejarse caer hacia delante, juntando los pechos de ambos.
El cansancio y el sueño aplastaron sus parpados y los hicieron mas pesados. Sasuke se dejó mimar por Itachi y su mente se perdió en el sueño mas profundo. No pensó en nada, no reflexiono sobre nada, simplemente se dejó arrastrar por el sueño hasta quedar completamente dormido sobre el cuerpo desnudo de su hermano mayor, pudiendo sentir hasta los últimos segundos de conciencia los brazos fuertes rodear su cintura, los labios calidos besar su frente y las palabras te amo en un susurro.
Lo que no escuchó fue un lamentable y lastimero “lo siento”…
***
Para cuando despertó la tarde ya estaba avanzada. Tardo un poco en recordar lo sucedido y en contemplar su situación; desnudo sobre el sofá, aunque tapado con una frazada. Probablemente su hermano no había querido despertarlo. Se paró y rodeó su cuerpo con la frazada. Fue en ese momento que su mente comenzó a trabajar… ¿Qué pasaría ahora entre Itachi y él? Era obvio que lo que habían echo no podía pasarse por alto, ya no era una opción hacer como si nada pasaba entre ellos. ¿Qué le diría a Itachi cuando lo viera? ¿Qué pasaría? ¿¿Cómo haría para mirar a los ojos a Sai? Habían cometido un tabú.
Su cuerpo dolía, y las marcas de Itachi aun permanecían en su cuerpo. Con tantos pensamientos en mente, caminó hasta la cocina con intención de seguir hasta las escaleras y subir hasta su habitación, pero una nota sobre la mesada llamó su atención. No tardo en agarrar el papel guiado por la curiosidad. Parecía una carta y tenia su nombre escrito en manuscrita por Itachi.
Cuando terminó de leer lo que su hermano le había dejado, sus fuerzas lo abandonaron y sus piernas débiles fueron incapaces de sostenerlo, con peso muerto y temblando como una hoja, Sasuke calló de rodillas al piso frío de la cocina. Sus ojos grandes como platos por la impresión de las palabras escritas no miraban nada en concreto, y las lágrimas no demoraron en bañar sus negras orbes.
- Debe ser una broma… -Susurró dejando resbalar la carta entre sus dedos. –No puede ser. –El menor se agarró la cabeza y se quebró, sintiéndose como nunca en la vida lo había echo…abandonado.
El mar de pensamientos no se comparaba con el mar que resbalaba por sus mejillas.
El silencio de la casa vacía lo atormentó y comprendió que estaba más solo que nunca. Itachi se había ido…