Tormentum
Tormento
“La noche era muy oscura, pero eso no tenía ninguna importancia para el pequeño niño que descansaba angelicalmente en su lecho, calentito y teniendo un sueño profundo alejado de cualquier miedo o inquietud en su mentecita.
Pese al negro entorno que rodeaba al niño, una figura escurridiza atravesó el umbral de la puerta semi abierta y se instaló junto a la cama donde el pequeño susurraba en sueños palabras sin sentido.
Contempló el cuerpecito del durmiente, notando y apreciando cada rasgo, cada movimiento, memorizándose cada rincón del ser frente a sus ojos. Se inclinó para poder mirarlo más de cerca, notando como el niño abrazaba una de las dos almohadas con las que solía dormir. Aguantando la tentación de tocar la blanca piel, el negro cabello y el adorable cuerpo del menor, escondió las manos tras su espalda evitando de alguna manera que esas traviesas que querían tocar lo que no debían, se movieran un centímetro más.
Ya eran pasada las 3:00 am, y su insistente mirada seguía clavada en la figura dormida, no pudiendo apartarla en ningún momento.
Pero el pequeño despertó confundido, removiéndose por un tiempo en sus sabanas, para luego sentarse en la cama y restregarse sus cansados ojos tan negros como la misma noche. Por un momento, cuando vio que alguien se encontraba junto a su cama, su reflejo ante el susto de la sorpresa fue de agarrar con fuerza la almohada, reconociendo inmediatamente a la persona, evitando así que un leve gritillo saliera de su garganta. Una blanca sonrisa apareció en el rostro dormido del menor, iluminando de alguna forma la noche al joven que aun se mantenía quieto en el lugar, de pie.
- Nii-san - contento pero algo extrañado, Sasuke mira desde abajo a su querido hermano mayor, sin comprender lo que estaba pasando, o el porque de la actitud del mayor.
- ¿Me quieres? - Preguntó repentinamente con vos firme pero juvenil mientras se acercaba al pequeño.
- ¿Ni-san? ¿Qué sucede? - Preguntó el niño frotándose nuevamente los ojos.
- ¿Me amas Sasuke? - Preguntó seriamente sentándose junto al cuerpo del menor y acto seguido agarró con dulzura una de las manos pequeñas del menor. Ambos niños se miraron con fuerza e insistencia, asimilando sentimientos y sintiendo curiosidad por el extraño cosquilleo que en ambos cuerpos comenzaban a experimentar.
Itachi con tan solo 11 años, había comprendido que amaba a su pequeño hermano menor, que lo quería de otra forma. Aprendió que no solo existía el amor materno, paterno y fraternal, también había un cuarto tipo de amor, uno que iba mas allá de su inteligente mente y que sabia que no era correcto tener ese tipo de sentimiento hacia su hermano.
Aun así, esa noche quería comprobar lo que realmente sentía, su curiosidad impulsada no solo por lo desconocido, sino también por su corazón, que latía velozmente dentro de su cuerpo, lo había llevado a levantarse en medio de la noche y despertado a su pequeño hermano. Comenzaba a sentir ansiedad en todo su cuerpo, quería acercarse mas, mucho mas a Sasuke, pero no tenia el valor suficiente.
Un beso…
No estaba consiente de lo que estaba por hacer, simplemente seguía el impulso de su cuerpo. Tomando con fuerza la mano de su hermano y mirándolo directo a los ojos, hasta que su hermano menor le regalo una sonrisa honesta y hermosa, que por un momento absorbió sus fuerzas. La sola acción de sonreírle ya sacaba sentimientos desconocidos en él.
- Para mí, nii-san es la persona más importante del mundo. Yo amo a nii-san. - digo respondiendo a la pregunta inocentemente, sintiendo que aquellas palabras eran puras y verdaderas, salidas de lo mas profundo de su pequeño ser. Itachi era todo para el niño de apenas unos 6 años de edad.
- ¿Eso es cierto? ¿Me amas? - volvió a preguntar un Itachi acelerado al oír la respuesta sincera de su hermano. Quería escuchar esas palabras nuevamente.
- Te amo nii-san. - Sasuke se abrazó al cuerpo delgado de Itachi. Siendo correspondido inmediatamente.
Itachi tomo el rostro de Sasuke y lo encaró con firmeza y seguridad en sus ojos. Lo siguiente, seria el acto de amor entre pequeños hermanos, un secreto que nadie debería conocer, e Itachi estaba consiente de eso, pero en su mente solo recorrían palabras tristes y anhelantes para su tan corta edad.
“Como desearía que comprendieras el significado de esas palabras” pensó Itachi al separarse de los vírgenes labios de su pequeño hermano. No era la primera vez que besaba en la boca a su hermanito, pero si era la primera en hacerlo con un significado de amor diferente y verdaderamente puro. Ese era el primer beso de una joven pasión.”
***
“- ¡Detente nii-san! ¡Me haces daño! - Gritaba desesperado ante un profundo miedo y dolor. No comprendía completamente lo que estaba sucediendo, con tan solo 12 años la vida no le había enseñado todavía lo que era aquello. La actitud repentina de su hermano mayor lo estaba asustando terriblemente y lo que le estaba haciendo comenzaba a dañarlo de forma insoportable. - ¡Nii-san, duele! - Su bellos ojos negros se hacían agua ante la impresión de lo que su hermano le estaba haciendo y provocando. Las lágrimas bañaban sus pálidas mejillas que comenzaban a teñirse de rosáceo y sus palabras no tenían ningún efecto en el mayor, que seguía inmovilizándolo y sobre su pequeño cuerpo. De alguna forma sabia lo que estaba pasando, pero el terror lo invadía cada vez mas, y el dolor iba en aumente. Su desmoralización no era tomada en cuenta por su querido hermano mayor.
Itachi no se detenía, completamente cegado ignoraba el sollozo, las palabras y las lágrimas del menor.”
***
Madrugada del domingo 15 de julio de 2012.
Se despertó sobresaltado, sentándose rápidamente en la cama, con la respiración completamente agitada y el cuerpo sudado. Alterado por el repentino despertar como consecuencia de sueños que desearía no tener, se acostó nuevamente llevándose una mano a la cabeza, tapando su rostro cargado de vergüenza ante si mismo, repugnado por pesadillas odiosas y cansado de situaciones similares casi todas las noches. Su respiración comenzó a normalizarse, su tórax se movía con menor desesperación y su mente comenzaba a tranquilizarse. Estaba aturdido, cada vez eran más reales. Cada vez eran más seguidos.
- Maldición. - escupió disgustado y con amargura. Pero el único culpable era él mismo. Aquello que su mente le mostraba en las noches al cerrar sus ojos no eran simples sueños, oh no, eran mucho mas que eso, eran… - malditos recuerdos. - susurró dándose pequeños golpecitos en la cabeza, justo en la cien.
Miró hacia su derecha y comprobó que eran las 04:10 de la madrugada, según marcaba su reloj de mesa. Se paró y se dirigió al baño. Allí abrió la canilla y se inclinó para cargar ambas manos con agua y mojarse la cara, intentando despejarse. Contempló su rostro en el espejo, sus ojeras eran notorias y desagradables ante sus ojos, aun así su belleza no se perdía. Unas pequeñas gotitas cayeron de la punta de algunos mechones rebeldes que se habían mojado sin querer y resbalaron por su torso denudo.
Salió dispuesto a intentar volver a conciliar el sueño. Pero al ver la puerta de la habitación de su hermano menor su destino cambio repentinamente. Sus pies se detuvieron una vez que estuvieron frente a la puerta de éste. Sin pensarlo mucho, la abrió e ingresó hasta llegar junto a la cama donde descansaba Sasuke. Este último estaba durmiendo sobre su lado izquierdo dándole de esa forma la espalda en ese momento. Estiró su mano hacia los cabellos negros y revueltos del menor, pero antes de llegar movió velozmente su mano para agarrar las frazadas y destapar una parte de la cama y así ingresar al cálido resguardo del lecho. Adquirió la misma posición de su hermano y abrazó el cuerpo estrecho de Sasuke acercándose lo más que pudo, para luego hundir su rostro en la nuca del menor.
- ¿Hermano? - inquirió suavemente Sasuke agitándose pero sin moverse demasiado al sentir los brazos fuertes rodearlo y sujetarlo. Giró un poco su rostro, pero no lograba ver el rostro de Itachi.
- ¿Puedo dormir esta noche contigo? Solo por hoy. - murmuró con un tono bajo y cargado de un sentimiento algo trise que Sasuke no pudo descifrar.
Sasuke susurró un simple si, que alegro el corazón de Itachi, hacia mucho tiempo que no se sentía tan cerca y tan cálido junto al cuerpo de su pequeño hermano. Su alma atrajo todo el calor que tanto deseaba, porque sabía perfectamente que aquello de dormir con su hermano no debería suceder nunca más. Por primera vez en mucho tiempo su sueño fue agradable y completamente relajante, consiguiendo descansar verdaderamente. Ambos cuerpos mantuvieron la misma posición toda la noche, sin moverse un ápice, sintiendo el cuerpo del otro.
Al despertarse Itachi ya no estaba más, pero sonrió al encontrar sobre la mesa de luz una pequeña nota que rezaba: “pequeño hermano, vuelvo a la hora del almuerzo”. No le extrañaba que su hermano se fuera un domingo. Sabía que no trabajaba ese día pero solía salir a correr o a hacer alguna actividad fuera de la casa.
El día pasó rápidamente y la noche se apodero de ese sector del planeta tierra, trayendo consigo la hora de ir a dormir. Sasuke había terminado de acomodar su ropa escolar y su carpeta para el día siguiente. Ya con un pantalón gris largo puesto y una remera mangas largas blanca, estaba listo para ir a la cama. Una vez que su cuerpo se tumbó y la luz se apagó, la figura de una persona alta se hizo presente en la puerta. Al notar la presencia de su hermano, Sasuke levantó la vista y encaró a su hermano que permanecía inmóvil, como esperando algo.
- Hermano, ven. - Sin decir nada más, Sasuke se dio la vuelta y se dispuso a dormir. A los pocos segundos Itachi se acomodo junto al cuerpo del menor. Incapaz de pronunciar ninguna palabra, simplemente cerró los ojos y espero a dormirse.
“- Nii-san, te amo. - se escuchó la voz suave y feliz de un pequeño niño de tan solo 6 años.”
***
- Me duele, nii-san…
La realidad de los recuerdos era su tormento.