Ictus
Golpe
Viernes 20 de 2012
La mañana estaba tranquila y silenciosa, tanto dentro de la casa como fuera. Se podía percibir una paz un tanto desconcertante. Como era habitual, Itachi preparó el desayuno para él y su hermano que no tardaba en bajar. Preparó la mesa y se sentó, ya era medio tarde, no podía esperar más tiempo así que comenzó sin la presencia del menor. Aunque no había terminado cuando escuchó las pesadas pisadas de su hermano bajar por la escalera. Ya era viernes, y se notaba que el menor deseaba que aquel día terminara para poder descansar.
Al llegar a la mesa Sasuke saludo a su hermano y comenzó a beber de su café. No tenía hambre, así que apartó las tostadas. Itachi no le dijo nada, él ya casi terminaba y debía irse apresuradamente al trabajo.
-Te vez cansado. –Le dijo, notando unas ojeras debajo de los ojos negros y una pesadez notoria en el cuerpo del otro, que parecía decaído.
-Estoy bien. Es solo que estos días me he quedado despierto hasta tarde estudiando, nada más. –Pero la verdad era que se sentí un poco peor de lo que e veía. Le dolía la cabeza y se sentía medio mareado. Aun así, se atribuyó todos aquellos síntomas a los estudios y la falta de sueño.
-Hm, bueno, pero cualquier cosa me llamas y te paso a buscar. Ya debo irme, perdón hermanito, pero no voy a poder llevarte. –Se despidió de su hermano depositando un casto beso en la frente, la cual sintió un poco caliente. – ¿Seguro estas bien? –Estaba algo preocupado, -si quieres puedes faltar a clases. –El aludido negó con la cabeza y se puso de pie para juntar las cosas de la mesa. –Nos vemos esta tarde, cuídate. – Se puso el saco y agarró las llaves del auto y de la casa.
-Que te valla bien en el trabajo. –Dijo a modo de despedida y comenzó a preparar sus cosas para salir el también.
Al poco tiempo ya estaba listo para salir. El timbre sonó y se encaminó a la puerta para abrirle a Sai, e ir al instituto con su bolso colgando de su hombro. Saludo a su compañero y amigo y comenzaron a caminar. Como casi todas las mañanas, el trayecto fue en silencio, uno tranquilo y agradable. Sai, miró de reojo a Sasuke y se contuvo de preguntar su estado, pues lo veía un poco enfermo, su porte firme, tan característico del Uchiha era en ese momento un caminar flojo y demasiado relajado.
Las clases pasaron como siempre, pero a media mañana, en uno de los recesos Sasuke no aguanto mas y tambaleándose, se agarró con una mano la cabeza y con la otra de una pared para no caer al suelo, ya no podía esconderlo ni aguantarlo mas, se sentía mal. Trastabillo y casi cae al suelo de no ser por los brazos de Sai que lo sujetaron con fuerza.
-Sera mejor que me vaya a casa. –Dijo Sasuke en un susurró.
-Te acompaño.
Antes de irse, Sai avisó de la situación de Sasuke a un superior para justificar la falta y salieron del gran edificio lentamente, caminando ambos juntos. De tanto en tanto, el Uchiha debía agarrarse del brazo de su acompañante para lograr equilibrarse mejor y no caer. Al ir despacio, el camino se hizo mas largo y tedioso, quería llegar de una buena vez y acostarse, cerrar los ojos y así evitar que el mundo le diera vueltas.
-Sera mejor que vayas al medico. –Pero solo recibió una negativa por parte del otro. Siempre tan testarudo. A paso constante lograron llegar.
Sasuke buscó entre su bolso las llaves y abrió la puerta con algo de dificultad, ayudado por su amigo, ingresó una vez dentro, cerraron la puerta y dejó caer sendos bolsos., para seguir el camino a la segunda planta. Sasuke se agarró de la baranda de la escalera con fuerza.
-Tráeme un poco de agua. –Pidió y comenzó a subir de a uno los escalones. Se sentía cada vez peor, débil, adolorido y con mareo. Las cosas daban vueltas y sus pies parecían flotar en el aire. Sai lo miro con algo de desconfianza, pero fue de inmediato a cumplir el pedido del otro. Sobre la mesada había un vaso limpio, lo lleno del líquido incoloro y caminó hacia donde estaba su amigo. Pero el vidrió se quebró en mil pedazos desparramándose por todos lados y derramando el agua, cuando Sai lo dejó caer para correr escaleras arriba donde Sasuke estaba trastabillando al punto de caer. No llegó a tiempo, y no pudo impedir que se golpeara con fuerza en la cabeza, aunque si evito que siguiera cayendo por los escalones.
-Sasuke, ¡SASUKE! –Llamaba con desesperación al notar que no reaccionaba. El de ojos negros estaba inconsciente entre sus brazos.
En ese instante la puerta se abrió, era Itachi, que ingresaba con un teléfono entre su oreja y el hombro, y en sus manos un portafolio abierto al cual miraba buscando con impaciencia algo. Al ver de reojo el desastre de vidrio y agua se fijo con más detenimiento y escuchó la voz de Sai gritando el nombre de su hermano.
Camino a paso apresurado hacia la base de la escalera y ahí lo vio, a su querido hermano entre los brazos de Sai en medio de la escalera. Este último se veía compungido y alterado, mientras llamaba una y otra vez a Sasuke. Al notar la presencia de Itachi lo miró y dijo:
-No despierta.
Inmediatamente Itachi dejó caer todo lo que tenia, teléfono, papeles, portafolio, todo caía al suelo con estrepito, mojándose con el agua.
-¿Qué ha sucedido? ¡¿Qué le hiciste?! –No supo porque, pero quería acusar a aquel amigo de su hermano, era muy probable que no tuviera nada que ver con lo que le pasaba a su hermano, pero verlo abrasar a Sasuke fue demasiado para él, lo hacia sentir solitario, como si poco a poco Sasuke se estuviera alejando de él. Y Sai, de cierta, forma era el culpable. Seguramente ellos… No quería ni pensarlo. Levantó en brazos a su hermano y lo llevó a su habitación. –Llama a emergencias. –Le pidió sin mirarlo. Sai no perdió tiempo ni se dejó intimidar por el tono de voz autoritario y el grito de acusación de Itachi, estaba muy preocupado por Sasuke, así que no se demoró nada en sacar su celular y marcar el número.
Con un cuidado extremo, Itachi depositó el cuerpo inconsciente en su cama, lo desvistió y le quitó las zapatillas para luego arroparlo, intentando tocarle la cabeza lo menos posible en el proceso. Una vez hubo terminado, se quedó viendo a su hermanito con cariño y preocupación. Suavemente acarició la tersa mejilla y luego los negros cabellos. Al enterrar con cuidado sus dedos en la negra melena, sintió una humedad y al apartar la mano, miró horrorizado que sus dígitos estaban manchados con sangre. Aun más intranquilo apartó los cabellos en el lugar que había tocado y notó que mas sangre se derramaba, tiñendo la almohada de rojo carmesí. Sasuke había sufrido un fuerte golpe en la cabeza.
-En pocos minutos estarán aquí. –Avisó Sai tomándose la liberta de ingresar al cuarto de Itachi y acercarse a la cama donde ambos hermanos estaban. Al estar lo suficientemente cerca notó el líquido rojo y se sobresaltó. Un fuerte sentido de culpa lo invadió. Si tan solo no lo hubiese dejado solo esto no hubiese pasado. Ambos, Itachi y Sai, se quedaron en silencio, expectantes y ansiosos, pero mas que nada preocupados y temerosos.
La ambulancia llegó antes de cumplir diez minutos del llamado. El hermano mayor hizo pasar a los enfermeros y subir para que pudieran revisar al menor, quedando apartado un poco pero sin irse de la habitación.
Luego de una inspección y revisión cuidadosa, los paramédicos cocieron y vendaron la herida. Las pupilas reaccionaban y no tenia indicios de haber sufrido alguna complicación interna a pesar del golpe. Le dieron una inyección y calmando los nervios de Itachi, las personas se fueron aclarando que no debía preocuparse de más, Sasuke estaría bien, solo había sido un golpe que dio justo contra el bode de uno de los escalones, nada mas. Según lo que Sai les dijo, aparentemente, producto del agotamiento y estrés Sasuke se había desmayado. Solo le recetaron reposo por una semana.
Esa noche, Itachi no había podido dormir. Toda la noche la había pasado sentado junto al cuerpo de su querido hermano.
Al otro día, Sai apareció en la casa de los hermanos. Y mientras Itachi preparaba algo de café, el amigo del menor se sentó junto a la cama, mirando detenidamente al dormido. Se lo veía mejor, su rostro ya no lucia cansado, aun así, las ojeras persistían. Las vendas rodeaban su frente. Se lo veía tranquilo. A los pocos minutos, sin haber despegado su mirada de aquel rostro, notó un cambio abrupto en aquel apacible rostro. De los rasgos tranquilos ya no quedaba nada y ahora solo se veía tensión y desesperación, como si estuviese viviendo una terrible pesadilla. Vio como el cuerpo de su herido amigo se removía intranquilo y su ceño se fruncía.
-No…por favor… yo… -La voz de Sasuke sonaba quebrada y temblorosa.
-¿Sasuke? –Sai se acercó, pero el menor parecía aun dormido.
-Hermano… amo. –Las palabras inconexas de Sasuke lo desconcertaron. El hermano menor se removió una vez más en la cama, pero esta vez con más violencia. Y sus ojos se abrieron por completo, pestañando varias veces, confundido y agitado. Algo asustado por el comportamiento de Sasuke, Sai comenzó a intranquilizarse cuando los ojos negros de su amigo se llenaron de lágrimas que comenzaron a caer sin pausa. Sasuke estaba llorando como nunca lo había visto.
-¿Sasuke? ¿Te encuentras bien? –Fue lo único que pudo pronunciar. El recién despertado parecía no haberse percatado de su presencia.
El aludido giró su cabeza con lentitud y sus miradas se encontrarlo. Ambas negras, y el corazón de Sai se oprimió al ver tristeza pura en aquellas negras orbes. Repentinamente Sasuke se tomo la cabeza con ambas manos mientras sollozaba con más fuerza, cerrando los ojos, pero aun así, estos seguían siendo el origen de las angustiosas lágrimas.
-¿Qué sucede? –La voz de Itachi hizo que Sasuke levantara su rostro y abriera los ojos con violencia. Sus miradas se encontraron por una facción de minutos y luego el menor se abalanzó a los brazos de Sai con desesperación, cubriendo su rostro húmedo entre el pecho de su amigo.
-Que no se acerca…Por favor…Sai, no dejes…que se acerque…-Aquellas palabras entrecortadas por los espasmos dejaron a ambos, tanto a Sai como a Itachi, atónitos. Sai solo pudo atinar a abrazar al menor e intentar tranquilizarlo de esta forma.
-¿Qué sucede, Sasuke? –Preguntó con calma despacito cerca del oído del otro.
-No entiendo…-Sus palabras eran apenas entendibles. -no quiero que se acerque… no quiero que me lastime…
Los ojos de Itachi se abrieron de par en par y dio un paso inconsciente hacia atrás. Su pequeño y amado hermano no quería tenerlo cerca. No quería que lo lastimara… Aquellas palabras y el estado del menor lo afectaron de sobremanera, sus piernas temblaron y su pecho de oprimió al punto de casi no poder respirar.
-¿Qué quieres decir? –Interrogó extrañado Sai, abrazando con mas fuerza el tembloroso cuerpo.
-A pesar de que lo amaba…a pesar de que era lo mas importante para mi… no entiendo porque…porque me hizo eso… -Las palabras parecían debilitarse cada vez mas, hasta el punto de casi no escucharse. Sai observó que Sasuke comenzaba a tranquilizarse. Se había quedado dormido, con su rostro completamente mojado por las saladas lágrimas. Lo acostó y lo tapó.
Sai encaró al hermano mayor. El ambiente en la habitación se tensó. Itachi estaba demasiado afectado y compungido que era incapaz de hablar. Sus temores más secretos y escondidos salieron a flote. Sasuke… ¿El recordaba lo que había pasado tiempo atrás? ¿Acaso había recordado el pecado más grande que había cometido? Su cuerpo tembló. Que debería hacer, que pasaría cuando Sasuke se despertara nuevamente.
Por sus venas solo corría miedo…miedo a perder a su hermano, miedo a que lo odiara como debería hacerlo.