Nocturna Suppressio
Pesadilla
Sábado 21 de junio de 2012
La habitación se mantuvo en silencio por un tiempo prolongado. Las cortinas cerradas impedían que los rayos solares entraran por las ventanas, acudiendo a la luz artificial del cuarto para iluminarla. Un joven de cabellos negros se mantenía sentado rectamente en el borde de la cama de dos plazas. Se había silenciado al recordar el sueño que la noche anterior lo había atormentado. Mientras que delante de él, sentado en una cómoda silla, un hombre maduro, de cabellos canos y rasgos firmes lo miraba sin decir ni una palabra, esperando lo que aquel joven tuviera que decir.
Sasuke no era capaz de soltar palabra, su mente era un desorden de pensamientos incoherentes, sin sentidos e improbables. No podía ordenar la sarta de cosas que pasaban por su cabeza en ese momento. Además, ¿Debería contarle a Kakashi todo lo que había soñado? ¿Tendrían algún sentido?, ¿serian recuerdos verdaderos o simplemente era una horrenda pesadilla alimentada por los sucesos ausentes de su pasado donde sus padres habían perecido? Era demasiado desesperante estar en la duda de si eran todo eso verdad o una mentirosa pesadilla…
El psicólogo esperó paciente siendo sorprendido de repente.
-Había una persona alta, creo que su pelo era negro… todo estaba muy oscuro y el cuerpo me dolía mucho, no puedo recordar quien era ni como era… solo sé que estaba parado junto a… junto a los cuerpos de mis padres, luego me miró fijamente y… no puedo recordar nada mas. –Sasuke se agarró la cabeza, le costaba demasiado decir todo aquello, le dolía. Lo había visto tan vívidamente pero a la vez tan borroso que no sabia con certeza nada. Sus ojos se habían humedecido, era demasiado agudo, tan punzante que le atravesaba el corazón.
-No te esfuerces Sasuke, no es necesario que lo recuerdes ya mismo. No luches con tu mente… y no niegues lo que ves, pero tómalo con la mayor calma que puedas, se que no es fácil para ti ni para nadie recordar escenas tan fuertes. –Kakashi anotó en su cuaderno cada palabra que el menor había pronunciado. No podía pasar por alto nada, aquello era un avance, pero resultaba mas peligroso de lo que esperaba. Sasuke, por lo que decía, había estado presente en ese momento tan lamentable. Lo había visto todo. No era nada raro que el pequeño sufriera semejante shock, y que olvidara todo lo horrendo que había vivido. -¿Que mas recuerdas? –Preguntó luego de una pausa.
-Él cuerpo de este tipo, los de mis padres tirados en el piso… -Tragó duro, intentando apartar el nudo que se había formado en su garganta. – Un arma, sangre por todos lados… y creo que...no, nada… -no estaba muy claro, pero por alguna razón creía recordar que el sujeto estaba… ¿llorando? –Todo se volvió oscuro y ya no puedo recordar nada más. –Intentó por todos los medios ocultar aquellos arrolladores sentimientos, no quería que le doliera, después de todo, siempre había querido recobrar la memoria. Lo que no esperaba era recordar semejante cosa… ¿Dónde estaba su infancia feliz? Aun no sabia como había sido su niñez, sus compañeritos de clase, sus profesores, sus padres, los juegos con su hermano mayor… solo recordaba dolor, muerte y al tipo ese. –¡Esto es una mierda! –Estalló, dejando esta vez libre las lágrimas, las cuales no tardaron en resbalar por su pálida mejilla. Se agarró nuevamente la cabeza, haciéndose doler la herida sin darle mucha importancia. Su cabeza aun seguía vendada. Se tapó el rostro, y agradeció el silencio del hombre albino.
Mientras tanto en la primera planta, en la cocina, Itachi se preparaba el quinto café de la mañana. Obviamente no había podido pegar ojo en toda la noche. En el único momento que se dormitó, fue a las 4.00 am, cuando se levantó y decidió tomar un baño caliente. Dentro de la tina, intentó relajarse, descansar y pensar en claro el revuelto de cosas que pasaban por su cabeza. Cerró los ojos con pesadez y fue ahí que sin darse cuenta se había dormido unos 20 minutos, para cuando despertó su cuerpo estaba completamente helado al igual que el agua que lo inundaba. Se levantó temblando pero no le dio importancia, de alguna forma lo tomaba como un castigo leve.
“-Que no se acerca…Por favor…Sai, no dejes…que se acerque…-“. Como podía seguir viviendo luego de haber escuchado aquellas palabras, palabras que eran ciertas…él no debería estar junto a su hermano menor, no luego del atroz error que había cometido cuando era un adolecente. “-no quiero que se acerque… no quiero que me lastime… -“ A pesar de haberse atormentado toda la vida por aquello, aun podía sufrir mas…lo que Sasuke había dicho era lo que mas temía y le dolía, le dolía demasiado. Pero era l apura verdad, él había lastimado a su pequeño y amado hermano, y aun así, había tenido el coraje y la desvergüenza como para seguir estando a su lado. Había tomado provecho de una horrenda situación para esconder su crimen… ¿Como podía vivir de esa forma? ¿Cómo podría seguir viviendo ahora que Sasuke recordaba algo? Su mente era un tormento, su vida había sido un tormento, pero era lo justo, se lo merecía. Luego de eso, lo que más quería era hacer feliz a su hermano. Pero era demasiado, ya no podía soportarlo.
Tomó de su café, mientras insolentes lágrimas escapaban sin que Itachi se diera cuenta hasta que una de ellas cayó sobre su mano. Una vez más, estaba llorando por su pecado. Cerró con fuerza los ojos, apoyándose sobre la mesada de mármol de la cocina. Apretó con fuerza los puños evitando gritar con rabia y dolor. Ya era suficiente, y ano sabia que hacer. A duras penas se contuvo, abriendo la boca como queriendo soltar aquel grito, pero solo escapó un leve sonido imperceptible. Suspiró e intentó calmarse, no podía desesperarse ahora, y mucho menos cuando en el living se encontraba Sai durmiendo sobre el sofá, y dentro de su habitación, junto a su hermano, el psicólogo Kakashi.
Se sentó en una silla del comedor y quedó quieto, escondiendo su rostro entre sus manos. No había nada que hacer… solo esperar como resultaban las cosas, lo peor que podía pasar era caer ante la justicia, lo cual a esas alturas ya no le importaba, lo que jamás podría soportar seria el odio de su pequeño y amado hermano…
“-El fuerte golpe que recibió Sasuke en la cabeza pudo haber liberado algunos recuerdos reprimidos” –Había comentado Kakashi cuando le comentó la situación del menor al llamarlo para solicitar su presencia.
Dos horas pasaron desde que el profesional de cabellos canos había llegado a la residencia Uchiha. Luego de todo ese tiempo, Itachi escuchó la puerta de su habitación abrirse. Rápidamente se paró y de a dos en dos subió las escaleras hasta toparse con el hombre.
-¿Podemos hablar? –Preguntó Kakashi ingresando a la primera puerta que encontró, siendo esta la de la habitación de Sasuke. Ambos entraron y cerraron la puerta, para luego proceder a sentarse.
-¿Cómo esta mi hermano? –Indagó Itachi, escondiendo el temor de las posibles respuestas a esa pregunta.
-Por lo que tu, su amigo y él me han contado, la reacción de Sasuke al despertar fue muy fuerte. No es para menos, después de todo, faltándole tantos recuerdos el recobró la memoria de aquel día que sus padres murieron. –Dijo bajando levemente la cabeza y negando dos veces, sintiendo pena por el menor. –El dice haber visto a un joven con rasgos muy parecidos a los tuyos ese mismo día, junto a los cuerpos sin vida de ellos. El acecino. ¿Sus padres fueron acecinados, verdad?
-Si, es verdad…yo…-distanció las palabras, aquello era complicado. –nunca le conté la verdad de lo que pasó ese día. Ahora estoy obligado por la jueza de menores a decirle toda la verdad antes de que cumpla la mayoría de edad el mes que viene. Pero es imposible que Sasu recuerde algo de ese día, incluso yo, que estuve en la escena no recuerdo haber visto a nadie…para cuando la policía llegó, yo estaba desmayado y Sasuke en estado de shock. –Hizo una pausa y suspiró.- Nunca quise realmente que Sasu recordara, no ese día, y ahora mucho menos, ya que estuvo presente, no quiero que recuerde el horror de esa noche. –Dijo bajando la cabeza para mirarse las manos.
-Aparentemente Sasuke te confundió con el asesino. Por eso fue su primera reacción al verte y escucharte. Sus recuerdos están borrosos y confusos. Por lo que me ha contado, aun hay cosas que no concuerdan. –Miró su carpeta y buscó la mirada de Itachi. – A partir de ahora dejaré de ser psicólogo y aumentare la sesión de una a dos seciones por semanas. No tengo ningún drama en venir si es que Sasuke no esta en condiciones de ir. -Buscó en su portafolio un recetario y una birome. –No se si estas en conocimiento de que además de psicólogo, soy psiquiatra. Si bien estoy ejerciendo como lo primero, haré una receta para Sasuke. Deberá tomar una pastilla a la noche y media a la mañana. –Escribió con velocidad, firmó y colocó un sello con su nombre. Luego se lo extendió a Itachi.
El mayor de los Uchiha quedó un segundo pensando en todo aquello. ¿Tan mal estaba su pequeño hermano? Se sintió un miserable, todo era su culpa.
-En estos días, dadas las circunstancias le voy a contar a Sasuke lo que sucedió la noche del 23, me gustaría que usted este presente. Mi abogado también estará, el debe atestiguar la veracidad de lo que le cuente, y además dar crédito de que se lo he contado. –El “ahora” Doctor asintió con la cabeza. Guardó sus cosas y se paró. Ambos salieron y bajaron las escaleras hasta la puerta de salida. Cruzando el living, vieron a Sai despierto y sentado en el sofá. –Puedes subir a ver a Sasuke si quieres. –Dijo algo tosco. Aquel muchacho había pasado la noche junto a su hermano, y luego cuando el psicólogo llegó se retiro a esperar en la sala, donde al fin se quedó dormido. Sai no dijo nada, se arregló la ropa y caminó hacia las escaleras.
Itachi despidió al Doctor y al cerrar la puerta apoyó la cabeza en esta. ¿Por qué la vida era tan difícil? ¿Por qué el amor lo había arrastrado a tal error? El solo amaba a su hermano, lo quería para él solo, y por eso mismo había cometido un error imperdonable. Su pecado era amar a su hermano.
En la habitación, Sai acompañaba a un silencioso Sasuke. Éste permanecía acostado, mirando al techo.
-No te lo pediré, pero si quieres hablar conmigo, sabes que estaré para escucharte. –Sai se acercó al menor y depositó un beso en la frente. -¿Quieres que me quede? –Preguntó sentándose en el borde de la cama. Sasuke negó con la cabeza. –Llámame cuando quieras, no importa la hora, y yo vendré. –Le dijo y se paró. Una vez más se acercó y en ésta ocasión acarició una de las mejillas para acortar la distancia y besar con delicadeza los labios de Sasuke. El beso fue interrumpido por unos golpecitos en la puerta, la cual segundos después fue abierta. Sai se separó con velocidad y se dirigió a la puerta donde estaba Itachi. Se despidió y salió apresuradamente del lugar.
-Te encuentras mejor? –Por primera vez desde la noche anterior se vieron el uno al otro. -¿Te traeré algo de comer –Estaba dispuesto a salir pero la voz del menor lo retuvo en el lugar.
-Hermano…quédate…-El mas joven se acomodó de costado y cerró los ojos con intención de dormir. En cuanto a Itachi, se acercó y se acostó junto a su hermano, abrazando por la espalda el cuerpo delgado. No merecía estar así con su amado hermanito, no merecía siquiera verlo, pero sentir el aroma, la piel y la voz del menor, le daban las fuerzas para seguir viviendo en aquel tormento.
Ambos se quedaron dormidos en pleno medio día. Por unos minutos podrían estar tranquilos, sin pensar ni temer. Pero esos minutos terminarían tarde o temprano y las cosas se pondrían aun peor de lo que ya estaban. Las pesadillas serian mas reales, y la realidad seria una pesadilla.