Blanditiae
Caricia
“Año 2022
El joven Detective exhalaba de sus pulmones el humo blanco, tanto por su boca, como por sus fosas nasales con suma tranquilidad y asiduidad. Había conducido en su coche negro hasta un lugar desierto de la costanera alta de la ciudad. Era tarde por la noche, el sol aun no salía y podía contemplar desde su posición, fuera del auto sentado sobre el capo, las luces de las casas y de las calles. Ni un alma pasaba por donde él estaba.
La ceniza del cigarrillo calló sobre su mano, y ante la sensación caliente, notó con la mirada media perdida que ya no había nada más que fumar. Suspiró y tiró la colilla al suelo.
¿Cómo había pasado todo aquello? Los años le resultaron veloces, diez años pasaron ante sus ojos como una película. Hacia tanto tiempo que no veía aquel rostro… aquel hermoso rostro que ahora se mantenía carente de vida, pálido y frio como la nieve. Se había jurado nunca más volver a verlo, pero en el fondo lo deseaba, deseaba observarlo, contemplar sus ojos, sus labios…Pero nunca, en toda su vida, hubiera esperado ni deseado encontrarlo de esa forma… muerto…
Se acostó sobre el parabrisas. Estaba acostumbrado a ver victimas de asesinatos, accidentes y suicidios, los cuerpos de gente muerta ya no le afectaba en lo absoluto. Disparados, ahorcados, mutilados, descuartizados… era una gran colección de formas de morir y matar. Pero jamás había estado tan afectado como lo estaba luego de haber visto la escena del crimen esa noche. Ni siquiera cuando vio por primera vez un cuerpo. Esto era completamente diferente.
Después de todo acababa de ver a la única persona a la que amo verdadera y profundamente…”
***
Noche del miércoles 21 de julio de 2012
-Tranquilo Sasuke, no debes esforzarte…
-Estoy cansado de que me digan lo mismo una y otra vez. ¿No lo entiendes Sai? En mis recuerdos puede estar la cara e incluso el nombre del asesino que mato a mis padres…Estoy seguro de haberlo visto, pero cada vez que creo recordarlo, todo se vuelve negro… -Decía alterado por las circunstancias, mientras cerraba los ojos y suspiraba con profundidad. La cabeza le dolía y los ojos le ardían.
-Lo entiendo, pero aun así, te hará mal. –Sai, que hasta entonces se encontraba sentado en la cama del cuarto de su compañero, se puso de pie y caminó hasta donde estaba Sasuke sentado; la silla del escritorio. –Sasuke… -Buscó la mirada negra de su amigo, pero este al reusarse a verlo, tuvo que estirar una mano para acariciar su rostro y hacer un pequeño esfuerzo para que girara y lo encarara. –Sa… -Sai lo miró con ternura, el aludido aunque mantenía el rostro hacia Sai, sus ojos miraban hacia otra parte. –En todo este mes no me has dicho nada y no te lo pido. Pero siento que no confías en mí, y eso me duele. –Luego de soltar sin vergüenza aquellas palabras, soltó al menor y se dispuso a volver a su lugar. La mano de Sasuke lo detuvo. Velozmente y sorprendiendo al otro, el menor de los Uchiha se paró y besó con pación lo labios de Sai.
-Lo siento… -Fue la simple pero sincera disculpa que salir de los labios del menor cuando se separaron un poco. Su compañero sonrió levemente y se lanzó e inició un nuevo beso mas profundo, más húmedo y más cálido.
Sai lo guió hasta la cama sin romper el contacto, y con cuidado, hizo que Sasuke se sentara y luego se acostara, tendiéndose él sobre el cuerpo del menor. El de cabellos más largos se dejó hacer sumisamente. Aceptando y permitiendo los besos y las caricias que el otro le regalaba. Se sentía deseado, amado y pacíficamente tranquilo.
En todo el mes que había pasado, se había encerrado en su casa, y solo se permitía ver a Sai y a Kakashi. Luego de la larga y extensa charla que tuvieron aquel día en la sala sobre el pasado, el caso de la muerte de sus padres y sus recuerdos, su mente se había bloqueado por completo, sus recuerdos se volvieron más borrosos y su confusión se extendía. Se sentía perdido, vacio y con una sensación de dolor perturbadora. Las clases aun continuaban, pero Itachi había ido a su instituto para avisar de su ausencia. Necesitaba pensar, reflexionar y asimilar tantas cosas… Los días pasaron y las semanas también, y al final un mes murió. Pero aun no tenía la respuesta a su desasosiego.
El caso quedó igual que antes. Su testimonio no servía, pues no tenia nada para decir, no recordaba nada. Pronto cumpliría, en tan solo dos días, su mayoría de edad y el caso se cerraría para siempre. Después de pensarlo, no tenia sentido que recordara algo, cinco años habían pasado de aquella noche, de la noche de la cual solo tenia presente oscuridad, sangre, muerte y la sombra de una persona llorando. ¿Acaso eso serbia de algo? ¿Eso significaba algo? Ya no importaba, el tiempo no volvería, sus padres no volverían. Incluso tal vez el asesino se encontraba muerto.
Sai ágilmente metió una de sus manos por debajo de la camisa blanca y acarició cada porción de piel que sus dígitos toaban...dulce, tierna y cuidadosamente, como si aquella piel fuese lo mas valioso en la vida. Para el lo era…
Besó el cuello descubierto y dejó una pequeña pero notable marca. Sonrió al ver su obra, y Sasuke le devolvía lo mirada retadoramente. En una ocasión le había dicho que no le dejara marcas visibles, pero no pudo contenerse y ya era tarde. Ambos se abrazaron con fuerza y se besaron con deseo. Sus cuerpos rosándose y sus alientos conectados.
Una de las blancas manos de Sai descendió por el costado del cuerpo del de abajo hasta llega al pantalón, bordeando con un dedo dentro, llegó hasta el botón al cual con destreza desprendió y con manos seguras bajó el cierre. Acarició el bulto con cuidado y ansiedad, mientras que con la otra mano, apartándose un poco del rostro de Sasuke, desprendía uno por uno los botones blancos y así dejar al descubierto el torso firme del menor. Se irguió sobre el cuerpo delgado de su compañero y se quedo observando un instante aquella imagen…
-Oh Sasuke, eres… -No tenia palabras para describirlo y ningún adjetivo era lo suficientemente exacto para nombrar lo que aquel cuerpo era y lo que le hacia sentir. Hermoso, delicioso, tentador, excitante. Bajó y lamió alrededor del ombligo, subió dejando un camino húmedo hasta el cuello y depositó millones de besos. Suaves y sentimentales. Sasuke suspiraba con cada contacto de labios sobre su piel, con cada caricia sobre su bóxer. Pero sus ojos se abrieron de sobre manera cuando sintió la escurridiza mano de Sai pasar por debajo de la prenda y hacer presión sobre su miembro.
-Espera…Sai… -Intentó incorporarse, pero su compañero lo mantuvo en su lugar y siguió con su tarea de besar y lamer la parte más sensible del cuello. Con su mano, ignorando el inesperado rechazo de Sasuke, sacó de entre el bóxer el miembro del menor y comenzó a masturbarlo. –Ahh, no Sai… -Sus palabras fueron acalladas por los labios finos de un excitado Sai, y tanto el beso como los movimientos fueron profundizándose. -mhhh –El aliento le faltaba y la inseguridad creció aterradoramente en el cuerpo de Sasuke. Un temblor escapó de él y lo recorrió por completo. ¿Qué le estaba pasando? No era la primera vez, pero… Por más que deseaba que pasara, cuando estaba en semejante situación su cuerpo reaccionaba de forma negativa. -¡Sai! –Lo apartó de un empujón y se tapó el torso con la camisa abrochando un par de botones rápidamente. Con impaciencia se peinó los cabellos y suspiró con irregularidad.
Sai quedó inmóvil en el lugar, dejando libre el cuerpo de Sasuke al instante. Se paró y se apartó hacia la ventana y por un momento se sintió devastado. ¿Acaso se había excedido?... Tal vez debió detenerse antes. No quería presionar a su amigo, pero… se había dejado llevar, además de que ya siendo medio año de estar juntos y aguantando tanto tiempo… simplemente no pudo dejar de tocarlo.
-Lo siento… -Habló por fin Sai volteando a ver a su compañero. Su mirada inexpresiva se clavó en el menor. Éste lo miró desde la cama, sentado y con la ropa ya arreglada.
-Soy yo el que debe disculparse. –Dijo y se puso de pie, volvió a peinarse con la mano y caminó hacia su amigo. Lo tomo del hombro y lo acercó a su cuerpo, quedando cadera con cadera. –Lamento lo que pasó. No era mi intención… lo quiero, de verdad que quiero, pero… -Algo en su cuerpo y mente lo bloqueaba y le impedía sentirse cómodo. Era como si temiera lo que vendría, como si le asustara el contacto íntimo… el sexo.
-Lo entiendo, y lamento haberme sobrepasado. –Sai juntó ambas frentes y cerró los ojos. Lo sentía desde lo mas profundo de su ser, lo que menos quería era alejar a Sasuke. Los labios de éste último aprisionaron con calidez los del de cabellos cortos y se rodearon en un abrazo lleno de amor.
Esa noche, Sai se quedaría a dormir con él. Ya siendo pasada las 12, se acostaron y se pusieron en posición de cucharita. Sai, de atrás, besaba la nuca del menor, y sonreía. Estaba claro que no habría relaciones sexuales esa noche, pero estaba contento con tan solo tener entre sus brazos a Sasuke.
-Algo no anda bien, siento que una parte de la historia que me contaron esta mal, o que falta algo. Algo me dice que lo que pasó hace cinco años es mas profundo y complicado… a veces pienso que estoy mejor así, sin recordar nada… -Sasuke se giró y quedó cara a cara con su amigo. Quien lo escuchaba atentamente, por fin le estaba hablando sobre sus inquietudes –Gracias por estar cuando mas te necesité, y por esperarme. Sai, hace seis meces que estamos juntos…
-¿Quieres ser mi novio? –Preguntó Sai, interrumpiendo las palabras del otro.
El aludido se sintió levemente avergonzado y su respuesta se simplificó en un beso romántico que fue correspondido con amor. Eso era un sí. Y Sai no podía sentirse más feliz y dichoso. Al fin pudo romper el bloque de hielo que rodeaba a su amigo. Todo ese tiempo acompañando incondicionalmente y enamorándose cada vez más. Nunca imaginó que terminaría profundamente enamorado y mucho menos que seria correspondido.
Se besaron y se acariciaron hasta quedar dormidos enredados entre sus alientos y sus manos.
Mientras ambos jóvenes dormían Itachi permanecía en la sala, con apenas una luz débil encendida. El vaso entre sus manos contenía un pedazo de hielo grande y apenas los restos de la bebida. Se levantó con torpeza del sofá y caminó hasta un estante de donde sacó una botella, la miró y antes de volver a servirse la dejó en el lugar. Ya había tomado demasiado. No tenia sentido seguir haciéndolo, el no creía en la frase “ahogar las penas con alcoholo”. Dejó el baso y se tiró sobre el sofá, se acostó y se acomodó. Arriba estaba su hermano con aquel amigo. Sai estaba cada vez mas presente, más cercano y mas intimo con su hermanito. No podía hacer nada para impedirlo y por más que pudiera, no lo haría. Si Sasuke estaba bien con Sai, pues mejor así. Él no era la persona correcta para el menor. Eran hermanos, y no solo eso, sino que no podría envolver a su hermanito entre sus redes de mentiras y un pasado que por mas que el no lo recordara con exactitud, sabia que había sido el causante de algo terrible.
Lagrimas de impotencia, lagrimas de tristeza y rabia. Su rostro se bañó en agua salada.
Tenía la impulsiva necesidad de ir hasta la puerta de la habitación de su hermano y sacar a patadas a Sai de su casa. Quería estar en su lugar, cambiar roles con aquel muchacho de piel pálida. Por un mínimo de tiempo quería ser Sai y poder estar con su hermano de forma única.
Quería acaricia los cabellos, la piel y la desnudes de Sasuke integro.
Quería acariciarlo…