Luego de su apasionada y tierna noche juntos había llegado el momento de separarse, Jonghyun debía ir a ver a sus padres por el fin de semana.
-¿Qué haré sin ti durante dos días? ¡Voy a enloquecer! Dijo Kibum algo apenado.
-No te preocupes, el lunes pasaré por ti para ir al colegio. ¡Yo también voy a extrañarte Kibum-ah!
Se despidieron con un largo y tierno beso. Jonghyun salió caminando lento de la casa de Kibum pero se le había ocurrido una idea genial: llevarlo a conocer a su familia.
¡Kibum-ah!, abre, soy yo.
Kibum estaba atónito, ¿Qué no se había marchado ya?
-¿Qué sucede?
-Se me ocurrió la mejor de las ideas, ¿por qué no vienes conmigo a casa?
-¿Bromeas? ¿Tu familia qué pensará de mí? ¿Acaso saben lo nuestro ya?
-Si, Kibum-ah, yo ya se los he contado, saben todo de ti, ¿Qué dices?
-Ve, hijo… ¡diviértete! Interrumpió la mamá de Kibum.
-¿De veras? Gracias, madre, ¡eres la mejor!
-Lo sé. Vayan antes que cambie de opinión…
Salieron de la mano juntos, caminaron felizmente hacia la estación de autobuses, el viaje no era tan largo pero Kibum estaba totalmente nervioso, todo el cuerpo le sudaba: tenía miedo.
Jonghyun no quiso decirle la verdad; su familia sí sabía de la relación entre ambos pero no lo aceptaban como él quería, la única que lo aceptaba era su noona. Su padre no le había hablado por meses y esperaba que al conocer a Kibum cambiara de idea: Sabía que era capaz de enamorar a cualquiera.
Por fin llegaron a la casa de Jonghyun, Kibum sudaba y temblaba de los nervios, iba a tratar de comportarse lo mejor posible para caerle bien a todos.
Entraron a la casa y la noona de Jonghyun los recibió felizmente, la mamá de Jonghyun los miró de reojo, pero al ver lo felíz que Jonghyun parecía decidió darle una oportunidad a Kibum y comenzó a tratarlo lo mejor posible. El papá de Jonghyun aún estaba en el trabajo…
Kibum se sintió mejor en cuanto comenzó a hablar con la familia, la noona de jonghyun estaba muy feliz y repetía a cada momento que Kibum era muy sexy. La mamá de Jonghyun estaba impresionada con lo caballeroso y serio que era Kibum. Jonghyun estaba cada vez más nervioso pensando en la reacción de su padre.
De repente un gran estruendo se escuchó en el hall de entrada. El Sr Kim acababa de llegar. Vio colgada varias camperas y una de leopardo llamó su atención:
-Así que estás aquí… con este afeminado…
-Padre, no trates así a Kibum, por favor.
-Es mi casa… ¿qué haces con “eso” aqui?
-Vinimos a pasar el fin de semana aquí, quería que mamá y tú lo conocieran.
-No necesito conocer a tu perra…
El señor Kim subió las escaleras enojado y no bajó en todo el día.
-No fue buena idea venir Jonghyun, mejor me voy… dijo Kibum cabizbajo.
-De ninguna manera, yo te invité y te quedarás, mi padre no puede hablarte así…
Kibum estaba triste pero trató de no demostrarlo, él podía ser frío cuando se lo proponía y actúo como si nada hubiese pasado.
Jonghyun, su noona y su mamá salieron con Kibum a recorrer el barrio. Kibum estaba impresionado con lo humilde y bello que era todo, tan simple y hermoso, era un barrio de Seúl que nunca había visitado.
Llegaron a la casa y Jonghyun estaba disfrutando cada vez más el fin de semana, era hora de cenar y su padre aún no había dejado su habitación. Jonghyun decidió que lo mejor era hablar con él.
-Padre… necesito hablarte.
-¿Padre? No digas eso, ya has perdido mi respeto…
-¿Sólo por amar a Kibum voy a dejar de ser tu hijo?
-Así es, tú sabes lo que siento respecto a esa relación.
-Padre, puede que no lo entiendas ahora ni nunca, pero Kibum me hace realmente felíz, ¿acaso alguna vez me viste así? ¿Tan feliz como estoy hoy?
-No, nunca te vi tan sonriente, pero eso no es lo que me molesta.
-¿Entonces qué? ¿Qué no soy tu hijo macho? ¿Qué no vas a tener nietos míos? ¿o es el simple hecho de ser algo que no puedes soportar? Sabes padre, él que perdió el respeto fuiste tú, si no me aceptas, ya no hay nada de qué hablar.
Jonghyun cerró la puerta y bajó las escaleras sollozando, por fin había sido valiente al enfrentar a su padre, no permitiría que nada ni nadie lo alejara de Kibum.
El resto del fin de semana continúo normal, pero el sr Kim aún no hablaba con ellos.
Llegó el domingo y ambos se marcharon. El señor Kim no pronunció palabra.
-Lo lamento Kibum, sé que no fue el mejor fin de semana pero… Kibum le tapó la boca con un beso…
-No digas nada, a pesar de todo lo pasé bien, tu madre es muy tierna.
-Me alegro mucho Kibum, ahora volvamos a nuestras vidas y olvidemos lo malo de estos días.
-¿Sabes? Si hubo algo que me faltó este fin de semana…
-Lo sé, exijo una compensación de tu parte Kibum.
-Fue tu culpa que no pasara, así que es tu deber hacerlo, sabes que yo no soy de tomar la iniciativa…