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Gato y ratón por minima

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Notas del capitulo:

Lemon me suena a limonada, limonada me recuerda a té helado, té helado con limón :D

 

Un nuevo capitulo, :) les advierto que si quieren algo romantico y dulce en este capitulo... no lo encontraran, como ya dije, en este fic creo que explore y explote mi vena cruel, les advieerto que habra violacion en este fic, despues de un momento me di cuenta que te puedes sorprender a ti mismo de lo que escribes... 

Nuestra pesadilla…

Había muchas cosas que se imaginó que pudieran haber pasado en su futuro, ganar el campeonato intercolegial de futbol, graduarse he ir a la universidad junto a su amigo, llegar escuchar algo amable de su hermana, tener una sexy novia, comprarse un perro de mascota, reunir el suficiente valor para preguntarle más cosas sobre su madre a su padre, que parecía llegar a ser un tema tabú el mencionarla en algunas ocasiones, pero jamás, ¡JAMAS!, llego imaginar enfrentarse al gato de su hermana con una forma humanoide felinesca aquella noche, y menos que cuando llegara alcanzar no lo matara, sino que lo secuestrara.

A veces las cosas que menos nos imaginamos son las cosas que pasan en nuestras vidas.

Había despertado en una habitación, o celda, no podía encontrar puerta o ventana alguna por la cual salir, ni siquiera un ducto de ventilación, cuando los recuerdos de los momentos de antes de caer inconsciente le llegaron el terror y la incertidumbre atacaron, estaba solo, no veía a “Sr. Gato”, ni tampoco al otro que le acompañaba, y lo más importante, tampoco estaba Denise, ¡¿Qué había pasado con su amigo?!, ¡¿lo habían e él también traído, o dejado en la tierra, ¡quizás hasta matado!?!

Esa habitación no era muy grande, quizás un poco más grande que su cuarto, tenía una forma ovalada en las paredes, el techo y el suelo eran planos, todos de un color gris opaco, curiosamente, a pesar de no encontrar ningún foco o algo que sirviera como lámpara, toda la habitación se encontraba perfectamente iluminada, había una cama, era redonda y se encontraba en el centro del cuarto, no era alta, era básicamente solo un colchón azul en el suelo, con unas almohadas de igual color y una cobija negra, ahí había despertado, con una especie de boxers grises rodeados por una tela haciéndole como una especie de falda, sus pies y brazo lastimado estaban vendados con una especie tela de malla, no era gruesa, pero al pasar su dedo sintió que era dura como un yeso, a parte de esa humillante “falda”, o lo que sea, en sus muñecas tenía un par de pulseras de metal negro, con dibujos extraños, como los del collar de “Sr. Gato”

La realidad, su realidad se estaba volviendo una pesadilla.

Después de buscar una salida, patear y golpear todas las superficies que podía, y de gritar como loco preguntando por su amigo hasta casi quedar afónico, se encontraba muy cansado y con mucho miedo, no sabía dónde estaba, tampoco su amigo, ni que es lo que estaba tramando “Sr. Gato”, cuando creyó creer haber visto hasta dónde podría llegar la maldad de ese ser, este se desaparece para luego aparecer después de varios años, se pudo haber esperado que llegara de sorpresa, el jamás lo pensó muerto, esa alimaña era muy difícil de eliminar, experiencia propia; que lo atacara cuando lo viera le parecía lógico, después de todo su enemistad se dio desde un principio; pero todo daba un gran giro cuando se presentó con esa figura humanoide, y cuando lo tenía prácticamente preso en sus garras, hizo cosas que lo descolocaron colosalmente, estaba seguro que cuando tuviera la oportunidad de capturarlo lo descuartizaría, degollaría, un golpe en la cara como mínimo, no que invadiera su espacio personal de una manera tan intimidante, sentir su cuerpo tan cerca, caliente, hirviendo en contraste con el suyo frio en esa ocasión, sentir su lengua recorrer su cuello, tibia, rasposa, y sentir su aliento junto a un suave ronroneo, ¡POR TODOS LOS CIELOS!, ¡EL MUNDO… EL UNIVERSO MISMO SE HABIA VUELTO LOCO!

Era más lógico decir eso que admitir que esa alimaña al parecer había disfrutado hacer aquello, o que había sentido cierto bulto resarce en su pierna cuando forcejeaba para liberarse, ¿había sido así siempre de fuerte esa cosa?; esto era una absurda locura, deseo que todo fuera un mal sueño provocado por los bombones que tal vez hubieran estado caducados, pero sabía que no era así, ¿Por qué rayos le tenían que pasar este tipo de cosas?, él solo había querido ir a acampar.

Se sentó en el suelo y recargo su espalda en una de las paredes, abrazo sus piernas y oculto su rostro entre sus rodillas, desde que fue pequeño tubo una imaginación fértil como cualquier otro niño, muchas veces de ayuda pero en esos momentos le torturaba, de tan solo pensar que todas las acciones de “Sr. Gato”, más específicamente cuando lo atrapo, llevaran a “aquella” posibilidad, ¿Por qué?, se supone que lo debería querer matar, o tal vez sea una bizarra táctica de tortura psicológica, que estaba funcionando muy bien cabe mencionar; ¿Cómo reaccionarían su padre y hermana al saber de su desaparición?, ¿Denise se encontraría bien?, ¿Alguna vez podría volver a su hogar?

Interrumpiendo sus pensamientos escucho el ruido de una puerta abrirse, ¿Dónde?, alzo la vista y ahí lo vio, en una de las paredes, una entrada se había abierto y bajo su marco se hallaba parado “Sr. Gato”, ahora con luz lo pudo ver con mejor detalle, alto, musculoso, cabellos morados atados en lo que parecían ser varias trencitas hasta rosar sus hombros, esa clase de peinado le recordaba a ciertas imágenes egipcias vistas en los museos, claro, las imágenes no tenían orejas puntiagudas ni tampoco cola, ¿Cómo sabía que era “Sr. Gato”?, aquella mirada era inconfundible, podían ponerle miles de ojos similares y sabría cuales pertenecían a su viejo enemigo.

Miedo, coraje, confusión y frustración parecieron explotar en su interior en una fracción de segundo, a veces actuaba con imprudencia, y esa era una de esas ocasiones; como resorte salto de su lugar y se lanzó contra su captor, quería romperle esa cara felina de un solo golpe y borrarle esa maldita sonrisa que descaradamente se atrevió a mostrar cuando lo vio; salto la cama, apretó su puño con todas sus fuerzas, la pequeña carrera le había dado buen impulso, y justo cuando estaba por tocar su rostro con su puño, la mano de “Sr. Gato” rápidamente atrapo a este y lo comenzó a apretar fuertemente.

Apretó y apretó hasta creer escuchar que algo comenzaba a crujir, vio el pequeño cuerpo frente a él retorcerse de dolor, y como este se atrevió a lanzar su otro puño contra él siendo fácilmente detenido por su otra mano, y a pesar de estar en una clara desventaja, ese joven terrícola lo seguía observando desafiante.

Después de haber capturado a su presa, regreso a su nave, la cara de sus subordinados fue de gran sorpresa e incredulidad, algunos trataron de persuadirlo a él y su amigo de dejar a esos seres, quien sabe que plagas traerían consigo, otros miraban curiosos a esos seres con una morfología parecida a la suya pero con muchas diferencias y una clara inferioridad ante ellos, incluso algunos de sus científicos quisieron “inspeccionarlos”, o como en palabras terrícolas: “tomarlos como ratas de laboratorio”, pero él ni su amigo dejarían que estos tocaran a sus presas con esos fines, ellos ya tenían sus propios planes.

Dando órdenes a algunos de ellos, les indico que limpiaran y curaran a esos dos terrícolas y los colocaran en dos cuartos especiales para que no pudieran escapar, y antes que recibiera otro reproche por parte de ellos, les mostro la otra carga que llevaban lo cual los complació de sobre manera, hasta casi tener que repartir uno que otro golpe para que se calmaran algunos y no saltaran sobre la carga, más de veinticinco toneladas de Fritskibit´s de pescado y del nuevo sabor a pollo, y otro poco de pescado fresco, la tierra podía ser un lugar que llegaba a ser primitivo para ellos, pero sí que había deliciosa comida, a parte de otras cosas apetecibles.

Fue a su habitación para el también asearse, después de todo él también estaba cubierto de lodo, un poco de maleza y hasta algo de sangre de Coop, especialmente su mano izquierda, la cual había utilizado para agarrar su brazo mal herido y atraerlo hacia él; ya estando en sus aposentos se deshizo de su ropa y se metió a una cámara especial para el aseo personal, había toallas especiales, semihumedas con líquidos desinfectantes y aromatizantes, solo era cuestión de agarrar una y pasársela por el cuerpo y era lo suficiente para limpiarse, tan cómodo como estar en su forma prim y usar su lengua para su aseo; estando ya desnudo y aseándose, llego el momento de limpiar su mano izquierda, la sangre ya se había secado, pero la fragancia de esta seguía ahí.

Ese aroma lo volvía loco, no solo por la sangre, sino por quien pertenecía, dejo vagar su mente por unos momentos mientras se dejaba embriagar por aquel singular aroma; ese pequeño cachorro fastidioso había crecido, volviéndose innegablemente más atractivo, aún era joven, con un cuerpo tierno, incompletamente maduro, pensó que con el tiempo lejos de él, esos deseos y sentires que sentía al estar con ese cachorro mermarían o hasta desaparecerían por completo, ni siquiera con su actual pareja sentía esas explosiones de sensaciones, mas estar lejos de este pareció ser solo una prueba de que esos sentires eran mucho más profundos de lo que él pensaba, ya que se hallaba de momentos pensando en esté, en que estaría haciendo, y se perturbaba cuando llegaba a pensar que alguien pudiera acercarse de manera intima a esté, si alguien tenía que mancillar ese cuerpo, tenía que ser él; como gran guerrero, demostrado en la pasada guerra, y miembro de la familia real, tenía derecho de reclamar presas que él mismo haya casado, vivas o muertas, de cualquier planeta al que fuera, a él nunca le interesó mucho atrapar presas vivas, hasta que se obsesionó con ese joven.

Lo admitía, y valla que le había costado, que estaba obsesionado con esa creatura, ¿Cómo alguien como él podía pensar tanto en un ser tan inferior como ese cachorro terrícola?, definitivamente sus años en ese planeta lo habían afectado, así que, para ponerle fin a esas distracciones debía hacer algo, y lo hizo.

Lamio la sangre, el sabor metálico inundo sus pupilas gustativas, era realmente excitante, tanto que ya su hombría reclamaba atención, pero antes de que se atreviera a tocarla para darse alivio se recordó que había algo mucho mejor que consolarse el mismo; termino de limpiarse, claro, lamiendo antes toda la sangre de Coop que había quedado en su mano, no dejaría que se desperdiciara, se dirigió a su armario encontrando tanto su vieja armadura, sus trajes que normalmente se usaban para trabajar, idénticos a el que había utilizado para ir de cacería, y ropas más ligeras, su especie no se intimidaba al mostrar su cuerpo, en realidad era una muestra más de que tan superiores podían llegar a ser, las ropas normalmente eran ligeras para la facilidad de movimiento, demasiada ropa podía llegar a ser estorbosa, los trajes casuales normalmente eran sencillos pero sin dejar de ser elegantes, agarro entre sus ropas más casuales un faldón rojo de fina tela, y una bata holgada de color morado que combinaba con sus cabellos, hoy se divertiría.

Ahora regresando al presente, su paciencia era recompensada, y literalmente tenía entre sus garras a ese ser que tanto lo había alterado.

En un rápido movimiento empujo el cuerpo del castaño sobre el lecho y se posicionó encima de él, una pierna a cada lado de sus caderas, sus brazos bien sujetos y a pesar de todo el forcejeo que estuviera haciendo el castaño, jamás se podría liberar de él y lo que vendría a continuación.

-¡Suéltame bastardo!- forcejeaba con todas sus fuerzas, pero aun así no podía librarse de este, estaban demasiado cerca, y eso le alteraba demasiado, esa mirada, esa mirada que parecía clavársele en el alma, parecía que le avisaba que sea lo que estaba planeando “Sr. Gato” no era nada, nada bueno.

Coop estaba aterrado, y él fascinado, a pesar de sentir claramente las alteraciones en el cuerpo debajo de él, aceleración del ritmo cardiaco, movimientos involuntarios en todo su cuerpo, en otras palabras, temblaba, mezcla de miedo y coraje, y que tratara por todos los medios alejar su cuerpo del suyo, aun veía coraje en sus ojos, decisión que a pesar del terror que sentía sobrevivía en su mirada, sonrió complacido, hoy marcaria para siempre ese ser.

-Ha ha, ten cuidado con lo que dices Cooper- las palabras parecieron salir suaves a través de esos labios que se curvaban en una media sonrisa.

Coop de nuevo pudo percibir ese ronroneo felino desde la garganta de este ser, y su sangre se helo, si recordaba bien, la mayoría de los gatos, por no decir todos, ronroneaban cuando algo les gustaba, pero no se dejaría amedrentar.

-No sé qué hecho me sorprende más, que puedas hablarme o que al parecer te haya gustado tanto el hecho de usar vestidos-

-A mí me sorprende que no tengas el suficiente sentido común para no darte cuenta de la delicada situación en la que te encuentras, deberías cuidar lo que dices de ahora en adelante, después de todo estas ahora frente a tu nuevo amo-

-¡¿Qué mierdas tienes en el cerebro…?! Arh…- interrumpiendo su exclamación, su captor apreso sus muñecas con una sola mano arriba de su cabeza, y con la otra hiso un pequeño corte en su mejilla derecha.

-Mal, muy mal, al parecer tendré que invertir mucho tiempo en tu entrenamiento- 

Miro esa sonrisa divertida y esos ojos que parecían brillar con algo más que diversión de esa situación, pesadilla, ¡TENIA QUE SER UNA PESADILLA!, pero el dolor era verdadero, aquel “Sr. Gato” en realidad lo tenía preso bajo su cuerpo, y no sabía qué hacer.

Acerco su rostro al del joven, menos de un centímetro los separaba, si se inclinaba un poco más podría tocar esos sonrosados labios y si sacaba su lengua hasta los podría lamer, pero aun no tenía ganas de saber el gusto de aquellos, inclinándose un poco más y antes de tocarlos desvió su rostro a la mejilla sangrante de su nueva mascota, saco su lengua y lamio las gotas de tan exquisito líquido, si, definitivamente se volvería adicto a este sabor tan peculiar, y lo mejor de todo, era que él sería el único en probarlo todo de él, de eso se encargaría siempre.

Por un momento sintió como si su corazón se detuviera al ver que tan cerca se encontraba “Sr. Gato” de su rostro, ¿acaso lo besaría?, primero lo mordía si este trataba de hacer aquello, sintiendo la respiración y ronroneo más cerca de él se helo, para luego sentir la tibia y ligeramente rasposa lengua de su captor por su mejilla lastimada.

Si el hecho de que la lengua de “Sr. Gato” lo lamia con cierta gula lo dejo helado, y casi sintiera que su corazón sufriera un ataque cardiaco, sentir algo subir y rozar sus muslos hasta lo único que estaba cubierto con ropa, casi lo mato del susto, ¿Qué era esa cosa?

Después de lamer las gotas de sangre de la mejilla de su mascota, se incorporó un poco para observar las expresiones de Coop, tenía los ojos fuertemente cerrados y apretaba su mandíbula, al parecer no era de su agrado lo que estaba haciendo con su cola a sus partes íntimas, se había colado entre sus ropas y acariciaba entre su nalgas, tanteando de a poco aquel pequeño orificio que lo llevaría a un exquisito placer, aunque no podía decir lo mismo del castaño.

La sensación era extraña y extremadamente incomoda, se atrevió a abrir los ojos y vio de nuevo a esa maldita sonrisa, ¿Por qué a él?, de todas las personas en la Tierra, o de todas las creaturas de la galaxia, tenía que pasarle esto a él; sintió como la mano que tenía libre “Sr. Gato” viajaba por su torso, rosando suavemente sus garras por su piel, una caricia que le indicaba que en cualquier momento podía ser letal, y sea lo que lo estaba acariciando en su trasero se atrevía a adentrarse dentro de él, esto ya era el colmo.

-¡Maldito!, Gato bastardo- 

La punta de la larga cola de “Sr. Gato” se retorcía en la entrada de Coop, como una culebra tratando de llegar más y más profundo en su interior, el castaño se retorcía y pataleaba con todas sus fuerzas, no, no quería eso, que parase toda aquella aberración, se sentía impotente y débil, no podía, a pesar de todo su esfuerzo, no podía lograr apartar a ese quien lo aprisionaba; el felino se excitaba cada vez más con cada movimiento que realizaba el castaño, aunque no fuera la intención de este, con cada movimiento que realizaba rozaba su entrepierna que ya de por si estaba tan dura que no aguantaría más el no profanar el interior de su mascota.

-Ya te lo dije antes, esto es solo el comienzo… de ahora en adelante yo soy tu amo, basta de “Sr. Gato”, soy User, y tú mi mascota, empieza a grabártelo en la mente-

Diciendo esto último desgarro con sus uñas la única prenda que lo vestía dejándolo completamente desnudo, por la brusquedad hasta había arañado la piel creando nuevos cortes en la cadera del castaño, la imagen que se le presentaba ante sus ojos era mucho mejor que cualquiera de sus fantasías, desnudo, un cuerpo joven listo para profanar, sometido bajo su yugo, con una mirada llena de miedo y temblando ligeramente, y aun así tratando de apartarse de él, mostrando aun coraje a pesar de todo, si, ese ser era único, único y exclusivamente suyo.

Retiro su cola, la cual no era más gruesa que un dedo meñique, de la entrada del castaño, más este orificio no se mantuvo libre por mucho tiempo, ya que tan rápido como había retirado la punta de su cola metió su dedo índice, eso fue mucho más doloroso, sus uñas eran filosas y no se preocupó que al momento de profanar ese hoyo con sus dedos cortara un poco aquellas paredes y carne, se movió lento, tanteando ese interior apretado y tibio, escuchaba los quejidos de Coop que trataba de aguantar, no quería verse más débil de lo que ya se mostraba, pero al ser atacado por un par de dedos más sus quejidos se convirtieron en gritos e improperios, y las lágrimas que había aguantado fluían con libertad por sus mejillas, esto era un deleite para el gusto de User, verlo así, por fin derrumbado de a poco por sus garras, literalmente, le daba una satisfacción que pocas veces había podido tener con esa clase de actos.

User no se consideraba un sádico, si, disfrutaba ver caer derrotados a sus enemigos, mas sus derrotas llegaban a ser suficiente para él, cosa que muchas veces no era un comportamiento muy aceptable para su padre, era muestra de debilidad según su progenitor, era una de las tantas cosas que los ponían en desacuerdo y no llevarse tan bien como su madre hubiese querido, aunque la última guerra había servido para que dicha relación padre-hijo mejorara; aunque ahora, teniendo a este castaño, sometido bajo él, haciéndolo sufrir con sus propias garras, era indescriptible, lo hacía sentir que lo hacía cada vez más suyo, solo con este se consideraba realmente sádico. 

Cuando sus tres dedos se encargaron de tantear y preparar la entrada de Coop los saco rápidamente, pareció que el joven estaba aliviado de momento por ello, este sentía arder esa parte de su cuerpo junto a algo tibio salir de él, estaba sangrando, lo sabía, y lo peor, es que también sabía que esto aún no acababa, se sentía sucio, avergonzado, enojado, triste, tantas emociones que lo llegaban a confundir, deseaba escapar, desaparecer; las piernas que se mantuvieron al costado del cuerpo del menor se movieron esta vez posicionándose entre sus piernas, sus dedos estaban húmedos y tibios de la sangre de su mascota, tal vez se había pasado un poco, pero no se arrepentía, el cuerpo del menor estaba débil de tanto pelear y tanto dolor, por lo que no fue difícil con una mano agarrar una de sus piernas y alzarla hasta ponerse el tobillo en el hombro, y ahí fue cuando vio su entrada, algo maltrecha e irritada, mas sonrosada de lo que estaría normalmente, pequeños hilos de sangre salían de ella como una pequeña fuente, se relamió los labios, ¿Por qué no?

Se inclinó y saco su lengua, y sin pudor alguno empezó a lamer aquellos hilos de sangre, no quería desperdiciar ese líquido que lo volvió adicto, el cuerpo del joven se retorció impotente y temblando de miedo, cuando sintió que las gotas no eran suficiente aventuro su lengua a ir a un lugar más íntimo, tanteo ese asterisco rosado con su lengua, como pidiendo algo más del rojo elixir, hasta enterrar su lengua en el interior de este.

-No, por favor… duele- 

La situación era insoportable, sus brazos ya se estaban entumiendo aun agarrados por el brazo del felino, su cuerpo estaba adolorido tanto por la lucha y la flagelación a la que estaba sometido, y su ano, estaba siendo atacada sin piedad o pudor, ahora lo único que se le ocurría era suplicar, esperar que al menos una fibra de ese ser se apiadara de él.

User sonrió, ya no aguantaba, ya era momento para lo mejor, se relamió los labios, aplastando un pequeño botón en los brazaletes de su mascota estas no se podrían separar gracias a un poderoso imán, ahora con ambas manos libres era momento de comenzar, o finalizar, según el punto de vista; se libró rápidamente de su túnica lanzándola a un lado y de su faldón también haciéndolo prácticamente tiras, su miembro viril, erecto y palpitante ya estaba soltando unas gotas pre seminales y rosándose con aquella gloriosa entrada al placer, como la mayoría de su fisionomía esa parte no era tan diferente a la de los terrícolas, claro, comparando con la virilidad aun dormida de su mascota, la suya era muy grande. 

-AAaaarggh…-

Un dolor indescriptible cruzo su espina dorsal hasta todo su cuerpo, su carne se estiro hasta sentir rasgarse, lo había penetrado de una sola vez, y ni un segundo le dio para tan siquiera recuperar el aliento cuando este empezó a moverse en su interior, un vaivén tortuoso comenzó; en cambio, para User, la sensación de ser apretado y albergado en el interior de ese joven era como tocar las estrellas, era tibio, era glorioso, por eso no pudo contenerse al comenzar a moverse, rápido, firme, fuerte, tratando de llegar más y más profundo, sintiendo como esas paredes apretaban su miembro, sus gemidos empezaron a escapar de su garganta, roncos y profundos, siempre ronroneando, agarro con ambas manos sus piernas separándolas más, permitiéndole entrar con mayor facilidad.

La habitación pronto se llenó del sonido de gemidos, unos de dolor y otros de placer, junto al chocar de ambas pieles y el constante rozar de estas, y un inconfundible aroma, para las personas que ya lo conocen, inundo ese ambiente, el olor a sexo; una de las manos del felino no se mantuvo quieta viajando desde los muslos hasta el pecho, del pecho donde sintió el ritmo acelerado del corazón hasta el rostro donde sus mejillas estaban húmedas de incontables mejillas, y de ahí a su rizados cabellos, que se pegaban algunos mechones en su frente sudorosa, de alguna forma memorizando todo aquello, cada surco, cada figura curiosa que se formaba con cada movimiento o espasmo, también memorizo ese rostro lleno de cansancio y dolor, aun así con cierto brillo que lo hacía tan atractivo a su parecer.

Coop ya no aguantaba más, tanto dolor era insoportable, no tan solo físico si no también emocionalmente, se estaba colapsando, y fue así, cuando le pareció que esto ya estaba durando una eternidad, que la inconciencia se apodero de él cayendo desmayado, siendo esto un tan anhelado descanso; User siguió en su ritmo constante y rápido, jamás había sentido algo más placentero que aquel interior, y si hubiera sido por el esto hubiera seguido una eternidad, más el clímax de este placentero rito era inevitable, estaba llegando a la cumbre, a la gloria, tocando las poderosas estrellas y llegando a una poderosa explosión de sensaciones, y fue cuando el orgasmo culmino, derramo su semilla en esa tibia cueva que lo apretaba hasta sentirlo desbordar.

Con la sensación fresca de placer y cansancio salió del refugio al que había allanado marcándolo como suyo, tal vez por la cacería, haber recolectado todo ese alimento o todo eso más uno de los más gloriosos orgasmos que había experimentado se encontraba cansando cuando en otra ocasión hubiera repetido este glorioso rito hasta no poder más, decidió que era momento de un merecido descanso.

Vio el rostro de Coop, estaba inconsciente pero con un deje de dolor en sus facciones, ronroneando roso con su nariz esas facciones y cuello, olisqueando esa fragancia que desprendía ese cuerpo, ahora también combinándose con la suya, miro de nuevo esos labios, y el recuerdo de aquella noche que se fue del planeta Tierra llego a su conciencia, cara a cara, se acercó cada vez más a ese rostro, hasta que la distancia fue nula, y aquel deseo que lo albergo aquella noche de su partida por fin lo cumplió, unió sus labios con los del inconsciente, los sintió tibios, suaves, ahora sintió que con eso, la caricia más gentil que había hecho a ese cuerpo, terminaba de declarar que era suyo.

Esa noche, porque según su horario era noche, no regreso a sus aposentos, esa primera noche en que hizo suyo aquel cuerpo se quedó junto a él, abrazándolo posesivamente, apresándolo aun en la inconciencia con todo su cuerpo, sus fuertes brazos alrededor de ese cuerpo que en contraste con el suyo más delgado y frágil, sus piernas entrelazadas y su cola incluso enroscando ambos cuerpos, con esto terminaba una de sus más placenteras noches en su vida.

Se encargaría que esta no fuera la única.

+*+*+

Denise había despertado en una habitación idéntica a la de su amigo, en igual de condiciones, y con un enorme miedo implantado en su pecho, la mismas preguntas que se hiso su amigo se las hiso el mismo, a comparación de su amigo castaño el no golpeo las paredes o grito hasta quedar afónico, el supuso que si lo encerraron en una celda sin ninguna salida de eso no iba a servir mucho, era lógico que no querían que saliera de ese lugar.

Si estaba ahí no había duda que su amigo estaba ahí también, estaba seguro, pero lo que si lo mantenía confuso, era la razón del porque los habían traído ahí, cual fuera ese lugar, ¿experimentación, venganza, una cruel diversión?; recordó a su amigo y aquel momento en que sus captores ya los habían alcanzado y apresado, el comportamiento que presento “Sr. Gato” en aquel momento superaba su razón, en lugar de descuartizarlos o degollarlos como imagino que harían esos monstruos, pero aun había tiempo para ello, tal vez solo los estaban haciendo esperar como una clase de tortura para una inminente muerte, curiosamente le parecía más alentador esa idea que otras que se estaban conjeturando en su mente.

¿Sus padres cómo reaccionarían al saber desaparecido?, ¿Si estaban en el mismo lugar como suponía, volvería ver a su amigo?, ¿Por qué ahora, por qué ellos?

Se sentó en el suelo, con las piernas entre cruzadas, como en la posición de flor de loto, recargo su espalda en una de las paredes y observo el techo con frustración y tristeza, y fue cuando lo hoyo, en sonido de algo deslizándose, una puerta abriéndose.

El de la cicatriz, así era la única forma en que lo identificaba, muy parecido al monstruo que se supone que fue alguna vez mas cota de la hermana de su mejor amigo, quizás un par de centímetros más alto, le parece que esas trenzas delgadas por un momento parecen rastas, estaba en shock, de una forma absurdamente consiente y relajada, para su gusto, demencialmente absurdo, por dentro se estaba muriendo de miedo, pero su cuerpo se quedó ahí sentado, mirando y analizando de alguna forma ese extraño ser debajo del marco de esa puerta que no entendía como había aparecido. 

“El de la cicatriz”, después de un buen aseo en sus respectivos aposentos, y vestirse con ropas más cómodas como su faldón negro, decidió que era buen momento para estrenar su “regalito”, que tan amablemente su “alteza” se había molestado en dejarlo llevar; el cómo su amigo habían visto y estudiado varias especies de diferentes planetas, “conoce a tu enemigo y esa será tu más grande ventaja para ganar”, esa fue una frase que le dijo una vez algún maestro en la academia, la cual había servido de mucho en varias ocasiones, pero uno no siempre puede tener toda la información, por lo que tenías que aprender lo tenías que hacer sobre la marcha, por eso, cuando su amigo fue enviado a ese alejado planeta, del cual casi no se sabía casi nada, tuvo mucho curiosidad como se enfrentaría a ese planeta y que creaturas encontraría.

No tardó mucho en enterarse de cómo iba en su misión, el planeta era óptimo para sustentar vida en él, tanto vegetal y animal, y cuya especie dominante compartía varios rasgos muy similares a las de su raza, claro, sin su superior inteligencia, como su amigo pensó que era una especie inferior, pero conforme paso el tiempo le dio cierta curiosidad esa dichosa inferior especie, curiosidad que aumentó cuando tuvo a su amigo de vuelta, no en las mejores circunstancias, pero devuelta para hablar de frente cuando podían, fue así como este le hablo una que otra anécdota de su estadía en ese primitivo planeta, concentrándose más de una vez en cierto castaño y su amigo que fastidiaban sus planes, fue el quien ayudo a ver a su amigo que estaba obsesionado con ese cachorro terrícola, cosa que él no comprendía muy bien porque, pero que sabía que era verdad.

Ahora, en esa emocionante noche de cacería, había visto en su opinión varias de las cualidades que habían interesado a su amigo de esas creaturas, y para su gusto, había podido conservar una, la cual estaba observando con cierta diversión en esos momentos.

Podía ver el miedo en sus ojos, pero también una curiosidad innata de alguien que analiza algo o alguien, en este caso su persona; eran creaturas curiosas esos seres terrícolas, a pesar del miedo, podían actuar con coraje, decisión, muchos envidiarían tener ese temple que mostraban esos dos que aún se podrían considerar cachorros, pocas veces se había interesado en algo sin entenderlo completamente, y esta una de esas veces.

Dio un paso hacia adelante, el joven pareció reaccionar ante ello por fin dilatando sus pupilas y retrocediendo por auto reflejo, mas ya no había a donde ir, estaba en la pared más alejada del de la cicatriz, y la puerta detrás de este había desaparecido cerrando automáticamente al entrar el extraterrestre completamente en su interior.

Un tenso silencio gobernó el lugar que para Denise fueron los minutos más largos de su vida, no se movía, no hacía nada, estaba ahí parado como estatua, pero con un aire imponente e intimidante, era claro que en cuestión de fuerza ese sujeto era superior que él, por lo que tratar de atacarlo no era una muy buena opción, además de que nunca fue muy bueno peleando, al menos cuando hacia equipo con Coop tenía un poco más de confianza, si ocurría algo uno podía contar con el otro, pero ahora estaba solo, perdido, y con ese que no le había apartado la mirada en ningún segundo ¿Qué quería hacerle?, ¿Qué es lo que le pasaría?

Ese cuerpo delgado, esa piel pálida, esos cabellos negros y esa mirada azabache, ¿Cómo sería marcar ese pequeño cuerpo?

-Esto puede ser de una manera sencilla o de una manera difícil… eso depende de tu comportamiento-

-¿Qué…?-

-Supongo que en tu planeta han de conocer el concepto de “amo” según tu lengua y “mascota”-

El chico estaba que se le congelaba la sangre, “amo”, “mascota”, ¿para eso lo habían traído?, eso no le gustaba para nada, absolutamente nada, y menos con el tono con el que dijo la última palabra.

El mayor avanzo sin más, tan rápido que no pudo dejar que la mente de Denise terminara de procesar todo aquello; lo tomo de la muñeca bruscamente y lo hizo incorporarse, el pequeño cuerpo del joven choco con el torso bien formado y desnudo de su captor, el pequeño cuerpo instintivamente trato de apartarse empujando con su otra mano el cuerpo más grande apoyándola en aquel torso que estaba demasiado cerca para su gusto, pero no funciono, era como tratar de mover una montaña, o así lo sintió él, tampoco funciono la opción de retroceder, ya no había a donde retroceder, tenía la pared atrás de su espalda, y aparte el otro brazo de aquel sujeto lo tenía sujeto de la cintura.

Las dos miradas oscuras chocaron, una llena de miedo, incertidumbre, la otra llena de una malsana diversión, acerco su rostro y percibió el aroma de aquel cuerpo joven, he inexplicablemente para él ese aroma lo éxito al instante, jamás se había sentido así con otra de sus parejas o amantes, quizás era porque este era una presa singular, u otra cosa, pero como él no era alguien que le gustaba pensar más de lo necesario cuando no era necesario, y menos en una situación como esa que marcaría a este cachorro como suyo, lo dejo pasar para continuar con cosas más importantes y entretenidas, al menos para él.

A continuación paso la cosa más aterradora y extraña que le había pasado en su vida a Denise, esa cosa se acercó más y más, parecía que quisiera aplastarlo solo con su cuerpo contra la pared hasta hacerlo tortilla, cosa que pensó que así seria por un momento, para luego acercar su rostro al suyo y morder su oreja izquierda hasta hacerla sangrar, el pequeño pero agudo dolor hizo que soltara un quejido, cosa que le pareció agradar mucho a su captor, la mano con la que trato de empujarlo aún seguía en su torso, y por increíble que le pareció haber percibió un suave pero ronco ronroneo, como el de un gato, esto era demasiado para él.

Sus intentos por apartarlo se hicieron más desesperados, pateaba tratando de golpearlo pero le era muy difícil, hasta que lo único que le ocurrió fue arañarlo con la mano que seguía en el pecho del contrario… esto no le agrado en nada al otro.

-Conque tendrá que ser por las malas-

Con nada de delicadeza prácticamente aventó el cuerpo del menor al lecho, Denise no pudo reaccionar y en menos de un segundo ya tenía el cuerpo del otro sobre su espalda, había caído boca abajo.

Inexplicablemente sintió como no podía separar sus muñecas, como si estas estuvieran esposadas arriba de su cabeza, esto más el hecho de que tenía el cuerpo del otro encima de él impedía que pudiera incorporarse, lo sabía, estaba a completa merced de esa bestia.

La adrenalina que corría por el cuerpo del muchacho despedía por sus poros mezclándose con su aroma, realmente excitante, la paciencia no era una de sus más destacadas virtudes, y esa era una ocasión en la que le escanciaba, por lo que ni lento ni perezoso se dispuso a deshacerse de ese pedazo de tela que envolvía la parte más apetecible de aquel cuerpo.

-Pero que…-

Denise apenas con un hilo de voz pudo hablar, quería gritar, decir maldiciones a ese ser, insultarlo hasta que le sangraran los oídos o él quedara mudo, pero el miedo lo invadió, un miedo intuitivo de que lo que vendría no era bueno, para nada bueno, sintió sus uñas clavarse dolorosamente en sus glúteos y ser separados sintiéndose más expuesto de lo que ya estaba.

Al ver esa estrecha entrada no pudo evitar relamer sus labios, tanteo con uno de sus dedos aquel pequeño asterisco, sintió como los temblores del pequeño aumentaron con aquello, lo cual lo motivo más a meter de una vez su dedo y comprobar que tan estrecho era ese lugar.

Tibio, suave, había cortado un poco con su uña, y con ello había sentido un poco de sangre junto a las sensaciones que rodeaban su dedo, de tan solo imaginar su miembro adentro le hacía palpitar dolorosamente, se quitó su faldón, arrojándolo a un lugar indefinido, ya era momento de comenzar.

-No… no, no, ¡DETENTE!-

Sintió como algo duro y caliente empezó a rosarse entre sus nalgas, su ano aun ardía por la descarada intromisión de aquel dedo que lo había lastimado y ahora esto, estaba desesperado, estaba horrorizado, y entre esa nebulosa de horror entre lo que parecía ser algo irreal estaba consiente, consciente de lo que haría ese sujeto, pero aun así se preguntaba ¿Por qué?

Él no hizo caso a sus gritos, protestas y demás insultos que logro por fin decir, simplemente levanto un poco más ese trasero, separo esas largas y delgadas piernas, y de una manera salvaje lo penetro de un sola vez, la sensación que lo envolvió era grandiosa, en cambio para Denise que estaba siendo brutalmente sometido fue el peor dolor que hubiera experimentado en su vida, por un momento pensó que sería partido por la mitad, las lágrimas no se hicieron esperar, trato de arrastrarse, separarse, esa cosa dentro de él era insoportable, pero las manos en su cadera se lo impedían manteniéndole firmemente sujeto.

Así el vaivén empezó, desde un principio fuerte y firme, sin importar hacerle daño al contrario, Denise dejaba escapar sollozos con apenas un hilo de voz, el dolor se estaba llevando todas sus energías, sentía como si las paredes de su ano se desgarraban con cada salvaje embestida, y algo tibio salía de allí, sangre tenía que ser.

Envuelto en aquel placer que le empezaba a nublar todo, solo concentrándose en ese calor asfixiante empezó a recorrer ese cuerpo con sus garras, apretando ligeramente de vez en cuando, dejando pequeños arañazos, no solo quería marcar ese interior, si no todo, todo de él, cada fibra de ese cuerpo era suyo, solo suyo, mordió aquel hombro pálido hasta hacerlo sangrar, un nuevo sollozo salió de la garganta del pelinegro, eso solo provoco que aumentara el ritmo.

El ruido de la cadera del mayor chocando con los glúteos del menor se combinaba en un armonía tortuosa con los sollozos del asiático y los pequeños rugidos que se habían convertidos los ronroneos en el alienígena, Denise estaba en su límite de su dolor, y cuando uno está en ese punto, donde no puede soportar más, ya el alivio de la inconciencia, cayo desmayado.

Continuo con ese ritmo casi frenético hasta que ya no pudo aguantar más y llego al tan ansiado orgasmo, glorioso, simplemente glorioso, si fuera por él hubiera continuado con varias rondas mas pero se encontraba más cansado de lo que creía, lamio el hombro que había mordido, el derecho, estupendamente delicioso resulto ser esa creatura, salió de su interior y se acostó de lado, no le apetecía regresar a su camarote, hoy dormiría con su presa, apresándola entre sus brazos posesivamente, espalda con pecho, tal vez él no lo sabía en ese momento, como su amigo, pero aquellas presas que atraparon se volverían sus posesiones mas preciadas.

Notas finales:

Como imagino la cultura de señor gato es parecida a la egipcia, por lo que imaginence esa “falda”, como no le dio otra forma de describir el atuendo que tanto Coop y “Sr. Gato” usaban, como uno de esas faldas que utilizan los egipcios :D… no recuerdo como rayos se llaman esas cosas...

quiero agradecer a los que le dan un poco de tiempo para leer estas cosas.

 

Tal vez dentro de una semana ponga un capitulo más


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