Los viajes en el espacio, viajar inimaginables distancia con naves enormes y una tecnología que solo en películas de ciencia ficción se podían ver era considerado ciencia ficción, imposible… para los humanos.
Para las especies superiores que eran la raza de User esa tecnología se había adquirido hace eones, por lo que era común para ellos mandar naves de exploración o viajar a otros planetas ya colonizados o con los cuales tenían alguna asociación, claro, con creaturas que considerarán lo suficientemente “civilizada” para comprender lo que pasaba.
Pero el caso del viaje de la nave de User no era ninguno de los dos casos, pero siendo el príncipe de su pueblo se le podía dar el lujo además de haber demostrado su valentía en la pasada guerra que azotó a su planeta, en un principio nadie, o casi nadie, sin contar a Jabari, su leal amigo y mano derecha sabia con exactitud la razón de ese viaje, tal vez un capricho de su alteza, solo esperaban que no se le ocurriera alguna locura, algunos en esa nave habían tenido la suerte de trabajar con el hermano menor de su alteza User y definitivamente no había sido agradable, aunque supuestamente debía ser un gran honor trabajar con algún miembro de la familia más noble de su planeta, los que tuvieron la desagradable experiencia de trabajar con el menor de los príncipes de su reino preferirían mil veces comer por la nariz alguna bebida caliente, por eso algunos dudaron en aceptar el trabajo un poco, pero con el viaje se dieron cuenta que la diferencia entre los hermanos era tan grande como la distancia de un planeta a otro.
La raza de la que provenía User sin duda era superior a muchas otras, y con los siglos ellos mismos habían hecho mejoras en sus organismos colocando implantes biomecánicos para incrementar ciertas habilidades, como en los pulmones, para poder respirar en casi cualquier ambiente con gases no tóxicos, y aunque los hubiera poder resistir, eso les servía a la hora de arribar en un planeta que pareciera tener suficiente recursos para mantener organismos vivos y pasar desapercibidos en su forma prim, sería muy raro ver a un pequeño felino con traje espacial, también barias nano maquinas en su cuerpo, aumentando su capacidad regenerativa para las heridas o incluso hacer que sus garras y huesos fueran mucho más resistentes, pero eso con el tiempo tuvo su precio, como lo vieron en la pasada guerra y en que aún había consecuencias.
Bien, quedado claro el hecho irrefutable que la gloriosa raza de los MAO era tan grandiosa, regresemos al hecho que interesa en esta historia y que interesaba a la mayoría de la tripulación de la nave de su líder.
Viajar en naves espaciales era muy común para ellos, incluso algunos habían nacido en ellas, la nave tenía todo el equipamiento que se pudiera pedir, armamento para algún ataque, escudos y grandes defensas en sus sistemas, pero también algunas salas de entretenimiento y relajación, ya que era un hecho irrefutable que liberando las tenciones y tomar algo de tiempo para uno hacia que el trabajo de cada uno fuera optimo y equilibrado, hasta algunas veces aumentaba, y esta era un hecho que estaban notando mucho en su capitán y su mano derecha.
Todos en ese momento vivían en una nave por tiempo indefinido hasta el regreso a su hogar, por lo que, irremediablemente, de una u otra forma, todos se enteraban de todo tarde o temprano, más si era algo tan interesante como el hecho de que hicieran esa pequeña desviación en su viaje para recolectar esas delicias decidratadas, que eran toda una sensación para comer, y aparte su capitán haya decidido traer un trofeo y dejado a su mano derecha tener otro, y que al parecer estaban de lo más satisfechos con ellos.
A parte de los fritskibit´s en esas semanas no se hablaba más que de los dichosos trofeos, y que en todos, y es decir TODOS los turnos de descanso, sus autonombrados dueños decidían descansar en aquellas celdas que los mantenían cautivos, prácticamente habían cambiado sus cómodos aposentos por esas sencillas habitaciones, para claro, tener sexo con sus nuevas criaturas, no era un secreto, pero no lo andaban gritando a voces, pero era claro lo que hacían cada vez que entraban ahí.
Los resultados de aquello eran variados, entre los tripulantes se habían creado varios debates y hasta apuestas, algunos temas a tratar era debatir que era lo que esos dos veían en esas creaturas inferiores, tal vez estaban un poco encaprichados, y si era así, ¿Cuánto tiempo se tardarían en aburrirse de estos?, algunos apostaban sobre el tiempo en que tardarían en aburrirse de estos y dejar de frecuentarlos tan seguido o hasta deshacerse de ellos, para ser un chisme o platica casual entre los tripulantes estaban muy bien organizados en esas apuestas.
Simplemente como una comunidad con pocas noticias, aprovechaban esta todo lo que podían, además que tenía mucho jugo para sacar, aparte de encaprichados con esos seres, desde que llegaron no dejaban que nadie entrara a las celdas, y por lo tanto verlos o tocarlos de nuevo, los que habían admirado los cuerpos desnudos de los muchachos mientras los vestían y curaban admitían que no estaban nada mal, y a pesar de haber usado guantes para atenderlos estaban seguros y afirmaban que sus pieles eran suaves y cálidas, y el que se encontraba más herido despedía cierto aroma muy atrayente, tal vez por la sangre o era otra cosa, aun no sabían y quizás no lo supieran pronto o nunca.
Otras de las razones que esos trofeos eran tan interesantes era por la curiosidad de los científicos de la nave, encontrar y estudiar nuevas formas de vida eran por así decirlo una forma de diversión para ellos, pero si estos estaban bajo posesión de aquellos dos, su líder y mano derecha, no podrían examinarlos si estos no dejaban que nadie los dejara tan siquiera verlos, así que como muchos que tenían curiosidad por esos seres en la nave se tendrían que aguantar las ganas de estudiarlos y experimentar con ellos, este era el caso de Abasi, una de las mentes más brillantes de los Mao, o así se autonombraba y creía ser, presumido y algo hipócrita, no era el más querido o apreciado, pero nadie negaría que este sujeto era inteligente, y también ambicioso. Desde hace un tiempo pensaba en un pequeño proyecto que tenía desde hace tiempo, y esos nuevos especímenes le llamaban poderosamente la atención para cumplirlo, pero tendría que ser paciente, muy paciente.
-¿Tú qué opinas Ab?- un colega llamaba al susodicho genio esperando por su opinión sobre el tema que estaban tratando en la mesa del comedor con otros colegas.
-¿Opinar de qué?-
-Para ser un genio te distraes fácilmente- opino un tercero que se ganó una mirada severa de Abasi, este lo ignoro y se zambulló otro bocado a la boca, esos pescados de la tierra sí que habían rendido y eran deliciosos.
-Estábamos opinando de la forma en que se desharán de esos cachorros cuando se aburran de ellos- retomo la palabra quien le había sacado de sus pensamientos, en su opinión esperaba que se aburrieran pronto para poder realizar alguna pruebas con ellos.
-¿Aun creen que se aburrirán?, yo no creo que lo hagan- dijo un cuarto que ya estaba lamiendo su plato, era un poco llenito y con la cabeza rapada como la mayoría de ahí.
-¿Y tú por qué crees que no lo harán?, ya sabes lo caprichosos que pueden ser la realeza-
-Y tú déjame recordarte que su majestad User no es su hermano menor, y si van en todos sus descansos a divertirse quiere decir que para ellos deben valer la pena-
Por un momento se quedaron pensando por lo dicho por el gordito, Abasi seguía al margen de la plática pero también reflexiono aquello, sería un problema si no eran más que un capricho.
-Tal vez Jabari lo conserve… pero tenemos que recordar a Moswen-
Con la mención del nombre a algunos se le puso la piel chinita y otros se pusieron a fantasear, Moswen no tenía par, era una espécimen de su especie realmente gloriosa, pero para desanimo de muchos era amada de User.
-Bueno, lo sabremos cuando lleguemos a casa… ¿Quién quiere apostar como reaccionara Moswen cuando se entere de la nueva mascotita de User?-
Y así una nueva platica y apuestas se crearon a partir de este hecho propuesto, mientras tanto Abasi seguía reflexionando y pensando en el potencial de las “mascotitas”.
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Cuando se llega al punto más bajo de la desesperación, uno descubre un gran vacío dentro de uno mismo, uno que se vuelve más grande cada día así como te vuelves más consciente de ello, es como si te volvieras puro cascaron vacío, muerto en vida con una enorme agonía, así se sentía él, más muerto que vivo con cada día que pasaba en ese infernal lugar.
Apenas tuvo tiempo para asimilar que su cuerpo había sido ultrajado de la peor forma para ser asaltado nuevamente por ese monstruo, esa bestia, ese maldito bastardo que profano nuevamente su ser cuando había despertado después de caer inconsciente de su primera violación, fue así como empezó asimilar que era una “mascota” para ese ser, una cosa para satisfacer sus necesidades, una ramera, una puta, un vil pedazo de carne que podía usar cuantas veces le complaciera, sentía odio, asco, no solo por ese monstruo, sino también por el mismo, no era lo suficientemente fuerte para defenderse, no era lo suficientemente rápido para escapar, y cada vez oponía menos resistencia, siendo más consciente que no importaba cuanto luchaba, User, como se hacía llamar, era más fuerte, ágil y rápido que todos sus pobres intentos por evitar que lo tomara como quisiera y cuantas veces se le antojara, si alguna vez en su vida creyó conocer el sufrimiento o el dolor, en este infierno la realidad lo había abofeteado sin más mostrándolo lo ingenuo que alguna vez fue, no hace mucho, pero que parecía que había sido una eternidad, como en aquellos momentos.
Si no era suficiente que lo tomara cada vez que se le antojara, que era muy seguido, y que lo dejara ahí tirado en ese lecho, su pequeño pedazo de infierno, o así lo empezaba a imaginar, se encargaba de curar esas heridas que el mismo causaba, trataba de arreglar un poco lo que ya estaba roto, pero no porque se preocupara por él, estaba consciente de ello, es porque no quería que su “mascota” muriera antes de que se hubiera satisfecho por completo de ella, ¿pero cuando llegaría ese momento?, ¿Cómo se desharía de él cuando todo hubiera “acabado”?. Además de este detalle, también se encargaba de dejarle algo de comida y bebida, y le había mostrado un pequeño baño donde podría hacer sus necesidades, al menos no era una caja de arena como la que solía usar User cuando estaba en el planeta tierra, ¡pero que amable era con su “mascota”!
Se sentía no solo con el derecho de tomarlo sin consideración, sino a no dejarlo salir, mantenerlo confinado en esa habitación, a no dejar que nadie más que él se hiciera cargo de su “mascota”, ni siquiera en su conciencia podía escapar por completo de las garras de su captor, cuando se cansaba de tomar su cuerpo y él ya creía que se desmayaría de tanto dolor lo atraía hacia su cuerpo y lo abrazaba posesivamente, no dejando que se apartara de su lado cuando se quedaba dormido, y en sus sueños las pesadillas que revivían todos estos sucesos eran constantes, estaba que dentro de poco perdería la cordura.
Y el vacío en su interior parecía comenzar a ser un abismo, un hoyo negro que se llenaba de tantos sentimientos negativos que estaba pensando en la muerte, o más específicamente en matar, matar a ese bastardo de User, a su amigo también, ese que lo ayudo a capturarlo, incluso llego a matarse a el mismo, tanto dolor lo estaba volviendo loco.
Ya no quería sufrir, ya no quería que lo tomara, ya no quería que lo tocara como en aquel momento, ya le dolía la garganta de gritar, de llorar, sentía miedo, asco de todo, de esas manos y garras que se restregaban por su cuerpo, abriendo nuevas heridas en su ya lacerada piel, de ese pedazo de carne que se incrustaba en sus entrañas una y otra vez, y de sí mismo, porque en aquel momento su miembro estaba respondiendo a las caricias que era víctima por largo y delgado apéndice que era la cola de “Sr. Gato” o User, como lo llamara seguiría siendo el mismo monstruo que se posicionaba entre sus piernas.
Brusco y asquerosamente llego a un orgasmo doloroso que no quería, mientras que por cuarta vez terminaba dentro de él en esa visita, odio, vergüenza, repulsión, impotencia y miedo eran parte del remolino que sentía en su interior, sintiéndose ahogarse por ellos.
-Al menos esta vez fui más amable contigo y me encargue de estimular tu miembro…- permaneció en su interior mientras atraía ese cuerpo agotado a su pecho, aspiro ese aroma que se mesclaba con el propio, una marca más de que le pertenecía.
Coop cerró los ojos, cansado de llorar, de odiar, de sentir, cansado de todo, solo quería de dormir sin soñar en nada.
Cada minuto que pasaba reforzaba el que creyera que había tomado una de las mejores decisiones de su vida, ese ser delicioso era suyo, únicamente suyo, y aquella marca que le había puesto en su cadera derecha esa noche solo era una prueba más de ello, lamio su hombro, donde había un pequeño corte y dejaba salir una pequeña gota de sangre, Coop era realmente delicioso.
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En la tierra las cosas pasaban muy diferentes que en la nave de “Sr. Gato”, reinaba la preocupación y la angustia en cierta casa en los suburbios de cierta ciudad con un nombre muy parecido al de una bota, cierto padre no había podido dormir desde la desaparición de su primogénito, se sentía muerto en vida, apenas podía comer, apenas podía estar tranquilo por al menos un minuto, tenía tantas cosas en la cabeza y todo le parecía tan irreal, una horrenda pesadilla, ningún padre quisiera pasar por esto, un dia su primogénito jugaba un poco de futbol en el patio con su mejor amigo, y al otro estaba en la estación de policías con el padre de Denise para saber el paradero de sus hijos, el otro no estaba mejor que él, al menos tenía a su esposa a su lado para compartir la carga y dolor, y él tenía a su hija, que en pocas palabras estaba en shock con la noticia.
Le parecía absurdo, estúpido, ese bosque era seguro, el mismo los dejo en el lugar de acampar, ¿Cómo era posible?, y luego ese extraño video que habían captado esos amigos pelirrojos de su hijo, eran borrosas imágenes y extrañas, pero pudo distinguir a su hijo ser cargado por una de esas siluetas, y lo que casi provoco que su corazón sufriera un paro cardiaco fue enterarse que estaba herido, ciertas muestras de sangre que se encontraron en “la escena del crimen”, como odio esa palabra de los labios de los policías, era del mismo tipo que su hijo.
Cuando pensaba que su hija ya estaba dormida, se adentraba a su cuarto y después de un largo y pesado día de esperar noticias, porque era lo único que podía hacer, cosa que lo hacía sentir como una asquerosa basura impotente, a pesar de empezar a pega carteles o ir de un lado a otro, se ponía a llorar como jamás pensó volver a hacerlo, solo recordaba una situación similar en la que se sintiera así, cuando su amada esposa desapareció de su lado, en aquella época sus hijos aun eran muy pequeños, y él se había aferrado a ellos para no perder la cordura, pero ahora, por lo que estaba viviendo todo ese tiempo se estaba derrumbado, se habían llevado a uno de sus niños, y no sabía si podría mantener la cordura en esa ocasión.
Tomo entre sus dedos varias fotos de su álbum familiar, uno que no conocían sus hijos, uno que contenía imágenes desde las del día de bodas hasta hace unos meses atrás, en el último partido de futbol de su hijo, solo esperaba algún día encontrarlo pronto, y que donde estuviera que estuviera este se encontrara bien.
-Los siento cariño… pero al parecer no pude cumplir con mi promesa de siempre protegerlos- le hablaba a la foto de su esposa, una mujer realmente bonita, de cabellos largos y ondulados color negro, mejillas con pecas y ojos azules, muchos dirían que era una versión adulta de Millie, pero también tenía un parecido con su hijo, tal vez esa imagen no era la verdadera, pero hablarle era una forma para encontrar consuelo.
Aquella con la que había unido su vida y que la vida misma se la había arrebatado, fue el amor de su vida y una buena amiga, la había conocido en sus años cuando apenas se estaba volviendo un adulto, desde el primer momento se había quedado prendado de ella, no solo por su belleza sino por su única forma de ser, era femenina y podía parecer delicada, pero era tan autosuficiente y de carácter fuerte que podría intimidar a cualquier hombre, era nueva en la ciudad y vivía sola a pesar de lo joven que era, había conseguido un empleo en el centro comercial por lo que iba muy seguido comprando cualquier tontería solo para verla a ella, aún tenía una que otra figurilla de porcelana o envoltorios de goma de mascar guardados como recuerdos de ello.
Milagrosamente en su opinión no lo había tomado como un acosador o un loco, ella misma le dijo que era un comportamiento algo bobo pero tierno, así de franca era ella y le encantaba, con el tiempo su relación se hizo más y más cercana y le propuso matrimonio.
El día de su boda fue uno de los más felices de su vida, otros dos habían sido el nacimiento de sus dos hijos, fue una boda sencilla pero alegre, su querida jamás hablo de sus padres y estos tampoco fueron a la fiesta, ella había dicho que ya no estaban en este mundo.
Los años que compartió con ella fueron realmente felices, una bendición para él, hasta que llego el día en que la perdió.
Coop tenía cuatro años, Millie dos, por eso no tenían tantos recuerdos de ella, menos la menor por haber tenido en ese entonces tan corta edad. Fue un día como cualquier otro, todo parecía estar bien, perfectamente, ¿Quién iba a imaginar que sería la última vez que la vería?
Salió de compras con su carro y no la volvió a ver jamás, era increíble, que de un día para otro alguien podía desaparecer, tan simple, tan rápido, tan imposible. La policía la busco durante meses, pero nunca la hallaron, no sabía si viva o muerta estaba y era una de las cosas que más le dolía.
Ahí se sintió a morir, y convirtió en su vida las dos cosas más importantes que le había dejado su mujer, sus hijos, pero ahora que su pequeño había desaparecido de nuevo se sentía a morir.
Solo Dios sabía si lo soportaría o no.
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