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Gato y ratón por minima

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Notas del capitulo:

Ok, un capitulo más, yea, tal vez no sea tan emocionante pero por fin veremos algunos nuevos personajes interesantes en mi opinión

Sus largos dedos tomaban el fino hilo y lo pasaban una y otra vez por el enmarañado de hilos formando un patrón, lo que parecía en un principio una simple y débil telaraña ahora tomaba forma de una tela con diversos colores, era una práctica muy, pero muy antigua en su planeta, su abuela se la había enseñado a su madre y está a ella, no que fuera una práctica exclusiva de las mujeres, pero su progenitora le había dicho un secreto que con esta práctica se ganaba, te daba relajación, te daba serenidad, te daba la habilidad de ejercitar paciencia y precisión, y te daba algo en que pensar y distraerse, y valla que lo necesitaba con su marido caminando de un lado a otro de la habitación como bestia enjaulada mientras seguía soltando queja tras queja tras queja.

-Esos incompetentes han demorado las obras de reconstrucción con ese error tres meses, sin contar que desperdiciaron una valiosa cantidad de recursos, que bueno que los mande a azotar…- decía una creatura con una semejanza asombrosa a User, pero más madura, arrugas adornaban su cara, más delgada que la del felino anteriormente mencionado, pero aun así, compartiendo un increíble parecido.

La fémina sentada frente a un telar tradicional de su planeta mantenía una postura serena, ya acostumbrada a esa clase de actitudes, no por nada habían compartido la vida por tanto tiempo en convenio conyugal, tomo un hilo rojo de sus estuches y empezó a trazar otro poco para resaltar lo que parecía una estrella azul en ese lienzo de hilos.

-Lamento por Bast que la mayoría de los buenos ingenieros hayan perecido en la pasada guerra, estas nuevas generaciones son de incompetentes-

-No todos- comento por primera vez la fémina, su pareja lo miro comprendiendo a quien se refería con ese simple y tranquilo comentario, no pudiéndole refutar como en años pasados, porque el susodicho había demostrado ser alguien muy capaz.

-Sí, si… llegara a más tardar cuando los últimos rayos de sol desaparezcan este día-

-Qué bueno- la mujer felina, de cabellos largos y morados atados en una coleta baja sonrió suavemente, su tez madura pero elegante, demostraba que en su juventud había sido una de las más deseadas entre los jóvenes de su época, y esa belleza aun no desaparecía de su rostro que se mostraba alegre, hoy su primogénito regresaría a casa.


La noticia del regreso de la nave del primogénito de la familia real fue recibida por su pueblo, todo su planeta, con grata aceptación, más de uno lo consideraba un héroe debido que a partir de su llegada en la pasada guerra la balanza pareció pesar más en su favor y lograron vencer a sus adversarios, que irónico, ellos eran conquistadores y los habían intentado conquistar.

Muchos rememoraban con tristeza y algo de rencor aquellos días no tan lejanos, dejaba un ligero sabor amargo en sus bocas pero estaban conscientes que esto se había vuelto parte de su historia, un capitulo muy oscuro cabe mencionar.

Nadie se esperó que si alguien atacara al glorioso pueblo de los MAO fuera precisamente en el planeta madre, la cuna de su especie, su hogar, no fue en ninguna colonia de planeta habitado o no, no fue en uno de los planetas que ya tenían tratados con ellos, o en una de las tantas naves espaciales que flotaban cerca o lejos del planeta, sino que fue un ataque directo, duro y cruel.

Fue un día como cualquiera, y a la vez diferente ante cualquier otro; los satélites no detectaron los proyectiles, ni los escudos pudieron repelerlos, las explosiones acabaron con todo a su paso en un radio de 20 kilómetros a la redonda, de un momento la prolífera civilización se vio mermada y gravemente herida en tan solo unos segundos, ni siquiera ellos a pesar de tener fama de desalmados habían hecho eso en una conquista, preferían no desperdiciar vidas innecesariamente, por eso primero enviaban a los más capaces a infiltrarse primero a estudiar al planeta que mostrara interés para ellos, estudiar todo, desde si había vida inteligente con la cual razonar y hacer tratados hasta los suministros que contaba el planeta.

Lo que más horrorizo al pueblo era que precisamente los habían atacado a ellos, simples civiles, en puntos estratégicos donde ellos se aglomeraban comúnmente, como mercados, centros de estudios filosóficos y científicos, incluso un salón recreativo había sido afectado, el horror creció dentro de la población, miles lloraron a sus muertos y desaparecidos, hubo varios casos en que nunca pudieron encontrar ningún hueso, las explosiones habían evaporado los cuerpos.

Los ejércitos y centros de ayuda se movieron rápido para ayudar a todos los afectados, el rey veía con su orgullo herido todo aquello sintiéndose impotente por primera vez en años, pero mantuvo la mente fría y no dejo que nadie viera alguna señal de debilidad, era el líder de su mundo, una figura que imponía respeto y autoridad, y en esos momentos también algo que reconfortaría al pueblo, recordándoles quienes eran, que todo, aunque a él le costara la vida, estaría bien, su mujer tal vez fue la única que noto alguna flaqueza o quiebre en esa mascara de soberano, pero no dijo nada, le apoyaba y quería, y recordarle su debilidad era dañar su orgullo de guerrero.

Sabiéndose en una vergonzosa desventaja se decidió llamar a topas las naves, exploradores, investigadores y diplomáticos a que regresaran a su planeta madre que los necesitaba, por dos simples razones, que hayan atacado primero el planeta madre no significaba que no atacaran a los otros dispersos en la galaxia, esto pondría valiosísima tecnología en peligro así como tratados hechos con otros planetas, y lo segundo, no importaba si eras un científico o un simple conserje, aquellos que estaban fuera del planeta debían tener por ley un entrenamiento básico de combate, y en esos momentos urgía tener todos los soldados posibles.

El enemigo era una especie corpulenta, bípedos, grandes y largos brazos y espaldas anchas, piernas algo cortas y mirada de ojos pequeños y saltones, a pesar de tener una apariencia pesada podían a llegar a ser rápidos, si ellos tenían facciones felinas, estos tenían asquerosas facciones porcinas, y como los cerdos, jugaron sucio desde el principio.

Los Maos eran agiles, fuertes, veloces desde su nacimiento, pero desde que supieron el uso de la tecnología empezaron a modificar sus cuerpos con ella, aditamentos que intensificaban algunos de sus atributos, otros para sobrevivir en ambientes inhóspitos, como los filtros en sus pulmones para respirar en ambientes con poco oxigeno o con leves gases nocivos, o el aditamento que provocaba que sus uñas incrementaran de temperatura hasta ser pequeños cuchillos lazers, pero estos y otros más cambios tuvieron cambios en su organismo, su sistema inmune se había debilitado con el pasar de las generaciones, por lo que las enfermedades que no se trataban a tiempo, por tan insignificante que pareciera, podían a llegar a ser fatales, y eso sus enemigos lo llegaron a descubrir.

Por un tiempo las cosas parecieron ir muy parejas, los habían atacado y llegado de sorpresa pero se sabían enfrentar muy bien los felinos, la mayoría de las ciudades principales, incluida la ciudad real, lugar donde la nobleza de su mundo y personas sobresaltantes vivían, como grandes científicos, filósofos o guerreros ejemplares, se convirtieron en campos de batalla, las gloriosas edificación de exquisita arquitectura reducida a escombros.

Luego llego la “peste”, o es así como la mayoría de las personas le llamaban, ya que causo tantos muertos que el aroma de cadáveres era insoportable.

Tarde se dieron cuenta que junto a las primeras bombas un virus letal fue disperso, una enfermedad que en cuestión de semanas mermo aún más ya la muy afectada población, con los recursos también mermados y las posibilidades disminuidas la situación para este glorioso pueblo se volvió desesperante, pero no se resignaba a la derrota.

Lo siguiente que hiso el consejo y el rey fue llamar a todos, TODOS, los exploradores divididos en la galaxia, sin importar que estaban haciendo, la prioridad ahora el planeta madre, fue así como “Señor Gato” regreso a su hogar después de tantos años.

Y cuando regreso el primogénito de la más noble familia del planeta la balance que los desfavorecía se inclinó a su favor.

User demostró ser un líder nato, pensaba planes certeros e ingeniosos, con el pequeño escuadrón que comandaba derrotaba todas las bases enemigas que llegaba a atacar, lo llamaban “el azote del terror”, una gran tortura para todos sus enemigos.

Era un héroe, el héroe de los Maos en épocas de guerra, que glorioso príncipe habían enviado los dioses y reyes del pasado para su salvación, ya que no solo era un increíble guerrero, era un asombroso científico, quien junto a un grupo de sabios de su planeta habían podido contener y exterminar la peste, al parecer sus años en misión no fueron una pérdida de tiempo como algunos pensaron, en ese grupo incluido su padre, que se sintió orgulloso de su primogénito.

Pero esos son tiempos pasados, ahora regresemos al presenté, donde en el puerto de aterrizaje el personal preparaba todo para un exitoso aterrizaje de uno de los héroes más respetados del planeta.

+*+~+*+

-Ya regresa el hijo prodigo… que felicidad-

-No te escuchas muy contento Ishaq… por el regreso de tu hermano-

Dos figuras en un pasillo desolado miraban por la ventana, una fémina de largas piernas, cola ligeramente enroscada al final adornada con algunas joyas y anillos, su piel ligeramente rosada y cabellos lilas caían en sus hombros y parte de su espalda, retaguardia generosa y busto mesurado, un lunar adornaba su rostro de armoniosas facciones en su mejilla izquierda debajo de su ojo, un vestido ligero de tela un poco traslucida cubría su cuerpo, mas no te dejes llevar por esa belleza ya que puede ser mortífera.

Al lado de la fémina había un varón, unos años más joven si te fijabas bien a pesar de superarla por unos buenos centímetros de estatura, cuerpo bien formado, facciones atractivas y que recordaban indudablemente a alguien, claro, a su hermano, cosa que muchas veces le molestaba este hecho, sus cabellos purpuras sujetos en una trenza con aros dorados llegaba hasta el nacimiento de su cola, ataviado con una bata del mismo color de su cabello miraba al firmamento junto a su acompañante.

-Supongo que nunca he sido alguien dado a expresar mi amor fraternal… aunque si a mi amor por bellezas como tú- Ishaq agarro uno de los suaves mechones de su colocutora jugando suavemente con él, esta se mostró impasible con un ligero manotazo aparto la mano ajena.

-No estoy de humor para tus jueguitos-

-No decías lo mismo la noche pasada Moswen-

Ella le mostro una mirada fría advirtiéndole sobre lo que decía.

-Con esa mirada solo provocas que me excite-

-Ten cuidado con lo que dices, además aquello no volverá a pasar-

-Como tú digas- sonrió burlón, recordando que él no fue precisamente quien había empezado ese juego, aunque participo gustosamente. 

+*+~+*+

Enredo sus dedos en los rizos cafés del durmiente entre sus brazos, llenando sus pulmones de esa fragancia tan suya, por un tiempo no podría divertirse tan seguido como quisiera con su mascota, tendría que ir a reuniones, llenar reportes y entregarlos, informar la situación en los planetas con tratados entre otras cosas, y eso tomaba tiempo.

Una de sus manos bajo hasta la cadera desnuda de su presa, ahí había una herida en particular que empezaba a cicatrizar, la única que estaba vendada cuidadosamente aparte la de su brazo, no quería que esa en especial se estropeara, literalmente a fuego vivo le había puesto su marca.

Sus propias habían sido el instrumento y la piel blanca su lienzo, realmente estaba muy satisfecho con esto.

+*+*+~+*+*+

Sin más premura una modesta ceremonia se llevó a cabo para festejar el regreso de los exploradores en los jardines principales de la ciudad real, uno de los pocos lugares de las ciudades que habían sido menos dañados y conservaban vegetación, ese planeta en su mayoría era desértico, no había lluvia como en la Tierra u otros planetas, y si las había ocurría en décadas, los manantiales y posos eran los tesoros mejor cuidados en ese planeta, y los cuales gracias a los dioses no habían sido afectados por la guerra por estar tan bien resguardados.

-Padre…- User saludo a su progenitor con una leve reverencia, estaban en uno de los tantos pasillos de aquel que era el magnífico recinto de la casta más noble de los Mao, descendientes directos de Bast, la más gloriosa de las reinas y diosas.

-Veo que has llegado con bien y cumplido con la asignación que te encomendé-

-Así es, la mayoría de las colonias de los planetas inhabitados por vida inteligente aún siguen intactas, no puedo decir lo mismo de las otras, como medida de seguridad se borraron los mapas estelares así como se destruyeron cualquier arma de nuestra tecnología…-

-Muy bien- una mueca parecida a una sonrisa apareció en el maduro rostro del gobernante de los Mao, le costaba un poco creer que su hijo se hubiera convertido en un soldado tan capaz –tu madre espera tus saludos, se encuentra en la mesa principal-

Con otra leve reverencia siguió su camino, esos nunca habían sido dados a una relación de afecto, el padre siempre estricto, el hijo tratando de complacer en lo que se podía pero este muchas veces que para su progenitor esto no era suficiente, la única persona que le podría agradecer cariño en su niñez era a su progenitora, alguien que se podría mostrar tan fría como su padre en público, pero realmente amorosa en la privacidad de su hogar cuando quería.

Y hablando de ella esta estaba a pocos metros de él, sentada frente a una mesa adornada con figurillas de metales preciosos representando a la familia real, un enorme gato negro el padre, una gata blanca la madre y otras dos figurillas grises los dos hijos de aquella unión, hablando de eso, ¿Dónde se encontraba el otro príncipe?, no le dio importancia, mientras que no causara problemas todo estaría bien, y si estas no involucraban alguna falda mejor.

-Madre-

La susodicha al notarlo se incorporó elegantemente de su asiento y le mostro una suave pero amorosa sonrisa, extendió los brazos y abrazo a su hijo mucho más grande que ella, soltó un ligero suspiro, que rápido pasaba el tiempo.

-Qué alegría es tu regreso hijo mío-

-A mí también me alegra regresar-

Ambos se sentaron en la mesa, delante de ellos un ambiente relajado y de fiesta de presenciaba, la tripulación, amigos y familiares compartían el momento, un ambiente muy diferente el de hace pocos años.

-¿Y noticias le puedes decir a tu madre?-

-Lo de siempre, visita todos esos planetas a ver la situación de cada uno de ellos, también recolectamos varias provisiones, te fascinará una curiosidad de sabores esquicitos que traje de uno de estos, es comida deshitrada que sabe muy bien, aunque también me esperan muchos reportes…-

-¿Eso es todo?- el tono que uso su madre mostraba no solo que estos hechos no le interesaban, que sino que sabía algo y quería que se lo contara.

-No hubo muchos sobresaltos en nuestro viaje, si eso es lo que te preocupa…-

-¿Y qué hay de esa pequeña carga extra que hiciste que pusieran en una de tus habitaciones?-

User se tensó un poco, no esperaba a que se enteraran tan pronto de aquello, él se los comunicaría a sus progenitores, no inmediatamente pero se los diría, no estaba de apetito para discutir con su padre sobre que no debía tener tantas libertades y cumplirse ese absurdo capricho según él, y su madre, no, ella no le reprocharía, pero si ella se había enterado esto quería decir que…

-Cariño, recuerda que tu madre no solo es una belleza… también fue y es una asombrosa técnico en comunicaciones y en recolectar información, además que enterarse que hacen sus hijos es una pequeña habilidad que tenemos las madres-

-Eso quiere decir…-

-Tú padre aun no lo sabe, así que puedes pasar esta velada tranquilo por el momento, luego podrán discutir todo lo que quieran, no, todo lo que quieran no si lo presencio, luego me da dolor de cabeza por tantos gritos de tú padre-

-Gracias…-

-Y… ¿Cómo es esa cosita que trajiste?, si no me equivoco es un varón…- el tono confidencial también era juguetón, no le importaba mucho el sexo de la “mascotita” de su hijo, aunque si se sorprendió un poco con este detalle, ya que nunca había mostrado mucho interés por los de su mismo género.

-Veo que te has informado bien- era sorprendente la habilidad de su madre de enterarse de cualquier cosa, debía admitir que en eso a su progenitora nadie le ganaba, ¿Cómo lo hacía?, para él aún era un misterio sus métodos o informantes.

Brevemente hubo un pequeño silencio, bien, su madre sabia de su nueva adquisición, y estaba seguro que sabía también que hacía con esta, removió incomodo, estaba casi seguro que en casi cualquier especie inteligente le era incomodo hablar de esta parte de la vida privada con sus progenitores, pero sabía que si quería que no preguntara más de lo necesario debía darle el gusto de contarle al menos algo, así era su madre.

-Bues es un espléndido espécimen…- la mirada de su madre lo alentó a que siguiera hablando –es una gran satisfacción el haber conseguido a este “trofeo” para mi…-

La madre noto cierto brillo en los ojos de su hijo, debía ser un “trofeo” muy especial.

+*+*+*+*+

Moswen caminaba elegantemente entre las personas de la susodicha fiesta, no veía a User en ninguna parte, en realidad no lo había visto desde su llegada, se suponía que él debería al menos tomarse la molestia de saludarlo, no ella, ya se estaba cansando de lidiar con todos esos plebeyos que pisaban esos recintos, además también le estaba aburriendo tantos halagos, estaba bien que era una hermosura y que podría tener a cualquiera lamiendo incluso sus pisadas para tener un poco de ella, pero ahora no podía encontrar al objeto de su interés.

Caminando atenta a lo que veía observo no muy lejos de ella a uno de los hombres de confianza de User, se acercó a este, no le apetecía hablar con subordinados pero ya se estaba cansando de caminar sin tanto éxito.

-Jabari-

-Moswen-

El susodicho era uno de los pocos que no mostraban interés en ella, bien, no le importaba, era un plebeyo que había ganado esa posición por ser un buen guerrero, en lo personal ella creía que era un idiota.

-¿En qué le puedo servir?-

-Me gustaría que me informaras donde se encuentra el príncipe User-

-Siento informarle que no tengo esa información-

Ante lo dicho la fémina frunció el ceño y se largó sin darle las gracias ni nada por el estilo, había sido un completo incompetente.

Jabari alzo los hombros restándole importancia a los pésimos modales de la susodicha, aun no entendía que rayos le había visto User a esa creída, tal vez simple calentura de juventud u obtener lo mejor, bueno, tal vez ahora no la necesitará de nuevo si ahora tenía a ese terrícola, al menos el no necesitaba a ningún otro si tenía a esa delicia que descansaba en sus aposentos en esos momentos, hablando de este ya le apetecía ir a verlo, esa fiesta se estaba volviendo aburrida.

+*+*+*+*+

¿Dónde estaba?, cuando había despertado se había encontrado en una habitación diferente a la de paredes ovaladas, tampoco estaba en el mismo lecho, y traía ropas nuevas, desde la primera vez que User lo tomo se la había pasado desnudo.

La habitación era mucho más grande que la anterior, en realidad, podría jurar que casi era del perímetro de su casa, su casa, cuanto la extrañaba, a su padre, a su hermana aunque siempre se portaba indiferente o maleducada con él, la escuela, su mejor amigo que aún no sabía que había pasado con él, lo extrañaba todo hasta enloquecer.

Trato de incorporarse, la molestia en su parte trasera casi le hiso desistir de la idea pero lo logro, una forma rectangular tenía esa habitación, la cama era mucho más grande que la anterior, sabanas moradas y cobijas azules la cubrían junto a un montón de almohadas y almohadones, la miro con odio presintiendo que cosas planeaba “Sr. Gato” hacer sobre esta.

No había ventanas ni puerta como la anterior, aun le era un misterio el saber cómo rayos funcionaban las entradas en esas habitaciones.

A parte de la enorme cama había otros muebles, lo que parecía ser una mesa baja para sentarse en el piso con varios almohadones, algunos cuadros o murales, no estaba seguro, algunas de esas pinturas podrían parte del tapis o algo así, estaba un poco oscuro y no podría definir con exactitud los detalles.

Había un par de muebles más, lo que parecía ser un armario y otra mesa en forma de arco, como un escritorio o algo por el estilo, tenían algunas estatuillas, de gatos, eso sí que era claro, le recordaban a esas figuras de los museos vagamente.

Al lado de la cama una mesita de noche, con una extraña lámpara que daba poca luz, podría decir que parecía una lámpara de lava, pero sin enchufe, su luz era fosforescente azul, relajante, tal vez era lo único que le parecía agradable en aquel frio lugar.

Una lagrima rodo por su mejilla, ¿Cuánto más dudaría eso?

+*+*+~+*+*+

Unas manos se posaron sobre sus ojos, alguien había llegado por la espalda y tapado los ojos, un acto algo infantil, pero sabía exactamente de quien se trataba.

-Anat- sonrió un poco y tomo entre las suyas las más pequeñas, voltio y se encontró con una joven bella de cabellos rosáceos, una variedad muy particular entre los de su especie, cosa que hacia resaltar a la pequeña fémina ente la multitud.

La joven de rasgos felinos le sonrió con genuina alegría, siempre le extrañaba cuando salía a alguna misión, pero después de todo era su deber.

-Tiempo sin vernos “Sr. Gato”-

-A veces me arrepiento de haberte contado esas cosas- torció la boca, pero no se enojó ser llamado de esa forma que en algún tiempo considero estúpida.

-Pues yo no, eso demuestra que soy tu prima favorita-

Así era, esta pequeña dama era la prima favorita de User, una de las pocas personas que le producían ternura y trataba con amabilidad, incluso si pudiera cambiaria a su hermano por ella como hermanita, aunque prácticamente ella era más su hermana que su propio hermano.

-Te estabas escabullendo ¿verdad?-

-Algo así-

Justo cuando había llegado su prima User se disponía a retirarse a sus aposentos aprovechando una pequeña distracción de su madre, esta se encontraba hablando con unos filósofos que más que hablar querían pasar un rato con tan bella dama, su madre lo sabía, no le incomodaba, saberse atractiva aun le daba cierto orgullo, además hablar un poco sobre cómo podrían aprovechar algunos desperdicios de las naves enemigas que se habían quedado en el planeta no era aburrido, al menos no para ella.

-¿Buscas a Moswen?-

-No… ¿Por qué?-

-Ella te busca, supongo que no se le ha ocurrido que podrías estar aquí-

Ambos estaban cerca de la mesa para los invitados de los familiares de las tripulaciones, un poco más humilde que el de las familias nobles pero con un ambiente más alegre. Su madre había venido a saludar a una de sus más queridas amigas, que no era una noble y que había venido a ver a su hijo como muchos otros, desde la guerra ambas habían estado muy ocupadas así que no tuvieron mucho tiempo de verse, él la acompaño, o más bien lo arrastro hacia allí, a pesar de que estuviera hablando con otros ella quería que su hijo se mantuviera un rato más con ella a su lado, hacía tiempo que no lo veía después de todo.

-¿Y?-

-¿Qué cosa?-

-¿La buscaras o no?-

Pareció reflexionar un par de segundos debatiendo en ir al menos en saludarla o no, si iba probablemente quería que pasara el resto de la velada con ella, pero él ya quería irse, además le apetecía otras cosas por el momento que platicar o ser presumido como su pareja, cosa que a veces le resultaba tedioso, y que en esos le picaba molestosamente en su mente.

-No, creo que no…- su prima se mostró un poco sorprendida y hasta alegre, no era secreto que a ella jamás le había caído bien a la dama que había elegido como novia, pero se mostraba tolerante con esto –en realidad me siento algo cansado y deciárea descansar en mis aposentos-

-Pues yo te sugeriría que encaminaras tus pasos primo, a menos que deseas pasar la velada con Moswen, la estoy viendo en estos momentos acercarse hasta aquí-

En efecto la susodicha se estaba acercando, su gesto se mostraba sereno pero noto una leve arruga en su ceño, estaba irritada, y tratarla de ese modo era a veces cansado, seguramente le reñiría por que no la había ido a visitar, saludar o enviado un mensaje, y un nuevo dilema se debatió en su foro interno ¿posponer su encuentro con ella para hacer cosas más “relajantes” o posponer sus cosas “relajantes”?

-Creo que me encaminare a mis aposentos, Anat…-

-No te preocupes primo, yo te excusare si me pregunta-

Definitivamente era su prima favorita.

Camino rápido pero no tanto, no se quería ver ansioso aunque realmente lo estaba, ¿hace cuantas horas que no proba la piel de su Coop?

-Anat-

La joven voltio encontrándose con la susodicha amada de User, se miraron por unos segundos analizándose, no se veía afecto en ninguna de sus caras y ellas lo sabían, desde un inicio de la relación de User con Moswen esas dos nunca se mostraron una abierta aceptación, solo tolerancia.

-Moswen-

-¿Podrías decirme si has visto a User por aquí?- 

-Se fue hace tiempo de la fiesta, el viaje lo ha dejado muy agotado… no desea ser molestado por el momento-

Los labios se apretaron un poco en aquel rostro de la fémina mayor, no estaba complacida con esto, ya vería ese User cuando lo viera.

-Gracias, con tu permiso-

Cuando vio a Moswen lo suficientemente lejos sonrió, no había soltado una solo porque estaba en público, pero estaba segura que en su fuero interno ya estaba gritando y planeando como hacer sentir culpable por dejarla plantada según ella, un misterio lo que había visto User en esta dama.

No muy lejos vio a su tia, se estaba despidiendo de unos hombres y al parecer estaba buscando a alguien, seguramente a User, también lo excusaría con ella y mucho más amable que con Moswen, le encantaba pasar rato con su tía favorita, tal vez por fin le diría que era eso que según ella había traído User en este viaje.

Notas finales:

Muchas gracias por darle una oportunidad a esta historia :), me anima que haya tenido tanta aceptacion esta loca idea


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