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Gato y ratón por minima

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Notas del capitulo:

mi cerebro es pudin =D depresivo

Aparto la cabeza antes que un improvisado proyectil le diera de lleno, el ruido del artefacto chocar contra la puerta ya cerrada hiso eco en la habitación, decir que no lo había agarrado de sorpresa seria mentir, pero jamás lo admitiría, fue gracias a sus reflejos felinos por los cuales pudo evitar que un plato con unas cuantas sobras chocara con su rostro, su mascota tenia buena puntería.

A unos buenos metros enfrente de él se encontraba su mascota de cabellos oscuros y ojos del mismo color, se encontraba sentado en la cama, tal vez se había emocionado de más en la última sesión y ahora parecía que cada movimiento que estaba haciendo lo calculaba para que no provocara más dolor del necesario, aun así había sido muy capaz de lanzar el plato con una muy excelente puntería.

Sonrió divertido, entre más tiempo pasaba con ese terrícola más interesante le parecía.

-Jump, sin duda eres alguien muy persistente, ya es la quinta vez que tratas de hacer esto- Jabari se acercó al lecho con paso lento, disfrutando el coraje y miedo que reflejaban aquellos ojos negros.

Lo que Jabari no se percato es del pequeño utensilio oculto bajo las sabanas que agarraba fuertemente por una de las manos de Denisse que no soportando más su pronta cercanía arremetió contra él.

-Pequeño bribón- a tiempo detuvo la mano que sostenía una nueva arma improvisada -¿una cuchara?- 

El tono ligeramente burlón que uso solo causo más la furia de la pequeña presa que trato inútilmente de zafar su mano del duro agarre al que era sometida y apartarse de su captor, pero como siempre fue inútil.

Tan sencillo como si fuera un muñeco entre sus manos lo inmovilizo y lo hiso recostarse en el lecho nuevamente con su imponente cuerpo sobre él, esa mirada negra y profunda lo miraba divertido y deseoso, Denisse solo podía mirarlo con odio y repulsión, así como con miedo.

Una de las manos de Jabari empezó a recorrer el torso desnudo del joven humano, suave, tibio y palpitante bajo su tacto, como le apetecía en esos momentos poseerlo toda la noche, pero debía de contenerse por esta vez, al menos lo dejaría esa noche dejar recuperarse de su último encuentro, si deseaba conservarlo por más tiempo debía tener un poco de delicadeza con su mascota, el pequeño cuerpo bajo él, delgado y esquicito para su disfrute se encontraba marcado con sus propias manos, y era una sensación realmente gloriosa verle así que por poco y no aguantaba poseerlo nuevamente, pero se recordó que esa noche debería aguantarse y curarlo, no quería romper tan pronto su delicioso juguete.

-Hagh…-

Lo había volteado de repente dejándolo boca abajo del lecho, apretó los dientes y los puños ya imaginando lo que seguiría, cuando sintió de nuevo aquellas manos sobre su cuerpo no pudo evitar temblar de miedo mientras que cerraba los ojos.

Sintió la lengua pasar por su hombro, el lugar donde lo mordió por primera vez, parecía ser su zona favorita, ya que siempre que estaba cerca no perdía oportunidad de lamer esa parte.

Después de un rato noto que las caricias se estaban prolongando más de lo normal, así como que algo húmedo acompañaba a los dedos de su captor y estaba seguro que no era su lengua, abrió un poco sus ojos, apenas una pequeña rendija entre sus pestañas negras le dejo ver que había un frasquito conocido, de color ámbar y no azul, eso casi lo tranquilizo, solo casi, ya que ese era el frasquito que normalmente utilizaba para curarlo, pero si ese bastardo se le antojara lo penetraría si quería con ese mismo ungüento, ya había ocurrido otras veces.

Las manos grandes y algo ásperas recorrieron todas las marcas y heridas de su pasada violación, primeros los hombros y cuello delgado, luego los omoplatos y ese pequeño caminito que se formaba en la espina dorsal, lenta y suavemente, como memorizando cada curva y relievo que se formaba en ese cuerpo tan apetecible, y llego a las caderas, a los dos tan apetecibles músculos que eran esos glúteos pálidos como toda esa piel tan apetecible, y lo mejor, solo él podía tocar.

Las marcas de sus dedos quedaron marcadas en aquellos glúteos y cadera, recorrió esas mismas marcas reviviendo las pasadas noches en su mente, atreviéndose a que su dedo recorriera la fisura entre sus glúteos, donde la entrada de uno de los más grandes placeres se escondía.

Dennis se estremeció por el toque y apretó los ojos, así como involuntariamente hacían lo mismos sus músculos, tenía miedo, tenía coraje, quería revolverse, pelear, pero el mismo miedo lo tenía congelado esa vez

Jabari se relamió los labios, ver sus ojos fuertemente cerrados, su cuerpo temblando, en tono de su piel con las luces de la habitación, simplemente lo ponían caliente, en realidad todo lo de su actual mascota lo ponía caliente, incluso sus miradas llenas de odio, rencor y miedo, sus intentos infructuosos de hacerle daño, con ninguna hembra o macho de su especie o de otra se había sentido así, ¿Qué era lo que tenía esa creatura en particular que lo hacía sentir así?, no tenía idea, simplemente le fascinaba. 

Aparto su mano solo para ponerle más ungüento en sus dedos, y los hundió en esa pequeña puerta del paraíso, un leve espasmo ataco al pequeño cuerpo, parte miedo, parte sollozó.

El primer dedo se metió, sintió el interior cálido y suave, se relamió los labios, ya estaba empezando a pensarse mejor el dejarlo reposar esa noche o no, debía recurrir a su autocontrol, debía ser firme con su decisión; el dedo recorrió aquella cavidad estrecha, irritada por penetraciones pasadas.

Masajeo y palpo ese recto por largo rato hasta que pensó que todo el ungüento que tenía entre los dedos había quedado en él, se inclinó sobre el cuerpo del más joven que fácilmente podría cubrir con el suyo propio y paso su lengua por las pálidas mejillas, atrapando unas cuantas lagrimas que se escapaban de los ojos fuertemente cerrados, solo se separó del calor del cuerpo del otro para quitarse rápidamente sus propias ropas y arrojarlas a cualquier lugar, tan pronto como se deshizo de estas abrazo posesivamente el cuerpo de su mascota, otra cosa que le fascinaba de ese cuerpo era poder tenerlo todas las noches entre sus brazos, sentir ese aroma que lo intoxicaba, ese dulce calor ¿Cómo pudo todo ese tiempo estar sin algo como eso?, quien sabe, pero ahora que lo tenía haría que durara hasta el final de sus días si era necesario.

Dennis se quedó prácticamente congelado entre los brazos del otro, esperando caer inconsciente por el cansancio a pasar toda la noche en vela por la cercanía del otro, eso era el mismo infierno.

¿Coop lo estaría pasado igual o peor que él?

+*+*+

Un nuevo día se alzaba en el planeta de los Mao, algunos seguían en sus camas durmiendo por la fiesta del otro día, otros comenzaban temprano sus labores, unos más tranquilos que otros.

-Ya eres un adulto, ¿Cómo rayos se te ocurrió hacer eso?- 

El grito en el gran salón del palacio de la familia real hizo gran eco, advirtiendo a quien fuera que si de casualidad tenían la necesidad de pasar por ahí o encontrarse con su monarca e hijo mayor, sería bueno que se lo pensaran tres veces y dieran media vuelta, era bien sabido entre todos que en peleas familiares no era bueno meterse, menos cuando la familia era con la de más poder en el planeta y tenían un carácter de los mil demonios.

-Como tú mismo lo dijiste padre, ya soy un adulto y puedo tomar mis propias decisiones-

Solo pocos se atrevían a estar presentes cuando padre y primogénito discutían de esa manera, sin temer a tener alguna represaría o al carácter de esos dos, como la matriarca de la familia, que más por coincidencia se encontraba en el gran salón que querer ser testigo y en dado caso si llegara a ser necesario ser mediadora, actividad muy irritante para comenzar el día, para la próxima se tomaba otro atajo.

Aunque ella también se encontraba un poco irritada por la imprudente acción de su hijo mayor, ella tenía planeado una forma menos escandalosa de enfrentarlo, y decían que las hembras hacían escenas innecesarias.

-Estoy en mi derecho de reclamar mi presa-

-Claro… ¿y también tu primer hombre?-

-Él también tenía todo el derecho… hemos demostrado que somos unos guerreros muy capaces, no creo necesario recordarte todos los logros que he logrado junto a mis tropas-

-No me vengas con eso, y más respeto a tu rey y padre-

-Le respeto, pero estas son mis propias decisiones como ya le dije-

Eso iba para largo, ya lo sabía, como detestaba que discutieran esos dos, le provocaban migraña, entendió el disgusto de su pareja, traer un “juguetito” o “mascota” de otro planeta podría llevar a muchas consecuencias, no sabían qué clase de enfermedades podría traer, o si en el planeta contaban con la suficiente tecnología para ir a buscar a dos de sus habitantes y empezar una guerra, y apenas se estaban levantando de la pasada invasión, no que cualquiera fuera rival para ellos, pero debían ser precavidos.

-Si te preocupa una posible búsqueda en su planeta déjame decirte que no representan ningún peligro, aun utilizan vehículos que funcionan a base de combustibles fósiles-

-Eso no es todo…- dijo el mayor, aunque era uno de los puntos principales en esa discusión.

-Hijo, lo que tu padre quiere decir es que debiste ser un poco menos… impulsivo, ni siquiera informaste de tu pequeño desvió en tu viaje- por fin intervino su madre, sintiendo que esos no llegarían a ningún lado si seguían discutiendo de esa manera.

-Lo se madre, pero yo ya había estado en ese sector-

-Claro, ahí estabas haciendo tu misión…- le interrumpió su padre, recordando aquella misión en que años atrás su hijo estuvo por un periodo en un planeta relativamente desconocido, algo le decía que su deseo de tener “mascota” tenía que ver.

-Como decía, conozco ese sector, apenas con un par de planetas con vida en ellos, si te preocupa que alguno de las pocas tropas que quedan que nos trataron de invadir pudieron intentar atacar mi nave como esta dicho en mi informe no tuvimos ningún incidente negativo, ese lugar es muy tranquilo-

-Bien, pero ¿y las creaturas que trajiste?-

-Inofensivas, son algo ingeniosas pero no representan ningún peligro, en cuanto a enfermedades fueron correctamente desinfectadas al subirlas a la nave-

Padre e hijo intercambiaron miradas intensas, dando a entender que la conversación ya estaba terminada, User dio una reverencia a sus progenitores y se retiró, a su salida el ambiente tenso aún se sentía, menos pesado pero aun presente, la matriarca suspiro, más tarde hablaría ella sola con su hijo, algo le decía que era más que un capricho fuera de lo común en su hijo.

-Sí que es muy terco, ya él- Abasi se levantó de su trono en el cual se había encontrado sentado, discutir con sus hijos siempre era agotador, ¿hubiera sido más sencillo si hubiera sido bendecido por mujeres?, no perdía nada por imaginar.

-Pues a mí me recuerda a cierta persona…- murmuro por lo bajo su mujer, pero lo suficientemente fuerte para que su pareja lo escuchara.

Este murmuro gruñendo por lo bajo, ya sabía lo que se refería, para su desgracia sus hijos habían heredado la mayoría de su carácter. 

+*+*+*+

No paso mucho para que el rumor de los nuevos “juguetes” del príncipe y su mano derecha estuviera en boca de todos, no sea que fuera algo fuera de lo común, era una tradición algo arcaica pero aun usada entre los más altos puestos, pero jamás imaginaron que el príncipe User y el poderoso guerrero Jabari tuvieran esa clase de interés, de tener esa clase de “mascota”, y eso era lo que volvía más interesante platicar sobre esta noticia que era el chisme del momento.

¿A quién agradecer que el rumor corriera como pólvora?, a la mismísima tripulación de la nave de User, algunos se les soltó la lengua en la fiesta de anoche con las bebidas dulces y no encontraron mejor tema del cual hablar de las creaturas que el príncipe y mano derecha habían traído a la nave.

Ambos guerreros sabían que tarde o temprano toda la población del planeta se enteraría, pero no tan temprano, hubieran querido que al menos el primer día no anduvieran por todos los lugares a los que iban escuchar el constante cuchicheo de la gente en todos lados, agregándole cosas absurdas al mismo rumor o apostando cuando les durarían los “juguetitos”, porque incluso todos sabían para que utilizaban a esos dos.

Y eso no era lo peor, al menos para el príncipe mayor.

-User…- una voz suave hiso detenerse en el pasillo por el que andaba junto a su amigo, ambos voltearon encontrándose con una figura muy familiar.

-Moswen, tiempo sin verte-saludo casual Jabari recibiendo una mirada despectiva, esa mujer sí que era una pesada.

-Déjanos solos- más que petición era una orden, Jabari tuvo que hacer un esfuerzo por no rodar los ojos, no porque le debía respeto a ella sino a su amigo por ser su novia.

Miro de reojo a su amigo quien le devolvió la mirada, con un gesto en la cabeza que pedía en silencio que por favor hiciera caso, no se enojó, en lugar de eso le dio lastima por su amigo al tener que soportar a Moswen y sus muy posibles reclamos de tener una “mascota”, en esos momentos como agradecía que solo tenía a su “mascota” y no a una pesada, siendo el insulto más ligero que se le ocurría, como la fémina frente a ellos.

Jabari se había ido y quedaban ellos dos, aun así ninguno dijo nada por un buen rato, ambos mostrándose impasibles en una pequeña batalla de silencio, a pesar de la falta de las palabras era claro que ella estaba molesta, muy molesta, a pesar de que mostrara su rostro impasible, y él, al parecer pensaba que hubiera sido mejor posponer este encuentro para otro momento.

-User- pronuncio su nombre suavemente, despacio y sedosamente, no era una buena señal –por fin te puedo ver- acuso suavemente.

-Moswen, querida, estuve muy cansado por el viaje, así que decidí retirarme de la fiesta temprano-

-Ya me imagino porque- por aquel comentario era más que claro que a ella ya le había llegado las últimas noticias, y no estaba muy complacida.

A mal paso darle prisa.

-Sí, encontré una forma de entretenerme en mi viaje-

Moswen frunció su ceño, User no hacia el mínimo intento de negarlo, es más, lo admitía descaradamente, ¿Acaso la parte en que esa nueva mascota era una pieza única era verdad?

Pero estaba segura, esa mascotita no era tan bella como ella, entonces ¿Por qué rayos User se había interesado en ella?... corrección, según le habían informado la nueva propiedad del príncipe era macho.

Bien, ningún macho o hembra podía comparase con ella.

Espero un momento más a que User dijera algo más, como si tratara de dar alguna explicación, pero no, aun no decía nada.

-No sabía que tuvieras esos caprichos cariño-

-Cariño… hay muchas cosas que no sabes de mí, aun me guardo una o dos cosas-

Ese tono no le había gustado, dejaba entrever que a pesar del tiempo juntos, había muchas cosas que ella no sabía de él, aunque ella también ocultaba muchas cosas.

-Pero ya cambiando de tema… en realidad hace mucho que no te veía User- camino los últimos pasos que los separaban y rodeo el cuello del otro con sus delgados y largos brazos, sus cuerpos estaban pegados, la idea de restregarse contra él he incitarlo a un jueguito en medio del pasillo donde cualquiera podría pasar en cualquier momento parecía ser una idea tentadora, pero… ese aroma.

Cualquier idea de restregarse contra el cuerpo escultural pegado al suyo se cortó, en cambio cierta indignación la embargo, un aroma ajeno al cuerpo contrario lo impregnaba, como si lo envolviera un velo invisible de una fragancia que jamás hubiera percibido en su vida, era extraña, no podría compararlo a ciencia cierta con cualquier otro aroma que hubiera percibido antes, pero lo cierto era que pertenecía a otro ser ajeno a su pareja.

No tardo en saber que 2+2 era 4… había estado con su mascota.

-Moswen, me gustaría complacerte, pero tengo que marcharme rápido, aún tengo muchos pendientes, otra ocasión será querida- apartando los brazos de la hembra de su cuello se despidió y dio marcha nuevamente, los pendientes eran verdad, pero lo había dicho más bien para evitar ver la explosión de Moswen, conociéndola como la conocía, supuso que no le habrá gustado percibir ese exquisito aroma para él, no tanto para ella según su expresión, de su nueva mascota, pero no le debía explicaciones, ni las debía de esperar, si al menos creía que lo conocía como ella creía debería saberlo.

+*+*+~*~+*+*+

-Muévanse niñitas, no tengo todo el día-

-Pero ya llevamos cinco días explorando esta zona, si los policías no han podido encontrar nada ¿Qué te hace creer que tú lo harás?-

-Es cierto, eres solo una chica-

La pelinegra se detuvo de inmediato y encaro a los dos hermanos pelirrojos que se arrepintieron como pocas veces de tener una boca, esa mirada fría y penetrante pareció querer atravesarlos hasta el alma, daba más miedo que su madre enojada o que cualquier monstruo de película de terror que hubieran visto.

Millie había decidido que como la policía se tardaba en traer respuestas ella misma las buscaría, en esos momentos su padre pensaba que estaba en la casa de una de sus amigas, literalmente obligo a los pelirrojos a traerla a la zona de la desaparición de su hermano, le importaba muy poco el miedo que pudieran tener por el encuentro de la susodichas creaturas, ella se encargaría de esas cosas si llegara a ser necesario.

Llegar al lugar fue sencillo, un autobús pasaba por ahí cerca, era cuestión de caminar unos kilómetros extras para llegar a la zona del campamento, y desde hace cinco días exploraba la zona, claro, tratando de evitar a la policía, ellos aún seguían rondando buscando pistas del paradero de su hermano, pero en su opinión eran una bola de incompetentes, más de un mes y ni rastros de su hermano y amigo.

¿Por qué lo hacía?, por su padre, que lo veía cada vez más sumirse en la tristeza y desesperación a pesar de tratar de mostrarse fuerte, incluso había llamado a los abuelos para que la cuidaran, eso decía que necesitaba mucho apoyo, también lo hacía por ella.

-Miren ustedes dos, tal vez sea una chica pero tengo los suficientes pantalones para hacer que coman lodo y piedras en estos momentos si lo quisiera, así que…- entrecerró un poco los ojos y un destello peligroso se notó en ellos.

-Lo sentimos, lo sentimos, ya no nos quejaremos- se apresuraron a suplicar los hermanos pelirrojos, lo sabían, la hermana menor del chico gato, Coop, era de armas tomar.

-Así me gusta- dio media vuelta y se puso en marcha de nuevo, no descansaría hasta saber dónde estaba Coop.

+*+*+*+++*+*+*+

-Este es el nuevo motor gregoniano que me pediste, casi nuevo-

-Muchas gracias, aquí está la paga y la pieza de escudo tambiriano a cambio- para el corpulento cuerpo del alienígena de piel escamosa y naranja fue sencillo cargar la pesada maquinaria, mientras que se despedía con un gesto de la dueña de la singular tienda.

Se acomodó los cabellos negros, hoy había sido un día ajetreado, más de una docena de pedidos, la reparación de tres motores y le faltaban piezas, esperaba que sus socios que se encontraban en esos momentos en las lunas de Zutrín volvieran pronto.

Decidió salir un poco a estirar las piernas y respirar un poco de aire fresco, no era una ciudad muy grande, y había muchos artefactos que muchos consideraban arcaicos pero tenía un ambiente tranquilo, giro ligeramente la cabeza a su puesto, ahí en letras grandes y brillantes estaba en un lenguaje entendible para la mayoría de los alienígenas que habitaban en ese lugar, que se entendía como “La tienda del intercambio”.


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