Por una de las ciudades más concurridas de Japón, ya era de mañana los habitantes comenzaban a levantarse para realizar sus actividades diarias, por una de las carreteras de esta ciudad un grupo de jóvenes esperaban ansiosos llegar a su destino. Todo estaba en completo silencio, dentro de una elegante, lujosa e increíble camioneta se encontraban un grupo de personas que intentaban no sacar a relucir la ira que albergaba uno de los pasajeros.
—Vamos jefe ya no se enoje, no fue a propósito —Yukina intentaba calmar a su jefe, quien después de casi ser comido por un lobo, correr cuesta bajo por una colina, para luego darse cuenta que aquellos tipos lo habían olvidado casi quería convertirse en el próximo asesino en masas.
—Cállate Yukina, ¿No ves que nuestros empleos están en peligro? — le susurro Miyagi quien estaba preocupado por su bienestar financiero.
Mientras tanto en el asiento del co-piloto Kisa junto con Shinobu estaban más que divertidos por el extraño comportamiento de los que venían atrás.
Las otras dos camionetas negras lo seguían de cerca, aquellas contenía a otro trio quien con mirada retadora veían a los conductores.
— ¿Qué tanto ven? —reclamo Misaki quien se sentía algo acosado por la situación.
—Nada — respondieron los tres con tranquilidad, mientras tanto Ritsu quien conducía intentaba evitar las miradas del pasajero llamado Takano Masamune.
—Oye Misaki ¿Por qué razón nos venimos con estos? — pregunto a su compañero.
—Porque en el otro conducía Chiaki, prefiero a esto a que Chiaki conduzca — menciono mientras cruzaba los brazos.
—En eso tienes mucha razón — sin decir más siguieron conduciendo por donde le marcaba el camino su GPS.
En la otra camioneta, los tres pasajeros estaban a punto de un colapso nervios, pues después de casi morir un significante número de veces estaban a punto de simplemente aventarse por la ventana.
—Chiaki ¿No prefieres que conduzca Kirishima? —mención el pobre de Yuu a quien mandaron a delante para evitar que algo le pasara al dúo de atrás.
—No — fue lo único que dijo mientras miraba hacia adelante.
—Ya hasta aquí llegamos de seguro —menciono mientras seguía aferrándose a alguna cosa que estuviera cerca.
—Calma Hiroki todo estará bien — decía Kirishima mientras también se aferraba de lo que podía, Hiroki al verlo solo podía esperar a llegar medianamente a salvo o morir en el intento.
Fue entonces que una voz se escucho, **Siga derecho** **De vuelta a la izquierda, luego a la derecha, siga derecho de nuevo** era la voz del GPS, al notarlo se siguieron derecho, atravesaron media cuidad, pues al parecer Hallen—Hill no estaba tan lejos de lo que pudieron haber deseado.
Cuando estaban a punto de salir de nuevo de la ciudad vieron que el lugar era otro bosque pero este era un tanto más verde que el otro , al llegar a un punto donde ya no había carretera, todos bajaron de la camioneta.
—Genial, ¡Mas Arboles!, ¿Acaso un pueblo abandonado no puede estar en otro lugar que no sea un bosque? — reclamaba Hiroki al ver la enorme vegetación.
—Pues claro, si no de donde saldría el pánico de la personas al notar el viento en los arboles, ramas que chocan contra ventanas, ese extraño sonido que puede ser a cualquier cosa pero que al final resulta ser el asesino.— le dijo Chiaki con una enorme sonrisa, si alguien sabia de eso era él.
—Ok… dejando lo que posiblemente sería muy extraño que sucediera —Kirishima hablo — ¿Dónde se supone que esta ese lugar? —pregunto.
—Según esa cosa debe estar por ahí abajo —menciono Misaki mirando hacía el risco, los arboles seguían cubriendo la mayoría de la vista.
— ¡Ya sé cómo llegar! –—menciono Chiaki emocionado, corrió hasta su camioneta — ¡Todos suban a sus camionetas!— mal presentimientos pero aun así lo hicieron, primero estaba la camioneta que conducía Misaki después la que conducía Kisa y al ultima la que conducía Chiaki, muy mala idea.
Cuando menos lo sintieron la camioneta de Chiaki dio paso en reversa, un susto enrome se llevaron al verse caer al risco de aquel lugar, pues Chiaki los había teóricamente aventado, lo sabían no debía de confiar en Chiaki sintieron como iban cayendo por el lugar, los arboles pegaron contra los vidrios, intentaban esquivar los arboles, susto de muerte n cada uno de sus corazones, cuando al fin pararon la camioneta por que la colina había terminado salieron con cara de horror.
— ¿No fue divertido? –pregunto Chiaki quien fue el último en llegar, nadie dijo nada.
Cuando al fin estuvieron a salvo en tierra, cada uno intentaba que su corazón regresara a su lugar, cuando de pronto escucharon una explosión una de la camionetas había explotado, de vuelta a correr, por donde nadie sabía, solo pudieron ver los restos de las camionetas por el aire.
— ¡Fuegos Artificiales! —decía Chiaki con emoción, ante esto todos quedaron asombrados.
— ¿Quién le dio los explosivos a Chiaki? – pregunto Kirishima en ese momento todos se voltearon a ver, al mismo tiempo de que negaban su culpa.
— ¿Y ahora que tienen en mente los genios del plan? – pregunto Akihiko con una enorme sonrisa, todos lo miraban con enojo. —Porque ahora ni tenemos con que movernos
—Miren a unos cuantos pasos esta un pueblo ¿Y si preguntamos si nos pueden ayudar? —pregunto Kisa con una sonrisa.
—Si claro vamos al pueblo que está en medio de la nada, que casualidad no creen – les reclamo Yokozawa con una mirada retadora.
—Bueno si no quieres no — menciono Kisa mientras se seguía moviendo, todos lo siguieron, no pensaba quedarse a escuchar un sermón sobre algo que obviamente no harían.
Todos se quedaron un poco asombrados, todo el lugar parecía estar demasiado bien para estar en medio del nada, aunque las casa eran aun construidas con tablas tal precia que estaban muy bien arregladas, lo único que tal vez les sorprendió mas fue que todas estaban pintadas del mismo color rosa con blanco.
—Buenos Días, Bienvenidos a Romell—Hill —menciono una mujer quien se acerco a saludar, su cabello era rubio y casualmente estaba vestida con un traje blanco y un suéter rosa atado a su cuello.
—Si… nosotros vinimos a...— Misaki intento hablar, cuando la mujer interrumpió,
—Oh así que vienen a nuestro festival anual, claro era eso, pasen estamos a punto de comer — se volteo para mostrarle el festín que la comunidad había preparado.
— ¡Comida! – Exclamo Ritsu quien se impresiono por la cantidad de comida.
—Que bien no crees Hiro-san — pregunto a Hiroki quien solo estaba cruzado de brazos.
—No —lo digo fríamente pues sabía lo que significaba, sabía lo que pasaría continuación, para él la hora del a comida tenía un significado completamente diferente.
— ¡Todos en fila! – Anuncio Kirishima con voz fuerte – Por favor hagamos esto con calma no quiero otro desastre.
— ¡SI! – anunciaron todos los miembros de “La familia”, en ese momento iba llegando Yokozawa quien al verlos formado es fila, decidió solo seguir la corriente.
—Ahora como dicta la tradición, Todos debemos comer exactamente lo mismo cuando estamos reunidos – dijo mientras caminaba de un lado a otro de la fila.
— ¿Qué? ¿Están locos? , ¿Comer todos lo mismo? –fue Akihiko quien hablo, algo que no le gustaba era que controlaran su comida.
—Ya que no somos parte de su grupito, nosotros podemos comer lo que sea— menciono Miyagi con esperanza.
—No – Kirishima tomo un aura amenazante— Esto es una tregua y todos comemos lo mismo – menciono mientras sonreía.
—Si... ya lo suponía — hablo en voz baja para no ser escuchado.
—Te escuche — pero no funciono como él quería.
—Ahora escucho sus opiniones, ¿Qué comemos? —Pregunto casi diciendo lo último en voz baja.
No podía escucharse nada, la discusión había tomado el camino de siempre, entre las alergias de uno los gustos de otro, los des mesurados cambios de humor de Chiaki, todo estaba en completo caos, Kirishima se dedicaba a ver a su parentela intentando ponerse de acuerdo con una simple comido, por eso la reuniones familiares casi siempre eran solo de tres o cuatro a lo mucho.
— ¡Cállense! — Grito Takano harto de escuchar tonterías sobre la comida. —Comeremos Albondigón con verduras y se acabo – intentando oponerse.
— ¿Y tu quien te crees para decirnos que comer? – pregunto Hiroki con enojo.
—Ustedes solo son los colados – aseguro Shinobu mientras los volteaba a ver.
—Si ustedes no tienen derecho a decir nada – menciono uniéndoles Chiaki, a esto los policías junto con los perseguidores no estuvieron contentos.
— ¿Que se creen…? – antes de que pudieran si quiera decir pio, todos se quedaron viendo como sacaron sus armas, incluso Kirishima.
—Eso no es gusto, ¿Por qué ellos tienen armas y nosotros no? —se quejo Yukina al ver que siempre era así, a ellos era a quienes tenían que rescatar.
—Oye si, ¡Jefe! ¡Nosotros somos policías que hacemos sin armas! – le reclamo a su jefe quien parecía tener algo importante que decir.
—Sea cabo el presupuesto – menciono fríamente, ante esto ambos se quedaron sin habla, “sin presupuesto”.
—Escuchen ahora no podemos atender su torpe regla, el que ustedes quieran compartir todo no tiene nada que ver con nosotros, aunque estemos en tregua – Takano intentaba razonar con aquellos que sostenían las armas, lo peor es que no temblaban, casi no tenía ninguna expresión en el rostro.
— ¡Pues se aguantan! Nosotros hemos vivido a si por años, no pensamos arruinar nuestro perfecto historial de comidas igualitarias por su culpa – Hiroki era uno de los que más guardaban las reglas y mientras fuera parte de “La Familia” las reglas se acatarían.
—Entonces que esperan para escoger – decía Akihiko, ante esto todos volvieron al tema que anteriormente intentaban ponerse de acuerdo, cosa que no consiguieron n rápidamente.
El olor a comida empezó a acercarse cada vez más, era un olor exquisito, típico de las personas que les gustaba que la comida supiera deliciosamente jugosa.
—Bueno, creo que eso está bien – mencionaban entre susurros, decidido todos dieron su veredicto.
—Comeremos carne con ensalada de papa y agua de Jamaica, para el postre podemos comer pastelillos— mencionaba Kisa con emoción. – Ok a la 1, 2, 3…— dado la señal todos comenzaron a correr, ante esto los que no sabían lo que significaba se quedaron pasmados… excepto…
—Miyagi mira al jefe correr … parece una pantera…— todos asombrados por la increíble agilidad de correr de quien menos imaginaron , vieron como con calma todos agarraban su comida, el primero en regresar fue Kisa quien había dado la señal.
— ¿Qué esperan? – Pregunto al verlos— si se acaba lo que dijimos no comen, es regla – menciono.
—Pero nadie…— intentaban reclamar.
—Córranle que se quedan sin cena —Kisa solo les vio el polvo, el hambre es el hambre.
—A barbaros de aquí a los Olímpicos – le dio risa imaginarlo, inmediatamente todos llevan su comida había podido encontrar una buena ración y traerla consigo, bueno los que si alcanzaron.
Mientras tanto en la pelea por el dominio de poder, un pelea que no muchos podrían ver se suscitaba, Yukina junto a Miyagi intentaba agarrar la última pieza de carne, ensalada siempre sobra así que no hubo problema, cuando al menos ya obtuvieron algo, lo notaron, el ultimo postre, fue algo inesperado, algo que nadie podía creer, cuatro personas abalanzadas por un pastelillo de chocolate.
Se sentaron en el piso, en ese lugar no había tierra por lo que tomarlo como un día de campo no estaría mal.
—Vaya sus amigos sí que tiene mucha vida —apareció de nuevo la mujer, todos la miraban extrañados.
—Si…. Bueno… ¿Sabe dónde queda Hallen—Hill? —se atrevió a preguntar, la mujer se quedo pensativa.
—Ese pueblo esta como 23 kilómetros más debajo de la montaña nadie se acerca ahí, ya saben la leyenda, pero si quieren ir no se los impediré, ustedes los jóvenes siempre tan llenos de vida.— dijo mientras lleva una de sus manos a su mejilla con una enorme sonrisa.
— ¿Entonces cuántos años tiene? —pregunto atrevida mente Misaki, la mujer al instante se transformo parecía que iba a matar a alguien.
—Cariño nunca se le debe preguntar la edad a una mujer — decía mientras su rostro tomaba un tono de color preocupante.
—Solo digo, es que Kisa tiene 30 — le respondió intentado alegarse, la mujer al escuchar sus palabras, darle un vistazo, a simplemente se hundió en depresión incomprensible para los presentes.
— ¿Qué le paso? — pregunto Chiaki a Kirishima.
—La edad, la edad Chiaki…— menciono con seriedad, cuando al fin volvieron los cuatro integrantes faltantes estaban llenos de agua roja
—Vámonos y no digan nada —menciono Akihiko quien sin mostrar alguna emoción se alejo.
—Creo que traerlo no fue tan mala idea —Misaki parecía divertirse.
— ¿Oigan y Nowaki? —pregunto Hiroki quien no había visto últimamente rondando al hombre.
—Está por allá comiendo con unas rubias — palabras que cayeron como detonante para Hiroki, todos se apartaron en ese momento con esa vestimenta y un arma en mano camino en direcciona los susodichos.
—Creo que aquí se rompió una taza y cada quien para su casa —menciono Kirishima quien dio orden de seguir avanzando.
Nadie quiso ver lo que Hiroki haría con aquellas que osaron robar lo que él había robado, bajaron como pudieron de aquella montaña por primera vez se ayudaron entre sí, nadie tenía ganas ni de pelear, no después de la comida, pero cundo al fin llegaron con algo de ayuda escucharon una voz.
—Hiro-san sigo diciendo que lo que le hiciste a esa pobre chica fue exagerado – mencionaba con son preocupación.
— ¿Qué? Ni aguantan nada – mencionaba. —Si nada más las enrolle y la avente por una calle cercana, algún día tendría que parar. — se encogió de hombros.
A llegar con sus compañeros, Hiroki se deslumbro al ver el lugar, era algo único se veía que la edad no pasaba en balde, excepto en Kisa, pensaron casi todos, Chiaki fue el primero en hablar.
— ¡Esta horrible! –el lugar estaba completamente cubierto de musgo, las casas estaban por demás descuidadas, al dar un paso en aquel lugar lo sintieron, todos miraron a todos lados buscando repuestas, no estaban solos…