Ritsu, Misaki y Hiroki se encontraban en el jardín podando la hierba mala, poniendo algunas rosas, y regando plantas o al menos eso se suponía.
— ¡Hiroki, no eres el príncipe de Inglaterra ponte a trabajar! — le gritaron a quien cómodamente estaba acostado en el pasto.
—No — fue lo único que dijo.
Al notar que no iba moverse de su lugar, los dos se miraron con fastidio.
—Tu...— ambos se acercaron con aura asesina, no podía simplemente dejarles el trabajo a ellos dos.
—He — Hiroki se levanto, eran dos contra uno y no es que no pudiera con ellos, pero mejor evitar los golpes — está bien, está bien, tómense un descanso, yo hago lo que falta – dijo Hiroki amablemente.
—¿De verdad? – ambos se quedaron en shock,
—Si, cálmense, esto es trabajo en equipo –Hiroki se levanto y comenzó a trabajar, Ritsu y Misaki lo dudaron pero ya estaba algo cansados así que decidieron hacerle caso.
—¡Ustedes, no se les paga para que descansen! – el mayordomo apareció por detrás. Ambos se levantaron enseguida.
—Discúlpelos es que son unos holgazanes, pero no va a volver a suceder— dijo Hiroki.
—Valla deberían aprender de su compañero, que si hace su trabajo, vean todo lo que ha hecho y sin su ayuda — el mayordomo parecía sorprendido.
—Pero...— intentaron hablar Ritsu y Misaki.
—No importa, pónganse a trabajar y usted tome un descanso —
—Muchas Gracias —Hiroki sonriente se fue a la cocina, Ritsu y Misaki lo miraron con unas ganas de convertirse en asesinos, mientras que Hiroki les decía adiós.
Mientras tanto cierta chica perseguía a todos lados a ciertos tres chicos, quienes a sabiendas de que no era de fiar preferían huir.
—Vamos, Tómenselo — decía haciendo pucheros.
—No, sabe que les pusiste — dijo Akihiko mientras leía.
—¿Y tu Masamune?, vamos pruébalo— decía insistente.
—No — dijo Takano mientras veía su computadora.
—Nowaki, tu si lo probaras verdad – dijo en tono de suplica.
—Lo siento, pero Liria en verdad no confió en que esa bebida no haya suido adulterada— Nowaki trato de salvarse.
— ¿Qué acaso no confían en mí? –
—¡NO! – dijeron decidíos Takano junto con Akihiko.
—Mas o menos – respondió Nowaki.
— ¡Que malos son! — decía la chica, mientras sostenía tres latas grises con la insignia “Jugo de manzana”.
Pasó un rato y al no poder conversarlos, decidió darse por vencida. Fue a la cocina y a los tiro a la basura, la ama de llaves al abrir la basura encontró las latas, vio que estaban llenas así que decidió sacarlas, las lavo y puso en el refrigerador.
Después de un rato Hiroki entro en la cocina, busco algo que beber hacia que tomo las latas que estaban ahí.
—Puedo tomar esto — No era bueno desperdiciar.
—Sí, claro lléveselas — dijo el ama de llaves.
—Gracias – Hiroki salió de la cocina rumbo al jardín, viendo a sus compañeros muy cansados, se acercó con una sonrisa que no se veía por la funda.
—Hola – dijo, los otros lo ignoraron completamente, Hiroki indignado por tal acto solo dijo – Miren les traje algo para beber, vamos no se enojen.
Ambos lo miraron, decidieron tomar la bebida ya que realmente tenían sed, así que los tres tomaron ese delicioso jugo, escucharon pasos, era el mayordomo quien avisaba que los señores junto con la señorita saldrían a una fiesta de recaudación de fondos, eso les alegro ya que tendrían la tarde para investigar acerca de su objetivo.
Los cuatro salieron de la lujosa mansión, dejando solo al ama de llaves junto con los jardineros, quienes estaban aun en el jardín.
Ritsu, Misaki y Hiroki ya se encontraban planeando su estrategia para encontrar la entrada de la bóveda, así que decidieron indagar en sus habitaciones, solo un poco para que no se dieran cuenta.
- Habitación de Akihiko
Misaki se encontraba en la puerta, entro sigilosamente cerrando la puerta, comenzó a buscara entre los papeles encimados del piso, noto los Suzuki en todas partes pero le pareció irrelevante, cuando sintió como se mareaba empezó a todo borroso.
— ¡Oh pero si es Suzuki-san! — Dijo señalando un oso cerca de la venta— y este es Suzuki—san, y tu eres Suzuki-san —comenzó a reírse – hay que... que... me pasa… — no dejaba de reírse, cuando se topo con el enorme closet de la habitación, Misaki volteo rápidamente.
—Tu… sabias que por tui culpa… no... No... no ¿Qué? , ves tú cosa grande café, ya ni me acuerdo — Misaki no entendía lo que le pasaba — Suzuki—san, dile que... que... o tu dile algo Suzuki—san, si a esa cosa...— decía Misaki fuera de sí, tomando uno de los osos. Mirándolo de frente.
—No tengo idea de lo que dices Misaki – Misaki fingía que el oso le hablaba.
—Lo sé, pero sabes... Suzuki—san... todo fue su culpa... seee... su culpa... debería… debería... no se.— decía Misaki.
—Hay Misaki ni tú te entiendes – decía Suzuki—san.
—Ahhh... lo sé pero... pero… jajaja no se... Suzuki—san – Misaki se movía riéndose como loco, no entendía lo que pasaba.
Hasta que no aguanto se mareo y termino encima de innumerables papeles.
- Habitación de Nowaki.
Hiroki entro como si fuera su casa, lo que tendría que hacer lo haría y rápido.
—mmm, veamos – dijo mirando la ordenada habitación, cuando su vista se nublo, algo extraño pasaba. –Ahhh, esta es la habitación de la criatura inmoral – dijo con una risita – la inmoralidad puede llegar a ser tannnnnnn lindaaa – dijo Hiroki.
—Hay no sé lo que me pasa – dijo Hiroki— todo esto es extraño, veamos – dijo acercándose al closet, abrió la puerta – mmmm a ver, a ver – dijo metiéndose en él y cerrando la puerta.
Después de unos minutos salió.
—¡HOLA MUNDO! – Dijo en voz alta – Soy la criatura Inmoral massss, masss, masss LINDA.— Alzo los brazos, Hiroki se había puesto la ropa de Nowaki y fingía ser el.
—Seee, soy lindo, ¡Alábenme todos! – Dijo Hiroki paseándose por toda la habitación— jajaja la inmoralidad mata… no sé por qué... – decía mientras se movía de un lado para otro la ropa le quedaba grande.
—Ahhh – Hiroki se había caído, se dio en su cara, al levantarse del dolor se sobaba la cara, pero cuando levanto— Ahhh soy uno de ellos – dijo gritándose al verse al espejo, no se había quitado su ropa así que parecía que estaba gordo. Hiroki en su desesperación intento salir corriendo, pero solo se fue a estampar contra la puerta, termino en el piso y se pudo a dormir.
- Habitación de Masamune
Ritsu entro algo calmado, encendió la luz se figo que todo estuviera vacío, se aproximó a su computadora, pero antes de que se acercara, vio la colección de libros que él quería tener, al verla solo noto como si, todo se moviera a su alrededor, tardo un rato en reaccionar.
—Ahhh – dijo mirando la estantería— estos son mis libros que hace aquí – dijo viéndolos— no esperen... yo ya no los tengo — dijo Ritsu pensando.
—Entonces, el me los robo… ahhh siiiiiiiii eso, eso fue — reacciono Ritsu. — jajá pero que ni crea que se los va a tener— empezó a quitar los libros de su lugar y los dijo en el piso.
—Ha, se cree mejor que yo, pues que ni crea — decía— a mí nadie me gana — en un movimiento brusco se encontró con el espejo de la habitación.
—¡Oye! Yo te conozco— dijo Ritsu mirándose al espejo — si yo te conozco pero...— dijo empezando a hacer señas. — Ahhh deja de imitarme, tuu… tu imitador — decía mirando el espejo. — que no me imites, que no... — mencionado muy enojado casi rojo— Ahhh te crees mejor que yo jajaja ¡Eres Molesto! –en un momento de desesperación Ritsu tiro el espejo haciendo que este se callera y se rompiera.
—Ahhhhhhhhh ¡lo mate, lo mate, ahora iré a la cárcel, noooo si no me habían metido por robo ahora lo harán por asesino! —Ritsu torturaba así mismo, —Nooo que no me encuentren – dijo yéndose a esconder en las cobijas de la gran cama, se hizo volita y se quedo dormido
Después de un rato, tres hombres bajaban de la lujosa limusina dispuestos a entrar a su casa... pensando en que podrían descansar.