Al día siguiente, en el Gran Comedor, él y Draco eran el centro de todas las conversaciones y murmullos. Aún se seguía diciendo que Malfoy había hechizado a Potter para que se casara con él para poder obtener su dinero ahora que su familia estaba arruinada y sin reputación. A cada paso, o clase que entraba, alumnos y profesores le daban la enhorabuena. Dentro de lo que cabía no estaba mal: solo recibía felicitaciones, elogios y consejos sobre Malfoy.
En cambio, el joven rubio solo recibía desdén, ya que todos pensaban que estaba jugando y usando a Potter. Desde que había empezado el curso, y ahora más, el Slytherin siempre se sentaba solo para comer, estudiar, trabajar, hacer pociones, las clases de Herbología, las practicas de Cuidado de Criaturas Mágicas, en la biblioteca, en su salón...Iba solo por los pasillos y nadie le hablaba a menos que fuera del todo necesario. Pero ahora había empeorado, ya no es que le ignoraran, le insultaban y gastaban bromas. Draco solo gruñía y si se enfadaba mucho las devolvía.
En una de esas, unos alumnos de quinto curso, le hicieron un hechizo para que los cordones se ataran entre ellos y el joven tropezara. Y así lo hizo, pero lo que no habían pensado los causantes de la broma era que, estando en las escaleras, podría hacerse mucho daño. El rubio rodó escaleras abajo un piso entero y estuvo, a nada, de matarse. Ron, Hermione y Harry estaban detrás fueron en su ayuda. Draco se sobaba la parte de atrás de la cabeza con los ojos cerrados. Ron recogió con su varita los libros y las plumas que se le habían caído a Draco. Hermione se agacho preocupada a hacerle un pequeño reconocimiento. En torno a ellos se formó un corrillo. Harry se acercó a los dos alumnos de Ravenclaw que habían causado la broma que aún seguían agachados:
-¡Eso ha sido muy peligroso y de muy mal gusto! ¡Malfoy podría haberse matado aquí mismo! ¿¡Os parecerá bonito?!
-Lo sentimos mucho...-dijo uno de ellos agachando la cabeza en señal de arrepentimiento- Solo era una broma...
-Pues yo no...-El otro se levantó rápidamente- Se lo merece, él y su banda de mortífagos...Nos han hecho muchísimo daño Harry, no se como puedes casarte con él. ¡Ni si quiera se como te atreves a mirarlo a la cara!
El joven se levantó y se fue. El otro le siguió. Llegaron los prefectos y deshicieron el corrillo. Uno de ellos, echó un vistazo rápidamente al herido y le dijo que fuera a la enfermería:
-No me gusta ni pizca como se ha puesto de hinchado el tobillo izquierdo-dijo el prefecto de Slytherin.
-Ademas has caído muy mal, podrías tener una herida interna...-añadió Hermione- Te ayudaremos a ir a la enfermería...
-No necesit...-Draco fue a decirle que no la necesitaba pero Harry fue mas rápido. Lo cogió de la cintura y le hizo pasarle el brazo para levantarlo. Draco miro a Harry enrojecido y este le sonrió.
-No te hagas el fuerte. Si yo me hubiera dado tal ostia, seguramente ahora todos estaríais viendo mi fantasma paseándose por aquí...
Ron le paso los libros a Hermione y cogió a Malfoy también por la cintura. Debía admitir que el rubio era ligero, pesaría como una chica más o menos, y tenía olor como a limón pero mezclado con melocotón, haciendo que en vez de ser ácido o fuerte, se volviera dulzón.
Llegaron a la enfermería. La enfermera le dio un par de golpes con la varita y los arañazos desaparecieron. Luego aplico una pomada color violeta sobre el tobillo del chico. Estaba fría al contacto y olía como a uvas y pera pasadas de fecha.
-Siento todo lo que...
-Déjalo- Draco interrumpió al Griffindor.
-Creo que deberíamos dejarlos solos, cariño-Le dijo Hermione a Ron y le dio la mano. Ron asintió dándole la razón.
-Estaremos en el pueblo, en el bar. Pásate cuando se cure, estaremos toda la tarde.
Marcharon por la puerta y la cerraron tras ellos.
-¿Cariño?- Malfoy levantó una ceja esperando una respuesta por parte del moreno.
-Están juntos y...-Harry se sentó en la mesa que estaba a los pies de la mesa del rubio. Las manos y el trasero apoyados en el borde. Una pierna en el suelo y la otra flexionada. Harry era más alto que él, como media cabeza. También era más fuerte, se le notaban los músculos. Retiró un poco de su alborotado pelo negro dejando ver un poco de su cicatriz tan famosa. Y le miró a los ojos a través de las gafas, sus profundos ojos verdes se le clavaron. Tenían un brillito de felicidad-y...se van a casar...
-¿En serio? Con lo lista que es Granger, se podía haber buscado uno con un poco más de coco...
-Un respeto, Ron es amigo mio, y te acaba de ayudar...-Harry lo miro con una mueca de desagrado.
-¿Cuando?
-Dentro de año y medio. Ya sabes, primero quieren acabar las clases, trabajar y ahorrar un poco. No como nosotros...una boda, ¡ay!, ¡a lo loco!.
Draco sonrió débilmente. Harry lo miró. Era delgado. Sin apenas músculos. Su pelo rubio platino estaba peinado hacia atrás con algunos mechones que caían graciosamente sobre su cara y sus plateados ojos.
La señora Pomfrey llegó y retiró con una toalla mágica todo el ungüento que le había echado a Draco. Este se levantó y apoyo el pie. Funcionaba bien y no le dolía nada. Se puso el zapato y fue a recoger sus libros.
-Concédeme el capricho de llevarte los libros y acompañarte a tu salón.
-Pero no lo necesito, estoy bien.
-Ya, pero mi instinto me dicen que van a seguir intentando jugártela en el camino. Y mi caballerosidad no me deja que te deje llevar los libros.
-¿Si te dejo llevarme los libros dejaras de comportarte como un idiota?
-Claro.
-Pues ya deberías estar en la puerta.
La gente murmuraba en los pasillos cuando veía: Potter y Malfoy juntos hablando por el pasillo.
Llegaron a las mazmorras de Slytherin. En la puerta Harry le devolvió los libros a Malfoy y este comenzó a entrar:
-Una cosa...
El rubio se giró para que continuara hablando.
-¿Quieres...? ¿Quieres venir con nosotros al bar?
El rubio lo miró sin saber que responder:
-Está bien. Salgo en cinco minutos.
Harry sonrió con sinceridad y se sentó en un escalón a esperar. Los de Slytherin que iban y venían lo miraban y murmuraban. Algunos se atrevían a mas:
-¿Que haces Potter? ¿Esperando a tu “novia”, la rubia?
Harry sonrió con prepotencia y soltó:
-Envidia, ya que algunos tenemos suerte, otros simplemente-miró directamente al chico-nos rechazan ciertas Hufflepuff...Los secretos en este colegio no existen, deberías saberlo ya.
Todos se rieron ante el ingenioso comentario y el chico entro corriendo al salón rojo cual tomate. Detrás de el salio Draco.
-Has tardado un poco...
-Debo usar hechizos revelantes por donde camino. Siempre me ponen trampas en la sala, en la habitación que me dio la directora solo para mi, en el arcón, en la cama...
Harry y Draco emprendieron camino a los jardines del colegio.
-...luego al salir debo encantar la habitación y todo lo que hay en ella, pero siempre hay alguno que se salta mis hechizos. Por eso uso hechizos reveladores.
-Debe ser duro...
-Me lo merezco...
Harry hizo una mueca de desagrado. En ese momento llegaron a la puerta del bar y entraron. Se estaba mejor dentro que fuera, se notaba que se acercaba el invierno, fuera hacia ya frio. No hace falta decir que todo el pueblo y el bar se giro a murmurar. Algunos aplaudían y le felicitaban. Ron y Hermione les saludaron con la mano y se acercaron. Se sentaron frente a los dos jóvenes magos:
-Draco, ¿estas mejor?-Hermione preguntó al rubio.
-Si...gracias por preguntar...
-De nada-la castaña le sonrió. El rubio le devolvió a medias la sonrisa.
-Acabamos de llegar-dijo Ron frotándose las manos que seguramente tenía heladas- Hemos pasado por la librería primero.
-Quería mirar a ver si habían llegado unos libros que encargué, pero aún no estaban-dijo Hermione algo decepcionada.
En ese momento la dueña y camarera del bar se acerco con 4 cervezas de mantequilla.
-Esta ronda invita la casa señor Potter. Por su boda.-la joven camarera se seco las manos en su delantal- Muchas felicidades señor.
La mujer se retiro y cada uno cogió un vaso. Todos bebieron menos Draco que examinaba el vaso de arriba a abajo. Harry comprendió por que, se lo cogió de las manos y bebió un poco de el:
-Sigo vivo, puedes beber.
-¿Que haces?-preguntó Ron.
-Digamos que la gente suele gastarme bromas o...intentar matarme. No suelo fiarme de lo que me dan.
-Draco...-Hermione extendió sus manos y cogió la del rubio y las acaricio suavemente. Este la miro atónito- Debes pasarlo horrible querido...El señor Weasley nos contó todo. Nos dijo por que tu padre fue mortífago. Para protegeros a ti y a tu madre. Era eso u os matarían. Yo, en su situación, tan vigilado por el Señor Tenebroso, también hubiera dicho que sí.
-Cierto, mi padre envió una lechuza de disculpa a tu padre por todos esos años de sospecha. Dice que como padre que es, él hubiera hecho lo mismo por nosotros. Nadie querría ponerse en tal aprieto sabiendo como se las gastaba Quién-no-debe-ser-nombrado.
-Yo...-Draco apretó la mano de Hermione y unas lagrimas salieron de sus mejillas, el dolor de su corazón ya no podía mas- Es horrible ver a mi padre tan deprimido. Todos nos han dado la espalda. Nadie cree eso, piensan que solo lo dijo para desquitarse de Azkaban. No tiene trabajo, nadie lo contrata en nada. Dependen de mí...
Ron puso su mano encima de la del rubio y susurró un: ánimo amigo.
-Gracias...-puso su otra mano encima de la del pelirrojo- Después, de las veces que os he insultado por ser de otra clase social o ser hijos de muggles...-Draco sollozó- Y aun así, no me dais la espalda y me tendéis las manos, yo... no se que decir...
Harry puso su mano derecha encima de la Draco y con la otra lo agarró del hombro y lo atrajo un poco para si. A los pocos minutos de desfogue, Hermione saco un pañuelo y se lo tendió a Draco que murmuró un gracias y lo usó.
-Draco...-el mencionado miro a Harry, en la oscuridad de la taberna con la luz de las velas, sus ojos brillaban con un verde esmeralda realmente enigmático- Creo que seria mas seguro que a partir de ahora fueras acompañado por alguno de nosotros a casi todas partes...
-¿Que dices? No podéis andar de niñeras mías todo el día, tenéis cosas que hacer y...
-Pero piénsalo, no molestaría, compartes o con todos o con algunos de nosotros todas tus clases, y si quieres ir a la biblioteca, pídeselo a mi chica, estaría encantada-Ron sonrió y Hermione le dio un codazo. Este le dijo era broma, y le planto un pico en los labios.
-Pero en el tema salón Slytherin...-Harry miro a Draco- No se...allí estas mas en su campo, encerrado, sin profesores y a los prefectos les da todo igual...
-Estaré bien, bastante os preocupáis ya por mi...-Draco suspiro- Primero os insulto, os humillo; luego, os intento matar; ahora, me caso con vuestro amigo y encima me tenéis que ir cuidando por el colegio.
-Draco, no te casas por amor, y Harry tampoco. Ambos necesitáis el dinero, lo entendemos.- Hermione asintió con la cabeza- Es raro, admitámoslo, de esto se escribirá en los libros de Historia...-Todos sonrieron un poco- Pero, no existe otra opción.