Entrega II:
Jang Wooyoung is not an easy man
Su cabello rubio se mecía constantemente con el suave correr del viento que se colaba sin permiso por la ranura de las ventanas semi-abiertas, dejaba vagar su mirada cada tanto por el cielo agolpado de nubes de esa mañana, era la primera vez desde ese día que desviaba su mirada del punto ciego en la pared hacia algún objeto vivo, entreabrió sus labios un poco para dejar escapar su aliento, temblando de frio se abrazó a si mismo, como si de esa forma pudiera devolverse a si mismo la calidez perdida.
El continuo vibrar de su móvil sobre la mesita de noche no le dejaba abandonarse por completo a la deriva, ¿Cuántas llamadas había ignorado ya? La ultima vez que miro la pantalla del aparato pudo contar 20: 5 de ellas eran de Taecyeon, otras 10 eran de Junsu y las ultimas 5 estaban compartidas entre Chansung, el manager y Junho, una sonrisa triste que aun colgaba de sus labios solo al recordar ¿Acaso no pensaba ni siquiera llamarle para preguntar donde estaba? Al parecer a su novio ya no le interesaba ni saber su paradero.
Era un cobarde por salir corriendo así, huyendo de lo que tenia que afrontar después, por que no se sentía tan fuerte como Nichkhun, iba mas allá de la vergüenza y las ganas de no verlo, estaba el hecho de tener que aceptar que fue su responsabilidad también, extrañaba los besos, las caricias, esos roces tiernos y ocultos que compartían siempre al final de un concierto o esos “accidentes” en los camerinos cuando nadie tenia los ojos husmeando sobre ellos, la forma posesiva en las que las manos de su novio se cerraban en su cintura, o esas poses despreocupadas para una sesión de fotos, esos toques que todos a su alrededor percibían como descuidos pero que para ellos dos eran una forma de expresar las ansias de estar a solas y amarse con libertad, con esa libertad que no tenían para hacerlo públicamente.
Lagrimas rodando por sus mejillas, frustración hundiendo sus hombros, y su corazón apuñalándose una vez mas por un cuchillazo invisible, ese que el mismo se había interpuesto, por los miedos, la cobardía y las ganas de volver solo para tenerlo a escasos centímetros de si mismo, confirmar si ya le había cambiado ¿Seria la misma chica que trabajo con el en ese programa? ¿O tal vez una de las bailarinas? Le torturaba no tener la respuesta, pero así mismo no quería saber.
Jang Wooyoung jamás se permitiría desmoronarse frente a Nichkhun, por mucho que le amara encogería su corazón y regresaría, por que desde el principio huir no había sido una opción, en una de las llamadas que tomo de Junsu, este ultimo le dejo claro que nadie diría nada para incomodarlo cuando estuviera de vuelta, y le creía, le daba crédito por que era su Hyung y no tendría motivos para engañarlo.
Dándole una ultima mirada al agradable paisaje que ofrecía el pueblo de Daegu, se puso de pie abandonado la frialdad de ese sofá-cama ubicado cerca de las raídas cortinas, recorrió el trecho de la cama hasta la mesita de noche, con las manos temblándole sin permiso marco el numero de la única persona que le había dado confianza hasta ese momento, al seguridad que requería para reconstruir un poquito su roto corazón, añoraba escuchar la voz de esa otra persona, pero no lo hizo.
– ¿Bueno? –Atendió Kim Junsu
–Hyung–Dijo con voz apenas audible el menor–
– ¡¿Woo?! –El grito eufórico de su hyung no se hizo esperar, en su voz se podía sentir la alegría que desprendía.
–Shh–Se quejo el rubio con el latente temor de que alguien estuviera escuchándolos.
–Cálmate, no hay nadie más que yo en la habitación, te lo aseguro ¿Para que has llamado? –El pelinegro depósito la tasita humeante de café cerca de su portátil, sosteniendo el teléfono entre su hombro y su oído se sentó en la mullida silla frente al escritorio, ordeno un par de cosas y volvió a sostener el móvil con su mano, mientras que tecleaba con la otra.
– ¿Puedo…puedo volver Junsu hyung? –La temblorosa voz de su dongsae le sorprendió ¿Tanto le asustaba a Wooyoung el rencuentro con Khun?
–Claro que puedes hacerlo, cuando quieras la puertas de este departamento están abiertas para ti, tonto–dio un sorbo a la taza de café e hizo unos cuantos clics sobre la pantalla, fijo al mirada sobre el encabezado de esa noticia, en un blog cualquiera de la red, abrió los ojos como platos, no se podía creer que aquello era cierto, el silencio se hizo profundo.
– ¡Imposible! –Ese grito furioso abandono su garganta sobresaltando a Wooyoung, quien aun mantenía aferrado el celular.
– ¿¡Hyung que sucede!?
–Woo, tengo que colgar–Soltó sin siquiera dejarle contesta, colgó rápidamente antes de dar vuelta y salir del dormitorio apretando los puños ¿Era posible? No quería creerlo, si Nichkhun fue capaz de semejante cosa no se lo perdonara jamás, el sabia cuando amaba al menor ¿Entonces por qué hacer tal cosa? No quería pensar si quiera en la posibilidad de que su dongsae era un cobarde, el Nichkhun que el conocía no seria capaz de iniciar una relación con alguien as a sabiendas de como lastimaría a cierto rubio encantador, se golpeo mentalmente por haber permitido que Wooyoung llevara con el la portátil.
Avanzo por el pasillo del departamento sin importarle si hacia ruido, tal vez los demás estarían durmiendo, sin embargo el Tailandés tendría que escucharle, rogaba por estar equivocado, y que todo fuese falso, y mas aun pedía por que a Wooyoung no se le ocurriera explorar las paginas web en ese mismo momento no antes que el pudiera obtener una explicación de que carajos sucedía.
Estrepitosamente abrió al puerta de ese dormitorio antes compartido por el KhunWoo, y observo a su dongsae dormir con tranquilidad, sin embargo no se detuvo sin delicadeza alguna jalo de las frazadas que cubrían el otro cuerpo logrando que el Tailandés temblara un poco debido al frio de esa mañana, unos cuantos quejidos escaparon de los otros labios, aun así Kim Junsu soltó un bufido y se dedico a zarandearlo de lado a lado, sin conseguir nada en realidad, se llevo consigo unas cuantas patadas en el estomago, involuntarias pro su puesto, sin desistir dio un ultimo empujón logrando que el menor cayera de la cama directo al suelo.
– ¡¿Qué sucede?! –Por fin la voz del tailandés le indico que estaba despierto.
–Tú y yo vamos a hablar ahora mismo.
Nichkhun no tuvo ni tiempo de asentir cuando ya estaba siendo arrastrado por Jun.K a la habitación de este ultimo, tirando del menor hacia adelante logro que se sentara en la misma silla que el ocupara antaño, abrió al misma pestaña que antes minimizara y se la mostro tomando nota cuidadosamente de cada una delas facciones del pequeño, la sorpresa cruzo en primera instancia el otro rostro, después la furia desfiguro por completo su rostro ¿Quién había inventado semejante cosa? Era demasiado para su paciencia, estaba tan cansado ya fue sido suficiente tener que dejar ir a Wooyoung luego de esa estúpida discusión.
–Hyung, esto no es cierto–Se apresuró a murmurar mirando con fijeza al mayor.
Junsu soltó un suspiro de alivio al oir esas palabras, aquello que el ya sabia– ¡Lo sabia! –Grito con evidente entusiasmo.
Khun dejo escapar una carcajada–A veces la prensa tiene la capacidad de crear tan increíbles, que hasta el propio implicado se sorprende.
Esta vez fue el turno de Jun.K para reír sin reparos–Sera mejor que hables con el Khun.
–No creo que quiera verme.
Junsu rodo los ojos–No he dicho que el quiera verte, dije que debes hablar con el, por el bien de los dos, Woo a estado mucho tiempo ya en Daegu si JY Park Hyung se da cuenta nos regañara.
– ¿Y por qué no mandas a Junho y Chan a buscarlo? Estoy seguro que a ellos al menos les abrirá la puerta antes de lanzarles algo sobre la cabeza–El Tailandés se cruzo de brazos e hizo un puchero de fastidio.
–No seas infantil–Se quejo el mayor mirándole seriamente–Yo sé que Wooyoung esta confundido, pero tampoco es un irracional, deberías intentar arreglar las cosas, dar el primer…–
Khun puso una de sus manos en alto indicándole a Junsu que se detuviera–Hyung, fue el quien termino conmigo no yo–Bajo la mirada, sintiendo un nudo en la garganta–Yo no lo orille a esto–Cerro los ojos con fuerza, una vez mas las lagrimas querían atacarle–Lo amo hyung–Murmullo, mientras su labio inferior temblaba sin cesar, sin que pudiera detenerse ya, esas gotas salinas bañaron sus mejillas dejando claro la nitidez de sus palabras pronunciadas.
–Aigooo Ustedes dos parecen niños pequeños–Jun.K se acercó al menor, acomodo uno de sus brazos por sobre los hombros del mas alto y lo apego a su cuerpo en un intento de darle sosiego y consuelo.
–Quiero…quiero verlo–La entrecortada voz de Khun resonó en la habitación.
–Ve a buscarlo–Dijo el mayor acariciando el cabello ajeno–Haz que te escuche, no lo dejes ir por algo como esto o te arrepentirás.
El Tailandés sonrió un poco ante las palabras escuchas–Tienes razón–Dándole unas palmaditas en la espalda al mayor se incorporo secando las lagrimas de su rostro en el proceso–Hare mis maletas e iré hoy mismo.
Jun.K le sonrió en respuesta–No dudes en llamarme si necesitas algo, yo te cubriré.
–Te quiero Hyung–Mascullo por última vez Nichkhun antes de salir de la habitación.
Junsu suspiro, apagando la laptop a su espalda y se dejo caer sobre la cama, cerro los ojos con la intención de descansar, rodo un poco acurrucándose sobre la suave superficie, deteniéndose cuando sintió el calor de otro cuerpo a su espalda, el cantante se incorporó algo asustado, sosteniéndose con sus delgados brazos sobre la cama, su mirada se encontró con los oscuros ojos del rapero, quien le miraba desde abajo, sonriéndole como si nada como si estar en su cama fuese cosa de todos los días, cosa que a Junsu no el hizo gracia, hacia días atrás se sentía extraño cuando Taecyeon estaba alrededor, no quería admitir que ya sabia el porqué.
– ¿Qué haces aquí? –Su voz sonó mucho más firme de lo que en realidad era.
–No puedo dormir hyung–Hizo un gesto burlón en la ultima palabra.
– ¿Acaso no tienes un peluche al que abrazar por las noches–Soltó con aire fastidiado el vocalista.
–No–Negó enseguida el rapero haciendo un puchero infantil que a su pesar le pareció tierno al mayor–Tenía un gato de felpa pero Chansung se encargo de hacerlo desaparecer.
Junsu resoplo claramente resignado y molesto– ¿El sofá no es también un buen candidato? –“Se vale intentar” pensó con esa ultima esperanza.
–No–Respondió de nuevo negando Taec, disfrutaba ver como los labios del otro chico se fruncían con molestia obvia, le quito importancia, aun a pesar de usar una excusa tan tonta como el no poder dormir, por fin podría abrazar a su hyung, y se rio de si mismo al pensarlo tan siquiera como eso, por que rapero deseaba algo mas, quería dejar de ser un simple dongsae para Kim Junsu.
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Recargado contra la puerta de la habitación miraba aun la brillante pantalla del computador, sin poder procesar por completo esa información recibida, rompiendo en millones de pedazos cualquier ilusión que hubiera florecido al menos por un ínfimo minuto, y no quería creer que era real, necesitaba escuchar la voz de Khun diciendo: “No es cierto, yo te amo” pero era cruel el silencio por que el mayor no estaba allí, no estaba junto a él en ese departamento, abrazándolo, besándole y susurrándole el cariño que le tenia con palabras que solo a él le creía.
Mas lagrimas que resbalaron de sus negras orbes, se sentía tan traicionado e incapaz de siquiera caminar al aparato para cerrarlo y así desaparecer todos esos rumores mal intencionados, aquellos en los que todavía no terminaba de creer, creía conocer lo suficiente a su hyung como para saber que anda era real, aun así dudaba, y ese hecho le torturaba por que antes de que sucediera su separación él podía creer con certeza cada una de las cosas que Khun le dijera, por que confiaba en su palabra como en la de nadie mas.
Unos suaves golpecitos aporreando la puerta del departamento llamaron su atención obligándole a separase de esta y secar sus lagrimas con rapidez, quien sea que fuere tendría que irse por donde vino, no estaba de humor para recibir a nadie, no tenia ganas de fingir sonreír mientras le dolía por dentro.
Acomodando sus rubios cabellos en un aceptable peinado, salió de la habitación y camino hasta el recibidor del departamento, con fastidio giro el pomo abriendo la sin siquiera echar una mirada al exterior, dio la espalda a la persona recién llegada y se acercó al escritorio cerrando con rapidez la computadora.
–No estoy en mi mejor momento, puedes irte cuando quieras–No le importaba si s se trataba de cualquiera de sus hyungs, simplemente estaba exhausto de todo aquello llevaba días haciéndose a la ida de volver con su novio y pedirle disculpas por su comportamiento tan infantil, pero ahora no podía, no con lo que estaba sucediendo.
–No me iré sin hablar contigo–Se quedo de piedra al reconocer esa voz que tanto añoraba hacia solo minutos atrás, ¿Qué debía hacer? Leves temblores comentaron a recorrer su anatomía de arriba abajo, quería dar vuelta y correr hasta el baño al final del pasillo encerrarse y ponerse llorar desconsoladamente, pero no lo haría seria demasiado patético para las situación.
–Khun–Murmullo apenas en un tono entendible para el otro muchacho, el mencionado avanzo al interior de la habitación, dejando la maleta de ruedas apoyada contra la pared continua a la puerta y el bolso de manos fue asentado sobre la mesa del comedor, se quito las enormes gafas negras y el gorrito de lana que ocultaba su castaño cabello, suprimió un suspiro de ansiedad cuando Wooyoung daba la vuelta lentamente sobre sus propios pies para hacerle frente, el mayor trago saliva de un momento a otro el valor acumulado durante todo el viaje en el metro le abandono.
– ¿Cómo has estado? –Se golpeo mentalmente por haber formulado una pregunta tan obvia como esa, ¿Qué espera que le dijera el menor?
–Bien–La sequedad con la que le otro contesto ni siquiera le sorprendió, estaba preparado para todo eso, sabia que no por ir a buscarlo Wooyoung se lanzaría a sus brazos felizmente.
– ¿Has estado comiendo bien? –Mostro una bolsa negra que colgaba de una d sus manos, la misma contenía ramen instantáneo entre otros alimentos muy simples en realidad, Qué mas podía esperar si fue comprado en un supermercado cualquiera. Con sinceridad debía decir que en ese mismo momento lo que menos le importaba era la procedencia de esos productos.
–Al menos mejor que tu, si–Contesto con un tono mordaz el menor, apartándole la mirada cuando atravesaba las puertas de la cocina ignorando por completo la mano extendida que ofrecía la bolsa para ser llevada con el.
Khun soltó un suspiro algo contrariado, necesitaba paciencia, amor y compostura, por que no seria nada fácil recuperar a Jang Wooyoung
Fin de la entrega II