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No llores solo por beautiful demon

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No llores solo
No en este mundo de horror

El celular se deslizó de su mano al oír la voz del otro lado del auricular, su rostro inexpresivo hasta entonces de pronto se volvió incrédulo y sin importar que el celular azotara contra el suelo desarmándose empezó a correr con todas sus fuerzas.
La opresión en su pecho se volvía cada vez más grande a cada paso que daba; tras haber recorrido más de diez calles sin parar, a pesar de que estuvieron a punto de atropellarlo más de dos veces, a pesar del recorrido largo y casi interminable, le dolían más la piernas por la tensión que por el esfuerzo. Unicamente deseaba llegar un poco antes de que sucediera, lo único que deseaba era verlo, despedirse, decir un hasta luego y no un adiós, no una adiós.
Doblo a la derecha. –“sólo tres calles más, sólo tres más”- pensó con desesperación. Empezó a empujar a la gente al ver que la última calle estaba congestionada sin importar la queja de las personas y tras haber salido del montón de gente vio al fin ante él, el edificio blanco con jardines verdes tan anhelado.
Cruzó la calle acercándose más al edificio pero aún así la opresión en su pecho no disminuía y por el contrario se hacía más terrible. Ya entrando subió de dos en dos las escaleras hasta el quinto piso obviando al elevador; paro en el pasillo con la respiración agitada y por unos pocos segundos se sintió perdido y mareado con la horrible sensación de frío que ya había sentido una vez…esa vez. Corrió de nuevo hasta detenerse delante de esa puerta con el número 52 en ella, estaba abierta sin nadie dentro de ella; el aire se le escapo de los pulmones, un nudo en la garganta apareció y sintió como si su corazón se retorciera con dolor dentro del pecho. Oyó unos pasos a su izquierda, volteo sabiendo quien era y lo miro como en mucho tiempo no lo había hecho con la mandíbula apretada.

****************
No había notado lo cansado que estaba hasta ese momento.
Miro a su alrededor contemplando el rostro fúnebre de todos marcados por la huella del llanto. Habían asistido muchos, tal y como lo esperaban pues había sido él, el más sociable de los tres. Suspiro quedamente, casi imperceptiblemente, ahora eran sólo dos, sólo dos, cada vez menos, cada vez más muertos…
Poso su mirada en él, lloraba, como la vez pasada pero era diferente, no eran lágrimas quedas y silenciosas, su llanto era mayor, intenso, más doloroso y es que ¿cómo resistir una perdida tan grande? No se había esforzado por evitar aquel llanto en esta ocasión, no se había esforzado por resistir y llegar hasta su cuarto encerrándose y llorar casi gritando, no, esta vez lo había hecho sin importar quien estuviera presente ¿Estaba tan perdido acaso, que la fuerza se le había acabado? La pregunta le supo amarga y se reprocho por ello, no quería pensar todavía en eso.
Le distrajo un ruido, el ataúd era bajado y el llanto de una mujer se oyó por todo el lugar, flores blancas fueron aventadas antes de caer el primer pruño de tierra. Pronto termino y los pésames fueron dados, pero ya estaba harto de ellos ¿Por qué tenían que recordárselo tanto? ¿Por qué decían saber que lo sentían tanto? ¿Por qué fingían entender el dolor por el que estaban pasando? Por un segundo tuvo el deseo de dejarlos ahí hablando pero supo que eso era descortés, que sólo trataban de ayudar a que le dolor fuera menos, sin embargo hacían lo contrario.
No tardo mucho para que todos se retiraran y ambos quedarán solos en medio de un silencio que sofocaba, era incómodo pero necesario, sabía que tardarían en hablar de ello o tal vez no lo harían. Le oyó suspirar, su llanto había sido controlado y al fin se decidió a decir algo.
-Cecilia…
-No se atrevió a venir- completo el otro.
-Ya veo… iré a caminar un rato- dijo ante el nuevo silencio.
Se miraron el uno al otro al fin viéndose a los ojos, David sonrió con los ojos rojos tratando de hacerle sentir bien y Aarón le correspondió sólo por hacerle sentir mejor, David inesperadamente lo abrazó.
-No te trates de hacer el fuerte…ya no- susurro a su oído.
Aarón lo aparto un tanto molesto por el comentario, dio media vuelta.
-No estoy tratando de hacer nada…hermano.
Se fue de allí. Sabía que él tampoco entendería a pesar del lazo de sangre que los unía.
Caminó sin rumbo por horas, a pesar de que la tragedia había ocurrido el mundo seguía girando, era un bonito día, no había señales de lluvia o alguna nube negra en el cielo, era un día caluroso y ya tenía su saco al hombro y la corbata en la bolsa de su pantalón. Detuvo sus pasos al verse de nuevo en el parque que tanto le gustaba. Inconscientemente había llegado ahí. La abundancia de árboles era lo que le había encantado junto con el césped verde y bien cortado al igual que el aroma de los varios tipos de flores.
Recorrió todo el parque que despedía una cálida tranquilidad hasta que decidió sentarse a la sombra de un árbol. Se sentó estirando las piernas, puso el saco a su lado y se recargo contra el tronco del árbol relajando sus hombros posando sus manos sobre el acariciante pasto, su olor invadió su nariz sintiéndose adormilado y por un momento sintió como si todo fuera perfecto, como si hoy no hubiera sido el funeral de su hermano, como si hace un mes su hermano no hubiera sido atropellado por ese maldito autobús y entrado en coma, como si hace un año su madre no hubiera muerto también y con eso hubieran empezado todos sus problemas, como si fuera realmente feliz.
Una mueca de disgusto apareció en su rostro al pensar en ello y sin intención, de sus ojos, una lágrima salió, casi invisible, transparente, dolorosa. Dio un largo suspiro al tiempo que se daba cuenta que cerca de él se oía un jadeo constante, abrió sus ojos con las pequeñas lágrimas amenazando con salir, volteo hacia su izquierda y vio un lindo perro labrador color negro que lo miraba insistente. El perro se le hizo familiar, muy conocido. Sonrió levemente con un dejo de tristeza, lo acarició con cariño
-Te encontró.
Aarón alzó la mirada y lo vio, su piel clara era cubierta por la sombra de las hojas, su cabello castaño más o menos corto y lacio estaba alborotado dejando caer algunos mechones en su frente, sus facciones viriles de labios carnosos y nariz afilada como su rostro estaban llenas de una expresión de ternura al igual que sus ambarinos ojos profundos; era esbelto pero no en extremo más bien atlético al igual que él, vestía unos jeans deshilachados, tenis y una playera negra con un estampado raro.
-Daniel, hola.
-¿Te interrumpimos?
Él negó con la cabeza, las lágrimas habían desaparecido, Daniel se sentó junto a él y el perro se echo a sus pies.
-Me imagine que estarías aquí, pero no pensé que seguirías de traje.
-¿Ehh?
Aarón se miro a si mismo confirmando el comentario de Daniel.
-Ahh si es que…
-Has estado caminando- interrumpió el otro- tu hermano me lo dijo…perdona por no hablarte en el funeral, supuse que no querías que me acercara.
Aarón no contesto, volteo a verlo, contemplaba el cielo con mirada perdida. Daniel le observo repasando con detenimiento el perfil de su rostro; amaba esa mirada violeta, esas pestañas negras y alargadas, ese cabello negro, ondulado y largo hasta la parte en donde empezaba esa mandíbula cuadrada, esa nariz recta, esa tez bronceada. Vio otra pequeña lágrima salir de su rostro recorriendo la mejilla, sin poder evitarlo con un dedo la quito; Aarón lo miro un poco confundido pero le sonrió como siempre lo hacía, melancólico tratando siempre de fingir una felicidad que no existía.
-Si tan sólo me dijeras lo que piensas, lo que sientes.
Aarón bufo, se levanto.
-Deja de molestar.
Comenzó a caminar dejándolo ahí.
-“Si tan sólo supieras”

N/A: Hola!!!!!! Como estan?? espero que bien, ehh primero que nada gracias a los que lean esta historia. Si tienen algún comentario o queja no duden en dejarlo =D mmm bueno eso es todo espero que les guste, espero tener el siguiente capítulo pronto. Nos vemos!!

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