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No llores solo por beautiful demon

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Me pregunto tal vez
Si me alegra saber
Que he dejado de sentir
Pues hecho fui desde el principio
Para sufrir
Lo que te tocaba a ti
Pero ya no puedo más
Toma tu lugar
Es tu turno de aguantar

Todo parecía normal, todo parecía seguir igual, parecía como si nada hubiera pasado y eso…le molesto. La frivolidad de Aarón le molestaba, la odiaba porque podía estar gritando por dentro y aún así sonreír como si nada pasara y eso se lo hacía más difícil pues no sabía si abrazarlo o seguir con la farsa, si mirarlo con comprensión o mirarlo con furia por su necedad; sin embargo había algo diferente después de todo, a pesar de su sonrisa sus ojos se atrevían por primera vez a gritar con dolor y ¿tendría acaso que obligarle a que le dijera lo que le estaba pasando? Ya estaba cansado, estaba cansado de seguir con su juego de hacerse el fuerte, estaba cansado de seguirle la corriente, cansado de sufrir por él al no saber que hacer, cansado de tener que sufrir algo que no le correspondía… pero eran eso los amigos ¿no? Esos seres incondicionales que lloran, sufren y ríen contigo ¿no?...sí, eso eran, sí, eso era… eso y no más.
Aarón volvió a sonreír ante el comentario de Leticia y por un rato poso su mirada en Daniel, estaba muy callado, muy serio, a veces lo veía con resentimiento y sabía muy bien el por qué. Volteó de nuevo hacia su compañera y sonrió de nuevo, pero ¿qué se le podía hacer? …l era así desde pequeño y nadie mejor que Daniel lo debería saber; ellos dos se conocían desde que estaban en el vientre de sus madres ya que ellas eran amigas desde secundaria y nunca habían perdido contacto incluso cuando ellos (la familia de Aarón y Aarón) vivían en Alemania, y se habían vuelto los mejores amigos con el paso de los años cuando él (Aarón) se mudo a menos de cinco cuadras de su casa a la edad de los seis. Pero aún así, ¿De qué se podía quejar Daniel? ¿De qué no llorará por los rincones de la preparatoria? ¿De qué no hiciera escenas arrebatadoras en frente de tanta gente? Además, lo más seguro es que el rumor se correría pronto o ya se estaría corriendo en estos momentos pues apenas habían entrado a la escuela y se habían encontrado con Leticia quien seguramente ya sabía pero no diría nada pues tenía mucha consideración con él.
Aarón comprobó su pensamiento al entrar al edificio; pasaran por donde pasaran, los estudiantes y también los maestros le miraban, unos con curiosidad, unos con pena y otros…otros con lástima. Si con esa lástima que tanto aborrecía ¿pero cómo no se la iban a tener? ¿Cómo no tenerle lástima a ese chico con una madre muerta y ahora un hermano de igual manera, agregando también que tenía un padre que le odiaba por razones que eran mentiras inventadas por su nueva esposa? ¿Cómo no tenerle lástima a alguien que sufría tanto y no lo decía? Desvió la mirada con un poco de furia viendo a Daniel que el miraba. ¡Ah claro! y también estaba Daniel que le reprochaba por algo que él no podría entender, que al igual que todos, sabía, le tenía lástima…lástima ¡lástima, lástima, lástima! ¡No la necesitaba!
Caminó más rápido hasta llegar al baño de hombres dejando a Leticia y a Daniel confundidos a la vez que sorprendidos, el chico suspiro, sonrió a Leticia.
-Nos vemos en el salón, voy a ver a Aarón.
La chica lo vio comprensiva y asintió.
-Luego nos vemos- despidió tomando camino hacia el aula.
Antes de entrar al baño Daniel respiro hondo, empujo la puerta para poder entrar viendo al momento a Aarón con sus manos sobre el lavabo viéndose al espejo denotando en él un poco de enojo.
-¿Estas bien?
Aarón lo miro por el espejo frunciendo el ceño.
-Sí- contesto seco.
-Sabes que puedes decirme lo que sea- dijo acercándose.
Sin saber por qué el enojo en Aarón creció.
-¡No necesito nada de ti, déjame en paz!
Daniel lo vio serio deteniéndose al instante en que su amigo grito, pero sonrió.
-La paz esta en Bolivia- bromeo tonto.
Aarón rió un poco ante el ridículo comentario de su amigo olvidando un poco su enojo.
-Vamos no me tienes que decir nada pero al menos no me dejes ahí con Leticia, sabes que me da miedo estar con ella cuando no estas tú.
-Eso es porque le gustas y actúa nerviosa cuando no estoy yo.
-¿En serio?- pregunto incrédulo con cara de niño inocente- No lo sabía, pero ahora que lo dices ella no esta mal- bromeo- …podría tomarla en cuenta- dijo al fin pensativo con un poco de dolor. Sonrió levemente, lo que tenía que hacer para evitar pensar en aquello que sabía era imposible.
Aarón se mordió el labio inferior sintiendo, con confusión, algo extraño dentro de él ante el comentario de Daniel.
-Pues no sería mala idea- le siguió- ya hace tiempo que no tienes novia y eso ya es raro, siempre tienes alguna.
Daniel torció el labio, la sugerencia no le había gustado, aparte ¿cómo se supone que tendría una novia si al que quería era a él?
El chico se sorprendió a si mismo pensando en eso, ¿le quería?... ¿en serio le quería?
-Siento haberte gritado.
Daniel se desconcertó con la voz de Aarón y lo miro a los ojos escudriñando en ellos, buscando la respuesta a su pregunta que hace unos momentos se había planteado a sí mismo. El chico de ojos violetas se sintió nervioso cuando Daniel le miro así…esperen ¿Desde cuando se sentía nervioso al mirar a su amigo?
-No me mires así- se quejo desviando su mirada.
El otro sonrió.
-¿Qué? ¿Apoco te pongo nervioso?
Aarón se ruborizó un poco impresionándose a si mismo ¿ruborizarse? ¡…l no se ruborizaba!
¡Nunca lo había hecho! ¡Ni si quiera con una chica! ¡¿Por qué lo comparaba con una chica?!
-¡Bueno ya! ¡¿Vas a aceptar mis disculpas o no?!
El otro le miro extrañado, no entendía por qué esa reacción.
-Ehhh…
-¡¿No?!- giro a verlo.
-S…sí- titubeo.
-¡Esta bien ya me voy!
Aarón salio lo más rápido que pudo del baño dejando a un aturdido Daniel.
-“Que raro”- pensó.

****************
Dudo al entrar, no quería hacerlo…pero no tenía de otra y es que le traía tantos recuerdos. Metió la llave al cerrojo abriendo la puerta; la empujo haciendo rechinarla, todo estaba en penumbra a pesar de eran las cuatro de la tarde, se debía a que todas las cortinas estaban cerradas. Cerró la puerta tras de si arrojando su mochila hacia un sillón cualquiera, busco por unos segundos con la mirada, parecía no haber nadie pero estaba seguro de que se equivocaba y lo comprobó viendo en el mismo sillón otra mochila.
-Ceci…- llamo- Ceci.
Subió las escaleras, camino por el pasillo hasta llegar a la habitación del fondo donde sabía que estaría, tembló un poco antes de girar el picaporte… el cuarto de Axel…
Asomó la cabeza para ver si alguien estaba ahí, todo se encontraba intacto a excepción de la cama; se veía un bulto en ella, entró por completo.
-Cinco minutos más mugroso, te juro que me paro en cinco minutos para ir a trabajar…- oyó decir a una voz varonil y conocida.
Daniel trago saliva.
-¿Axel?
Por un momento pensó verlo levantado con la cara adormilada, con sus cabellos negros, cortos y ondulados revueltos y los ojos grises entre abiertos para volverse a acostar.
Tembló de nuevo con el corazón latiéndole tan rápido y fuerte que pensó se le saldría del pecho.
-¿Axel?- preguntó otra vez con la voz quebradiza.
-Axel…
Oyó la voz de alguien más, una femenina, repetir el nombre de su hermano en un susurro. Se acerco más a la cama hasta estar al lado derecho de está dándose cuenta de que había sido un juego cruel de su imaginación; quien estaba ahí no era su hermano, era Cecilia que tenía los ojos tan hinchados que hasta dormida se le notaba que había llorado. Se agacho ante ella y le acaricio su cabello castaño y largo; por un momento la vio con dolor.
-Ceci…- le llamo quedo.
-Axel…
La chica abrió los ojos azules viéndole borroso y de pronto reincorporo la mitad del cuerpo en un movimiento brusco.
-¡Axel!- dijo emocionada abrazándolo con fuerza.
Aarón sintió un dolor peor que el anterior, parecía que nunca terminaría.
-Te extrañé tanto
-Ceci…- susurró- soy yo… Aarón.
La chica se separo de él viéndolo, ahora que podía ver bien se dio cuenta de la verdad y sonrió amarga.
-P…perdón, yo…estaba soñando y pensé que…- Cecilia se detuvo al ver que Aarón le sonreía tranquilizadoramente- perdón.
Aarón rió un poco.
-No te preocupes…oye ¿no crees que es hora de que vayas a tu casa?
La chica lo pensó; tenía tres días metida ahí en la cama de su novio desde su funeral, no había salido, apenas había comido y por primera vez se dio cuenta que lo único que hacía era hacerle más difícil a David y a Aarón sobrellevar el golpe.
-Si tienes razón- contesto viéndolo a los ojos- … dime Aarón… ¿Tu…como estas?
Aarón alzo una ceja sabiendo la intención de la joven.
-¿Qué quieres decir?
-Tu sabes a lo que me refiero, no has derramado ni una sola lágrima y eso me preocupa… ¿seguro que estas bien?
-Eso es porque no me has visto- respondió- has estado aquí metida desde hace tres días sin querer ver a nadie.
La chica hizo una mueca chistosa, tomo la liga de su muñeca y se amarro su largo cabello.
-Pero aún así, no te creo, te conozco aunque…lo que yo no quiero es que estés solo.
Aarón se levanto y la tomo con delicadeza de la mano jalando de ella.
-Vamos no te preocupes por mi, ven debes irte, tú mamá me habla todos los días para ver como estas, debe estar desesperada.
Caminaron atravesando el cuarto hasta salir de él, el chico la llevo hasta el pie de las escaleras deteniéndose al darse cuenta de que Cecilia lo había hecho.
-¿Qué ocurre?
La joven se veía pensativa, dudando un poco.
-¿Hace cuanto llegaste?
-Apenas- contesto confundido.
-Ohhhh…entonces creo que fue tu hermano aunque eso sería raro porque el tiene que ir al trabajo… ¿no?
Aarón miro hacia la puerta del cuarto de David dirigiendo después su mirada escaleras abajo para volver a posarla en Cecilia.
-Bueno debes irte
La chica se soltó de su agarre y bajo las escaleras seguida por Aarón.
-Nos vemos en la prepa entonces- tomo la mochila que estaba en el mismo sofá en el que el chico había aventado la suya y antes de salir por la puerta le dedico una última mirada a Aarón- cuídate mucho- salió cerrando tras de ella la puerta.
Aarón se quedó parado ahí por un corto rato y después avanzo hacia la ventana todavía viendo a lo lejos a Cecilia caminar; sabía que sería muy duro para ella…
Volteo hacia la cochera y vio el auto estacionado. Frunció el ceño ¿Qué hacia su hermano ahí? Volvió a subir a las escaleras, más tranquilo que antes doblando hacia la izquierda en la primera puerta, la abrió sin ningún cuidado comprobando que su hermano estaba ahí, acostado boca abajo. De repente un fuerte olor a alcohol golpeo su nariz, se acerco más a la cama pero no vio botella alguna ni nada más que comprobara que estuviera tomando más que su aliento el cual era suficiente. Aarón le dedico una mirada de decepción a su hermano mientras dormitaba.
-No así- susurró.
El teléfono sonó distrayéndolo de su observación, bajo alcanzando en el recibidor el teléfono antes de que dejara de sonar.
-Bueno…ahh hola… ehh si eso creo…no, estoy bien… si no te preocupes… si estoy en tres minutos adiós.
Aarón colgó el auricular y miro su reloj para de nuevo desviar la mirada escaleras arriba, frunció el entrecejo otra vez como minutos atrás. Dio media vuelta y salió de su casa sin siquiera haberse cambiado el uniforme. Dirigió sus pasos hacia el pequeño parque que estaba a dos calles de su casa, ella estaría allí y extrañamente no sentía emoción. Casi al llegar ahí vio a lo lejos a Daniel caminando junto con su perro como siempre, el perro al verlo comenzó a correr hacia él con euforia hasta casi tirarlo cuando se le aventó. Aarón se equilibró para no caer y al estar en pie acaricio al labrador negro como acostumbraba; cuando alzo la mirada vio frente a él a Daniel y por un momento sintió un hormigueo en su estómago sin saber por qué.
-¿Qué haces aquí?- preguntó Aarón con la voz un poco quebrada.
Daniel sonrió.
-Oye no eres dueño de las calles puedo estar aquí cuando se me pegue la gana- bromeo
Aarón le sonrió un poco nervioso.
-Jeje nada más vine a pasear a Max- señalo al perro- tenía que hacer sus necesidades jaja
-… ya veo
- ¿y tu? ¿A dónde vas?
- Al parque, quede de verme con Jenny.
Daniel lo vio sorprendido.
-Entonces ¿ya ha regresado? ¿Cuándo?
-Cuando se entero de lo de mi hermano- contesto sin ánimo.
Daniel hizo una extraña mueca, la había olvidado, había olvidado a la novia de Aarón; ella se había ido por tres meses a España a visitar a sus parientes y no iba a regresar hasta dentro de dos meses, pero con lo de Axel…
-Entonces mejor los dejo solos- dijo sin moverse
Aarón dudo, por alguna razón no quería que se fuera pero tampoco quería que se quedara y no era porque quisiera estar a solas con Jenny.
-Pues…
En ese momento oyó gritar a una chica su nombre a todo pulmón. Vio tras Daniel comprobando que era Jenny tan menudita como siempre con su cabello rubio corto hasta los hombros, desordenado de la emoción al igual que sus ojos esmeraldas tan brillantes y alegres. Corrió hacia él casi igual al labrador hace unos segundos aventándose a sus brazos y esquivando a Daniel, lo estrujo lo más que pudieron sus pequeños brazos. Daniel veía con risa como Jenny ahogaba a su amigo.
-J...e…nny…me…me estas aho...rcando
Jenny dejo de apretarlo al instante en que oyó eso pero no dejo de abrazarlo, lo vio a los ojos y de la nada lo beso. Aarón sorprendido no correspondió al principio sin embargo a los pocos segundos la abrazo por la cintura e hizo lo mismo.
Daniel desvió su mirada y se mordió su labio inferior; si, había olvidado lo doloroso que se había vuelto verlos juntos, había olvidado que no le gustaba presenciar aquello, había olvidado los grandes celos que sentía en aquel momento.
Aarón involuntariamente abrió los ojos mientras seguía con el beso que se había alargado y vio a su amigo, le gustaba cuando se mordía sus carnosos labios, le daban ganas de hacer lo mismo con ellos.
Se separo brusco de su novia, Jenny le vio sin entender. El corazón de Aarón de repente se volvió loco y nervioso latiéndole con gran fuerza, ¿Por qué? ¿Por qué había pensado eso?
-¿Te pasa algo?- pregunto la chica.
Al ver que Aarón no contestaba se dio cuenta de que al lado de su novio había un perro que sólo podía ser de una persona, volteo y le vio.
-¿Desde cuando estas ahí?
-Mmmm creo que desde que gritaste como una loca y empezaste a correr como mi perro hasta Aarón golpeándome para pasar- contesto el chico con una hueca sonrisa en el rostro.
-Jajaja lo siento, estaba muy emocionada.
Jenny se soltó de Aarón entrelazando su mano con la de él, jalo un poco de él para acercarse a Daniel y darle un beso en la mejilla como saludo, Aarón vio a su amigo fijo.
-¿Qué? ¿Yo no recibo el mismo abrazo que él?- preguntó en broma Daniel abriendo los brazos hacia ella.
La chica sonrió contenta y cuando soltó a su novio para abrazarlo con efusividad, Daniel correspondió con gran cariño pues después de todo era una de sus más preciadas amigas y le quería. Mientras tanto, por alguna razón Aarón se molestó y entonces no supo si por Jenny o por Daniel. Cerró los ojos con fuerza al pensarlo, estaba confundido. ¿Por qué Daniel no pudo haberse quedado callado?
-Bueno-dijo el chico soltando a Jenny- es mejor que los deje, tienen mucho de que hablar.
Daniel llamo al perro que se había alejado hacia al parque jugando con su cola y se despidió de ambos siguiendo su camino apresurando el paso para no estar más ahí. Aarón lo siguió con la mirada hasta que desapareció al alcance se su vista. De pronto alguien jalo de su brazo llamando su atención, volteo y volvió a ver a Jenny, su bonita Jenny, su querida Jenny. Le sonrió. Jenny de pronto frunció el ceño.
-A mi no me vengas con eso de que estas bien- dijo seria y decidida.
Lo llevo de la mano hasta el parque sentándose en la primera banca que vieron, lo sentó, se sentó después ella sin soltar el agarre de su mano y lo miro a los ojos con tanta fijeza que cualquiera hubiera desviado la mirada menos él, él nunca lo hacía.
-¿Cómo estas? ¿Cómo te sientes?
-Bien
-Ya te dije que conmigo no vengas con el cuento de que estas bien.
-Estoy bien Jenny- insistió el chico.
Jenny lo vio preocupada y le acarició la mejilla.
-Dime que fue lo que pasó.
-Ya lo sabes
-Dime Aarón
-Ya lo sabes
-Aarón…
-Ya lo sabes- contestó seco-Axel murió.
-Si eso lo sé, pero ¿por qué? ¿Cómo? Dime desde el principio que paso.
-Preguntas cosas que ya te dije Jenny.
La chica lo vio más seria exigiendo con la mirada que le contará desde el principio y por primera vez desde que lo conoció desvió la mirada.
-Vaya que eres estúpida.
Oyeron ambos decir a alguien. Alzaron la mirada y la vieron ahí parada con su fina ceja arqueada, llevaba un balón de fútbol soccer bajo su brazo mostrando en la delgada muñeca varias pulseras y las uñas negras, vestía sus jeans deshilachados que llevaba arrastrando, sus eternos tennis y una blusa negra; el cabello castaño oscuro rozando con el negro como siempre en una coleta mas o menos alta con algunos mechones en la cara morena, daba apariencia de chico pero gracias a la curvatura de su pecho que no era poco y a la de sus caderas no se confundía; poseedora de facciones proporcionadas y finas, con labios ni muy delgados ni muy carnosos y unos ojos verdes pálidos que combinaban con su tez morena y bronceada; a pesar de su leve apariencia varonil era muy bonita, hermosa gracias a la combinación de su personalidad tan agradable y enigmática que encantaba a todos- bueno claro esta que con sus excepciones(como todo)-.
La cara de enorme disgusto de Jenny fue obvia.
-Comparada con una pendeja como tú creo que apenas y se nota.
La joven sonrió con mofa mostrando una hilera de dientes blancos y perfectos.
-Hay una enorme diferencia entre estúpida y pendeja, y yo soy pendeja no estúpida.
-¿Te dices a ti misma pendeja?- preguntó con burla Jenny
-¿Y por qué no?- contesto altiva sorprendiendo a la otra- cualquiera hace pendejadas, pero estupideces sólo son hechas por personas tan estúpidas como tú.
Jenny se vio un tanto impotente al no saber bien como responderle.
-Estupideces ¿yo? Jaja, tu no digas nada, además yo no me veo haciendo una estupidez o ¿tú si?- la otra asintió- jaja entonces como veo que te crees tan lista, dime cual es.
De repente la mirada y la sonrisa burlona de la chica cambio, dejo se sonreír y le vio seria y con reproche en los ojos, expresión rara en ella por lo cual también Jenny dejo su posición desafiante.
-¿No escuchas lo que digo? ¿Qué en serio no te das cuenta?- dijo en tono serio- Debes ser realmente estúpida para no saberlo.
La pasó de largo dejándola ahí, sentada y sola porque gracias a la discusión entre ellas no se había dado cuenta de que Aarón se había ido desde la segunda frase dicha por ella misma y en ese momento entendía las palabras de Iris.
Aarón había desviado la mirada cuando insistió, él nunca desviaba la mirada por más que le doliera…pero esta vez, lo había hecho.

*****************
Aarón se detuvo en la esquina del parque sentándose en el filo de la banqueta y tras pasar un rato sintió a su lado la presencia de alguien, seguramente Iris, pensó. Giró la cabeza y al ver que tenía razón siguió mirando al frente.
Se sentó a su lado poniendo entre sus piernas el balón.
-Mmmm…perdón- dijo la chica.
Aarón giro de nuevo su rostro sólo un poco para verla, le resultó extraño, Iris nunca se disculpaba a menos que ella misma supiera que estuvo mal, era muy orgullosa, pero ahora lo hacía, ahora cuando de verdad no había nada que perdonar.
-Estarás pensando que mi disculpa no tiene razón ¿no?
Aarón sonrió, ella siempre sabía.
-Bueno pues si la tiene, la verdad que no me gusta pelear con tu novia y hacerte pasar malos ratos y por eso me disculpo, es sólo que los vi ahí y…ahhh bueno, yo pensé que ella entendería, pero por lo visto no, pensé que era inteligente.
-Entonces ¿qué fue toda esa palabrería y ofensa allá atrás?
-La verdad.
El chico la miro más fijo, ella veía al cielo sonriendo natural y enigmática como siempre.
-No entiendo.
-Pensé que tu novia era inteligente y se daría cuenta que todas esas preguntas lastiman- explicó- pero no.
Aarón suspiró.
-Sé que ella no te cae bien y no por mi tienes que aguantarla, pero a veces deberías quedarte callada, no tienes porque ofenderla…siempre lo haces cuando puedes.
Iris torció la boca.
-Yo nunca dije que me cayera mal, la idea que tengo de ella es muy diferente a la que todos piensan, la verdad quien no le cae bien a ella soy yo, a mi ella me da igual.
- ¿Entonces por qué la ofendes?
-Lo de hace rato fue sólo la verdad, y ha sido la primera vez que lo hago de esa manera.
-No es cierto- refutó Aarón- siempre discuten igual
Iris volteo a verlo y sonrió con ternura.
-El problema que tienen ustedes es que no se fijan bien- Aarón la vio confundido- sólo te digo que la próxima vez que nos veas discutiendo te des cuenta de ciertos detalles Aarón, el único que se da cuenta es Daniel.
Al pensar en ese nombre a Aarón se le crispo la piel.
-¿Qué quieres decir? Explícate bien, siempre me vienes con tus palabras misteriosas que nadie entiende.
-Mas que Daniel- aseguró ella- lo que quiero decir es que quien inicia todo es ella no yo, deberías haberte dado cuenta desde hace tiempo ya, desde el primer momento ella me tiene entre ceja y ceja y tu sabes mejor que nadie que con la gente que me cae mal ni siquiera hablo y si lo hago no la ofendo, pero si me molestan no me voy a quedar callada. Además ¿que gano con hacerme la enemiga de la novia de mi mejor amigo? La verdad que nada ¿no crees?
Aarón medito, si, era cierto que no se había dado cuenta de ello pero también nunca se lo había puesto a pensar y ahora que lo recordaba Iris nunca se había llevado mal con alguna de sus novias, de hecho las trataba bien aunque no le agradaran, era igual con todas, con las suyas y con las de Daniel…esa pequeña sensación incómoda volvió a él al pensar en Daniel.
-Pues tienes razón.
-Ya ves y tú que me echas la culpa siempre.
-Ah bueno ya, lo siento, trataré de hablar con ella.
-No, no lo hagas.
Aarón la volvió a ver confundido.
-La entiendo bien.
-¿Qué?
La chica comenzó a reír divertida.
-Te digo que tu problema es que no te fijas, bueno ya ¿quieres ir a mi casa? de seguro no has comido
-Ehh- dudó
-OH vamos no quiero quedarme sola en mi casa.
-Mmm tu nunca estas sola
-Ehhh bueno si tienes razón pero no estoy siempre con la gente con quien quiero estar- le guiño el ojo- y tú y yo no hemos estado juntos en mucho tiempo.
-Iris sólo han sido dos días
-Para mi ha sido una eternidad- sonrió ella- pero si tienes algo más que hacer lo entiendo aunque…
Ambos se miraron a los ojos y Aarón entendió esa mirada de ella, ella sabía, ella sabía que no quería ir a casa.
-Esta bien- sonrió.
La chica se levantó animada cogiendo su balón y empezó a caminar sin esperar al chico que se quedo sentado, meditando algo aún.
-¿Qué pasa?- preguntó la chica deteniéndose y volteando.
-¿Tú no me vas a preguntar nada?
Ella volvió a sonreír enigmáticamente.
-Yo no preguntaré algo que ya sé, yo sólo esperaré.
-¿Qué esperaras?
-Ya lo sabrás porque no será a mí a quien se lo dirás y si lo haces lo harás después.
-¿Qué?
Iris no quitó su sonrisa, se volteó y siguió caminando.
-Iris ¡¿Qué quieres decir?!- grito al saber que ella ya se había adelantado mucho.
Aarón infló los cachetes confundido y enojado.
Iris era siempre así, era misteriosa y nunca decía las cosas completas porque se traía algo en manos. Iris y él se habían conocido gracias a Daniel. Iris y Daniel son amigos desde los dos años. Iris es la mejor amiga de ambos, ella los conocía igual de bien a los dos como a la palma de su mano y ella es algo especial, siempre hacía sentir bien a ambos cuando estaban junto a ella, con ella ambos podían olvidar sus problemas porque ella nunca preguntaba, ella esperaba, esperaba a que hablaran porque según ella cuando lo hacías tenías la suficiente confianza y fuerza para afrontarlos y si lo decías era porque necesitabas su consejo o al menos desahogo. Aarón y Daniel veían en ella a la novia perfecta, pero preferían su amistad aún cuando los tres sabían que entre ellos había algo más que amistad, pero había un lazo más fuerte que otro el cual predominaría en poco tiempo, eso Iris lo sabía.
-Sólo que ellos no lo saben-murmuro feliz Iris.

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