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Dirty Little Secrets por carina_mew12

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Notas del capitulo:

Resumen:

¿Y esos nakama suyos, qué clase de personas son?

Preguntó Ace casi por compromiso pues en su mente ya tenía una idea de qué tipo de tripulación reuniría su hermano pequeño. Lo que no esperaba era que alguien en esa tripulación tan variopinta llamara su atención con sólo una mirada.

*-One Shot-*

¿Y esos nakama suyos, qué clase de personas son?

Preguntó Ace casi por compromiso pues en su mente ya tenía una idea de qué tipo de tripulación reuniría su hermano pequeño. Un espadachín que soñaba con ser el mejor del mundo, una navegante que ama las mandarinas y el dinero, un cocinero que cocina delicioso, un mentiroso, un reno de nariz azul… y su próximo objetivo era encontrar un músico. Todos ellos sonaban como personas interesantes y descabelladas, justo como imaginó que sería la tripulación de Luffy.

Lo que no esperaba era que alguien en esa tripulación tan variopinta llamara su atención con sólo una mirada.

Después que el pecoso detuviera a Smoker y a los marines que perseguían a su hermano con su muro de fuego, subió a su Striker y navegó a los alrededores de la isla hasta darle alcance a la tripulación.

— ¿No le venciste ni una sola vez?— comentó la sorprendida voz de una mujer

— El hermano del monstruo resultó ser un monstruo mayor—

— ¡Shishishi! ¡Siempre me pateaba el trasero! ¡Pero estoy seguro que ahora podría vencerle!—

— ¿A quién dices que le podrías ganar?—  dijo al subir a la embarcación tras escuchar la pequeña conversación de la tripulación; al parecer hablaban de él. Fue cuando Ace sujetó su sombrero y levantó la mirada que lo vio; tenía un porte demasiado elegante para ser un pirata, quizá por eso fue el primero que se robó su atención— Hola a todos, Gracias por cuidar de mi hermano— saludó al resto de la tripulación con una sonrisa y una ligera reverencia.

— ¿Por qué estás aquí Ace?— preguntó curioso su hermano pequeño

— ¿No te llegó mi mensaje en Drum?—

— ¿Drum?—

— Bueno, no importa. Estoy aquí en una misión, y pensé que podríamos encontrarnos— había visto los afiches de Se Busca del menor, era sólo cuestión de tiempo para que el mar se encargara de encontrarlos una vez más— Luffy, ¿Te gustaría unirte a la tripulación de Barbablanca? Junto a tus amigos, claro— y más precisamente hablaba con ese chico rubio, el cual miraba de reojo de vez en cuando

— No quiero—

— ¡Jajaja! Tal y como pensaba— su risa fue sincera; era algo que no le sorprendía de su hermano— Tenía que preguntar—

— ¡Oh! ¡¿Entonces el tatuaje de tu espalda es real, hermano?! — le preguntó el chico de la nariz larga

— Es mi mayor orgullo— y se notaba en las palabras de Puños de Fuego que así era— Padre es el hombre más fuerte que he conocido. Luffy, he decidido convertirlo en Rey de los Piratas y no a ti—

— No importa. Lo venceré de todas maneras— podía ver lo fuerte que se había vuelto su hermano y también sabía que no se rendiría fácilmente de ser el Rey Pirata; sería interesante enfrentarse a él para llegar a la cima.

— Seguramente ustedes dos tienen mucho de qué hablar— habló aquel rubio quien había permanecido ajeno a la conversación hasta ese momento— ¿Te gustaría pasar? Haré algo de té— por su invitación, suponía que era el cocinero de la tripulación.

Normalmente lo habría rechazado, después de todo quedarse no era su objetivo… sólo necesitaba entregarle algo a Luffy y se iría enseguida. Pero Ace era de esas personas que tomaban una oportunidad en cuanto la tenían enfrente, y esa no sería la excepción.

— Me encantaría—

******************************

Extraño.

Sanji no podía describir de otra manera ese momento. Después de echar a Luffy y compañía de su cocina tras verles jugar con la comida, se había quedado a solas con el hermano mayor de su capitán, quien permanecía sentado a la mesa mientras él cocinaba. No se sentiría tan extraño de no ser porque sentía la mirada del pecoso sobre su nuca, pendiente de cada movimiento que hacía

—Debo terminar los almuerzos antes que desembarquemos mañana— se dijo a sí mismo el rubio mientras se levantaba las mangas de su ropa.

— ¿Necesitas algo de ayuda?— no había manera que ese sujeto tan educado fuera hermano de Luffy, simplemente su mente no lo procesaba

— Descuida. Eres un invitado, sólo relájate— fue cuando se giró para responder cuando comprobó que el pecoso no sólo no dejaba de mirarle, sino que también le sonreía ampliamente, poniéndole algo nervioso. Trató de no darle mucha importancia al asunto y siguió en lo suyo, aunque sentía las manos algo torpes— ¿No deberías ir con Luffy? Hace mucho que no se ven. Yo no entiendo bien esas relaciones entre hermanos, pero…—

— Me gusta más estar contigo— soltó sin previo aviso, tomando por sorpresa al cocinero

— ¡Oh, ya entiendo! ¡Enseguida!— el pecoso seguramente venía de un viaje largo y extenuante, sin mencionar que fue él quien acababa de enfrentarse a la marina para salvarlos; debía estar exhausto, y por tanto, hambriento. Y siendo hermano de Luffy, seguro tenía el mismo apetito. El rubio colocó un par de bolas de arroz en un pequeño plato para dárselas al pecoso, pero antes de poder entregárselas, sintió la cercanía de alguien a sus espaldas justo antes que una mano golpeara la barra de la cocina, acorralándole— ¿Ace-san?— fue al girar ligeramente la cabeza que notó que el otro ya estaba detrás. El pecoso levantó una mano para tomarle del mentón con suavidad mientras acercaba sus labios a los propios— ¡AHH! ¡ESPERA!— con un grito de pánico y un ligero empujón logró poner distancia entre ambos— ¡¿Qué crees que estás haciendo?! —

— Ah, disculpa. Debería haber preguntado antes— levantó ambas manos al aire, como quien quiere demostrar que no le haría daño— Sanji, ¿Puedo besarte?—

— ¡¿Por qué?!— su mente no acababa de procesar lo que estaba ocurriendo. Tenía enfrente al hermano mayor de su capitán, ¡El mismo que acababa de intentar besarlo! Su corazón estaba acelerado incluso más que cuando veía a una linda señorita y el calor de su rostro era sofocante; ¿Por qué un hombre le estaba causando esas sensaciones?— Es decir, eres… ¿Eres de “esos”?—

— ¿De esos?— puños de fuego pareció meditarlo un poco antes de responder— Nunca lo había pensado. No suelo fijarme en si es hombre o mujer, basta con que la persona me guste. Y ciertamente eres muy de mi tipo—

— ¿Tu tipo?— Ace era demasiado directo; ni siquiera sabía qué responder con exactitud— ¡Entonces sí eres gay!—

— Nadie puede ser cien por ciento hetero, Sanji. Mucho menos si eres un pirata. La mayoría de las tripulaciones son hombres que pasan semanas o incluso meses solos en altamar; tenemos necesidades que cubrir, ¿Entiendes?—

— ¡Yo no necesito de otro hombre! ¡Estoy seguro de mi masculinidad y de mi eterno amor por las señoritas!—

— Ninguna de ellas te ha hecho caso, ¿Cierto? Puedo ver en tus expresiones que eres… bastante inexperto. Y no sólo hablo de chicos— el rostro del rubio volvió a subir de tono no sólo por su comentario, sino por esa sonrisa que Ace le mostró— Lo sabía. Tus únicas opciones en esta tripulación son los varones, y dudo mucho que Luffy entienda siquiera el contacto sexual. El más decente es ese de ahí— señaló hacia la ventana, donde podía verse a Zoro levantando unas descomunales pesas en la cubierta— ¿Ya lo has hecho con el espadachín? Quizá esté interesado en un trío…—

— ¡AH! ¡No quiero escucharlo!— el cocinero se cubrió los oídos con sus propias manos; no creía que alguien tan educado estuviera diciendo ese tipo de cosas. Ace no era como Luffy, sino mucho peor.

— Eres un buen cocinero, deberías estar acostumbrado a experimentar. No sabrás qué sabe bien y qué no si no lo pruebas primero— de nuevo el pecoso acortó la distancia entre ellos, recordándole que iba prácticamente desnudo de la cintura hacia arriba. Sólo con verle se sabía que puños de fuego era fuerte y sin duda no tenía mal cuerpo, pero… ¡Pero era un hombre! ¡No se parecía en nada a una bella dama, ¿Por qué dudaba entonces?!— No te cierres a un solo género. Nunca sabes a quién estará atado tu hilo del destino— su mano volvió a acariciar su rostro; al parecer ese pecoso no se rendiría hasta obtener un beso suyo al menos— ¿O es que te gusta alguien más?—

— ¡Sanji-kun!— la voz de la navegante del barco detuvo en seco a puños de fuego e hizo reaccionar al recién nombrado, quien se escapó de él apenas tuvo oportunidad— ¡Anclaremos en unos veinte minutos para descansar! ¿Podrías traernos unas bebidas?—

— ¡P-Por supuesto, Nami-san! ¡Enseguida!—

— ¡Yo los ayudaré!— tras dedicarle una sonrisa coqueta, Ace salió de la cocina y Sanji… Sanji simplemente no entendía qué acababa de pasar.

 ******************************

Las palabras de Ace permanecieron dando vueltas en su cabeza el resto del día. En alguna parte de su mente todo lo que había dicho tenía sentido, ¡Pero él no era gay! ¡Amaba a las mujeres, daría su vida por ellas sin siquiera pensarlo! ¡Amaba sus pechos, sus curvas definidas, el melodioso tono que usaban al hablar y esa brillante mirada que iluminaba su rostro! ¡Ante sus ojos, las mujeres eran la personificación de la perfección en ese mundo asqueroso e impuro! ¿Por qué mancharse las manos tocando el cuerpo de otro hombre cuando podía amar y complacer a una bella dama?

— ¡Salud!— la tripulación se reunió en la proa para celebrar la llegada del hermano mayor de su capitán con comida y bebida suficiente para una legión. Todos parecían llevarse bien con el pecoso sin imaginar la clase de pervertido que era. Incluso el marimo parecía haber encontrado un compañero de copas a su altura, pues tanto él como Ace bebían como si no tuvieran fondo sin parecer siquiera mareados.

Mientras más los veía, la rabia de Sanji crecía cada vez más. Ace y el musgo estaban muy pegados el uno al otro charlando y riendo como amigos de toda la vida; incluso tenían el descaro de abrazarse e intercambiar tarros de sake entre ellos… ¡¿Por qué el pecoso estaba tan amistoso con ese maldito marimo cuando fue a él a quien había intentado besar?! ¡¿No había dicho que era de su tipo?!

Ya había tenido suficiente de esos dos.

Sin decir nada a nadie, el rubio subió al puesto de vigía del Going Merry. Tomó un cigarro de la cajetilla de su bolsillo y se lo llevó a los labios; las noches en ese país eran bastante frías y necesitaba una fuente de calor por más mínima que fuera. Sin embargo, esa noche la temperatura era bastante cálida y agradable como el abrazo de dos amantes. El cielo estaba despejado, mostrando a la luna en todo su esplendor rodeada de salpicaduras de estrellas, las cuales curiosamente le recordaron a Ace, quizá por las pecas esparcidas en toda su piel. Arrojó su cigarrillo al suelo y lo pisó con rabia, ¿Por qué tenía que pensar justo en ese tipo? Debía estar volviéndose loco.

Sacó un cigarro más para reemplazar el que acababa de destruir, mas antes de poder acercar el mechero, una pequeña llama ardió en su extremo. Ace subió poco después con una flama ardiendo en su dedo índice, dando a entender que había sido él quien había encendido el cigarrillo. Sanji no pudo evitar mirar hacia abajo a sus compañeros; Chopper y las chicas ya habían entrado a su habitación mientras que los hombres permanecían en cubierta más dormidos que despiertos.

—No pensé que vería al marimo derrotado en una competencia de beber— comentó sarcástico el rubio mientras le daba una calada a su cigarro— Deberías aprovechar ahora que está vulnerable—

—Me sorprende que creas que me aprovecharía de alguien dormido. Nunca haría algo que la otra persona no quisiera— incluso en esos momentos Ace mostraba unos modales impecables; alguien así no podía ser real— Estar con el resto es divertido sólo si estás ahí—

— Vaya… y yo que creí que querías “simpatizar” con ese cabeza de alga. Se nota que se llevan bastante bien—

— No lo malentiendas Sanji, el que me gusta eres tú. Sólo propuse el trío porque parecías desearlo. Te gusta el espadachín, ¿No es así?— el cocinero casi se ahoga ante tal afirmación, por lo que terminó tosiendo con fuerza

— ¡¿Qué demonios dices ahora?! ¡¿A quién podría gustarle ese jodido marimo?! ¡Cualquier otro tipo es mucho mejor que él!—

— ¿Incluso yo?— la pregunta de Ace bloqueó su mente por completo; ¿Qué estupidez acababa de decir? Debía ser cosa de la altura porque no encontraba otra explicación— Sanji, te prometo que si no te gusta no volveré a insistir. Sólo deja que yo te guíe— con un par de pasos, el pecoso volvía a desvanecer la distancia entre ellos.

El nido de cuervo era un lugar reducido, por lo que Sanji no tenía a dónde correr… o al menos así estaba justificando no golpear a ese pecoso y salir corriendo, porque en el fondo sabía que tenía algo de curiosidad. Quizá si lo intentaba una vez se convencería que no le gustaba y podía seguir su vida hetero como hasta esos momentos; podía seguir amando a las damas y a la vez aprendería un poco sobre el contacto íntimo entre dos personas.

Tres pájaros de un tiro.

Agradecía que Ace se tomara el tiempo para acariciar su rostro con sus manos para calmarle, debía admitir que en ese aspecto también era un caballero. Su pulso subió de golpe en cuanto le quitó el cigarrillo y fue acercándose más hasta que finalmente lo sintió… algo suave y cálido se frotaba contra sus labios, estremeciendo cada célula de su piel. Por instinto cerró los párpados y soltó un suspiro sin saber que, para puños de fuego, esa era una clara invitación para continuar.

Sus labios permanecieron unidos entre sí unos segundos antes que sintiera un ligero movimiento sobre ellos. Ace comenzó a hacer más presión hasta que algo húmedo se coló dentro de su boca; su lengua le penetró sin miramientos, explorando cada rincón que podía alcanzar.

Caliente.

No sabía si era cosa de su fruta del diablo, pero la lengua de Ace se sentía tan caliente que parecía quemar con cada roce. Sanji tardó un poco en reaccionar, pero finalmente terminó cediendo ante ese caliente músculo y le dejó explorar a su antojo al mismo tiempo que su lengua se frotaba contra ella para seguirle el ritmo. Odiaba admitirlo pero ese era el mejor beso que Sanji hubiera experimentado en mucho tiempo. Su segundo cigarrillo acompañó al primero en el suelo mientras ellos seguían en lo suyo; el beso se convirtió en algo más húmedo mientras sus cuerpos se recargaban el uno sobre el otro, dejando que tanto su calor como sus aromas se mezclaran en el aire.

Ace seguía acariciando su cabello y dando masaje con la yema de sus dedos sobre cada porción de su rostro que tuviera a su alcance, como si con esas simples atenciones quisiera hacerle saber que todo estaba bien. Pero le estaba provocando otra cosa. Joder, quería saber qué tan lejos podía llegar y a la vez tenía miedo de despertar en él ese lado curioso que había mencionado el pecoso; si en verdad terminaba gustándole besarse con Ace o con algún otro hombre no habría marcha atrás.

Podría ser el eterno amante de las mujeres, pero cien por ciento hetero… eso ya nunca.

— No ha estado tan mal, ¿Cierto?— el pecoso le sonrió amplio tras deshacer el beso; después de todo el aire comenzaba a faltarles

— Cállate idiota— aun cuando estaba jadeante y sonrojado, Sanji se colgó al cuello de puños de fuego antes de iniciar un nuevo beso que fue mucho menos inocente que el primero.

No. Definitivamente ya no lo era. O quizá nunca lo fue…

*********************************

La mañana siguiente a primera hora, Puños de Fuego anunció que debía marcharse.

— Ten— Ace le arrojó un trozo de papel perfectamente doblado a su hermano, quien lo atrapó en el aire y le miró con extrañeza— Llévalo siempre contigo—

— Pero si es un simple trozo de papel— lo desdobló y lo miró de todos lados; no había nada escrito por ningún lado, tampoco parecía tener algo en especial

— Ese trozo de papel volverá a unirnos a ti y a mí— al decir eso, también miró furtivamente al cocinero de la tripulación, quien enseguida desvió la mirada— ¿No lo quieres?—

— No. Sí lo quiero—

— Tener un hermano menor tan problemático sólo hace que su hermano mayor se preocupe. Cuiden de él, por favor— le habló a la tripulación de su hermano mientras hacía una reverencia ante ellos.

— ¿En verdad tienes que irte?— la voz del chico de sombrero de paja se escuchaba por demás triste; no quería que su hermano se marchase— ¿Por qué no te quedas un poco más? Hace años que no nos veíamos—

— Ya te dije que estaba de paso, sólo vine a este lado del mar para atender un asunto importante— mientras explicaba, el pecoso saltó a su barco, comenzando a prepararse para partir— Estoy siguiendo a un hombre, creo que ahora se hace llamar Barbanegra, formaba parte de mi división. Cometió el peor crimen que se puede cometer en un barco pirata… mató a uno de nuestros nakama— aquella información sorprendió a todos, incluido Sanji— Como comandante de la segunda división es mi deber acabar con él—

— Ace…— por instinto el rubio pronunció su nombre; tenía un mal presentimiento. Pero el mencionado, tras verle, sólo sonrió, como diciéndole que todo estaría bien.

— La próxima vez que nos veamos será en la cumbre de los piratas— no sólo se lo decía a su hermano menor, sino también al joven cocinero— Hasta entonces, cuídense mucho—

— Imposible. Alguien tan educado no puede ser hermano mayor de Luffy— habló la navegante notoriamente sorprendida

— Los hermanos son algo maravilloso— el renito parecía bastante conmovido

—Yo no logro entenderlo— el rubio se recargó en la barandilla mientras sacaba un cigarro. Antes que pudiera encenderlo, y como había hecho desde que llegó, Ace usó sus llamas para ayudarle y sonreírle una última vez. Quizá Luffy se enfadaría, pero cuando se encontraran de nuevo quería llevarse a Sanji con padre.

— ¡Hasta luego!— agitando enérgicamente los brazos, Luffy se despidió de su hermano mayor, quien comenzó a alejarse apenas desató su Striker del barco de los sombrero de paja.

— ¡Ah! ¡Son barcos!— Usopp logró ver que, no muy lejos de ellos, una flota de cinco barcos comenzaba a cerrarle el paso al pecoso

— ¡Son Billions!— Vivi reconoció el jolly roger enseguida, haciendo que se le estrujara el corazón al igual que al cocinero— ¡Debemos ayudar a Ace-san!—

— ¡Shishishi! ¡No hace falta!—

Tal y como había afirmado Luffy, ni siquiera fue necesario que movieran un dedo. Puños de Fuego saltó por los aires, impulsando su barco hacia el agua y haciéndolo emerger justo en el extremo contrario para poder aterrizar en éste de manera impecable. Después que Puños de Fuego hiciera alarde de los poderes de su fruta del diablo al hundir una flota completa de Billions con uno de los ataques que le había dado su honorífico, se perdió en el horizonte con la promesa de volverse a ver.

Sanji le dio una larga calada a su cigarrillo y sonrió mientras veía a puños de fuego convertirse en un punto difuso en el horizonte. Habría deseado ser lo suficientemente valiente para decirle que no se fuera, pero estaba seguro que Ace no le habría hecho caso… la convicción en su mirada era mucho más fuerte que la aventura de una noche que habían tenido. Quizá en su reencuentro sería un poco más atrevido y se animaría a decirle que, aunque no fuera una chica, también le parecía alguien encantador.

La próxima vez que le viera le haría saber que por su culpa, su amor no sería sólo para las mujeres.

End

Notas finales:

Feliz San Valentín peques!!


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