2. Buenas Noches
“Ace, te quiero”
Fueron las primeras palabras que el pequeño Luffy pronunció, pues para él, no había persona más importante en su vida que su hermano. Desde que tenía memoria, Ace siempre había cuidado de él… jamás supo qué había pasado con sus padres y realmente no le importaba, mientras tuviera a su hermano, era feliz.
Lo que más le gustaba desde que era un niño era que Ace le preparase para dormir; lo arropaba cuidadosamente, revolvía un poco sus cabellos, besaba su frente y susurraba un dulce “buenas noches” antes de sonreírle, apagar las luces y marcharse. Cada vez que se ponía el sol, su corazón comenzaba a palpitar desbocadamente, esperando ansioso la hora de dormir… pero, un día…
- Luffy, ¿no crees que ya estás muy grande para eso?- le dijo su hermano tras salir de la ducha; al parecer saldría esa noche.
- pero Ace, si no lo haces, no puedo dormir- respondió el más joven con un puchero que su hermano no vio, estaba ocupado eligiendo qué ropa debía ponerse- tendré pesadillas…
- tienes 17 años ya, no puedes asustarte tanto por un mal sueño- su voz había sonado severa, como si estuviera molesto- vete a dormir, Marco llegará en 10 minutos y tengo que arreglarme
- ¡odio a ese tipo!- gritó Luffy apretando sus puños- ¡y también te odio a ti, Ace!- se talló los ojos fuertemente y salió del cuarto del pecoso para irse a encerrar al propio.
Se tiró sobre la cama y se abrazó a su almohada para que ésta acallara su llanto. Cuando Marco llegó a sus vidas hace apenas unos meses lo consideraba un hombre agradable, pero no podía evitar sentir que quería robarse a su hermano; su mayor miedo era que Ace saliera con el rubio y que jamás regresara… que Ace lo abandonara, justo como habían hecho sus padres…
Poco tiempo después se escuchó el timbre de la puerta principal. Escuchó los pasos de su hermano y luego la puerta abrirse; el menor pegó su oreja en la puerta para espiar a Ace y el recién llegado Marco… al parecer hablaban de algo, pero Luffy no alcanzó a entender nada. Esperó un rato hasta que no se escuchó nada afuera para salir de su habitación… estaba solo. Sus ojos volvieron a humedecerse, no creía aun que su hermano se fuera sin al menos despedirse de él; quizá su temor era cierto, quizá Marco quería alejar a Ace de su lado, pero ¿qué podía hacer él?
- tengo hambre- se dijo Luffy a sí mismo, sosteniéndose la barriga con ambas manos; si había algo que le hacía olvidar sus penas, era la comida. Con una verdadera cascada de saliva escapando de su boca, el pelinegro corrió a la cocina, esperando encontrar en la mesa la cena que Ace acostumbraba dejar cuando él salía… pero esta vez no había nada- Ace…- con una mirada triste, abrió el refrigerador y sacó de éste un gran trozo de carne, le dio una mordida y masticó lentamente antes de tragar y dejar la carne sobre la mesa… de pronto había perdido el apetito.
A paso lento, Luffy entró a la habitación de su hermano y se acostó boca abajo en la cama, aspirando el aroma que Ace había dejado impregnado en las sábanas hasta que se quedó dormido…
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Horas más tarde…
- Luffy…- escuchó la tenue voz de su hermano llamarle mientras lo movía ligeramente- oi, Luffy... estoy en casa- lo tomó por el hombro y le puso bocarriba, pero el menor no daba señales de despertar, era como si estuviera inconsciente o algo así- mira, te traje carne- absolutamente nada- Dios mío, ¿estará enfermo?- se preguntó el mayor, colocando una de sus manos en la frente del más joven.
La verdad era que, desde hace mucho que Luffy estaba despierto, desde que escuchó la puerta de la habitación abrirse para ser precisos, pero mantenía los ojos cerrados para dejarse consentir, al menos eso se merecía, ¿cierto?... conteniendo su sonrisa, Luffy se quedó lo más quieto posible, sintiendo las manos del mayor paseándose entre sus cabellos. Escuchó un suspiro por parte de su hermano seguidos de unos pasos; el menor abrió ligeramente uno de sus ojos, encontrándose con su hermano dándole la espalda mientras se desvestía… recordaba que, cuando era más pequeño, solía colgarse de esa ancha y musculosa espalda para jugar con Ace; también recordaba cuando compartían la ducha y jugaban entre la espuma, ¿por qué ahora todo parecía tan diferente?
Al notar las intenciones de su hermano para girarse, Luffy volvió a cerrar la mirada y esperó un rato antes de volver a asomarse; lo único que quedaba sobre el cuerpo de su hermano era la ropa interior. Fingió dormir una vez más, pues Ace comenzó a avanzar hacia la cama para luego sentarse a la orilla de ésta, contemplando el lento sube y baja del pecho del menor. Ace apretó las mejillas de su hermano con sus manos y las estiró, como asegurándose que estuviera dormido; al ver que el pequeño seguía sin reaccionar, tragó saliva y suspiró
- eres muy descuidado- habló en voz baja el pecoso, delineando los labios de Luffy con un pulgar; éste no pudo hacer más que contener su sorpresa, aquella caricia no le pareció común de su hermano.
Una mano se posó sobre su vientre, desabrochando uno a uno los botones de su pijama para dejar su pecho al descubierto… sus dedos comenzaron a moverse sobre la piel del menor, estremeciéndola mientras iban y venían por su cuerpo. Ace tomó uno de sus pezones entre sus dígitos y lo presionó ligeramente antes de inclinarse, delineándolo con su lengua. Luffy luchaba por mantenerse “dormido”; las caricias de su hermano eran un tanto extrañas, mas no desagradables. Un delicioso calor invadía su cuerpo y se concentraba en su rostro, asfixiándole y robándole el aliento; mordió su lengua para contener los suspiros que luchaban por escapar de sus labios. Sintió las manos del mayor detenerse seguido de una intensa mirada observándole; Luffy se quedó quieto como lo había hecho hasta ese momento y esperó a que Ace siguiera con lo que hacía, pero al parecer Ace tenía otros planes.
Su hermano mayor sujetó su mano y la colocó en algo rígido y caliente que Luffy no supo identificar sólo con el tacto. Entreabrió los párpados para saber qué era eso que sostenía… las manos de Ace se encontraban rodeando la suya, asegurándose que ésta no soltara la erección que llevaba entre sus piernas.
- [[e… eso es…]]- el corazón del pequeño comenzó a golpear salvajemente mientras el calor subía a sus mejillas. Las manos del pecoso guiaron la suya, subiendo y bajando por su miembro a la vez que el mayor movía ligeramente sus caderas y apretaba cada vez más fuerte- [[¿qué estás haciendo?]]
- mnn… Luffy… Luffy…- su cuerpo dio un respingo al escuchar su nombre salir de los labios de su hermano mayor. Ace volvió a inclinarse sobre su hermanito y lamió su pecho lentamente sin descuidar su otra labor.
- [[se siente muy raro…]]- pensaba Luffy tras abrir nuevamente sus ojos, mirando la lengua de su hermano empaparle el pecho- [[tengo calor… Ace… no más…]]- las caderas del mayor se volvían cada vez más rápido hasta que sintió temblar lo que sujetaba seguido de un líquido caliente y viscoso bajando por su mano hasta llegar a su vientre. Ace soltó su mano para llevar la propia bajo el pantalón de su hermanito, esparciendo su esencia por el pene del más joven mientras le masturbaba- [[esp… espera… no toques ahí…]]- su respiración se agitaba cada vez más, aquello no podía estar pasando, ¿por qué Ace le haría algo así? Su miembro se ponía cada vez más rígido, pero eso no era lo que le preocupaba, sino el hecho de que la mano de Ace comenzaba a bajar. Un par de sus dedos rozaba su entrada, presionando cada vez más fuerte hasta introducir sus dígitos. El menor se movió un poco al sentir la invasión, pero contuvo su voz y movimientos lo más que pudo- [[n… no… si haces todo a la vez…]]- tener la boca de su hermano succionando uno de sus pezones mientras su mano embestía fuertemente contra su cuerpo era demasiado.
Tuvo que abrir ligeramente sus labios en busca de más oxígeno, pero su hermano vio aquello como una oportunidad para probar un poco más de él. Introdujo su lengua en la boca del menor, rozándola con la contraria, sintiendo el exquisito sabor de la inocencia cosquilleándole la garganta. La espalda de Luffy se arqueó al mismo tiempo que sus manos se aferraban desesperadas a la espalda del mayor… ya no pudo seguir fingiendo, abrió los ojos, dejando fluir sus lágrimas…
- A… Ace… duele… mucho…- pronunció dificultosamente tras romper el beso, mirando a su hermano a los ojos
- estúpido hermano menor, ¿por qué me dejaste ir tan lejos?- dijo el pecoso, juntando su frente con la de Luffy- ya no puedo detenerme- sus dedos mancillaban frenéticamente la entrada de su hermanito, entrando cada vez más profundo. Tras unas embestidas más, el menor se corrió sobre su vientre, manchando el pantalón de su pijama.
- ahhh… ahhh…- el pequeño respiraba con dificultad, manteniendo la mirada sobre su hermano. Ace esbozó una pícara sonrisa mientras le retiraba la ropa a su hermanito hasta dejarle desnudo- ¿qué… vas a…?
- tranquilo, seré gentil- se quitó la ropa interior, quedando en las mismas condiciones que Luffy, y levantó sus piernas, colocándolas alrededor de su cintura. Posicionó su miembro ya erguido en la entrada del pequeño, introduciéndose lentamente
- e… es… ahhh…- las lágrimas seguían bajando por sus mejillas mientras su cuerpo temblaba al sentir a su hermano en su interior, más aun cuando comenzó con el vaivén… dolía y mucho, pero debía resistir, quería hacer feliz a Ace.
Las caderas del mayor chocaban con las de su hermanito, buscando el punto adecuado para hacerle sentir lo mismo que él sentía. Besó su frente y siguió embistiendo hasta que el dolor se convirtió en placer para ambos. Luffy comenzó a moverse desesperado, buscando que el mayor entrara más profundo de ser posible. Al sentir cómo la entrepierna de su hermano menor comenzaba a despertar nuevamente, la sujetó y comenzó a estimularle, intentando coordinar sus movimientos con el de sus embistes… sus voces murmuraban el nombre del otro, cada vez con más fuerza al sentir el final llegar.
Ace levantó al pequeño sujetándole por debajo de los brazos, sentándolo sobre sus caderas sin dejar de penetrarle. Mordió suavemente su cuello antes de unir nuevamente sus labios con los del pequeño, rozando sus inquietas lenguas mientras la saliva escapaba de sus labios cada vez que se detenían a tomar aire. El interior de Luffy apretó deliciosamente el miembro de su hermano, exprimiendo cada gota de su semilla al mismo tiempo que él se corría entre las manos de Ace, llegando al clímax prácticamente al mismo tiempo. El mayor esperó un poco antes de sacar su miembro de su hermanito y recostarse junto a él. Suspiró profundamente para tratar de regular su respiración y se preparó mentalmente para la parte más difícil… explicarle a Luffy qué acababan de hacer…
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Algunos días más tarde…
- ¡Luffy, la cena!- gritó Ace desde la cocina, tomándose un instante para admirar los platillos sobre la mesa, pues conociendo el apetito de su hermano, seguramente no iban a durar mucho
- ¡COMIDA!- el menor entró cual torbellino, sentándose en la silla de siempre y tomando los cubiertos entre sus manos- ¡que aproveche!- exclamó con la saliva cayendo de su boca para enseguida comenzar a devorar todo lo que tenía enfrente. Ace sonrió un poco antes de tomar asiento, si no se apresuraba, no quedaría nada para él. Su comida empezó a desaparecer a la misma velocidad que la de su hermano, ahogándose más de una vez, pero unos cuantos golpecitos en su pecho bastaban para recuperarse y seguir. Se peleaban por el último trozo de carne cuando el teléfono de la sala sonó. El pecoso chasqueó la lengua molesto, tendría que ceder lo que quedaba de la cena para atender la llamada; se levantó de la mesa y fue a la sala, descolgando el teléfono- ¿hola?
- Ace, soy Marco- respondió el rubio del otro lado de la línea- Sacchi y yo iremos esta noche a un bar que acaba de inaugurarse cerca de la bahía, ¿vienes con nosotros? Será divertido…
- gracias por la invitación, pero no
- ¿por qué no? ¿Ya tenías planes está noche?
- algo así- habló sonriente el pecoso, mirando hacia la cocina- lo que pasa es que… debo darle las buenas noches a mi hermano...
The End