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UN RETO JUNTOS por miau

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Notas del capitulo:

Holaaa, y llegamos al capitulo 10, de verdad no puedo creer que ya voy en el capitulo 10 y que ademas tengan tantos comentarios. Bueno los dejo con el capitulo.

CAPITULO X: El latido de una vida.

 

La habitación duro poco en silencio porque un pelinegro se encargo de romperlo.

-          Díganos lo que sucede en verdad – La mirada seria de Oliver era algo raro de ver.

-          Ya lo dije. Es casi seguro que él esta embarazado – señalando a Tom – aunque puede que tu también lo estés – miro detenidamente a Oliver – Eres siempre el activo ¿No?

Por inercia Oliver asintió.

-           Entonces tu eres el pasivo – se dirigió a Misaki, quien también afirmo con la cabeza.

-          Pero eso es imposible – hablo el peli castaño – son un hombre. Yo no puedo…

-          La pruebas que hice en el laboratorio dicen que si – atajo tajante.

-          ¿Pero como…?

-          Lo hicieron posible los chocolates.

Y fue ahí que todo para los jóvenes cobro sentido. Se unieron los cabos sueltos.

-          Pero… pero… - el castaño no sabia que decir, trataba de asimilar la situación.

-          … - Oliver no sabia que decir.

-          Aunque no estoy 100% segura – se acerco a Tom - ¿Me permites examinarte? – el joven solo acepto con un leve si.

La doctora le descubrió el vientre y presiono algunos lugares mientras preguntaba si le dolía, Tom respondía que se sentía raro. Le tomo el pulso y para finalizar saco de su bolsa una aguja descartable nueva y una caja pequeña que rezaba: test de embarazo. Desinfecto la aguja con un poco de alcohol y pincho levemente uno de los dedos del castaño, haciendo que una pequeña gota cayera en un agujero del test de embarazo. A continuación puso una curita en el dedo de Tom, se deshizo de la aguja, en el tacho de la basura, y espero a que el test diera los resultados.

Hizo todo eso bajo la atenta y sorprendida mirada de los chicos. Su rapidez y pericia demostraban que sin duda era una profesional.

 

Pasaron unos minutos y para suerte de Nicole, nadie venia a la habitación. Miro su reloj con impaciencia. Debía de apresurarse.

Casi se abalanzo hacia la cajita cuando transcurrió el tiempo adecuado y miro el resultado.

-          Es positivo – dijo haciendo que los muchachos abrieran sus ojos al máximo y si antes no habían caído en un shock completo, ahora sin duda lo hacia.

-          Esto es… - El castaño trato de hablar pero nada le salía.

-          Tommy… - El pelinegro tampoco sabia que decir.

-          Puedo hacerme cargo – soltó sin anestesia, segura de que no querrían a la criatura – además es muy probable que tu organismo lo rechace en unos días mas – ambos jóvenes seguían callados – No creo que te haga gracia llevar algo muerto dentro. Verán yo vine para ayudarlos. Puedo encargarme del feto sin que sufras daño.

-          Esto es ¿real? – fue todo lo que soltó Misaki.

-          Si – vio a ambos jóvenes y decidió que primero debían dejar que asimilasen las cosas – Saldré un momento, pero estaré por aquí – Se dirigió a la puerta y antes de quitar el seguro agregó – si van a hacerte una ecografía, llámenme, tienen mi numero en las tarjetas que les di. Debemos de ver donde se alojo para deshacernos de el – y salió por la puerta dejando a ambos jóvenes solos.

 

 

Al escuchar lo ultimo dijo por la doctora, el castaño llevo automáticamente sus manos a su estomago y bajo un poco sus manos a donde seria el vientre.

Miro al pelinegro y este también lo miraba. Fue una petición tacita, necesitaba estar solo, porque él más que nadie necesitaba asimilar y pensar en esto. Oliver entendió y silenciosamente, antes de salir, se dirigió a su esposo y le beso la frente.

Apenas salió el pelinegro se acurruco en su cama. Estaba confundido, trataba de entender como es que había sucedido eso. Rememoro todo lo que la doctora les había dicho. Le parecía increíble que algo creciera dentro de él. Se toco levemente el vientre y poco a poco fue tomando conciencia “Estoy embarazado” sus ojos se aguaron “Voy a tener un hijo, un hijo de Oliver y mío” y lloró, se sentía tan confundido, pero dentro de su confusión salía una luz de alegría, de felicidad. Sus lágrimas seguían saliendo y de pronto la confusión se convirtió en miedo, un miedo mezclado con felicidad. Lloro un poco más y todo se fue haciendo claro en su mente y a pesar del miedo que sentía, sonrió, sonrió porque a pesar de su miedo se sentía feliz “Voy a tener un hijo” Acaricio su vientre y trato de pensar con mas tranquilidad en su situación y en Oliver.

 

 

El señor Misaki miro un poco confundido a un joven pelinegro que caminaba sin prestarle atención al resto del mundo, casi parecía un zombie. Miro al doctor del Marsella, con el cual había estado hablando todo este tiempo, y se dirigió a él. A su yerno le pasaba algo raro, solo esperaba que no sea nada malo con su hijo. Llego donde el medico y le siguió, tenia que firmar los papeles de hospitalización.

 

 

Se sentó en el pasto del jardín del hospital y como si de un interruptor se tratara, finalmente su cerebro comenzó a funcionar. Recordó todo lo que la doctora les había dicho a su esposo y él. “Un hijo, Tom esta esperando un hijo” su cabeza trataba de procesar eso, todo le parecía muy confuso, increíble; pero entre mas pasaba el tiempo entendía mas lo que estaba ocurriendo “Esta esperando un hijo mío, a nuestro hijo” llegado a ese punto, casi sin darse cuenta comenzó a sonreír “Voy a ser padre” y rio al mismo tiempo que lloro de la alegría “Voy a ser padre” repitió su mente y de pronto todo se acomodo en su cabeza. Felicidad, eso fue lo que sintió mientras pensaba en lo que significaba eso “Tom y yo vamos a ser padres”.

 

 

“Vamos a ser padres” fue el pensamiento unánime de ambos jugadores y de pronto en sus mentes tantas confusiones, miedos y preguntas dejaron de tener sentido, iban a ser padres, su amor había dado fruto y no había mayor felicidad. Querían a ese bebe.

 

 

Seco sus lágrimas y con delicadeza se sentó nuevamente en su cama. Asimilada la noticia de su embarazo, había decidido tener a ese ser que crecía en su interior.

 

Entonces su mente evoco lo dicho por la doctora “Puedo hacerme cargo, además es muy probable que tu organismo lo rechace en unos días mas. No creo que te haga gracia llevar algo muerto dentro. Verán yo vine para ayudarlos. Puedo encargarme del feto sin que sufras daño” y el miedo lo volvió a asaltar, la doctora había venido a deshacerse de su bebe pensando que así los ayudaría; pero él quería tener a ese niño. Sus ojos mostraron determinación Oliver y él no permitirían eso. Le dirían a la doctora que querían tener a su hijo y fue en ese momento que un miedo mayor apareció en su mente ¿Querría Oliver a ese niño?

 

 

Se levanto como un resorte. Recordó, en medio de su felicidad, que la doctora les había ofrecido deshacerse de su hijo. No, él no lo permitiría; ninguno de los dos lo permitiría, ellos quería a ese niño. Entonces con paso firme y una decisión tomada comenzó a caminar rumbo a la habitación de su esposo y fue en medio camino que una duda lo alcanzo y con ello el miedo ¿Querría Tom tener al niño?

 

 

Por primera vez no sabían lo que el otro quería o pensaba y esa duda les comió el corazón. Miedo, por primera vez tenían miedo del otro. Duda, por primera vez dudaban del otro. Dolor al, por esta vez, no coincidir, no estar de acuerdo.

Todos esos sentimientos se arremolinaron en sus jóvenes corazones y como un grito de ayuda ambos llamaron al otro en su mente.

Y fue entonces que pasó, un extraño impulso los empujo. Empujo al pelinegro a correr a la habitación de su esposo y empujo al peli castaño a enderezarse en la cama y sentarse en ella.

 

La puerta de la habitación 420 se abrió con fuerza y Oliver miro a Tom sentado en la cama, al mismo tiempo que Tom lo veía entrar. Fue en ese instante, en ese momento, que ambos se vieron a los ojos, que las dudas y el miedo que tenían acerca del otro desaparecieron llevándose el dolor que sentían. Se sonrieron con alivio y se abrazaron y besaron con desesperación, con necesidad. Mirándose solo a los ojos es que lo supieron: ambos querían al bebe. 

 

 

Oliver beso con delicadeza la frente de su esposo.

-          No sabes lo feliz que me haces – dijo el pelinegro, pegando su frente a la del oji castaño – Te amo Tommy.

-          Yo también te amo.

Ambos se sonrieron y se besaron nuevamente, solo que con mas delicadeza.

-          No puedo creer que vayamos a ser padres.

-          Yo tampoco – Misaki se abrazo a su esposo y apoyo su cabeza en su hombro al mismo tiempo que el pelinegro acariciaba su cabeza y le daba un beso en ella.

Se sentaron en la cama y Oliver le abrazo en ella pasando sus manos por la cintura del peli castaño y dándole traviesos besos en su nuca.

-          Me haces cosquillas Oli – reía Tom.

-          Me gusta que rías – abrazo mas al castaño y continuo besándole hasta que dio con su oreja y como un secreto le dijo – te amo, amo también a nuestro hijo – y beso su mejilla.

-          Oli – se ruborizo – te amo Oliver.

Se quedaron quietos un minuto, hasta que el papa de Tom los interrumpió.

-          Muchachos – los llamo, a los que los jugadores avergonzados se separaron lentamente. No se dieron cuenta que la puerta estaba semi abierta.

-          Lo siento señor Misaki – Oliver se apresuro a disculparse.

-          Papa.

-          Pensé que estabas peor, pero estas muy lleno de energía; deberían de darte ya el alta. – bromeo.

-          Papa – se avergonzó el joven castaño.

El señor Misaki solo rio y entro a la habitación cerrando la puerta.

-          El doctor vendrá enseguida – ambos jóvenes pusieron su atención en él – dijo que te llevaría para hacerte una ecografía.

Los más jóvenes se miraron entre ellos y ambos asintieron, conscientes de que, en ese momento, la única que los podía ayudar a quedarse con su hijo seria la doctora que había venido a deshacerse de él.

-          Volveré enseguida – Atom se levanto para ir a llamar a la doctora Rosee.

El castaño mayor miro la actitud de los jóvenes algo confundido, pero no pregunto nada, pensó que era cosa de los jóvenes.

 

 

Nicole se encontraba en la cafetería tomando, como no, un café y rezando internamente para que los jugadores le llamaran y que el doctor que atendía a Tom Misaki – Jean Freiz – no  descubriera en la ecografía el verdadero estado del peli castaño.

Estaba pensando en eso cuando su celular vibro.

-          ¿Si? – contesto con desgana.

-          Soy Oliver Atom – eso le quito la apatía – Van a hacerle la ecografía a Tom y queremos que usted venga.

-          ¿Se lo han llevado ya?

-          No. Estamos esperando al medico. 

-          Estupendo – sonrió – Estaré ahí enseguida – y colgó.

La mujer se levanto rápidamente, pago el café y salió corriendo rumbo a la habitación del joven Misaki.

 

 

Cuando el medico llegó hizo que el castaño menor se sentara en la silla de ruedas que traía.

-          No te preocupes Tom, es solo una ecografía para ver que fue lo que te hizo vomitar y desmayarte.

-          Claro.

-          Por cierto, tus compañeros de equipo ya están aquí; pero no les permití la entrada porque los periodistas están también aquí.

-          No lo sabia – había olvidado por completo a sus compañeros del Marsella y del partido. 

-          El entrenador dijo que no le dijera a nadie donde estabas. Ya sabes, para evitar a los periodistas. 

-          Entiendo – dudo un momento pero al final pregunto – y ¿sabe como termino el partido?

-          Parece que el Marsella ganó – dijo el medico orgullo del equipo en el que trabajaba.

-          Eso es genial – se alegro.

-          Bien, vamos por la ecografía.

Llevo al jugador a la salida e invito al padre del joven Misaki a acompañarlos a la sala de ecografías.

 

Tom miro a los lados y diviso a Oliver que se acercaba con una mujer de cabellos negros. La reconoció enseguida, era la doctora Nicole Rosee.

-          Espere doctor – detuvo a su medico llamando la atención de este – ¿Puede acompañarme también Oliver y la doctora? – los señalo.

El medico del Marsella miro al joven pelinegro, que ya había visto antes y que por algún motivo se le hacia conocido pero no recordaba de que o donde, y a la medico.

Apenas se acerco al medico Jean Freiz, la doctora hablo.

-          Un gusto conocerlos doctor Freiz – saludo, evitando decirle su nombre.

-          El gusto es mío, doctora…

-          Puede llamarme Nic – dijo felizmente, evitando nuevamente darle su nombre – Oh Tom – se abalanzo al peli castaño – que bueno que me llamaste – y sin permiso alguno agarro la silla de ruedas y llevo al joven ante la mirada confundida del medico del Marsella y el padre del paciente.

 

 

A la doctora Nicole no le convenía que alguien, además de los jóvenes interesados, supieran quien era y en donde trabajaba, pues eso le traería problemas a ella y a los jóvenes que pretendía ayudar. Se lo había dicho a Oliver apenas lo vio y este lo había entendido, pues no quería que algo malo le pasara a su esposo y a su hijo.

La científica camino calmadamente llevando la silla de ruedas en la que iba sentado el Misaki menor y para evitar las preguntas del doctor Freiz se puso a conversar con el castaño menor.

-          Espero que ya te sientas bien – le hablaba como si lo conociera.

-          Si… bueno… - no sabia que contestar.

-          Me preocupe tanto cuando te vi en la camilla. No deberías de exigirte de ese modo, es malo para tu salud.

-          Es que me gusta el futbol – contesto lo primero que se le vino a la cabeza.

-          Bueno por más que te guste, deberías de cuidarte.

-          Si.

-          Digo, debes de priorizar tu salud, no jugaras mas si no te cuidas – y estuvo dando un pequeño sermón, sin embargo ello solo era una finta. Sus ojos buscaban con velocidad la sala de ecografías “debe de estar por aquí” se decía.

-          Doctora – le llamo Freiz – es por aquí – le señalo un pasillo que casi se pasa.

-          Oh, disculpe doctor. Me distraje – se disculpo risueñamente; pero aliviada por dentro de al fin encontrar la sala de ecografías y esperando que el medico no descubriera de que ella no trabajaba en ese hospital.

Entraron en la sala de ecografías y el medico indico a Tom que se tumbara en la camilla.

-          Voy a dejar la silla afuera – dijo la doctora, apenas vio al castaño menor acostado.

-          Claro – el medico le dio permiso mientras prendía la maquina, pensando que después podría preguntarle algunas cosas a la doctora.

 

 

Una vez prendida la maquina el medico unto un gel en la toda la zona abdominal de Tom.

-          Esta frio – comento el joven jugador.

-          Solo será por un momento – dijo el doctor, mientras terminaba de poner el gel ante la mirada pacifica del padre de Tom y la mirada ceñuda de Oliver, que no quería que el medico tocara de mas a Tom (miau: Si señores y señoras Oliver es algo posesivo).

Cuando termino de poner el gel, el medico se giro y dirigió una especie de manguerita con metal al final al estomago de Tom. Cuando poso el aparato en el abdomen del jugador el megáfono lo llamo por todo el hospital.

“Se solicita en recepción al doctor Jean Freiz. Repetimos. Se solicita en recepción al doctor Jean Freiz”.

El medico hizo un gesto de molestia y se paro.

-          Disculpen. Regreso enseguida. – Salió de la habitación. Ya fuera se encontró con la medico, que al parecer ya iba a ingresar a la habitación.

-          ¿Sucede algo doctor? – pregunto Nicole con inocencia, con sus manos detrás de su espalda.

-          Me han llamado – respondió con obviedad y preguntándose si no había escuchado el megáfono.

Nicole sonrió.

-          No se preocupe doctor. Me encargare de la ecografía de Tom – y entro con prisa a la habitación.

El medico trato de decirle que no era necesario, pero no pudo hacerlo. Frunció el ceño y se dirigió a recepción.

 

Apenas, la mujer, ingreso al la sala de ecografía, se llevo al oído el celular que tenia en las manos y a pesar de tener tres pares de ojos mirándola, hablo como si los otros no estuvieran ahí; dirigiéndose de paso hacia la maquina.

-          Si, no se preocupe yo espero. Como ya dije es importante – y apenas escucho la musiquita de espera del hospital. Separo su oído del celular y dirigió su mirada hacia los presentes en la sala.

-          Empecemos – presiono un botón de su celular y lo cerró (colgó) – Veamos – dirigió la manguerita, que iba a usar el doctor, al abdomen del joven Misaki.

-          ¿Quién es usted? – No pudo evitar preguntar el padre de Tom. 

-          Doctora Nicole – respondió a prisas al mayor, sabiendo que era padre de quien es esos momentos estaba revisando con el ecografo.

El señor Misaki la miro casi con consternación y pasó la vista por los jóvenes que, mirándose en esos momentos, asintieron, acordando tácitamente que debían de contarle al señor Misaki.

-          Veras papa… - en realidad no sabia como decírselo, no sabía como su padre lo tomaría.

-          Tom esta embarazado – Fue Oliver quien lo soltó sin más. No era hora de rodeos.

El pequeño peli castaño miro a Oliver sorprendido y sonrió. Entendió a su esposo, ya no importaba que dijeran los demás, incluso su padre, ellos querían a ese bebe y lo iban a tener.

-          Oli y yo seremos padres – Su alegría era notable.

El Misaki mayor no sabia que decir. Por un momento pensó que ambos jóvenes estaban locos. Lo que decían era imposible. Seguro tenían alguna explicación. Estaba por abrir la boca para pedir la dichosa explicación cuando la doctora exclamo.

-          ¡Aquí esta!

 

La doctora no pudo evitar el leve grito cuando encontró el feto. No es que haya gritado porque demorara mucho en encontrarlo, al contrario tardo poco tiempo en hacerlo. Lo que la hizo emitir ese gritillo fue el ver, hecho realidad, algo que era prácticamente imposible (ahora no tan imposible), un hombre que efectivamente estaba embarazado. Su hipótesis tenia ahora mas validez porque veía, más que en su laboratorio, a ese ser que crecía, que estaba vivo; así lo demostraba ese corazón que veía, latía.

No pudo evitar el entristecerse al pensar que se desharía de él “Pudo haber sido un gran experimento” pensó. Lo pensó un poco y decidió que no se perdería esto. Se dirigió a su maletín y de ahí saco una especie de pequeño embudo y resuelta lo puso en el vientre del joven castaño escuchando los latidos del corazón de ese feto.

 

Tres ojos vieron toda la actuación de la doctora y al verla con una especie de embudito en el vientre del jugador del Marsella, se preguntaron que pasaba; pero el que termino exteriorizando el pensamiento fue Tom.

-          ¿Qué pasa?

-          Oigo los latidos del feto – Misaki arrugo el ceño, cansado de que siempre lo llamara feto y no bebe, aunque lo pensó un poco y quizás lo hiciera porque era doctora y así era como los doctores llamaban a los pre natales.

-          ¿Puedo oírlo también? – Preguntó el joven embarazado, ya sin su ceño fruncido, que a pesar de su molestia anterior no pudo evitar que algo se moviera en su corazón al pensar que podía escuchar los latidos de su bebe. Sus ojos brillaban y con toda la ilusión miro a la doctora.

-          Yo también quiero escucharlo – la voz del pelinegro se escucho ansiosa.

La doctora vio a los jóvenes algo confundida, pero asintiendo, quito el embudito del vientre del castaño y nuevamente dirigiéndose a la maquina, presiono un botón y entonces toda la sala se lleno de unos latidos.

Latidos que cerraron la boca a cualquier reclamo, latido que maravillo a todos los presentes. Un latido que demostraba que ese bebe estaba vivo y saludaba a sus padres.

 

Continuara…

 

Notas finales:

Y que tal ¿gusto o no gusto? Bueno, espero sus comentarios, ya saben el buzon esta abierto.

Saludos

miau


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