Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

UN RETO JUNTOS por miau

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, eh aqui un nuevo capitulo. Espero que el fic les siga gustando.

Ya por adelantado tengo que decirles que no voy a poder actualizar como lo estoy haciendo (cada fin de semana) porque se me han juntado, para hacer, muchas cosas y tengo que hacerlas, es urgente(espero que todo me vaya bien); sin embargo, les dire que tratare de actualizar por lo menos cada cierto tiempo decente. Espero que el concepto de decencia del tiempo que tengo sea igual al de ustedes.

Sin mas espero que disfruten el capitulo.

CAPITULO XIII: Lo difícil de tratar con los entrenadores (primera parte).

 

Dormía plácidamente, cobijado por el tenue olor que había dejado su esposo en la almohada. Se giro lentamente y comenzó a abrir los ojos, suspiro un poco y volvió a cerrar los ojos para seguir durmiendo en la calidez que Oliver le había dejado.

 

Un segundo después escuchó la puerta de su habitación abrirse, no le dio importancia y cuando se disponía a volver a los brazos de Morfeo escucho la voz de su padre.

-          Hijo, despierta.

-          Mmm – con toda la pereza del mundo Tom contesto – que sucede papa.

-          Tu entrenador – Esas palabras bastaron para que el jugador del Marsella despertase por completo – Esta al teléfono – Su padre entonces le mostro el teléfono, pasándoselo. 

-          Gracias papa – Tomo el teléfono ante el entrecejo fruncido de su padre, que se notaba a leguas que no quería que molestasen a su único hijo – ¿Alo?

 

**Conversación telefónica con el entrenador (miau: que miedo)**

-          ¿Alo?

-          Finalmente te encuentro Misaki. Si ibas a ir a casa de tu padre por lo menos debiste de haber avisado. Todos están preocupados por ti, especialmente Freiz-sensei.

-          Lo siento mucho. De verdad no pude comunicarme con ustedes.

-          ¿Por qué saliste del hospital? – Se notaba el reproche en la voz del entrenador del Marsella.

-          Eh… Bueno… el hospital estaba sitiado por los periodistas por eso le pedí a mi papa que me sacara de ahí, quería evitar problemas – Tom tuvo que mentir – Entre todo el ajetreo perdí mi celular y aun no lo encuentro, por lo que no pude contactarme con ustedes, de verdad lo siento entrenador.

-          Entiendo. Bueno con lo que paso es comprensible, además el doctor Jean Freiz dijo que no había encontrado nada malo en ti, que a lo sumo tenías una infección intestinal.

-          Es bueno saber eso.

-          Debes de cuidar mejor de tu salud Misaki, no me gustaría mandarte a la banca.

-          Si entrenador, prometo que me cuidare mejor.

-          Bien. Se que debes estar aun con el malestar así que te daré dos días de descanso.

-          Gracias entrenador.

-          Te quiero en el entrenamiento el jueves a las siete en punto de la mañana, me entendiste Misaki.

-          Si señor.

-          Misaki – La pausa después de decir su nombre le dio un extraño presentimiento a Tom - ¿Viste a Oliver Atom?

-          Eh… - que decir, iba a mentir cuando recordó que alguien había tomado una foto al pelinegro cuando salían del hospital. No le quedaba otra que decir la verdad, claro a medias – Si señor. Al parecer vino a ver el partido de nuestro equipo y cuando se entero que estaba en el hospital vino a visitarme. Nada del otro mundo. 

-          Ya veo. Bueno Misaki, nos vemos el jueves – Tom casi suspira del alivio por la respuesta de su entrenador. 

-          Si señor. 

Así ambos: entrenador y jugador, cortaron la llamada.

**Fin de la conversación telefónica con el entrenador (miau: bueno no dio tanto miedo)**

 

-          ¿Y bien? – fue lo primero que pregunto el señor Misaki al ver que su hijo termino su conversación telefónica.

-          El entrenador me dará dos días de descanso. Como estamos martes, tengo que ir a entrenar el jueves.

-          Esta contando hoy como tu primer día de descanso ¿Cierto?

-          Si papa.

-          Tu entrenador es un negrero.

Tom dio un suspiro, asintiendo ante la afirmación de su padre.

-          Debería de darte mas días de descanso – la indignación salía de la voz del mayor - ¿Qué no ve que estas embarazado?

-          Papa, eso es precisamente de lo que no puede enterarse el entrenador.

-          Es cierto – pensó un momento que decirle a su hijo – entonces ¿Cómo piensas entrenar? Sabes que hacer mucho esfuerzo le hará daño al bebe.

-          No hare mucho esfuerzo, además piensa que estoy con una infección intestinal, así que no me hará hacer mucho esfuerzo.

-          Eso espero.

-          Papa, no he tenido ningún problema, creo que estaré bien, aunque me haga hacer ejercicios fuertes.

-          Creo que olvidas que te desmayaste en pleno partido hijo.

-          Fue porque choque contra el otro jugador.

El señor Misaki achico los ojos con algo de enfado. Su hijo no sabía que tan delicado era un embarazo.

-          Creo que deberías de informarte de los riesgos – dijo antes de salir a buscar unos libros sobre la dulce espera.

-          ¿Papa?

El pequeño castaño siguió a su padre con la vista antes de levantarse de la cama y seguirlo. Extrañamente ya se sentía con energía. Cosas del embarazo.

 

 

Apenas piso suelo español compró unas revistas que hablaban acerca del embarazo y mientras iba en taxi rumbo a su departamento los fue leyendo.

Cuando entro a su habitación ordeno algo sus cosas y fue a ducharse, después de terminar salió un rato y mientras buscaba un restaurante donde comer algo, saco su celular y busco el numero de su D.T. Lo pensó un poco y decidió que lo llamaría cuando comiera algo. Miro un poco mas su celular y busco el numero de Tom. Si, lo llamaría.

-          ¿Alo? – Contesto una cansada voz.

-          Hola Tommy.

-          Oliver, como estas.

-          Bien y tu ya te sientes mejor. Te oigo algo cansado.

-          Es que estuve leyendo algunas cosas acerca del embarazo y bueno estoy algo… preocupado.

-          Si yo también estuve leyendo algo, pero no creo que sea para tanto.

-          En realidad yo creo que si es para tanto. Ya quiero que llegue el sábado para que Rosee-sensei aclare mis dudas – A Oliver le salió una gotita al escuchar la ansiosa voz de su esposo.

-          Tommy, deja de preocuparte tanto, ya veras que todo estará bien.

-          Si – la voz de su esposo se oyó más entusiasta. 

-          Bueno te dejo, tengo que comer algo antes de ir a ver a mi entrenador.

-          Oliver – le interrumpió – Tu foto saliendo del hospital esta en todos los diarios de futbol europeo, al parecer piensan que tuviste una lesión o algo – la preocupación había vuelto a la voz de Tom.

-          Si, entiendo. No te preocupes me encargare de eso. 

-          Esta bien, te amo y suerte con tu entrenador.

-          Yo también te amo y gracias.

Al colgar la llamada y algo mas aliviado por fin entro a un restaurante a abastecerse de nutrientes y a inventar una mentira convincente para el entrenador y también (por si acaso) para la prensa.

 

 

Nerviosa, miraba al ginecólogo que tenia al frente. Había decidido pedir una segunda opinión acerca de los síntomas de Tom (obviamente cambiando el nombre del mismo).

-          ¿Vomito mientras corría? – la sorpresa fue evidente en la voz del medico – tu paciente si que esta loca, como se le ocurre correr en su estado.

-          Bueno es que ella no sabía que estaba embarazada.

-          ¿Revisaste el feto? ¿Esta bien?

-          Si, y el feto esta muy bien; es ella la que me preocupa. 

-          Pues deberías de mandarla a unos muy buenos días de absoluto reposo, es obvio que su cuerpo todavía no se ha adaptado a su nuevo estado.

-          Si yo también creo eso – Nicole medito eso.

-          Por cierto ¿Cuánto tiempo tiene?.

-          Bueno – Nicole miro rápidamente la primera historia clínica que tenia en su mano – Unas cinco semanas, más o menos.

-          Casi un mes y medio – murmuro el doctor – Si debes de darle descanso absoluto, los primeros meses son los mas críticos para el feto.

-          Si, tienes razón. Probablemente sus síntomas sean debido a que aun no se adapta.

-          Sin duda.

-          Bien, gracias por darme tu opinión. Me sirvió de mucho – Nicole se despidió de su colega y fue rumbo a su oficina.

 

“Veamos, Tom tiene siete semanas de embarazo, según mis cuentas y la ecografía, le falta poco para entrar a la octava semana. Si el sábado prácticamente entra a la octava semana, quiere decir que el siguiente sábado ya culminara la octava semana. Si son ocho semanas eso hace dos meses. Si llega al tercer mes sin novedades, entonces el feto tendrá mas posibilidades de llegar a su maduración y nacer” En su mente hacia las cuentas mientras entraba a su oficina. “Pero no creo que llegue a los nueve meses. No creo que el cuerpo de Tom lo resista” Anoto algunas cosas en su libreta y volvió a sacar cuentas “Si el cuerpo de Tom resiste hasta el séptimo mes entonces se podría hacer la cesárea casi sin peligro. Si solo llega al sexto mes podemos todavía hacer algo, pero seria mas peligroso. Si llega al octavo mes seria un milagro y lo mas optimo en su caso” Anoto algunas fechas “Dios le permita llegar al sexto mes y quizás un poco mas” se encontró rogando. Era cierto que Nicole no era una gran devota a Dios o a los santos, dada su naturaleza científica; pero dada su crianza católica podía algunas veces asistir a ciertas ceremonias propias de su religión y claro en ciertos momentos, cuando la ciencia ya no podía hacer nada, era bueno invocar al que todo lo podía.

 

 

Suspiro cuando vio la gran estructura que era el estadio del Cataluña. Se adentró en el estadio caminando firmemente aunque se sintiera como un condenado a la orca.

 

Diviso el campo de futbol, aun estaba vacio, pero muy pronto estaría lleno de jugadores para el entrenamiento. Miro su reloj, aun era temprano “probablemente debí de quedarme a dormir un poco en lugar de venir casi directamente del aeropuerto” se dijo mientras recordaba la rápida parada que había hecho en su departamento (para ducharse) y su desayuno en un restaurante.

 

-          Oliver – una voz severa le llamo – Así que finalmente llegaste. Acompáñame.

El capitán japonés ni siquiera tuvo tiempo de saludar, lo único que había visto era el rostro impasible de su entrenador y después su espalda; sin mas remedio siguió a su entrenador.

 

Entraron al despacho del D.T. del Cataluña. Enseguida el hombre canoso (que era el D.T. de dicho plantel) indico a Oliver que se sentara a lo que el joven obedeció sin chistar.

 

El hombre miro con ojos evaluadores al joven jugador, como buscando un punto débil por el cual atacar; puso los codos en el escritorio y cruzo sus dedos frente a su mentón, analizando, todavía, al joven frente a él. 

-          ¿Terminaste tus problemas familiares? – fue directo al grano, era filosofía en el hombre mayor no andarse con rodeos.

Si Oliver hubiese podido suspirar lo habría hecho. Estaba nervioso, de eso no había duda pero debía de mostrarse firme o si no su entrenador se lo comería vivo. Contuvo el aire y sacando valor de… vaya a saber donde, oculto su nerviosismo y con la seguridad en sus irises se enfrento a su entrenador.

-          No del todo señor

El mayor dio un pequeño e imperceptible suspiro al oír la respuesta de Atom “Es muy temprano para explotar, además todavía no le preguntas acerca de eso” se dijo mentalmente, reprimiendo su ira hacia el joven jugador.

-          Entonces supongo que tus pendientes los terminaras en tus vacaciones, después de la Eurocopa ¿verdad? – la mirada dura que le lanzo al japonés no admitía replica.

-          Si señor, lo creí mas sensato así. – El D.T. miro sorprendió al pelinegro, esperaba solo una aceptación sumisa y una mirada de total resignación a sus palabras con las disculpas impresas en ella, propio de los jóvenes; sin embargo la aceptación de Atom no tenia nada de sumisa, era mas bien una aceptación de responsabilidad de esas que hacen los hombres para asumir las consecuencias de sus actos; y su mirada no expresaba una disculpa en ella, al contrario, sus irises eran firmes, mostrando la seguridad de que había tomado una decisión, sin importar lo que él opinara. Fue ahí cuando se dio cuenta que algo le había pasado a su joven jugador, frente a él ya no tenia a un joven, tenía a un hombre.

-          Entiendo – El mayor oculto su sorpresa lo mejor que pudo y miro con mas detenimiento a Oliver, como buscando la fuente de aquel cambio. Era cierto que el muchacho era firme en las cosas que decía y en sus acciones (en cuanto al futbol se refería) de hecho le agradaba esa persistencia que tenia para lograr sus objetivos, pero el siempre había logrado hacer retroceder esa firmeza (como cuando lo mando a segunda división) y si bien era cierto que el muchacho cada vez se hacia mas fuerte de carácter, actitud y seguridad para enfrentarlo, también era cierto que para lograr hacerle frente a su persona y que él, el D.T. del Cataluña, tomara su opinión en cuenta (como lo hacia con Rivaul) aun le faltaba mucha experiencia y años; sin embargo hoy Oliver se le estaba poniendo al frente con una fuerza y madurez, que el entrenador sintió que el pelinegro ya había pasado por esas experiencias y años.

-          Quisiera hablar con usted – La voz del pelinegro había sacado al D.T. de sus pensamientos – de algo importante.

-          Por supuesto – Miro mas fijamente a su comandado recordando que aun tenia poder sobre él y que necesitaba la explicación de algo – pero antes de escucharte, quisiera que me explicaras esto… – y sacando un periódico de uno de los cajones de su escritorio lo puso con firmeza sobre este y frente al pelinegro – y bien, te escucho Oliver.

 

 

Sentado cómodamente en el sillón, leía un libro que, por momentos le causaba una gran ilusión; que por otro, un terrible miedo y otro tanto de confusión. Cerró el libro cuando se canso de sentir tantas emociones. Nunca imagino que llevar una vida en su  interior fuese tan trabajoso, ahora mas que nunca admiraba a las mujeres.

 

Dio un suspiro y de pronto solo sintió ganas de comer, así que rápidamente fue a la cocina a prepararse algo.

Mirando la alacena y el refrigerador pensaba en que comer, hasta que diviso jamón al fondo de la refrigeradora y unas sopas instantáneas en la alacena, sus ojos fijaron también en los huevos y la leche, en el congelador. Feliz tomo los productos y comenzó a preparar su la sopa instantánea, le agregó jamón, el huevo y la leche y no conforme con eso le hecho una buena rayada de un queso, que por accidente, estaba en encima de la mesa. Revolvió todo su preparado y una vez que estuvo listo lo sirvió en un plato para comer.

-          ¿Qué haces hijo? – su padre entro a la cocina.

-          Msshhmsshhmm – Tom sorbía sus fideos, cuando escucho a su padre; por un momento dejo de comer para contestar a la pregunta de su progenitor – Como – fue lo único antes de volver a comer con gusto. 

-          ¿Qué te preparaste? – pregunto el mayor, como intuyendo algo.

Misaki rápidamente termino su comida y se paro para servirse más, frente a la mirada de su padre.

-          Una sopa instantánea con jamón, huevo, leche y queso; es una delicia. ¿Quieres un poco, papa? – Ofreció el Misaki menor mientras, felizmente, se servía un nuevo plato.

“Antojos” acertó el mayor.

-          No hijo, creo que me prepararé otra cosa – sonrió nerviosamente.

-          Esta bien – fue todo lo que dijo el castañito, aun comiendo.

 

10 minutos después de haberse saciado capto el apetecible olor de carne asada que preparaba su padre. Rápidamente fue a la cocina y descubrió a su padre volteando la carne para que cociera mejor.

-          Solo unos minutos mas – hablo el mayor, mientras cerraba su pequeño horno domestico.

-          Papi, huele muy bien – El mayor giro la cabeza y encontró a su retoño viéndolo desde el marco de la puerta – Dentro de cuando estará – sus ojitos castaños brillaron de anticipación.

-          Ahhh, unos cinco minutos mas – “Que bueno que recordé que en el embarazo da mas hambre” pensó mientras mandaba a su hijo a poner la mesa.

 

Ambos castaños comían tranquilamente, hasta que el mayor recordó algo.

-          Mañana te integras de nuevo ¿verdad?

-          Si – sin dejar de masticar su carne.

-          ¿Has pensado ya en las precauciones que debes de tomar para que no le pase nada a tu bebe?

-          Un poco… - dejo de comer un instante – confió en que el entrenador no me haga hacer mucho ejercicio y… - suspiró – papa ¿puedo decirte algo?

-          Claro hijo, lo que quieras. 

-          Tengo miedo – Dejando los cubiertos, agacho su cabecita.

-          Hijo ¿De que tienes miedo?

-          Se que casi son dos días en los que no toco el balón y francamente lo extraño y me puse a pensar si no me desesperaría en no patear la pelota durante los meses de embarazo que quedan.

-          Tommy

-          Amo a este bebe – acaricio su vientre – de verdad lo amo, pero me asusta tener que dejar el futbol por él; así también me aterra perder a mi hijo por jugar futbol. Me siento tan confundido – lagrimas, salieron por fin de los irises castaños - ¿Qué hago papa?

-          Hijo – El Misaki mayor se acerco a su hijo y le abrazo – Es natural que tengas miedo, pero recuerda que ustedes, Oliver y tu, decidieron tener a este hijo. Se que vas a tener que hacer grandes sacrificios, pero créeme – acaricio suavemente la cabeza de su hijo – vale la pena, vale mucho la pena, porque cualquier cosa empalidece ante un hijo. Ver crecer a tu hijo, escuchar que te llama papa, es una de las cosas más maravillosas de este mundo.

-          Papa – se aferro más a su padre. 

-          Ya veras que todo estará bien; además tendrás a tu esposo a tu lado para que te ayude.

El pequeño Misaki levanto la cabeza hacia su padre y asintió.

-          ¿Lo ves? No estas solo, Oliver estará contigo y si no lo esta, yo, personalmente, hare que lo lamente.

Una pequeña gota de sudor cayó por la frente de Tom.

-          Papa, no quiero quedarme viudo – reclamo ante la idea de su padre, porque de algo si estaba seguro, Oliver siempre estaría a su lado. “Creo que el descanso me hizo mas mal que bien” pensó ya mas optimistamente y así de pronto se le aclaro el escenario, solo estaría de baja unos meses, no era nada como para ponerse a llorar, de pronto su perorata anterior le pareció absurdo, él sabia ya de antemano que tendría que sacrificar algunos meses por su hijo, lo sabia y sin embargo el no ver un balón de futbol lo había puesto tan triste y sensible ¿Por que? No supo la respuesta de eso “O quizás” recordó algo que había leído acerca de la sensibilidad y los miedos en las embarazadas (especialmente en las primerizas) “¿no creo… o si?” se pregunto así mismo mientras evaluaba lo absurdo de su comportamiento y sus cambios de humor

Cosas del embarazo.

 

 

Miro, casi sin interés, la portada del periódico frente a él. Ya lo sabia, por algo Tom le había avisado acerca del periódico, así que ya había pensado su excusa.

-          No es nada, solo salía del hospital.

-          ¿Del mismo hospital en el que estaba Tom Misaki?

Al parecer los periodistas habían hecho bien su trabajo, por lo tanto él tendría que mentir muy bien para salir de esto; no le convenía que nadie estuviera sobre él.

-          No tiene nada de malo que vaya a visitar a mi… - Quería decir esposo, pero ahora mismo no debía – amigo, no tiene nada de malo.

-          Dijiste que tu esposa estaba en el hospital – demonios, esperaba que el entrenador no recordara eso - ¿Qué paso con ella?

Al parecer tenia que esforzarse en atar cabos sueltos, pero por Tom lo haría, solo necesitaba una idea.

-          Bueno, ella… - necesitaba un ejemplo femenino, de preferencia una enfermedad. Pensó en su mama y su amiga Paty pero no se le vino nada a la cabeza y después su mente le mostro a la doctora que iba a atender a su esposo y recordando sus habilidades actorales, decidió ponerla de ejemplo y al mismo tiempo la tomo como ejemplo para su mentira – me llamo de pronto y yo fui a su encuentro, por eso salí corriendo del estadio, como usted recordara – miro a su entrenador y se sorprendió de su propia entereza para mentir.

El D.T. del Cataluña pensó un momento en las palabras de Oliver y asintió, pidiéndole tácitamente que continuara.

-          Bueno, para acortar, dio la casualidad de que Tom fue a parar al mismo hospital, fue mera coincidencia pero me lo encontré y no pude evitar el visitarlo, después salí de ahí con mi esposa y es todo.

-          ¿Cómo se llama tu esposa? – Lo que le decía el jugador frente a él tenia mucho sentido, era una explicación concisa y formal, contaba solo lo necesario y eso se le hacia sospechoso. Por ello hizo una pregunta tan personal, pero tan común. 

-          Entrenador – Miro fijamente a su entrenador, ahora es cuando debía de mostrar mas fuerza y seguridad – Eso es parte de mi vida privada y no pienso ventilarla.

El hombre mayor se quedo sin palabras. No podía obligar al jugador de soccer a hablarle de su vida privada y más porque de todas formas no iba a hablar, lo veía en sus ojos.

-          Entiendo – tomo una pausa – Bueno no es que nos perjudique, después de todo los periodistas también asumen que fue una casualidad – a Oliver le alivio saber eso – pero de todas formas seria bueno que aclaráramos esto. ¿Qué quieres que les diga a los periodistas?

-          Que viajando a Francia me enferme y fui al hospital – su respuestas fue automática y contundente. 

-          Pensé aprovecharías para anunciar que te casaste – No se creía del todo lo historia del muchacho por lo que buscó presionarlo un poco mas.

-          Eso es parte de mi vida privada, no me gustaría que estén fisgoneando en ello – Oliver estaba por enfadarse, ya quería terminar con esto.

-          Si tienes razón, además mientras más simple sea la explicación mejor – Por fin el cano hombre acepto sin dudas la versión de Oliver, después de todo a él no le debía de importar como llevaba el jugador su vida privada.

 

Pensaba decirle a Oliver que se retirara y que volviera al entrenamiento pero Atom hablo primero.

-          Entrenador. Quiero trasladarme a Francia – Ya estresado Oliver lanzo la noticia al mayor. 

-          ¿Que? – Eso lo dejo atónito.

-          Me gustaría que oficiara mi traslado

-          …

Paso unos segundos, antes de que el D.T., asumiera lo dicho.

-          ¿Por que? – Siempre pensó que Oliver estaba a gusto en el Cataluña.

El pelinegro sabía que eso era lo primero que le preguntaría. Tomando un segundo aire preparó su simple argumento.

-          Nada en particular, es solo que me gustaría aprender otros estilos de juego, coger más experiencia y enfrentarme al Cataluña en alguna liga europea.

-          ¿Algún equipo Francés te ofreció un puesto?

-          Sinceramente no, por eso me gustaría que usted oficiara mi traslado. Usted podría ubicarme en un buen equipo francés.

-          Si quieres mi opinión, creo que deberías de quedarte aquí en el Cataluña; sin embargo no te detendré si quieres irte.

-          A mi también me gusta este equipo. La verdad no quiero dejarlo, pero me gustaría aprender más – “y quiero estar a lado de Tom” – y cuando ya tenga algo más de experiencia quisiera regresar e integrarme.

-          Así que ese es tu plan.

-          Si. Por eso me gustaría que oficiara mi traslado. 

-          Creo que quieres ir a Francia por otros motivos – Oliver abrió los ojos – pero también creo que tu propuesta es interesante. Aun eres muy joven y es natural que quieras experimentar y si eso es lo que quieres entonces puedo enviarte a un equipo francés por un año con la condición de que cuando regreses me demuestres que tanto has aprendido – Oliver asintió – Te advierto que será como la primera vez. Te enviaré primero a la segunda división y desde ahí deberás ganarte de nuevo tu puesto.

Oliver sonrió, no esperaba menos de su entrenador.

-          Si señor, daré mi mejor esfuerzo y regresare con aun mas fuerza.

-          Creo que esa fuerza ya la tienes – dio un suspiro – bueno ve a entrenar. Hasta que arregle algunos papeles todavía eres miembro del Cataluña y jugaras en la final de la Eurocopa.

-          Entiendo.

-          Pero te digo con seguridad que tu traslado estará listo para año nuevo.

-          Tan pronto – se sorprendió, pues ya estaban en los últimos días de noviembre, no faltaba casi nada para navidad y año nuevo “Bueno al menos tendré mi mes de vacaciones y podre ir a visitar a mis padres y a mi hermanito. Sera perfecto para decirles que tendré un hijo” pensó “además podre llevar a Tommy conmigo”.

-          Si. Ahora a entrenar.

-          Si señor.

Sin más salió del despacho de su D.T. y fue a entrenar.

Lo peor había pasado y con buenos resultados, ahora nada podría salir mal.

 

Continuara…

 

Notas finales:

Si señor@s yo también me entere que Oliver tenia un hermanito (se llama Daichi) y nació cuando el jugaba en Brasil. Fue una tremenda sorpresa para mi.

Bueno, como saben espero sus comentarios. El buzon esta abierto.

miau


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).