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UN RETO JUNTOS por miau

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Notas del capitulo:

Hola, aqui un nuevo capitulo. Gracias a todas las personas que se molestan en leer el fic y dejarme un comentario, ese es un combustible muy bueno que me ayuda a escribir. Sin mas espero que disfruten el capitulo.

CAPITULO IV: Los vi. ¿Es posible?

 

 

 

La llamada de la naturaleza le despertó, aun somnoliento se levantó de la cama para ir al baño. Después de hacer sus necesidades se lavo sus manos y después su cara, para despejarse. Se miro en el espejo mientras se secaba, aunque veía su reflejo oscuro, de hecho todo a su alrededor estaba oscuro. Salió apresuradamente del baño y manoteo para encontrar el interruptor, una vez encontrado lo presiono para que se hiciese la luz. Unos segundos le bastaron para acostumbrarse a la luz artificial. Miro hacia la ventana cerrada y corrió las cortinas para ver la pequeña ciudad con luces encendidas. Se giro y vio el reloj, colgado en la pared de la habitación, que marcaba las siete de la noche.

 

“¿Cuánto dormí?” se pregunto confundido. Se suponía que era el que debía de cuidar de Tom, no dormirse y menos hasta esas horas. Terminando de acusarse mentalmente se aproximo a la cama.

 

Vio al pelicastaño tranquilo en su sueño. Le toco la frente, la fiebre había bajado. Suspiro aliviado, al menos la fiebre no le había subido. Regañándose una vez mas por su descuido; paso la vista por su habitación, estaba hecho un asco y eso era poco decir, fue en ese momento que recordó que no habían dejado entrar a ninguna mucama para que arreglara el cuarto y tampoco para que cambiaran las sabanas que habían ensuciado. Avergonzado se dedico a ordenar las cosas para que cuando vinieran las chicas de la limpieza no le dedicaran a su habitación una mirada de asco.

 

Le tomo unos minutos guardar las cosas, juntar los platos de comida y los vasos y arreglar algo su cama, aunque termino quitándole las sabanas, las echaría al ducto de lavandería.

 

Miro a Tom, aun descansaba. No quería despertarlo, pero debía hacerlo, las sabanas debían de ser lavadas, más aun si estas estaban con sangre.

 

-          Tommy, despierta – lo meció suavemente, pero el pelicastaño no le hizo el menor caso por lo que volvió a intentarlo.

 

 

 

Sintió que alguien trataba de sacarlo de su comodidad, por lo que trato de hacer caso omiso a la voz que lo llamaba, pero inevitablemente terminó despertando por la voz que siempre querría oír, aunque lo sacara de sus sueños.  

 

-          Oli – se desperezo un momento, para volver en si - ¿pasa algo? – pregunto todavía somnoliento.

 

-          Lamento despertarte Tommy, pero debemos cambiar la sabana.

 

-          ¿la sabana? – pregunto desconcertado.

 

-          Ya sabes, por lo de anoche – le respondió el pelinegro desviando la mirada algo avergonzado y culpable.

 

La ultima frase de Atom, termino por despertarlo y recordarle todo lo que había pasado. Poniéndose rojo asintió y trato de pararse con cuidado, siendo ayudado de inmediato por el pelinegro. Noto que ya no le dolía como antes de dormir, aunque todavía le molestaba.

 

Miro el reloj de la habitación y se sorprendió del tiempo que  se había quedado dormido “debí de preocupar a Oliver al dormir tanto” pensó (si supiera -.-u).

 

Con cuidado fue colocado en la otra cama por su koi. Sentado en ella pudo ver como Oliver quitaba las sabanas y las juntaba con las otras. Sabía lo que pensaba su koi, las echaría por el ducto de lavandería y no podía estar más de acuerdo en ello.

 

 

 

 

 

Una pelinegra estaba molesta y desesperada. Había ido de compras y regresado en tiempo record – 3 horas – (-.-u) solo para encontrar que los cónyuges – pacientes de su sensei – no habían salido de la habitación. Espero todo el día, todo el maldito día vigilando las escaleras, pero los susodichos no habían salido. Eran las siete de la noche.

 

 

 

-          Debían de haberse levantado ya ¿no?

 

Nada contenta, volvió a pedir un café; a la espera de que los susodichos bajaran. 

 

 

 

Oliver le abría la puerta a la mucama, que fue oportuna al llegar cuando estaba tirando las sabanas por el ducto, directo a la lavandería.

 

 

 

La muchacha miro la habitación un poco preocupada, pues pensaba que iba a encontrar un chiquero, se alivio al encontrar la habitación casi limpia, solo faltaba tender la cama y llevarse los platos de comida y por supuesto limpiar algo. La chica realizo su trabajo con celeridad, tratando de apresurarse para que los jóvenes ocupantes descansaran, de lo que ella suponía era la resaca de su fiestón.

 

-          Permiso – alzo los platos de la mesa y se dispuso a salir después de haber ordenado la habitación.

 

-          Muchas gracias – respondieron a coro.

 

 

 

Una vez la mucama se retiro ellos pudieron por fin respirar – todo ese tiempo se la pasaron tensos por el desorden que habían ocasionado – cada uno se acostó en su propia cama, para después de un rato mirarse y reírse como si hubiesen cometido una travesura. 

 

 

 

-          Que bueno que este es un hotel y no nuestra casa, mi mamá se hubiese enfadado bastante por el desorden – dijo Oliver después de terminar de reír.

 

-          Lo mismo digo de mi papá – respondió risueño Tom.

 

-          ¿ya no te duele? – la pregunto, serio, el pelinegro.

 

-          No tanto. Creo que ya estoy bien. Es mas, me gustaría salir a pasear. Llevo todo el día encerrado.

 

-          Mejor descansa, mañana ya saldremos.

 

-          Pero yo quiero salir ahora. Me la he pasado todo el día en la cama.

 

-          Pero necesitas… - el pelinegro paro todo argumento al ver los ojos de gatito desamparado de Tom. – esta bien.- dijo incapaz de negarle algo a su koi. 

 

-          Gracias, por eso te quiero – el pelicastaño le envió una gran sonrisa a su pareja.

 

-          ¿solo me quieres? – arqueo una ceja, mientras se alzaba un poco de la cama.

 

Tom rio por la reacción de su koi.

 

-          Sabes que te amo Oli.

 

Oliver sonrió, claro que sabia que Tom lo amaba; pero se sentía demasiado bien el escucharlo confirmándoselo.

 

-          Yo también te amo – se paro de su cama para acercarse al pelicastaño y darle un suave beso – vamos a alistarnos para salir.

 

-          Si ^.^

 

 

 

Nicole, ya harta de esperar decidió subir, una vez mas, al dichoso noveno piso. Bajaba ya del ascensor cuando se topo con la pareja de esposos, clientes de Fergus-sensei, que al parecer iban de salida. Ella simplemente se hizo a un costado cediéndoles el ascensor, cuando las puertas de este se cerraron, la pelinegra corrió hacia la habitación 280 y rápidamente saco la llave para abrirla, cosa que logro en menos tiempo de lo que ella misma se imaginaba. Cerró la puerta tras ella, trataba de calmar su corazón que latía apresuradamente por los nervios que le producía hacer esto. Se quedo unos momentos así, pegada a la puerta, después empezó a examinar la habitación hasta que su vista se poso en la mesa de noche a lado de la cama matrimonial. Con nervios aun, saco la caja de chocolates de su bolso y con sumo cuidado, le temblaban las manos, lo puso en la mesa de noche.

 

 

 

Se dispuso a salir, pero tendría que hacerlo con cuidado, sin que nadie la viera; por lo que abrió con cuidado la puerta. Apenas iba por la mitad cuando escucho un ruido, rápidamente cerró la puerta, aunque por sus nervios se golpeo la mano con ella y no alcanzo a cerrar por completo. Apretó los dientes, para no gritar del dolor. Asomo el ojo por la pequeña hendidura, que dejo al aplastar su propia mano, y vio cerrar la puerta a un chico pelinegro y al lado a un castaño. Se fijo en el numero de la puerta “281” pensó con alarma. “Espero que sea lo que sea que hayan hecho con sus invitadas hayan usado protección” en esas cosas cavilaba cuando vio algo que la dejo cuadrada: un suave beso en los labios departe del pelinegro al castaño. Se quedo con la boca abierta y un notable sonrojo. Nunca pensó ver a un par de chicos besándose “encima son guapos” se dijo. Miro una vez mas a la pareja que ya se perdía “se ven bien juntos” pensó inconscientemente y se sonrojo aun más por su propio pensamiento. Sin duda lo que acababa de ver la sorprendió y mucho “y todo el mundo pensado que trajeron chicas para sus cosas” sonrió y salió de la habitación, la cerró y antes de irse miro una vez más la puerta con el número 281 impreso en ella. Sacudiendo la cabeza se fue de allí. Empezaba a subir las escaleras pensando aun en la situación de los chicos y empezaba a reírse de ella misma “y yo preocupándome de los chocolates” seguía caminado sin dejar de pensar en lo gracioso de la situación “que dejaran embarazas a las chicas si no se cuidaban” se seguía riendo interiormente “aunque seria gracioso que uno de los dos quedara embarazado por el chocolate” se siguió riendo cuando su ultimo pensamiento la detuvo en seco a mitad de las escaleras. Volteo rápidamente hacia abajo, como si pudiera ver la habitación 281 “eso es imposible ¿verdad? Aun con esa  formula que hace que las células reproductoras sean fértiles y  puedan juntarse con otra” subrayo lo ultimo de su pensamiento “las células reproductoras sean fértiles y puedan juntarse con otra”

 

-          Mierda – dijo en voz baja, al olvidarse de algo sumamente importante y es que: “¡los espermatozoides son células reproductoras!” se grito en su mente – tengo que averiguar esa posibilidad al regresar a Francia – por supuesto no le diría a Fergus-sensei, ya le daba demasiado miedo.

 

 

 

 

 

Los tortolitos jugadores (xd) disfrutaban de un paseo nocturno en la playa, era cierto que no había sol pero al menos estaba fresco y no hacia tanto frio. Se morían por correr y jugar pero la dolencia de uno de ellos lo impedía por lo que mejor optaron por permanecer tranquilos caminado. Se paraban de vez en cuando para besarse y darse unos mimos.

 

 

 

Después de pasear decidieron ir a cenar. Fueron a parar a un restaurante familiar sencillo, nada ostentoso o muy caro. Ellos lo escogieron más por el acogedor aspecto que tenia el restaurante.

 

 

 

Ya pasada las 10 de la noche decidieron regresar al hotel. Ni bien llegaron cada uno se echo en una cama.

 

 

 

Se miraron un largo rato, no sabiendo como empezar la conversación que ambos tenían en mente – que era la misma – pero ninguno se atrevía a pronunciar primero. Hubo un largo silencio entre ambos, hasta que Tom se animo a hablar, aunque no del tema en si.

 

-          Espero que mañana ya podamos ir a la playa.

 

-          Iremos si es que te sientes bien.

 

-          Yo ya me siento bien

 

-          ¿seguro? – el pelinegro dudaba del bienestar de Tom.

 

-          Seguro. Además… - dudo en continuar, pero de todas formar ya debían de tocar el tema – ya siento mi cuerpo mas normal, ya no me da esa extraña… sensación – termino de decir algo sonrojado.

 

-          Te refieres a… ese calor – Oliver también se sonrojo.

 

-          ¿y tú?

 

-          A mi también ya se me paso.

 

-          Entonces… podremos dormir juntos – la cara del pelicastaño se ponía cada vez más roja.

 

-          Creo que si – el pelinegro se paro de su cama y se acerco a su pareja – si no te molesta- Tom negó suavemente con la cabeza y se hizo a un lado para que su “esposo” pudiera acomodarse a su costado.

 

Mas tranquilos y sabiendo que eso tan extraño que les paso ya no volvería, durmieron abrazados. Lo único malo es que no lograron encontrar la causa de aquello (xd).

 

 

 

 

 

Para una pelinegra la noche pasaba muy lenta. Estaba preocupada. Todo lo que ocupaba su cabeza eran esos dos atractivos chicos (*.*) y el chocolate. El chocolate que podría tener efectos inesperados en esos jóvenes.

 

Se levanto de la cama, las conclusiones a la que la llevaban sus conjeturas eran… imposibles, a falta de una mejor palabra. “No, no creo que sea imposible, por lo que se de esos chocolates” se preocupaba cada vez mas, bien sabia ella que la sustancia de esos chocolates era muy efectiva a la hora de fertilizar y unir células reproductoras, ella misma los había probado en células de animales y había visto como se experimentaba con ella en células humanas y en ambos casos la efectividad era de 99% . De hecho lo único que faltaba era probar sus efectos en personas. Cosa que se estaba haciendo ahora, con los pacientes de Fergus-sensei. Todo bien hasta ahí, solo que habían hecho siempre combinaciones de Ovulo-espermatozoide, nunca de ovulo-ovulo o espermatozoide-espermatozoide; a nadie se le había ocurrido que dos células reproductoras iguales se podrían combinar, a nadie, ni siquiera a ella, hasta hoy.

 

 

 

Dada la explicación ¿Era posible? Por lo que sabia de los experimentos, si. Y es que la sustancia provocaba, automáticamente, la unión de dos células reproductoras “dos células reproductoras, eso quiere decir que no tienen que ser necesariamente diferentes (ovulo-espermatozoide) podrían ser iguales (espermatozoide-espermatozoide u ovulo-ovulo)”

 

-          Siempre y cuando sean dos, podría ser – se alarmo – no es posible, eso es… - se quedo una vez mas pensando y analizando lo que sabia – es definitivo, apenas llegue a Francia iré al laboratorio y lo comprobare – decidida se tapo con las sabanas, debía de dormir, aunque con la incertidumbre que tenia en la cabeza eso iba a ser difícil, muy difícil.

 

 

 

Continuara…

Notas finales:

Espero que haya gustado el capi. Ya saben el buzon esta abierto para sus comentarios.

Bueno queria informarles que mis vacaciones estan llegando a su fin y que probablemente no actualice cada fin de semana como estoy acostumbrada, sin embargo tratare de actualizar como siempre o al menos cada dos semanas, pero de que continuo el fic, lo continuo.

miau


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