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UN RETO JUNTOS por miau

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Notas del capitulo:

Bueno a pesar de que vuelvo a la carga con los estudios, el trabajo y demas no he dejado de escribir, en parte los culpable son sus comentarios que de verdad dan animos y baterias, asi que espero que disfruten el capitulo. Bueno a leer.

CAPITULO V: Las Vacaciones Terminan.

 

Después de que los ataca esa extraña fiebre, las vacaciones del numero diez y once de la selección japonesa había sido tranquilo, pacifico y romántico (cursi). Habían recorrido una vez mas los atractivos del lugar y alguno que otro lugar que no figuraba como atractivo pero que los lugareños les habían recomendado para visitar. Fueron muchas veces a la playa – de día y de noche - . En resumen: la habían pasado de maravilla.

 

En su penúltima noche, los dos se hallaban echados en una de las dos camas de la habitación, mirando una película de terror y comiendo palomitas de maíz. Cada que pasaba una escena sangrienta ellos se ponían a comentarla, a ninguno le daba mucho miedo las películas de terror, aunque algunas escenas si que los hacían saltar.

-          Me gusta la música que suena aunque se oye terrorífica en el ambiente oscuro de la película – dijo Tom mientras se comía una palomitas.

-          Creo que se escucharía terrorífica aunque no fuera un ambiente oscuro. – le contradijo Oliver.

-          Puede ser, pero te aseguro que ya no sonaría tan tenebrosa en un ambiente con luces.

-          No lo se, creo… - se interrumpió cuando vio que el personaje principal estaba siendo acechado – si estuviera en su situación me voltearía.

-          Espero que no lo atrape – dijo de manera preocupada el pelicastaño.

-          Ahí esta.

-          Voltéate.

Ambos se mantenían expectantes, al parecer el villano estaba por atrapar al héroe, lo asechaba, levantaba el cuchillo y…

 

Toc, toc, ambos se sobresaltaron al sonido de la puerta. Se abrazaron en un impulso.

-          Servicio a la habitación – oyeron del otro lado.

-          Se miraron y rieron con ganas, esta vez si se habían asustado. Oliver fue el primero en levantarse a prender la luz; luego fue hacia la puerta para dejar entrar a la mucama.

Tom mientras había apagado el televisor y entraba al baño.

 

La mucama no necesito arreglar mucho, todo estaba en orden, así que solo hizo un cambio de sabanas y se fue.

 

Cuando Tom salió del baño, estaba ya listo con su pijama para dormirse. Oliver lo miro extrañado.

-          ¿Qué pasa?

-          ¿vas a dormir tan temprano?

-          Bueno… - se avergonzó – creo que si.

Oliver sonrió, le encantaba esa inocencia en Tom, pareciera que lo provocara aun sin proponérselo.

-          Pues yo creo que no – atrapo al pelicastaño de la cintura y le dio un beso suave y tierno. Tom se sonrojo tanto por lo que dijo como por el beso.

-          Es que… ya lo hicimos hoy – Se ruborizo aun mas al recordar que por lo sucedido con los chocolates habían acordado no hacerlo en por lo menos dos días, acuerdo que se rompió apenas a un día de abstinencia, aunque solo lo hacían una vez por día.

-          Ya casi terminan nuestras vacaciones – Atom se acerco mas a su oído – y cada que lo recuerdo no quiero dejarte ir, quiero tenerte siempre entre mis brazos, tener siempre tu calor y olor – apretó mas al pelicastaño mientras este también lo abrazaba – quiero tenerte siempre conmigo. Te amo, te amo tanto.

-          Yo también te amo – Tom se apego a Oliver tanto como pudo, él tampoco quería dejarlo ir.

-          Tommy – comenzó a besar su cuello - quiero estar contigo todo lo que pueda; para que pueda aguantar la separación, por favor.

Misaki sabía a lo que se refería.

-          Yo también quiero estar contigo todo lo que pueda, por eso lléname de ti. – se besaron mientras se dirigían a una de las camas.

 

Estaban en una lucha de lenguas. Sabedores de que pronto se separarían, no podían detener su necesidad de estar juntos en cuerpo y alma.

Al ir despojándose de sus ropas no pudieron evitar fijarse en sus collares de su unión. Se sonrieron con dulzura y Tom fue el primero en hablar.

-          Yo soy tuyo y tu eres mío – agarro los dijes que colgaban de sus cuellos y los junto ante la atenta mirada de Oliver – por eso nos pertenecemos y aunque estemos lejos nunca nos separaremos.

-          Jamás nos separaremos amor, jamás – Prometió Oliver antes de continuar con su ritual de amor.  

 

 

En otra habitación – 280 – la pareja que tantos problemas le dio a Nicole comía los chocolates y aunque ambos habían dejado de lado la botellita de chocolate no se resistieron a probar el chocolate, especialmente la mujer, que encantada se los comía, al verla su marido las chispas se encendieron y empezaron a crear al hijo que tanto querían. Y de hecho ahora gracias a los chocolates eso iba a ser realidad.

 

Nicole aun seguía preocupada, debía de regresar lo antes posible y comprobar en el laboratorio su “teoría”; pero todavía le quedaba trabajo por hacer, así que tendría que controlar sus ansias quisiera o no.

Ordenando sus prioridades momentáneas Nicole se encamino hacia las habitaciones, su misión: comprobar que los pacientes de Fergus sensei se habían acostado. Decidida a espiar saco un pequeño audífono que permitía oír a distancia, se lo coloco en el oído y se pego a la puerta de la habitación 280, le subió un poco el volumen y escucho en su interior. Una sonrisa paso por su cara al escuchar los gemidos provenientes de esa habitación. Satisfecha se separo de la puerta. La misión que le había encomendado Fergus sensei había sido cumplida.

-          Ahora si quedaras en cinta, 100 % seguro – murmuro emprendiendo la retirada y haciendo ademan de quitarse los audífonos; pero se detuvo un instante cuando escucho unos leves gemidos y no provenían de la 280. Giro la vista a una puerta que, a su parecer, le gritaba: ¡281! Sintió un vértigo – ellos – se dijo atontada e involuntariamente se los imagino teniendo relaciones y que uno de ellos quedaba embarazado. Se quito rápido el audífono y salió corriendo rumbo a su habitación – Tengo que comprobar eso en el laboratorio lo mas rápido posible – se sentó en la cama – y si las pruebas indican que es imposible, entonces estaré tranquila – suspiro – y si dicen que es posible entonces… – se volvió a tensar. De alguna manera se sentía culpable – entonces los ayudare… de alguna manera – no podía pensar en como podría ayudarlos de ser posible, lo único en lo que pensaba era en aliviar su culpa – un momento ni siquiera se quienes son – se dijo a si misma, pensó un momento y – tengo que averiguarlo – dio la vuelta y abrió la puerta, averiguaría quienes eran esos chicos, solo por si acaso necesitaba remediar algo y resuelta se dirigió a recepción.

 

 

La combinación dorada jugaba cerca de la playa, se lanzaban agua el uno al otro, ¿infantil? Pero no les importaba, además eran los únicos.

Empapados rodaron por la arena antes de que las olas los alcanzaran. Llenos de arena y algo empapados se miraron un momento y se besaron con ternura, algo suave, mostrando el amor que se tenían.

 

Cuando el sol se ocultaba la pareja de jugadores se dirigían al hotel, sabían que sus vacaciones llegaban a su fin y eran conscientes de que su último día estaba pasando y su última noche estaba llegando y no lo pensaban desaprovechar. Partirían al día siguiente en la mañana, el vuelo de Tom estaba reservado para las 10 de la mañana y el de Oliver para las 11. Extrañamente no podían apartar los ojos uno del otro, sentían que su sueño estaba terminando y no se querían perder ningún detalle del otro en esas sus ultimas horas juntos (que exagerados).

 

Ingresaron a su habitación en un mutismo total.

-          No… - trato de romper el silencio Misaki – No podremos vernos en al menos dos meses – menciono tristemente.

Mirando fijamente a su pareja a Oliver se le encogió el corazón, no le gustaba ver a Tom así, triste.

-          No tiene que ser así. Apenas tenga un fin de semana libre, iré volando a tu lado – Trato de animar a su “esposo” aunque el mismo sentía ese dolor de no estar siempre con él.

Tom sonrió, Oliver era siempre tan optimista, se dio cuenta que él también debía de serlo. El pelinegro tenía ese efecto en el número 11 de Japón, sabía levantarle el ánimo.

-          No serás el único. Si me dan un fin de semana libre yo también volare hacia ti – amplio su sonrisa al recordar algo – además tengo que contarle a mi papá acerca de nuestra relación y tu dijiste que estarías conmigo cuando lo haga.

-          Cierto – se le vino a la cabeza algo – creo que dijiste que se lo contarías cuando terminen nuestras vacaciones  - Tom asintió – creo que tendré un problema con eso.

-          ¿no podrás venir?

-          No exactamente, pero si quiero estar a tu lado cuando le digas a tu papá, tendré que pedir permiso. – puso un rostro pensativo – no creo que pase nada por un día que falte por problemas familiares ¿verdad? – sonrió

-          Oliver – lo miro con una sonrisa soñadora – gracias – y se abrazo al pelinegro.

-          Recuerda que tu también dijiste que estarías conmigo cuando lo diga a mis padres – lo sostuvo con cariño por la cintura.

-          Y claro que estaré ahí, te di mi palabras – dijo suavemente casi susurrándoselo al oído. 

-          Te amo Tommy – Lo acerco mas a su cuerpo notando como, nervioso, el castaño ocultaba el rostro en su cuello. (Oliver era más alto por unos centímetros).

-          Yo también te amo – ruborizado le dio un pequeño beso en la base del cuello.

Un pequeño temblor pasó por toda la columna y espalda del capitán japonés. De alguna manera Tom se le estaba insinuando, no con palabras sino con su comportamiento. Sin poder aguantarlo lo separo delicadamente, lo suficiente para perderse en sus ojos y capturar sus labios.

 

El beso que se daban estaba cargado de amor, se entregaban mutuamente en solo ese beso, sin embargo por la falta de aire se separaron, se miraron a los ojos y nuevamente volvieron a besarse. Querían entregarse más de lo que lo hacían en sus besos, querían juntarse en cuerpo y alma.

 

Aumentaba poco a poco la intensidad del beso y en medio de el se deshacían de sus vestimentas. En un momento el pelinegro ya degustaba del cuello de su pareja y bajaba poco a poco hacia sus tetillas, mientras que el pelicastaño emitía suspiros y gemidos al tiempo que acariciaba la espalda desnuda de su “esposo”. 

 

 

En el aeropuerto una mujer de cabellos azabaches ensortijados daba vueltas y vueltas, y es que no podía más con la espera. “El vuelo en el que debía de irme a Francia debía de haber partido hace una hora; pero por no se que estúpidas razones, el maldito vuelo todavía no sale” pensaba en su furia. Sentado a su lado el medico que la había contratado como su asistente leía un periódico, lucia un poco mas tranquilo, pero su cara seguía mostrando seriedad; Fergus sensei estaba mas calmado porque la misión de darle la formula a los pacientes – el chocolate – se había llevado a cabo con éxito. Todavía debían de seguirle el rastro a la pareja hasta que se confirmara el embarazo; pero Nicole había, prácticamente, rogado a su jefe para que la deje regresar a Francia a hacer algunas pruebas mas de la formula, por supuesto en un principio el medico se había negado, pues habían hecho suficientes, pero la insistencia de su asistenta por probar una teoría - que no le quiso decir – y una llamada del laboratorio de Francia que le pedía que regresara lo mas rápido posible, termino por convencerlo. Pero al parecer la suerte no estaba de parte de la mujer azabache.

 

Estaba por sentarse, cansada de dar vueltas, cuando finalmente llamaron a los pasajeros del vuelo a Francia. Suspiro con cansancio y fijo su vista en su jefe.

-          Nicole, recuerda que vas en representación mía y debes de poner en orden el laboratorio.

-          Si sensei.

-          Te mandare los resultados de los pacientes en algunas semanas – Nicole asintió – quiero que hagas el informe de acuerdo a los resultados.

-          Si sensei.

-          Y otra cosa – la miro seriamente – No se que planeas hacer o comprobar, solo no te distraigas de tu trabajo. Quiero todo en orden cuando vuelva, entendido.

-          Si sensei – “parece que es lo único que puedo decir” se dijo con hastío – Nos vemos Fergus sensei – se despido con una reverencia de su jefe y fue a abordar el avión.

 

 

Oliver entro de una sola embestida en su pareja, esperando que se acostumbrara a la invasión lo beso suavemente. Cuando sintió que Tom empezaba a moverse comenzó a salir y entrar en su pareja.

-          Te amo – fue lo que dijo mientras poco a poco aumentaba las embestidas.

-          Yo también Oli.

El tiempo pasaba y las embestidas eran cada vez más fuertes. Tom clavaba sus uñas en la espalda de su “esposo” y gemía mas alto, hasta el punto de gritar. 

Ambos escuchaban jadear, gemir y gritar al otro – aunque lo ultimo lo hacia mas Tom – Se sentían en el cielo, uno del cual no querían bajar. Se apresuraron aun mas los movimientos de ambos al parecer estaban por terminar. Se miraron a los ojos y se besaron y como si fuera un acuerdo mutuo, en un momento estaban mordiendo el cuello del otro con fuerza suficiente para dejar una marca, aunque no tanta para que saliera sangre. Y con esas mordidas llegaron al clímax. 

 

Paso un rato antes de que acompasaran sus respiraciones por completo. Oliver trato de salir del pelicastaño pero este no se lo permitió.

-          Tom – llamo con confusión.

-          No salgas todavía, quédate un poco mas – le dijo sonrojado. Por toda respuesta el pelinegro lo beso con dulzura y quedándose en su interior.

-          ¿Te dolió? – pregunto el capitán japonés.

-          ¿Cuál de las dos cosas?

-          Ambas.

-          Casi no me dolieron, pero pudiste hacer la marca mas abajo – dijo en tono de queja acariciando la marca que Oliver le había hecho en el cuello.

-          Lo siento, pero pensé que así la lucirías mejor – miro con orgullo la marca que le había hecho a su pareja. Quizás fue instintivo pero el pensamiento del pelinegro al ver la marca fue “mío”. 

-          Debí de haber hecho la mía mas arriba – dijo Tom, mirando ahora la marca, en la casi clavícula, de su capitán.

-          No te preocupes, la mostrare con orgullo – rio.

-          Eres un pervertido – se sonrojo por el comentario de su pareja.

-          No lo soy Tommy.

Entre mimos, caricias y besos se quedaron dormidos, aun unidos.

 

 

Se despertaron a las 8 de la mañana y pidieron lo que seria su ultimo desayuno de sus vacaciones en ese hotel, aprovecharon el tiempo para bañarse juntos en ese lapso de tiempo y aunque no pudieron llegar a mas lo que si hicieron fue besarse con desesperación. Cada uno sentía que era una despedida y eso pesaba en sus corazones. “Un poco mas, solo un poco mas” se decían dentro de ellos.

-          Te prometo que pase lo que pase estaremos pronto juntos – decía Atom – No importa cual sea la respuesta de tu papá o la de mis padres, no me separe de ti nunca.

-          Oli – Tom, beso suavemente a su pareja, como aceptando su promesa, aunque esperaba que tanto su papá como los padres de Oliver aceptaran su relación.

 

Salieron del baño y con calma cada uno se cambio y alisto sus cosas, ordenaron un poco la habitación y antes de salir se dieron un beso. En el beso se transmitieron sus tristezas pero también sus esperanzas, esperanzas de que pronto estuvieran juntos disfrutando de su amor, un amor que el resto del mundo consideraba prohibido.

 

 

Ya en el aeropuerto ambos mediocampistas esperaban la llamada a sus respectivos vuelos. Conversaban en un intento de olvidar que nuevamente se separarían, aunque ahora tenían – más que nunca – la seguridad de que seguirían juntos a pesar de las distancias.

La combinación dorada se mando una mirada llena de amor y tristeza cuando llamaron a los pasajeros con destino a Francia, no pudieron evitar tomarse de las manos. Misaki se acerco suavemente al oído de su amor y como contándole un secreto susurro:

-          Te amo.

Haciendo ademan de abrazarlo, Oliver le devolvió el susurro.

-          Yo también te amo.

Minutos después el castaño miraba desde las alturas aquel paraíso donde paso sus vacaciones y donde se había “casado”. Sonriendo pensó: “Apuesto a que Oliver hará lo mismo”.

 

Una hora después Atom miraba desde la ventanilla del avión el lugar de sus inigualables vacaciones pensando: “Estoy seguro que Tom hizo lo mismo” pensó recodando su “boda”.

 

Continuara…

 

Notas finales:

Bueno es un capitulo muy light - o no se como clasificarlo exactamente - con todo espero que les haya gustado. Tratare de actualizar cada fin de semana como lo he estado haciendo pero mis disculpas si me demoro. Como siempre el buzon esta abierto.

miau


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