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Nantaimori por Iratxe

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Notas del capitulo:

Bueno, hola señoritas -w-

Por fin vengo con esto, qué ganas le tenía!

espero que os guste, pasan cosas muy raras, vale? CULPA DE KAZUKI.

Idiota, idiota, idiota. ¿Qué haces aquí, esperando a que despierte? ¡Es la razón por la que no puedes estar con Shinji! ¡Deberías tener un gran odio en su contra! ¡Deberías querer librarte de él, no velar su maldito sueño!

 

 

 

Pero a pesar de todo hay un pequeño vínculo entre Uruha y yo. Hemos tenido momentos juntos, lo he hecho con él, después de todo. Quiero decir, no me acuesto con cualquiera, y creo que por esto tengo cierto nivel de confianza con Uruha.

 

 

 

Se había pasado toda la noche sudando y con fiebre alta, y había sido yo quien le había cuidado y quien le había mantenido con vida. No, no había sido Tora, al pobre Shinji le dio un ataque y se tuvo que ir a la terraza en cuanto le cerramos las heridas a su ''hermanito''. Dejé a nuestro paciente improvisado con Ruki y fui a buscar a Tora, pero solo me dijo algunas palabras entrecruzadas con las otras y salió de casa.

 

 

 

Ruki y yo nos quedamos con Uruha. El pequeño rubito se sentía culpable, y quería quedarse conmigo a cuidarlo durante toda la noche, pero cayó dormido y lo llevé a mi habitación. Eran pasadas las ocho de la mañana cuando decidió despertar:

 

 

 

-¿Mm...? ¿Akira?-se incorporó un poco, y lo ayudé-Me duele la cabeza-

 

 

 

-Has pasado una mala noche-

 

 

 

-¿Y Tora?-

 

 

 

-Volverá, no te preocupes-

 

 

 

-Se ha largado, ¿verdad?-

 

 

 

-Más o menos...-

 

 

 

-¡Siempre igual! ¡Estúpido idiota!-maldijo-Le doy igual, ¿verdad, Akira?-

 

 

 

No iba a decirle la verdad, pero tampoco quería ser cruel.

 

 

 

-No te preocupes, estará todo bien-

 

 

 

-¿Y....Ruki?-

 

 

 

Eso definitivamente me sorprendió.

 

 

 

-Está durmiendo, ¿por qué la pregunta?-

 

 

 

-Es mi pupilo, si está flotando entre cochambrosos trozos de tela en una fosa séptica me interesa saberlo, por eso pregunto.-

 

 

 

-Tú y tu fina prosa me maravilláis...-rodé los ojos-Le despertaré para que te cuide él, que ya le toca hacer labores-

 

 

 

-No, no le llames-

 

 

 

-Que yo tengo que hacer cosas, y no puedo dejarte solo-me levanté

 

 

 

Uruha hizo un mohín, pero no le hice caso.

 

 

 

**

 

 

 

Las cinco de la mañana, y ya no podía dormir. Había pensado que no fumaría nada para intentar contentar a Aoki un poco, pero no podía más. Me acosaban las pesadillas y los terrores nocturnos, pero mi compañero de cama seguía durmiendo como un bendito y no iba a ser yo quien perturbara su sueño.

 

 

 

Tendría que estar reunido en un par de horas, así que necesitaba tomar mi dosis pronto. Sentía martillazos en la cabeza a medida que avanzaba torpemente por la habitación que reflejaba mi imagen una y otra vez. Salí y el aire fresco de la mañana no me ayudó a despejarme. Ahora tenía un problema porque no sabía dónde estaban mis reservas.

 

 

 

Caminé durante unos minutos y abrí todas las puertas que me encontré, vi todo tipo de habitaciones, pero ninguna era la que yo estaba buscando. En el jardín central había alguien al que no conocía...Alguien que nunca había visto... Estaba en cuclillas en el suelo, con el culo en pompa. ¿Por qué todos mis jardineros son así?

 

 

 

Bueno, me acercaría a preguntar donde estaba mi habitación.

 

 

 

-Oye, tú-

 

 

 

Ni se levantó, maleducado.

 

 

 

-Mande-

 

 

 

-¡Soy el Kumicho!-reivindiqué mi posición, qué se había creído este niñato-¿Sabes tú donde se encuentra mi habitación?-

 

 

 

-Quizá sea esa de allí donde pone: ''Habitación del Kumicho, no molestar''-giró su cabeza hacia la izquierda, señalando aquella puerta

 

 

 

Vale, me había dejado mal. Maldito... Entré por fin a mi habitación y una sirvienta se encontraba limpiando dentro.

 

 

 

-Oh, lo siento, ahora mismo me voy-empezó a recoger sus cosas

 

 

 

No le hice ni el más mínimo caso, me dirigí directamente a mi mesa y tomé la pipa que mandaba que dejaran preparada por la noches antes de que me retirara a mi cuarto, para poder cogerla si la abstinencia me despertaba de madrugada. La encendí y en cuanto el humo llegó a mis pulmones todo volvió a su cauce. Ya estaba más tranquilo, pero no pensaba despegarme de mi pipa hasta que tuviera que irme a la reunión. ¡Y durante también, coño! Que me prepararan otra, me daba igual la imagen que diera.

 

 

 

Volví al jardín a darle su merecido al chico del culo en pompa, ahora que tenía fuerzas suficientes. Seguía en la misma postura, al borde del pequeño estanque, mirando en el agua. Daban ganas de darle una patada y tirarle dentro, como en los animes. Pero no quería ser malo, primero quería que me dijera qué estaba mirando.

 

 

 

-¿Se puede saber qué demontre estás mirando tan ensimismado?-pregunté

 

 

 

-Sssh...alterarás a las tortugas-

 

 

 

¿Tortugas? Este estaba más fumado que yo.

 

 

 

-¿Qué tortugas?-

 

 

 

-Fíjate bien...en el agua...-

 

 

 

La verdad es que sí que había unos cuantos bichos de esos en el estanque. ¿Desde cuando? ¡Me meten bichejos transmisores de enfermedades en casa y yo ni me entero! Voy a coger una...que parece blandita...

 

 

 

-¡Ah!-el niñato este me ha cogido del brazo, ¿pero cómo se atreve?

 

 

 

-No las molestes-

 

 

 

-¡Yo hago lo que me da la gana!-

 

 

 

-No, tú haces lo que te da la gana en tu jurisdicción, pero las tortugas son la mías-

 

 

 

-¿Y tú quién coño eres?-

 

 

 

-El criador de tortugas-

 

 

 

-¿Y cuando te he contratado yo?-

 

 

 

-Nunca, pero no quieres que me vaya-

 

 

 

Me caguen la puta...

 

 

 

**

 

 

 

Había dormido unas horas en la cama de Akira, pero no sabía si debía levantarme aún. Estaba muy preocupado por la condición de Uruha pero...la última vez que me acerqué a él metí la pata, y no quería volver a hacerle daño...

 

 

 

-Ruki, ¿estás despierto?-

 

 

 

-Sí-me incorporé-Siento las molestias-

 

 

 

-No te disculpes y ve a cuidar de Uruha, yo tengo que irme, está en la misma habitación en la que le dejamos, la recuerdas, ¿no?-

 

 

 

-Sí, pero... ¿qué hago?-

 

 

 

-Vigilarlo.-fue lo último que dijo antes de salir

 

 

 

Esperé a que Reita se fuera y pude escuchar cómo cerraba la puerta por fuera con su llave. Estábamos encerrados... Y probablemente ni Tora ni Akira volverían hasta dentro de mucho tiempo... Iba a ser incómodo, sin duda. Me levanté y me miré en el pequeño espejo que colgaba de la pared, tenía un aspecto horrible. No sabía dónde estaba el baño, pero no creía que me costara mucho a averiguarlo.

 

 

 

Eché a andar por el pasillo y abrí con temor las puertas que me iba encontrando, pero no había nada raro, ni mucho menos un baño. Finalmente di con el baño, era aquella habitación donde Uruha me había llevado en la anterior ocasión. Pero la bañera estaba vacía y no parecía haber ningún tipo de mecanismo a la vista para llenarla... Además la llave del pequeño armario se encontraba cerrada y no contaba con más ropa de la que llevaba puesta. Parecía que el destino no quería que pasara por el baño... Quería que fuera a por Uruha.

 

 

 

Y eso fue lo que hice. Entré en la habitación con algo de miedo. Él ya estaba despierto... Y me miraba atentamente.

 

 

 

-Buenos días...-apenas lo murmuré

 

 

 

-Buenos días-me respondió de manera seca

 

 

 

-¿Cómo te encuentras?-

 

 

 

-Me quiero levantar-

 

 

 

-Te...te ayudaré...-lo tomé por los hombros y lo ayudé a levantarse de la cama-¿A dónde vamos?-

 

 

 

-A la cocina, necesito un café, y luego al baño, tenemos que estar presentables para esta noche-

 

 

 

-¿Qué pasa esta noche?-

 

 

 

-Nada, pero tenemos que estarlo siempre, y por la noche vuelven los amos-

 

 

 

-Mm...-

 

 

 

Lo acompañé a la cocina y lo ayudé a sentarse, preparé dos cafés y el silencio fue el rey hasta que los terminamos...esto era definitivamente muy incómodo... ¿Qué haces cuando estás con una persona que sabe que te gusta? Es...raro... Aunque seamos mayorcitos.

 

 

 

-Ruki-

 

 

 

-¿Sí?-

 

 

 

-Vamos al baño-

 

 

 

-Claro-

 

 

 

**

 

 

 

Llevaba toda la mañana encerrado en aquel maloliente cuchitril de unos pocos metros cuadrados. No quería saber nada de nadie, había adelantado el trabajo de al menos seis meses.

 

 

 

Funcionaba como un robot, contaba el dinero que nos habían dado los clientes de las enjo-kosai, comprobaba todas las transferencias y la veracidad de los números de las chicas, todo de forma automática.

 

 

 

Llamaron a la puerta y no contesté. Llamaron de nuevo y seguí ignorándolo, ensimismado en mi trabajo. Escuché unos ruidos raros y luego Akira entró a la habitación.

 

 

 

-No me hagas forzar esta maldita puerta cada vez que venga, dame la llave algún día-se quejó mientras nos encerraba de nuevo

 

 

 

-No hacía falta que vinieras-

 

 

 

-Siempre hace falta-dejó un vaso de plástico sobre mi mesa-Café irlandés, con más whisky que café, como a ti te gusta-

 

 

 

Maldito, siempre sabe cómo animarme. Cogí el vaso y tomé un sorbo largo... joder, qué rico estaba.

 

 

 

-¿Te sientes mejor ahora?-

 

 

 

-Sí, gracias-

 

 

 

-¿Quieres hablar?-se sentó en la silla frente a mí

 

 

 

-Ya sabes lo que hay...-

 

 

 

-Yo siempre-sonrió-Te conozco como si te hubiera parido-

 

 

 

-Pues entonces dime qué hago-di otro largo sorbo

 

 

 

**

 

 

 

Estaba muy entretenido con Don Tortugo. Le voy a llamar así a partir de ahora. Me contaba cosas interesantes sobre tortugas, menudo friki más gracioso, y yo que ya estaba feliz de la vida le seguía el juego... ¡Era muy mono!

 

 

 

-Oye Don Tortugo, ¿y tú dónde duermes?-

 

 

 

-Tengo mi casa, vengo aquí por las mañanas-

 

 

 

Jo, yo que quería ir a violarlo por la noche... Aunque bien pensado podía hacerlo ahora... Me iba a tirar encima de él pero apareció un hombre de estos grandes y feos que cuidan que no me violen a mí.

 

 

 

-Hombre, que oportuno, Alfred, ¡traenos limonada!-

 

 

 

-Me llamo Jared, señor, debe prepararse para ir a la reunión-

 

 

 

Que si yo digo que te llamas Alfred eres Alfred, coño, Don Tortugo no se queja.

 

 

 

-¿Qué reunión?-ya ni me acordaba

 

 

 

-Con el señor Ishihara y el señor Okabe-

 

 

 

-Madre mía... ¿Con esos dos pesados? ¿En serio?-

 

 

 

-Lo siento señor-

 

 

 

-Bueno, no pasa nada-me levanté-Don Tortugo, cuando vuelva te quiero ver, quiero hacerte hijos tortuga-no me paré a ver la respuesta-¡A ver, que me vistan!-fui gritando mientras salía del jardín

 

 

 

Un par de sirvientas buenorras se acercaron y agarré de la cintura a una mientras con mi mano libre mantenía mi pipa cerca. Estas chicas si me gustan, son guapas las dos... Pero vamos, que tienen un rollo lésbico clarísimo, míralas... Igual les pedía que lo hicieran entre ellas mientras me bañaban...

 

 

 

Llegamos a la habitación y me quité todo lo que llevaba antes de que la puerta terminara de cerrarse. Que sexy soy, por dios, le he enseñado el culo a todo el jardín.

 

 

 

El agua ya me esperaba, esta vez me metí con la pipa y todo. Las sirvientas me bañaron con esmero, y yo disfruté del contacto de las esponjas.

 

 

 

Luego llegó el momento de vestirme y maquillarme, y yo estaba participativo:

 

 

 

-¡Quiero que me pongáis guapo! ¡Quiero que esos pesados babeen en cuanto me vean!-

 

 

 

-Por supuesto-

 

 

 

-¿Por qué lo decís todo al unísono? Vosotras tenéis rollo, ¿verdad?-

 

 

 

No respondieron, solo se miraron.

 

 

 

-Eso es un sí...si es que soy la ostia... A ver....tú, la de verde, te voy a llamar Habichuela-

 

 

 

-¿Por qué?-

 

 

 

-Porque me sale del falo, ¿te lo enseño?-

 

 

 

-No es necesario-

 

 

 

-Pues eso, Habichuela, tú ve y prepárame otra pipa para la reunión, que con esta no llego ni al coche-ordené-Y de mientras tú, que eres más guapilla, me vistes. Tú tienes cara de dulce, te llamaré Lacasito-

 

 

 

Cómo me lo paso yo solo.... Lacasito me puso un traje blanco muy gay... Así que le dije que me pintara poco. Habichuela volvió con la pipa y se puso a peinarme. ¡Me encanta la laca!

 

 

 

Estaba guapísimo. Si es que me violaba dos veces, una por delante y otra por detrás, no me puedo desaprovechar. Alfred vino a por mí y me llevó al coche.

 

 

 

-La reunión será en el lugar habitual-

 

 

 

-Gracias Alfred-entré en el coche

 

 

 

-Me llamo Jared-volvió a repetir, mientras tomaba asiento como piloto

 

 

 

-¡Que no me lleves la contraria! ¡Te voy a llamar pikachu, porque no evolucionas!-

 

 

 

Fue mi alegato final antes de cruzarme de brazos.

 

 

 

Ya me he indignado.

 

 

 

**

 

 

 

Me dirigí al pequeño despacho de Tora antes de que se me ocurriera hacer nada más. Llamé a la puerta pero no me contestó; por lo que insistí una segunda vez, y tampoco obtuve resultados. Finalmente forcé la cerradura para poder pasar.

 

 

 

-No me hagas forzar esta maldita puerta cada vez que venga, dame la llave algún día-fue lo primero que dije antes de cerrar la puerta

 

 

 

-No hacía falta que vinieras-

 

Eso había dolido, pero fingí tranquilidad.

 

 

 

-Siempre hace falta-dejé sobre la mesa lo que había comprado para él-Café irlandés, con más whisky que café, como a ti te gusta-

 

 

 

Sabía que eso le animaría, o al menos la explosiva mezcla de alcohol y cafeína le despertaría.

 

 

 

-¿Te sientes mejor ahora?-

 

 

 

-Sí, gracias-

 

 

 

-¿Quieres hablar?-me senté en la silla frente a él

 

 

 

-Ya sabes lo que hay...-

 

 

 

Muy bien, ¿tendría que sacártelo a la fuerza? No importaba, estaba acostumbrado...

 

 

 

-Yo siempre-sonreí-Te conozco como si te hubiera parido-que gran verdad

 

 

 

-Pues entonces dime qué hago-dio un largo sorbo mientras me miraba por encima del vaso

 

 

 

¿Que qué haces? Dejar de pensar en ese idiota, mandarlo a la mierda, estamparme contra esta mesa, besarme como nunca lo has besado a él....Se me ocurren muchas cosas, oye.

 

 

 

-Lo primero calmarte, lo segundo zanjar este asunto. Háblalo con Uruha, abiertamente. Y dormid en habitaciones separadas, de manera definitiva-

 

 

 

-Pero es que estoy en mi cama, doy vueltas, y pienso en él...-

 

 

 

-Pues duerme conmigo-

 

 

 

Eso iba con segundas intenciones, pero no esperaba que lo cogiera.

 

 

 

-No es mala idea...-

 

 

 

Qué listo y qué ocurrente que soy, ¿no? Nótese mi ironía, porque no me va ni a tocar. Pero dormir con Shinji no me desagrada, a pesar de ello. Se mueve, me pega, me quejo, me pide perdón y entonces me abraza. O al menos así era cuando éramos adolescentes.

 

 

 

¿En serio este puñetero idiota ni siquiera se había imaginado que me gustara? ¡Si me ponía como un tomate en aquella época!

 

 

 

Los hombres somos tan idiotas...

 

 

 

**

 

 

 

Me desperté abrazado a una almohada. Eso solo podía significar una cosa: Kazuki ya no estaba. Odiaba esa extraña sensación de despertarme sin él...

 

 

 

La almohada aún tenía su aroma... olía a perfume...a flores, a sudor, a sexo...

 

 

 

Y a opio.

 

 

 

Joder.

 

 

 

Y ahora no sabía qué hacer. Los días eran aburridos si no estaba él. Le echaba de menos... Me gustaba tenerle cerca... Me gustaba sentir que alguien me quería... Aunque a veces fuera un poco cruel conmigo. Pero el Kazuki cruel no era el Kazuki del que me había enamorado. El Kazuki cruel era un Kazuki creado por las drogas, no era él...

 

 

 

O al menos eso quería creer...

 

 

 

**

 

 

 

No quería causarle molestias a nadie, y menos a Ruki. A penas me apoyaba en él a la hora de caminar. Llegamos al baño y le indiqué al pequeño cómo llenar la bañera. Intenté desvestirme pero mis movimientos eran limitados.

 

 

 

-Espera, deja que te ayude-

 

 

 

Que rápido se ofreció. ¿Estoy siendo un poco cruel con él? Quiero decir, al niño le gusto. Y voy a hacer que me ayude a bañarme... Bueno, será interesante. Me quitó toda la ropa y contuvo la respiración. Aunque bien pensado, podría divertirme más aún...

 

 

 

-Desvístete tú también-

 

 

 

-¡¿Qué?!-se asustó y se puso rojo, es demasiado bonito

 

 

 

-Tú tampoco te has bañado hoy, vamos, no pasa nada, somos mascotas-

 

 

 

Lo divertido es que a él sí le importa. Me ayudó a meterme en la bañera y luego se desvistió él. Lo observé atentamente para ponerle nervioso. Se metió en la bañera y me acerqué a él, para mantener el contacto. Respiré hondo y sonreí, apoyando mis brazos en los bordes de la bañera.

 

 

 

Las vendas de mis muñecas estaban en su sitio, probablemente Akira me las habría cambiado. Más tarde me las quitaría y lavaría las heridas.

 

 

 

-Uruha-

 

 

 

-¿Mm?-

 

 

 

-Te sigo queriendo-

 

 

 

Joder... Yo que me quería divertir...

 

 

Notas finales:

bueno...am... tengo los examenes a partir del 21...así que no sé cuando podré actualizar esto...

Pero bueno

de mientras dejadme muchos rewiews, y contadme quien queréis que sea el criador de tortugas, habiamos pensado en kai ^^


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