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Nantaimori por Iratxe

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Notas del capitulo:

jojojojojojo

 

una actualización interesante

 

aquí tenemos a nuestro yakuza malvado numero uno cuyo nombre será descubierto al final del capitulo

 

Especialmente dedicado a mi unnie, Luke~

Me sentía algo mareado y no conseguía aclarar dónde estaba. Lo único que sabía era que él me tenía en brazos, por lo cual me sentía seguro. Yo estaba borracho, como siempre... Pero me daba igual. Porque cuando estaba en este estado no tenía miedo de lo que pudiera pasar conmigo, no tenía miedo de expresar lo que sentía al mundo entero...

 

Pero estaba con él; con Tora... Y eso me tranquilizaba.

 

Noté algo suave debajo de mi cuerpo; y su aroma algo más lejos que antes. Supuse que me había depositado en una cama o algo parecido. Noté perfectamente como apartaba los mechones de pelo que caían sobre mi frente y cómo se sentó a mi lado. Fue entonces cuando me decidí a abrir los ojos y pude verlo.

 

A cualquier persona que no lo conociera tan bien como yo podía parecerle que la expresión serena que mantenía Tora era fría y calculadora. Pero nada más lejos de la realidad. Yo lo sabía. Sabía cuan bondadoso era ese chico.

 

-Tora...-intenté tocarle pero mi coordinación no era buena, así que dejé caer mi mano en la cama de nuevo-He vuelto a hacerlo...lo siento...-

 

Ahora me sentía culpable. Siempre acababa avergonzándole. Siempre era todo mi culpa. Cualquier día acabaría abandonándome en cualquier callejón; donde posteriormente encontraría mi muerte, con la ropa desgarrada y un navajazo en el estómago....

 

Por una parte me daba igual lo que me pasara a mí pero por otra...por otra estaba él... No quería hacerle sufrir.

 

No de nuevo...

 

**

 

-¿Kumicho?-

 

No hubo respuesta...

 

-¿Kumicho?-la sirvienta lo repitió en un tono algo más alto para que el holgazán que se encontraba en el interior de aquella estancia pudiera escucharla

 

-Adelante~-un voz jocosa se pudo escuchar desde el interior de la habitación

 

La servicial mujer empujó la puerta corredera que se hizo a un lado dejando ver al joven que aún se encontraba de espaldas. No se había molestado en ponerse su hakama aún. Llevaba un simple nemaki azul con rayas más oscuras que caía grácilmente por su espalda; dejando sus trabajados hombros al descubierto. Sostenía una larga pipa de opio con su mano izquierda y se encontraba recostado entre cojines; claramente relajado por la droga.

 

Llevaba el cabello teñido de un tono entre castaño y rojizo y este estaba aún desordenado. Mas que el jefe de una mafia parecía un desaliñado cualquiera que no se molestaría en alzar el trasero y arreglarse ni para su propia boda...

 

-¿Qué ocurre?-

 

Giró su rostro para encarar a la sirvienta y este por fin quedó al descubierto. Era hermoso; aunque ni siquiera se había maquillado mínimamente. Era simplemente el símbolo de la más pura belleza masculina... Natural y marcada.

 

-La reunión comenzará dentro de poco tiempo, debería comenzar a prepararse, Kumicho-le aconsejó la sirvienta, con voz pasiva

 

-Oh, vaya...-el pelirrojo dio otra calada a su pipa y la depositó en el suelo-No tengo ganas-comentó; antes de ponerse a hacer aritos con el humo, como un niño pequeño que se negaba a obedecer las ordenes de su madre

 

-Todos los preparativos están listos, si me acompaña...-

 

-Ah...-el chico se estiró todo lo que pudo y rodó por el suelo; desordenando su nemaki aun más-Que pereza...-cerró los ojos y después de dos segundos se levantó-Vamos...-salió de la habitación junto a la sirvienta-¿Dónde está Aoki?-

 

-En la sala habitual-respondió la mujer-¿Debo llamarlo?-

 

-No, no hace falta; ya lo veré~-canturreó-Más os vale haberle dejado perfecto-utilizó un tono amenazante por primera vez

 

Caminaron hasta una habitación algo apartada de las demás; la cual estaba presidida por una enorme bañera que desprendía un olor embriagador. Dos sirvientas se encontraban allí; una en cada esquina del cuarto, dispuestas a acicalar a su señor para la ocasión. La puerta se cerró tras él y el pelirrojo se deshizo de sus ropas sin ningún tipo de pudor. Avanzó un par de pasos; despacio, hundiéndose en el agua caliente por completo, y se mantuvo un par de segundos bajo la superficie, sin preocuparse por la creciente necesidad de aire de sus desgastados pulmones.

 

Esa era la única manera en la que se relajaba...

 

**

 

Era una visión realmente hermosa. Estaba despeinado; con la ropa desarreglada, y la boca entreabierta, dispuesto a mí...

 

Profundamente dormido sobre el futón...

 

No podría ser más perfecto...

 

Pero lo que resaltaba sobre todo era su boca... Esos labios carnosos que volverían loco a cualquiera que los viera...

 

Se me antojaban de lo más apetecibles, así que posé una mano a cada lado de su cabeza y me recliné sobre él, dispuesto a besarle sin pensar en nada más. Nuestras respiraciones chocaron, y me detuve. No podía.

 

-Tora...-abrió los ojos-Querías besarme de nuevo...-

 

-Cállate...-me aparté-Ya dije que no volvería a hacerlo...-

 

-Pero yo quiero...-se aferró a mis hombros-Una vez más, Tora...por favor...-cerró los ojos-No te lo pediré de nuevo...-acercó su rostro al mío

 

Y caí. Una vez más. Lo besé despacio, tomándome mi tiempo, procurando no pensar en lo que estaba haciendo...

 

Porque cuando todo esto acabara, me sentiría sucio de nuevo.

 

Pero no podía evitarlo, había vuelto a caer en el juego.

 

Y una vez que entras ya no puedes salir.

 

**

 

Ya estaba listo para la reunión; mi ropa estaba en orden y las sirvientas daban los últimos retoques a mi maquillaje. Ni que lo necesitara. No me gusta, me siento grasiento y me dan ganas de quitármelo todo de un solo movimiento.

 

Habían recogido parte de mi pelo en la parte superior de mi cabeza, y me sentía todo un samurai, pero un samurai sin arma.

 

Quiero una katana...

 

Tengo cientos pero aún no he encontrado ''la mía''. Supongo que es lo mismo que me pasa con mis amantes...

 

¿Qué hay de Aoki? Él es especial. No es un amante. Tampoco es una mascota para mí. Es simplemente mi persona especial...En quien confío. Y eso me gusta. No es como los demás. Todo el mundo me teme y me trata con miedo, manteniendo las distancias. Aoki me trata como a su amigo, a su pareja...a su alguien especial...

 

Todo esto dentro de las normas del juego, claro.

 

Pero en la intimidad esto ya no es un juego....dejó de serlo hace mucho tiempo.

 

Me miré en el espejo cuando esas sumisas mujeres se apartaron de mí por fin, dejándome preparado. Casi ni me reconocía.

 

-¿Cuales son los planes para hoy?-no me había molestado ni en preguntarlo, porque no era algo que realmente me importara

 

-Se presentará en sociedad la nueva mascota del señor Reita, Kumicho-

 

-¿Reita? ¿En serio?-

 

-Sí-

 

Ese idiota mal teñido nunca había entrado en el juego...

 

Oh, Dios, eso implicaba una reunión larga...

 

Si tenía que soportar cómo Reita se follaba a su nueva adquisición durante toda la tarde necesitaba ''mi medicina''. Miré en ambas direcciones pero no la encontré.

 

-¿Y mi opio?-alcé una ceja

 

-Aquí está, Kumicho-una mujer me tendió una bandeja con mi pipa ya preparada para mí

 

Así me gusta, un servicio eficiente.

 

Me la llevé a los labios y aspiré. Glorioso placer de los dioses....

 

Solté el humo formando aros de nuevo.

 

Soy un maldito adicto. A Aoki no le gusta. Pero no me veo con valor ni voluntad para dejar a ninguno de los dos. Son los dos pilares de mi vida...

 

¿Deprimente, verdad?

 

Pero así es.

 

La reunión estaba a punto de comenzar. Pero las mascotas no entrarían hasta que yo no estuviera presente. Y quería a Aoki conmigo. Así que deposité la pipa en su lugar y me levanté. Entré en aquella sala que habían predispuesto para el acontecimiento y se hizo el silencio. Incliné la cabeza un par de centímetros; solo por cortesía.

 

Mantuve algunas palabras breves con los miembros más importantes que se encontraban en lugar y tomé asiento; presidiendo la reunión. Hice un gesto con la mano a la mujer que se encontraba a mi lado y esta asintió.

 

Tres músicos que se encontraban en una tarima al fondo de la sala comenzaron a tocar el koto, el biwa y el shamisen respectivamente.

 

Con una melodía monótona la puerta se abrió. Y pasaron las mascotas. En fila; con Aoki a la cabeza y la nueva adquisición de Akira siguiéndolo.

 

Era un chico rubio. Muy mono. Pero era pequeño y parecía frágil y sumiso. No me gustan ese tipo de mascotas. Me gusta que me den guerra.

 

Y hablando de eso; la mía se posicionó a mi lado y me dedicó una mirada llena de amor.

 

Clamaba por quitarle el velo y robarle un beso. Pero ahora no podía.

 

Puñetero y asqueroso protocolo de los cojones... ¿Por qué no se largaban todos y me dejaban tranquilo, a solas con mi niño? ¿Y a mí que demonios me importa a quién se folla o dejar de follarse Reita? ¡Mientras me deje a mí follarme al mío todo está bien! ¡Por mí como si se quiere casar con una maldita rana!

 

Esto es todo tan estúpido...

 

He perdido la fe en el juego.

 

Pero no puedo salir de él.

 

-Kazuki-sama...-

 

Solo él me llama así. Alcé la mirada y pude verlo perfectamente; parecía enfadado.

 

-¿Qué ocurre?-

 

-¿Has vuelto a fumar?-

 

-No-

 

-No me mientas, podría olerte desde Okinawa-

 

Mierda.

 

Esto implica una nueva bronca al abandonar la reunión.

 

Joder....

 

Soy un yakuza asustado por su mascota.

 

Patético.

Notas finales:

no os lo esperabais, ehh?

 

le va a l pelo, es un hombre sexy -w-

 

bien...actualización...pues en cuanto pueda me pondré a ello, solo dadme tiempo~

 

besos a todo el mundo


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