Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nantaimori por Iratxe

[Reviews - 72]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

ohh o o ooh~

 

estoy aquí -w-

 

disfrutad mucho este capítulo porque es largo~y divertido!! jojojojojo



Estoy aterrado... Y a penas si ha comenzado a la reunión. Entré detrás de Aoi; tal como él me había indicado. Y entonces me vi solo, rodeado de gente desconocida y peligrosa. Aoi fue al lado de un tipo pelirrojo; su dueño, el jefe de esta particular congregación. Y yo estaba asustado, temblando porque no sabía a dónde ir y no veía a Akira por ningún lado. Me giré de manera brusca y entonces choqué con el rubio al que estaba buscando.



Todos nos miraban de reojo, muy atentos a lo que ocurría, como si por una palabra fuera de lugar fueran a reaccionar y a quemarme en la hoguera como a las brujas. La verdad no me sorprendería. Me esperaba cualquier cosa de esta panda de depravados en hakama a los que ahora debía tratar con respeto por un traspiés del destino.



-Vamos, siéntate...-Akira me agarró del brazo más fuertemente de lo que me hubiera gustado para acompañar a esas palabras



Me dolió pero a pesar de ello no me quejé; sabía que Akira lo hacía para reafirmar su autoridad sobre mí, y no podía negarme. También sabía que su intención no era hacerme daño. Akira es un buen chico, después de todo. No sé qué hace aquí, entre esta panda... Podría haber sido un trabajador respetable como cualquier otro. Debe haber alguna oscura historia tras su entrada en la yakuza. Pero no sé si quiero saberla. Creo que mejor me quedaré con la imagen que tengo sobre él. Un yakuza amable y torturado por su profesión. Que dramático, ¿verdad? Seguramente de puertas para afuera todos lo respetan y lo consideran el ser más despiadado del mundo. Pero yo he visto su otra faceta, su lado tierno. Y me quedo con él.



Tomé asiento junto a él sobre el tatami; y una criada nos trajo una bandeja con una botella de sake y una copa. Me fijé en ella un momento. Las únicas mujeres presentes en la reunión eran las sirvientas. Servían a todos los señores lo que precisaran y sus edades iban en un amplio abanico desde mujeres en edad de jubilarse hasta señoritas que parecían salidas del instituto. Esta era una de ellas. Me daba verdadera lástima. Tendría unos... ¿Dieciséis? ¿Diecisiete años como mucho? Era linda... Y parecía frágil. De verdad esperaba que le fuera bien y que el jefe no abusara de ella, o algo parecido. ¿Cómo pueden meter niñas así aquí? La gente es realmente idiota... Mucha suerte, pequeña, mucha suerte...



-Sírveme-Akira me sacó de mis pensamientos y dejé de mirar a la muchacha para tomar la botella con las manos temblorosas



La incliné lentamente sobre la copa rezando porque el sake no se derramara debido a mis pequeños espasmos.



-Relájate, Ruki...-Akira me lo dijo entre dientes, para que solo yo fuera capaz de escucharle-O lo notarán...-camufló esta última frase bajo la manga de su hakama, tras un oportuno ataque de tos



Así que hice lo que me pidió. Traté de relajarme, serví su bebida y deposité la botella en la bandeja. Akira levantó la pequeña copa y se la llevó a los labios; bebiéndosela entera con parsimonia. Yo miré hacia abajo y me distraje observando los bordados de las mangas de mi bonito traje. Me puse a contar las puntadas que habían dado en ellas; los pétalos de las hermosas flores de loto rojas, las lineas simétricas que apenas si se notaban al rededor de ellas...



-HAHAHAHAHAHAHAHA-



Una risa histérica; salida de lo más profundo de la garganta de alguien resonó en toda la sala. Procedía del líder del grupo. Aquel chico pelirrojo sonreía como si le hubieran contado el mejor chiste del mundo. Los demás mantuvieron el silencio, expectantes a su explicación. Estaba claro que temían lo que pudiera pasar... Ese chico debía ser realmente malo. Además parecía estar algo tocado... Tenía esa mirada llena de locura que nunca llegaré a comprender. Sería mejor mantener las distancias con él.



-Tranquilos, chicos; solo se me ha caído la copa...-su semblante alegre cambió repentinamente a uno duro cuando miró a Aoi para ordenarle-Recógela-



Y entonces, la elegante y majestuosa silueta que conocía cómo Aoi se desvaneció ante mis ojos. Se arrodilló a por la copa; y le vi perder toda su dignidad. Solo fue una sensación que tuve... La sensación de que vi a un hombre totalmente sumiso y derrotado...



Quizá me equivocara.



**



No sabía si era cosa del opio o no; pero esto parecía que empezaba a animarse poco a poco... Había buen ambiente...todos estaban hablando y flirteando con sus putitas... Menos yo, claro. La mía está de morros porque he fumado...



¡Ya soy mayorcito para drogarme si quiero, joder! ¡Yo me compro mi droga, yo me la fumo y yo me coloco! Ah...ahora tengo el impulso de mirarme las manos...por alguna razón... Uy... Míralas...que laaargas que son... Tengo los dedos laaaargos para hacer disfrutar a Aoki con ellos. Y me han pintado las uñas; parezco maricón.



Ah, que lo soy... Hahahahha.... Me río internamente, pero me encantaría hacerlo en alto... ¿Y por qué no puedo? ¡Yo soy el jefe de estos imbéciles, al fin de al cabo! ¡Yo hago lo que quiera y si no les gusta que les folle un coreano! Menos ese que limpiaba el jardín, que ese me pone. ¿Cómo se llamaba? Lee no sé qué. Bueno da igual. A lo que iba, que yo soy el jefe y puedo hacer lo que me salga de la punta de la polla. Si me río me río; si me caigo me caigo; y si me violo a Aoki encima del tatami pues me lo violo, que para eso es mi puta. Y si no...pues te tiro una mesa.



Ay...que bobo soy... ¿Cómo no me van a querer...? Si soy maravilloso~



Oh, ahora toca beber. ¡Sí, borrachera doble! Me trae el sake una furcia vestida de verde...que fea es, por dios... ¿A esta cuando la hemos contratado? Mañana fuera; no quiero cayos en mi casa... ¿Dónde está esa carga de putitas vírgenes que me trajo Satoshi la semana pasada? ¡Yo quiero que me sirvan esas, no ese orco de mordor que por suerte ya se ha ido!



-¿Le sirvo?-



¿Ahora Aoki me trata con respeto de nuevo? Sí, tú sírveme, guapo; que lo pienso tirar... Un poquito más...ya está la copa llena... ¡Ala, a la mierda!



-HAHAHAHAHAHAHAHA-ahora sí que me he reído en alto, pero no he podido evitarlo, y todo el mundo se me ha quedado mirando



¡Es que teníais que haberlo visto! ¡Se ha estampado contra el suelo de una forma muy graciosa! Y se ha roto en trocitos pequeñiiitos como la nueva putita de Akira... Y la cara de Aoki... Ay...mi niño que se ha frustrado, muahahahah... me encanta enfadarlo y sacarlo de quicio, porque luego saca esa ira en la cama, y me pone. Me mira como si me fuera a matar. ¡Oye! ¡Que aquí el líder soy yo! Voy a reafirmar mi autoridad como tal...



-Tranquilos, chicos; solo se me ha caído la copa...-primero tranquilicé a mis camaradas; y luego puse mi cara de malvado de dorama y miré a Aoki-Recógela-



Sabía que no quería hacerlo. No quería ser mi sirviente, se consideraba alguien más. ¡Pero ahora no estoy para cariñitos, Aoki! Así que debía hacerme caso como una buena mascota. Y lo hizo...puso ese precioso culito que tiene en pompa...solo para mí...



¿Puse cara de pervertido? Es probable, porque ya me he puesto cachondo...



Y a penas hemos empezado la reunión... No creo que vaya a poder acarrear una erección descomunal todo el santo día...



***



Habían sido unos besos de lo más cálidos... Hacía tanto que Tora no me besaba de esa manera... Más bien hacía mucho que Tora no me tocaba...que no se acercaba a mí, que no me atendía como a su amante, ni como a su nada.



Sentía que le daba asco... Porque siempre que lo hacíamos... Después decía que se arrepentía. Se iba de la habitación y me dejaba ahí llorando...solo.



Sin embargo luego había una parte de amor fraternal en todo esto... Una parte en la que volvía a la habitación conmigo y me abrazaba. Y seguía haciéndolo hasta que me dormía... Pero igualmente me sentía mal...



Y esta vez, aunque yo pusiera todas mis esperanzas en ella, no iba a ser la excepción. Él estaba sobre mí, y me besaba como si me amara de verdad. Pero nos separamos. Se levantó y salió de la habitación cerrando la puerta corredera con fuerza.



Y lloré. Lloré como nunca; haciendo que mi maquillaje se corriera. Me lo quité con furia, manchando las mangas de mi kimono y las sábanas de la cama. Ya me daba igual todo... Porque él se había vuelto a ir.



¿No soy lo suficientemente hermoso? ¿No soy suficiente para Tora? Me levanté de la cama y me dirigí al tocador. Me miré en el espejo y la imagen que me devolvió me causó repulsión. Soy horrible...soy horrible... ¡Mi maquillaje, mi ropa, mi peinado! ¡Todo esto no sirve para nada! ¡Joder! ¡Sigo siendo asqueroso para él!



Lancé el espejo contra una de las paredes y se rompió en mil pedazos. Pero mis frustraciones no lo hicieron. Así que cogí un trozo de cristal y las corté con él. Corté mi cabello; corté mi ropa, corté mi cuerpo... Corté todo lo que me daba problemas...



Y manó la sangre.



***

Sonó el Gong, haciendo vibrar toda la sala, y un escalofrío recorrió mi columna vertebral. ¿Qué quería decir eso? ¿Ya había llegado el momento? Había aguantado a los desagradables asistentes y a sus mascotas; sus preguntas incómodas, los delirios del jefe lunático. Todo estaba yendo bien... Pero faltaba lo peor.



Había visto hombres poderosos con mascotas hermosas, y había visto la belleza aparentemente inalcanzable de estas últimas truncada por las continuas humillaciones de sus amos. Me parecía algo sumamente triste... Ver a esas personas maravillosas y magnéticas perdiendo toda su dignidad como seres humanos... Sometiéndose a lo que querían sus amos... Convirtiéndose en sus perros, en sus mascotas fieles, leales, y sumisas.



Estas observaciones me hacían preguntarme si yo me acabaría convirtiendo en una de esas almas torturadas que cada día cuando se levantan lo primero que hacen es cubrir los cortes en sus muñecas y sonreír para tratar de aguantar un día más sus horribles y vacías vidas...



No me gustaba la idea. Pero parecía que a Akira tampoco. Me había respetado durante toda la reunión... No se había intentado propasar conmigo; a penas si habíamos hablado el uno con el otro, pero no era necesario porque sentía su presencia cerca, protegiéndome. Es más, Akira me había evitado un par de situaciones incómodas evadiendo a algún que otro curioso inferior con la boca demasiado grande.



Pero ahora todas las mascotas se estaban retirando de la sala poco a poco; y los hombres de los hakamas tomaban asiento frente a aquella larga mesa de la que ya me había hablado antes Aoi. Era algo similar a la tabla sobre la que hacían caminar los piratas a los prisioneros que tirarían al mar, si me ponía a pensarlo...



¿Y ahora qué debía hacer? ¿Simplemente tenía que levantarme, quitarme la ropa como si nada y caminar por ahí en fundoshi? ¿Como si tal cosa? No podía ser tan simple... Estos idiotas perfeccionistas y ceremoniosos debían tener algo peor reservado para mí.



Y así era. Akira se levantó y me tendió la mano para que la tomara. Me levanté con su ayuda y caminamos hacia la pareja principal. Ellos eran los únicos que habían permanecido inamovibles en sus asientos. Aoi seguía ahí junto a su amo... Reita le hizo una pequeña reverencia al jefe y este asintió con una sonrisa desquiciada. Le hizo un gesto a Aoi señalándome a mí y él me llevó fuera de la sala, por una puerta distinta a la que habíamos utilizado para entrar.



-Bueno, ya es la hora, Ruki, ¿recuerdas lo que te expliqué?-



Su semblante estaba apagado... ¿Dónde se había esfumado esa chispa de vida de sus brillantes ojos negros? ¿En qué estaba pensando ahora mismo? ¿Qué era lo que lo dañaba por dentro? Tantas interrogantes en mi cabeza y tan pocas respuestas...



-Sí, claro que lo recuerdo... simplemente... ¿Me quito la ropa y...camino?-



-Exacto... Pero hazlo despacio, con calma, como si cada movimiento que hicieras estuviese estudiado al milímetro, recuerda que es una ceremonia formal. Entra por esa puerta y comienza. Que tengas suerte-



Tragué saliva y tomé aire varias veces para calmarme. Aoi ya había desaparecido. ¿Podría escapar ahora? Nadie me estaba vigilando... No, no, eso sería un suicidio. Además, ¿a dónde iría? No sabía ni dónde estaba, y no tenía familia en la que apoyarme. Estaba solo. Y para eso prefería estar con Akira...y con Uruha...



Me preocupaba especialmente la situación de este último...



**

De nuevo había caído en el juego. Por muchas veces que me repitiera a mí mismo que no podía estar con Uruha mi cuerpo me traicionaba. Más bien el suyo. Era tan atractivo... Que me hacía caer en la tentación como nadie lo había hecho antes. Era como un imán... Imposible contener la atracción, era una fuerza superior.



Yo solía participar en este juego activamente... Yo solía tener muchas mascotas...solía alternarlas cada poco tiempo... Pero entonces llegó él... Y no pude dejarlo en manos de nadie más... Simplemente no me lo perdonaría. Solo a Akira. Akira debía ser la solución. Si Uruha se enamoraba de él, todos mis problemas se solucionarían. Lamentablemente eso nunca funcionó. El corazón de Uruha seguía solo.



Pero yo tampoco podía acercarme a él. Estaba mal. Estaba muy mal... Estaba mal desde el punto de vista ético, del moral, del religioso y de cualquiera.



Soy un maldito pecador.



Y como siempre, lo he dejado en la habitación llorando a lágrima viva por mi maldita culpa. Me siento como una mierda. Así que volveré, lo abrazaré y le diré que lo siento una vez más, que no volveré a hacerlo, a pesar de que tanto él como yo sabemos que eso es mentira... Soy tan patético...



Pero cuando entré no me esperaba algo así... Shima estaba tirado en el suelo... Sangrando; con el pelo cortado y la ropa hecha un desastre... La habitación parecía el escenario de un crimen, con cristales rotos por todos lados y los muebles destrozados. ¿Qué había pasado aquí?



-¡Shima!-me arrodillé junto a él y lo incorporé un poco con cuidado-¿Estás bien? ¡Contéstame!-lo zarandeé para que reaccionara, y abrió sus ojos-Gracias al cielo-lo abracé



-To...Tora...-tosió mientras pronunciaba mi nombre-¿Estás aquí?-



-Sí, estoy aquí contigo, Shima, tranquilo...te pondrás bien-



-Que...quería morir...Shinji...de...déjame hacerlo...-me agarró del hakama intentando apartarme de él, pero no pensaba dejarle



-No, tú no te vas a morir, yo me voy a quedar contigo. Vamos...-lo cogí en brazos y lo dejé sobre el futón para examinarlo



Tenía cortes varios por todo el cuerpo y algunos pedazos de cristal clavados en las muñecas. Pensé en sacárselos, pero eso no estaría bien, ¿no? Es decir... cuando a algún compañero le han dado un navajazo siempre nos decían que no hay que sacar el cuerpo extraño si no sabes cómo hacerlo. Y yo no tengo ni puta idea, siendo sincero. Y no quiero que se desangre aquí. Así que mejor no tocar nada y dejarlo como está.



Y no puedo llamar a una ambulancia porque en teoría la localización de este maldito lugar debe ser secreta. Me caguen la puta... Yo mismo me encargaré de llevarlo al hospital... Al fin de al cabo todos nuestros documentos están en orden...



-Ey, Uru...-me recliné sobre él-Te llevaré al hospital, ¿está bien? Te pondrás bien, no te preocupes-besé su frente y lo tomé de nuevo en brazos



Caminé en silencio perdiéndome por los pasillos de la mansión. Las sirvientas me miraban horrorizadas, como si las heridas de Uruha fuesen a causa de una sesión de sadomasoquismo que se me había ocurrido poner en práctica. Podían pensar lo que quisieran, me daba todo igual. La reunión, Akira y Ruki... Solo quería que Uruha estuviera bien.



Así que lo metí en mi coche, lo acomodé en el asiento de atrás y conduje hacia el hospital lo más rápido que las leyes de circulación me permitieron.



Un solo pensamiento recorría mi mente: Por favor, Shima, aguanta.



**



A mitad de la reunión se me estaba bajando el efecto del opio, así que llamé a una criada más agraciada que la anterior para que me preparara mi pipa. Necesitaba mi opio si quería aguantar lo que faltaba... Salí de la reunión sin decirle nada a nadie. ¡No tengo que darle explicaciones a nadie de por qué salgo! ¡Mi puñetera madre no está aquí para preguntármelo! Probablemente estará con uno de sus nuevos novios en la playa tomando el sol, o yo que sé. Así que si a alguien se le ocurre preguntarme le diré que me voy a cagar, ¿o no puedo?



En fin, una vez fuera cogí mi maravillosa pipa que una adolescente buenorra y no-tan-virgen ya se había encargado de preparar. Volví a aspirar el humo como había hecho antes de empezar la reunión; dejando que este llenara mis pulmones y mi cerebro también. ¡Joder, que gustazo! Con esto aguantaría el resto del día. Estaba de lo más guay y relajado mientras volvía...No tenía prisa al andar...Ya llegaría cuando tuviera que llegar, todo estaba bien... Pero cuando me senté en mi sitio Aoki volvió a fulminarme con la mirada, destrozando mi atmósfera de oh-que-bien-me-siento-después-de-tomarme-mi-''medicina''-.



-¿Tanto necesitas tu dosis?-me preguntó



Ya empezamos a exagerar las cosas. ¡No soy un maldito cocainómano! Me gusta el opio, me hace feliz, fumo un par de veces al día para poder aguantar mi asqueroso trabajo. ¡Es justificable! ¡No me trates como si fuera algo horrible!



-No me jodas, por favor...-



Me estresa, mucho. No me gusta que cuestionen lo que hago.



El resto de la reunión no me dirigió la palabra, pero yo me divertí mucho. Las drogas hacen que todo parezca más fácil y divertido, por eso me gustan... Cuando estoy fumado no tengo que pensar en nada, solo me dejo llevar, y hago y digo exactamente lo que estoy pensando en ese momento. No hay hipocresía, es todo mucho más real.



Sonó el gong y me asusté. ¿Qué cojones...? Ah, claro, la señal para que comenzara el paseito en ropa interior...



Akira y su nueva adquisición se acercaron. Sí, sí, ya sé lo que toca. Mandé a Aoki a que acompañara al pobre niño. Tenía una cara de susto que no podía con ella. Pobre niñato. Akira se quedó conmigo y nos sentamos al rededor de la mesa; yo presidiéndola.



No esperaba gran cosa... Un niño de cara bonita algo escuálido desfilando en fundoshi por la mesa. ¿Que puede tener eso de atractivo?



La presentación de Aoki si que moló... Cómo se quitó el kimono...joder, me encendió desde el primer momento... Y me subí a la mesa, a por él. Sorprendí a todos por mi acción pero nadie osó batirse conmigo. Aoki era para mí. Se lo arrebaté a su dueño; lo tomé para mí...y hasta hoy.



Ya volvía a estar cachondo. Joder.



Empezó a sonar la música y sabía lo que venía. El pequeño... ¿Ruki? Sí, eso. Entró a la habitación y se quedó en la esquina de la mesa opuesta a mí. El ritmo de la música aumentó y el pequeño se desabrochó el obi. Esto pintaba bien. La tela cayó sobre la mesa y deslizó su kimono por sus hombros. El niño era sexy... Terminó de bajar y el traje también cayó. Todos los presentes parecieron contener la respiración.



Estaba bueno...No estaba escuálido ni mucho menos... Joder, era sexy.



Todos se miraban entre ellos cuando comenzó a caminar, como sopesando si subirse o no a la mesa. Yo no tenía pensado hacerlo, pero me divertiría mucho si alguien subía. Peleas con espadas de bambú sobre una mesa, ¿a quién se le había ocurrido semejante estupidez? Cuando yo llegué al cargo esta tradición ya existía.



Bueno, que se maten, a mí me da igual. Voy a recostarme un poco que estoy cansado. Uy, cuantos lunares tiene Ruki, ¿no? ¡Parece un puto dalmata!



-Hahahahhahah, lo llamaré Pongo...-Akira me escuchó y me miró raro, yo le sonreí-Buena elección-le dije-Es mono-



-Gracias-



Pongo, Pongo~~ ¿Cómo era la canción de los 101 dálmatas? Espera...entonces Akira es el dueño de Pongo...Akira es Roger... y...y... ¿Tora es Anita? Hahahaahha.... Entonces Uruha es Perdita... ¡Que guay! ¿Ruki y Uruha tendrán ciento un hijos? Ala... Espera... y yo...



¡YO SOY CRUELA DE VIL!



¡Que guay! ¡Me teñiré el pelo como ella!



-Cruela de vil~Cruela de vil~-empecé a tararear bajito



Akira estaba alucinando, pero me daba igual.



Al fin de al cabo yo soy el jefe, ¿no?

Notas finales:

por favor que levante la mano quien ame a kazuki~ 

 

bien, voy comunicando~ el miercoles es mi cumpleaños ergo este fin de semana no sé si estaré escribiendo...el 15 empiezo los examenes finales así que aaargh!! estres -.-

 

bueno, nos vemos en el proximo


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).