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Nantaimori por Iratxe

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Notas del capitulo:

Bueno bueno son las tres y media de la madrugada pero yo tenía que actualizar xDDD jojjoo

 

me tardé demasiado? lo siento~~ 

 

pero ya está aquí, y es grr -w-, disfruten el lemon

Todo había terminado por fin, así que al menos podía respirar con tranquilidad. Me encontraba sobre el blanco futón, sin nada más que una manta para cubrirme. Akira había vuelto a la sala para completar el ritual, y me había dicho que me quedara allí.



¿Pero por qué no me había obligado a hacerlo con él? ¿Por qué no lo habíamos hecho? ¿Qué era lo que bloqueaba la mente de Akira? A ver...si no me obliga mejor para mí, pero... Soy un animalito curioso por naturaleza. Me gusta saber.



Tenía que parecer que había ocurrido lo que tenía que haber ocurrido, así que me revolví el cabello y me froté la cara con la mano para desordenar mi maquillaje. Di un par de vueltas sobre el futón, dejándolo desordenado.



-Ruki...¿Qué haces?-



-Creando la ''escena del crimen''-utilicé mis dedos para enmarcar las comillas



-Deja de hacer tonterías, alguien lo limpiará antes de que nadie pueda siquiera verlo, nos vamos-



-¿Ya está?-lo pregunté en voz baja y miré a ambos lados, preocupado por si aún nos escuchaban



-Sí-se dirigió a un pequeño baúl que se encontraba en una esquina de la habitación y sacó de ella una bata azul de seda-Nos vamos a casa-me la tendió



Salimos de la mansión por una puerta distinta a por la que habíamos entrado y un coche ya nos esperaba fuera. Había anochecido ya y hacía bastante frío. Entré en el coche y esta vez Akira se sentó conmigo en la parte de atrás. La cabina estaba cerrada, por lo que el chofer no podía ni vernos ni escucharnos.



-Y... ¿Tora-san?-en cuanto mencioné ese nombre reaccionó de inmediato-¿No viene con nosotros?-



-Me temo que Tora-san siempre va por su cuenta-sonrió falsamente, esa frase iba cargada de algo más que un comentario jocoso cualquiera



Esto era demasiado misterioso, la incertidumbre me estaba matando. ¿Y Uruha? ¿Qué le habría pasado a él? ¿Estaría bien? ¿Habría vuelto ya a casa? No tenía ni la más mínima idea... Pero necesitaba saberlo. Me preocupaba realmente...



**

Llamaron a la puerta de la habitación y no pude evitar girar mi cabeza hacia allí. Kazuki nunca llamaba. ¿Quién era entonces? Me puse el velo rápidamente y aclaré mi voz antes de invitar a entrar al desconocido:



-Adelante-



La puerta se abrió lentamente y dejó ver a una adolescente... ¿Tendría quince, dieciséis años? Medía bastante menos que yo y tenía el pelo castaño recogido en una coleta. Su vestimenta me recordaba a la de Chihiro cuando trabajaba en la casa de baños.



-¿Quién eres?-



-Siento molestarle, Aoi-sama...-



-¿Y qué es lo que quieres, pequeña?-



-Me...me envía el Kumichou-



-¿Mm? Pues dile que no quiero saber nada de él-



-Pe...pero él me ha dicho...que quiere que vaya con él a...a mi habitación-



-¿A tu habitación por qué?-



-No...no lo sé pero...si...si usted no va puede que...que me castigue-



-Te aseguro que si voy me castigará a mí, cielo. Pero a diferencia de ti yo sé de sobra cómo afrontar el castigo-abrí el cajón de la cómoda y rebusqué un poco hasta encontrar papel y una pluma-Dime, ¿cómo te llamas?-



-Aiscrim, señor-



-Ya no-escribí algo en aquel trozo de papel-Ahora te llamas Kurimu, ve a esta dirección cuando caiga la noche y di que te mando yo, cuidarán de ti-



-¿Eh?-tomó el papel-Gra...gracias-



-Ahora llévame con Kazuki-sama-



-Por supuesto-hizo una pequeña reverencia-Sígame-



Avanzamos por los pasillos y la pequeña niña me dejó frente a una puerta sin nada especial, como todas las demás.



-Es aquí-se detuvo-Muchas gracias de nuevo-una reverencia más pronunciada que la anterior acompañó sus agradecimientos



-De nada, ahora déjame aquí... Yo me encargaré-



Entré a la habitación y cerré la puerta tras de mí. La penumbra asediaba cada rincón de la habitación. No podía ver nada, pero notaba la presencia de Kazuki en el cuarto. Avancé un par de pasos y noté algo que se movía entre la oscuridad. Me acerqué con la esperanza de que fuera mi pelirrojo pero no fue así. Me choqué contra un cristal frío y me di cuenta de que este proyectaba mi imagen.



-¿Un espejo?-



-No solo uno...-



Escuché la profunda voz de Kazuki y me di la vuelta. Las luces se encendieron y pude observarle tumbado sobre la cama. Su hakama ya estaba del todo desatado, sabía que solo tendría que levantar la tela para encontrármelo totalmente desnudo. Entonces me fijé en el resto de la habitación. Los espejos la poblaban... Podía ver mi imagen reflejada una docena de veces.



-Ya veo...-sonreí ligeramente



-Entré aquí por error y no pude evitar pensar en hacerlo contigo en esta cama...-



-Por lo visto ya se te ha pasado el efecto de las drogas, ¿no?-lo dije en tono despectivo



-No me gusta que me hables en ese tono, y lo sabes. Por una vez no pienses en eso y solo haz lo que te digo. Para que me repliquen ya tengo a mi madre.-



-¿Y yo qué soy, Kazuki-sama?-escupí con sorna la última palabra



-Mi mascota-



-¿Y ya está?-



-¿De verdad tenemos que hablar de esto ahora?-se ató el hakama de cualquier manera y se incorporó, para luego caminar hacia mí



-Sí, porque no sé cual será la próxima vez que te veré así-



-¿Así cómo?-



-Limpio-



Soltó una leve risa y apoyó su puño en el espejo, acorralándome contra él.



-¿Ah, sí? Pero ya sabes cómo me pongo cuando no estoy drogado...-se acercó más aún y me quitó el velo-¿Y aún así quieres que deje mis ''tranquilizantes''?-



-Sí...yo... yo me enamoré del Kazuki normal...no del Kazuki lleno de opio-



-Sabes de sobra que cuando nos conocimos las cosas eran distintas-acercó sus labios a mi oído para susurrarme algo-No sé cómo sigues soportando esta parte de mí-bajó su boca y me dio un mordisco en el cuello, el cual me sacó un gemido agudo-Me encanta que hagas eso-comenzó a meter sus manos entre mi ropa, acariciándome a su gusto, arañándome un poco y sacándome gemidos entre los besos



-Kazuki-sama..ah...-



-No sabes cuánto me pone que me llames así-enredaste mi pelo entre los dedos de tu mano izquierda y la derecha fue a parar a mi trasero-Pero me temo que tengo preparado algo más para tí...-me dejó por unos instantes y me sentí solo y frío



Kazuki se tumbó de nuevo en la cama y apoyó su cabeza sobre su mano, observándome de manera sugerente:



-Vamos...desvístete para mí-



Con que quieres jugar a eso, ¿eh, Kazuki? Está bien... Llevé mis manos a los bordes de mi kimono, pero me detuvo.



-Nonono...así no... hazlo frente al espejo...-



Me di la vuelta y me coloqué frente a ese cristal pulido... Podía verme perfectamente... Mis labios hinchados por los besos de Kazuki, una marca que se estaba tornando morada ocupando mi cuello, gotitas de sudor rodando por mi pecho semi descubierto...



Y el punto final...Kazuki detrás de mí, observándome desde la cama y con la mano derecha acercándose peligrosamente a su entrepierna.



Esto iba a ser divertido...

**

Estaba de nuevo en nuestra asquerosa casa encerrado en mi asquerosa habitación, y para mejorar la situación, no sabía dónde estaba Tora. Me había dejado en mi cama y se había ido. ¿Ni siquiera le preocupaba un poquito que pudiera volver a intentar suicidarme? Ya veo todo lo que me quiere mi ''hermanito del alma''.



-Uruha-san...-una vocecita tímida resonó por mi cuarto y me hizo darme la vuelta en la cama para mirar en aquella dirección-¿Cómo se encuentra?-



Era Ruki. Llevaba una bata de seda cutre y tanto su maquillaje como su pelo estaban hechos un desastre. Estaba claro que Akira había hecho un buen trabajo... Pero yo también tenía que hacer el mío como educador.



-¿Pero cómo puedes ir con esa pinta como si nada? Vamos, ven aquí y siéntate-



Me obedeció y tomé el cepillo que se encontraba en la mesilla. Comencé a acicalar el cabello de Ruki con habilidad.



-A partir de ahora tienes que tener en cuenta que siempre tienes que estar perfecto, incluso después del sexo-



-No he tenido sexo-



-Como me digas que has hecho el amor te voy a dar con este cepillo en la cabeza.-



-Tampoco-



-¿Entonces?-



-Creo que Reita no me desea-



-Reita no desea a nadie más que a Tora-



-¿Qué?-se giró, sorprendido



-Por el amor de Dios, se le nota a la legua, incluso cuando me tomaba podía ver en sus ojos que él quería a mi amo, pero doy gracias de que Tora sea un inútil emocionalmente inmaduro y no se de cuenta-suspiré y dejé el cepillo en su lugar-Ya estás...Ahora el maquillaje-



Tomé su rostro con mis manos y retiré con mis propios dedos el delineador que se había salido de su lugar. Di gracias de dejar este tipo de cosas a mano mientras cogía el tónico desmaquillante. Retiré todo el pintalabios que se encontraba desparramado por su rostro con cuidado.



-¿Pe...pero por qué te alegras? ¿No quieres que...Reita sea feliz?-me preguntó cuando terminé con su boca



-A mí la felicidad del rubito me la trae floja, yo quiero que Tora sea feliz-lo miré atentamente para comprobar que estaba aceptable



-¿No crees que pueda serlo con Reita?-



-Pues no lo sé, quizá yo esté actuando de una manera algo egoísta por atesorar algo que no es mío... Pero no puedo evitarlo...Sin Tora...mi vida...estaría vacía-



-Uruha-san... ¿Puedo preguntarle algo?-



-Claro-



-Estas heridas...-tomó mis manos entre las suyas y observó las vendas que aún apresaban mi muñecas-¿Se las hizo usted...?-



¿Se había fijado? Qué niño más mono. Pero no iba a empezar a contarle mi vida ahora. Suspiré profundamente antes de contestar a su pregunta:



-Ruki, tú no eres tonto, ¿verdad? Supongo que te haces una idea de la presión a la que he estado sometido todo este tiempo, y de todo lo que he tenido que hacer para llegar a Tora...-



-Sí...pe...pero...-



-No llevo una vida muy feliz, que digamos, solo es eso-



El silencio volvió a la habitación, cerré los ojos y no escuché nada, todo estaba tan tranquilo... Sentí cómo Ruki se movía un poco y se acercaba a mí. ¿No iría a...?



**

Desde la cama tenía la mejor visión del mundo. Aoki quitándose la ropa lentamente frente al espejo. Me estaba mirando a través de la superficie cristalina... Y por supuesto yo le devolvía la mirada...



Pasé mi mano por debajo de la tela de mi hakama, la visión me estaba creando una necesidad cada vez más notoria. La ropa de Aoki disminuía y mi temperatura aumentaba... Comencé a tocarme despacio, moviendo mi mano de arriba abajo lentamente. Di gracias de no llevar ropa interior, hubiera complicado las cosas.



-¿Tan necesitado estás, Kazuki-sama...?-su traje cayó al suelo, se llevó un dedo a los labios de manera inocente y se dio la vuelta para mirarme sin intermediarios



-Lo estoy, Aoki, lo estoy...-retiré mi mano de mi entrepierna y la utilicé para apuntar en su dirección-Ven aquí...-



Avanzó despacio hacia mí, poniendo un pie delante del otro, bamboleando sus caderas enmarcadas por su ropa interior.



-¿Ese precioso traje para que debajo de él te pongas un boxer de Kalvin Klein? Le quitas el encanto a esto...-sonreí de medio lado



-Es más cómodo que un fundoshi-



-Es más cómodo no llevar nada-



-Pues quítamelo-



Eso me tentó... Y por supuesto caí. Agarré a Aoki del cabello y lo besé con fuerza, lanzándolo conmigo a la cama, él sobre mí. Podía ver su espalda y su bonito trasero en el espejo del techo... Esto era definitivamente maravilloso... Era fácil observar la postura en la que nos encontrábamos por todos los ángulos gracias a los espejos... Esto me daba mucho juego a mí...



Cambié de posiciones y me puse sobre Aoki para poder arrancarle los boxers sin ningún cuidado, acompañando esta acción de mordiscos en su cuello y gemidos suaves por su parte.



-Kazuki-sama...ah...ya quiero...-



-Aún tenemos mucho tiempo...-terminé de desvertirme yo y me mordí el labio inferior-Hay tantas cosas que me gustaría hacerte...-



-Pues empieza rápido...-



Me senté sobre la cama y tomé a Aoki en brazos para sentarlo sobre mí; con su espalda contra mi pecho. Desde ahí podíamos ver nuestra imagen reflejada en un espejo que teníamos frente a frente. Mi mano izquierda fue a parar a su boca para acallar los futuros gemidos que le proporcionaría la derecha, que ya se encontraba deslizándose hacia su entrepierna.



-¿Te gusta esto?-pregunté, y retiré mi mano de su boca para llevarla a su cabello y estirar de él, obteniendo más acceso a su cuello, lo cual aproveché dándole besos lentos y mordiscos suaves, no quería hacerle daño



-S...sí...me gusta...-cerró los ojos



-Manten los ojos abiertos, Aoki, quiero que veas bien lo que voy a hacerte-comencé a mover mi mano rítmicamente sobre su miembro, y él agarraba las sábanas con fuerza entre sus dedos-¿Está bien a este ritmo?-



-Sí...ah...Kazuki...-se recostó algo más sobre mí y sonreí, lo tenía totalmente bajo control



Le di placer por unos minutos, ayudándome de mi mano libre para pellizcar sus pezones y dejarlos rojos y erectos. Lo tenía totalmente a mi merced, cubierto de marcas de mordiscos, sudor y saliva.



-No podías darme una imagen más perfecta...-dejé de masturbarlo y lo tomé del mentón para besarlo, introduciendo mi lengua en su boca con avidez-¿Estás listo para lo que toca?-



Asintió con rapidez y sonreí, regresando a la parte trasera de la cama, donde se encontraba el cabecero de madera. Me apoyé contra este y observé.



-Kazuki-sama...-se puso de rodillas sobre la cama y sus propias manos fueron las que pasearon por su pecho-Estoy ardiendo...lo...lo necesito ya...-dejó caer sus manos hacia delante, quedando a cuatro patas sobre la cama y ofreciéndome una vista de lo más apetecible-Por favor...-levantó un poco más su trasero y lo movió un poco, dándome a entender lo que quería



Hacía mucho que habíamos dejado de tener sexo extravagante, hacía mucho que habíamos dejado de hacer sesiones de shibari, y todo lo relacionado con las tradiciones. Ahora simplemente seguíamos lo que nos pedían nuestros cuerpos... Por eso hice lo que el mío me pidió. Me acerqué a lo que Aoki me estaba ofreciendo y lo tomé entre mis manos, aferrando mis dedos a sus nalgas para separarlas. Respiré sobre su entrada y se estremeció, pero pude ver una mueca de placer en su cara a través del espejo. Separé un poco más sus glúteos y hundí mi cabeza entre ellos. Lamí su entrada de forma circular y pude notar perfectamente cómo sus músculos se contraían. Decidí dar un paso más y penetrarlo con mi lengua. La contorneé en el interior y de la boca de mi acompañante comenzaron a salir sonidos obscenos y ruegos por más.



-Aah...Kazuki...dios...no...ah...-



Pero por supuesto no le hice caso y seguí con mi tarea, sacando y metiendo mi lengua todo lo que podía a la vez que mis manos paseaban desde su cintura hasta sus caderas.



-No...ah...no más rodeos por favor...ah...-



Me aparté algo molesto y hablé en tono autoritario:



-Daré los rodeos que quiera, y si me apetece hacer esto pues lo hago. Ahora date la vuelta y abre les piernas-obedeció-Así me gusta-



Ahora lo tenía tumbado frente a mí con las piernas flexionadas y abiertas para mí. Acaricié la cara interna de sus muslos sin llegar a subir mucho. Sabía que podía ver tanto mi espalda como mi trasero por el espejo que se encontraba detrás de mí, y sabía que le gustaba. Agarré su miembro totalmente erecto y me lo llevé a la boca sin pensármelo.



-¡Aaah!-



Ya, ya sé que debería ser él quien me complazca a mí, pero me gusta consentirlo de vez en cuando. Por eso continué con mi tarea, subiendo y bajando mi boca por toda su extensión.



-Kazuki-sama....ah...no...no aguantaré mucho más...-



Me aparté de él y sonreí dado que algo de líquido preseminal ya me escurría por la comisura de los labios. No iba a dejar que esto terminara tan pronto. Aún quedaba lo mejor. Volvimos a nuestra posición de antes, con Aoki a cuatro patas y le lancé una mirada directa a través del espejo antes de penetrarlo:



-¡Aaah!-se quejó, había sido demasiado brusco, ya lo sé, pero se le pasará-Kazuki...duele...-cerró los ojos fuertemente



-Tranquilo...relájate y se te pasará...avísame cuando estés mejor...-



No pasó mucho tiempo hasta que él mismo comenzó a mover las caderas, esto era lo que esperaba. Me agarré a ellas con ambas manos y comencé a embestirlo a un ritmo enteramente marcado por mí. Lento y profundo al principio, pero que luego se iba convirtiendo en algo rápido y desorganizado, pero igual de placentero:



-Aaah....Kazuki...voy ah....a...ahh...-



-¿Tan pronto terminas?-me burlé, aunque la verdad era que yo tampoco aguantaría mucho, este chico siempre tan jodidamente estrecho...



Continuamos por unos minutos más pero estábamos ambos demasiado cansados como para aguantar una segunda ronda... Así que esto tenía que terminar:



-Kazuki-sama...ya no aguanto más...-



La señal... Inmediatamente Aoki se corrió y su entrada se contrajo, aprisionándome en ella, lo cual hizo que yo también terminara. Salí de él con cuidado y me senté en la cama, observándolo. Al haberse quedado en la misma posición podía ver perfectamente como mi esencia y la suya escurrian por entre sus piernas.



Realmente un buen panorama...



Pero como siempre algo debe estropearlo.

Notas finales:

oh my gackt que ocurrirá en el proximo capitulo? xDD

bueno haré mi petición sagaxshou este fin de semana, que la tengo a medias

 

y luego debo ponerme con el desafío del amigo invisible antes de continuar un gato es la solución y nantaimori ._. así que sea como sea esperen por mi!


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