El silencio volvió a la habitación, cerré los ojos y no escuché nada, todo estaba tan tranquilo... Sentí cómo Ruki se movía un poco y se acercaba a mí. ¿No iría a...?
Pues sí, iba a. Lo hizo, algo que solo podrías esperar en las peores películas americanas. Me besó en los labios. Me besó de la misma manera en que un estudiante de instituto besaría a su ''senpai'' del que llevaba enamorado desde que entró a la escuela. Con miedo, con dulzura...y todos esos sentimientos afeminados de la adolescencia.
Una comparación un poco estúpida teniendo en cuenta que yo nunca he ido al instituto. Pero me gustan los doramas que hablan del tema, de las relaciones que surgen entre los estudiantes de primer año y los del último... Y los alumnos problemáticos... Esos chicos de cabello rojo que aspiran a entrar en la yakuza algún día y se sientan en la última fila a armar alboroto. ''Yankees'' que les llaman. Si ellos supieran lo que es este mundo quizá se les quitarían los sueños estúpidos y meterían su cabeza decolorada en los libros de historia.
Pero volviendo al beso de Ruki. Me gustó, no voy a mentir. Me gustó aunque le apartara. Había sido algo inesperado; algo espontáneo, no había sido para nada como cuando Tora lo hacía. Pero ahora Ruki y yo estábamos frente a frente y no sabía qué debía hacer; ¿echarle de la habitación? ¿Perder la cabeza por una noche y tirármelo por despecho a Tora? ¿pedirle explicaciones de por qué se había lanzado a besarme como un loco? Opté por la última opción:
-¿Por qué has hecho eso?-
-Porque... no lo sé... Creo que me gusta Uruha-san-
¿En serio? ¿Me estaba tomando el pelo, verdad? Hoy en día los niños no saben ni lo que sienten... Lo pondré en su sitio con mi altanería natural, já.
-Por dios, niño, no digas esas cosas. Tienes la cabeza llena de pájaros-le golpeé la frente-Yo no puedo gustarte-
-¡No me trates como a un niño! ¡Confía en lo que digo! ¡Confía en alguien a quien le importas por una vez y deja de confiar en alguien que no te está demostrando nada! Todos hemos tenido una vida dura, yo perdí a mi familia, y al final acabaron secuestrándome y sirviéndome como plato principal para el primer Yakuza desalmado que apareciera. Tora vino a verme. Le dijo a mi dueño que sería un regalo perfecto, que su amigo necesitaba desahogarse. ¡Me vendieron como moneda de cambio! ¡Estaba aterrado! ¡Totalmente aterrado! ¡Akira me robó mi virginidad!-no paraba de gritar, y parecía que le iba a dar un colapso en cualquier momento-Y luego, cuando yo estaba sangrando, agotado y deseando morir, apareciste tú, como un salvador. Me arreglaste e hiciste que mantuviera la cabeza alta... Y luego...en la reunión...te desmoronaste ante mis ojos... Y yo me desmoroné también.-parecía que se había calmado
-Por el amor de Dios, no seas tan dramático. ¡¿Te crees que yo no he pasado por lo mismo que tú?! ¡¿Te crees que mi vida ha sido un cuento de hadas rosa y maravilloso hasta que llegué aquí?! ¿Virginidad robada? Por favor, no has podido tener más suerte, Akira es un hombre joven, atractivo y dulce, ¡yo la perdí con un yakuza obeso de sesenta años! ¡No fue divertido, me sentí realmente sucio después de eso!-
Soy un insensible, lo sé, seguro que el pobre chaval también lo ha pasado mal, pero odio a la gente dramática, ¿por qué tienen que convertirlo todo en una montaña? ¡Y sí, lo digo yo que acabo de intentar suicidarme esta misma tarde solo porque Tora no me quiere! ¡Pero eso es problema mío, no le dramatizo mi vida a nadie más que a mí mismo y a Tora, porque él es el único idiota que quiero que se preocupe por mí! Y aún así no lo hace. Soy patético.
-Pues entonces puedes hablar conmigo de todo eso, yo te escucho-
-¡Pero que no quiero hablar con nadie, pesado! ¡Que no necesito un psicólogo de doce años! Que ni soy alguien genial ni tengo un aura especial ni nada parecido, no busques algo donde no lo hay, limítate a hacer tu trabajo con Akira, por dios.-suspiré-¡Lo que me faltaba a mí ya! ¡Una putita enamoradiza en casa!-
-¡No me llames eso!-
-¿Vas a llorar?-
Se levantó de la cama y pensé que me iba a intentar pegar o algo, pero le dio una patada a la pared con todas sus fuerzas. Gimió de dolor patéticamente, maldito idiota, se había hecho daño de verdad. Ahora si que lloraba, pero de dolor.
-¡Joder!-
-¿Pero tú eres tonto? ¡Ahora no te autolesiones tú!-me levanté demasiado rápido, y perdí el equilibrio de repente
Caí al suelo y me di un buen golpe, Ruki se puso histérico. Empezó a llamarme una y otra vez, y podía escucharle, pero no contestarle, por alguna razón mi boca no conseguía articular palabras. No veía nada, a mi al rededor todo eran sombras y colores confusos. Notaba un líquido caliente en mis muñecas... ¿Era sangre? ¿Se me habían abierto las heridas?
-¡Socorro! ¡Ayuda!-Ruki no dejaba de gritar, y me dolía la cabeza
Entonces dejé de oírle.
**
Cuando volví a casa con Ruki, le pedí que preparara algo de comer, dado que ninguno de los dos habíamos cenado. Le indiqué donde se encontraba la cocina y lo dejé solo. ¿Que si tenía miedo de qué se escapara? Pues la verdad es que si lo hacía me daba igual, no soy un amo duro que lo buscaría por cada callejuela de Minami hasta dar con él para castigarle duramente. ¿Qué digo? ¡Yo ni siquiera soy un amo! Y no quiero serlo, me gusta tratar a las personas como personas, no como a animales. Es denigrante para el ser humano... Nunca entenderé el juego, lo que hay de divertido en someter a alguien de esa manera. Al menos aquí Ruki puede optar a una vida mejor de la que tendría en el prostíbulo del que le habrán sacado.
Pensando en eso fui a buscar a Tora. Pasé de largo por la puerta de la habitación de Uruha, Tora nunca pasa el tiempo allí, tampoco es que sea una habitación muy bonita. ¿Dormiría Ruki ahí también a partir de ahora? Cierto era que yo podía hacer lo que quisiera, Tora se llevaba a Uruha a su cuarto las noches que le placían. Si quería llevarme a Ruki conmigo podía hacerlo. Pero es que tampoco quería eso. No quería estar con Ruki, aunque fuera mi ''mascota'', ¿para qué? No iba a tener más sexo con él, y no entraba en mis planes convertirme en ''su mejor amigo'' o algo por el estilo. Tenía que haber vuelto a declinar la maldita oferta...
Llegué a la habitación de Tora, y entré sin llamar, no iba a ver nada que no hubiera visto ya. Shinji estaba apoyado en su escritorio, con la cabeza entre sus manos y la ropa desordenada. No sabía si estaba llorando, pensando, o durmiendo. Pero quería averiguarlo. No levantó la cabeza cuando entré, así que decidí acercarme y tomar asiento a su lado.
No iba a preguntar qué era lo que ocurría. Sabía que me lo diría en cuanto lo considerara necesario. Por eso esperé a que él mismo levantara su cabeza y me mirara:
-Uruha ha intentado suicidarse...-
Cuatro contundentes palabras.
-¿Qué? ¿Por qué?-
-Por mi culpa... No soy un buen amo, no consigo que sea feliz, no... Es inestable, no quiere seguir conmigo, soy idiota-
-No eres idiota... ¿Pero por qué te importa tanto?-le pregunté-Simplemente déjalo, consigue otra mascota si es lo que necesitas-
-Uruha no es solo una mascota-
-Ya, ya lo sé, lo quieres...-
-No es solo eso...-
-¿Mm?-levanté una ceja
-Nunca te lo he dicho pero... Uruha es mi... mi hermano...-
Tardé en asimilar esas palabras unos segundos. ¿Hermanos? Traje a mi mente los recuerdos de mi infancia... Recordaba la casa de Shinji perfectamente, también recordaba a su madre, una buena señora... Pero... él era hijo único...
-¿Qué? ¡Tú no tienes hermanos!-
-Eso era lo que yo creía...Pe...pero...parece que mi padre...tenía...tenía otra familia...Uruha me... Me enseñó algunas fotos y...parecían felices-
Eso sí era de esperarse, el padre de Shinji se fue de casa cuando él era muy pequeño. Probablemente habría rehecho su vida con otra mujer.
-Entonces Uruha es tu...medio hermano-
-Sí... ¡Pero te juro que yo no lo sabía en aquel entonces! Cu...cuando le conocí...él se acercó a mí, me habló, y a mí me gustó...era tan guapo que...no sé. Lo hicimos, en una habitación cualquiera de la mansión del Kumichou...fue maravilloso...nunca lo olvidaré... Fue justo antes de su presentación, recuerdo que manchamos su traje...-una pequeña sonrisa apareció-Y él dijo que no importaba, que se lo quitaría rápido para que nadie lo notara-
Hizo una pausa larga, fijando su mirada en ninguna parte, como si estuviera en trance, pero sabía que su relato aún no había terminado:
-Después, en su presentación, ya sabes, subí a por él. No sé por qué lo hice... Simplemente quería tenerlo para mí...-
-¿Y cuando te enteraste de que...era tu hermano?-
-Mucho después de traerlo aquí, un día le pregunté cómo había acabado en este mundo...solo por curiosidad... Y me dijo que me había estado buscando...me enseñó las fotos, me contó su historia... Me quedé helado... Había hecho algo horrible...pero no podía dejar de hacerlo... Yo realmente le quiero, Akira...sé que está mal-
¿Qué se supone que debo decirle ahora? ''Oh, Tora, tranquilo, olvídalo, yo te quiero...'' ¡¿Qué clase de mariconada sería esa?! Yo no soy así...
-No te preocupes, hombre... Todo irá bien...-
Ahora me pongo en plan mamá para que se calme. Me odio. Lo único que yo quiero es echar a Uruha de casa de una patada voladora y quedarme con Shinji, yo solo. ¡Pero claro, mi vida no puede ser tan fácil, el inútil este tiene que estar enamorado de su maldito hermano! Mira que hay personas en el mundo, ¿eh? ¿No puede gustarle una actriz porno? ¡No, eso sería demasiado sencillo! Tiene que gustarle su hermano.
-No, Akira...no irá bien, joder...-golpeó la mesa
Venga, enfado dramático. ¿Algo más?
-¡Socorro! ¡Ayuda!-
Claro que algo más... ¿Ese era Ruki? Tora se levantó y nos apresuramos a llegar al lugar de donde provenían los gritos. Uruha estaba en el suelo, sangrando, y Ruki a su lado en estado de shock.
-¡¿Qué es lo que has hecho?!-gruñó Tora, y apartó a Ruki bruscamente-¡Tenía que estar descansando, idiota!-le gritó-¡Akira, ayúdame!-
-Calma, calma...-me arrodillé junto a Uruha y examiné sus heridas-Solo se le han saltado los puntos, se pondrá bien, simplemente hay que coserle de nuevo-
Muy bien, Akira, ahora a salvarle la vida al idiota que te está jodiendo la tuya. Esto sí que es estar en la maldita friendzone.
***
-Kazuki-sama...ya no aguanto más...-
La señal... Inmediatamente Aoi se corrió y su entrada se contrajo, aprisionándome en ella, lo cual hizo que yo también terminara. Salí de él con cuidado y me senté en la cama, observándolo. Al haberse quedado en la misma posición podía ver perfectamente como mi esencia y la suya escurrian por entre sus piernas.
Realmente un buen panorama...
Pero como siempre algo debe estropearlo. Ni siquiera me dio tiempo a recrearme con las vistas cuando llamaron a la puerta.
-¡Kumichou! ¿Está ahí?-
-¡Sí! ¡¿Qué cojones pasa?!-
-¿Me permite abrir la puerta?-
-¡Joder!-tapé a Aoki y me tapé yo también-¡Abre, inútil!-
-Siento molestarle pero hemos encontrado a esta niña intentando escapar-traía del brazo a la dueña de la habitación
-¡¿Y me jodes el post-polvo por una niña?!-no podía estar cabreado
-¿Le aplico el procedimiento habitual?-
-¡Lo que sea, pero déjame en paz!-
-Espere Kazuki-sama...-Aoki frotó su mejilla contra mi hombro, rogándome-Déjala ir, por favor-ronroneó contra mí y no me pude resistir
-Vale, vale, a ver, tú, niña, háblame. ¿Te quieres largar de aquí?-
Asintió despacio.
-¡Pues vete! ¡Tú, inútil, acompáñala fuera!-
-Pero señor, ¿y si nos delata?-
-¡Que me da igual! ¡Que me dejes!-
Por fin el idiota se cansó y cerró la puerta.
-Madre mía, ni a estas horas de la noche lo dejan a uno en paz-gruñí y miré a Aoki
-Tranquilo...-se puso encima de mí y lamió mi mejilla-Ahora todo está tranquilo...-
-Y tú muy cariñoso, ¿qué te pasa?-
-Que hacía mucho que no estábamos así-pasó sus brazos por mis hombros
-Mm...ya...-yo pasé los míos por su cintura-Pero Kazuki-sama sigue necesitando su medicina y no puedes hacer nada por evitarlo porque si no esta noche me despertaré gritando que he tenido una pesadilla horrible y que quiero mi opio-
-Algún día conseguiré que lo dejes-
-Aoki es un jovenzuelo risueño y con esperanzas-esta vez me puse yo encima de él y nos reímos juntos
¿Qué era esa sensación extraña en mi estómago? Esta atmósfera... ¿Esto es ese ''amor'' del que hablan? Pues no me importaría estar enamorado de Aoki... Miradlo, es perfecto... Esa sonrisa... Argh, no puede ser tan maravilloso, me da puta envidia.
-¿En qué estás pensando, Kazuki?-
-En que mañana tengo que trabajar~ Yo me quiero quedar aquí contigo-
-¿Trabajar? ¿Desde cuando trabajas tú?-sonrió
-¡Oye! ¡Que yo hago muchas cosas! Mañana tengo una reunión con hombres malvados para hacer cosas malvadas...-me dejé caer sobre él-Jo...-
-Kazu-chan no quiere ser malo-
-Kazu-chan solo es malo cuando la maldad implica recompensa sexual...-
-¿Ah, sí?-
-Sí...-
Acabamos riéndonos de nuevo. ¿Deberíamos dormir ahí esa noche? La cama era algo pequeña, pero así estaría bien abrazadito a Aoki hasta que llegara el amanecer... Sería una noche tranquila...
O quizá no.